Вы находитесь на странице: 1из 6

La caducidad es

cosa del pasado


Jue 05 de abril de 2018
Tras la entrada en vigencia del nuevo Código Procesal Civil que eliminó la
caducidad de la segunda instancia, la Justicia de Mendoza determinó que los
plazos se regirán por la nueva normativa aunque se trate de causas iniciadas
con anterioridad a su puesta en marcha.

+-

Archivos adjuntos
 S.A. A. C/ R. E. Q. P/ Alim. Prov (S.A. A.
file_download
c- R. E. Q. p- ALIM. PROV.pdf)
Por: Diario Judicial
@diariojudicial
notas@diariojudicial.com

La Cámara de Familia de Mendoza determinó que regirán los términos y los plazos fijados en el nuevo
Código Procesal, Civil, Comercial y Tributario de la provincia, que entró en vigencia el 1º de febrero
pasado,

De esa forma, confirmó una resolución que rechazó la caducidad de instancia de un incidente de
apelación, en el marco del expediente “`S.A. A. C/ R. E. Q. P/ Alim. Prov”. en contra de lo pretendido
por una de las partes, que buscaba ampararse en los plazos del Código anterior.

La nueva norma señala que en segunda o ulterior instancia


no procede la caducidad , mientras que el art. 78, del
anterior código “preveía dicho instituto para la alzada y
ulterior instancia si no se instaba su desarrollo en el plazo
de seis meses”.
La nueva norma señala que en segunda o ulterior instancia no procede la caducidad , mientras que el art.
78, del anterior código “preveía dicho instituto para la alzada y ulterior instancia si no se instaba su
desarrollo en el plazo de seis meses”.

Los camaristas Estela Inés Politino, Carla Zanichelli y Germán Ferrer, al inclinarse por la postura que
entiende que se debe fallar con la norma vigente al momento de la sentencia explicaron que en el caso “si
bien la caducidad fue promovida estando vigente esa norma, debe resolverse cuando la misma ha sido
derogada”.

Pero además, con una norma vigente “que ha introducido una modificación sustancial en esta materia al
excluir la caducidad en la alzada o ulterior instancia”.

El fallo de la Cámara precisa también que hay una norma de derecho transitorio en el nuevo código que
luego de sentar el principio general de la aplicación inmediata para todos los asuntos que se promuevan a
partir del 1 de Febrero de 2018, aclara que aplicarán también sus disposiciones “a los asuntos pendientes,
conforme facultad expresa que otorga el presente ordenamiento a la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia, para implementar gradualmente la oralidad de acuerdo a los recursos económicos disponibles y
a la capacidad de los magistrados, auxiliares de justicia y operadores jurídicos”.

El artículo exceptúa de ello a “los trámites, diligencias y plazos que hubieren tenido principio de
ejecución, los cuales se regirán por las leyes derogadas”.

La Cámara se inclinó por la tesis que "prioriza la aplicación


de la nueva ley (CPCCyT ley 9001), vislumbrando que la
misma se aplica a los asuntos pendientes, siendo que la
relación jurídica entre las partes, aún cuando se haya
acusado antes la caducidad, no se encuentra consumida ni
consolidada"
Al respecto, La Suprema Corte de Justicia apuntó que la redacción del segundo párrafo de la disposición
transitoria “admite dos interpretaciones: a) la nueva ley se aplica a asuntos pendientes (aparentemente en
los que sea posible implementar el sistema de oralidad); b) no se aplica a los trámites, diligencias y plazos
que hubieran tenido principio de ejecución”, y por lo tanto concluyó : “no puede sostenerse que exista
propiamente un derecho a la declaración que sea susceptible de consumo jurídico en determinada
circunstancia del proceso.

“Bajo esta óptica, en el marco de las interpretaciones posibles, nos inclinamos por la que prioriza la
aplicación de la nueva ley (CPCCyT ley 9001), vislumbrando que la misma se aplica a los asuntos
pendientes, siendo que la relación jurídica entre las partes, aún cuando se haya acusado antes la
caducidad, no se encuentra consumida ni consolidada, pues la caducidad de instancia no opera de pleno
derecho y requiere de una decisión judicial que disponga la terminación anómalo del proceso o de la
instancia principal o incidental- por esta vía.”, agregaron los jueces de la Cámara de Familia.

Caducidad de instancia

En el Capítulo VII referido a la caducidad de la instancia el artículo 78


refiere justamente a los plazos:

I.- Procederá la declaración de caducidad de la instancia cuando haya


transcurrido el plazo de seis (6) meses sin que haya existido petición o
providencia judicial que tenga por finalidad impulsar el
procedimiento.

II.- En primera o única instancia, sólo será susceptible de producirse la


caducidad hasta el momento en que el Juez se pronuncie sobre la
admisión de la prueba o declare la cuestión como de puro derecho. En
segunda o ulterior instancia no procede la caducidad. Tampoco en los
trámites de ejecución de sentencia. Los procesos de estructura
monitoria son susceptibles de caducar hasta la notificación de la
sentencia monitoria; notificada ésta, sólo será susceptible de perención
el trámite eventual de oposición que dedujere el ejecutado, hasta la
admisión de pruebas. III.- Tratándose de cuestiones incidentales,
podrá declararse su caducidad, cualquiera sea la etapa procesal o
instancia en la que se produzcan.
(legislaturaabierta.gob.ar)
Novedades en torno al Instituto de la Caducidad de la Instancia: ¿Abandono del sistema
“objetivo” y aplicación del “subjetivo”? Comentarios a una sentencia reciente de la Excma.
Corte Suprema de La Nación.- Iº)-La novedad: La Excma. Suprema Corte de Justicia de La
Nación se ha pronunciado recientemente sobre el instituto de la Caducidad de la Instancia, en
una decisión que –estimamos- traerá importantísimas repercusiones en nuestra Provincia.- Se
trata del expediente Nº E.206 L.XLVIII caratulado “ESPEJO, José Luis C/ PODER EJECUTIVO S/
A.P.A.”, originarios –a su vez- de nuestra Excma. Corte Provincial.- IIº)-La caducidad de
instancia según el criterio “objetivo”: En la sentencia de nuestra Corte Provincial, se declaró la
caducidad de la instancia con fundamento en la arraigada tesis del “acto útil”, es decir, aquél
acto procesal por el cual el Proceso da un paso adelante; considerando que no es “acto útil” las
gestiones tendientes a dar ese paso, pero que no se concretan en la realidad del Proceso.- El
evidente ejemplo es la producción de la prueba: no basta con pedir que el Tribunal autorice el
libramiento del oficio, sino que además de esa autorización, es necesario confeccionar el
oficio, retirarlo del expediente, presentarlo en la oficina oficiada, retirar la respuesta y llevarla
al expediente; solo así el proceso da un paso adelante en desarrollo del proceso.- Paso
adelante que –sabemos- recorre el camino hacia al fin del proceso, que es la sentencia.- 2 Una
prueba producida es un paso adelante, porque es un obstáculo menos para que la sentencia
sea dictada.- Esta es la tesis que fue llamada “objetiva”, en el sentido que mira más el acto
procesal (el “paso adelante”, el “acto útil”) que la intención del Litigante (el solo pedido de
libramiento de oficio, o el oficio listo para ser retirado del expediente y no es retirado, etc.);
éste último sistema (que mira más bien la intención del Litigante) ha sido llamado “subjetivo”,
y es el imperante en el fuero federal.- IIIº)-La Corte de La Nación adhiere al criterio “subjetivo”:
En efecto, en conceptos que transcribiré, de autoría de la Procuración General de La Nación y
que nuestra Excma. Suprema Corte de La Nación hizo suyos, se deduce la adhesión al sistema
“subjetivo” que tiene en cuenta la intención del Litigante de remontar los obstáculos para
llegar a la sentencia, aunque no logre superarlos; pero si la intención, las gestiones, los
intentos se encuentran demostrados, la caducidad no puede prosperar.- Así dijo que “…. En
efecto, las ocasiones en que el Accionante instó las actuaciones … tuvieron como finalidad
aportar la única prueba que faltaba producir en defensa de su invocado derecho a obtener el
subsidio reclamado en la demanda, lo cual descarta la dogmática afirmación del a quo en el
sentido de que dichos actos carecen de idoneidad para instar el proceso”.- “… Desde la
perspectiva expuesta, entiendo que considerar que los actos procesales llevados a cabo por el
Actor eran inidóneos para impulsar el proceso, es endilgarle un accionar que llevaría a
desvirtuar las garantías constitucionales invocadas.- En tales condiciones, opino que la
sentencia incurre en un injustificado error formal que no se aviene ni con la índole de los
derechos en juego, ni con la actitud diligente que asumió el interesado en el curso del Litigio.-
3 “… En consecuencia, al existir relación directa e inmediata entre lo resuelto y las garantías
constitucionales que se dicen vulneradas, corresponde a mi juicio, descalificar la sentencia
como acto jurisdiccional“.- IVº)-Las decisiones de la Corte de La Nación deben ser tenidas en
cuenta: Nuestro sistema judicial, a diferencia de otros sistemas, no obliga a todos los jueces a
seguir “el precedente” de los Tribunales superiores, pero son varias las ventajas que trae
consigo tal actitud: economía procesal (al impedir el cuestionamiento de una decisión que –se
sabe- será modificada y adaptada al precedente), y también un respeto o reverencia a sus
decisiones.- Decimos que los restantes Tribunales no están obligados a seguir sus decisiones,
pero sí están obligados a tenerlas en cuenta, a conocerlas, a reflexionar sobre ellas; y en
aquellos casos concretos que no pudieran aplicar la doctrina del Superior Tribunal, los
restantes Tribunales están obligados a manifestar cuáles son los motivos, las razones por las
cuales no les resulta posible el acatamiento.- De esta manera, sin mostrar una actitud
indiferente frente al precedente del Tribunal Superior, la decisión máxima es tenida en cuenta,
asimilada, pero a la vez, conservando los Jueces su independencia de criterio, dando prioridad
al caso que les toca en concreto, y dejando de lado una cierta aplicación automática y a ciegas
de lo decidido por el Superior.- Vº)-El acatamiento con reservas realizado por nuestra Corte
Provincial: Al tomar conocimiento de la decisión del Tribunal Supremo de la Nación, nuestra
Excma. Corte Provincial –exp. 99.735, del 11/8/2014- formuló reservas al acatar la resolución
superior, recordando que en nuestra Provincia el sistema imperante en materia de Caducidad
de Instancia es el “objetivo”.- 4 VIº)-¿Cuáles son los beneficios del instituto de la Caducidad de
la Instancia, en especial en su faz “objetiva”?: En varias ocasiones nos ha tocado realizar una
reflexión sobre este Instituto (exp. 129.370 “Sosa”, del 29/10/2012; exp. 139.025 “Ochoa” del
15/8/2014; etc., todos del Juzgado de Paz de GRAL. ALVEAR), pues consideramos que debe ser
replanteado y reconsiderado desde el punto de vista axiológico, desde el punto de vista de los
valores que trata, que propone, que persigue; en especial en su versión “objetiva” imperante
(hasta ahora) en nuestra Provincia.- Es un instituto que presenta a toda vista –cuanto menos-
una situación incómoda para quien tiene que plantearlo, mucho más a quien tiene que
contestarlo, y –muchas veces- también a quien tiene que resolverlo.- Es que en esos trámites
no estamos discutiendo, disintiendo sobre los derechos invocados; no nos esforzamos
tutelando cuestiones esenciales, sino que nos dispersamos en lo accidental, disipamos
energías sobre cuestiones “accesorias”, por cuestiones que no hacen a cuál de los Litigantes
debe reconocérsele el derecho que invoca; y ello se agrava en nuestra Provincia donde impera
–como bien sostuvo nuestra Excma. Corte Provincial - el sistema “objetivo”, que al aplicarlo en
los casos concretos, el Juzgador debe desplegar un esfuerzo titánico para volcar en palabras
sencillas y entendibles por el hombre medio, los requisitos de procedencia del instituto, el
concepto de “acto útil”, etc.- Recordemos que toda Resolución va dirigida no tanto a los
profesionales letrados sino a los justiciables que ellos representan, es decir, al Litigante, a la
gente común que lleva sus conflictos a la Justicia pidiendo una solución.- Basta tomar cualquier
precedente sobre éste instituto y leerlo asertivamente, con empatía, poniéndonos en el lugar
de la persona común, de “Doña Rosa” –como se decía en la década del 90-, para comprender
que su 5 lenguaje es altamente técnico, desencarnado, abstracto, y que al culminar su lectura
el lector siente la sensación de distancia del anhelo de “afianzar la Justicia”, que nuestros
constitucionalistas plasmaron en el Preámbulo de nuestra más Alta Ley.- A fin de comprobar lo
que decimos, releamos alguna sentencia de los tiempos (afortunadamente pasados) en que
imperaba la doctrina llamada “inoponibilidad del acto útil” (art. 68 inc. 13º del CPC), y no
dejaremos de asombrarnos de cómo pudimos alejarnos tanto de la realidad, con esos
razonamientos puros, enfrascados, apartados de la realidad, con esa intelectualidad que no
llevó a ningún buen puerto.- Horacio Gianella (el prestigioso Camarista de la Ciudad de
Mendoza) al comentar el art. 78 del CPC, nos dice que “Este instituto no sólo ha sido pasible de
críticas por los innumerables problemas interpretativos que genera su funcionamiento, sino
por su existencia misma.- No faltan prestigiosos procesalistas que claman por su desaparición,
ni proyectos de reforma que así lo determinan, en nuestro país y en el extranjero” (“Código
Procesal Civil de la Provincia de Mendoza”, La Ley, Bs. As., 2009, tomo 1, pág. 417).- Como
sucede en otros ámbitos de la vida, las intenciones “ideales” que se pensaron al crear un
Instituto del Derecho, no dieron en la realidad los frutos esperados, e incluso muchas veces,
dieron consecuencias contrarias a las deseadas.- Concretamente en relación al sistema
“objetivo” se ha dicho en su defensa que tiende a que los pleitos terminen, a que el conflicto
se acabe, aunque sea por un medio “anormal” (en la inteligencia que solamente la sentencia
es el medio “normal” de terminación de los juicios).- Sin embargo, quienes leen estas líneas
recordarán cuántos pleitos les habrá tocado conocer en que los expedientes se entretuvieron
meses, años, discutiendo si la Caducidad de Instancia se produjo o no se produjo; largas
disidencias entre los Litigantes en relación a las causales de suspensión, de 6 interrupción, y
habitualmente, sobre los alcances del “acto útil”.- Discusiones que han llevado tiempo en
primera instancia, luego en Alzada, e incluso en la Corte de la Provincia.- Entonces volvemos a
reflexionar, volvemos a preguntarnos, ¿ha logrado este un Instituto dar “seguridad jurídica”?;
¿ha conseguido que los pleitos no se “eternicen”?.- Sumados al fracaso de los fines que el
mismo Instituto se propuso, y mezclado con tal derrota, asoma la responsabilidad del
profesional, especialmente en aquellos casos en que la declaración de caducidad de la
instancia produce la prescripción del crédito o del derecho invocado (art. 3987 del Cód. Civil).-
Volvemos entonces a preguntarnos ¿ha logrado este Instituto la “seguridad jurídica”, la “paz
social” anhelada que se creyó encontrar en la terminación al menos “anormal” del juicio?.-
Vemos que no y mil veces no.- VIIº)-Los derechos son irrevocables: Nos encontramos en
tiempos en que los Ciudadanos parecen no creer alcanzar la “paz social” ni la “seguridad
jurídica” sin la Justicia; entendiendo a esta como el reconocimiento o desestimación del
derecho que invocan.- Estimamos que se quiere medios “normales” de terminación de los
juicios, se quiere sentencias, más que medios “anormales” de culminación de ellos.- La
transacción, la conciliación, el avenimiento, la solución de conflicto, la “probation”, etc., todas
figuras derivadas de la genial actividad que realizan nuestros Mediadores, tienen un alto grado
de aceptación; pues a pesar de integrar los medios “anormales” de culminación de los
procesos, no deja de intervenir activamente en ellas el Litigante, la Persona común.- Pero no
sucede lo mismo con la Caducidad de la Instancia, que produce sobre todo irritación y una
sensación de impotencia, pues el proceso concluye 7 por cuestiones que las personas
embolsan en el término despectivo de “leguleyos”.- Creemos que las personas comunes, los
Ciudadanos, quieren la declaración o reconocimiento del derecho, o directamente su
desestimación.- Nos parece que no conforma que en un expediente se invoque un derecho, y
el Juez nunca declare su reconocimiento o la desestimación de ese derecho; es decir, si no hay
sentencia en la que se de a cada uno lo suyo.- Creemos que es necesario a quien tenga un
derecho, se lo reconozca y se lo haga efectivo; y a quien no lo tenga, se le diga claramente los
motivos por los cuales el derecho que invocó no pudo ser reconocido.- Los pleitos culminados
por Caducidad de la Instancia no sólo no logran ese cometido, esa tranquilidad de ser
escuchados, sino que además se transforman en fuente de nuevos conflictos: el inicio de la
demanda nuevamente, el desencuentro con el profesional a quien se le reprocha la caducidad
de la instancia, etc.- Entonces, si los derechos deben ser tutelados, escuchados, y efectivos, me
parece que ellos no pueden perderse en esa maraña de argumentos incomprensibles para el
hombre común, que es el Instituto de la Caducidad de la Instancia, mucha más en su faz
“objetiva”.- Celebramos –concluyendo- la decisión de nuestro más Alto Tribunal de La Nación,
esperando que produzca efectos saludables en nuestra Provincia.- - Rodolfo Andrés Haddad -

Вам также может понравиться