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CAPITULO 11
11.1 INTRODUCCION
Las descargas atmosféricas causan serias perturbaciones en las redes aéreas de transmisión y
distribución de energía eléctrica, antes de provocar daños materiales en las construcciones atendidas
por ellas, sin contar los riesgos de vida a que las personas o animales están sometidas.
Las descargas atmosféricas inducen ciertas tensiones que llegan a centenas de kV en las redes
aéreas de transmisión y distribución de las concesionarias de energía eléctrica, obligando a utilizar
cables de guardia a lo largo de las líneas de tensión más elevadas y pararrayos para la protección de
equipos instalados en ese sistema.
Cuando las descargas eléctricas entran en contacto directo con cualquier tipo de construcción, tales
como edificios, tanques metálicos de almacenamiento de liquido, partes estructurales de las
subestaciones, son registrados grandes daños materiales que podrían ser evitados en caso de que esas
construcciones estuviesen protegidas adecuadamente por pararrayos de tipo hasta.
A lo largo de los años, varias teorías fueron desenvueltas para explicar el fenómeno de los rayos.
Actualmente se tiene como cierta, que la fricción entre las partículas de agua que forman las nubes,
provocada por los vientos ascendentes de fuerte intensidad, da origen a una gran cantidad de descargas
eléctricas. Se verifica experimentalmente que las cargas eléctricas positivas ocupan la parte superior de
la nube, en cuanto a las cargas eléctricas negativas se posicionan en su parte inferior, acarreando
consecuentemente una intensa migración de cargas positivas en la superficie de la tierra para un área
correspondiente a la localización de las nubes, conforme se puede observar en el Esquema 11.1. De
esta forma, las nubes tienen una característica bipolar.
Como se puede deducir por el Esquema 11.1, la concentración de cargas eléctricas positivas y
negativas en una determinada región puede surgir una diferencia de potencial entre la tierra y la nube.
El aire presenta una determinada rigidez dieléctrica, normalmente elevada, que dependen de ciertas
condiciones ambientales. El aumento de esa diferencia de potencial, que se denomina gradiente de
tensión, podrá alcanzar un valor que supere la rigidez dieléctrica del aire entre la nube y la tierra,
haciendo que las cargas eléctricas migren en dirección de la tierra, en un trayecto tortuoso y
normalmente con ramificaciones, cuyo fenómeno es conocido como descarga piloto. Es de
aproximadamente 1 kV/mm el valor del gradiente de tensión para el cual la rigidez dieléctrica del aire
se rompe.
La ionización del camino seguido por la descarga piloto, propicia condiciones favorables de
conductibilidad del ambiente. Manteniéndose elevado el gradiente de tensión en la región entre la nube
y la tierra, surge, en función de aproximación de solo una de las ramificaciones de descarga piloto, una
descarga ascendente, constituida de cargas eléctricas positivas, denominada de descarga de retorno o
principal, de gran intensidad, responsable por el fenómeno conocido como trasvase, que es el
dislocamiento de masa del aire circundante encaminamiento del rayo, en función de la elevación de
temperatura y consecuentemente del aumento del volumen.
No se tiene precisión de la altura de encuentro entre esos dos flujos de carga que caminan en sentido
opuesto, pero se supone que es a pocas decena de metros de la superficie de la tierra.
La descarga de retorno al llegar a la nube, provoca, en una determinada región de la misma, una
neutralización electrostática temporaria.
Esquema 11.1
Distr ibución de las car gas eléctr icas de las nubes y del suelo
10 km.
3 km.
Superficie terrestre
ARCV
- 97% 10 kA;
- 85% 15 kA;
- 50% 30 kA;
- 20% 15 kA;
- 4% 80 kA
También fue comprobado que la corriente de descarga tiene una única polaridad, esto en una sola
dirección. Una onda típica de descarga atmosférica fue determinada para efecto de estudios específicos.
Esquema 11.2
Secuencia de eventos de una descar ga atmosfér ica
Esquema 11.3
For mato car acter ístico de una onda de descar ga atmosfér ica
V (kV)
V2
V1
V0
T2 T1 T0 T (µ.s)
Como se procuró mostrar anteriormente, las descargas atmosféricas pueden dañar seriamente el
patrimonio y victimar las personas y animales cuando estos se encuentran dentro del campo eléctrico
formando entre las nubes que sólo sean directamente alcanzadas.
Utilizando las propiedades de las puntas metálicas de propiciar la canalización de las cargas
eléctricas para la atmósfera, llamado poder de las puntas, Franklin concibió un dispositivo que
desempeña esta función, que fue denominado pararrayos.
Queda claro que las descargas eléctricas dentro de una determinada zona son más fácilmente
canalizadas por el pararrayo de que por una estructura de concreto, por ejemplo. El Esquema 11.4
muestra el principio fundamental de la actuación de un pararrayo. Las cargas eléctricas, en ves de
irrumpir en un punto cualquiera del suelo, son conducidas hasta las puntas del pararrayo (captor) a
través de un cable de excelente conductividad eléctrica (cable de cobre), permitiendo, de esta forma,
que las descargas sean efectuadas a través de éste, propiciando la protección de construcción dentro de
un determinado rayo de actuación.
Esquema 11.4
Pr incipio fundamental de actuación de un par ar r ayo
Pararrayos
Cable de cobre
Edificio
Malla de tierra
a) Captor
Principal elemento del pararrayo, es formado normalmente por tres o más puntas de acero
inoxidable o cobre. Es también denominado de punta.
Mástil
Captor
2 m.
Conector de
medición
Protección no
metálica (Ejm. PVC)
Electrodos
ARCV
Tabla 11.1
Factor de ponder ación
Donde:
A, B, C, D, E, F = Factor de ponderación de la Tabla 11.1,
Npr = Número probable de rayos que pueda alcanzar a la construcción y es dado por la
siguiente ecuación:
Npr = Sc x Nda x 10-6
Tabla 11.2
Pr obabilidad ponder ada
Ejemplo de aplicación:
Una planta industrial de ramo metalmecánica, con un área plana de 1500 m2 y altura de 8 m,
localizada en terreno plano de poca arborización, es constituida de concreto armado con cobertura
metálica. Determinar la necesidad de protección contra descargas atmosféricas, sabiendo que la
región (Cochabamba) presenta un índice ceráunico medio de 70 días con rayos (descargas) por año.
De la Tabla 11.1 para la ecuación P0 = A x B x C x D x E x Npr, se tiene:
A = 1.0
B = 0.8
C = 0.3
D = 1.0
E = 0.3
Nda .Nt = 0.023 x 701.3 = 5.76 descarga/km2/año
Nt = 70
Npr = Sc x Nda x 10-6
Npr = 1500 x 5.76 x 10-6 = 8640 x 10-6 = 8.6 x 10-3 (número probable de rayos que puede alcanzar a
la construcción).
Luego, la probabilidad ponderada será:
P0 = 1.0 x 0.8 x 0.3 x 1.0 x 0.3 x 8.6 x 10-3 = 6.19 x 10-4
A través de la tabla 11.2 se puede concluir que es aconsejable la instalación de una protección
contra rayos.
Hay siempre la posibilidad de falla del sistema de pararrayos, pudiendo la construcción protegida,
en este caso, ser alcanzada por una descarga atmosférica. A partir de esa premisa, la IE 1024-I
determina cuatro diferentes niveles de protección, en base a las cuales deben ser tomadas las decisiones
de los proyectos más o menos severas. Esos niveles de protección están así definidos:
- Nivel I: Es el nivel más severo en cuanto a la pérdida de patrimonio. Se refiere a las
construcciones protegidas, cuya falla en el sistema del pararrayo puede provocar daños a las
estructuras adyacentes, tales como las industrias petroquímicas, de materiales explosivos, etc.
- Nivel II: Se refiere a las construcciones protegidas, cuya falla en el sistema del pararrayo puede
ocasionar la pérdida de bienes de valor estimable, o provocar pánico a los presentes, pueden ser
una consecuencia para las construcciones adyacentes. Se encuadran en este nivel los museos,
teatros, estadios, etc.
- Nivel III: Se refiere a las construcciones de uso común, tales como los edificios residenciales,
comerciales e industriales de manufacturados simples.
- Nivel IV: Se refiere a las construcciones, donde no es normal la presencia de personas. Son
hechas de material no inflamable, siendo el producto almacenado en ellas de material no
combustible, tales como almacenes de concreto para productos de construcción.
Existen básicamente tres métodos de protección contra las descargas atmosféricas, de los cuales
indicaremos uno:
Consiste en determinar el volumen de protección propiciado por un cono, cuyo ángulo de generatriz
con la vertical varía según el nivel de protección deseado y para una determinada altura de
construcción. La Tabla 11.3 muestra el ángulo máximo de protección para una altura de construcción
no superior a 20 m.
La Tabla 11.4 muestra el ángulo de protección contra descargas atmosféricas tomando como bases
diferentes
Angulo de
Nivel de
pr otección Nivel de Altur a de constr ucción en m
pr otección
(º) pr otección
I 25 20 30 45 60
II 35 I 25 No permitida la protección por
III 45 II 35 25 el método de franklin
IV 55 III 45 35 25
IV 55 45 35 25
a) Zona de pr otección
Los pararrayos ofrecen una protección dada por un cono cuyo vértice corresponde a la extremidad
superior del captor y cuya generatriz hace un ángulo de n con la vertical, propiciando un radio de la
base del cono de valor dado por la ecuación siguiente: Rp = Hc x tg , conforme se observa en el
Esquema 11.6
Donde:
Rp = Radio de base del cono de protección, en m;
Hc =Altura del extremo del captor, en m;
= Ángulo de protección con la vertical dado en la Tabla 11.4. Si hay más de un captor,
puede agregarse 10º al ángulo
Se debe establecer una protección del borde de la parte superior de la edificación, a través de un
conductor, conectando a la malla de tierra de los captores.
Tabla 11.5
Distancia máxima entr e los conductor es de descenso
Distancia máxima
Nivel de pr otección
(m)
I 10
II 15
III 20
IV 25
Los conductores de descenso deben ser distribuidos a lo largo de todo el perímetro de construcción,
con un espaciamiento máximo en función del nivel de protección deseado y dado en la Tabla 11.5, no
admitiendo un número de conductores de descenso inferiores a 2.
Esquema 11.6
Zona de pr otección
Hc
Rp
ARCV
Esquema 11.6
Zona de pr otección
Protección contra
descargas atmosféricas
12
10
20
10
10 10
18.3 18.3 18.3
Cable de
Electrodo de tierra Conductor de bajada
interconexión
Nota: Todas las distancias en metros
La sección mínima de los conductores es dada en función del tipo de material del conductor y de la
altura de la edificación, conforme la Tabla 11.6.
Tabla 11.6
Sección de los conductor es de malla super ior y de descenso en mm2
Las conexiones entre captores, descensos y masas metálicas y entre los electrodos del aterramiento,
la sección mínima del conductor de cobre es de 16 mm2.
Esquema 11.7
40
27.4 27.4 20
21.25 10
37.5 18.75
75 37.5 18.75
75
(a) (b)
Nota: Todas las distancias en metros
Ejemplo de aplicación:
a) Zona de pr otección:
R pl 27.4
HC = = 19.18 m
tg tg55
R p2 21.25
HC = = 14.87 m
tg tg55
El soporte de 11.87 m podrá ser constituido de una torre reticulada de perfiles metálicos, fijándose
en su base un aislador de vidrio templado o porcelana vitrificada, aislado para 10 kV.
Se puede observar a través del Esquema 11.7-a y b, que todas las partes de la construcción están
cubiertas por áreas de protección formadas por los pararrayos.
La sección del conductor debe ser: Sc = 16 mm2, en cable de cobre, según la Tabla 11.6.
En cuanto a los aterramientos, se deben realizar las conexiones de los descensos al anillo de tierra o
prever por lo menos tres electrodos de tierra para cada descenso, un total de 36 unidades.