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Los Caracteres y
Contenido del
Derecho del
Trabajo
Sol
18-2-2019
Índice.
En cuanto a sus
caracteres
Como derecho de clase -------------------------------------------------------------- p. 2
Como derecho
proteccionista de la
clase trabajadora. -------------------------------------------------------------- p. 3
Como derecho
expansivo y
programático. -------------------------------------------------------------- p. 3
Como derecho
inconcluso e imperativo. -------------------------------------------------------------- p. 4
Respecto de su
contenido
El carácter unitario del
derecho del trabajo. La
división en partes del
derecho del trabajo. -------------------------------------------------------------- p. 5
El núcleo del derecho
del trabajo. La envoltura
protectora del derecho
del trabajo. -------------------------------------------------------------- p. 6
Conclusiones. -------------------------------------------------------------- p. 7
Bibliografía. -------------------------------------------------------------- p. 9
1
En cuanto a sus caracteres.
Mario de la Cueva, en su obra “El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo”1, explica
que el derecho laboral no es tanto una protección como es una admisión del Estado
para con las demandas inherentes de la clase trabajadora; en otras palabras, no se
trata de una concesión por parte del Estado frente a un proletariado débil y
desprotegido, sino de un mecanismo jurídico para agilizar el tratamiento de las
demandas de una fuerza opuesta a la superestructura de la burguesía.
Esto, teniendo en cuenta el panorama histórico de los inicios del Derecho Laboral,
es una relación parcialmente cierta. Se debe analizar la influencia estadunidense en
las revoluciones latinoamericanas: mientras que el menchevismo y
socialdemocracia de la revolución de octubre fueron avasallados por el bolchevismo
arquitecto de la URSS, en México las distintas corrientes no fueron unidas
sólidamente por el liberalismo de Madero, y después de varias pugnas internas, se
terminó por consolidar un desabrido Estado del bienestar similar al estadunidense.
1
De la Cueva, M. (2009). El nuevo derecho mexicano del trabajo (22ª ed.). Ciudad de México, México: Porrúa.
2
prohibición a la más grande crítica marxista hacia la plusvalía y la mercantilización
del trabajo y los trabajadores.
Sin embargo, a lo largo de la mitad del siglo XX el derecho laboral se alejó de las
insinuaciones socialistas en sus inicios, para consolidarse en la política del Estado
de bienestar en concordancia con la estadunidense. Fue así como se concibió la
mayor parte de los paradigmas mexicanos del derecho del trabajo: la antigüedad,
las cotizaciones y, sobre todo, las prestaciones – en otras palabras, la seguridad
social.
2
Maquiavelo, N. (s.f.). El Príncipe (Ed. rev.). Madrid, España: Luarna Ediciones.
3
dentro de teorías generales y movimientos sociales, esto con el fin de evitar la
exclusión y la discriminación disfrazadas de cambio3. Pero de una forma lamentable,
y más bien predecible, distintos órdenes burgueses terminaron apropiando el
interseccionalismo: modernamente, se utiliza tanto de una manera defensiva al
interior del statu quo (facilitando la inclusión dentro del modelo, y el consecuente
sentido de pertenencia, de distintos grupos explotados masivamente por el mismo)
como ofensiva (creando segregación entre diferentes corrientes opuestas a este
mediante la priorización de políticas inclusivas o de identidad).
3
Crenshaw, K. (1989). Demarginalizing the Intersection of Race and Sex: A Black Feminist Critique of Antidiscrimination
Doctrine, Feminist Theory and Antiracist Politics.. University of Chicago Legal Forum., 1(8), 139–167.
4
Op. Cit. p. 89
4
Respecto de su contenido.
El carácter unitario del derecho del trabajo. La división en partes del derecho
del trabajo.
La apelación del Derecho del Trabajo como “unitario” (es decir, “único”) parece
contraponerse a una división del mismo, puesto que, lógicamente, aquello que es
un solo no puede tener partes distintas del mismo. Sin embargo, hay que aclarar
que ambas clasificaciones responden a diferentes criterios y perspectivas del
derecho laboral.
Mario de la Cueva, uno de los autores más citados y reconocidos dentro del Derecho
del Trabajo mexicano, indica que la característica que vuelve al derecho del trabajo
“unitario” es de índole teleológica, además de obedecer a sus orígenes 5. Así, el
origen del derecho laboral ha sido el expuesto previamente – la demanda de
distintos sectores del proletariado para obtener condiciones más dignas de vida – y
su finalidad es, precisamente, el satisfacer y proporcionar los derechos básicos de
los trabajadores para mejorar su vida laboral. Esta origen y propósito idéntico es lo
que hace que el Derecho del Trabajo comparta las mismas características básicas
sin importar sus ramas, y, por tanto, lo vuelve unitario.
Por otra parte, se suele dividir al derecho laboral en función de sus desempeños
procesales para facilitar tanto su administración por burócratas como para
ejemplificarse mejor dentro de la doctrina jurídica relativa al proceso. De esa forma,
se encuentra la división entre el titular Derecho Individual del Trabajo y el Derecho
Colectivo del Trabajo, que como sus nombres infieren, se relacionan con la
personalidad laboral de un trabajador individual, o colectiva por medio de sus
sindicatos y representantes.
5
Op. Cit. p. 91 - 97
5
El núcleo del derecho del trabajo. La envoltura protectora del derecho del
trabajo.
Imre Lakatos, filósofo húngaro del siglo XX, conceptualizó un proceso de cambio de
paradigma distinto al de Thomas Kuhn y al de Karl Popper. Según su teoría, en todo
paradigma existía un núcleo de ideas fundamentales, rodeado por un cinturón de
ideas accesorias que lo protegían del cambio. Por ejemplo, en el núcleo del
paradigma de la Tierra Plana se encuentra la creencia fundamental en la misma,
mientras que su cinturón consistía de creencias relacionadas que le daban
credibilidad a esta, como, por ejemplo, la bóveda solar fija. Al paulatinamente
destruir las creencias de este cinturón se debilitada el paradigma en general, hasta
que eventualmente se destruía el núcleo y se adoptaba un paradigma distinto.
6
Conclusiones.
Sin embargo, no se debe ver a la historia del Derecho del Trabajo como una
expresión tibia de revolución proveniente de la pequeña burguesía socialdemócrata.
Los inicios del derecho laboral se encuentran firmemente cimentados en la
revolución. Al escribir la Constitución de 1917, existía un panorama real en el que
la posibilidad de terminar con el antiguo Estado capitalista parecía más presente
que nunca. Incluso después del fracaso político del socialismo en México, posterior
a las distintas intervenciones latinoamericanas, parecía todavía real el poder
aferrarse a un esquema de justicia social cercano a la mitad del siglo XX – como se
puede recordar, Mario de la Cueva publicó algunas de sus obras más influyentes en
la época inmediata posterior al cardenismo. Sin embargo, la lenta pero segura
degradación de la Unión Soviética (el gran enemigo “socialista” al capitalismo de
primer mundo) significó, a su vez, que no había una necesidad continua de
mantener la ilusión de justicia social – la revolución socialista masiva ya no era una
amenaza, y el control estadunidense sobre Latinoamérica era bastante fácil de
mantener. De esta forma, el neoliberalismo lentamente fue erosionando el Estado
de bienestar remanente del New Deal, y consecuentemente, las aparentes
ganancias del proletariado cimentadas al inicio del siglo XX. De esta forma es como
llegamos al estado mundial actual, en el que una vez más, el mundo parece
retroceder (o, mejor dicho, imitar) las condiciones sociales que dieron origen a los
7
grandes movimientos revolucionarios del siglo XIX y XX. Esto, de nuevo, es el
ejemplo arquetípico de la incompatibilidad del Estado oligarca con cualquier certeza
de Justicia, o de bienestar proletario. De una manera similar a la fábula del
escorpión y la rana, aquello que está determinado por su naturaleza, jamás puede
cambiar. El confiar a la buena voluntad de los oligarcas el mantener las condiciones
propias para la justicia social es inocente, pero peligroso.
Puede que existan divisiones perniciosas entre las corrientes sociales que impiden
cualquier tipo de coherencia con una manera de actuar, pero ello no debe ser
disuasivo para llevarlo a cabo. La Justicia legitima todo proceder, y, por tanto, los
dos elementos únicos a considerar son más bien simples: la pureza de la Justicia
en el sistema, y la efectividad del sistema para perpetuarse.
8
Bibliografía.