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LA AXIOLOGÍA
Max Scheler considera que los valores no son propiedades, sino objetos en sí, aunque
diferenciados de los ideales y de los objetos reales. Dentro de esta concepción, el valor
se halla fuera del espacio y del tiempo.
Los valores están ordenados de manera jerárquica, por el hecho de que existen valores
que son superiores a otros, valores más necesarios en un momento determinado que
otros, o valores que nos parecen más importantes que otros.
LA ETICA
La Ética es una rama de la Filosofía que investiga las leyes y principios de la conducta
humana, para formular las normas que convienen al máximo grado de la evolución
psicológica y social del hombre.
Según Juan Germán Prado: “La ética es la disciplina filosófica que estudia la moral,
laconducta y las obligaciones del hombre ante sus semejantes”.
Nietzsche considera que lo moral es una forma de entender ciertas cosas y ciertos
comportamientos, toda interpretación se hace desde determinada perspectiva. Propone
una perspectiva diferente frente a la moral, una perspectiva que sea una afirmación de
esta vida y su fuerza fundamental, que es la voluntad de poder, que sea un eterno sí a la
vida sin excluir nada.
DEONTOLOGIA
La deontología es una disciplina que se enfoca en estudiar el “deber ser” del hombre,
es decir, su orientación moral y su desarrollo en este sentido. La deontología puede
comprenderse como una forma de ética, esto es, un espacio de reflexión en lo que
concierne a las perspectivas de moralidad en el hombre; no obstante, difiere de la ética
tradicional en lo que respecta a la fuerte raigambre teológica de esta última.
DE KANT A RORTY
LA ÉTICA EN KANT
Kant formula complejamente bien lo que ya tenemos en sentido común moral, la necesidad
de la aplicación de la ética del deber; pasa por que los códigos de ética y moral no
resultaban efectivos frente a la corrupción del hombre, pese a que la sociedad siempre
reclamaba, hombres prudentes y honestos que por principio debían regir el destino de la
humanidad, sin necesidad de una ley obligatoria que los condicione, y así poder evitar las
malas actuaciones de las personas en las distintas circunstancias, ya sea dentro de las
instituciones públicas o fuera de ellas, ya sea en las distintas relaciones humanas y en los
ámbitos familiares. Pues, si bien los códigos normativos son elaborados por algunos
entendidos y aficionados en la materia de ética, luego puestos en vigencia por la voluntad
política de aquellos que legislan en cada Estado, en ciertos casos no resultan efectivos en
cuanto a su cumplimiento, debido a que, por una parte, los códigos no siempre son
infundidos en la conciencia de todo sujeto racional y, por otro lado, algunas autoridades
públicas indicadas en actuar acorde con los códigos y también con la responsabilidad de
hacer que todo ciudadano se comporte con buenos actos, en los hechos ceden a los malos
actos a partir de los cuales se prolifera la corrupción humana traducible en el peor crimen.
Una alternativa de superar la continuidad de aquellos actos malos consistirá en asumir la
ética del deber, con base en los planteamientos de Kant, el cual no sólo supone una
aplicación directa de reglas a la voluntad general, sino que también se requiere forjar el
carácter inteligible de las nuevas generaciones mediante la educación.
Kant nos ofrece una formula el imperativo categórico para ordenar un poco las cosas,
cuando uno es preso de sus pasiones u omite la ética kantiana no está siendo MADURO O
AUTÉNTICO en esta condición débil se asume una función social o administración
pública, algunos actúan por intereses ubicándose por el lado malo (violar normas, atentar
contra la voluntad de los demás, corrupción etc.) para lograr una ventaja económica o
posición jerárquica, más allá de los méritos reconocidos; si consiguen, entonces les parece
conveniente la actuación por el lado no ético.
Kant pretendía cambiar la percepción que los Hombres tenían de sí mismos y de los demás
pero no de forma estrictamente aristocrática, aunque los filósofos seguían teniendo un papel
importante en este proceso. Ahora, los Hombre no tenían nada que perder al atreverse a
seguir un ideal de paz y respetar la dignidad humana. Debía infundir la conciencia de ser
“ciudadano del mundo”, es decir no sólo ser miembro de la humanidad sino también actor
de su progreso, superando Kant sus primeras formulaciones antiguas. En efecto, el
individuo no sólo era un ser cosmopolita sino que participaba y era responsable
individualmente de la edificación de este ideal de progreso cosmopolita. Dicho progreso
hacia la civilización, derivaba particularmente del desarrollo de la cultura y de los
sentimientos de simpatía y delicadeza, en un perpetuo equilibrio entre la virtud y el bien
vivir, y en una reactivación de las fuentes clásicas y de las humanitas por ejemplo. Para
nosotros hay algo incongruente entre la modernidad extraordinaria de la concepción
kantiana de la dignidad humana y sus aplicaciones en esas pautas morales y religiosas. Esta
incongruencia manifiesta sin embargo dos cosas: primero el implícito acierto (moderno) de
Kant al definir la autonomía como fundamento de la dignidad de la persona y a contemplar
un deber de respeto. Segundo, y desde una visión global, que la historia fundamentación
moderna de la dignidad humana no puede concebirse solamente a través de la especulación
filosófica. Necesita complementarse con de la historia de los derechos humanos para
abarcar todo su significado y alcance. Ahora bien esta misma conexión apareció también de
forma muy incipiente en Kant, al exigir del Estado que reconociera la libertad pensamiento
de los ciudadanos porque debía, como vimos, “tratar al Hombre, que es algo más que una
máquina, conforme a su dignidad”. Kant intuía esta conexión entre la dignidad de la
persona y el reconocimiento de sus derechos, conexión que debía además garantizar el
Estado. M. Horkheimer abundaba también en este sentido cuando consideraba que “el
formalismo de Kant es tan rico en contenido que de él derivan el respeto por cada uno, la
igualdad de derechos para todos, la república, y el estado justo de la humanidad”.
Según J. Habermas que es Kantiano sostiene, con razón, que sólo pueden ser considerados
miembros de la comunidad moral de comunicación aquellos seres que pueden “obligarse
recíprocamente y esperar los unos de los otros comportamientos conformes a normas (…)
la “dignidad humana” en estricto sentido moral y legal está ligada a esta simetría de
relaciones. No es una propiedad que se “posea” por naturaleza como la inteligencia o los
ojos azules…” La dignidad puede ser predicada sólo de los individuos de la especie
humana que forman parte de la comunidad moral, que se reconocen como libres e iguales e
interactúan, con expectativas de reciprocidad, sobre la base de relaciones de simetría.
Habermas realiza también otras distinciones que, en mi opinión, son menos convincentes.
Por ejemplo, desde la perspectiva de los miembros efectivos de la comunidad de seres
morales tendría que poder determinarse más claramente la cuestión de la pertenencia a la
comunidad de seres morales: ¿Quiénes pertenecen a dicha comunidad? ¿Quiénes quedan
afuera? ¿Esta comunidad moral está conformada sólo por individuos adultos o también los
recién nacidos forman parte de ella? En mi opinión, estas preguntas, y otras similares, no
son contestadas satisfactoriamente por Habermas; tampoco me es posible abordarlas en este
contexto, dada la amplitud y complejidad del tema.
En efecto, Kant tuvo una preocupación esencial para desvincular los parámetros éticos de
su filosofía de cualquier elemento contingente. LA “VOLUNTAD” ENCARNABA EL
PRINCIPIO BÁSICO DE LA ACCIÓN Y SU “BONDAD” DERIVABA DE SU PUREZA
QUE NO ACTUABA SEGÚN FINES EXTERNOS, LOS ALUMNOS EN CLASE
DEBERIAN ACTUAR DEACUERDO A UNA ETICA QUE CONSIDERE AL OTRO
COMO UN FIN EN SI MISMO Y O COMO UN MEDIO Y ESTO DEBERIA DE
PROMERLO EL DOCENTE.
Sobre la libertad el hombre se volvía libre cuando seguía esta voluntad buena y ésta lograba
a ser justa cuando seguía un principio que no buscaba el resultado sino la mera intención.
KANT ENCONTRÓ ESTE PRINCIPIO PRECISAMENTE EN EL DEBER Y EL
IMPERATIVO CATEGÓRICO, EL DOCENTE DEBE ENTENDER QUE EL ALUMNO
NO DEBE TRABAJAR DE ACUERDO A UN PREMIO O RESULTADO SINO DE
ACUERDO A COMO QUIEREN QUE LOS DEMAS SE COMPORTEN CON ESE
ALUMNO, ACTUAR DE ACUERDO QUE TU MÁXIMA SEA UNIVERSAL.
En este sentido es absurdo que nos preocupemos sobre lo que es realmente verdadero,: lo
único que debe preocuparnos es lo que consideremos verdadero.
Beltrand Russell señala cómo está estrechamente relacionada el espíritu democrático del
pragmatismo con la creencia en el poder humano ilimitado sobre el mundo y la naturaleza.
O sea en términos habermasianos, el interés emancipatorio de liberación con el interés
técnico dominador de la naturaleza.
La filosofía, para Dewey, surge de los problemas humanos, de los conflictos concretos de la
experiencia que dan lugar a nuestra perplejidad y a nuestra confusión. Por tanto, surgen de
contextos socioculturales