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La sociedad primitiva por Lewis Henry Morgan

Por Sofía Jiménez

Lewis Henry Morgan fue un abogado, antropólogo, etnólogo y escritor estadounidense que nació el 21
de noviembre de 1818 en New York, Estados Unidos y murió el 17 de diciembre de 1881 en New York,
Estados Unidos. Es considerado uno de los fundadores de la antropología moderna. Sus campos de
estudio predilectos fueron la evolución social y cultural de la humanidad y los grados de parentesco.

Morgan es un fiel defensor del progreso, y afirma que este está determinado por varios factores: los
inventos, descubrimientos y las instituciones. Adicionalmente, reconoce que el perfeccionamiento de
elementos fundamentales a lo largo de la historia como la habilidad en la producción de alimento, el
grado de adaptación cultural, la subsistencia, el gobierno, la lengua, la familia, la religión, la vida
doméstica y arquitectónica y la propiedad privada, son aquellos peldaños cuya sumatoria da como
resultado el progreso humano.

Es por este motivo que para evidenciar de manera más específica esta serie de transformaciones, el
autor separa tres períodos étnicos mediante su respectiva caracterización y diferenciación, con el fin de
poder analizar una sociedad particular según su grado de desarrollo, estas tres categorías son:

El salvajismo está dividido en estado inferior, medio y superior y está caracterizado por el uso del
fuego, la pesca, la invención del arco y la flecha, y culmina con la invención del arte en cerámica.
La barbarie también está dividida en estado inferior, medio y superior y está caracterizada por la
domesticación de animales, el cultivo de maíz y plantas, la utilización de adobe de piedra en
arquitectura y la invención del proceso de fundición del mineral de hierro.
La civilización empieza con el uso del alfabeto y la producción de jeroglíficos sobre piedra, se divide
en antigua y moderna y se encuentra en vigencia hasta la actualidad.

Teniendo en cuenta los elementos fundamentales que al desarrollarse demarcaron el paso de una
era a otra, el autor plantea que existen diversas fuentes de comida humana y modelos familiares que se
manifestaron en distintos periodos de la historia: En el primer caso encontramos frutas y raíces en un
hábitat restringido, subsistencia de pescado, subsistencia farinácea a través del cultivo, subsistencia de
carne y leche y subsistencia ilimitada a través de la agricultura del campo, y en el segundo están
presentes las familias consanguíneas, las punalúas, las sindiásmicas, las patriarcales y las monógamas.

Desde mi punto de vista, es comprensible que el autor mantenga firmemente la existencia del progreso,
pues nació en una sociedad que promulgaba esos principios y su única forma de abarcar al homo
sapiens primitivo fue tomándose a sí mismo y a sus convicciones como referencia. Sin embargo, pienso
que para estudiar al hombre, es importante tener en cuenta que la historia no debe verse de manera
lineal ni con inclinaciones hacia qué es mejor o qué es peor, o qué es más avanzado y qué es más
primitivo, pues la diversidad es muy grande para ser reducida a conceptos tan relativos. Es evidente que
a lo largo del tiempo el ser humano buscará diferentes alternativas de suplir las nuevas necesidades que
su entorno le impone, y ya que todo se encuentra en constante cambio, no pueden existir puntos de
comparación entre dos eras distintas, puesto que todo está sometido a la transformación, las condiciones
ambientales e incluso los mismos seres humanos.

Referencias

Glazer, M., Bohannan, P. (1993). Antropología: lecturas.


Madrid, España: McGraw-Hill

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