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Tema:

La Depresión y su relación con la baja productividad en los empleados de una


empresa
Hipótesis:
¿Qué aspectos negativos tiene una depresión o un cuadro depresivo en el
desempeño de los empleados de una empresa?
Introducción:
Cuando hablamos de la Depresión hacemos referencia a una amplia visión
de trastornos que comparten algunas características, que cambian en sus causas,
intensidad, sintomatología, cronicidad y curso, e incluso en el comportamiento de la
regularidad y el control de distintos factores que se asocian a la salud.
En este trabajo lo abordaremos desde la perspectiva de los síntomas como
del síndrome que incluye el síntoma anterior sumado a otros acompañantes.
La Depresión han sido englobadas en el DSM-V (American Psychological
Asociation, APA, 2013) Pertenece al grupo de trastornos del estado de ánimo, que
se caracterizan porque la persona presenta estado de ánimo decaído y un grupo de
alteraciones emocionales, cognitivas, conductuales y fisiológicas relacionadas con
la condición diagnóstica principal.
En el mundo, aproximadamente 350 millones de personas sufren de
depresión y se espera que esta cifra aumente, pue se estima que en el año 2030 la
depresión será la primera causa de enfermedad que enfrentaremos a nivel mundial
según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2012, y que su impacto negativo
en la productividad, en el aumento de la accidentalidad y de los costos en salud
también crecerán (Córdoba, Fuentes y Ruíz, 2011).
En México se realizó la Entrevista Nacional de Comorbilidad con tres
preguntas de cribado de salud mental en una muestra aleatorizada y estratificada
de 5782 personas entre 18 y 65 años; se encontró que la cohorte de población más
vulnerable estaba entre 45 y 54 años (Rafful, Medina-Mora, Borges, Benjet y
Orozco, 2012).
En estudios anteriores se ha evidenciado que las mujeres deprimidas son
más proclives que los hombres deprimidos a usar los servicios sanitarios o a solicitar
soporte social, pues la población masculina tiene dificultad para reconocer los
síntomas de depresión, y si los perciben, prefieren evitarlos consumiendo drogas o
con mecanismos extremos de escape como el suicidio. Cabe notar que los hombres
se suicidan más que las mujeres y que al menos en la mitad de los casos lo hacen
a causa de una depresión (Haeffel et al., 2007; Instituto Nacional de Medicina Legal
y Forense, 2013; Merikangas et al., 2011; Mittendorfer-Rutz, 2006; Troister y
Holden, 2010).
Qué población está más propensa a padecer este cuadro de síntomas pues
diversos estudios han demostrado que la gente que viven con limitaciones
económicas, además de que ven escasa su posibilidad de acceder a opciones
educativas, de vivienda, trabajo, de salud y expansión (Moore y Hadjiyannakis,
2002; Organización Panamericana de la Salud (OPS), 2012 tienden a reportar
problemas de salud mental.
La pobreza actúa como estresor habitual y afecta la capacidad de confrontar
el estrés incluso el apoyo social recibido se ve disminuido debido a la necesidad de
remediar exigencias de supervivencia de cada uno de los miembros del grupo
familiar casi de forma individual (Almeida et al., 2012; Juárez y Guerra, 2011; Lund
et al., 2010; Huurre, Eerola, Rahkonen y Does, 2006; Palomar y Cienfuegos, 2007).
Los pacientes suelen presentar problemas para concentrarse, distracciones
y dificultades para llevar a cabo sus tareas habituales. Las alteraciones cognitivas
más comunes en la depresión son la pérdida de capacidad en memoria, atención y
concentración, dificultades en ejecución de acciones y pérdida de flexibilidad
cognitiva. Estas alteraciones se mantienen una vez que los pacientes se recuperan,
y tienen un claro impacto en la vida cotidiana y laboral de los pacientes al potenciar
su dificultad para tomar decisiones adecuadas y obstaculizar su recuperación.
Sin embargo, no debe olvidarse que la mayoría de trastornos mentales, y
especialmente la depresión, son tratables y a menudo prevenibles, lo que obliga a
una actitud responsable y proactiva en el abordaje de la depresión laboral.

Antecedentes
Condiciones como migraña, dolor de espalda, diabetes, alergia, rinitis, reflujo
gastroesofágico y depresión, dominan los costos por pérdida de productividad, aun
así, la depresión resulta ser la más costosa debido a su alta prevalencia y su
correlación con otras enfermedades.14 La depresión tiene un costo mundial anual
de 50 billones de dólares; en países como España, el costo asciende a 745 millones
de euros anuales, del cual 53.5 % corresponde a gastos directos derivados del
manejo y tratamiento de los pacientes y 46.5 % a costos indirectos por muerte
prematura o incapacidad laboral temporal.
De 1.8 a 3.6 % de los obreros en Estados Unidos padece depresión mayor. El
gasto asociado al tratamiento oscila entre 30 mil millones y 20 billones de dólares
anuales, y hasta 200 millones de días de trabajo perdidos al año; los costos anuales
(médicos, farmacológicos y de discapacidad laboral) son 4.2 veces mayores para
beneficiarios con depresión mayor que para los beneficiarios típicos (8709 versus
2059 dólares).
En una investigación realizada con 153 trabajadores ferroviarios y operadores
de grúa-puente en una empresa minero-metalúrgica de cobre en Perú, concluyeron
que el primer lugar se encuentran las exigencias laborales, cargas de trabajo,
demandas y estresores (aspectos del puesto de trabajo, entorno de trabajo, es decir,
clima y cultura de la organización, funciones laborales, relaciones interpersonales y
diseño y contenido de las tareas).
En el segundo caso si el trabajador tiene voz y voto que se sienta una parte
esencial de la empresa, la organización del trabajo, como el control del trabajo, el
cual dota al individuo de condiciones que posibilitan la adquisición de nuevos
conocimientos o la posibilidad de tomar decisiones sobre la actividad que realiza.
Tercero es Adicciones el abuso de alcohol, tabaco y drogas representa un factor
importante de riesgo.
Por nuestra parte agregaremos dos variables más que igualmente son de
suma importancia y que yo en notado en el área es la antigüedad en el empleado
será algo influyente puesto que mayoría de las personas deprimidas tiene baja
conciencia de sus síntomas depresivos, y las individuos con más de 11 años de
trabajo tienen más síntomas, lo cual pudiera relacionarse con la motivación, los
intereses particulares, dificultades interpersonales, fundamentalmente con sus
superiores, así como el tiempo que requieren las exigencias del medio en que se
desarrollan, el cual constituye un factor estresante.
También tomamos en cuenta la variable de los conflictos laborales,
familiares, económicos, conyugales, sociales, etcétera, representan un peligro para
la salud mental del trabajador.
Efectos Adversos
Los efectos adversos más comunes asociados a los antidepresivos más
comúnmente utilizados —los inhibidores selectivos de la re captación de serotonina
(ISRS) y los inhibidores de la re captación de serotonina y noradrenalina (IRSN)
incluyen náuseas, insomnio, disfunción sexual y somnolencia. Además, se ha
demostrado que la baja adherencia al tratamiento aumenta el riesgo de recaídas.
Según la OCDE, la tasa de empleo de las personas con trastornos mentales
comunes, como la depresión, está en 10-15 puntos por debajo de las personas que
no tienen estos trastornos (60-70% vs. 45-55%). Además, las personas con
trastornos mentales graves tienen 6-7 veces más posibilidades de estar en paro que
las personas que no tienen este trastorno, y entre las que sufren trastornos comunes
la posibilidad es de 2 a 3 veces mayor.
Una parte importante de las personas con trastornos depresivos continúan en
su puesto, a menudo con una importante reducción de la cantidad y calidad del
trabajo realizado (presentismo) es el desafortunado cliché de ir a trabajar sin
trabajar, aunque las causas pueden ser varias, y no necesariamente por una mal
atribuida flojera o irresponsabilidad de los colaboradores. Según los datos del
estudio sobre el impacto de la depresión en el trabajo en Europa, que aporta cifras
de 7 países europeos (España, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Turquía y
Dinamarca), en España aproximadamente la mitad de los pacientes que han sufrido
esta enfermedad han visto mermada su capacidad productiva32. Se calcula que
aproximadamente un 80% de la pérdida de productividad debida a depresión pueda
atribuirse a una mala ejecución del trabajo más que a la ausencia del mismo.
Despiégel N, Danchenko N, Franc¸ ois C, Lensberg B, Drummond MF. The use and
performance of productivity scales to evaluate presenteeism in mood disorders.
Value Health. 2012;15:1148–61.
En cuanto a la capacidad de las empresas para abordar este problema, este
trabajo revela que las grandes compañías cuentan con pocos programas de apoyo,
promovidos por sus departamentos de recursos humanos, orientados a ayudar a los
trabajadores que sufran depresión. Además, a pesar de la magnitud del problema,
uno de cada 3 directivos reconoce que no disponen de apoyo formal ni recursos
para afrontar las dificultades de los empleados con depresión y apoyan una mejora
en la legislación y las políticas en materia de reinserción laboral de los pacientes
que han sufrido una depresión.
Por otro lado, un estudio europeo que incluyó una muestra de 21.425
pacientes de 6 países (Alemania, Bélgica, España, Francia, Holanda e Italia) mostró
que aquellos que tenían episodios de depresión mayor pasaban un 25% de los días
del mes de media sin poder realizar su actividad laboral con normalidad, comparado
con un índice del 3% (2-4%) entre las personas sin ningún trastorno. Alonso J,
Angermeyer MC, Bernert S, Bruffaerts R, Brugha TS, Bryson H, et al. Prevalence of
mental disorders in Europe: Results from the European Study of the Epidemiology
of Mental Disorders (ESEMeD) project. Acta Psychiatr Scand Suppl. 2004;(420):21–
7.

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