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PASTORAL JUVENIL TRINITARIOS

cUADERNILLO
DE ORACIÓN
MONITORES

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SUGERENCIA DE LOS PASOS A SEGUIR EN LA ORACIÓN

La oración es la comunicación que necesitamos tener con aquel que es Nuestro Padre. Y que
nos invita y convoca a encontrarnos con ÉL.

Pasos a seguir

1. Ante Ti Señor: Oración de motivación Invocar la presencia de Dios.

2. Escucho tu voz: Lectura texto Bíblico u otro


3. Para mi vida: Preguntas pertinentes al texto o reflexión (silencio)

4. Desde el Corazón: Breve reflexión
(terminada con Padre Nuestro)

5. Al Finalizar: Oración final

Posibilidad de: Poner cantos, suprimir, silencios extensos, compartir…etc.

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1. VIDA COMPARTIDA

Ante ti, Señor: Al comenzar nuestra jornada, te pedimos Jesús, que nos acompañes y nos
ayudes a vivir con sencillez y humildad. Ilumina nuestro día Señor para que la vida
compartida se haga oración.

Escucho tu voz: Lectura de San Lucas 4,42

En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos,


y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la
puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo
Betesda. Esta tiene cinco portales, y allí estaban
echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Había también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo
echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: «¿Quieres quedar sano?» El
enfermo le contestó: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve
el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado.» Jesús le dice: «Levántate, toma
tu camilla y echa a andar.»
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a
andar. Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: «Hoy
es sábado, y no se puede llevar la camilla.» Él les contestó: «El que me ha curado es quien
me ha dicho: "Toma tu camilla y echa a andar."» Ellos le preguntaron: «¿Quién es el que te
ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?» Pero el que había quedado sano no sabía
quién era, porque Jesús, aprovechando el barullo de aquel sitio, se había alejado. Más tarde
lo encuentra Jesús en el templo y le dice: «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea
que te ocurra algo peor.» Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo
había sanado. Por esto los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.

Para mi vida: Jesús pregunta al paralítico, y también a nosotros, ¿Quieres quedar sano?
Pensemos en ¿cómo el Señor nos sana, cuando estamos agobiados, angustiados,
preocupados?

Desde el Corazón: Encontrarse con Jesús significa alcanzar perdón, salud y vida. El
simbolismo del agua es la vida, en sus aguas encontramos alivio. Él nos dice hoy a nosotros:
“Toma tu camilla y anda”, que efectivamente caminemos al escuchar su Palabra, y vayamos
siguiendo sus valores de bondad, justicia y paz.

Al finalizar: Que nunca pasemos de largo ante el dolor de nuestros hermanos, que no
seamos indiferentes al sufrimiento. Danos fuerzas, Jesús, para vivir ayudando a todos. Amén

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2. Dios nunca se olvida de nosotros

Ante ti, Señor: Queremos detenernos en el valor de la


JUSTICIA.
Nuestro mundo, nuestra sociedad, nuestra familia y
entorno están
a veces heridos por la desigualdad. Estas
situaciones nos impiden avanzar
como personas y nos alejan del
Evangelio. Te pedimos que nosotros siguiéndote a Ti, sepamos
comprometernos con la justicia. Danos tu ayuda para que seamos valientes ante aquello que
es injusto.

Escucho tu voz: Lectura del libro de Isaías 49,8-15

Así dice el Señor: «En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te
he defendido y constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades
desoladas, para decir a los cautivos: "Libertad", a los que están en tinieblas: "Venid a la
luz." Aún por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre
ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a
manantiales de agua. Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se allanarán.
Miradlos venir de lejos; del norte y del poniente, y los otros del país de Sin. Exulta, cielo;
alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se
compadece de los pobres. Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha
olvidado." ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de
sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.»

Para mi vida: ¿Acepto el amor incondicional de Dios, que no me olvida?
¿Conoces


personas que viven bajo la injusticia? ¿Pides para que tengan los medios suficientes y
eficaces para vivir con dignidad?
Oremos por los pobres y los que sufren, por todos los que
están pidiendo a gritos alegría y un poco de felicidad.

Desde el Corazón: Dios nos expresa apasionadamente que Él está con nosotros, que no
nos puede olvidar, que quiere que vivamos en
su amor, que Él es fiel, aun cuando no siempre
lo seamos. Jesús
es el signo palpable del amor de Dios. Él es la fuente de vida ahora entre
nosotros. Con y como Jesús, tenemos que buscar nuestra vocación y camino a seguir en la
vida.

Al finalizar: “Dios nunca se olvida de nosotros”. No nos olvidemos de Él. Que la cercanía
de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo nos haga vivir en esta conciencia de hijos suyos. Amén

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3. Sembradores de Vida

Ante ti, Señor: Gracias Jesús por este día. Gracias por tu
presencia que nos acompaña en el caminar. Te damos gracias
por esta experiencia de campamentos y dejarnos conocerte
aún más. Iniciamos esta jornada con entusiasmo, con alegría,
con ilusión nueva.

Escucho tu voz: En un Salmo “Sembrador de Vida”

Señor, gracias porque has sembrado la semilla del amor
en mí. Quiero que esa semilla
crezca a tu calor para que dé
frutos de servicio y de entrega. Quiero ser vida para los
demás
aunque se me hace duro enterrar la semilla. Otras veces las malas semillas ahogan
la semilla del amor en mi corazón; es entonces cuando necesito de Ti, de tu ejemplo y de tu
gracia.

Siembra en mí el amor y hazlo crecer: aunque a veces me cueste ser generoso, vencer el
rencor y la pereza, -decir la verdad. Siembra, Señor, tu vida en mí.

Para mi vida: El texto nos invita a dar gracias por la semilla del amor y vida que Dios ha
puesto en nosotros:
¿Por qué tenemos que dar las gracias a Jesús como
campamento?
¿Somos semillas de vida para los compañeros?

¿Dejamos que el Señor Jesús siembre la semilla de su mensaje en nuestras vidas?

Desde el corazón: El Señor nos invita a ser sembradores, a ser solidarios y amar a los
demás
con gestos, hechos y actitudes, no sólo con palabras. Ayuda a que nuestra semilla
pueda dar muchos frutos de cosas buenas. También nos enseña que para seguir sus pasos hay
que servir a los demás. Ayúdanos a ser generosos, a preocuparnos por los demás, a vivir
pensando en ellos

Al finalizar: Te pedimos, Señor que cuentes con nosotros para hacer la vida de otros más
agradable y ser luz para aquellas personas que más lo necesiten en cada momento. Amén

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4. Descubre compartiendo

Ante ti, Señor: Al iniciar nuestra oración Señor, queremos aprender a darnos, hemos
recibido muchos dones para compartir con los demás. Enséñanos a no ser egoístas, a pensar
primero en los demás y a compartir con alegría.

Escucho tu voz: En un extracto del Papa Francisco.

Comienzo recordando las palabras de san


Pablo: «Pues conocen la gracia de nuestro
Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se
hizo pobre por nosotros para enriquecernos
con su pobreza» (2 Cor 8, 9). El Apóstol se
dirige a los cristianos de Corinto para
alentarlos a ser generosos y ayudar a los
fieles de Jerusalén que pasan necesidad...
Ante todo, nos dice cuál es el estilo de Dios.
Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la
pobreza: «Siendo rico, se hizo pobre por nosotros...».

Para mi vida: ¿Qué nos dice, a los cristianos de hoy, estas palabras de san Pablo? ¿Qué
significa para nosotros la invitación a vivir la pobreza en sentido evangélico?

Desde el corazón: Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino
mediante la debilidad y la pobreza: “Siendo rico, se hizo pobre por nosotros”. Cristo, el Hijo
de Dios, se hizo pobre. Estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a
hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide
con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza.

Al finalizar: Escucha Señor nuestra oración, para que iluminados por la luz del Espíritu
Santo podamos vivir en amor solidario en medio del campamento y de nuestras familias.
Cambia nuestro corazón y que compartamos lo que tenemos, porque dando se recibe y
compartiendo se descubre tu presencia en nuestro corazón. Amén

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5. Amando hasta el extremo

Ante ti, Señor: Jesús, enséñanos a amar. Cuando nos encontremos a alguien desalentado
o triste, Jesús, enséñanos a amar. Cuando nos necesiten en nuestras familias, Jesús, enséñanos
a amar. Cuando compartamos nuestro tiempo con los jóvenes y amigos, Jesús, enséñanos a
amar.

Escucho tu voz: A través de un escrito anónimo

Siempre he pensado, Señor, que el amor era


un sentimiento agradable, estar muy a gusto
con alguien, vivir en armonía, sentir el
cariño de los demás.

Pero cuando te veo en la cruz descubro que


el amor es además otras cosas. Amar es
también renunciar a los propios intereses por
el bien de los demás, es compartir el
sufrimiento de los que sufren, es vivir el mal
que otros me hacen sin dejar que el odio o la venganza se adueñen de mí, es emplear la
propia vida para dar vida a los demás. A veces el amor duele. Así me has amado tú, Jesús.
¿Puedes regalarme un poco de ese amor?

Para mi vida: El Señor nos invita a ser desprendidos y generosos
¿Qué actitudes de


generosidad y amor descubro en mí mismo y en
mis compañeros?
¿Qué personas conoces
que viven el amor al estilo de Jesús?
¿Por qué el corazón de las personas es compasivo,
capaz de amar y perdonar?

Desde el corazón: Jesús, queremos darte las gracias por tu gran amor, por todos los
regalos de generosidad que nos has dado. Enséñanos a amar a los demás, así como Tú también
nos amas a cada uno de nosotros. Queremos aprender a amar y compartir con los demás. Tú
conoces nuestro corazón. Sabes que somos débiles, pero tenemos deseos de entregarnos sin
medida. Ayúdanos

Al finalizar: Jesús, enséñame a ser como tú: a amar con tu corazón, a sentir tus
sentimientos, a gastar y desgastar mi vida amando y sirviendo a los demás. Amén

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6. Enviados para un fin

Ante ti, Señor: Señor Jesús, ante ti venimos con


confianza y deseos de ser pregoneros de tu amor redentor.
Haz de nosotros instrumentos de tu evangelio para que
nuestro pequeños y jóvenes te conozcan en cada mirada,
gesto y palabras que le dedicamos.

Escucho tu voz: En el Evangelio de San Juan 8, 31-42

En aquel tiempo, Jesús dijo a los que habían creído en Él: "Si os mantenéis fieles a mi
palabra, seréis verdaderos discípulos míos, conoceréis la verdad y la verdad os hará libres".
Ellos respondieron: "Somos hijos de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo
dices tú: Seréis libres?" Jesús contestó: "Yo os aseguro que todo el que peca es un esclavo y
el esclavo no se queda en la casa para siempre; el hijo sí se queda para siempre. Si el Hijo
os da la libertad, seréis realmente libres. Ya sé que sois hijos de Abraham; sin embargo,
tratáis de matarme, porque no aceptáis mis palabras. Yo hablo de lo que he visto en casa de
mi Padre: vosotros hacéis lo que habéis oído en casa de vuestro padre". Ellos le
respondieron: "Nuestro padre es Abraham". Jesús les dijo: "Si fuerais hijos de Abraham,
haríais las obras de Abraham. Pero tratáis de matarme a mí, porque os he dicho la verdad
que oí de Dios. Eso no lo hizo Abraham. Ustedes hacéis las obras de vuestro padre". Le
respondieron: "Nosotros no somos hijos de la prostitución. No tenemos más padre que Dios".
Jesús les dijo entonces: "Si Dios fuera vuestro Padre me amaríais a mí, porque yo salí de
Dios y vengo de Dios; no he venido por mi cuenta, sino enviado por Él".

Para mi vida: Podemos preguntarnos de acuerdo al texto: ¿Amamos verdaderamente?


¿Qué significa permanecer en el amor de Dios?
¿Qué actitudes nos ayudan a permanecer en
su amor y verdadera libertad?

Desde el corazón: Permanecer en Dios significa que confiamos en que Dios nos ama.
Dios permanece en nosotros; pero más que el amor de Dios, es el mismo Dios quien se hace
presente en nuestra vida, porque Él es Amor. El amor no son palabras, sino experiencia, una
opción fundamental de vida y seguimiento del aquél que es Camino, verdad y vida.

Al finalizar: En el día de hoy, ayúdanos a reflexionar en la libertad que nos regala


permanecer en tu amor, Señor. Que podamos hacer un acto de amor hacia Ti, que brote
libremente y que se refleje en el encuentro con nuestro prójimo. Amén

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7. ¿Qué hablabais por el camino?

Ante ti, Señor: Dios y Padre nuestro: Tú eres un Dios de Vida que nos invitas a salir de
nuestra desesperanzas y temores para vivir en plenitud el don de la fe con alegría y esperanza.

Escucho tu voz: En el Evangelio de San Lucas 24, 13-35

Ese mismo día, dos de los discípulos iban


a un pequeño pueblo llamado Emaús,
situado a unos diez kilómetros de
Jerusalén. En el camino hablaban sobre
lo que había ocurrido. Mientras
conversaban y discutían, el mismo Jesús
se acercó y siguió caminando con ellos.
Pero algo impedía que sus ojos lo
reconocieran. Él les dijo: «¿Qué
hablabais por el camino?». Ellos se
detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres
el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!». «¿Qué cosa?», le
preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta
poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos
sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron.
Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días
que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han
desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar el cuerpo de Jesús,
volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo.
Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían
dicho. Pero a él no lo vieron».
Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, ¡cómo os
cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara
esos sufrimientos para entrar en su gloria?». Y comenzando por Moisés y continuando con
todos los Profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él.

Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero
ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba». Él entró
y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo
partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él
había desaparecido de su vista. Y se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras
nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?».

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En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron
reunidos a los Once y a los demás que estaban con ellos, y estos les dijeron: «Es verdad, ¡el
Señor ha resucitado y se apareció a Simón!». Ellos, por su parte, contaron lo que les había
pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Para mi vida: Los discípulos al reconocer a Jesús experimentaron los frutos de la


resurrección, estos son:


‐ La alegría del encuentro


‐ La paz, al escuchar su Palabra.

- La fuerza, para vencer el miedo y la desesperanza del abandono.


‐ Presencia amorosa en la fracción del Pan.


‐ Vida abundante y para siempre al reconocer que Jesús ha resucitado.

- Pensemos en los frutos de la Resurrección y en cómo podemos ser reflejos de Cristo a


través de ellos. ¿Cuál o cuáles de estos frutos te sientes motivado a compartir con los demás?
Alegría, paz, fuerza, presencia amorosa o vida abundante.

Desde el corazón: Para ser testigo de Cristo resucitado no basta decir: “Creo que Cristo
ha resucitado”, sino “yo vivo la experiencia de Cristo resucitado”, experimentar su vida
nueva, llegar a ser hombres y mujeres nuevos que viven los frutos de la Resurrección.

Al finalizar: Señor Dios nuestro, Tu Hijo está en medio de nosotros y se nos muestra en
la fracción del pan. Que nunca dejemos de alimentarnos de tu Palabra y seamos siempre
constructores de un mundo mejor. Amén

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