CARTA

Y dicen que hay un segundo gran amor, una persona que perderás siempre. Alguien con quien naciste
conectado, tan conectado… que las fuerzas de la química escapan a la razón y les impedirán siempre
alcanzar un final feliz. Hasta que cierto día dejarás de intentarlo, te rendirás y buscarás a esa otra
persona que acabarás encontrando…

Conocerte fue una de las experiencias más bonitas en la vida, ¡no me arrepiento de nada vivido!
Existen tantas clases de amor pero tú sin duda alguna me diste el mejor; un amor sincero, leal, puro y
transparente, un amor ingenuo que me enseñó a amar con gran profundidad.
Lamentablemente no todo lo que se planea o se desea se obtiene y el destino nos terminó separando
otra vez.
Aun así, volvimos tantas veces como pudimos desafiando siempre al destino estuviste siempre para
mí, fuiste tú el hombre que me enseñó a hacer el amor, el que por siempre vivirá en mi corazón.
Y después de tanto desafiar al destino supongo que nos rendimos. Las cosas nunca lograron
REALIZARSE. Pero yo, yo continué tomando malas decisiones, continué con mi inestabilidad y al final
me di cuenta que te hacía mal. Así que te dejé ir, rompiéndome yo sola el corazón y rezando día y
noche para poder enconarnos en otra vida.

¡Gracias y siempre gracias! Por enseñarme el verdadero significado del amor, por darme una linda
historia y recuerdos que vivirán por siempre en mi corazón.

Dicen que a lo largo de nuestra vida tenemos dos grandes amores; uno con el que te casas o vives
para siempre, puede que el padre o la madre de tus hijos… Esa persona con la que consigues la
compenetración máxima para estar el resto de tu vida junto a ella…