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Es así, que en desarrollo de las cuestiones previas, se parte de que: “El concepto
de ciudadanía ha sido una noción cuestionada y ambigua. Comúnmente se
reflexiona desde una definición clásica que ofrece la democracia liberal y que
sugiere la inclusión de todos los individuos en una comunidad.” (Frankenberg, 2007,
pág. 3). Respecto a la democracia, es posible concebirla como una de las varias
formas de gobierno existentes, la cual predomina en los Estados de las sociedades
modernas, es por ello que con base a la cita previa, este texto asumirá al ciudadano
desde la esfera democrática, que implica tener en cuenta las raíces históricas que
forjaron al reconocimiento de derechos tanto individuales como colectivos
A muestra del reto concebido por algunos autores, el cual se pronunció previamente
con respecto a la globalización frente a la democracia que avala la efectividad de
los derechos y el surgimiento de categorías para estos (es decir, la clasificación
existente entre derechos de primera, segunda y tercera generación o derechos
fundamentales, económicos y sociales, y los de medio ambiente) se encuentra lo
descrito por Sánchez: “…unos de los principales conceptos que suponen mayor
desafío para la garantía de los derechos humanos es, ineludiblemente la
globalización, un fenómeno que llegó para adentrarse en la totalidad de las esferas
del individuo tanto en su colectividad como en su individualidad misma” (Saza, 2017,
pág. 81).
Dentro de este orden de ideas, las condiciones que se presentan en el mundo actual
presuponen incluir dentro del concepto de ciudadano a lo que este se encuentra
inmerso en la globalización; no obstante, reconociendo el hecho de que el idioma
es ambiguo, y que existen múltiples autores que definirán el termino globalización,
en este apartado “se entiende como un proceso de unificación mundial en los
ámbitos político, económico, social, cultural y tecnológico, que pretende convertir al
mundo en un lugar totalmente interconectado.” (Saza, 2017, pág. 88). Si es así cabe
indagar acerca de la soberanía de los pueblos frente a este proceso de unificación
mundial, lo cual gesta a la injerencia de Estados frente a otros, puesto que en la
búsqueda de esta implementación bajo un criterio que rija a todos pone en riesgo la
cultura e identidad de determinadas comunidades, en últimas lo anterior puede ser
reducido a una intervención y dependencia mundial que da pie al Neoliberalismo.
Con base a la interconexión mundial que se infiere de la cita previa y tomando como
referente lo propuesto hasta ahora respecto al ciudadano, se ha de incluir para este
último, en virtud del desarrollo del objetivo de este escrito, la identidad, que como
se sugirió anteriormente se pone en riesgo en un proceso de globalización,
reconocerse así mismo, a su comunidad, saber a qué lugar se pertenece, sentido
de pertenencia por este y los actos repetitivos que constituyen lo tradicional, permite
diferenciarse frente a otros; por lo que dentro del proceso de globalización en el que
se incluye la incidencia de los medios de comunicación, la injerencia de Estados
respecto a otros, resulta un desafío el ejercicio de la ciudadanía con la salvaguarda
a concepciones culturales propias.
Por lo anterior “... los medios masivos de comunicación tiene hoy por hoy una de las
más prominentes responsabilidades sociales en nuestro país, y como se dijo,
representan un factor indiscutible en la toma de decisiones de los ciudadanos.”
(Saza, 2017, pág. 85) Es así que los medios de comunicación concebidos como los
instrumentos capaces de replicar información al público en general cuentan con el
potencial de bien sea informarlos o manipularlos frente a las decisiones que les
competen en virtud del sentido de pertenencia frente a su colectividad. Por
consiguiente, surge nuevamente la democracia frente a los postulados previos, pero
asumida como una democracia participativa, la cual requiere de instrucción para su
ejercicio, dicha instrucción en parte se logra a raíz de información, donde una de
sus fuentes para obtenerla son los medios de comunicación, que hasta pueden
llegar a revelar posturas políticas, es así que lo que estos lleguen a propiciar al
conglomerado social determinará su modo de intervención.
Asumir que la información propiciada por los medios de comunicación cuenta como
aproximación a la instrucción que requiere la democracia participativa en el ejercicio
de la ciudadanía, es tomada como una de las fuentes de las cuales puede ser
adquirida. Seguido en la esfera de reconocer las ventajas de los medios de
comunicación frente al ciudadano, se tiene que a través de estos se exterioriza el
derecho universal a la libre expresión, no obstante, se cuestiona cuando por medio
de su influencia puede llegar a tergiversar, manipular o condicionar la recepción de
información o hechos de interés general de acuerdo a su provecho; es por ello que
Ruiz los considera como “el cuarto poder ejecutivo” (Ruiz, 2000) para acuñar al
poder con el que cuentan los medios de comunicación dentro de un Estado, es decir
que dentro de la estructura de este, las ramas del poder público ya no serían 3 sino
que 4 junto a los medios de comunicación.
Bibliografía
Diccionario Real Academia Española. (8 de Mayo de 2019). Asociación de Academias de la Lengua
Española. Obtenido de Asociación de Academias de la Lengua Española:
https://dle.rae.es/?id=9NcFAo6