Amb els seus primers mòbils Alexander Calder va fer realitat un objectiu històric de l’escultura: donar-li moviment, no només insinuar-lo.
Le llamaban «el mecánico artista» porque le encantaba dotar de
movimiento a sus obras. Su talento le llevó a crear juguetes pinturas, esculturas móviles y estables. Como le gustaba tanto el circo, creó uno para él solito con corcho, alambre, tela y cuero. Precisamente son los móviles las creaciones que elevaron a Calder a las más altas cimas de la escultura moderna. Con ellos se propuso crear obras abstractas dotadas de movimiento, que reflejaran, gracias a su dinamismo, los efectos cambiantes de la luz.