Вы находитесь на странице: 1из 10

P.

CAMPO, ET AL
REVISIÓN

Evaluación neuropsicológica pre-postoperatoria


en el tratamiento quirúrgico de la epilepsia
P. Campo a, J. León-Carrión b, J.M.ª Domínguez-Roldán c, M. Revuelta d, F. Murillo-Cabezas c

PRE-POSTOPERATIVE NEUROPSYCHOLOGICAL ASSESSMENT IN THE SURGICAL TREATMENT OF EPILEPSY


Summary. Introduction. Epilepsy is one of the most common neurological disorders, affecting about one percent of the world
population. Pharmacological treatment fails in one-third of these patients. Surgical intervention has become an accepted
treatment option for those patients with seizure disorders that are refractory to conventional therapies. Cortical resection
and callosotomy are the most widely accepted methods of surgical intervention. A prerequisite for success in this type of
surgical intervention is the preoperative clinical assessment of the epilepsy surgery candidate. Development. This paper
examines the current uses of neuropsychological assessment in an epilepsy surgery program. Several areas are addressed
for discussion with respect to the contributions of neuropsychological assessment: the preoperative evaluation of the
epilepsy surgery candidates, including the clinical examination of language and memory functions during the Wada test;
the neuropsychological changes that result from surgery and the predictive role of neuropsychology in these areas, and
prediction for seizure control following surgery. Conclusion. Assessment of cognitive functions is an important component
of the preoperative evaluation of the epilepsy surgery candidate, and is needed in order to obtain complete diagnostic
information [REV NEUROL 1998; 27: 616-25].
Key words. Callosotomy. Cortical resection. Epilepsy. Neuropsychology. Wada test.

INTRODUCCIÓN
La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más comunes. INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA EN LA EPILEPSIA
Afecta a alrededor de un 1% de la población mundial [1-3], si Desde que en 1886 Horsley [19] publicara el primer informe sobre
bien se acepta que en los países occidentales la epilepsia afecta la intervención quirúrgica en un caso de epilepsia intratable, el
entre 5 y 7 de cada 1.000 habitantes [2]. Aunque las crisis epi- interés en la materia ha experimentado diversos altibajos. Tras
lépticas no son infrecuentes en la población general, un 5% una serie de años en que numerosos centros iniciaron el tratamien-
experimenta algún tipo de ataque en su vida [4,5]; sólo cuando to quirúrgico de la epilepsia, en 1960 se produce un abandono
dichas crisis se convierten en recurrentes se aplica el diagnóstico generalizado de esta práctica debido a los malos resultados obte-
de epilepsia [6]. nidos, atribuibles a ‘estudios incompletos de los pacientes, falta
El tratamiento farmacológico constituye el abordaje tera- de metodología específica, inadecuada indicación quirúrgica y
péutico de elección, variando los fármacos empleados en fun- secuelas graves en algunos casos’ [2]. Sin embargo, la celebración
ción del tipo de epilepsia. A los medicamentos anticomiciales de dos congresos internacionales sobre cirugía de la epilepsia en
más comúnmente utilizados (carbamacepina, ácido valproico, 1985 y 1986 van a marcar un creciente y renovado interés sobre
fenitoína, fenobarbital...) se les ha unido un gran número de el tema. Ojemann [3] señala una serie de razones que explican este
medicamentos desarrollados en los últimos años, lo que ha in- nuevo auge. La primera, y quizá más influyente, es el desarrollo
crementado de forma significativa las perspectivas terapéuticas de una técnica de monitorización vídeo-EEG que posibilita el
[7-10]. Sin embargo, a pesar del desarrollo de nuevos elementos registro de los eventos electroencefalográficos en el comienzo de
terapéuticos y del mejor conocimiento de la farmacodinámica de las crisis. Esto permite identificar los episodios paroxísticos que
cada droga, se estima que el tratamiento farmacológico no es no tienen origen cerebral, así como localizar el foco de comienzo
efectivo entre un 10 y un 30% de los casos, aumentando el por- de las crisis. La segunda razón ha sido la cuantificación de los
centaje en la epilepsia focal, con un 30 a un 45% de fracasos niveles séricos de los medicamentos anticomiciales, lo que ha
[2,3,11]. Para este grupo de pacientes con epilepsia incontrola- permitido una identificación más rápida y segura de cuándo una
ble médicamente, el tratamiento quirúrgico se considera una epilepsia es incontrolable médicamente. Una tercera razón la
opción terapéutica aceptable [2,3,12-8]. El propósito de la ciru- constituye el reconocimiento de la morbilidad de los ataques in-
gía de la epilepsia es la eliminación o sustancial reducción de las controlables, los cuales no sólo producen mal ajuste psicosocial,
crisis sin producir efectos perjudiciales en el paciente [3, sino que son biológicamente dañinos.
12,14,15]. En la actualidad son dos los procedimientos quirúrgicos más
extensamente utilizados. Uno es la resección del tejido epileptó-
Recibido: 24.11.97. Recibido en versión revisada: 22.12.97. Aceptado: 23.12.97. geno, y el otro es la división parcial o total del cuerpo calloso. El
a
Máster en Neuropsicología. Facultad de Psicología. Universidad de Se- primero tiene una mayor probabilidad de éxito, entre un 70 y un
villa. b Facultad de Psicología. Universidad de Sevilla. c Unidad de Cuida- 80%, especialmente en la cirugía del lóbulo temporal [2,3,12,13,
dos Intensivos. Hospital de Traumatología y Rehabilitación. Hospital Uni- 17,20-25]. Debido a los buenos resultados que se están obtenien-
versitario Virgen del Rocío. d Servicio de Neurocirugía. Hospital de
Traumatología y Rehabilitación. Hospital Universitario Virgen del Rocío. do, cada vez son más los profesionales que sugieren que la cirugía
Sevilla, España. debería ofrecerse a un mayor número de pacientes epilépticos y en
Correspondencia: Prof. José León-Carrión. Laboratorio de Neuropsicología etapas más tempranas de la enfermedad [3,16,17]. Una técnica
Cognitiva Humana. Dpto. Psicología Experimental. Universidad de Sevilla. quirúrgica más restringida en su aplicación es la hemisferectomía.
Avda. San Francisco Javier, s/n. E-41005 Sevilla. Se considera sólo para ‘aquellos pacientes, generalmente niños,
 1998, REVISTA DE NEUROLOGÍA con epilepsia grave en los que las crisis tienen su origen en un

616 REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625


NEUROPSICOLOGÍA Y CIRUGÍA DE LA EPILEPSIA

único lado del cerebro, funcionando ese hemisferio pobremente’. El objetivo perseguido con la intervención quirúrgica, así como
Los resultados son bastante satisfactorios [11]. Otros procedi- los criterios generales para la selección de pacientes delimitan los
mientos, como la estimulación cerebelosa y las lesiones subcor- aspectos que se considerarán con la evaluación neuropsicológica.
ticales estereotáxicas, han sido abandonados [2,3]. Ésta proporcionará una información importante para el éxito de la
cirugía. Tales aspectos son fundamentalmente cuatro:
– Obtención de una línea base de funcionamiento cognitivo
SELECCIÓN DE LOS PACIENTES CANDIDATOS [12,41].
A CIRUGÍA – Confirmación de la lateralización y localización del área epi-
Estudios epidemiológicos llevados a cabo en Estados Unidos leptógena [3,12,41-45].
[11,26,27] estiman entre 75.000 y 100.000 los pacientes epilépti- – Pronóstico sobre el control de las crisis [12,20,21,41,42,46].
cos refractarios al tratamiento farmacológico que podrían ser can- – Registro y predicción del resultado de la cirugía en términos
didatos a la cirugía. Para que la intervención quirúrgica logre su neuropsicológicos [12,42].
objetivo hay que tener especial cuidado en la selección de dichos
candidatos. Para ello se valorará el beneficio que la intervención Junto a estos cuatro objetivos, otra labor relevante llevada a
pueda tener en la vida del paciente, descartando a aquellos en los cabo por el equipo neuropsicológico es la realización del test de
que la cirugía no sería de ayuda o podría, incluso, ser perjudicial Wada, el cual forma parte integral de la evaluación prequirúrgica
[2,3,12,15,21,25]. de los programas de cirugía para la epilepsia [47].
Existe un amplio acuerdo acerca de los criterios generales para Para llevar a cabo la evaluación neuropsicológica se utilizará
la selección de los pacientes candidatos a la cirugía resectiva (dado un conjunto de pruebas y tareas sensibles a la integridad funcional
que la callosotomía tiene unos objetivos terapéuticos distintos, los de diversas áreas cerebrales. Los datos así obtenidos proporciona-
criterios de selección para este tipo de intervención se enumerarán rán información sobre un amplio rango de habilidades cognitivas,
más adelante): lo que permitirá realizar inferencias neuropsicológicas acerca del
– Epilepsia incontrolable médicamente, habiendo fracasado uno paciente [12,15,41-46]. Debido a que la epilepsia se acompaña de
o más intentos con medicación anticomicial. Este intento puede diversas condiciones de importancia neuropsicológica, tales como
requerir un año o un año y medio en pacientes con crisis fre- disfunción cerebral subyacente, cambios electroencefalográficos
cuentes [3,11,12,14,28]. epileptiformes y no epileptiformes, medicación con anticomicia-
– Las crisis deben ser de frecuencia y gravedad suficientes como les y episodios paroxísticos, el conjunto de pruebas elegido debe
para alterar los patrones normales de la vida diaria del paciente ser sensible a todas ellas [48].
[2,12,14]. Todo ello convierte la evaluación neuropsicológica en un pro-
– Las crisis deben surgir de un área cerebral relativamente foca- ceso multivariado que requerirá varias horas para ser completado,
lizada, cuya resección no conlleve deficiencias cognitivas o pero que es imprescindible para conocer el estado cognitivo del
neurológicas inaceptables [2,3,12-14]. paciente, poniendo de manifiesto sus destrezas y sus deficiencias
– El paciente debe ‘estar suficientemente intacto intelectual- [12,41].
mente y exento de alteraciones psicóticas como para poder Aunque son muchos los centros en los que se lleva a cabo una
beneficiarse de la rehabilitación’ [27]. En este aspecto quizás evaluación neuropsicológica como parte de la evaluación prequi-
exista alguna controversia ya que ciertos autores consideran rúrgica de los pacientes [41], es grande la diversidad concerniente
que las alteraciones psicóticas previas no deberán considerar- al uso que se le da a los datos neuropsicológicos, de manera que
se como un criterio de exclusión [29,30]. una misma información es altamente valorada en algunos centros,
mientras que en otros es totalmente ignorada [42].
MÉTODOS DE INTERVENCIÓN
NEUROPSICOLÓGICA EN LA CIRUGÍA OBTENCIÓN DE UNA LÍNEA BASE
DE LA EPILEPSIA La obtención de un perfil de funcionamiento cognitivo mediante
Es importante señalar que ‘debido a la complejidad tanto técnica el uso de pruebas neuropsicológicas se justifica por varias razo-
como de exploraciones complementarias, el abordaje quirúrgico nes. Son numerosos los estudios que sugieren que los procesos
de la epilepsia debe ser realizado en unidades especiales con so- epilépticos están asociados con una alta probabilidad de proble-
porte multidisciplinario’ [22]. Un documento desarrollado por mas cognitivos [12,23,33,35,48-54]. Aunque han sido muchos los
The National Association of Epilepsy Centers [31], que pretende factores de riesgo investigados, pocas conclusiones firmes se han
ser una guía del tipo de servicios, personal y facilidades apropia- logrado establecer, siendo la edad de comienzo de las crisis el
das para centros especializados en epilepsia, incluye la figura del factor sobre el que parece haberse alcanzado mayor acuerdo como
neuropsicólogo en el equipo multidisciplinario que trabaja en los predictor del estado cognitivo, con un inicio más temprano de la
centros de cirugía de la epilepsia. enfermedad asociado a peor funcionamiento. En este contexto la
La neuropsicología puede definirse como ‘el estudio de las evaluación neuropsicológica proporciona una información que
relaciones cerebro-conducta y la aplicación de este conocimiento ayuda a determinar el nivel de alteración cognitiva producida por
a problemas clínicos que surgen de las alteraciones cognitivas y las crisis, de modo que la evidencia objetiva de un declinar cog-
comportamentales asociadas con la disfunción cerebral’ [4,5,12]. nitivo en el paciente que desorganice los patrones normales de la
Las pruebas neuropsicológicas han demostrado ser sensibles a la vida diaria puede acelerar su consideración como candidato a la
presencia y localización de daño cerebral local y difuso [32,33]. cirugía [12,28].
Asimismo, numerosos estudios muestran correlaciones entre los Por otra parte, teniendo en cuenta que el beneficio en el control
datos neuropsicológicos y los obtenidos mediante técnicas de neu- de las crisis que se logre mediante la intervención quirúrgica debe
rodiagnóstico [34-40]. ser sopesado con el riesgo de desarrollar deficiencias cognitivas,

REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625 617


P. CAMPO, ET AL

la evaluación neuropsicológica prequirúrgica se ha utilizado como instrumentos electrofisiológicos o de neuroimagen, la confianza


predictor de la posibilidad de control de los episodios paroxísticos en que la localización del foco epileptógeno es correcta se ve
[12,13,20,21,41,42,46], así como para predecir los riesgos poten- incrementada. Cuando, por el contrario, los datos neuropsicológi-
ciales de un deterioro cognitivo como consecuencia de la cirugía cos son discrepantes con los obtenidos mediante otras técnicas,
[12,13,24,42]. Estos aspectos se considerarán separadamente en pueden estar reflejando una disfunción significativa que se extien-
secciones siguientes debido a su especial relevancia. de más allá del área epileptógena. También puede ocurrir que el
Por último, la línea base que se obtiene con la evaluación patrón general de resultados neuropsicológicos sugiera una loca-
neuropsicológica es de gran utilidad, ya que permitirá establecer lización en el hemisferio opuesto al demostrado por la neuroima-
comparaciones pre-posquirúrgicas que indicarán no sólo la mor- gen o el EEG. En este caso, tal discrepancia apuntará a una orga-
bilidad neuropsicológica asociada a la intervención quirúrgica, nización cerebral anómala que deberá ser confirmada con el test
sino también aquellas funciones cognitivas que no se han visto de Wada [12,41,43,45].
afectadas o incluso que han mejorado por dicha intervención En la labor de localización y lateralización del foco epileptó-
[15,42]. geno se pretende que la información proporcionada por el EEG
sea confirmada por los hallazgos en otras pruebas, tanto anató-
micas como funcionales. De este modo, si los hallazgos elec-
LATERALIZACIÓN Y LOCALIZACIÓN DEL ÁREA troencefalográficos y los anatómicos no concuerdan se continúa
EPILEPTÓGENA explorando [3], y es en este contexto donde la evaluación neuropsi-
La correcta localización y lateralización del área epileptógena es cológica se utiliza como un test confirmatorio que proporciona
crucial para el resultado de la intervención quirúrgica. La identi- información funcional con un importante valor localizador
ficación del lugar de comienzo de las crisis depende fundamental- [12,45].
mente de los datos electroencefalográficos, aunque para confir-
marlos se emplea información obtenida mediante otras técnicas.
Entre ellas se encuentra la TAC, RM, PET y la evaluación neuro- LA TÉCNICA DE WADA
psicológica [3,5,45]. La especial contribución de esta última se La prueba de amobarbital intracarotídeo (PAI), también conocida
debe a que sus resultados derivan de un análisis del funcionamien- como test de Wada, es un procedimiento invasivo que supone la
to cognitivo, diferenciándose así de las medidas anatómicas y inactivación transitoria de un hemisferio (entre 3 y 10 mn) me-
fisiológicas proporcionadas por las otras técnicas [5,44]. Esto es diante la inyección de un barbitúrico a través de la arteria carótida
especialmente importante considerando que la investigación ha interna. Las principales áreas perfundidas son aquellas que abas-
demostrado que el foco epileptógeno primario está asociado con tecen la arteria cerebral anterior y la arteria cerebral media ipsila-
una alteración funcional del área cerebral implicada [45] y que terales a la inyección [45,47]. Los efectos inmediatos incluyen
dicha área disfuncional puede ser identificada mediante pruebas hemiplejía, hemianopsia y hemianestesia contralaterales [5,56].
neuropsicológicas [12,35,41,42,45,46]. Con este fin, el neuropsi- Durante el tiempo que dura la anestesia, se evalúan las funciones
cólogo selecciona un conjunto de pruebas que evalúan funciones del hemisferio no inyectado [43,44,47,56].
cognitivas mediadas por distintas áreas cerebrales, lo que le per- El primer intento de anestesiar selectivamente un hemisferio
mitirá examinar la integridad funcional de éstas. En esta evalua- para evaluar las funciones del otro data de 1941, año en que
ción se abarcarán aspectos motores, sensoriales, lenguaje, resolu- Gardner inyectó novocaína directamente en el cerebro de unos
ción de problemas, atención, funciones visoespaciales, aprendizaje pacientes con el fin de determinar la dominancia cerebral para el
y memoria [15,41,48]. lenguaje con anterioridad a la cirugía. Ocho años después, un
Dada la elevada frecuencia de la cirugía resectiva del lóbulo neurólogo, Juhn Wada, introdujo la vía intracarotídea para la
temporal (más del 80% de los casos) y de la implicación de este administración de un barbitúrico de corta acción, lo que propor-
área cortical en los procesos de memoria, la evaluación de dicha cionó la posibilidad de evaluar la contribución de cada hemisfe-
función es de particular importancia, empleándose para ello prue- rio a la función del lenguaje de forma independiente [57]. Pos-
bas que contemplan diferentes aspectos del aprendizaje y la me- teriormente, el procedimiento fue modificado y su empleo se
moria e incluyendo medidas sensibles a la función hipocámpica extendió a la predicción del riesgo de amnesia global como con-
[43-45,55]. Una evaluación integral de la memoria debe incluir la secuencia de la lobectomía temporal [58]. En la actualidad, la
utilización del test de Wada, el cual proporcionará información prueba de amobarbital intracarotídeo forma parte integral de
adicional sobre la integridad funcional de las formaciones hipo- la evaluación prequirúrgica de los programas de cirugía para la
cámpicas (véase más adelante). epilepsia de la mayoría de los centros [57,59]. Junto con los
El hecho de que el proceso epiléptico tenga un efecto sutil en objetivos anteriormente señalados se emplea, de forma adicio-
las pruebas neuropsicológicas requiere que al realizar inferencias nal, para confirmar la lateralidad del foco epileptógeno
respecto a la localización potencial del foco epileptógeno, el neu- [45,47,60-63].
ropsicólogo deba basarse en el patrón general de ejecución, y no
en el resultado de una prueba aislada. Así, los rendimientos defi- Descripción del procedimiento
citarios en unas pruebas comparativamente a rendimientos bue- Al igual que ocurre con la evaluación neuropsicológica, existe
nos en otras permitirá indicar qué área cerebral no está funcionan- gran variabilidad entre los distintos centros en la aplicación de la
do normalmente [43-45]. En la determinación del foco epileptó- PAI [59]. Por ello, el procedimiento que se expondrá recoge los
geno, la evaluación neuropsicológica contribuye proporcionando parámetros y características más comunes.
una información que complementa, ya sea confirmando o contra- Antes de realizar la prueba, se lleva a cabo un ensayo de prác-
diciendo, los hallazgos obtenidos por medio de otras técnicas. Si tica, que permite familiarizar al paciente con la dinámica del pro-
el patrón de resultados neuropsicológicos indica un déficit funcio- cedimiento, así como establecer una línea base de lenguaje y
nal focal, que coincide con datos similares proporcionados por memoria [5,47,55,60,62]. Asimismo, previo a la inyección de la

618 REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625


NEUROPSICOLOGÍA Y CIRUGÍA DE LA EPILEPSIA

droga, se realiza una arteriografía para descartar la existencia de A pesar de su extendido uso en los centros que desarrollan
malformaciones vasculares, lo que permitirá, por otra parte, vi- programas de cirugía para la epilepsia, el test de Wada es objeto
sualizar el patrón de perfusión del fármaco. Inmediatamente des- de críticas y controversia respecto a su fiabilidad y validez, es-
pués, con el paciente en posición supina y con ambas manos pecialmente en lo que concierne a la evaluación de la memoria,
levantadas, comienza a inyectarse una dosis inicial de 75 mg de todo lo cual ha generado gran cantidad de literatura en torno al
amobarbital sódico, la cual puede ir aumentándose progresiva- tema [43-45,47,57,62,68,72,73]. Aunque no es el objeto de este
mente, sin superar un máximo de 250 mg, hasta que se consiga una artículo realizar una revisión exhaustiva de la bibliografía exis-
hemiplejía contralateral transitoria. Es en este momento cuando tente al respecto, sí cabe señalar que son muchos los autores que,
comienza la evaluación del lenguaje y la memoria. aunque advierten de la necesidad de conocer las limitaciones de
Normalmente, las evaluaciones de ambos hemisferios se lle- la PAI, consideran que esta prueba constituye en la actualidad un
van a cabo el mismo día, con un intervalo entre una y otra de 30- instrumento eficaz para determinar tanto la dominancia cerebral
60 mn, realizándose primero la del hemisferio donde se planea la para el lenguaje, como para identificar a aquellos pacientes con
resección quirúrgica [47,55,56,61,63-66]. riesgo de desarrollar una amnesia anterógrada posquirúrgica
[44,45,59, 62,73-75].
Evaluación del lenguaje
Para la evaluación del lenguaje se administran varias tareas lin-
güísticas; las más comúnmente empleadas son la denominación y PREDICCIÓN EN EL CONTROL DE LAS CRISIS
la comprensión [57,59]. Otras medidas utilizadas incluyen lectu- Aunque la cirugía para la epilepsia es eficaz en un gran número
ra, repetición, contar... [45,47,55-57,65]. de pacientes, existe un grupo para el que la intervención qui-
Como resultado de esta evaluación, la dominancia cerebral rúrgica supone una pequeña o ninguna mejoría (entre un 20 y
para el lenguaje se clasificará como lateralizada o mixta, pudiendo 30%). Por ello, es importante desarrollar métodos que permi-
utilizarse para ello criterios absolutos, en los que se considera tan identificar con anterioridad a aquellos pacientes que se
cada hemisferio de forma independiente, o criterios relativos, donde beneficiarán de dicha intervención y a aquellos que no lo harán
se considera la ejecución de un hemisferio en relación con el otro [20,21,25,76]. Han sido bastantes los estudios que han tratado
[65,68]. de encontrar variables con poder predictivo respecto al resul-
La información que el test de Wada proporcione acerca de la tado de la cirugía en términos del control de las crisis. La
representación cerebral del lenguaje será utilizada para determi- mayoría de ellos utiliza variables relacionadas con los regis-
nar la extensión de la resección quirúrgica, así como el tipo de tros electroencefalográficos y la historia de las crisis, siendo
procedimiento que se debe emplear [45,47,57,59]. muy pocos aquellos que consideran variables neuropsicológi-
cas o psicológicas. No obstante, en aquellos trabajos en los que
Evaluación de la memoria estas variables fueron utilizadas, se observa que su capacidad
Loring et al [43,44,47] han enumerado las asunciones en las que de predicción con respecto al control de las crisis es similar al
se basa el test de Wada para predecir el riesgo de amnesia anteró- de otras variables, incluidas variables electroencefalográficas.
grada como consecuencia de la lobectomía temporal: Los factores que se han relacionado con un mejor resultado de
a) ‘La inactivación de sólo un lóbulo temporal no puede producir la cirugía son la evidencia neuropsicológica de disfunción la-
por sí mismo un déficit mnésico anterógrado generalizado’. teralizada, datos neuropsicológicos indicativos de disfunción
b) ‘Las regiones implicadas en las funciones de memoria que se restringida al lóbulo temporal, deterioro neuropsicológico leve,
resecarán con la lobectomía temporal serán funcionalmente cociente intelectual alto y problemas psicosociales y emocio-
inactivadas por la inyección en la arteria carótida interna’. nales escasos [20].
c) ‘Si las estructuras del lóbulo temporal contralateral al lado Una revisión de los distintos estudios que se han llevado a
inyectado están gravemente afectadas, de forma que la resec- cabo en este área pone de manifiesto que el empleo de variables
ción del área epileptógena provocase un síndrome amnésico, aisladas proporciona menor precisión predictiva y tiene mayor
entonces la inyección producirá una amnesia transitoria debi- inestabilidad [12]. A pesar de esta evidencia, son pocos los estu-
do a la inactivación bilateral de los lóbulos temporales’. dios que han utilizado dos o más variables simultáneamente, con-
siguiéndose en todos los casos una mayor exactitud en sus predic-
Si bien hay acuerdo generalizado respecto a estos principios, existe ciones [20,21,25,75].
gran variabilidad en lo que se refiere a los procedimientos utiliza- Las investigaciones realizadas por Dodrill et al [20,21] fue-
dos [59]. No obstante, una mayoría de centros utiliza un método ron las primeras en incluir variables neuropsicológicas y psico-
consistente en presentar una serie de elementos durante el período lógicas en el marco de un procedimiento multivariado y multi-
que dura la anestesia hemisférica [47,55,57,60,61,69], empleando disciplinario [75]. En estos trabajos, en los que se examinaron
un paradigma de reconocimiento para evaluar la memoria, una vez más de setenta variables, sólo ocho alcanzaron valor predictivo,
que los efectos del fármaco han desaparecido [41,45,55,60,61,69]. de las cuales cuatro eran datos electroencefalográficos, dos da-
De este modo, la ejecución en la prueba de memoria determinará tos neuropsicológicos y dos variables de personalidad. Utiliza-
quién ‘pasa’ o no la prueba. Al igual que ocurre con la evaluación das conjuntamente predecían correctamente un 79% de los ca-
del lenguaje, pueden utilizarse criterios absolutos o relativos sos, aunque esta capacidad tendía a disminuir con el tiempo
[47,63,67]. (63% en las evaluaciones realizadas 9-10 años después de la
Dependiendo de los centros, aquellos pacientes que no ‘pa- intervención quirúrgica). Estos resultados fueron mejores que
sen’ el test serán descartados para la cirugía, se les repetirá el los obtenidos por otros métodos que utilizaban sólo variables
test o se utilizarán pruebas complementarias para evaluar la electroencefalográficas.
funcionalidad de las formaciones hipocampales [45,47, Son muchos los aspectos que complican la tarea de predic-
55,64,70,71]. ción de los resultados de la cirugía en la epilepsia. En la base se

REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625 619


P. CAMPO, ET AL

encuentra la ausencia de un sistema consensuado de clasifica- Lenguaje


ción de los resultados que sea utilizado por todos los centros Cuando se planea resecar parte del lóbulo temporal para contro-
[23,77]. lar la ocurrencia de crisis epilépticas, existe una especial pre-
Aunque la investigación aún es muy escasa, los datos neuro- ocupación por los efectos que tal intervención pueda producir
psicológicos se presentan como un factor potencial en la predic- en la función del lenguaje. En este sentido, una labor funda-
ción del control de las crisis como resultado de la cirugía. Son mental es determinar con anterioridad a la cirugía qué hemisfe-
numerosos los autores que consideran que el empleo de las prue- rio es el dominante para el lenguaje, pudiendo utilizarse para ello
bas neuropsicológicas con este objetivo debería extenderse, a la técnicas de escucha dicótica [82-85] o la técnica de Wada. Asi-
vez que señalan la necesidad de una mejor explicación teórica de mismo, con el objetivo de preservar la función del lenguaje, se
sus aportaciones en este campo de trabajo [25,42]. Se necesita, por emplean distintos procedimientos, como la realización de ma-
tanto, un mayor volumen de investigación que explore la capaci- pas funcionales y/o resecciones restringidas anatómicamente
dad predictiva de los datos neuropsicológicos, utilizando para ello [3,78,86-88].
un procedimiento multivariado y multidisciplinario [12,20,21, Para evitar la posibilidad de que las deficiencias en el len-
42,46,75,77]. guaje identificadas después de la operación ya existieran con
anterioridad, es fundamental llevar a cabo una evaluación espe-
cializada tanto antes como después de la intervención quirúrgica,
REGISTRO Y PREDICCIÓN DE LOS CAMBIOS utilizándose para ello pruebas que sean sensibles a la presencia y
NEUROPSICOLÓGICOS gravedad, así como a aspectos cualitativos de las alteraciones
Una de las contribuciones más valiosas que la evaluación neu- del lenguaje.
ropsicológica proporciona al programa de cirugía para la epi- Las investigaciones llevadas a cabo por Hermann y Wyler
lepsia es la comprensión precisa e integrada de los efectos que [78] y Hermann et al [88] constituyen los estudios prospectivos
la intervención quirúrgica produce en el funcionamiento cog- más importantes. En ellas se pone de manifiesto que la resec-
nitivo de los pacientes. Para ello, éstos deben ser evaluados ción de la parte anterior del lóbulo temporal dominante no
antes y después de la intervención, no realizándose evaluacio- produce pérdidas significativas en la función del lenguaje, ob-
nes en el período postoperatorio agudo [42]. La comparación servándose incluso mejoras significativas en la comprensión.
de ambas evaluaciones permitirá conocer la morbilidad neuro- Algunos trabajos han señalado la aparición de disnomias leves
psicológica asociada con la resección quirúrgica; además, iden- en algunos pacientes, que tienden a remitir con el tiempo
tificará aquellas funciones que no se ven afectadas o que inclu- [12,42,46,87,89-91].
so mejoran con la intervención [12,15,42]. Por otra parte, la Debido a la utilización de procedimientos específicos con el
comparación de las evaluaciones pre y postoperatorias permi- fin de prevenir pérdidas en la función del lenguaje, existe eviden-
tirá establecer los patrones esperados de cambio cognitivo cia en la literatura de que dicha función permanece esencialmente
asociados con la cirugía, así como los factores de riesgo de inalterada después de la intervención quirúrgica [42,46,91]. No
deterioro cognitivo [12]. Esta información hace posible cono- obstante, algunos autores [88] destacan la necesidad de investigar
cer con anterioridad la probabilidad de que un determinado los posibles efectos de la cirugía en funciones cognitivas superio-
paciente experimente un deterioro de sus capacidades cogniti- res mediadas por el lenguaje, tales como el pensamiento lógico o
vas como resultado de la intervención quirúrgica, por lo que la abstracción verbal.
deberá tenerse en cuenta durante el proceso de selección de los
candidatos a la cirugía. Memoria
Las áreas más extensamente estudiadas han sido la inteligen- Alteraciones en la memoria y el aprendizaje han sido atribuidas a
cia, el lenguaje y la memoria, con una mayoría de investigaciones disfunción del lóbulo temporal en numerosos estudios [4,5,55,
centradas en la lobectomía temporal. 92-97]. Del mismo modo, está bien establecido que el daño tem-
poral bilateral produce una amnesia global grave y persistente [5,
Inteligencia 55,98,99]. Si bien éste no es un resultado probable de la lobecto-
Una revisión extensiva de la literatura muestra que la cirugía mía temporal unilateral, puede llegar a producirse amnesia si exis-
resectiva, especialmente la del lóbulo temporal, no produce de- te un daño en las estructuras del lóbulo temporal contralateral al
terioro o disminución significativa del cociente intelectual [42]. proyectado para la cirugía. A fin de evitar esta posibilidad, la
Algunos estudios refieren un pequeño decremento inicial, que mayoría de centros utilizan el test de Wada para comprobar la
tiende a resolverse con el tiempo [12,41]. Otros informan de la integridad funcional de ambas formaciones hipocámpicas
ausencia de cambios, o incluso de leves incrementos, cuando las [12,42,45,55, 89,90,100]. El impacto de la resección temporal
evaluaciones se realizan tras intervalos de tiempo más amplios unilateral se observa en deficiencias de memoria más leves, que
[17,24,78,79]. Estos incrementos se han tratado de explicar en son además específicos al tipo de material presentado. Así, las
algunos trabajos por efecto de la desaparición o disminución de resecciones en el hemisferio dominante producen una disminu-
las interferencias que la expansión de las descargas originadas ción en el recuerdo y aprendizaje de material verbal [13,15,51,
en el foco epileptógeno produce en otras áreas cerebrales [17,78]. 78,79, 87,89,90,100-105], mientras que las resecciones del lóbulo
Otros estudios, sin embargo, revelan que estos incrementos pue- temporal no dominante afectarán la memoria y el aprendizaje de
den ser debidos a efectos de práctica, produciéndose lo que se material no verbal [89,90,101,106-109], aunque este último resul-
denomina una ‘regresión hacia la media’ [12,13,41,80,81]. Por tado no es observado en todos los estudios [12,24,42,51,
ello, estos incrementos deben ser interpretados cuidadosamente, 79,80,102,103,105,110]. Diferentes argumentos referidos a los
considerando incluso que ‘la ausencia de una mejora en el ren- estímulos empleados, así como a las características de las pruebas
dimiento puede estar reflejando una disminución en la capaci- utilizadas han sido esgrimidos para explicar esta inconsistencia de
dad cognitiva’ [42]. los resultados [102], siendo diversos los autores que acentúan la

620 REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625


NEUROPSICOLOGÍA Y CIRUGÍA DE LA EPILEPSIA

necesidad de utilizar pruebas específicamente sensibles a la me- sugieren una independencia de las secuelas neuropsicológicas y la
moria no verbal [24,51,55,102]. extensión de la resección, tanto lateral como medial [100,116]. Es
Por otra parte, algunas investigaciones han revelado una me- necesaria, por tanto, más investigación en este área.
joría en las funciones de memoria, la cual sigue un patrón opuesto Algún autor ha señalado que los pacientes mayores de 40 años
al de las deficiencias, esto es, mejora en el recuerdo y aprendizaje presentan más riesgo de deterioro mnésico, especialmente los
de material no verbal tras la resección del lóbulo temporal domi- varones más que las mujeres [15,42].
nante, siendo la memoria para material verbal la que se beneficia Hay que tener en cuenta, por otra parte, que el estado neurop-
después de la cirugía en el hemisferio no dominante [17,67, sicológico después de la resección quirúrgica parece estar media-
79,87,89]. do por el grado de control de las crisis, siendo ésta una relación
Aunque los datos anteriormente señalados representan una directa [12,24,67,79,90,91]. Además, la capacidad de compensa-
tendencia general, algunas investigaciones los han cuestionado. ción cognitiva del paciente, así como las demandas ambientales y
De este modo, en un trabajo llevado a cabo por Saykin et al [105] los sistemas y redes de apoyo pueden modificar el impacto de las
se concluye que ‘la edad de comienzo de las crisis no sólo afecta deficiencias [13].
al nivel, sino también al patrón de los cambios de memoria produ-
cidos por la lobectomía temporal, y que tales efectos dependen de
la lateralidad del foco’. Así, en los casos de lobectomía temporal CALLOSOTOMÍA
izquierda, los pacientes con comienzo de las crisis anterior a los La callosotomía se considera un tratamiento aceptable para aque-
5 años experimentaban una disminución en la memoria no ver- llos pacientes con epilepsia farmacorresistente, multifocal, bila-
bal, mientras que en aquellos con comienzos posteriores se ob- teral o no localizada, o bien en los que el área epileptógena
servaba un empeoramiento en la memoria verbal y una mejora focalizada no es susceptible de ser resecada quirúrgicamente
en la no verbal. Como consecuencia de la lobectomía temporal [11,117]. Se trata de un procedimiento quirúrgico paliativo que
derecha todos los pacientes experimentaron mejoras en ambos raramente elimina por completo la ocurrencia de los episodios
tipos de memoria, con independencia de la edad de comienzo de paroxísticos. Por ello, las metas y expectativas son diferentes a
las crisis. Phillips y McGlone [24], por su parte, han puesto de las de la cirugía resectiva [2,3,23,28,117-119]. El porcentaje de
relieve la importancia de analizar los patrones individuales de pacientes para los que la intervención es satisfactoria varía se-
ejecución a la hora de informar de los resultados, ya que algunos gún el tipo de crisis y los procedimientos utilizados. Aquellas
pacientes presentan incrementos y decrementos dentro de un crisis que mejor responden a la callosotomía son las atónicas,
mismo tipo de memoria. Por último, un aspecto generalmente clónicas y tónico-clónicas. Asimismo, en el síndrome de Len-
ignorado y que ha sido destacado en un trabajo reciente [101] es nox-Gastaut la callosotomía ha mostrado ser efectiva. En las
la posible afectación de la memoria remota como consecuencia de crisis parciales el efecto es variado, pero con un porcentaje de
la lobectomía temporal. éxito menor que en las anteriores [11,28,117-122]. No obstante,
Estos resultados, tomados en su conjunto, ponen de manifies- existe controversia respecto al modo de registrar los resultados
to la necesidad de realizar una evaluación integral y exhaustiva de de un procedimiento que pretende no curar, sino paliar los efec-
la memoria, considerando para ello un gran número de variables. tos de distintos tipos de crisis [23,118].
Un aspecto que requiere todavía ser dilucidado es la conve-
Identificación de factores de riesgo niencia de la callosotomía parcial (anterior o posterior) o total para
Como se indicó con anterioridad, es esencial la identificación de la obtención de un resultado satisfactorio en el control de las crisis,
factores que permitan establecer el riesgo potencial de deterioro así como para evitar las secuelas neurológicas y neuropsicológi-
cognitivo como consecuencia de la intervención quirúrgica. Los cas. Actualmente, el procedimiento más usado es la sección ante-
cambios que se puedan producir en las funciones mnésicas repre- rior del cuerpo calloso, constituyendo en ocasiones un intento
sentan el área de mayor preocupación, motivo por el que la mayor preliminar, que se completa si no se observa un control adecuado
parte de los trabajos se orientan hacia este aspecto. de las crisis [3,117-121,123].
Un factor identificado en distintos estudios es el nivel prequi-
rúrgico de funcionamiento mnésico. El mayor riesgo de deterioro Secuelas neuropsicológicas
es para aquellos pacientes que presentan un nivel de funciona- Es importante tener en cuenta a la hora de registrar los posibles
miento más intacto [12,13,42,67,92,111]. Estos resultados han efectos neuropsicológicos de la callosotomía, la dificultad de se-
sido explicados a la luz de la correlación encontrada entre patolo- parar el daño cortical producido durante la intervención de los
gía hipocámpica y función mnésica [39,40]. Así, un rendimiento efectos de la callosotomía en sí [11,118,124].
bueno en pruebas de memoria será indicativo de la ausencia de Cuando la sección es anterior, aparece un estado transitorio en
afectación estructural, de manera que la resección de tejido fun- el que existe una dificultad para iniciar el discurso, que en ocasio-
cionalmente intacto se vería reflejado en una disminución eviden- nes puede ser mutismo, paresia de la pierna izquierda e inconti-
te de la capacidad de memoria [24,42,91,112]. nencia [3,117,118]. En los casos de sección posterior se produce
La extensión de la resección es otro de los factores citados en una desconexión sensitiva, de forma que el hemisferio dominante
diferentes estudios, ya que existe controversia sobre el papel des- y el no dominante no pueden intercambiar información somesté-
empeñado por las estructuras laterales y las mediales. Aunque sica y/o visual [117-119]. Cuando la callosotomía es completa, se
tradicionalmente las deficiencias de memoria se han asociado con bloquea también el acceso del hemisferio dominante al córtex
lesiones de la estructura hipocámpica, son diversos los autores motor del hemisferio no dominante, afectándose la ejecución de
que destacan la implicación del córtex lateral en los mecanismos movimientos distales. Así, la mano no dominante no responderá
de la memoria [3,5,12,43,87,91,92,96,109,114,115]. Asimismo, correctamente a órdenes verbales. De igual modo, el aprendizaje
se indica la posibilidad de que sistemas contralaterales desempe- de nuevas tareas bimanuales se ve dificultado. En ocasiones se han
ñen papeles complementarios [89]. No obstante, hay trabajos que observado movimientos competitivos entre ambas manos

REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625 621


P. CAMPO, ET AL

[118,124,125]. Este síndrome de desconexión tiende a resolverse, de estos pacientes epilépticos se logra un buen control de las crisis
por regla general, en pocos días o semanas, y son raros los casos mediante un tratamiento farmacológico anticomicial, existe un
en los que persiste en el tiempo [3,117,118,125]. grupo de pacientes, que oscila entre el 10 y el 30%, para los que
Algunos trabajos han informado de la aparición de un deterio- dicho tratamiento no es eficaz. Para ellos la intervención qui-
ro persistente del lenguaje como consecuencia de la callosotomía, rúrgica se considera como una opción terapéutica aceptable. Como
que puede afectar tanto al discurso como a otras áreas lingüísticas consecuencia de la cirugía, entre un 60 y un 80% de los pacientes
(escritura, lectura). Este deterioro se ha observado en pacientes se curan o presentan una mejoría sintomática importante. De entre
con dominancia cerebral cruzada, para quienes el lenguaje está todos los tipos de intervenciones que se realizan, es la resección
controlado por un hemisferio y los aspectos motores por el otro del lóbulo temporal la que revela el mayor porcentaje de éxitos en
[11,118,119,122,123,126]. También se ha indicado la posibilidad el control de las crisis.
de mutismo o afasia después de la callosotomía en pacientes en los En 1989 se desarrolló un documento que fue adoptado por
que la memoria funcional es contralateral al hemisferio dominan- el Board of the National Association of Epilepsy Centers [31]
te para el lenguaje [122]. Es esencial, por tanto, conocer la repre- con el que se pretendió establecer unas definiciones básicas
sentación del lenguaje así como la funcionalidad de las estructuras sobre los objetivos y calidad de los servicios que cualquier
mnésicas con anterioridad a la intervención quirúrgica, utilizán- centro especializado en epilepsia debería poseer, establecien-
dose para ello la técnica de Wada [3,118,122]. Con respecto a la do, asimismo, una graduación de centros en función de los
función de la memoria, algunos estudios han indicado un deterio- servicios ofrecidos. Así, tanto en los centros de tercer como de
ro [11,118,119], aunque no suficientemente significativo como cuarto nivel, que son los que pueden realizar intervenciones
para contrarrestar los beneficios derivados del mayor control de quirúrgicas, se incluye la figura del neuropsicólogo como parte
las crisis [118]. del equipo multidisciplinario que trabaja en ellos. La impor-
Por otra parte, también se ha informado de una mejoría en el tancia del soporte multidisciplinario se debe a la complejidad
funcionamiento intelectual general tras la intervención quirúrgica tanto técnica como de exploraciones complementarias que re-
[117,118,122], aunque no está claro si dicha mejoría es debida a quiere el abordaje quirúrgico de la epilepsia. De este modo, el
la disminución en la ocurrencia de las crisis o a la callosotomía en neuropsicólogo tiene un papel destacado en la selección de los
sí [117,119]. pacientes candidatos a la cirugía, detectando aquellos en los
Para concluir, cabe decir que la callosotomía, en la mayoría de que la intervención podría tener efectos neuropsicológicos ad-
los casos, es un procedimiento benigno, que produce pocos efec- versos, así como en la localización y lateralización del foco
tos neuropsicológicos negativos, y que genera un gran beneficio epileptógeno mediante el empleo de pruebas específicas. El
psicosocial al paciente como consecuencia de la menor ocurrencia neuropsicólogo lleva a cabo, también, una labor de seguimien-
de las crisis y la reducción en los niveles de los fármacos antico- to del paciente que permite conocer la morbilidad producida
miciales [3,117,118]. por el procedimiento quirúrgico. Dos áreas de creciente inte-
rés, en las que la evaluación neuropsicológica supone una fuente
valiosa de datos, son la predicción sobre el control de las crisis
CONCLUSIONES y la identificación de factores de riesgo de cambios cognitivos
La epilepsia es un trastorno neurológico que afecta en España, como resultado de la cirugía. No obstante, es preciso llevar a
según el primer documento del Comité de estudio multidiscipli- cabo investigaciones multidisciplinarias que permitan alcan-
nario de epilepsia [127], a 307.405 personas. Aunque en muchos zar resultados fiables y concretos.

BIBLIOGRAFÍA
1. Hermann BP, Whitman S. Psychopathology in epilepsy. Am Psychol change as a function of preoperative ability status among temporal
1992; 47: 1134-8. lobectomy patients seen at months follow-up. Neurology 1991; 41:
2. Manrique M. Tratamiento quirúrgico de la epilepsia. En Vaquero J, 399-404.
ed. Neurología quirúrgica. Vol. II. Madrid: Alpe; 1988. p. 537-54. 14. Guldvog B, Loyning Y, Hauglie-Hanssen E, Flood S, Bjornaes H.
3. Ojemann GA. Surgical therapy for medically intractable epilepsy. J Surgical versus medical treatment for epilepsy. I. Outcome related
Neurosurg 1987; 66: 489-99. to survival, seizures and neurologic deficit. Epilepsia 1991; 32:
4. León-Carrión J. Manual de neuropsicología humana. Madrid: Siglo 375-88.
XXI; 1995. 15. Hermann BP, Wyler AR. Neuropsychological outcome of anterior tem-
5. Kolb B, Whishaw IQ. Fundamentals of human neuropsychology. 4 ed. poral lobectomy. J Epilepsy 1988; 1: 35-45.
New York: Freeman and Company; 1996. 16. Johannessen SI, Loyning Y, Munthe-Kaas AW. General aspects. In
6. Neppe VM, Tucker GJ. Neuropsychiatric aspects of seizure disorders. Dam M, Gram L, eds. Comprehensive epileptology. New York: Raven
In Yudofsky SC, Hales RE, eds. Textbook of neuropsychiatry. 2 ed. Press; 1990. p. 505-25.
Washington: American Psychiatric Press; 1992. 17. Olivier A. Risk and benefit in the surgery of epilepsy: complications
7. Beghi E, Perucca E. The management of epilepsy in the 1990s. Drugs and positive results on seizures tendency and intellectual function. Acta
1995; 49: 680-94. Neurol Scand 1988; 72 (Suppl 117): 114-21.
8. Ditcher MA, Brodie J. New antiepileptic drugs. N Engl J Med 1996; 18. Porter RJ, Ojemann GJ. Reply. Ann Neurol 1989; 25: 509-10.
334: 1583-90. 19. Horsley V. Brain surgery. Br Med J 1886; 2: 670-5.
9. Oller-Daurella L. Tratamiento médico de la epilepsia: revisión históri- 20. Dodrill CB, Wilkus RJ, Ojemann GA, Ward AA, Wyler AR, van Belle
ca con especial consideración en las adquisiciones más recientes. Rev G, Tamas L. Multidisciplinary prediction of seizure relief from corti-
Neurol 1993; 21: 93-8. cal resection surgery. Ann Neurol 1986; 20: 2-12.
10. Dam M, Gram L. Comprehensive epileptology. New York: Raven 21. Dodrill CB, Wilkus RJ, Ojemann LM. Use of psychological and neu-
Press; 1990. ropsychological variables in selection of patients for epilepsy surgery.
11. Devinsky O, Pacia S. Epilepsy surgery. Neurol Clin 1993; 11: 951-71. Epilepsy Res 1992; (Suppl 5): 71-5.
12. Chelune GJ. The role of neuropsychological assessment in the presur- 22. Engel JE. Surgery for seizures. N Engl J Med 1996; 334: 647-53.
gical evaluation of the epilepsy surgery candidate. In Hermann BP, 23. Engel JE, van Ness PC, Rasmussen TB, Ojemann LM. Outcome with
Wyler AR, eds. The surgical management of epilepsy. New York: De- respect to epileptic seizures. In Engel J, ed. Surgical treatment of the
mos Publications; 1994. p. 78-89. epilepsies. 2 ed. New York: Raven Press; 1993. p. 609-21.
13. Chelune GJ, Naugle RI, Lüders H, Awad IA. Prediction of cognitive 24. Phillips NA, McGlone J. Grouped data do not tell the whole story:

622 REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625


NEUROPSICOLOGÍA Y CIRUGÍA DE LA EPILEPSIA

individual analysis of cognitive change after temporal lobectomy. J and paroxysmal electroencephalographic discharges on cognition. Acta
Clin Exp Neuropsychol 1995; 17: 713-24. Neurol Scand 1992; (Suppl 140): 111-21.
25. Sperling MR, O’Connor MJ, Saykin AJ, Phillips CA, Morrell MJ, 51. Delaney RC, Alexander JR, Mattson RH, Novelly RA. Memory func-
Bridgman PA, et al. A non invasive protocol for anterior temporal tion in focal epilepsy: a comparison of non-surgical, unilateral tempo-
lobectomy. Neurology 1992; 42: 416-22. ral lobe and frontal lobe samples. Cortex 1980; 16: 103-17.
26. Dasheiff RM. Epilepsy surgery: is it an effective treatment? Ann Neu- 52. Goodsman CS, Butler SR, Walton NH, Bird JM. Neural noise in epi-
rol 1989; 25: 506-9. lepsy as a mediator of cognitive dysfunction. Epilepsia 1996; 37 (Sup-
27. Dreifuss FE. Goals of surgery for epilepsy. In Engel J, ed. Surgical pl 4): 34. (Abstract).
treatment of the epilepsies. New York: Raven Press; 1987. p. 31-49. 53. Strauss E, Hunter M, Wada J. Risk factors for cognitive impairment in
28. Sola RG. ¿Cuándo es oportuno efectuar el estudio prequirúrgico de epilepsy. Neuropsychology 1995; 9: 457-63.
los pacientes con epilepsia? Rev Neurol 1997; 25: 379-85. 54. Srauss E, Loring D, Chelune GJ, Hunter M, Hermann BP, Perrine K,
29. Fenwick P. Psychiatric assessment and temporal lobectomy. In Her- et al. Predicting cognitive impairment in epilepsy: findings from the
mann BP, Wyler A, eds. The surgical management of epilepsy. New Bozeman Epilepsy Consortium. J Clin Exp Neuropsychol 1995; 17:
York: Demos Publication; 1994. p. 220. 909-17.
30. Fenwick P, Blumer D, Caplan R, Ferguson S, Savard G, Victoroff J. 55. Jones-Gotman M. Commentary: psychological evaluation. Testing
Presurgical psychiatric assessment. In Engel J, ed. Surgical treatment hippocampal function. In Engel J, ed. Surgical treatment of the epi-
of the epilepsies. 2 ed. New York: Raven Press; 1993. p. 280. lepsies. New York: Raven Press; 1987. p. 203-11.
31. The National Association of Epilepsy Centers. Recommended guide- 56. Mateer CA, Dodrill CB. Neuropsychological and linguistic correlates
lines for diagnosis and treatment in specialized epilepsy centers. Epi- of atypical language lateralization: evidence from sodium amytal stu-
lepsia 1990; 31 (Suppl 1): S1-12. dies. Human Neurobiol 1983; 2: 135-42.
32. Lezak MD. Neuropsychological assessment. 3 ed. New York: Oxford 57. Snyder PJ, Novelly RA, Harris LJ. Mixed speech dominance in the
University Press; 1995. intracarotid sodium amytal procedure: validity and criteria issues. J
33. Smith DB, Craft BR, Collins J, Mattson RH, Cramer JA. The VA Clin Exp Neuropsychol 1990; 12: 629-43.
Cooperative Study Group 118. Behavioral characteristics of epi- 58. Milner B, Branch C, Rasmussen T. Study of short-term memory after
lepsy patients compared with normal controls. Epilepsia 1986; 27: intracarotid injection of sodium Amytal. Trans Am Neurol Assoc 1962;
760-8. 87: 224-6.
34. Aarts JHP, Binnie CD, Smit AM, Wilkins AJ. Selective cognitive 59. Rausch R, Silfvenius H, Wieser H-G, Dodrill CB, Meador KJ, Jones-
impairment during focal and generalized epileptiform EEG activity. Gotman M. Intraarterial amobarbital procedures. In Engel J, ed. Surgi-
Brain 1984; 107: 293-308. cal treatment of the epilepsies. 2 ed. New York: Raven Press; 1993. p.
35. Homan RW, Paulman RG, Devous MD, Walker P, Jennings LW, Bon- 341-57.
te FJ. Cognitive function and regional cerebral flow in partial seizures. 60. Christianson S, Säisä J, Silfvenius H. Hemisphere memory differences
Arch Neurol 1989; 46: 964-70. in sodium amytal testing of epileptic patients. J Clin Exp Neuropsychol
36. Lencz T, McCarthy G, Bronen RA, Scott TM, Inserni JA, Sass KJ, et 1990; 12: 681-94.
al. Quantitative magnetic resonance imaging in temporal lobe epilep- 61. Perrine K, Gershengorn J, Brown ER, Choi IS, Luciano DJ, Devinsky
sy: relationship to neuropathology and neuropsychological function. O. Material-specific memory in the intracarotid amobarbital proce-
Ann Neurol 1992; 31: 629-37. dure. Neurology 1993; 43: 706-11.
37. O’Rourke DM, Saykin AJ, Gilhool JJ. Unilateral hemispheric memo- 62. Rausch R, Babb TL, Engel J, Crandall PH. Memory following intraca-
ry and hippocampal neural density in temporal lobe epilepsy. Neurosur- rotid amobarbital injection contralateral to hippocampal damage. Arch
gery 1993; 32: 574-81. Neurol 1989; 46: 783-8.
38. Saling MM, Berkovic SF, O’Shea MF, Kalnins RM, Darby DG, Bla- 63. Wyllie E, Naugle R, Chelune G, Lüders H, Morris H, Skibinski C.
din PF. Lateralization of verbal memory and unilateral hippocampal Intracarotid amobarbital procedure: II. Lateralizing value in evalua-
sclerosis: evidence of task-specific effects. J Clin Exp Neuropsychol tion for temporal lobectomy. Epilepsia 1991; 32: 865-9.
1993; 15: 608-18. 64. Loring DW, Lee GP, Meador KJ, Flanigin HF, Smith JR, Figueroa
39. Sass KJ, Spencer SS, Kim JH, Westerveld M, Novelly RA, Lencz T. RE, Martin RC. The intracarotid amobarbital procedure as a predictor
Verbal memory impairment correlates with hippocampal pyramidal of memory failure following unilateral temporal lobectomy. Neurolo-
cell density. Neurology 1990; 40: 1694-7. gy 1990; 40: 605-10.
40. Sass KJ, Sass A, Westerveld M, Lencz T, Novelly RA, Kim JH, 65. Loring DW, Meador KJ, Lee GP, Murro AM, Smith JR, Flanigin HF,
Spencer SS. Specificity in the correlation of verbal memory and Gallagher BB, King DW. Cerebral language lateralization: evidence
hippocampal neuron loss: dissociations of memory, language and from intracarotid amobarbital testing. Neuropsychologia 1990; 28:
verbal intellectual ability. J Clin Exp Neuropsychol 1992; 14: 831-8.
662-72. 66. Loring DW, Meador KJ, Lee GP, Nichols ME, King DW, Gallgh-
41. Jones-Gotman M, Barr WB, Dodrill CB, Gotman J, Meador KJ, Rausch er BB, et al. Wada memory performance predicts seizure outcome
R, et al. Controversies concerning the use of intraarterial amobarbital following anterior temporal lobectomy. Neurology 1994; 44:
procedures. In Engel J, ed. Surgical treatment of the epilepsies. 2 ed. 2322-4.
New York: Raven Press; 1993. p. 445-9. 67. Wyllie E, Naugle R, Chelune G, Lhders H, Dinner D, Skibinski C, Ahl
42. Dodrill CB, Hermann BP, Rausch R, Chelune GJ, Oxbury S. Neuro- J. Intracarotid amobarbital procedure: I. Prediction of decreased mo-
psychological testing for assessing prognosis following surgery for dality: specific memory scores after temporal lobectomy. Epilepsia
epilepsy. In Engel J, ed. Surgical treatment of the epilepsies. 2 ed. 1991; 32: 857-64.
New York: Raven Press; 1993. p. 263-71. 68. Benbadis SR, Dinner DS, Chelune GJ, Piedmonte M, Lhders HO.
43. Jones-Gotman M. Localization of lesions by neuropsychological test- Objective criteria for reporting language dominance by intracarot-
ing. Epilepsia 1991; 32 (Suppl 5): S41-52. id amobarbital procedure. J Clin Exp Neuropsychol 1995; 17:
44. Jones-Gotman M. Neuropsychological techniques in the identification 682-90.
of epileptic foci. Epilepsy Res 1992; (Suppl 5): 87-94. 69. Glosser G, Saykin AJ, Deutch GK, O’Connor MJ, Sperling MR. Neu-
45. Rausch R. Role of the neuropsychological evaluation and the intraca- ral organization of material-specific memory functions in temporal lobe
rotid sodium amobarbital procedure in the surgical treatment for epi- epilepsy patients as assessed by the intracarotid amobarbital test. Neu-
lepsy. Epilepsy Res 1992 (Suppl 5): 77-86. ropsychology 1995; 9: 449-56.
46. Dodrill CB, Jones-Gotman M, Loring DW, Sass KJ. Contributions of 70. Hamberger MJ, Walczak TS, Goodman RR. Intracarotid amobarbital
neuropsychology. In Engel J, ed. Surgical treatment of the epilepsies. procedure memory performance and age at first risk for seizures distin-
2 ed. New York: Raven Press; 1993. p. 309-12. guish between lateral and mesial temporal lobe epilepsy. Epilepsia
47. Loring DW, Lee GP, Meador KJ. Intracarotid amobarbital (Wada). 1996; 37: 1088-92.
Assessment. In Hermann BP, Wyler AR, eds. The surgical manage- 71. Lee GP, Loring DW, Smith JR, Flanigin HF. Intraoperative hippoc-
ment of epilepsy. New York: Demos Publication; 1994. p. 97-110. ampal cooling and Wada memory testing in the evaluation of amnesia
48. Dodrill CB, Matthews CG. The role of neuropsychology in the assess- risk following anterior temporal lobectomy. Arch Neurol 1995; 52:
ment and treatment of persons with epilepsy. Am Psychol 1992; 47: 857-61.
1139-42. 72. Jones-Gotman M, Smith ML, Zatorre RJ. Neuropsychological testing
49. Aldenkamp AP, Alpherts WCJ, Dekker MJA, Overweg J. Neuropsycho- for localizing and lateralizing the epileptogenic region. In Engel J, ed.
logical aspects of learning disabilities in epilepsy. Epilepsia 1990; 31 Surgical treatment of the epilepsies. 2 ed. New York: Raven Press;
(Suppl 4): S9-S20. 1993. p. 245-61.
50. Aldenkamp AP, Gutter Th, Beun AM. The effect of seizure activity 73. Sass KJ, Lencz T, Westerveld M, Novelly RA, Spencer SS, Kim

REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625 623


P. CAMPO, ET AL

JH. The neural substrate of memory impairment demonstrated by 101. Barr WB, Goldberg E, Wasserstein J, Novelly RA. Retrograde amne-
the intracarotid amobarbital procedure. Arch Neurol 1991; 48: sia following unilateral temporal lobectomy. Neuropsychologia 1990;
48-52. 28: 243-55.
74. Wyllie E, Lhders H, Murphy D, Morris H, Dinner D, Lesser R, et al. 102. Lee GP, Loring DW, Thompson JL. Construct validity of material-
Intracarotid amobarbital (Wada) test for language dominance: cor- specific memory measures following unilateral temporal lobe abla-
relation with results of cortical stimulation. Epilepsia 1990; 31: tions. Psychol Assess 1989; 3: 192-7.
156-61. 103. Rausch R, Babb TL. Hippocampal neuron loss and memory scores
75. Sperling MR, Saykin AJ, Glosser G, Moran M, French JA, Brooks before and after temporal lobe surgery for epilepsy. Arch Neurol 1993;
M, O’Connor MJ. Predictors of outcome after anterior temporal 50: 812-7.
lobectomy: the intracarotid amobarbital test. Neurology 1994; 44: 104. Ribbler A, Rausch R. Performance of patients with unilateral temporal
2325-30. lobectomy on selective reminding procedures using related or unrelated
76. Wingkun EC, Awad IA, Lhders H, Awad CA. Natural history of recur- words. Cortex 1990; 26: 575-84.
rent seizures after resective surgery for epilepsy. Epilepsia 1991; 32: 105. Saykin AJ, Gur RC, Sussman NM, O’Connor MJ, Gur RE. Memory
851-6. deficits before and after temporal lobectomy: effect of laterality and
77. Annegers JF. Methodological issues in outcome assessment. Epilepsy age of onset. Brain Cogn 1989; 9: 191-200.
Res 1992 (Suppl 5): 231-4. 106. Milner B. Right temporal-lobe. Contribution to visual perception and
78. Hermann BP, Wyler AR. Effects of anterior temporal lobectomy on visual memory. In Iwai E, Mishkin M, eds. Vision, memory and the
language function: a controlled study. Ann Neurol 1988; 23: 585-8. temporal lobe. New York: Elsevier Science Publishing; 1990. p.
79. Novelly RA, Augustine EA, Mattson RH, Glaser GH, Williamson 43-53.
PD, Spencer DD, Spencer SS. Selective memory improvement and 107. Jones-Gotman M. Memory for designs: the hippocampal contribution.
impairment in temporal lobectomy for epilepsy. Ann Neurol 1984; Neuropsychologia 1986; 24: 193-203.
15: 64-7. 108. Jones-Gotman M. Right hippocampal excision impairs learning and
80. Chelune GJ, Naugle RI, Lüders H, Sedlak J, Awad IA. Individual recall of a list of abstract designs. Neuropsychologia 1986; 24:
change after epilepsy surgery: practice effects and base-rate informa- 659-70.
tion. Neuropsychology 1993; 7: 41-52. 109. Smith ML, Milner B. The role of the right hippocampus in the recall
81. Seidenberg M, O’Leary M, Giordani B, Berent S, Boll TJ. Test-retest of spatial location. Neuropsychologia 1981; 19: 781-93.
IQ changes of epilepsy patients: assessing the influence of practice 110. Breier JI, Plenger PM, Castillo R, Fuchs K, Wheless JW, Thomas AB,
effects. J Clin Neuropsychol 1981; 3: 237-55. et al. Effects of temporal lobe epilepsy on spatial and figural aspects of
82. Geffen G, Caudrey D. Reliability and validity of the dichotic mon- memory for a complex geometric figure. J Int Neuropsychol Soc 1996;
itoring test for language laterality. Neuropsychologia 1981; 19: 2: 535-40.
413-23. 111. Davies KG, Hermann BP, Bush AJ, Wyler AL. Prediction of epi-
83. Strauss E, Gades WH, Wada J. Performance of a free recall verbal sodic memory loss following anterior temporal lobectomy using a
dichotic listening test and cerebral speech dominance determined by multiple regression model. Epilepsia 1996; 37 (Suppl 5): 130. (Ab-
carotid amytal test. Neuropsychologia 1987; 25: 567-70. stract).
84. Wexler BE, Halwes T. Increasing the power of dichotic methods: the 112. Hermann BP, Seidenberg M, Leveroni C, Davies K, Dohan C, Wyler
fused rhymed word test. Neuropsychologia 1983; 21: 59-66. AL. A controlled examination of neuropsychological morbidity follow-
85. Zatorre RJ. Perceptual asymmetry on the dichotic fused words test and ing anterior temporal lobectomy. Epilepsia 1996; 37 (Suppl 5): 130.
cerebral speech lateralization determined by the carotid sodium amytal (Abstract).
test. Neuropsychologia 1989; 27: 1207-19. 113. Hermann BP, Wyler AR, Steenman H, Richey ET. The interrelation-
86. Ojemann GA. Individual variability in cortical localization of language. ship between language function and verbal learning/memory perfor-
J Neurosurg 1979; 50: 164-9. mance in patients with complex partial seizures. Cortex 1988; 24:
87. Ojemann GA, Dodrill CB. Verbal memory after left temporal lobecto- 245-53.
my for epilepsy. J Neurosurg 1985; 62: 101-7. 114. Mayeux R, Brandt J, Fosen J, Benson DF. Interictal memory and
88. Hermann BP, Wyler AR, Somes G. Language function following anteri- language impairment in temporal lobe epilepsy. Neurology 1980;
or temporal lobectomy. J Neurosurgery 1991; 74: 560-6. 30: 120-5.
89. Katz A, Awad IA, Kong AK, Chelune GJ, Naugle RI, Wyllie E, et 115. Perrine K, Devinsky O, Uysal S, Luciano DT, Dogali M. Left tem-
al. Extent of resection in temporal lobectomy for epilepsy. II. Mem- poral neocortex mediation of verbal memory: evidence from func-
ory changes and neurologic complications. Epilepsia 1989; 30: tional mapping with cortical stimulation. Neurology 1994; 44:
763-71. 1845-50.
90. Rausch R. Differences in cognitive function with left and right tempo- 116. Wolf RL, Ivnik RJ, Hirschorn KA, Sharbrough FW, Cascino GD,
ral lobe dysfunction. In Benson DF, Zaidel E, eds. The dual brain. Marsh WR. Neurocognitive efficiency following left temporal lobec-
New York: Guilford; 1985. p. 247-61. tomy: standard versus limited resection. J Neurosurg 1993; 79:
91. Dodrill CB. The relationship of neuropsychological abilities to sei- 76-83.
zure factors and to surgery for epilepsy. Acta Neurol Scand 1992; (Suppl 117. Mínguez-Castellanos A, Sánchez-Álvarez JC, Altuzarra A, Serrano-
140): 106-10. Castro PJ, Hernández-Ramos FJ, Gómez-Camello A, et al. La calloso-
92. Luria AR. Memory disturbances in local brain lesions. Neuropsycho- tomía en el tratamiento de la epilepsia farmacorresistente. Rev Neurol
logia 1971; 9: 367-75. 1996; 24: 539-48.
93. Luria AR. Alteraciones de las funciones corticales superiores por le- 118. Gates JR, Wada JA, Reeves AG, Lassonde M, Papo I, Spencer SS,
sión cerebral. Vol. II. Barcelona: Fontanella; 1983. p. 91-8. et al. Reevaluation of corpus callosotomy. In Engel J, ed. Surgical
94. Mayes AR. Learning and memory disorders and their assessment. treatment of the epilepsies. 2 ed. New York: Raven Press; 1993. p.
Neuropsychologia 1986; 24: 25-39. 637-48.
95. Squire LR. Memory and the hippocampus: a synthesis from findings 119. Spencer S. Corpus callosum section and other disconnection proce-
with rats, monkeys and humans. Psychol Rev 1992; 2: 195-231. dures for medically intractable epilepsy. Epilepsia 1988; 29 (Suppl 2):
96. Zola-Morgan S, Squire LR. Neuroanatomy of memory. Ann Rev Neu- S85-99.
rosci 1993; 19: 547-63. 120. Oguni H, Olivier A, Anderman F, Comair J. Anterior callosotomy in
97. León-Carrión J. Rehabilitation of memory. In León-Carrión J, ed. the treatment of medically intractable epilepsy: a study of 43 pa-
Neuropsychological rehabilitation. Florida: St. Lucie Press; 1997. p. tients with a mean follow-up of 39 months. Ann Neurol 1991; 30:
371-98. 357-64.
98. Damasio AR, Eslinger PJ, Damasio H. Multimodal amnestic syndrome 121. Reutens DC, Bye AM, Hopkins IJ. Corpus callosotomy for intractable
following bilateral temporal and basal forebrain damage. Arch Neurol epilepsy: seizures outcome and prognostics factors. Epilepsia 1993;
1985; 42: 252-9. 34: 904-9.
99. Zola-Morgan S, Squire LR, Amaral DG. Human amnesia and the tem- 122. Sass KJ, Spencer DD, Spencer SS, Novelly RA, Williamson PD, Matt-
poral region: enduring memory impairment following a bilateral le- son RH. Corpus callosotomy for epilepsy. II. Neurologic and neuro-
sion limited to field CA1 of the hippocampus. J Neurosci 1986; 6: psychological outcome. Neurology 1988; 38: 24-8.
2950-67. 123. Fuiks KS, Wyler AR, Hermann BP, Somes G. Seizures outcome from
100. Loring DW, Lee GP, Meador KJ, Smith JR, Martin RC, Ackell AB, anterior and complete corpus callosotomy. J Neurosurg 1991; 74:
Flanigin HF. Hippocampal contribution to verbal recent memory 573-8.
following dominant-hemisphere temporal lobectomy. J Clin Exp 124. Springer SP, Deutch G. Left Brain, right brain. 4 ed. New York: Free-
Neuropsychol 1991; 13: 575-86. man and Company; 1993. p. 29-63.

624 REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625


NEUROPSICOLOGÍA Y CIRUGÍA DE LA EPILEPSIA

125. Bogen JE. The callosal syndromes. In Heilman K, Valenstein E, eds. language impairments in patients with crossed cerebral dominance.
Clinical Neuropsychology. 3 ed. New York: Oxford University Press; J Neurosurg 1990; 72: 85-90.
1993. p. 337-407. 127. Comité de estudio multidisciplinario de epilepsia. Epilepsia. Sanofi-
126. Sass KJ, Novelly RA, Spencer DD, Spencer SS. Postcallosotomy Winthrop, eds. Barcelona 1992.

EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA PRE-POSTOPERATO- AVALIAÇÃO NEUROPSICOLÓGICA PRÉ E PÓS OPERATÓRIA


RIA EN EL TRATAMIENTO QUIRÚRGICO DE LA EPILEPSIA NO TRATAMENTO CIRÚRGICO DA EPILEPSIA
Resumen. Introducción. La epilepsia es uno de los trastornos neuro- Resumo. Introdução. A epilepsia é uma das patologias neurológicas
lógicos más comunes, que afecta a alrededor de un 1% de la población mais frequentes, que afecta cerca de 1% da população mundial.
mundial. Para un tercio de estos pacientes el tratamiento farmacoló- Para um terço destes doentes o tratamento farmacológico é inefi-
gico es ineficaz. La intervención quirúrgica se ha convertido en una caz. A intervenção cirúrgica converteu-se numa opção aceitável de
opción aceptable de tratamiento para aquellos pacientes con crisis tratamento para aqueles doentes com crises epilépticas resistentes
epilépticas resistentes a las terapias convencionales. La resección às terapêuticas convencionais. A ressecção cortical e a calosoto-
cortical y la callosotomía son los métodos de intervención quirúrgica mia são os métodos de intervenção cirúrgica mais consensualmen-
más ampliamente aceptados. Para que este tipo de intervención tenga te aceites. Para que este tipo de intervenção tenha êxito, é neces-
éxito, es necesario que los pacientes candidatos sean sometidos a una sário que os candidatos à cirurgia sejam submetidos a uma
valoración clínica prequirúrgica. Desarrollo. En este artículo se revi- avaliação clínica pré-cirúrgica. Desenvolvimento. Neste artigo
san las aplicaciones actuales de la evaluación neuropsicológica den- revêm-se as aplicações actuais da avaliação neuropsicológica
tro de un programa de cirugía de la epilepsia. Se contemplan las dentro de um programa de cirugia da epilepsia. Contemplam-se
contribuciones de la evaluación neuropsicológica en varias áreas: la as contribuções da avaliação neuropsicológica em várias áreas:
valoración prequirúrgica que incluye el examen clínico de las funcio- a avaliação pré-cirúrgica, que inclui o exame clínico das funções
nes del lenguaje y de la memoria con el test de Wada; los cambios da linguagem e da memória com o teste de Wada; as alterações
neuropsicológicos que se derivan de la cirugía y el papel predictor de neuropsicológicas que resultam da cirugia e o papel predictor da
la neuropsicología en estos campos, así como la predicción en el neuropsicologia nestes campos, e a predicção no controlo das
control de las crisis como consecuencia de la intervención quirúrgica. crises como consequência da intervenção cirúrgica. Conclução.
Conclusión. La evaluación de las funciones cognitivas es un compo- A avaliação das funções cognitivas é um componente importante
nente importante de la valoración clínica preoperatoria de los pacien- da avaliação clínica pré-operatória dos doentes candidatos a ciru-
tes candidatos a cirugía de la epilepsia, siendo necesaria para obtener gia da epilepsia, sendo necessária para se ter uma informação
una información diagnóstica completa que contribuya al éxito de la diagnóstica completa que contribua para o êxito da intervenção
intervención [REV NEUROL 1998; 27: 616-35]. [REV NEUROL 1998; 27: 616-25].
Palabras clave. Callosotomía. Epilepsia. Neuropsicología. Resec- Palavras chave. Calosotomia. Epilepsia. Neuropsicologia. Ressec-
ción cortical. Test de Wada. ção cortical. Teste de Wada.

REV NEUROL 1998; 27 (158): 616-625 625

Вам также может понравиться