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SINCELEJO-SUCRE
PLANEACIÓN DE CLASES
ÁREA: ASIGNATURA: Castellano y PERÍODO: III TIEMPO:
Castellano y Literatura. Literatura. Semana VI
Reconoce elementos implícitos Identifica intenciones y propósitos en los textos que lee.
de la situación comunicativa del
texto.
COMPETENCIAS DESEMPEÑOS
LABORALES GENERALES
TIPO EMPRESARIALES Y
PARA EL
EMPRENDIMIENTO Reconozco las necesidades de mi entorno cercano (mi casa, mi
Identificación de barrio, mi colegio).
oportunidades para crear
empresas o unidades de
negocio.
MÉTODO INSTRUCCIONAL METACOGNITIVO PARA LA LECTURA.
ESTRATEGIAS METACOGNITIVAS: Planificación (Determinación de conocimientos
previos).
RECURSOS DIDÁCTICOS:
Página weebly, servicios e infraestructura de software, dispositivos electrónicos (tabletas,
teléfonos inteligentes, portátiles, computadores de mesa), con conectividad a internet para
garantizar el desarrollo de las actividades.
Documentos digitalizados, recursos informativos acordes con la temática, materiales diversos,
enlaces a páginas web, enlaces a videos, programa para la elaboración de esquemas, artículos,
información interrelacionada por medio de hipervínculos del material diseñado por el docente
investigador y otros que circulan en la red.
Saludo a estudiantes.
Presentación de dinámica social y aprendizajes esperados.
DINÁMICA SOCIAL
Relaciones horizontales entre profesor y estudiantes y entre estos, donde se practique la democracia.
DESARROLLO
Sintaxis
Sensibilización sobre la importancia y beneficios de la estrategia metacognitiva de
Planificación (Determinación de conocimientos previos).
Luego de que el docente ha llevado a cabo el modelado, éste proveerá los recursos digitales necesarios
para que el estudiante pueda realizar las acciones que incluyen la planificación (Determinación de
conocimientos previos), es decir, poner en práctica la estrategia a partir del texto “Una generación de
emprendedores perdida” y registrarlo a través de su autoinforme.
Las proyecciones de desempleo juvenil según la OIT para el año pasado cerraron con 73 millones de
desocupados en el mundo, y se proyecta que el desempleo juvenil global aumente al 12,8% hasta el
2018. Por su parte, en Colombia y según el DANE, alrededor del 16% de los jóvenes están
desempleados, y la Encuesta Nacional de Hogares dice que, de cada cinco personas de 24 años, solo
una trabaja.
Estas cifras aún no han hecho que en Colombia empecemos a ver el emprendimiento como una
genuina herramienta para recuperar y sostener la economía. Esto, con el agravante de que, estos
jóvenes desempleados son una generación entera de emprendedores en potencia que Colombia puede
perder, debido a la alta carga tributaria para hacer empresa, la escasez de mentores, la aversión al
fracaso, entre otros factores.
Existen, hoy en día, tres caminos claros para iniciar un proyecto de emprendimiento: la primera, por
necesidad; la segunda, por gusto o porque el estudio o trabajo de grado condujo a esa idea; y, la tercera,
por estar en el lugar indicado en el momento indicado.
Pero ¿qué podemos hacer en Colombia para no desperdiciar toda esta generación?
Los emprendedores aquí se destacan por ser “guerreros y echados para adelante”. Ser un nuevo
empresario significa enfrentarse a un sinnúmero de obstáculos y metas por cumplir, las cuales en
ningún momento dejan de ser retadoras, y es por esto que se valora tanto el esfuerzo de quienes se
atreven a intentarlo, siguiendo el motivo que cada uno considere motor de su emprendimiento.
Pero el gobierno debe pensar en generar un apoyo a todos los tipos de emprendedores que se tienen
en otras economías emergentes como la nuestra. Y me refiero no sólo a requerimientos de fuentes de
inversión, educación y servicios de soporte, sino de inculcar en los jóvenes una mentalidad para tomar
riesgos, emprender negocios, generar empleo y convertirse en dueños de su propio destino.
Por otro lado, en un país como Colombia, donde la cultura de inversión en innovación es bastante
escasa, es necesario expandir las alternativas de financiación para los emprendedores que buscan
desarrollar nuevos servicios y productos en el mercado, a través de los fondos de capital privado,
inversionistas y banca multilateral.
Es necesario, igualmente, fortalecer la imagen del mentor, dado que ellos deben ser “incubadoras” de
emprendedores para brindarles todo el conocimiento y habilidades, no sólo en lo que requiere su
negocio sino en aspectos como manejo de capital, gestión, etc.
En Colombia debemos luchar contra la aversión que se tiene al fracaso en nuestra cultura
emprendedora. No necesariamente porque una empresa esté en sus primeras etapas de crecimiento, y
su director sea un joven emprendedor, significa que tenga más probabilidades de perder que de ganar.
Lo importante es entender el gran valor de estas nuevas oportunidades para la economía, y aprender a
creer en ellas como generadoras de futuros trabajos, fuente de innovación y desarrollo de líderes
sociales y económicos a largo plazo.
Y por último, los requerimientos tributarios en Colombia pueden llegar a ser un gran obstáculo para
los nuevos empresarios, e incluso pueden convertirse en una barrera para el crecimiento de estas
organizaciones.
Este es el momento para que Colombia, a través de mejor financiación, más mentores e incentivos, y
programas de entrenamiento, le apueste al emprendimiento. No desperdiciemos toda una generación
de emprendedores en potencia; démosle la oportunidad de alcanzar todo su potencial y jalonar la
economía de nuestro país.
https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-106706_archivo_pdf.pdf