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Propuestas contemporáneas en Trabajo Social

Hacia una intervención polifónica


Teresa Mattus.

Resumen desde pagina 25 a 41.


Este análisis se inscribe por Huizinga en el ¨otoño de la edad media¨, es decir,
es la resignificación del oficio, permite el análisis crítico de algunas tradiciones del
trabajador social. Así este trabajo quiere ser un intento de revisión crítica y la
proposición de dar.
Teresa Matus: cuenta de algunos criterios y problemas fundamentales a considerar
dos centrales premisas.
1° Que la concepción tecnológica de Trabajo Social, en sus diversas vertientes, se
ha vuelto clara, insuficiente y problemática.
Afirma que la forma de trabajar del trabajador social se ha vuelto inconsistentes y
con claras contradicciones y para entender la noción del trabajador social se deben
situar entre hacer y conocer, es una forma de intervención y esta última es acotada.
2° Que es posible pensar otras propuestas para trabajador social reasumiendo una
relación contradictoria de teoría y proxis en el horizonte de una comprensión social
compleja, de una intervención social feudada en otros parámetros.
Se propone que la intervención tenga un fundamento riguroso y compleja
comprensión social, recapturando una tensión existente en el entre teoría y praxis.
No hay intervención sin interpretación social.
Hay diversas perspectivas de teorías sociales, los enfoques epistemológicos y los
marcos éticos/valóricos.

Intervención social
Comprensión social compleja:
_Transformaciones contextuales
_Teoría social
_Enfoques etimológicos
_Perspectivas éticas y valóricas

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Lo anterior implica reconocer que tras las formas de fijación de lo real hay procesos
de validación del saber, una determinada forma de relacionar sujeto y objeto.
El trabajo social debe ser pensado desde los procesos sociales en los que se
inserta. Esta interpelación, sin embargo, no puede ser esencialista sino inquirir por
la constitución particular de los sujetos.
Actualmente como en el siglo xv, vivimos un profundo descentramiento a las formas
de nombrar e interpretar las transformaciones sociales se ven replanteadas.
Una forma diferente de mirar el trabajo social que responde además a una
convicción intima ya que al estar en terreno en diferentes sectores a lo largo de casi
20 años. Ha conocido al sujeto beneficiario y conocido su forma de vida. Las
injusticias con ellos cometidas.
Una determinada política o autoridad gubernamental. El trabajo social nació de ellos
y a ellos, es una tarea que recién comienza, pero de la que somos parte.
El esfuerzo se dirige a encontrar ojos para ver palabras para conformar un lenguaje.
Herramientas para deconstruir discursos para adentrarse en las contradicciones de
eso que denominamos realidad social.
El sistema de mirada es una clave que busca exponer las categorías conceptuales
desde donde se nombran los objetos/sujetos de estudio.
Esto permite dilucidar en cada corriente y en sus propias rupturas al paso de
precategorial a lo categorial.
El trabajo social ejerce su intervención cuando comprende el lenguaje del sujeto,
debe encontrar relación entre lo que se dice y lo que se calla, es aquí cuando se va
a apreciar un análisis de determinados fenómenos.
El régimen de la mirada a cambiado sustantivamente en la historia: Para Descartes
y Malebrauche, ver era percibir, era hacer transparente el ejercicio del espíritu.
A la hora de analizar los diferentes regímenes de mirada que el trabajo social ha
proyectado, permite estudiar sus fundamentos.
Por ende, el trabajo se estructura de la siguiente forma
I.- Realizar una critica conceptual y contextual a la noción tecnológica del trabajo
social en Chile.
1.- El impacto del positivismo en el trabajo social chileno.
2.- Incomodidades conceptuales.
3.- Malestares contextuales.
II.- La concepción tecnológica de Trabajo Social

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La evolución del Trabajo Social en Chile se describe como un proceso de
asistencialidad seguida de un vuelco hacia una acción más sistemática y científica.
Las nuevas exigencias académicas del Trabajo Social como carrera universitaria y
el paso desde asistencialidad, a una función marcada por la capacitación y
organización de la comunidad, hicieron que su orientación fuera en la línea de una
intervención participativa en los procesos de cambio.
Definición de Trabajo Social como una disciplina.
Se afirma que en la medida en que el trabajo social presente un rigor
institucionalizado (en el sentido de ser un ejercicio todico pleno y transformarse en
la norma conductual de un grupo), se constituye en una disciplina.
Trabajo Social como disciplina en búsqueda del objeto.
Se sostiene que esta disciplina tiene por objeto lo social, se puede enfocar a
comunidad, el ámbito de acción que va de la política a la administración y de allí a
la comunidad, personas y grupos.
El Trabajo Social tiene por objeto atender los sectores sociales que presentan
limitaciones para satisfacer sus necesidades básicas, y que requieren de un agente
externo para enfrentar y superar su situación. El Trabajo Social enfrenta y modifica
situaciones sociales enfocándolas en un todo “esto permite clasificar a los grupos y
personas”.
La acción del trabajo social en la satisfacción de necesidades se proyecta también
en una perspectiva de promover la participación y fortalecer la organización de la
población beneficiaria.
III.- Objetivos del trabajo social.
Los autores chilenos concuerdan en que el objetivo general de Trabajo Social es el
bienestar social, a través del cual alcanza el desarrollo social de la persona en la
sociedad.
Este objetivo debe insertarse en una perspectiva de desarrollo social, con 4
objetivos específicos. Promover y fortalecer la organización de los grupos ya que
través de ellos los individuos pueden solucionar problemas comunes.
Promover la participación de los individuos y grupos, contribuir al desarrollo de una
conciencia critica que permite a persona y grupos a modificar constructivamente la
sociedad.
Requisitos de una intervención fundada estos objetivos necesitan ser
operacionalizados, es imprescindible analizar el como lograrlos. Se debe adentrarse
en las contradicciones existentes entre los objetivos la definición tecnológica de la
disciplina.

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IV.-El trabajo social como tecnología.
Trabajo social y su definición tecnológica encuentran su base teórica en los
planteamientos de Bunge en relación con las ciencias aplicadas. Se plantea que la
tecnología no es solo aplicación de conocimientos de las ciencias sociales sino
también el enfoque científico de los problemas prácticos.
Si pensamos que el trabajo social es la transformación social, el beneficio consistiría
en que este otorga una eficacia racial a esas acciones de modificación.
1.- El impacto del positivismo en el trabajo social chileno.
El positivismo ha sido la mayor influencia hegemónica dentro del trabajo social.
Al promover la forma racional, según la cual se debe tratar de describir e interpretar
la realidad, se presenta a grandes rasgos.
Según ello primero el trabajador social formula interrogantes acerca de la realidad
en la cual trabaja y los relaciona con la temática que le preocupa.
Busca deferencias de acotar el problema de investigación busca un marco teórico,
compatible con su propia visión conceptual, que explique lo que pasa en la práctica,
después formula una hipótesis que puede probarse empíricamente, define
conceptos y variables. Se diseña una investigación considerando los siguientes
puntos.
. Naturaleza del problema social que encara.
. Intervención propuesta por el trabajo social.
. Propósito de estudio.
. Utilidad de diseños alternativos apropiados para el problema en cuestión.
La forma en que esos contenidos fueron diseñados sufrió, por lo menos 4 fallas
básicas.
1.- Una correspondencia rígida y formal entre la manera de investigar y los pasos
científicos, que llevo a centrarse más en el cumplimiento que en la descripción o
interpretación del fenómeno a estudiar.
2.- Junto al método existió una adscripción a esa ciencia concebida como objetiva
y neutra. Al hacerlo, se estaba poniendo al margen, aunque no fuera un proceso
consciente, no solo al trabajador social en cuestión sino al planteamiento valórico.
Así la dirección de los cambios sociales quedo en manos del modelo científico.
3.- Este replanteamiento no favoreció a los criterios de transformación, ya que, si la
dirección del cambio queda, ligado a los resultados del método.
“La critica de la ideología que, en aras de la liquidación del dogmatismo y la
imposición de la conducta tecnológicamente racional.”

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4.- Dentro del paradigma positivista, el trabajo social siguió limitado por esquema
propuesto por Bunge. Esto ayuda a crear una configuración estática del modelo, sin
seguir la evaluación y los cambios dentro de dicha corriente de pensamiento.

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Resumen desde pagina 42 – 59

Existe una primera etapa (aun no terminada en forma absoluta, ya que


aparece con mayor o menor énfasis dependiendo de cada departamento de trabajo
social en las distintas universidades). En la que se entiende por proceder científico
exclusivamente aquel basado en el método positivista y; en particular en los
conceptos entregados por Bunge. Esto implica la imposibilidad de dar cuenta de la
brecha que hemos expuesto, pues adherir completamente al positivismo al punto
de hacer sinónimo de proceder científico significa: Reducir lo objetivo a lo factico,
poner fuera todo el campo de la intencionalidad.
Por otra parte esta concepción impulsa una critica de la ideología que opta en
beneficio de la racionalidad tecnológica. No se trata de tomar partido en sentido
común y rechazar la ciencia si no de darse cuenta de como esa lectura positivista
de la ciencia se ha vuelto ideológica.
La segunda etapa, es decir se ha entendido que se debía rechazar lo cuantitativo y
privilegiar lo cualitativo. Con ellos solo se ha conseguido obscurecer la solución del
problema.
En otras ocasiones, lo que ha sido fue adscribirse a una propuesta metodológica,
especialmente la realizada por Schutz. Además en algunas universidades se ha
tratado una forma de análisis marxista que por su contenido estructural no
representa alternativa si no variación de una epistemología positivista. También en
algunas áreas se han impulsado modelos provenientes de la teoría de sistemas.
2. INCOMODIDADES CONCEPTUALES.
“Si en el 37 Horkheimer señalo seminalmente las distinciones en teoría tradicional
y teoría critica, la década de los 70 nos separo la polémica sobre el positivismo en
la confrontación Popper. Adorno, continuada en los debates entre Albert y
Habermas
2.1 MAX HORKHEIMER: LA CRITICA A LA TEORIA TRADICIONAL
La primera impugnación de Horkheimer es sobre la concepción de teoría. Para el la
teoría tradicional, la teoría es aquel conjunto de proposiciones relacionadas unas
con otras acerca de un campo de objetos en los cuales pueden deducirse las
restantes proposiciones.
De esta forma la teoría siempre será testeada desde los hechos. Desde allí que, en
lo que concierne a los datos de la teoría siempre permanecerá hipotética.
Consecuentemente, la “teoría” se vuelve el saber acumulado de tal forma que
permite ser utilizado en la caracterización de los datos llevados acabo de la forma
mas minuciosa posible. Para el autor la teoría tradicional tiende a olvidar que los

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datos que se nos ofrecen son preformados de modo doble: “Por el carácter histórico
del objeto percibido o el carácter histórico del órgano perceptivo”.
Horkheimer apunta a desvelar el carácter no natural de objeto y órgano ya que
ambos son conformados por la actividad humana. Por lo tanto, especialmente la
ciencias sociales y aquellas que trabajan con el sujeto no pueden olvidar la doble
determinación ni la distinción tensional entre individuo y sociedad.
Para Horkheimer esto también tiene una explicación cultural en el sentido de que el
desarrollo de las ciencias aparecen desligado de esas luchas y por tanto no se
emplean tanta energía de desarrollar la capacidad de pensar contradicciones y
relaciones complejas como la empleada en encontrar soluciones funcionales según
el campo especifico de aplicación.
2.2 LAS DISPUTAS DEL POSITIVISMO EN LA DECADA DE LOS 60.
Nuevamente en este punto la hondura y riqueza de los debates sostenidos por
cuatro autores como Popper, Adorno, Albert y Habermas desbordan el horizonte de
posibilidades de este trabajo. Por tanto, este aspecto se enmarcara siguiendo
alguno de los tópicos clásicos de discusión, usando para ello, sobre todo, el
tratamiento relatorio que Habermas pone sus síntesis de las discusiones tanto
“Aprendice a una controversia de teoría analítica de la ciencia y dialéctica” como en
“Una polémica; contra un racionalismo disminuido en términos positivistas”
A las criticas de Adorno, Habermas va a sumar sus apreciaciones sobre el papel de
los enunciados metodológicos y lo que el denominara “La escisión entre razón y
decisión”
Sin embargo, condonara con Popper al admitir que los datos experimentales son
interpretaciones en el marco de teorías previas y por tanto también comparten el
carácter hipotético de aquellas, solo que Habermas discrepara de la distinción entre
conjeturas y refutaciones que Popper efectúa.
De esta forma Habermas impugna a Popper en no debelar que el método de
falsación en realidad corresponde y se justifica recurriendo al menos a una de las
fuentes del saber y que es la tradición y que paradójicamente Popper denomina
tradición critica.
2.2.1 Racionalidad
El concepto de racionalidad es fundamental porque implica tocar el núcleo de la
argumentación Popperina, ya que la forma de establecer un conocimiento científico
valido descansa en la rigurosidad de la lógica.
i. Separando el conocimiento de los intereses. A esto Habermas lo llamara el
quiebre insostenible ya que los intereses están siempre presentes en el que hacer
científico. El concepto de intereses como guía del conocimiento queda perdido en
la relación entre conocimiento e interés. No todo se lleva a cabo como Popper lo

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afirma, dentro de un marco estrictamente racional. A lo que este plano
denominamos racionalización en el plano de la acción colectiva lo denominamos
ideología.
ii. Colocando su acento en el plano de los enunciados, no discute el lenguaje y
el modelo teórico que existen en sus interior. El excluir una discusión acerca de los
objetivos y valores a los que adhiere la ciencia, esta queda entregada a un nivel de
decisionismo. Es de ese modo como la nítida frontera trazada por Popper entre
conocimiento y valoración representa, en realidad, no tanto un resultado (aunque el
llega a este limite realizando un exhaustivo análisis de autores, por ejemplo en la
miseria del historicismo) como un problema. Incluso Popper sostiene que “ no me
es posible racionalmente obligar a nadie a que apoye sus presunciones con
argumentos y experiencias”
iii. El concepto popperiano de racionalidad, reducido en la línea del positivismo,
exige solamente, en primera instancia que el mayor numero posible de individuos
adopte una acritud racionalista. Acepta las normas usuales de la discusión científica,
se muestra informada del dualismo entre hechos y decisiones y conoce los limites
del conocimiento intersubjetivamente valido.
iv. Para Popper, las teorías son enunciados universales y, como toda
representación, sistemas de signos o símbolos. Pero se podría afirmar que la
practica es un conjunto de conexiones de un punto teórico con otro, y la teoría, un
empalme de una practica con otra.
v. Kuhn solo la considera como parte de la ciencia normal y en consecuencia
como elemento que aporta al desarrollo de un nuevo paradigma.
La separación de teoría y praxis no es considerada en la estructura explicativa sobre
el desarrollo de la ciencia, al no considerar la ideología en el proceso de constitución
del saber científico.
Esto produce no solo rechazo sino aceptación del uso de la noción de paradigma.
El proceso de legitimación del desarrollo del acontecer científico está atravesado
por el concepto khuniano de paradigma. Se trata de ir más allá de la cualitativo o
cuantitativo.
La necesidad de dar legitimidad a la investigación en ciencias sociales a través de
conceptualizaciones externas sigue oscureciendo una discusión aclaratoria
centradas en los modos que asume la relación sujeto – objeto en el conocimiento
del hombre en sus relaciones con la realidad y con los otros.
Uno de los polo es donde prevalece el objeto, desconociendo la historicidad de su
constitución e ignorando al sujeto, este es el núcleo más radical del positivismo. La
clave es el método en este caso denominado paradigma. El otro polo
sobredimensiona al sujeto, y la palabra clave es la intersubjetividad.

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Se evidencia con toda su fuerza los agudos problemas. La mediación que existe
hoy, las cuales se encuentran en el Trabajo Social, se ha capsulado de tal forma
que con las palabras metodológicas que se usan para abordar la realidad se ha
vuelto incapaz de nombrar procesos contradictorios como son los elementos
racionales se dejan afuera, la insurrección la cual plantea que hay que recorrerlos,
describirlos, acercarse a su sentido.
Verdad y Verificación:
La verdad ya no tiene referencia al pasado, o tradiciones o a dios, sino que busca
su propio camino dentro del conocimiento. (Bases constitutivas del pensamiento de
la modernidad). El criterio de la verdad se encuentra inmersa dentro de la discusión
sobre los fundamentos del conocimiento.
El autor se distancia de los positivistas lógicos al construir su asimetría lógica entre
verificación y falsedad. Esta consiste que aunque ningún número de observaciones
nos permite alcanzar una proposición universal por la que la verificación no es
posible hasta con una observación que señale lo contrario para concluir con la
proposición falsa. La única proposición que puede aspirar a la verdad es aquella
que puede ser falseada. Según Popper el concepto de verdad siempre es gradual,
ya que el conocimiento científico nunca puede alcanzarlo. Un requisito
indispensable de la ciencia será, un carácter provisional porque pasa la verdad a
ser un referente utópico, ya que este no se alcanza jamás el avance de la ciencia
produciéndose entonces el proceso de ensayo y error.
Popper tiene como procedimientos básicos verificación de la coherencia lógica del
sistema teórico. Los criterios de validez o de verdad se definen por procedimientos.
Todas las propiedades que requerimos para comparar y desear en una teoría
equivalen a una sola cosa, al mayor grado de contenido empírico o de testabilidad
en cada teoría existe un lenguaje y un modelo que se constituye una interrelación
indisoluble en los enunciados.
Al contextualizar un requisito de falsear, Popper develó que concordar con el en
este aspecto se debe necesariamente compartir toda su estructuración. Por otra
parte, la verdad y su definición nunca están exentas de su relación con los
mecanismos de poder, es decir, cada sociedad ha tenido y presenta hoy su política
general de la verdad, los tipos de discurso que acoge y hace funcionar como
verdaderos, la elección de determinados criterios para definir la verdad, así como
procedimientos de realidad y racionalidad, es la elección de un producto humano,
el cual es considerado un acto social y depende de la situación histórica.
En el mundo Feyerobend se encuentra una invención propuesta para descubrir
mediante las artes del estado de la ciencia. Si las artes se sustituyeran con medios
fiscales, aprendiéndose en las escuelas como disciplinas obligatorias, mientras que
las ciencias consideradas como colecciones de juguetes, las artes son ciencias de

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las jugadores que una vez eligieron un juego y otra vez otro pasa hacer natural,
pero desgraciadamente no vivimos en un tiempo así.
Incomodidades contextuales, Trabajo Social y el Contexto de los Noventas:
El contexto social de los noventa se nos aparece como un proceso explosivo de
cambio profundo. No se trata sólo de variaciones en la noción del estado, de una
redefinición de los espacios públicos de nuevas formas de exclusión social ya que
todos estos son ex previsiones de una mutación profunda.
El proceso de modernidad es el marco desde donde podemos pensar los Noventas,
en sus desajustes con los devenires de la modernización en nuestros países.
Hay que avanzar comprendiendo los procesos de ajuste. Es a partir de la
concepción que se tenga de realidad social que asume diversas posturas
definiéndose en su proyección, sus objetos, su formas de investigación y de
intervención. Las transformaciones que vivimos se juzgan en gran medida de
posibilidades de configuración profesional.
Estas formas diversas de construcción del Trabajo Social en la actualidad asumen
cambios. La explosión del proceso no solo está referida a las condiciones e
interpretaciones del contexto societal sino a formas de compresión del Trabajo
Social.
La Noción de Pobreza y Exclusión en América Latina:
Los debates existentes entre las teorías cepalianas y de la dependencia son
sustituidos por una gavilla de aproximaciones.
La pobreza ya no es asumida como el obstáculo para el desarrollo sino que es vista
como una dimensión más del mismo proceso de modernización. La pobreza ya no
es un objeto autónomo sino que prima un nuevo punto de vista relacional, se
sostiene el significado social dentro de una malla de relaciones. Aparece como un
elemento dentro de un marco de modernización complejo, incorpora de forma
distinta los conocimientos científicos y tecnológicos y donde se produce a la vez un
mayor crecimiento de la producción y desempleo.
El proceso provoca, por tanto, una doble exigencia de integración transaccional y
de segmentación interna. Hoy se incrementa la producción con menos mano de
obra y esto reproduce en forma acelerada una segmentación de los mercados con
un auge indiscutible del subempleo y el mercado informal.

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Resumen desde página 60 – 76.

Las transformaciones culturales

 Desde la década de los treinta y, después de 1945, las sociedades


latinoamericanas viven un proceso de modernización de efectos contrarios. Las
diferencias sociales, económicas, étnicas, culturales se cristalizan en relación de
desigualdad, o ni siquiera se integran conformando algo así como una
yuxtaposición de islas en un archipiélago.

 De este modo estamos enfrentados a un proceso que se va sedimentando, a la


manera de las capas geológicas de un continente. Siguiendo esta perspectiva,
podemos afirmar que en América latina lo que se define comúnmente como
modernización e el despliegue de la tecnificación. Está se encuentra reforzada por
una gavilla de procesos acumulativos que se refuerzan mutuamente: formación de
capital, movilización de recursos desarrollo de las fuerzas productivas incremento
de la productividad del trabajo. Esta vertiente configura un permanente malestar
en la cultura, ya que incluso la critica a este proceso no se realiza desde la
evidencia d una sociedad legítimamente diferenciada.

 Ahora bien, como afirma Monsivais, “oponer a la realidad de la modernización un


nacionalismo que se vincula a tradiciones, a un pasado, a un ser nacional previo a
toda contaminación foránea, constituye declarar que la resistencia a la penetración
cultural se encuentra perdida de antemano. Dicho de otro modo, el problema no
se resuelve con una vuelta atrás. Como lucidamente sostiene Ventós:”en el mundo
latino nunca hemos sido tan propensos a la racionalidad con arreglo a fines para
necesitar ahora una cura de espiritualismo cósmico. Nunca hemos sido tan
terriblemente racionales para necesitar una pedagogía de lo irracional, nunca tan
individualistas como para necesitar una unión compensatoria con el Uno”.

 Aún más, si vemos por qué vías se accede generalmente en nuestro país a los
cargos públicos, de qué manera se toman decisiones en torno a la repartición del
poder, cómo se insertan las relaciones de parentesco en las designaciones de
puntos gubernamentales y académicas, de que modo se evalúan las políticas
públicas, en qué se expresan los supuestos culturales de los sectores medios o
cómo se usa indiscriminadamente el concepto popular para justificar discursos
injustificables podemos sostener forma cabal, que la racionalidad cabal, que la

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racionalidad instrumental no ha pasado como debiera por los hilos de esas
conexiones en nuestro continente.
Entonces, como plantea Lechner, más que un proyecto alternativo requerimos otra
forma de pensar y encarar el futuro.
Está búsqueda pasa por dar cuenta de una articulación entre las vías conflictivas
de lo moderno, por develar los discursos que subyacen a ellas.

La caída de un modelo único de racionalidad

 Los cambios en la nación de Estado han traído aparejado el fracaso de la idea de


un poder centralizado. La penetración Estado/Mercado es una evidencia de ello.
 El neoliberalismo presenta, sin embargo, una versión unívoca de la razón según
la cual se puede definir lo real social unívocamente. En este sentido como plantea
Jean de Munck, los economistas son los últimos metafísicos de la modernidad, ya
que unifican unívocamente lo racional con lo real, a la vez que continúa con el
sueño premoderno de un fundamento natural de la razón.
El neoconservadorismo sostiene una versión más sutil que se desarrolla en dos
planos: uno premoderno, donde existe la idea de que hay valores, tradiciones,
autoridad; un fundamento sustancial que da sentido a la cosas y que existe para
regular la vida social. El otro plano es un discurso pragmático donde la apelación
anterior no existe.
 La crisis se lee, por tanto, como búsqueda de referentes valóricos que se han
perdido ya que implican clausurar y pasar más allá del espíritu ilustrado. Desde
este tipo de análisis las categorías culturales contienen un núcleo a priori más que
un resultado.
Es el deber ser el que se traduce y se lee culturalmente. El desafío consiste en no
incorporar sobre un fundamento sustancial el fenómeno a indagar sino reconstruir
el problema en situación. Ello supone pensar en los distintos y nuevos modelos de
racionalidad.
 Lo que puede deducir es, de esta forma, la no existencia de una versión objetiva
de lo real. Esto involucra adentrarse en los diversos procesos de interpretación, en
los choques de racionalidades existentes en todo
fenómeno social. Ser racional hoy no significa la posibilidad de existencia de una
regla externa de la cual sea posible deducir, en un racionamiento formal, el criterio
con el que proceder.
 En todo problema social contemporáneo –violencia, pobreza, enfermedad-no es
posible pedir la existencia de categorías a priori de las que partir
incuestionadamente.

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 Para el Trabajo Social un área especialmente relevante la constituye el partir
cuestionando la categoría con la cual se va a trabajar: niños de la calle, pobres,
menores en situación irregular.
 No es posible conceder que en Trabajo Social no se profundicen los fundamentos
que hacen surgir estos enunciados, ya que de ahí surge un cúmulo de
contradicciones que no solo se van a expresar en una comprensión del problema
sino que se traducirán, en diferentes formas de intervención social.
 De todo lo anterior se puede deducir que existen serios obstáculos contextuales
para que el Trabajo Social siga operando con una matriz tecnológica, ya que esta
se muestra incapaz tanto de supera las limitaciones conceptuales como de asumir
críticamente las transformaciones del contexto.

Hacia nueva cartografías en Trabajo Social

 En el Trabajo Social, la función de mediación involucra no un procedimiento de


bisagras sino la posibilidad de nombrar un escenario posible de reconstrucciones,
una tarea. La función de mediación no es hablar de otros sino mostrar las
contradicciones de los discursos.
Así las categorías no son un a priori sino un resultado en el cual se ponen en
evidencias las lógicas en juego.
 La función mediadora del Trabajo Social debe contener la posibilidad de recuperar
la unidad de lo razonable dejando escuchar sus múltiples voces.
 Una comprensión social compleja requiere una flexibilización, procesos fuertes de
distinción: analizar los métodos desde sus fundamentos, entender la teoría como
la posibilidad de recuperar la posibilidad de iluminar contradicciones, encontrar los
caminos para hacer lo concreto pensado, para develar las determinaciones
múltiples de lo concreto. Esto no es posible sin reflexión, y para ello hay que
superar la tendencia endémica del empirismo y las formas en que desde él se ha
concebido a Trabajo Social.
 El apoyar una mejor calidad de vida pasa por el conocimiento, no sólo de las
condiciones materiales, sino también de los rasgos culturales de los potenciales
beneficiarios.
 Para poder llevar a buen término una tarea de interpretación, el trabajador social
debe considerar las distancias y las diferencias de fines existentes entre las
personas atendidas y de las instituciones que ofrecen los servicios.
 La primera tarea para lograr un cambio es que el Trabajo Social se asuma como
una forma de trabajo reflexivo y crítico, se constituya en una actividad creadora y
no en una mera necesidad productiva.

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La Relación Tensional de Teoría y Praxis

 En el plano de lo ético, en diversas ocasiones la praxis se ha transformado en


pretexto ideológico de coacción moral.
 En el plano de la ciencia, la separación de teoría y praxis en la época moderna, se
halla estampada en la teoría de Max Weber sobre la neutralidad frente a los
valores.

El Conocimiento ligado a un Interés

 Consiste en mostrar cómo las raíces del conocimiento se hunden en el terreno de


la vida de la especie humana.

Se diferencian tres vinculaciones:

1.- La orientación general que guía las ciencias de la naturaleza empírico-analítica


y que está fundada en un profundo interés antropológico, en la predicción y el
control de los acontecimientos del medio natural.

2.- La reproducción de la especie humana, no descansa sobre un imperativo


técnico, sino sobre el problema de posibilitar una comunicación intersubjetiva
confiable y permanente entre los hombres.

3.- Existe un interés emancipador tanto en la dimensión subjetiva como en la


social.

Resumen desde pagina 76 – 92.


UNA COMPRENSION SOCIAL COMPLEJA.

¿Como lograr que el tramado discursivo logre iluminar las apelaciones existentes
en las prácticas sociales?

Este cuestionamiento es situado histórico material. Deja a la deriva la interpretación,


es un interrogante que apunta hacia un nexo hermenéutico con el mundo. A un
vínculo solido a la posibilidad de una hermenéutica volcada hacia el mundo.es la
aclaración de esas idas y venidas, entre yo y yo, entre el texto y yo, entre el mundo
y yo. Por tanto se trata de elaborar un concepto de comprensión que permita
efectivamente una hermenéutica volcada hacia la vida. La vida material. Se
presentan dos concepciones de Ricoeur y Habermas a través de la noción
hermenéutica en cuatro relaciones.

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1.- Ontología o camino de conocimiento: cuestionamiento del ser.

En Ricoeur, la intención ontológica (ESTUDIA LA NATURALEZA DEL SER)


atraviesa todo el camino de construcción argumental, el mantiene un esfuerzo
permanente por mantener el sentido aceptable a la noción de existencia renovando
la fenomenología por la hermenéutica. Por tanto la matriz ontológica permanece a
través de toda la revisión a la fisiología del lenguaje. Por esto podemos decir que la
comprensión no es ya una forma de conocimiento sino un modo de ser. El modo de
ser que existe al comprender consecuentemente su hermenéutica será del yo soy.
Su intento es asumir las correcciones del psicoanálisis y la semiología porque en
ellos se expresan y explicitan el deseo de ser y el esfuerzo por existir.

De lo anterior, es posible sostener que Ricoeur pretende una reconciliación del ser
con el mundo, sigue pensando que la hermenéutica desde el sujeto, en tanto ser
trascendental y por lo tanto, se podría cuestionar si realmente ha abandonado la
clave de una filosofía de la conciencia.

Habermas toma su pensamiento en tanto sostiene que Ricoeur, continúa apresado


en manos del trascendentalismo del sujeto y que es preciso reemplazarlo por la
constitución de una comunidad lingüística. Su crítica a la ontología reside en dos
aspectos, el primero es que desde el primado ontológico solo se puede criticar las
tradiciones. “si pertenecemos nosotros mismos al plexo global de tradición de un
lenguaje” el segundo es la consideración del poder de una coacción. “el somos es
también un plexo de poder y por eso mismo no es diálogo alguno.”

Dichas razones llevan a Habermas a precisar que la pretensión de universalidad de


la hermenéutica solo se puede mantener si se parte de la base de que en la tradición
también está la posibilidad de la verdad fáctica y, por lo tanto, de la perpetuación
del poder como obstáculo dialogístico.
A esto Ricoeur interpela sosteniendo que si no tenemos ontología, el cual el diálogo
es constitutivo de quienes somos, no podemos tener una comunicación ideal. En
tanto Habermas se pregunta por el diálogo en virtud de la utopía de una
comunicación sin coacciones.

2.- Identidad y contradicción: el papel del lenguaje.

Ricoeur se asienta en la lógica formal, luego su problema es el de la identidad, el


concepto consiste en la escisión que es la distancia por la que cada nuevo presente
al sobrevenir aleja de si el presente reciente, el cual a su vez, se hunde en el pasado
aunque permanezca retenido por el nuevo presente.

Habermas se sitúa en el impulso de la dialéctica, razón por la cual su forma de


concebir la hermenéutica se nutre de la iluminación de contradicciones, entendiendo

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el movimiento como negación de la negación. Mientras que Ricoeur se empeña en
mostrar que método y lugar son la misma cosa.

Habermas entiende la comunicación como reconocimiento de las diferencias. La


constitución de los elementos de los elementos de la hermenéutica se dan en el
doble movimiento de los nexos entre lo particular y lo universal. Ninguno seria sin el
otro. Lo particular mantiene un vínculo de expresión con lo universal. Ambos son y
no son.
A pesar de las lógicas distintas, ambos autores intentan impugnar la concepción
estructuralista acerca del lenguaje como un mundo auto referido. Para Ricoeur, su
tránsito a través del estructuralismo fructifica en un reconocimiento: el significado
objetivo del texto es distinto a la intención subjetiva del autor. Dejando su definición
de hermenéutica como interpretación del lenguaje de los símbolos.
Es por esto que Ricoeur busca desembarazarse de una noción estructuralista de
lenguaje para resinificar su noción, fenomenológica renovada, de hermenéutica.
Para Ricoeur, el lenguaje se sabe en el ser, la conciencia reflexiva es la que
abre el lenguaje “cuando hablo sé que algo es traído del lenguaje.

Habermas responderá sosteniendo que, aunque la comprensión, el dialogo y la


historicidad son fundamentales para la vida social ello no implica aceptar las
conclusiones metodológicas de Gadamer.
3.3- El sentido de la tradición.

Para Ricoeur, la apelación a la tradición de su deseo de reconciliación con un mundo


fracturado. La tradición es, por tanto, fuente de valor que requiere reactualizarse.
En este sentido se articula el papel que le concede a la modernidad: ¿no fue
necesario que la modernidad nos alejara de nuestras propias raíces para que por
encima de la ruptura critica pudiéramos aproximarnos, en una segunda inocencia,
en una inocencia post critica, a que nos fue más lejano y cercano a la vez?
Mediante a esta pregunta aflora la opción de Ricoeur en tanto muestra que la tarea
de hoy es un rencuentro con lo que ha quedado destruido por la revolución científica.

Habermas, se encarga de subrayar los elementos de dominación, de represión y de


distorsión que lleva consigo nuestra herencia sociocultural, fundando así la tarea de
la emancipación (liberación respecto de un poder o autoridad); es más el lenguaje
también puede ser visto como un medio de dominio y del poder social.

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3.4.- El telos de la hermenéutica

retomando la pregunta sobre la posibilidad de hermenéutica volcada al mundo,


efectivamente Ricoeur esta se encuentra anclada a la vida. Pera esa vida significa
ontología (estudio del ser) pregunta por el ser. El problema de la interpretación del
texto se relaciona con el lenguaje ordinario como expresión de una posibilidad de
retomar la tradición por lo tanto existe un esfuerzo por entregar las claves para el
desarrollo de un individuo. En Habermas la hermenéutica esta asociada a un
análisis de los sistemas sociales y a la posibilidad de su crítica.

El desafío de Hermenéutica en su tarea de configurar una comprensión social


compleja consistiría en aportar a la producción de conocimientos. En ambos autores
se encuentra presente una suerte de escatología (la escatología estudia el destino
y el final de individuo y del universo, así como estudia al ser humano después de la
muerte); en Ricoeur en afirmar que la emancipación (libertad) se logra en el seno
de adquisiciones culturales y en la interrogante por el ser y en Habermas al situar el
dialogo como lo que aún no es pero debiera ser. La diferencia radica en que para
Habermas ya no es posible confiar en el trato de los hombres cara a cara como
fuente de confianza en la tradición por lo que hay que hacer un análisis critico del
pasado “es cierto que no podemos reparar el sufrimiento ni las injusticias que se
hicieron a los muertos, pero si poseemos la fuerza débil de un recuerdo expiatorio.
Solo la sensibilidad frente a los inocentes torturados de culla herencia vivimos
escapas también de generar una instancia reflexiva con respecto a nuestra propia
tradición, pero nuestra identidad no es solamente algo que nos hayamos encontrado
allí; es también nuestro propio proyecto la hermenéutica y su vuelco así la vida
implican, de esta forma interrogantes acerca de los intereses, la forma de
dominación, la materialidad.

Pero aún resta resolver las preguntas acerca del canon normativo (mantenimiento
de un modelo normativo de civilización o cultura) asignado a la realidad. La
posibilidad de entender la utopía (es la representación de una civilización ideal)
como una condición para pensar lo posible.

Si estos desafíos siguen pendientes no podemos pensar en la Hermenéutica si no


como una dirección o un hito en el intento por llegar a esa vida concreta, una
herramienta para discernir la posibilidad utópica pero referencialmente actuante, de
esa sociedad mas amable en la que el otro no sea solo el lugar donde yo me
reconozco si no aquel donde por fin los rostros hayan devorado las máscaras.
4. La relación entre discursos y practicas sociales

Al explorar las relaciones entre discursos y practicas sociales se puede observar la


posibilidad de un nexo con el punto anterior, estos dos focos permiten iluminar una
tercera cuestión en el tratamiento del discurso: el modo en que se determine lo real

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mas el enlazamiento con la practicas sociales, se jugara dando resultados muy
distintos en las formas de nombrar al otro en el discurso. Así, el otro es otro
circunscrito el núcleo de este argumento consiste en considerar que el trabajo social
no opera en primer lugar con objetos tangibles si no con el discurso como
tangibilidad, como condición de posibilidad. Por tanto, para que trabajo social puede
intervenir fundadamente requiera de entrarse en las formas de nombrar, de
interpretar una realidad. De este modo, los discursos marcan formas de
experimentación en tanto que no solo delimitan las preguntas y la forma enunciativa
de su abordaje, es decir, la agenda y el modo de referencia, sino que también
marcan el horizonte desde el cual los otros son allí referidos.
La diversidad social no logra ser asumida como pluralidad, sino que es vivida como
una desintegración, de ahí surge el recelo a lo diferente, la sospecha y aun el odio
al otro.

La apelación a lo diverso, a una apertura a lo diferente, a la promoción de cambios


culturales, en muchas ocasiones es recibida con temor, esto debido a la falta de
confianza a la idea de las otras personas. Este ha sido un riquísimo imaginario
sociocultural poblado de visiones amigables o amenazantes. Desde la idea que el
otro es intrínsecamente bueno y que poco a poco se pervierte con el contacto social.

Es interesante que la caracterización de la propia idea de salvaje cambie, por


ejemplo, de las descripciones hechas por Melville según las cuales los caníbales
son sensuales y compasivos con el dolor del blanco, a los relatos ilustrados donde
los salvajes son enteramente razonantes, hasta algunas descripciones científicas
donde se convierten de salvajes de organización envidiable y discursos
enciclopedistas contra el fanatismo en niños grandes de mente pre lógica y
comunidad embrionaria, cuyos mitos trataban de suplir con fantasía ingenua los
conocimientos científicos de los cuales carecían.

La cuestión acá es que el otro adopta las características dadas por quien lo mira y
lo busca nombrar. Y si bien a otro subordinado, jerarquizado, se le puede conceder
alguna virtud estética o moral, muy difícilmente se le otorgará un estatuto de legitimo
pensamiento, a partir de esta expresión de un régimen de la mirada sobre el otro es
que se construyen una serie de imaginarios socioculturales.

Para Berger y los críticos más neoconservadores de la modernidad, el problema es


un pluralismo entendido como posibilidades de elección excesivas, “los
descontentos proceden específicamente de la pluralización de los mundos de vida
social”, es decir se tienen demasiadas posibilidades de elección, de esta forma la
complejidad de la sociedad contemporánea como mundo multirrelacional lo somete
a una gran presión tanto física como psicológica. El resultado de estas presiones es

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un estado de frustración en el cual existe una fuerte amenaza de desorganización
social o aislamiento del sujeto.

Lo relevante en virtud del eje que se analiza es hacer notar que esta movilidad
externa tiene correlatos a nivel de la movilidad de la conciencia. Dicha hace que
toda pluralidad se vea como una amenaza para el sujeto y se le lea como una
pérdida de referentes.

Como se puede apreciar, el problema es la pluralización, y su diagnóstico, una falta


de referentes valóricos e institucionales, es por esto que el individuo se encuentra
con la enorme libertad de inventar su propia vida, en una especie de universo de
“hágalo usted mismo”, pero es una gran desventaja para aquellos que no son
capaces de inventar su propio universo, lo que los lleva a un estado de frustración
al intentar hacerlo, por lo tanto Berger enfatiza en que los requerimientos
institucionales son necesarios para la integración social.

Resumen desde página 92 a 104.

Para autores como Apel y Habermas, la noción de pluralidad plantea el problema


de acceder al pluralismo y fundamentarlo sin renunciar a la idea de la unidad.
Esto conlleva a la posibilidad de hacer emerger una ética con las siguientes
características:

Cognitivista: debido a que se debe poder decir cómo se fundamentan los juicios
morales.

Universalista: porque el criterio dado por el punto anterior no expresa las


intuiciones de una determinada cultura, sino que tiene validez universal.

Deontológica: porque abstrae las cuestiones de la vida buena o el buen vivir,


limitándose a los aspectos de la justicia, de las normas y formas de acción, y por
que además no confunde la verdad de un enunciado con la justicia y rectitud de una
norma.

Formalista: porque en su principio regula un procedimiento de resolución imparcial


de conflictos. Sin embargo, no es formalista en el sentido de que ese procedimiento
en un caso determinado no otorgue contenido normativo a la idea de imparcialidad.

No cualquier principio puede tener estas pretensiones, sólo pueden pretender


validas aquellas normas que puedan contar con el asentimiento de todos los
afectados como participantes de un discurso práctico.
La estrategia de la ética del discurso es: obtener los contenidos de una moral
universalista de los presupuestos universales de la argumentación.

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(El argumento es un término que proviene del latín "argumentum" y es
simplemente el modo en cómo la persona razona para demostrar o convencer
a otra).

Debido a que el discurso es aquí una forma de comunicación que pasa por encima
de las vidas concretas; es decir se hacen extensivas a una comunidad ideal de
comunicación que “abraza a todos los seres capaces de lenguaje y de acción”.

El lenguaje es una variedad de la acción, la gente hace más que solo comunicarse
con el lenguaje: lo usa también para hacer cosas. Hablar es a menudo un acto en
sí mismo, como cuando decimos “Yo prometo” o “Declaro por la presente”

Al plantear una ética universalista como ésta se presenta el siguiente problema; si


la ética del discurso explica el punto de vista moral recurriendo a un procedimiento,
como es posible considerarla, además, una expresión adecuada de las intuiciones
morales que son algo sustancial.

Habermas sostiene que las “intuiciones morales” son las que informan acerca del
mejor modo de comportarse, para así contrarrestar mediante la consideración y el
respeto la extrema vulnerabilidad de las personas, esta vulnerabilidad es aquella
que está inscrita, del punto de vista de las distintas formas de vida socioculturales.
Es en los procesos de comunicación dónde se forman y mantienen tanto la identidad
de las personas como también la identidad de la colectividad.

(La colectividad es el conjunto de personas que viven en un mismo territorio


y comparten determinadas circunstancias (intereses, normas, hábitos,
cultura).

Los individuos desarrollan su centro interior en la medida en que es lo que sale de


si mismos hacia las relaciones establecidas comunicativamente con otras personas.

Es necesario prestar atención y consideración a la integridad de cada persona, en


su necesidad de reconocimiento recíproco
Luego el aspecto sustancial de la ética del discurso guarda relación con la
vulnerabilidad; las relaciones de conocimiento recíproco deben hacer valer al mismo
tiempo “la intangibilidad de los individuos, exigiendo respeto por la dignidad de cada
uno, pero, en la misma medida protegen también las relaciones intersubjetivas de
reconocimiento recíproco, por la que los individuos se mantienen como como
miembros de una comunidad”.

(Intersubjetiva; se vincula a lo que ocurre en la comunicación afectiva o


intelectual entre dos o más personas).

A esos dos aspectos complementarios responden los principios de: justicia y


solidaridad.

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El primero exige igual respeto e iguales derechos para cada persona, el segundo
aspecto reclama “empatía y preocupación por el bienestar del prójimo.”

Pero es la ética del discurso la que explica por que ambos principios provienen de
una misma raíz moral que es; la vulnerabilidad necesitada de compensación de
seres que solo pueden individuarse por la vía de la socialización, (la moral no puede
proteger lo uno sin lo otro.)

Se refiere a que no se puede proteger los derechos del individuo sin proteger, a la
vez, el bien de la comunidad a la que el individuo pertenece.

En este tipo de planteamiento, cuando se dan discursos cuyas pretensiones de


valides se vuelven problemáticas y en virtud de la ética se despliegan como
hipótesis, la acción comunicativa se vuelve reflexiva, por que es capaz de volver
sobre lo que antes daba por supuestos.

Así las prácticas generadas se orientarían hacia el entendimiento y tenderían según


Habermas, a una simetría en las expectativas de reciprocidad, aunque el mismo
prevé que el uso del lenguaje tiene un alcance limitado en lo cotidiano.

Se refiere a que; lo que para unos puede ser considerado como el orden objetivo
del mundo para otros puede ser altamente cuestionable. De esa manera los seres
humanos pueden llegar a partir de sí mismos para establecer que es lo que
consideran valioso para ellos, a través de la ética del discurso, luego no hay órdenes
morales fijos o inaccesibles a través del lenguaje, ni son irreversibles. Y sin embargo
la apuesta de este enfoque es pensar que esto garantizaría un lazo social más real
en cuanto a que sea justo, ya que la “ética del discurso” reclama de los sujetos un
derecho y un espacio por iguales.

(El discurso representa una forma de comunicación más exigente, que


apunta más allá de las formas de vidas concretas).
Lo anterior no involucra la pretensión de un punto de vista filosófico privilegiado, ni
tampoco entregar una visión esperanzadora “en vista de las cuatro grandes
vergüenzas político-morales que afectan a nuestra propia existencia; en vista del
hambre y la miseria del tercer mundo, en vista de la tortura y continua violación de
la dignidad humana en los estados de no derecho, del creciente desempleo y de las
disparidades de la distribución de la riqueza social de las naciones industrializadas;
en vista finalmente del riesgo de la autodestrucción del armamento atómico, etc.

A raíz de esto Habermas concluye aquí con la misma idea sobre su ponencia en el
seminario sobre “el futuro de la ilustración” al hacer un llamado a concebir una
ilustración escéptica pero no derrotista. Solo que en su escrito sobre la eticidad
apela a la contribución que puedan hacer la ciencias históricas y sociales,
expresándola la premisa de Horkheimer que dice lo siguiente.

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“para superar el carácter utópico de la idea kantiana de una constitución
perfecta, es menester una teoría materialista de la sociedad”

Se refiere que hay que considerar, al menos, dos dimensiones discursivas, que
atribuyen en la forma de nombrar al otro, estableciendo sus características; como la
noción de régimen de la mirada y las especificidades de una determinada ética del
discurso.

La perspectiva de este trabajo es analizar, considerando los procesos de cómo se


opera discursivamente en el ámbito de la intervención social, por que como sostenía
de Ventos”si bien hay cosas que no podemos resolver, tampoco podemos dejar de
plantearlas”
La renovación de las prácticas sociales: Una exploración.
La renovación de las prácticas sociales, desde esta propuesta, presenta algunas
ventajas significativas que merecen un abordaje en mayor profundidad:

El develar las formas de reacción de las personas involucradas por una política o
una medida gubernamental no se limita a la noción de receptor pasivo, estas a partir
de esos límites reinventan su cotidiano. Muchas veces esas lógicas pasan
inadvertidas para los agentes externos que trabajan con esas medidas, sobre todo
en las formas de acción comunitaria, en este caso lo que es trabajar para las
personas de una manera colectiva, desde construir sus viviendas, hacer una plaza
de juegos, hasta planificar sus metas.

En todo ello existe una cierta confrontación entre las formas de organización, de la
razón técnica en cuanto a instrumental, y las respuestas de los sujetos frente a ellas.
Certeau invierte las astucias de la razón hegeliana presentando los ardides de los
sujetos frente a la razón sin renunciar a su condición dialéctica.

Se relaciona ineludiblemente con una tarea que se podría expresar como el


coadyuvar a un control procedimental en la toma de decisiones, en dónde se
escuchen realmente a todos los afectados.

Es en esa instancia profesional y política que cada uno de los sujetos reconstituye
la situación donde es posible darse cuenta de las contradicciones de esos
discursos, ya se sabe exhaustivamente que existen poderosos y sutiles
mecanismos de dominación de un juego de lenguaje sobre otro; de lo económico
sobre lo social, de lo médico sobre lo social de lo jurídico sobre lo cultural. El desafío
involucra no guardar respecto de estas dominaciones una visión binaria de
oposición, sino verlas en la compleja red de constituciones diferenciadas.
Esto entrega pistas importantes para poder abordar una investigación o los
antecedentes para una intervención desde el ámbito de la profesión del trabajo

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social, ya que nos permite darnos cuenta de las dimensiones que constituyen el
fenómeno, y no buscar su aparición donde ya no está.

Para así poder profundizar en los mecanismos y modos de exclusión social, donde
el poder esta difuminado, lo que emerge desde estas afirmaciones es pasar de lo
singular a lo plural.

La norma no se constituye linealmente, reclama para su análisis un proceso de


reconstrucción, de esta manera los textos de las leyes, las políticas públicas y
sociales, no se pueden ni deben nombrar unívocamente ya que todas requieren un
acto de interpretación y comprensión.

Lo que es adecuado en un proceso de maltrato infantil, de violencia doméstica, no


se puede ni se debe decidir fuera de las lógicas que ponen en juego ese proceso,
es por esta razón que para medir la eficacia de una ley, hay que trascender la propia
ley, de allí se abre toda una serie de posibilidades de ejercicio de mediaciones tanto
en el ámbito jurídico como en otras áreas de intervención social. Lo anterior
involucra un cambio epistemológico, una transformación en la temporalidad lineal.

La crisis del modelo de normatividad; es un punto de partida para este giro, esto
conlleva a una serie de desafíos para las actuales instancias de planificación, es
decir una transformación en la temporalidad lineal, evolucionando definitivamente,
un modelo de intervención lineal dónde exista una evolución que parte del;
diagnóstico, programa, ejecución y termina con la evaluación.

Deja en claro que no hay comprensión compleja de los fenómenos sociales en


términos teleológicos.

(Teleológico es un adjetivo que refiere a aquello que está vinculado a la


teleología. La teleología es la doctrina centrada en las llamadas causas finales
(es decir, los fines). La teleología forma parte de la metafísica, una rama de la
filosofía.)

No es posible definir a priori lo que está bien, de lo contrario se termina poniendo


bajo sospecha a grandes sectores de la población como; pobres, mujeres y jóvenes,
y las medidas en que se piensa para solucionar problemas sociales, tienen un
énfasis claramente represivo.

Esto impide que las posiciones se reconfiguren y se construyan internamente. En


todo esto se abren numerosas relaciones con un debate ético acerca de cómo
apelar al valor en una sociedad diferenciada. Los discursos del otro, aun del
marginado, no pueden ser concebidos cómo una verdad total.
Para poder llegar a desarrollar un buen nivel de intervención se requiere mantener
una férrea tensión en la teoría y en la práctica.

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El problema no consiste tanto en el cómo introducir ideas en una cabeza, sino en el
cómo preservar que esta ultima no sea aplastada por las primeras.

(Como sostiene Adorno “cuando la razón de Estado y la seguridad


ciudadana se ponen por sobre los propios sujetos lo que se asegura es el
terror”).

Se deberá procurar, una formación académica que capacite al profesional de


manera tal que se logre un compromiso constante con el saber, para poder efectuar
un hacer competente.

Este proceso necesita de profesores que hayan recorrido esa opción y puedan
señalar el camino mediante sus propios trabajos.
Que lógica ocupar; si es una que contenga el principio de no contradicción o no, si
se debe hacer caso de los hechos o no, estas deben ser decididas en cada situación
concreta por el investigador, por quienes estén en contacto directo con el caso.

No por cualquier experto de la ciencia ajeno de la cuestión y que se dedica a cantar


arias a la racionalidad y no tiene idea de que se trata en concreto.

Es vital procurar una formación profesional que contenga una óptica específica de
Trabajo Social desde un enfoque amplio.

“Se debe tener muy en cuenta el papel de la filosofía en esta reestructuración,


ya que ella no solo media entre la ciencia y la práctica de la vida, sino que se
pone en alerta y devela la pretensión de abrir las culturas de expertos bajo el
alero de una pretensión de absoluta valides“

Por ello toda reorganización del área de las Ciencias Sociales como en este caso
Trabajo Social no puede eludir esta cuestión.

Entonces no se trata de reformular curricularmente agregando énfasis en las teorías


de base, se trata de analizar hasta que punto, a pesar de todas las
transformaciones, existe una pretensión de unión con ideas de validación única.

Un cambio en Trabajo Social no es simplemente una cuestión de método, parte de


un análisis filosófico a nivel de las propuestas en relación al conocimiento.
Es allí dónde la perspectiva filosófica puede lograr” flexibilizar la modernidad
cultural”, introduciéndola en la práctica de la vida, protegiéndola de intervenciones
de expertos que quieran intervenir sin mediación alguna.

La generación de un sistema categorial apropiado; como experto orientador de la


acción, es crucial ya que implica una clara disyuntiva, o la conexión entre el
progreso científico técnico y la práctica social.

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El desafío de una comprensión social compleja consiste en su dimensión contextual
de lograr nombrar la malla; el entramado de constitución de lo social, por que como
ha quedado expuesto no existe modo eficaz de trabajar lo social, sin nombrar
polifónicamente y reconstructivamente lo social.

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