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Respuesta de las guerrilleras

de las FARC al portal Verdad


Abierta
Publicado el 02 de febrero de 2015 en la categoría: General

http://radiomacondo.fm/2015/02/02/respuesta-de-las-guerrilleras-de-las-farc-al-portal-verdad-
abierta/

Farc

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Las guerrilleras de las FARC mediante un comunicado le respondieron al portal Verdad


Abierta, en lo referente a un artículo titulado El sufrimiento de mujeres combatientes y
desmovilizadas.

En el artículo de verdad abierta una presunta guerrillera habla sobre el maltrato y los
abusos recibidos al interior de las filas subversivas, a lo que respondieron las
guerrilleras combatientes de las FARC-EP, “no somos víctimas de nuestros
compañeros de filas, somos víctimas del sistema económico y social fomentado por la
clase dominante y defendido a sangre y fuego por el Estado colombiano”.

Les compartimos el artículo publicado por las FARC.

“Las farianas sí sufrimos al leer tantas ridiculeces. . .”

Escrito por Por Natalie Mistral, guerrillera internacionalista de las FARC-EP

A propósito del articulo publicado en verdadabierta.com, titulado El sufrimiento de


mujeres combatientes y desmovilizadas.

Ante semejante sarta de mentiras mezcladas con algunas verdades a medias, es


imposible que nosotras, las mujeres combatientes de las FARC-EP – las que estamos
luchando, no las que traicionaron – no reaccionemos una vez más, para repetir lo ya
dicho muchas veces: No somos víctimas de nuestros compañeros de filas, somos
víctimas del sistema económico y social fomentado por la clase dominante y defendido
a sangre y fuego por el Estado colombiano.

Desde la primera línea del artículo que nadie se atrevió a firmar – pues sostener estas
afirmaciones, sacadas de la imaginación torcida de los propagandistas del régimen, es
tarea imposible – nos encontramos con la solapada acusación de reclutamiento forzado
de menores y la de utilización sexual de las niñas…. todas las palabras cuidadosamente
elegidas para provocar el más rotundo rechazo de quien tuvo la mala suerte de leer
dicho articulo.

La desmovilizada a quien llaman Amparo, quien seguramente tuvo que aprenderse muy
bien su libreto para tener el beneficio de la ley de “justicia y paz”, afirma haber sido
reclutada a la edad de 12 años, dejando una “vida de infancia” atrás… pero más abajo
nos revela el anónimo mercenario de la palabra que “la parte sexual la conoció a los 4
años, cuando su padrastro la violó por primera vez”… Suponiendo entonces que
Amparo sea una mujer real y no un montaje de la inteligencia militar, nos podríamos
preguntar ¿qué tan forzado fue su ingreso? ¿O si, al contrario, como pasa numerosas
veces, la organización se vio obligada a recibirla, no obstante su corta edad, antes la
disyuntiva de regresarla a su violador?

Sigamos con la vida de Amparito quien ingresó a un curso básico donde el autor nos
induse a pensar en el tan difundido “lavado de cerebro”, haciendo referencia a un
“entrenamiento físico, sicológico e ideológico” en el que se repite que “dios no existe”…
entre otras barbaridades comunistas… afirmaciones hechas todas con un tono de
indignación que deja entrever el enraizado obscurantismo en el cual está sumido
nuestro anónimo escribano.

Por supuesto que se enseña el Marxismo-Leninismo en las escuelas de las FARC-EP;


por supuesto que se enseñan técnicas de combate, balística, como también
pensamiento bolivariano, historia, filosofía, economía política… también a leer y a
escribir a quienes no saben.

En cuanto a cómo resistir a la tortura, pues el problema no es si se enseña o no, sino


el nada sencillo hecho de que la tortura es una realidad inevitable cuando un guerrillero,
o guerrillera, cae en manos de los agentes del Estado. ¡Eso es el verdadero escándalo!
¡Y no si dios existe, o no!
Entra entonces nuestro enmascarado cuentero en la descripción de las relaciones
afectivas, y sigue la farsa: parejas sistemáticamente separadas, prohibición de la
tristeza so pena de muerte, obligaciones a tener relaciones con otros guerrilleros,
abusos de poder de los comandantes y escarmiento público para las muchachas…
tantos cuentos surrealistas similares a “los comunistas comen niños”, inventados
durante la guerra fría para asustar y polarizar a la opinión pública.

La realidad es que en las FARC-EP, si bien respetamos las creencias personales de


cada cual, no existe la figura del casamiento sagrado… Cuando nos enamoramos,
sencillamente lo formalizamos; como de la misma forma y en cualquier momento somos
libres de separarnos, sin ser juzgados por nadie.

Las mujeres podemos entonces gozar de una vida sexual libre de los prejuicios de la
sociedad tradicional, pero ojo!, esto nos se debe confundir con prostitución o esclavitud
sexual. La libertad de elegir con quién se acuestan y cuando es un gran avance para
las mujeres, solo se le ocurre tergiversarlo de esta forma a una mente torcida y
retrógrada.

El nada objetivo narrador pasa entonces a tocar un tema particularmente delicado en


la sociedad colombiana, que es el del aborto y la maternidad. Pero una vez, más la
exageración y los clichés a los cuales recurre no muestran la mínima intención de
querer llegar al fondo del problema. Castigos por embarazo como cavar 1000 metros
de trinchera con una cuchara, guerrilleras desangradas por el ombligo…La hilaridad
que provocan estas absurdas y vulgares caricaturas es sofocada por la indignación
frente a tanto descaro; ¡hasta la ciencia ficción debe respetar algunas reglas para ser
creíble!

Las FARC-EP, ante la cruda realidad de la guerra y la persecución a los familiares de


guerrilleros, tuvieron que plantear la imposibilidad de tener familia en medio del
conflicto. Esto repercute en la obligación de planificar para evitar los embarazos; y es
verdad, no siempre se puede cumplir cabalmente. Teenemos el convencimiento que las
mujeres tienen el derecho a disponer de sus cuerpos y decidir por ellas mismas sobre
su maternidad, pero también sabemos que más allá de los deseos, están las duras
circunstancias y los peligros propios de una vida de rebelde… en este sentido, nos
despojamos de la carga moral-religiosa y practicamos el aborto, en medio de la selva,
como el recurso último de la combatiente para seguir dueña de su destino… El castigo
por ser madre no es el que menciona allí el delirante narrador sino el de tener que vivir
lejos de nuestro infante, no poder ofrecerle el cariño, el cuidado y la seguridad que
merece, vivir cada día con el miedo de que le pase algo y no poder hacer nada al
respecto… Y por esto, culpamos directamente a los responsables de esta guerra: al
Estado colombiano, a la burguesía vende patria y sus gobiernos asesinos.

No deja de llamar la atención el escueto episodio de los maltratos policíacos que recibe
la supuesta recién desertada, donde el dramaturgo a sueldo se esmera por dejar bien
claro que solo se trata de hechos aislados de tropas sin rangos cuando precisa “Dos
superiores detuvieron el ataque y la llevaron a un hospital”, y es verdad que los “héroes
de la patria” necesitan alguna ayuda para limpiar el buen nombre de tan desprestigiada
institución, aun cuando en ella se encuentran todavía hombres y mujeres de honor y
verdadero patriotismo.

Resultaría engorroso y aburridor detallar cada falacia y giros de frases mal


intencionados, pero es preciso decir algo de las fotos que ilustran la publicación digital:
se trata de 2 fotografías tomadas durante los diálogos del Caguán; una a la Camarada
Gisela Ruiz, comandante de guerrilla del frente Antonio Nariño, destacada tanto en
combate como en tareas políticas y pedagógicas; la otra a Liliana Briceño, comandante
de frente, destacada guerrera y conductora de tropas del Bloque Comandante Jorge
Briceño. Sus rostros son los de mujeres dignas, a la vez fuertes y tiernas, nada que ver
con la descripción de “niñas abusadas y maltratadas” que supuestamente somos todas.
Ellas son guerrilleras de carne y hueso, mujeres que eligieron su destino y se han
erigido en sujetos políticos respetables y admirables. Eso es lo que somos las
guerrilleras: mujeres erguidas, políticas probadas luchando por el futuro de nuestro
pueblo.
En fin, no es que una se sorprenda ante semejante amalgama de sofismas
prefabricados. Al fin y al cabo, desprestigiar nuestra organización forma parte de la
guerra mediática en la cual tanto ha invertido el gobierno. Basta de pormenorizar los
estúpidos argumentos del enemigo para desacreditarnos. Que muestren pruebas de
sus acusaciones; que dejen de proferir mil mentiras esperando que se vuelvan
verdades, según la probada teoría nazi.

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