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a Ilíada, el más antiguo lósofos” y se haya consolidado muchas maneras. Analicemos, claves del sentido. Como si la para decir esta oscuridad que
documento escrito de en la relación crítica de Platón entonces, las expresiones que a Ilíada no fuera un poema sino un envuelve la muerte: niebla que
la cultura griega, funda con Homero). lo largo del poema nombran a la documento arqueológico. se vierte sobre los ojos, negra
la literatura occidental y, sin El contexto de la Ilíada —una muerte y que, pese a su reitera- En un poema de masacres, nube de la muerte, que cubre,
embargo, no se concibe inicial- guerra interminable de conquis- ción, dejan ver tonos y matices la muer te se sobreentiende de modo que la oscuridad que
mente como obra literaria ni ta y venganza que enfrenta a los gracias a los cuales podemos cuando se habla del destino de cubre los ojos no puede ser otra
tampoco en su origen se gesta aqueos y a los troyanos— realza percibir no sólo cómo se recru- infausto nombre, que envuelve. que la definitiva.
como escritura. Su composición como tema capital el de la dece la guerra y se encarniza la Y compararla con el sueño es Ocurre también que el poe-
monumental, atribuida a un muerte, que no se presenta crueldad sino también cómo se ironía: dormir doblegado bajo la ma adjetive la muerte y le ponga
aedo o rapsoda ciego llamado entonces como muerte “natu- ahonda la visión homérica de pica. Entre lo tácito de la muerte un nombre conocido. Habla,
Homero (aunque algunos ven ral”, sino como muerte violenta todo aquello que el final de la y una de sus metáforas más entonces, de la vana tentativa
la necesidad de imaginar para en la batalla y, a partir de ahí, vida pone en juego. evidentes, el poema despliega por esquivar la negra ker, de la
tan hercúlea tarea el vigor de determina un conjunto de te- El análisis de los modos una diversidad de expresiones muerte purpúrea que arrebata,
una comunidad de homeros), mas concomitantes, como la múltiples de decir la muerte que encuentran su unidad en de alcanzar la muerte y la negra
procede de una larga tradición amistad, el valor de la vida, la nos lleva a preguntarnos, como la correlación de la vida y la ker por obra de un adversario,
oral y el poema resultante de la omnipresencia de los dioses y propósito central, por la concep- muerte. de las keres de la negra muerte
misma se consideró por mucho del destino, la relación con el ción propiamente homérica del Rara vez el poema nombra la como funestas guías. Llamar
tiempo como una especie de “más allá” y, por ende, con el término de la vida como límite muerte sin más. Los casos que negra a la muerte alude segu-
enciclopedia de todo saber. No cadáver y con los ritos funera- que determina la relación del más se acercan a una pura de- ramente a la ya mencionada
en vano se tuvo a Homero por rios que garanticen la paz de hombre con las dos caras de signación son los siguientes: la inhumación del cadáver. Lla-
el educador eminente de Grecia las sombras. la existencia y, por ende, su muerte que envuelve, el cumpli- marla purpúrea podría aludir a la
hasta tiempos de Platón. Decíamos que la Ilíada nos valoración tanto de lo que sabe miento de la muerte, la muerte sangre y, por ende, a la muerte
Gracias a su condición inau- enfrenta a los temas iniciales y de ella como de lo que ignora que cubre, la segadora muerte, violenta (de ahí el arrebatar) y
gural, la Ilíada nos sitúa ante a los primeros modos de decir o sólo presiente. La materia la muerte y el imperioso destino redunda, a fin de cuentas, en
los temas y los modos de decir del pensamiento occidental. En prima para la formulación de (que penden incluso sobre Aqui- el derramamiento de sangre
que han preocupado desde la formulación general del tema dicha pregunta la encontramos les), la muerte a la que llaman propio de la guerra.3
entonces al pensamiento, tanto nos referimos a la muerte como en la preocupación del poema los dioses. Pero incluso en tales En estas adjetivaciones me-
al literario como al filosófico a una especie de imán que atrae por el antifuneral, el funeral y casos se percibe la necesidad diante colores sombríos apare-
(no es casual que la filosofía las principales preocupaciones el Hades. de acompañar a la muerte de ce ya la muerte en compañía
haya surgido de la “antigua del hombre homérico. Pero la una acción opresiva (envolver, de la ker o las keres. Homero
discordia” entre “poetas” y “fi- muerte, como el ser, se dice de La muerte cubrir), violenta, masiva y anóni- habla con frecuencia de librarse
Las expresiones sobre la ma (ese segar que desparrama de la ker, las funestas keres, las
muerte que aparecen en la Ilía- la muerte), apremiante (ser pesadas keres de la muerte. Es
da1 proporcionan un punto de imperiosa) e inevitable (llamar). raro, en cambio, el caso en que
partida objetivo para tratar el Homero no se limita a hablar se habla de la ker que se acepta
tema propuesto. Forman parte de un término que se cumple, cuando Zeus quiera traerla,
Homero
tanto de la narración que hace sino que dicho cumplimiento porque ello es propio del vana-
el poeta como de los discursos presenta un carácter tal que no gloriarse de los guerreros de
que pronuncian los personajes. permite pensar, por ejemplo, mayor renombre, como Aquiles,
Van desde lo sensible hasta lo en un cobijo o en una túnica (ni quien se jacta de ese modo.
abstracto y algunas entrecruzan siquiera en una mortaja), sino Cuando el mismo Aquiles, en
estos rasgos. Son abundantes más bien en el cubrimiento el contexto de su valoración
la muerte y el Hades
y, en cierto modo, reiterativas, opaco de la tierra. de la vida como único bien no
pero sería apresurado redu- En este mismo sentido se ha- intercambiable, habla de sus
cirlas al propósito de facilitar bla de velo y velar, porque estas dobles keres (IX, 411) no debe
la memonzación del poema,2 palabras no hacen referencia ni asimilarse sin más el nombre
como si no dijeran nada en el mucho menos al raído juego de ker al término destino, sino, a la
plano del contenido y fueran velar y revelar. Así, se habla de inversa, pensar el cumplimiento
Natalia Guarín Hincapié simplemente intercambiables. la muerte como la tenebrosa del destino —en un caso, gloria
O como si la forma no tuviera noche que vela los ojos y que sin vida; en el otro, vida sin
nada que ver con el contenido. cubre con su velo. También gloria— como abominable, en
O como si no proporcionara las recurre Homero al “mal tiempo” el mismo sentido en que Zeus
revista UNIVERSIDAD 97
DE ANTIOQUIA
pone sobre su balanza áurea ante la crucial cuestión de la queda atrás cuando amenaza a “Que ninguno ahora, entreteni-
las dos keres de aqueos y tro- consumación de la muerte. su grey con estas palabras: do sobre los despojos, atrás /
yanos y el día fatal se inclina se quede, para llegar a las naves
inevitablemente para uno de El antifuneral ¡Atacad las naves y dejad los con más carga que nadie” (VI,
ensangrentados despojos!
los dos bandos: están en juego En el campo de batalla se 68-69). Se trata de incrementar
Al que yo vea en otro sitio que
destinos espantosos. Pese a la teme tanto por la vida como el botín de guerra, y no, todavía,
no sea junto a las naves,
“contradicción” textual (cf. I, por la muerte, pues el modo de allí mismo me las ingeniaré para del puro ensañarse con el cuer-
352), el sentido conserva su perder esta vida puede poner en matarlo, y quizá no le hagan po del vencido, como cuando,
fuerza: viejo (acaso del modo peligro la “otra vida”. El temor a partícipe del fuego tras la muerte tras la derrota de Héctor, no
que teme Príamo) o joven (como la errancia y al menoscabo del sus parientes y parientas, hay nadie que se presente y no
Patroclo), Aquiles será engullido alma tras la pérdida de la vida sino que los perros lo arrastra- “hiera” su cadáver (XXII, 371).
por la ker que le correspondió explica la intensa preocupación rán delante de nuestra ciudad Sin embargo, la toma del botín
al nacer (XXIII,78-81).4 del griego homérico por la suer- (XV, 347-351). —despojar al caído— es el acto
Si ya la adjetivación de las te del cuerpo, sobre todo si se que precede a la profanación del
La amenaza de Héctor mani-
keres como pesadas y funestas, tiene en cuenta que Homero no cadáver por los animales carro-
fiesta lo que permanecía velado
como algo de lo que guerreros y trata esto en un plano teórico ñeros e, incluso, si el furor así
en la amenaza de Agamenón,
héroes tratan de librarse, puede ni en un presente gnómico sino lo dictamina, por los “animales
que ser presa de los anima-
hacer pensar en una muerte en el tiempo de la guerra (y de racionales”.
les carroñeros implica verse
nada feliz, su caracterización guerra tan prolongada como La amenaza del antifuneral
privado del duelo familiar, de
como criaturas monstruosas no la que da lugar a la Ilíada). El la profieren los reyes, o bien
la purificación por el fuego y,
deja duda de que el temor a la temor a la muerte se encarna, aquellos en los que sustentan su
en general, del funeral, que
muerte violenta invade el esce- entonces, no sólo en la preocu- autoridad. Vemos así a Poseidón,
representa tanto honra como
nario de la guerra, así como sus pación por el cadáver, es decir, bajo la figura de Toante, advertir
condición de ingreso al reino
inclinaciones gastronómicas por el trato que éste reciba de a Idomeneo: “Que ya no regrese
de Hades.
por los agonizantes son indicio los guerreros enemigos, por de Troya y aquí mismo / se con-
Pero en las palabras de Héc-
de la presencia constante en su exposición a los carroñeros vierta en juguete de los perros
tor hay algo más. Tras amenazar
dicho escenario del temor a la y por el cumplimiento de los aquel hombre / que en el día de
con la muerte a sus propios Yo no ultrajaré tu terrorífica acatamiento a la usanza de la
negación del funeral. Las keres rituales funerarios conducentes hoy deje de combatir por volun-
hombres (“me las ingeniaré persona en caso de que Zeus cremación. Y, sobre todo, es el
pertenecen de suyo al escudo a su entrada definitiva al Hades, tad propia” (XIII, 232-234).
para matarlo”), trae a sus men- me conceda la fortaleza y yo único que evidencia la impor-
heráldico de la guerra, al de sino también en el cuidado de El temor del antifuneral es
tes la amenaza de la profanación logre quitarte la vida, tancia del papel que desempeña
Aquiles, como también, en He- la integridad del cuerpo vivo en más patente, sin embargo,
(“los perros lo arrastrarán”) sino que, tras despojarte de las
la comunidad en el duelo, cuya
síodo, al de Hércules.5 cuanto cuerpo combatiente. en el enfrentamiento entre
para impedir que se entreguen ilustres armas, Aquiles,
Expresiones como: el aban- La acción que se opone al guerreros que se encuentran ausencia la hiere de manera
ellos mismos, a destiempo, a devolveré tu cadáver a los aqueos.
dono del ánimo, exhalar el debido trato para con el cadáver en relativa igualdad de poder y Haz tú también lo mismo.
imposible de cicatrizar.7 Todo
la profanación de los enemigos esto no deja de ser irónico (en
ánimo, arrebatar el ánimo dulce es el antifuneral. A él se recurre de condiciones. Héctor intenta
(“¡dejad los ensangrentados el sentido en que se habla de
como la miel, el ánimo que en la guerra para amenazar disuadir del duelo a Áyax con Aquiles le replica: “¡Héctor!
despojos!”) y de ese modo des- la ironía de las cosas o de la
abandona los huesos, vida que incluso a los guerreros del estas elocuentes palabras: “Y tú ¡No me hables, maldito, de pac-
cuiden el combate, sin el que vida o del destino). Aquel que
se desmaya, colmar el hado de propio bando, situación en la morirás entre ellos [los demás tos!” (XXII, 256-261). Cuando
ciertamente no habría muertos tanto se preocupa por la debida
la vida, vida que se precipita por que está de por medio la re- argivos], si osas / oponerte a mi Héctor agoniza, la propuesta
que despojar. Con la sabiduría cremación, es el defensor de la
la llaga abierta, el término de la lación de poder. Así, los reyes gran lanza, que te desgarrará cede su lugar a la súplica:
que proporcionan los años, Nés- ciudad que pronto será toda ella
vida, que cubre ojos y narices, que comandan el ejército se la delicada piel, / y saciarás a
tor arengaba así a sus gentes: ¡Te lo suplico por tu vida, tus una pira sin honras fúnebres.
aliento vital que sale volando, valen del temor que inspira el los perros y a las aves de presa
“Matemos a los hombres y des- rodillas y tus padres! La negación del funeral vale
hablan de aquello a lo que la antifuneral para mover a sus de los troyanos / de grasa y de
pués con tranquilidad también / No dejes a los perros devorarme
tanto para el individuo como
muerte pone fin. El temor a subordinados al combate, como carne ...” (XIII, 829-832).
podréis despojar por la llanura junto a las naves de los aqueos;
morir, que atraviesa el cuerpo hace Agamenón cuando arenga Esta situación tiene su mo- para la totalidad del bando con-
los cuerpos de los muertos” (VI, ... y devuelve mi cuerpo a casa,
del poema, es el temor a per- de este modo a sus huestes: “Al mento de mayor tensión en el para que al morir del fuego trario, aunque en la Ilíada prima
70-71). Es la famosa sabiduría la amenaza individual que se
der la dulce vida. Afirmar esto que yo vea que por su voluntad duelo entre Héctor y Aquiles. El me hagan partícipe los troyanos
práctica de hacer cada cosa en profiere en los grandes duelos
sería una trivialidad si no fuera lejos de la lucha / trata de que- primero se apresura a proponer y las esposas de los troyanos
el momento y lugar justos. El entre las figuras de renombre,
porque el trasfondo del temor darse junto a las corvas naves, un pacto que, si bien permite (XXII, 338-343).6
argumento de la tranquilidad es o bien entre una de éstas y un
a morir es el temor a no morir. no habrá para él / medio de el despojo, reclama el respeto
seguramente decisivo. Héctor es el único guerrero guerrero cualquiera. Así, Ulises
Como vemos a continuación, librarse de los perros y de las por el cuerpo del vencido; el
El comienzo de la arenga que propone pactos de respeto dice a Soco:
no estamos ante una paradoja aves de rapiña” (II, 391-393). segundo, no quiere saber nada
de Néstor muestra el tipo de al cadáver del vencido y de
del pueril ingenio humano, sino En el otro bando, Héctor no se de tales pactos. Héctor le dice:
despojamiento del que se trata: