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LAS NEUROSIS DE FESENSA

Freud dice que la histeria supones una escisión de la conciencia, cita a Broyer quien dice que la
base y condición de la histeria es el advenimiento de unos estados de conciencia
peculiarmente oníricos con una aptitud limitada para la asociación a los que propone
denominar estados hipnoides, la escisión de conciencia es secundaria, adquirida, se produce
en virtud de que las representaciones que afloran en estados hipnoides están segregadas del
comercio asociativo con el restante contenido de conciencia.

Dice Freud que la escisión del contenido de conciencia es la consecuencia de un acto


voluntario del enfermo cuyo propósito era otro pero que no alcanza lo que genera una escisión
de conciencia.

Diferencia 3 tipos de histeria, de defensa, hipnoide y de retención. A la histeria de defensa la


denomina también histeria adquirida. Dice que los pacientes por le analizados gozaron de
salud psíquica hasta que el momento que sobrevino un caso de inconciabilidad en su vida de
representaciones, es decir, hasta que se presentó a suyo, una vivencia que despertó un afecto
tan penoso que la persona decidió olvidarla, no confiando en poder solucionarlo con su yo
mediante un trabajo de pensamiento la contradicción que esa representación inconciliable le
oponía.

Añade que en personas del sexo femenino, tales representaciones inconciliables nacen, las
más de las veces del sentir sexual, ese intento de olvido no triunfó, sino que llevo a diversas
reacciones patológicas que provocaron una histeria o una representación obsesiva o una
psicosis alucinatoria, todos los cuales se conectan con una escisión de conciencia. La tarea que
el yo defensor se impone es directamente insoluble para él una vez que la huella mnémica y el
afecto adherido a la representación están ahí, ya no se los puede extirpar, por eso equivale a
una solución aproximada de esta tarea lograr convertir esta representación intensa en una
débil, arrancarle el afecto, la suma de excitación que sobre ella habita. En la histeria el modo
de volver que no haga daño físico a moral la representación inconciliable es trasponer a lo
corporal la suma de excitación, es decir la conversión.

Freud dice que el efecto catártico de Broyer consiste en volver a guiar la excitación con
conciencia de la meta de lo corporal a lo psíquico para forzar luego a reequilibrar la
contradicción mediante un trabajo de pensamiento y a descargar la excitación por medio del
habla.

Dice que la escisión de conciencia de la histeria adquirida es un acto voluntario explicado a


partir de la hipnosis ya que la hipnosis produce un ensanchamiento de la conciencia
estrechada en los histéricos volviendo asequible el grupo psíquico escindido, por tanto en la
histeria hay una aptitud para la conversión.

Si en una persona predispuesta la neurosis no está presenta la capacidad convertidora para


defenderse de una representación inconciliable, se emprende el divorcio entre ella y su afecto,
pero ese afecto permanece en el ámbito psíquico, la representación ahora debilitada queda
ahora debilitada de toda asociación dentro de la conciencia pero su afecto liberado de adhiere
a otras representaciones en si no inconciliables que en virtud de este enlace falso devienen
representaciones obsesivas.
Dice que en todos los casos por él analizados, era la vida sexual la que había proporcionado un
afecto penoso y que la representación obsesiva figura aun sustituto o un subrogado de la
representación sexual inconciliable y la ha relevado dentro de la conciencia.

Sin embargo existe una modalidad defensiva mucho más enérgica y exitosa que consiste en
que el YO desestima la representación insoportable junto con su afecto y se comporta como si
la representación nunca hubiera sucedido, esto se llama psicosis o confusión alucinatoria. Es
decir que el YO se ha defendido de la representación insoportable mediante el refugio en la
psicosis.

Para terminar dice que en las funciones psíquicas cabe distinguir algo, un monto de afecto, una
suma de excitación que tiene todas las propiedades de una cantidad aunque no poseamos
medio alguno para medirla, algo que es susceptible de aumento o disminución,
desplazamiento y descarga y que se difunde por las huellas mnémicas de las representaciones
como lo haría una carga eléctrica por los cuerpos.

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