Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
“Una fuga es una especie de delirio. Delirar es exactamente salirse del riesgo”
(Deleuze/Parnet, 1980: 49), es huir hacia nuevos mundos indeterminados. La experiencia
de la droga en Naked Lunch habilita un segundo tipo de viaje: desde el terreno de la mente.
Pero esta mente no será ya un refugio romántico de evasión sino el terreno de una distopía
paranoica en que el control se inserta en los cuerpos y en los pensamientos: “control of
physical movement, mental processes, emotional reactions and apparent sensory
impressions by means of bioelectric signals injected into the nervous system of the
subject” (Burroughs, 2001: 136). Esta invasión siembra la paranoia que respira el texto y
ramifica los estratos de realidad entrelazados en la misma superficie narrativa. Las
alucinaciones alternan así entre el relato de una experiencia delirante y la descripción
minuciosa de los Partidos de Control de Interzona: operan con un biocontrol que penetra
las mentes. La paranoia en Naked Lunch funciona como una puesta en abismo: la
conciencia se desdobla hasta que el punto de referencia de lo “real” se pierde. Si “huir es
producir lo real, crear vida, encontrar un arma” (Deleuze/Parnet, 1980: 58) entonces a
través de la huida del delirio, lo “imaginario” produce lo “real” hasta que ambos se
vuelven indiscernibles el uno del otro. Esquizofrénico, el relato genera su propio mundo
imaginario, altera sus personalidades y se contamina desde adentro hacia afuera. La
pérdida de todo límite a través del delirio que produce La Enfermedad genera un terreno
perfecto para la infección. Así, como los personajes que lo recorren, Naked Lunch es en
sí un relato esquizofrénico, de múltiples personalidades: es informe, es invención, es
crítica, es huida de todo tipo de categoría preestablecida.
En una de estas múltiples personalidades genéricas se encuentra el texto como
registro de experiencias alucinatorias. “Notes from yagé state” describe la disipación de
todo límite de la conciencia: “Serenity...All defenses fall..everything is free to enter and
go out...Fear is simply impossible... “ (Burroughs, 2001: 91). En ese delirio, la identidad
desaparece y convergen en una sola conciencia “the blood and substances of many races”
(idem). “Yagé is space-time travel” (idem), es la liberación de toda frontera, la huida de
la conciencia hacia un terreno de pura intensidad circulante. Este estado del mismo modo
el que define el viaje a México de Artaud: “se trata de un viaje hacia afuera (...) lo que
hace Artaud es salir para poder entrar en lo otro” (Del Barco, 1981: 43).
El día que se formaron nuestro yo y nuestra conciencia, se estableció en este
movimiento de incesante incubación un ritmo distintivo y una elección natural, que
hacen que sólo nuestras propias ideas sobrenaden el campo de la conciencia mientras
que el resto se desvanece automáticamente (Artaud, 2014: 14).
La experiencia del Peyote es una experiencia de liberación de la conciencia, se trata de
cimentar el camino para su huida a través de la creación de fisuras corporales. Escindida
del cuerpo, la conciencia se enfrenta a un proceso de des-subjetivación y del devenir pura
intensidad en el que la “elección natural” del yo como límite desaparece. “Uno ya no
siente el cuerpo que acaba de dejar y que lo aseguraba dentro de sus límites, en cambio
se siente mucho más feliz de pertenecer a lo ilimitado que a sí mismo”(ibídem: 25). Al
habitar lo “ilimitado” a través de vías alucinógenas, la experiencia pura del pensamiento
deviene forma-de-vida (Agamben, 2002: 15) inclasificable. Así como la experiencia del
yagé “is space-time travel”, el rito del Peyote plantea un quiebre físico-temporal. El
tiempo histórico se interrumpe1 y retorna hacia el hombre “no nacido sino INNATO”
(Artaud, 2014: 27).
En esta infancia del hombre, aparece el lenguaje como ausencia. Si “el hombre
se constituye como sujeto en el lenguaje y a través del lenguaje” (Agamben, 2015: 60)
entonces Artaud arroja luz sobre una crisis antropológica. En Artaud, el lenguaje se
desarticula, deviene silencio, grito, llanto2. La palabra se desterritorializa hasta volverse
ilegible, ya no se pronuncia sino que desborda del cuerpo como víscera. “Lo que salía de
mi bazo o de mi hígado tenía la forma de letras de un alfabeto” (Artaud, 2014: 26): los
órganos del cuerpo albergan un tejido sígnico así como también lo hará la naturaleza. El
delirio de Artaud desemboca en una triangulación Naturaleza-cuerpo- lenguaje, donde las
montañas del territorio tarahumara presentan “signos de formas, de efigies naturales (...)
como si los dioses (...) hubiesen querido significar sus poderes por medio de esas extrañas
signaturas, donde es la figura del hombre la que por todas partes es perseguida” (ibídem:
37). La naturaleza antropomórfica no sólo adquiere forma humana sino que se demuestra
“a lo largo de toda la extensión geográfica de una raza que la Naturaleza ha querido
hablar” (idem).
1
En Burroughs, el tiempo del adicto se presenta como temporalidad independiente del tiempo histórico:
“The addict runs on junk time. His body is his clock, and junk runs through it like an hourglass. Time has
meaning for him only with reference of his need” (Burroughs, 2001: 180).
2
Ver Para acabar con el juicio de Dios.
La experiencia de Artaud y Burroughs sientan así las bases para lo revolucionario:
el tiempo histórico se suspende y la conciencia huye cargada de artillería pesada para
librar la batalla contra los Aparatos de estado. Desde realidades solapadas, la paranoia, la
vida muda (infancia no-nacida) y la naturaleza, la vida deviene pura intensidad, forma-
de-vida imposible de ser retenida, encasillada, clasificada.
3. Formas-de-vida: cuerpos vacíos, cuerpos monstruosos.
son cosas de la vida
- William S. Burroughs, Naked Lunch.
“¿Cómo liberarnos de los puntos de subjetivación que nos fijan, que nos clavan a
la realidad dominante? Arrancar la conciencia del sujeto para convertirla en medio de
exploración (...) no es seguramente ni más ni menos difícil que arrancar al cuerpo del
organismo” (Deleuze, 2002: 165). La destrucción de límites que lleva a cabo la conciencia
del delirio genera una intensidad pura que desarticula el cuerpo y lo vacía. “Uno se siente
como dentro de una onda gaseosa y que desprende de todas partes un incesante
chisporroteo. Cosas surgidas como de lo que era su bazo, su hígado, su corazón o sus
pulmones, se desprenden incansablemente” (Artaud, 2014: 26). Pero este vaciamiento
crea así un nuevo cuerpo enemigo del organismo: los órganos lo habitan pero se
encuentran “mal ensamblados” (ibídem: 43); cobran vida, son parlantes, crean nuevas
proliferaciones orgánicas, nuevos tejidos viscosos (Burroughs, 2001: 111).
La conciencia liberada bajo la experiencia del Peyote procede así a la destrucción
de una subjetividad a través de la creación de un cuerpo sin órganos que, como vemos en
Artaud, ni “es espacio ni está en el espacio, es materia que ocupará el espacio en tal o tal
grado, en el grado que corresponde a la intensidades producidas” (Deleuze, 2002: 158).
De lo que se trata, entonces, es de la configuración de una pura intensidad. Ahora bien,
esta configuración, pensada como línea de fuga de lo abordable (cuerpo biológico,
orgánico), posee un carácter productivo. La manifestación de un cuerpo sin órganos a
través de la experiencia del Peyote conduce a la creación de una nueva forma-de-vida y
un nuevo cuerpo inorgánico.
En la creación de nuevos cuerpos emerge el cuerpo esquizofrénico, paranoico,
drogado. El delirio de Naked Lunch habilita estas nuevas formas de lo viviente a través
de una “poética del ano”: “the ass started talking on its own. (...) Then it developed sort
of teeth-like little raspy incurving hooks and started eating” (Burroughs, 2001: 111). El
cuerpo es invadido por sus propios órganos: lo transforman y le hacen brotar sustancia
gelatinosas como “tejidos no-diferenciados” que, como tejidos cancerosos, se apropian
del cuerpo hasta consumirlo por completo. “He would tear it off his mouth and the pieces
would stick to his hands like burning gasoline jelly and grow there, grow anywhere on
him a glob of it fell” (idem). Así, el delirio de La Enfermedad desata una inagotable crisis
antropológica que encuentra en Interzona un lugar favorable para hallar “las posibles
líneas de fuga, experimentarlas, asegurar aquí y allá conjunciones de flujo" (Deleuze:
2002, 165). Naked Lunch opera sobre el cuerpo, lo desarticula, transforma, invade y lo
desorganiza: materializada la paranoia en el tejido narrativo del texto, se integran
mutuamente el terreno de lo real y lo imaginario.
Esta crisis se desenvuelve a su vez en la desintegración del cuerpo humano a
través de devenires monstruosos y el cáos corporal: "his teeth fly from his mouth (...)
black blood spurts in one solid piece over the fence and he falls fleshless mummy by the
fever grass. Thorns grow through his ribs" (Burroughs, 2001: 80). Nuevas
configuraciones de lo viviente estallan en el texto como una nueva forma-de-vida, “una
vida que que no puede separarse nunca de su forma, una vida en la que nunca es posible
aislar algo como una nuda vida” (Agamben, 2002: 11), así como tampoco otorgar una
identidad jurídico-política.
Conclusión
Y todo se diluye entonces ante mis sentidos,
y sonrío y así continúo soñando por el mundo
-Goethe, Werther.
para La huida se vuelve la vía para una productividad y la literatura se potencia como
arma para la fuga, para la creación de nuevos mundos imaginarios y nuevas experiencias
revolucionarias. Para eso, la escritura debe crecer indefinidamente, volverse inalcanzable,
inabordable, laberíntica, rizomática; derribar fronteras; crear nuevas formas vida: debe
diferenciarse de aquellas escrituras que les “gustan demasiado las raíces, los árboles, el
catastro, los puntos de arborescencia, las propiedades” (Deleuze/Parnet, 1980: 46). Como
arma para el ataque, la literatura encuentra el modo de hacer explotar una experiencia
revolucionaria desde la escritura; desarticular lo preestablecido, volverlo inclasificable.
Los tarahumaras de Antonin Artaud y Naked Lunch de William S. Burroughs se
presentan como la escritura de una huida a través de la experiencia del viaje. México y
Tanger son los territorios para la fuga donde se desarrollará el desborde de lo imaginario.
Pero a diferencia del gesto romántico, el movimiento no será hacia dentro sino que será
hacia afuera, donde imaginación y realidad no se contradicen sino que, por el contrario,
se vuelven indiscernibles. Tanto en México como en Tanger, la huida se desarrollará a
través del delirio, del viaje alucinatorio; desde la destrucción de las subjetividades y la
creación de nuevas formas-de-vida; a través de suspensiones temporales; a través de una
potencia revolucionaria.
La Enfermedad o junk sickness se presenta como lo que da lugar a un progresivo
proceso de desclasificación mediante una inagotable crisis antropológica en la
Interzona: "instalarse en un estrato, experimentar las posibilidades que nos ofrece,
buscar en él un lugar favorable, los eventuales movimientos de desterritorialización,
las posibles líneas de fuga, experimentarlas, asegurar aquí y allá conjunciones de
flujo"(Deleuze: 2002, 165). Una de estas posibilidades que funciona como línea de fuga
se da en la desintegración del cuerpo humano que lleva a devenires monstruosos. "The
Man wriggles... His flesh turns viscid, transparent jelly that drifts away in green mist,
unveiling a monster black centipede" (Burroughs: 2001, 87). Pero más allá de la
monstruosidad, lo interesante reside en que este caso es llevado en el texto hasta un
jurado compuesto por "Caballeros y Hermafroditas" donde el discurso legal sufre la
ironía de juzgar lo inhumano, lo poshumano y esto es puesto a la luz dentro de un
escenario institucional. La discusión dentro del supuesto marco de la ley acerca del
cuerpo biológico como herramienta de amenaza constante y hostil de un biopoder, o
biocontrol: "that is, control of physical movement, mental processes, emotional
reactions and apparent sensory impressions by means of biolectric signs injected into
the nervous system of the subject (ibídem, 136). "'Control' es el nombre que
Burroughs propone para designar al nuevo monstruo, y que Foucault reconocía como
nuestro futuro próximo" (Deleuze:1991,1). Monstruosa la humanidad, monstruosa la
institución,el biocontrol está dentro de la mente a través de máquina y controla
movimiento y emoción. La institución médica de la Interzona aparece como el peligro
más amenazante. Médicos cosen monos vivos en los cuerpos de los pacientes,
remueven apéndices con abrelatas oxidados. (Burroughs: 2001, 152)
“Lo ilusorio que no amo me da muy a menudo la impresión de ocupar mi conciencia con
un vigor a menudo más fuerte que lo Real” (Artaud, 2014: 95)
pues uno comprende que lo que era sí mismo ha venido de la cabeza de eso ilimitado, lo
Infinito, y que lo verá.” (Artaud, 2014: 25).
"Poverty hatred, war, police- criminals, bureaucracy, insanity, all symptoms of The
Human Virus. /The Human Virus can now be isolated and treated"(ibídem, 141)
. Pero estos sentidos mutan, cambian junto con la conciencia que los controla
alterando tanto la percepción como la palabra."I try to focus de words...they separate
in meaningless mosaic..."(ibídem, 58). "Mi teoría fundamental es que la palabra escrita
fue literalmente un virus que hizo posible la palabra hablada. La palabra no ha sido
reconocida como un virus porque alcanzó un estado de simbiosis estable con el
huésped". (Burroughs: 2009, 29). La palabra habita en el hombre como un parásito,
como algo no viviente que lo invade infectándolo y alterando su genética. De esta
forma, la escritura se vuelve en Naked Lunch un informe de la enfermedad, el registro
de una conciencia que se fugó por vías alucinatorias. "Poverty hatred, war, police-
criminals, bureaucracy, insanity, all symptoms of The Human Virus. /The Human Virus
can now be isolated and treated"(ibídem, 141)
n un primer acercamiento, debemos dar cuenta del tipo de viaje que Burroughs
presenta. Como libro rizomático, se escabulle y huye a través del laberinto de la
palabra, inalcanzable, inclasificable. "Huir no es exactamente viajar, ni tan siquiera
moverse (...) las fugas pueden hacerse sobre el terreno, en un viaje inmóvil (idem). De
esta forma emerge el texto como máquina de guerra anti estatal donde el viaje bélico
aparece como "modo de un estado social que conjura e impide la formulación del
Estado"(Deleuze:2002, 365).
4. Lenguaje
“Lo que salía de mi bazo o de mi hígado tenía la forma de letras de un alfabeto” (Artaud,
2014: 26).
Sobre la naturaleza que habla: “signos” “de formas, de efigies naturales que no parecen
en absoluto nacidad del azar, como si los dioses, que uno siente aquí en todas partes,
hubiesen querido significar sus poderes por medio de esas extrañas signaturas, donde es
la figura del hombre la que por todas partes es perseguida” 37
“como si la Naturaleza hubiese escogido esa parte de la montaña para poner al desnudo
sus sílex escondidos” 39 (tmb en 40
5. Tiempo
Para los tarahumaras: contra el progreso 78