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“Iban hablando de todos esos sucesos” Le 24, 14 Escuchar cuales son los momentos de oscuridad, confusion, que he- mos vivido a nivel personal, comunitario y social. Nos unimos como comunidad para dar inicio a esta caminada junto a los discipulos que hulan de Jerusalén rumbo a Ematis, proceso que nos invita a mirar nuestra historia y descubrir la presencia de Dios que nos habla en la noche oscura. Pero para mirar qué sucede a nuestro alrededor es necesario parar y escucharnos a nosotros/as mismos/ as, a la comunidad y a la sociedad. E- LA REFLEXION' Mirando la historia Alrededor del texto de Lucas 24, estamos invitados/as a escuchar y mirar nuestra historia ya preguntarnos: ECémo continuar nuestra ca- minata en una realidad que tiene otros rasgos, otros simbolos y len- guajes, respecto a todo Io vivido y conocido hasta hoy? El texto de Lucas, pues, es una narracién célida de una experiencia que los primeros discipulos/as camunican y en fa que se hace memo- tia de sentimientos, miedos, dudas, tristezas y gozos, Es una comuni- dad que después de un largo tiempo, vuelve a recordar lo que vivid. entre el drama de la experiencia de la muerte de Jesus y la timida Percepcién de la fe, que anticipa el reconocimiento de un Jestis mis- teriosamente presente a lo largo del camino. A partir de este texto, también nuestras vidas estan invitadas a hablar y narrar, entre memoria del camino ya recorrido y escucha del tiempo presente. Es precisamente en este presente que tenemos la osadia del sue/io; es a partir del presente que queremos volver a escuchar y a reconocer, asi, como los primeros discipulos/as, que lo escucharon y lo reconocieron a lo largo del camino hacia Ematis. En la narracién de la primera comunidad, sobresalen todos aquellos sentimientos y percepciones, que los cristianos han probado muchas veces, a lo largo de su caminata de fe. La andanza de los discfpulos, se da entre tristezas, miedos, confusion y también asombro. Ellos/as que llevaban adentro la fuerte experiencia de una vida compartida con Jestis, con el cual hablan sofiado, esperado, acogido alterati- vas, ahora conocen un profundo vacio. La mirada triste, preocupada, confundida, revela su indignacién, desilusién por el suefio que tarda en realizarse, que vuelve a ser utopia lejana, mientras a ellos, no les queda sino conversar y discutir sobre lo sucedido?. Es precisamente en este clima, que el misterio subyace y la Presencia, acompafia como sombra la lenta y dificil caminata comunidad cristiana. Narrandonos estos sentimientos, la prime munidad nos invita, también a nosotros(as), a aprender a leer la ria, con sus rostros, sus nuevos sujetos, sus nuevos lenguajes sencias. Ematis nos invita a no abandonar la realidad, a no escapar de ella, a caminar en ella y ahi, dejarnos encontrar. El camino, lugar Por el camino de Ematis, Jesus, recogié las tristezas y la confus sus amigos/as, asi como hoy, el Espiritu, recoge las nuestras y la creacién, que gime y sufre en al largo tiempo del parto®. Lo que estamos viviendo en efecto, es como un largo parto que partimos con tantos hombres y tantas muj de nuestros pu La resurreccién de la historia es muy lenta, tiene los ritmos pueblos, tiene los ritmos de la naturaleza; en este momento es tante acompafiarnos por el camino y dejarnos acompafiar. dejarnos invitar, para caminar juntos/as y explicarnos mutuamer Escrituras. En este sentido, Ematis, no es un acontecimiento aislado, sin experiencia que la comunidad creyente ha hecho y sigue hacie- lo largo de su camino. La invitacién es a recoger esos ger ‘inexpresables, esas inquietudes, asi como los discipulos, en cuentro con el peregrino, sintonizaron con sus inquietudes y « ron a desvelar suefos. Es a partir de estas inquietudes y de estos gemidos inexpres: que continuamos él camino. El contexto que vivimos es precios Porque es bello o perfecto, sino porque es epifanico de un que a pesar de todo, no abandona la historia. El contexto qui mos, es el lugar del memorial, en que recuperamos experie vivenciales, recuerdos, comprensiones, aunque no nos quer quedar ahi. En efecto la invitacion que nos viene del relato eva co, no es la de cultivar estériles rostalgias de lo pasado y conc sino despertar el amor hacia una historia habitada por el mie Emaus, nos llama a caminar y buscar todavia, mas y mds. Es en esta condicién de caminantes, que se da la posibilidad de un encuentro totalmente diferente, nuevo y de una renovada opcién. Alo ya acontecido se afiade algo no conocido, lo que sdlo ahora comien- za a brotar. Esta caminata nos une a las inquietudes de otros/as; a las dudas y a las esperanzas de muchos hombres y muchas mujeres de nuestros pueblos y, por eso, se Nos pide escuchar, mirar y reconocer. La tristeza de los discipulos en efecto, revela el sentimiento de quie- nes se sienten solos, pero hoy, para nosotros(as), no puede ser asi. En nuestra renovada caminata, recogemos todos aquellos fragmen- tos de inquietudes que sobresalen de los mas diferentes contextos de nuestra historia. Estas inquietudes, nos ayudaran, como para los discipulos de Ematis a entender nuevamente /as Escrituras, a recono- cer la voz, los gestos y, a gozar de la presencia. Camino al andar A este punto, también nosotros/as, podemos narramos mutuamente, 'o acontecido, lo vivido, lo que nos did esperanza y que comprendi- mos como algo precioso. Ciertamente, por el camino hablaremos una vez mas de nuestros padres y madres en la fe, de la historia de nues- tras: comunidades, de la Iglesia, de! pueblo. Hablaremos de lo que ica Latina nos habfa despertado‘, animado y llenado de iosa osadia, empujéndonos a la iniciativa mas bella. Pero, hablaremos también, de cémo, todas estas experiencias, han asumi- do nuevos matices, nuevos lenguajes, a veces han bloqueado nues- tra caminata y nuestra blisqueda, porque las consideramos Unicas, 0 porque ya no logramos ubicarlas dentro del universo de la post-mo- dermidad. Entonces todo se vuelve demasiado cotidiano, silencioso o repetido, mientras nuestras miradas, vuelven a ser tristes. El tiempo pasé, y el precio muy alto del camino recorrido como camino de liberacién y autenticidad, deja espacio a un cierto desaliento. Algunas tristezas y sombras, nos vienen también de un cierto tipo de Iglesia ahistérica que tiene la tentacién de definirse como Unica, en un mundo del sobresalen rostros, revestidos de los infinitos colores de jas dife tes identidades. |Lo mismo pasa con nosotros(as), como vida reli Sa; volvimos a reacomodarnos y redefinirnos a partir de los espa mas comunes y conocidos del compromiso cristiano. Nos sentit mas seguros/as, o mas identificados/as con aquellos amb pastorales, catequéticos, educativos, asistenciales etc., que ya cc ciamos, que con aquellas partes de historia més inéditas y excluic iCuantas tentaciones en el momento en que nos sentimos muy d les y cansados/as! iCuantas melancolias, mientras el hoy irrumpe como irrumpe Dios, asombrosamente diferente y desde una hist tan cotidiana! iGudnta nostalgia del pasado cuando no nos sentir en sintonia con el presente! En Emats se abre el camino y el camino, como canta el poeta hace andando, entre recuerdos, narraciones y misteriosas pres Clas que atraviesan nuestra historia como Ja brisa suave. Ematis invita a cultivar sensibilidad a lo largo de la caminata y, tambié cultivar nostalgia de comunién, de volver a sentarnos juntos/as, a cucharnos y a celebrar. El camino que se abre delante de nosotros/as, es una fidelidad cui dosa, atenta a los rapidos movimienios del Espiritu que pasa, gir sufre con nosotros/as y la creacién; que habita, hace morada, pe que, como Dios, no se puede aprisionar y sdlo se le puede sec humildemente.

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