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ENSAYO SOBRE:

EL ORIGEN
BIOLÓGICO DEL
ALTRUISMO
Ética de la práctica docente

Presenta: García Galván Yedith

14 de Junio de 2013.
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EL ORIGEN BIOLÓGICO DEL ALTRUISMO


Con la reciente ola de información que recibimos cada día de los diferentes medios de
comunicación, es común encontrar diversas noticias relacionadas con la filantropía (un
tipo de altruismo), realizadas por personajes millonarios como Carlos Slim Helú, frases
como:
"Carlos Slim es uno de los filántropos más importantes del mundo de cuya actividad altruista
la mayoría de la gente nunca ha oído hablar. Tiene acciones en más de 200 empresas que
emplean... En su natal México, él personalmente ha apoyado a miles de jóvenes…
Recientemente creó el Instituto Carso para la Salud… Tiene listas inversiones… para
promover la educación y la salud, y mayores desafíos, y recientemente anunció una inversión
adicional… en varios programas, incluyendo su Fundación Telmex"1

nos dan una muestra de la gran cantidad de recursos que tienen y lo que de alguna
manera regalan, retribuyen o donan a un sector de la sociedad. En este caso este tipo de
filantropía claramente revela un interés solidario pero egoísta denominado hipocresía
filantrópica2 haciendo alarde de un acto generoso pero con tintes de protección de la
reputación o imagen ante los demás.
Es así como comienza este escrito donde el altruismo cobra protagonismo, como un
acto de "ayuda a los demás" que parece ser meramente humano, como un medio de
autoreconocimiento es decir "sentirse bien con uno mismo" o como reconocimiento
social e incluso como una forma más, de pagar impuestos.
Pero en este caso esta acción se visualiza como una conducta negativa o egoísta, pero
¿realmente tiene este objetivo el altruismo?, ¿qué significa ser altruista?, ¿el altruismo
es una acción egoísta?, ¿cómo surge o que origen tiene? y ¿es exclusivo de los seres
humanos?
El altruismo es considerado una disposición humana, manifestada a través del
comportamiento donde los individuos actúan a favor de sus semejantes sin obtener
gratificación alguna.3 Hablamos de un hecho desinteresado en favor de los demás, pero
entonces retomando el ejemplo anterior de la hipocresía filantrópica, nos damos cuenta
de un cambio del objetivo natural del altruismo, una transformación que obedece a un
proceso cultural y social que de alguna manera ha ido desfigurando un valor moral, que
ha existido siempre y que ha sido la contraparte de diversas concepciones
individualistas y de egoísmo.
El altruismo ha ido adquiriendo relevancia y de alguna manera se le ha dado distintos
enfoques, como el filosófico, psicológico y sociológico, sin embargo todos convergen
en un solo origen el biológico o evolutivo. De hecho la perspectiva que adopta el
altruismo, desde el punto de vista psicológico, social y filosófico se orienta más a la
estructura sociocultural del ser humano, pero su origen está vinculado a la
supervivencia, reproducción y cooperación entre especies pertenecientes al grupo de
animales, plantas, protistas, hongos y bacterias que tienden a agruparse y trabajar en
conjunto.

1 Página en red: http://www.carlosslim.com/responsabilidad.html


2 Meléndez, 2013. El cerebro y nuestro comportamiento altruista. Periódico Diagonal. En:
https://www.diagonalperiodico.net/saberes/cerebro-y-nuestro-comportamiento-altruista.html
3 Faerna A. s/a. Altruismo. En: http://pendientedemigracion.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/A/altruismo.pdf
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En el contexto psicológico podemos tomar al altruismo como una acción, donde un


individuo ayuda de manera voluntaria e intencional a otro, sin recibir ningún beneficio
externo como el monetario o un reconocimiento, este acto está acompañado por una
motivación como puede ser la empatía. Es por esto que nuestro primer ejemplo de la
filantropía, quedaría fuera al igual que algunos actos como el hedonismo4, donde un
sujeto busca ayudar a otro por puro placer5, lo cual lo convierte en un acto meramente
egoísta, donde el individuo busca la satisfacción o el placer propio.
El aspecto filosófico esta determinado, por la moral, por ello en este caso, sólo podemos
tomar en cuenta al ser humano como actor principal, ya que la intención que este tenga
al practicar el altruismo, está regida por la cultura, además de que construimos una gran
cantidad de redes sociales. Sin embargo, aunque muchos animales cooperan en grandes
grupos, la conducta cooperativa humana sobresale ya que es la única que se produce en
sociedades compuestas por muchos individuos no emparentados6.
Los actos altruistas que se pueden observar en una sociedad pueden ser desde los
generosos de manera desinteresada o aquellos en los que se espera una gratificación
como el "si tú me ayudas, yo te ayudo", que nace como un altruismo recíproco, el cual
puede adoptar tintes egoístas, porque el objetivo es la conveniencia propia, no la del
otro.
Esta conducta altruista ha existido incluso desde los primeros seres humanos que
habitaron la tierra, la diferencia en este caso radica en que sólo se concentraba la ayuda
entre individuos emparentados y grupos pequeños. Pero que con el paso de los años y el
incremento de la población humana, aunado a la formación de redes sociales más
complejas, se vio una transformación cultural donde en cada continente, país, región e
inclusive familia se adoptaron, una serie de creencias, actitudes y valores que de alguna
manera reprodujeron los individuos, cambiando en éstos sus acciones y toma de
decisiones.
Este comportamiento moldeado por la cuestión cultural y social, favorece a que algunas
personas elijan a quien deben ayudar o también a definir aquello que es importante y
valioso para éstas. Por ejemplo: si en el salón de Ana que es amiga de Sofía, quienes
trabajan muy bien en equipo con Karla, se ayudan y estudian juntas, hay un niño que se
llama Pedro, quien no trabaja en clase, copia en los exámenes y saca buenas
calificaciones. Por algún motivo Pedro, le pide prestado sus apuntes a Ana, está última
no accede a prestárselos porque Sofía le señala que no, ya que es un niño tramposo,
entonces en el grupo se va creando el rumor de que Pedro es un tramposo, este ejemplo
lo podemos clasificar como un asunto de discriminación del altruismo6, donde Sofía
establece la ayuda que Ana, pueda brindar a sus compañeros de clase. Es posible
también señalar que este comportamiento está determinado por el castigo, a partir de
ello surge entonces el concepto de "castigo altruista", donde individuos cooperadores
como Sofía, castigan a los tramposos, que de alguna manera quieren sacar provecho de
los cooperadores como Ana. No obstante surge una pregunta ¿todos los compañeros de
Pedro lo castigarían?, es decir dejarían de ser cooperadores con él. La respuesta es no,

4 En: http://lema.rae.es/drae/srv/search?key=hedonismo
5 Sober E. Sloan D. y López C. 2000. El comportamiento altruista: evolución y psicología. Editorial siglo XXI. Madrid, España. 327 p.
6
Hinde R.A., Groebel J. 1991. Cooperación y conducta prosocial. Visor Distribuciones. Madrid, España. 393 p.
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de hecho es posible que sus compañeros más cercanos u otros no tan allegados, no lo
hagan, pero ¿por qué? existen indicios de que el castigo altruista puede estar relacionado
por fuertes emociones negativas que los tramposos provocan en los cooperadores6.
Por otro lado, si sabemos que nuestro cerebro es el que provoca y controla este tipo de
emociones y comportamientos, entonces el altruismo y el castigo altruista son parte de
este tipo de eventos. Hay pruebas que señalan que cuando se actúa de manera altruista,
se activan áreas del cerebro como la unión temporoparietal, asociadas a las recompensas
personales, es decir el ser altruistas nos hace sentir bien, sin recibir una recompensa
exterior, de hecho también se dice que este tipo de personas tienen el área del
hemisferio derecho del cerebro más grande, que aquellas que no son altruistas7.
Ambos contextos antes mencionados emergen de un marco social, establecido en una
sociedad humana que busca ante todo, que las personas realicen actos para hacer el bien
a otros, tomando como base las acciones filantrópicas como las que se señalaban en un
principio.
Hasta ahora sólo hemos mencionado al ser humano como exclusivo ejecutor del
altruismo, pero en verdad es así es decir la cooperación es exclusiva del ser humano, en
realidad no, ya que al ser nosotros parte del reino animal, es imprescindible hablar de
otros grupos como: cuando cuatro leonas acechan y matan conjuntamente a un búfalo y
luego defienden juntas el cadáver de la presa de una manada rival o un cocodrilo que
abre su boca para dejar que un chorlito picotee entre sus dientes en busca de
fragmentos de comida. Ejemplos como este existen muchos en el mundo animal, como
los insectos sociales entre los que destacan: abejas, hormigas, termitas6, etc., pero la
cooperación no se limita a estos organismos también hay ejemplos de altruismo en
bacterias, las cuales se consideran muy solidarias ya que algunos experimentos revelan,
que cuando una bacteria consigue desarrollar resistencia a un antibiótico, transmite esa
capacidad a su descendencia y se sacrifica para mejorar las posibilidades de
supervivencia de las más débiles del grupo. 8 Incluso protozoarios parásitos como
Giardia intestinalis, benefician a pequeñas poblaciones ante condiciones adversas,
como la deficiencia de nutrientes o la presencia de un agente tóxico o un fármaco, e
incluso evitan la sobrepoblación de parásitos, en beneficio de la población9.
Esto se diferencia claramente del altruismo social propiamente humano, ya que en este
caso aunque los organismos ya mencionados son ejemplo de un actuar o favorecer a
otro, con fines de supervivencia y/o reproducción, lo cierto es que en este caso no hay
una intencionalidad consiente 10 y si esta intención existiera sería en gran medida
desconocida. Entonces esta afirmación de no haber una intención como tal puede ser
cierta en organismos como bacterias que no poseen una capacidad cognoscitiva como la
del ser humano, e incluso en mi opinión su altruismo no puede ser egoísta.
7
Meléndez, 2013. El cerebro y nuestro comportamiento altruista. Periódico Diagonal. En:
https://www.diagonalperiodico.net/saberes/cerebro-y-nuestro-comportamiento-altruista.html
8
Sanz E. 2010. Las bacterias también son solidarias
En: http://www.muyinteresante.es/salud/articulo/las-bacterias-tambien-son-solidarias
9
Hernández P. C., Chaparro J., Velandia M. L., Álvarez W. A. y M. P. Pérez. 2012. Muerte celular programada en protozoarios: el
caso de Giardia intestinalis. Revista Salud Bosque. Bogotá, Colombia. Vol. 2 No. 1. 25-33 pp.
10
Ruse M. 2005. Altruismo: una perspectiva naturalista darwiniana. Saga. Revista de los estudiantes de filosofía. No. 10. 95-110
pp.
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Ahora bien la supervivencia y el garantizar la continuidad de la especie, es parte de la


Teoría de la Selección Natural, propuesta por Charles Darwin, sin embargo problemas
como la competencia por el alimento o para reproducirse, podrían afectar la
supervivencia de los organismos, pero ante las adversidades habrá muchos que
sobrevivan por ser más aptos, lo cual conlleva a que transmita sus características a las
siguientes generaciones. Sin embargo para que esto suceda también los individuos
deben trabajar y ayudarse entre sí favoreciendo de alguna manera su supervivencia.
Esta teoría dio pauta a que surgieran un sin número de trabajos que explicaban esta
ayuda o altruismo entre organismos con el fin de sobrevivir. Destacan aquellos donde
sólo se es altruista, con organismos emparentados, también se menciona el altruismo
recíproco, el castigo altruista, entre otros, que fueron mencionados anteriormente.
Por otra parte el ser humano es considerado un ser biopsicosocial, nuestra naturaleza
parte de una base biológica, social y cultural. Por ello siempre o la mayoría de las veces
necesitamos de los demás para interactuar y sentirnos bien, incluso también formamos
redes sociales ligadas con nuestra vida laboral, académica, familiar y social, las cuales
funcionan gracias a la cooperación de los miembros de éstas, aunque a veces nuestros
actos parezcan individualistas, el fin siempre es el bien de todos. Pero ¿a qué se debe
que seamos seres sociales? la base de esta cooperación o altruismo es un origen
completamente biológico, que si bien ha ido cambiando a lo largo del tiempo, conserva
una esencia, la Selección Natural de la cual deriva nuestro comportamiento social, que
tiene como fin nuestra sobrevivencia y aunque se favorezca a toda la población o
sociedad por medio del trabajo en conjunto, el beneficio es individual.
Es importante señalar que el altruismo humano nos ha dado grandes ventajas y también
ha sido exitoso, Ruse (2005) señala que el éxito de éste, radica en que los humanos
tenemos incorporada una manera innata o una capacidad para trabajar juntos
socialmente, capacidad que sigue un sentido moral y se manifiesta como un altruismo
genuino.
Ejemplificando este enunciado, tomaré el caso de una perrita que es adoptada por una
familia, en la cual hay un niño pequeño, el cual puede por alguna circunstancia estar en
peligro de ser atropellado por un motociclista, de inmediato la perrita al notar el riesgo
que tiene el pequeño, reacciona empujando al niño siendo atropellada esta última, por el
conductor de la motocicleta. En este caso es notable la acción de hecho debería actuar
de manera instintiva en nosotros, la cual adquiriría un sentido genuino denominado
altruismo verdadero. Altruismo que nos mueve a hacer el bien por los demás en el caso
de la perrita, hay que señalar que fue motivada por instinto, ya que el niño no era parte
de su progenie, pero es precisamente este rasgo que en animales es muy notable.
Si bien la constante transformación de nuestra sociedad ha inducido a que la
cooperación este basada en normas morales y códigos éticos, y que esto debe de
cumplirse para no recibir un castigo, esto nos convierte en seres humanos
desumanizados, pero no por eso faltos de razón, por ello es importante señalar que ante
situaciones negativas como la hipocresía filantrópica, el hedonismo y egoísmo, el
altruismo está presente ya que somos consientes, de que nos movemos en un sentido
hacia el bien y la felicidad según lo señala el pensamiento aristotélico del razonamiento.
Pero que nos guía en este sentido, pues la Selección Natural, que de alguna manera nos
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programa para trabajar en conjunto, para hacer el bien, que como lo señala la ley moral
de Kant se cumple por medio de la razón y cuando conocemos los principios morales,
fundamentados en la ética y con los valores que nos inculcan.
A diferencia de la perrita, las bacterias, las leonas o el cocodrilo, nosotros sabemos a
partir de estos valores si lo que hacemos está bien o mal, nos ayuda a saber si Ana hizo
bien en no prestar sus apuntes a Pedro e incluso le da el libre albedrio para elegir si hará
lo que dice Sofía o no.
Incluso también podemos hablar de que esta base moral permite saber a Carlos Slim si
lo que hace es realmente un acto altruista genuino o es un acto para aparentar ser una
buena persona y no se le encasille como un rico egoísta, por los demás.
Es así que podemos concluir que el altruismo es un acto de origen biológico, que surge
a partir de que hubo vida en la Tierra, asimismo se le puede señalar como un
programador que nos mueve hacia el trabajo en conjunto, que nos beneficia a nivel
individual y que además tiene el fin de mantener la vida en el planeta.
Por ello es importante que nuestra sociedad este sustentada en perseguir siempre el bien,
ya que esto se verá reflejado en una mejor calidad de vida, así como permitirnos dejar lo
mejor de nosotros a las futuras generaciones.
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Referencias

Faerna A. s/a. Altruismo. Consultado el 4 de Mayo de 2013. Tomado de:


http://pendientedemigracion.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/A/altruismo.pdf

Hernández P. C., Chaparro J., Velandia M. L., Álvarez W. A. y M. P. Pérez. 2012.


Muerte celular programada en protozoarios: el caso de Giardia intestinalis.
Revista Salud Bosque. Bogotá, Colombia. Vol. 2 No. 1. 25-33 pp.

Hinde R.A., Groebel J. 1991. Cooperación y conducta prosocial. Visor Distribuciones.


Madrid, España. 393 p.

Meléndez, 2013. El cerebro y nuestro comportamiento altruista. Periódico Diagonal.


Consultado el 4 de Mayo de 2013. Tomado de::
https://www.diagonalperiodico.net/saberes/cerebro-y-nuestro-comportamiento-
altruista.html

Ruse M. 2005. Altruismo: una perspectiva naturalista darwiniana. Saga. Revista de los
estudiantes de filosofía. No. 10. 95-110 pp.

Sanz E. 2010. Las bacterias también son solidarias


Consultado el 1 de Junio de 2013. Tomado de:
http://www.muyinteresante.es/salud/articulo/las-bacterias-tambien-son-solidarias

Sober E. Sloan D. y López C. 2000. El comportamiento altruista: evolución y


psicología. Editorial siglo XXI. Madrid, España. 327 p.

Páginas consultadas el 11 de Mayo de 2013. Tomadas de:


Página en red: http://lema.rae.es/drae/srv/search?key=hedonismo
Página en red: http://www.carlosslim.com/responsabilidad.html

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