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2014
DPA
2014
Los seres humanos no logramos o no queremos salir de la minoría de edad o tal vez
a veces ni siquiera somos conscientes de que estamos en ella, esto, básicamente se
debe a nuestra comodidad.
Vivir en la minoría de edad es lo más cómodo, lo más práctico y lo mas fácil que
podemos hacer, ya que no implica mayor esfuerzo, tenemos a alguien que piense
por nosotros, y con eso vivimos bien, no es necesario pensar si tengo a algo o
alguien dispuesto a hacerlo por mí.
“Si puedo pagar, no tengo necesidad de pensar”2 Esta es una frase utilizada por Kant
para mostrar el nivel de agrado que sentimos en nuestra zona segura, en nuestra
querida minoría de edad. Muchos nunca llegan a enterarse que han vivido una
eterna mentira, que no son libres del todo como lo piensan, que sus pensamientos no
son netamente suyos sino que alguien más un “tutor” como los llama Kant, le entrego
sus ideas, sus conocimientos y su manera de ver el mundo, de pensar y actuar en él,
y este las recibió sin preguntarse el porqué de estas, y mucho menos dudar de su
veracidad.
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, IMMANUEL KANT
Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? (1784) Página 1
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Pero aun peor, a mi parecer, es darse cuenta de que vivimos de una manera facilista
y dependiente, que somos unos “mantenidos” de la vida y que no buscamos nuevas
formas de pensar, nuestras propias formas de pensar; y no hacer nada, por temor o
por el mismo apego que le tenemos a nuestra hoy denominada zona de confort, por
miedo, apego o simple costumbre.
La libertad, esa que siempre creemos tener, y que solo se nos es arrebatada al
perderla físicamente; no es más que un ilusión, ya que como ya he mencionado, no
somos libres, somos eternos prisioneros de pensamientos implantados en nosotros
que asumimos como propios. Pero esta libertad va mas allá, ya que depende de la
vida pública y la vida privada, esa que nos cohíbe de ser como somos, de pensar
como queremos penar y comunicar lo que queramos comunicar por mantener
nuestro lugar, y no perder nuestra imagen que con tanto esfuerzo hemos construido,
pero que al final solo logra amargarnos y reprimirnos.
Vivimos obligados a obedecer, se nos dice que podemos pensar como queramos
siempre y cuando obedezcamos, paguemos nuestros impuestos y seamos
“ciudadanos de bien”, y no vallamos en contra de las buenas costumbres que se nos
han impuesto por tradición y cultura.
Al ser una figura pública, alguien reconocido y con influencia en alguien, cada vez
vamos perdiendo libertad de actuar, ya que se estereotipa un estándar de buen
comportamiento dependiendo de lo que seamos. Pero esto no solo se aplica en los
personajes totalmente reconocidos, los políticos o los curas, esto se ve reflejado en
todos, en las madres, en los profesores, en los estudiantes, en los niños en los
jóvenes, en loa ancianos, en hombres y mujeres por igual, a todos se nos impone un
estándar de buen comportamiento.