Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Oscar Wilde
Lingüística III
2018
EL GIGANTE EGOÍSTA
Oscar Wilde
Cada tarde, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del Gigante. Era un jardín
amplio y hermoso, con arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave. Por aquí y por allá,
entre la hierba, se abrían flores luminosas como estrellas, y había doce albaricoqueros que
durante la primavera se cubrían con delicadas flores color rosa y nácar, y al llegar el otoño se
cargaban de ricos frutos aterciopelados. Los pájaros se demoraban en el ramaje de los árboles, y
cantaban con tanta dulzura que los niños dejaban de jugar para escuchar sus trinos.
Pero un día el Gigante regresó. Había ido de visita donde su amigo el Ogro de Cornish, y se había
quedado con él durante los últimos siete años. Durante ese tiempo ya se habían dicho todo lo que
se tenían que decir, pues su conversación era limitada, y el Gigante sintió el deseo de volver a su
mansión. Al llegar, lo primero que vio fue a los niños jugando en el jardín.
-Este jardín es mío. Es mi jardín propio -dijo el Gigante-; todo el mundo debe entender eso y no
Y, de inmediato, alzó una pared muy alta, y en la puerta puso un cartel que decía:
carretera, pero estaba llena de polvo, estaba plagada de pedruscos, y no les gustó. A menudo
rondaban alrededor del muro que ocultaba el jardín del Gigante y recordaban nostálgicamente lo
Cuando la primavera volvió, toda la comarca se pobló de pájaros y flores. Sin embargo, en el
jardín del Gigante Egoísta permanecía el invierno todavía. Como no había niños, los pájaros no
cantaban y los árboles se olvidaron de florecer. Solo una vez una lindísima flor se asomó entre la
hierba, pero apenas vio el cartel, se sintió tan triste por los niños que volvió a meterse bajo tierra
-La primavera se olvidó de este jardín -se dijeron-, así que nos quedaremos aquí todo el resto del
año.
La Nieve cubrió la tierra con su gran manto blanco y la Escarcha cubrió de plata los árboles. Y en
seguida invitaron a su triste amigo el Viento del Norte para que pasara con ellos el resto de la
temporada. Y llegó el Viento del Norte. Venía envuelto en pieles y anduvo rugiendo por el jardín
-¡Qué lugar más agradable! -dijo-. Tenemos que decirle al Granizo que venga a estar con
nosotros también.
Y vino el Granizo también. Todos los días se pasaba tres horas tamborileando en los tejados de la
mansión, hasta que rompió la mayor parte de las tejas. Después se ponía a dar vueltas alrededor,
corriendo lo más rápido que podía. Se vestía de gris y su aliento era como el hielo.
-No entiendo por qué la primavera se demora tanto en llegar aquí -decía el Gigante Egoísta
cuando se asomaba a la ventana y veía su jardín cubierto de gris y blanco-, espero que pronto
cambie el tiempo.
Pero la primavera no llegó nunca, ni tampoco el verano. El otoño dio frutos dorados en todos los
De esta manera, el jardín del Gigante quedó para siempre sumido en el invierno, y el Viento del
Una mañana, el Gigante estaba en la cama todavía cuando oyó que una música muy hermosa
llegaba desde afuera. Sonaba tan dulce en sus oídos, que pensó que tenía que ser el rey de los
elfos que pasaba por allí. En realidad, era sólo un jilguerito que estaba cantando frente a su
ventana, pero hacía tanto tiempo que el Gigante no escuchaba cantar ni un pájaro en su jardín,
que le pareció escuchar la música más bella del mundo. Entonces el Granizo detuvo su danza, y
el Viento del Norte dejó de rugir y un perfume delicioso penetró por entre las persianas abiertas.
-¡Qué bueno! Parece que al fin llegó la primavera -dijo el Gigante, y saltó de la cama para correr
a la ventana.
Ante sus ojos había un espectáculo maravilloso. A través de una brecha del muro habían entrado
los niños, y se habían trepado a los árboles. En cada árbol había un niño, y los árboles estaban tan
felices de tenerlos nuevamente con ellos, que se habían cubierto de flores y balanceaban
suavemente sus ramas sobre sus cabecitas infantiles. Los pájaros revoloteaban cantando alrededor
de ellos, y los pequeños reían. Era realmente un espectáculo muy bello. Solo en un rincón el
invierno reinaba. Era el rincón más apartado del jardín y en él se encontraba un niñito. Pero era
tan pequeñín que no lograba alcanzar a las ramas del árbol, y el niño daba vueltas alrededor del
viejo tronco llorando amargamente. El pobre árbol estaba todavía completamente cubierto de
escarcha y nieve, y el Viento del Norte soplaba y rugía sobre él, sacudiéndose las ramas que
-¡Sube a mí, niñito! -decía el árbol, inclinando sus ramas todo lo que podía. Pero el niño era
demasiado pequeño.
-¡Cuán egoísta he sido! -exclamó-. Ahora sé por qué la primavera no quería venir hasta aquí.
Subiré a ese pobre niñito al árbol y después voy a botar el muro. Desde hoy mi jardín será para
Bajó entonces la escalera, abrió cautelosamente la puerta de la casa y entró en el jardín. Pero en
cuanto lo vieron los niños se aterrorizaron, salieron a escape y el jardín quedó en invierno otra
vez. Sólo aquel pequeñín del rincón más alejado no escapó, porque tenía los ojos tan llenos de
lágrimas que no vio venir al Gigante. Entonces el Gigante se le acercó por detrás, lo tomó
gentilmente entre sus manos y lo subió al árbol. Y el árbol floreció de repente, y los pájaros
vinieron a cantar en sus ramas, y el niño abrazó el cuello del Gigante y lo besó. Y los otros niños,
cuando vieron que el Gigante ya no era malo, volvieron corriendo alegremente. Con ellos la
-Desde ahora el jardín será para ustedes, hijos míos -dijo el Gigante, y tomando un hacha enorme,
Al mediodía, cuando la gente se dirigía al mercado, todos pudieron ver al Gigante jugando con
Estuvieron allí jugando todo el día, y al llegar la noche los niños fueron a despedirse del Gigante.
-Pero, ¿dónde está el más pequeñito? -preguntó el Gigante-, ¿ese niño que subí al árbol del
rincón?
El Gigante lo quería más que a los otros, porque el pequeño le había dado un beso.
Pero los niños contestaron que no sabían dónde vivía y que nunca lo habían visto antes. Y el
Todas las tardes al salir de la escuela los niños iban a jugar con el Gigante. Pero al más chiquito,
a ese que el Gigante más quería, no lo volvieron a ver nunca más. El Gigante era muy bueno con
todos los niños pero echaba de menos a su primer amiguito y muy a menudo se acordaba de él.
Fueron pasando los años, y el Gigante se puso viejo y sus fuerzas se debilitaron. Ya no podía
jugar; pero, sentado en un enorme sillón, miraba jugar a los niños y admiraba su jardín.
-Tengo muchas flores hermosas -se decía-, pero los niños son las flores más hermosas de todas.
Una mañana de invierno, miró por la ventana mientras se vestía. Ya no odiaba el invierno pues
sabía que el invierno era simplemente la primavera dormida, y que las flores estaban
descansando.
Era realmente maravilloso lo que estaba viendo. En el rincón más lejano del jardín había un árbol
cubierto por completo de flores blancas. Todas sus ramas eran doradas, y de ellas colgaban frutos
de plata. Debajo del árbol estaba parado el pequeñito a quien tanto había echado de menos.
Lleno de alegría el Gigante bajó corriendo las escaleras y entró en el jardín. Pero cuando llegó
-¿Pero, quién se atrevió a herirte? -gritó el Gigante-. Dímelo, para tomar la espada y matarlo.
-¿Quién eres tú, mi pequeño niñito? -preguntó el Gigante, y un extraño temor lo invadió, y cayó
-Una vez tú me dejaste jugar en tu jardín; hoy jugarás conmigo en el jardín mío, que es el Paraíso.
Y cuando los niños llegaron esa tarde encontraron al Gigante muerto debajo del árbol. Parecía
FIN
ANÁLISIS DEL GIGANTE EGOÍSTA DE OSCAR WILDE
El siguiente trabajo tiene como objetivo abordar desde diferentes aspectos semánticos,
sintácticos y pragmáticos el cuento el gigante egoísta del escritor Oscar Wilde con el fin de
realizar un análisis discursivo en donde se evidencie las estructuras textuales planteadas por Van
cohesión, y los actos ilocutivos. Estos aspectos cumplen funciones específicas las cuales permiten
que dan cuenta del sentido global y local del texto como también su composición, Van Dijk
(1980) dice: Las macroestructuras semánticas son la reconstrucción teórica de nociones como
"tema" o "asunto" del discurso. (pág. 43) en ese sentido, el cuento del “Gigante Egoísta”
presenta el tema del: Egoísmo y la dificultad para vivir dentro de una sociedad, generando
soledad, el gigante pone alrededor de su jardín un muro para aislarse y reafirma su postura con el
cartel que dice prohibido el paso. Por otra parte el mismo autor en su libro Estructuras y
del cuento manteniendo una relación coherente entre ellos, de esta manera, el esqueleto del texto
cumplen con las siguientes categorías, como lo son: Introducción: “Cada tarde, a la salida de la
escuela, los niños se iban a jugar al jardín del Gigante” “Era un jardín amplio y hermoso, con
arbustos de flores y cubierto de césped verde y suave.” (párr., 1). Por otro lado, tenemos la
complicación:
Pero un día el Gigante regresó. Al llegar, lo primero que vio fue a los
niños jugando en el jardín. - ¿Qué hacen aquí? -surgió con su voz retumbante”
propio -dijo el Gigante-; todo el mundo debe entender eso y no dejaré que nadie
se meta a jugar aquí. Y, de inmediato, alzó una pared muy alta, y en la puerta
-Una vez tú me dejaste jugar en tu jardín; hoy jugarás conmigo en el jardín mío, que es el
Paraíso. Y cuando los niños llegaron esa tarde encontraron al Gigante muerto debajo del árbol.
De esta manera, el cuento está estructurado de manera que permite al lector identificar las
partes más relevantes y el sentido global y local del texto. Así mismo, la coherencia es: “ Una
relacionada con la interpretación de otras frases” (Van Dijk, 1998, p. 143) además, la coherencia
lineal se instaura a partir de las relaciones semánticas entre oraciones individuales. El criterio
básico de coherencia lineal según Van Dijk (1998) es referencial: las proposiciones están
relacionadas si los hechos denotados por ellas están relacionados. Es decir, que los hechos se
mantienen en el mismo mundo posible, en el mismo tiempo o/y lugar. Por lo tanto la coherencia
lineal en el cuento “El Gigante Egoísta” se manifiesta a través de una coherencia referencial
● Cada tarde, a la salida de la escuela, los niños se iban a jugar al jardín del Gigante.
En esta oración, el primer evento aparece como la causa del segundo. Los hechos denotados
están relacionados, siendo una condición de hecho posible porque es claro que cada tarde los
niños van al jardín del egoísta. Es coherente la acción que realizan los niños con las descripciones
que da el autor.
● Por aquí y por allá, entre la hierba, se abrían flores luminosas como estrellas, y había doce
albaricoqueros que durante la primavera se cubrían con delicadas flores color rosa y
Aquí hay una generalización respecto a las características del jardín del egoísta porque se
sustituye la palabra jardín por “por aquí y por allá” y posibilita la expansión semántica del
término base. La secuencia lineal es posible en tanto sus proposiciones indican las
manifestaciones de dos estaciones del año respecto al mundo posible del autor.
Se podría decir que el hecho denotado en la oración es un hecho verdadero como causa de la
acción indirecta del juego de los niños. Además, presenta sinonimia, el autor emplea un sinónimo
para no repetir la misma palabra, en este caso “aquí” se refiere al jardín del gigante y “se decían
En esta oración es evidente que el primer evento no es consecuencia necesaria del segundo. Sin
embargo, es posible que no pueda llegar la primavera por la actitud del gigante., quizás por
alguna condición que en ese mundo la primavera llegará a todos los jardines del lugar.
● No entiendo por qué la primavera se demora tanto en llegar aquí -decía el Gigante Egoísta
cuando se asomaba a la ventana y veía su jardín cubierto de gris y blanco-, espero que
un concepto, estableciendo valores semánticos referenciales que amplían el término base debido a
● ¡Cuán egoísta he sido! -exclamó-. Ahora sé por qué la primavera no quería venir hasta
aquí.
Sin duda los hechos mencionados hacen referencia indirectamente al gigante. El hecho del
primavera en el jardín.
jugando con los niños en el jardín más hermoso que habían visto jamás.
coherencia lineal respecto a lo que los demás pueden apreciar al presenciar la asociación del
gigante con los niños y en el jardín más hermoso se incrusta indirectamente la primavera.
● Una vez tú me dejaste jugar en tu jardín; hoy jugarás conmigo en el jardín mío, que es el
Paraíso.
Las relaciones entre los hechos denotados ofrecen una explicación del niño ante el gigante en
Finalmente, la microestructura del cuento se caracteriza por el hilo conductor que guía cada
uno de los acontecimientos que ocurren en el jardín con los niños y el gigante egoísta. La
coherencia y cohesión del cuento permiten al lector situarse en el contexto mencionado, clarificar
autor precise minuciosamente cada aspecto. Además, cada detalle genera una respuesta en el
Para finalizar, los actos de habla son enunciados que constituyen acciones. Corresponden al
En el cuento “El Gigante Egoísta” se pueden identificar los tres actos comunicativos
mencionados anteriormente. El acto locutivo, es el que se realiza con el mero hecho de decir
algo. (Escandell, 1993). Por lo tanto, el acto locutivo se presenta en el cuento en la medida en que
(sintaxis) y con un significado (semántica). La emisión del cuento se da cada vez que el lector
pone en práctica el acto locucionario con sus aspectos esenciales, puede darse en un grupo de
personas o individual. Por otra parte, el acto ilocutivo, es el que se realiza al decir algo.
(Escandell, 1993).
1
Austin y la filosofía del lenguaje corriente,, actos de habla. introducción a la pragmática 1993, citado por M. Escandell
El acto ilocucionario tiene que ver con la fuerza comunicativa que acompaña a la oración, es
la intención del emisor y la acción realizada por medio del enunciado. En este caso, se puede
destacar la intención comunicativa del gigante cuando se refiere a los niños y su jardín: ¡Qué
Otro acto ilocucionario, el expresivo, se da cuando el hablante manifiesta sus sentimientos frente
a situaciones dadas. << ¿Qué hacen aquí? -surgió con su voz retumbante. Los niños escaparon
nuevo estado de cosas en el mundo por medio de la palabra. <<Este jardín es mío. Es mi jardín
propio -dijo el Gigante-; todo el mundo debe entender eso y no dejaré que nadie se meta a jugar
aquí Y, de inmediato, alzó una pared muy alta, y en la puerta puso un cartel que decía:
mismo, se puede encontrar un acto ilocucionario declarativo, estos son actos que crean un nuevo
estado de cosas en el mundo por medio de la palabra. << ¡Qué dichosos éramos allí! -se decían
unos a otros. >> Acto ilocucionario expresivo. << ¡Qué bueno! Parece que al fin llegó la
primavera -dijo el Gigante, y saltó de la cama para correr a la ventana>>. Acto ilocucionario
expresivo. << ¡Sube a mí, niñito! -decía el árbol, inclinando sus ramas todo lo que podía. Pero el
niño era demasiado pequeño. >> Acto ilocucionario directivo este busca dirigir al oyente o
comprometerlo en una acción, haciendo que actúe según los deseos del hablante. << -¡Cuán
egoísta he sido! -exclamó-. Ahora sé por qué la primavera no quería venir hasta aquí. Subiré a ese
pobre niñito al árbol y después voy a botar el muro. Desde hoy mi jardín será para siempre un
lugar de juegos para los niños.>> otro acto ilocucionario expresivo que se presenta en el texto, <<
desde ahora el jardín será para ustedes, hijos míos -dijo el Gigante, y tomando un hacha enorme,
echó abajo el muro.>> también hay un acto ilocucionario asertivo que es donde el hablante
afirma algo sobre el mundo, es decir, elabora un contenido referencial que representa cosas o
estados de cosas del mundo: << -Pero, ¿dónde está el más pequeñito? -preguntó el Gigante-, ¿ese
niño que subí al árbol del rincón?>> a su vez se puede encontrar un acto ilocucionario directivo,
<<Lleno de alegría el Gigante bajó corriendo las escaleras y entró en el jardín. Pero cuando llegó
Otro acto ilocucionario directivo presente es:<< ¿Pero, quién se atrevió a herirte? -gritó el
Gigante-. Dímelo, para tomar la espada y matarlo. -¡No! -respondió el niño-. Estas son las heridas
del Amor. -¿Quién eres tú, mi pequeño niñito? -preguntó el Gigante, y un extraño temor lo
Por último, el acto de habla perlocutivo, según Escandell, (1993), es. el que se realiza por
haber dicho algo, de esta manera, el acto perlocucionario también prevalece en la historia del
gigante egoísta, porque es el efecto que el acto ilocucionario produce en el mundo, es el efecto en
el receptor, ya sea sobre sus sentimientos, pensamientos o acciones. Es la respuesta que el oyente
tiene al recibir de manera clara los acontecimientos abordados durante la historia, cada uno de los
momentos en que los niños se sintieron bien en el jardín, la acción del gigante al ser egoísta con
cualquier persona que le rodeaba. El acto perlocucionario permite al lector u oyente situarse en
determinado contexto, quizá lo lleve a recordar aspectos del cuento relacionado con la vida real o
Oscar Wilde porque aborda aspectos que de una u otra manera han prevalecido en las sociedades,
claro está que hay ciertos aspectos de su época caracterizados en la historia que permiten ir a
Para finalizar, el análisis del cuento permitió identificar lo trabajado durante el curso de
lingüística III, donde teoría y práctica se juntaron, logrando así el desarrollo fructífero tanto del
análisis como del curso, las teorías planteadas por diversos autores como: Van Dijk, Escandell,
fueron de suma relevancia para comprender los aspectos semánticos, sintácticos y pragmáticos
del cuento. Sin embargo, aún queda por realizar un análisis más profundo del texto, en el cual se
Van Dijk, T. A. (2007). Estructuras y funciones del discurso: una introducción interdisciplinaria a la
Van Dijk, T. A. (1998). Texto y contexto: semántica y pragmática del discurso. Cátedra.