La autoridad que instruye el procedimiento podrá disponer la adopción de medidas de carácter provisional que aseguren la eficacia de la resolución final que pudiera recaer, con sujeción a lo previsto por el artículo 146 de esta Ley. Las medidas que se adopten deberán ajustarse a la intensidad, proporcionalidad y necesidades de los objetivos que se pretende garantizar en cada supuesto concreto. El cumplimiento o ejecución de las medidas de carácter provisional que en su caso se adopten, se compensarán, en cuanto sea posible, con la sanción impuesta.
Modificaciones al texto original
La primera modificación: artículo modificado por el artículo 2 del Decreto Legislativo N°1272 publicado el 21/12/2016, cuyo texto es vigente en el TUO.
COMENTARIO
El presente artículo faculta, habilita y autoriza a todas las autoridades com-
petentes para instruir un procedimiento sancionador para dictar, a su interior, medidas provisionales con el objetivo de asegurar la eficacia de la resolución final que pudiera recaer, y, en cuanto a su contenido, deberán ajustarse, entre otros aspectos, a los objetivos que se pretende garantizar en cada supuesto en concreto. La medida provisional constituye una decisión administrativa (acto admi- nistrativo) exorbitante e instrumental adoptada de manera unilateral y discrecional por la autoridad instructora del procedimiento con el objeto de asegurar la eficacia de la acción administrativa a su cargo. No constituye una sanción administrativa, sino una medida provisional que trata de impedir que continúe una actividad ilícita detectada. Puede consistir en una multiplicidad de contenidos: desde la típica suspensión de los efectos de actos administrativos impugnados por los administrados hasta la suspensión de obras, permisos, licencias, concesiones, de funcionarios y servidores públicos, cesación de actos denunciados, derechos antidumping provisionales, retención de productos o bienes, inmovilización e internamiento de vehículos, incautación de documentos o decomiso de bienes, entre otras. Es importante advertir que, si bien la concepción jurídica de las medidas pro- visionales administrativas ha tomado como referencia la concepción procesal de las medidas cautelares, presentan singularidades que las individualizan, por lo que no cabe extrapolar conceptos y reglas entre ellas. La más importante singularidad, es que la medida cautelar judicial se organiza sobre la base de la noción del derecho a tutela judicial efectiva, que hace la concepción de tutela cautelar, mientras que la medida provisional del procedimiento administrativo, constituye una potestad administrativa que no se establece ni en favor del administrado, ni en garantía de sus derechos, sino precisamente a la inversa, en favor del interés general que le corresponde tutelar a la Administración Publica, por lo que estas medidas contienen restricciones a los derechos e intereses de los administrados. En este orden de ideas, las medidas provisionales administrativas participan de los presupuestos de las medidas cautelares, pero con algunos matices indispensables para una mejor concordancia con el cambio de fundamento ya señalado. Participan de los presupuestos comunes de peligro en la demora y adecuación, más el requisito de la apariencia de buen derecho es sustituido por la apariencia de fundamento de la pretensión sancionadora sobre la base de la conciencia de la ilegalidad de la acción que se pretende afectar con la medida provisional. Por ello, mientras para la procedencia de la medida cautelar es indispensable satisfacer el requisito de la apariencia del buen derecho de quien lo solicita, en el procedimiento administrativo no se aplica este requisito, sino mas bien el de la verosimilitud del carácter ilegal de aquella conducta del particular que se pretende alterar precisamente con la medida provisional. En cuanto a las características de las medidas provisionales. cómo se ha podido apreciar antes, las medidas de carácter provisional tienen un carácter instrumental notable: asegurar la eficacia de la resolución final que pudiera recaer. Con ello, el legislador ha querido resaltar que la medida provisional está dirigida a asegurar el valor de eficacia de la acción administrativa, de modo que la medida provisional proceda cuando sea necesario para asegurar la eficacia de la acción administrativa en curso en dos dimensiones: i) la eficacia de la ejecución de la decisión final a emitirse (peligro abstracto del transcurso del tiempo); y, ii) la eficacia en el logro del interés público confiado a las entidades, evitando el mantenimiento de los efectos de la conducta antijurídica (por ejemplo, suspensión de permisos de vuelos, clausura temporal de instalaciones, suspensión de licencias o autorizaciones de todo tipo, etc.). Es importante tener en cuenta que una lectura conjunta de los artículos 254 y 155 del TUO de la LPAG, nos permiten afirmar que la decisión que se adopte como medida provisional debe satisfacer la exigencia de tipicidad, esto es, que la medida provisional a adoptarse debe establecida en la LPAG o en otras disposiciones aplicables. Esta disposición, en la doctrina ha sido entendida desde dos perspectivas: por la primera, la norma exige que las nor mas prevean la atribución o competencia de adoptar las medidas provisionales en el seno de los procedimientos sancionadores (exigencia de una cobertura legal de la potestad de disponer medidas provisionales). En esta hipótesis, con los alcances del artículo 254 del TUO de la LPAG, en cuanto atribuye a las autoridades sancionadoras la posibilidad de adoptar medidas provisionales, la condición estaría cumplida. La segunda interpretación posible de la norma, exige que las normas administrativas predeterminen las medidas concretas a adoptarse como disposiciones provisionales, de modo que la Administración Pública no posea discrecionalidad para dotar de contenido a la potestad de adoptar medidas provisionales, sino que solo sería el aplicador de aquellas medidas provisionales previstas ya en alguna norma administrativa. Para quienes siguen esta tesis, cada medida provisional debería haber sido previamente explicitada en alguna norma aplicable, esto es, que no puede ser creada directamente mediante un acto administrativo, sino que necesita de norma previa, de modo que estemos frente a la aplicación al caso concreto de una hipótesis normativa ya configurada. Nótese que esta exigencia tampoco constituye una reserva de ley, desde que no pide que la medida provisional haya sido contemplada con una norma con rango de ley, sino que simplemente sea establecida en "alguna disposición jurídica aplicable". Lo que busca esta norma es que la autoridad no tenga la aptitud de crear o inventar medidas provisionales ad hoc o para cada caso, sino que se encuentren en alguna norma previa a su adopción.