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SECCIÓN MAESTRÍA
MENCION PROBLEMAS DE APRENDIZAJE
EPISTEMOLOGIA
ENSAYO
Código : 20182621
Lima-Perú
2018
Ensayo sobre el conocimiento del a priori
Resumen
El presente trabajo pretende establecer los conceptos del a priori, pieza principal del
kantismo, pues para Kant, el conocimiento puro a priori es un hecho, un hecho tanto de
la razón teórica como de la practica misma donde se concreta la moral en las acciones.
Como este concepto a priori dio como consecuencia la aparición de la noción de lo
trascendental, así el uso de este concepto en las diferentes ciencias hasta el día de hoy.
Este trabajo analizara el marco de las definiciones claves acerca del conocimiento a
priori y sus repercusiones en las ciencias. Este ensayo abarcara la introducción y tres
capítulos, se establecerá el marco definicional de los conceptos claves a través de Kant
y otros autores, incluyendo nuestra propia comprensión del tema en el primer capítulo,
en el segundo se verá la repercusión de este conocimiento en las ciencias de hoy y
finalmente en el tercer capitulo un breve resumen de los puntos vulnerables de este
concepto.
The present work aims to establish the concepts of a priori, the main piece of
Kantianism, because for Kant, a priori pure knowledge is a fact, a fact of both
theoretical reason and practice itself where morality is specified in actions. As
this a priori concept resulted in the emergence of the notion of the
transcendental, so the use of this concept in different sciences to this day. This
paper will analyze the framework of the key definitions of a priori knowledge and
its repercussions in the sciences. This essay will cover the introduction and
three chapters, the definitional framework of the key concepts will be
established through Kant and other authors, including our own understanding of
the subject in the first chapter, in the second we will see the repercussion of this
knowledge in the sciences today and finally in the third chapter a brief summary
of the vulnerable points of this concept.
Introducción
La noción de a priori es un punto principal de la obra de Kant, este conocimiento trata
de constatar la realidad de la razón, siendo la metafísica la que establezca las
condiciones de validez de todo conocimiento, libre de toda experiencia y de todo lo
empírico. Kant (citado por Roig,1981) introduce aquí la noción de trascendental, “la
diferencia entre lo empírico y lo trascendental solo corresponde, a la crítica del
conocimiento”, pero Ribas (citado por Roig, 1981, p.287) refiere que no todo
“conocimiento a priori debe llamarse trascendental… sino aquellas representaciones
(intuiciones y conceptos) que son empleadas puramente a priori y cómo lo son”.
Trascendental califica al conocimiento del carácter a priori del a priori mismo, es decir
la reflexión sobre la naturaleza (origen y función), el uso del a priori. Es así que toda
representación trascendental es todo conocimiento que no tenga un origen empírico y
que se refieran a priori a objetos de la experiencia.
Kant (citado por Roig,1981) nos dice que conocimiento A priori es absolutamente
independiente de toda experiencia, se opone al conocimiento empírico. Es conocimiento
a priori puede ser puro, aquellos en los que no se ha añadido nada empírico.
Este conocimiento estaría fundamentado en la razón misma, Roig (1981) dice para
Kant, si bien es cierto el conocimiento parte de la experiencia, esta llega a ser
conocimiento porque existe el conocimiento a priori, la experiencia activa lo a priori
(universal y necesario) y se funda el conocimiento, Critica de la Razón Práctica.
Ahora toda ciencia teórica de la razón, está constituida por todo conocimiento
construido en la razón y que mediante la experiencia se verifica. Las matemáticas puras
y la física teórica son ciencias infalibles. Pues las proposiciones propiamente
matemáticas son siempre juicios a priori y no empíricos, no son empíricos.
Capítulo I.
Conceptos claves sobre el conocimiento del a priori.
He aquí una tesis básica de Kant: «No hay duda de que todo nuestro conocimiento
comienza por la experiencia. […] Pero aunque todo nuestro conocimiento comience con
la experiencia, no por eso surge todo él de la experiencia» (Ramírez, 2009, p.123).
1) Empíricos, cuando una sensación (que presupone la presencia efectiva del objeto)
está allí contenida.
Los elementos a priori pertenecen a la estructura del sujeto cognoscente y hacen posible
el conocimiento y la experiencia misma en cuanto experiencia con validez universal. El
conocimiento que muestra esta posibilitación es denominado por Kant como
trascendental.
Construir el fenómeno a partir de caos de impresiones. Kant mantuvo que, sin las
impresiones, las formas y categorías permanecerían "vacías" (Roig, 1981).
Por lo tanto, para Kant, existen dos formas de las ideas o conceptos. Una forma es
independiente del aprendizaje, de la experiencia. Es una forma de conocimiento innata y
que procede del ejercicio de la razón pura sin mezclarla con observaciones
experimentales. Cita dos conceptos físicos como ejemplos de conceptos a priori: el
espacio y el tiempo. Según Kant, todos entendemos qué es el espacio, el contenedor
donde ocurren las cosas. Lo mismo ocurre con el tiempo, que permite definir la
simultaneidad o no de dos sucesos (Ramírez, 2009).
Según Kant (citado por Ramirez, 2009,p.325), “La solidez de las matemáticas se basa
en definiciones, axiomas y demostraciones”.
La lógica de Port Royal había establecido como uno de sus principios fundamentales la
distinción entre definitio nomini y definitio rei (definición de nombre y definición de
cosa).
Una definición de nombre asigna de manera arbitraria a un sonido dado la idea que uno
quiere significar. Esto puede proceder, o bien, construyendo nuevas palabras y
asignándoles el significado que deseamos; o bien tomando viejas palabras y
modificando, de manera convencional, su significado. La definición de cosa, en cambio,
no despoja a un signo dado de su significado ordinario, en el cual se supone que otras
ideas son contenidas, sino que la asignación de ulteriores predicados a dicha definición
debe ser consistente con lo ya explicitado. La diferencia más importante entre ambos
tipos de definiciones radica en que mientras la definición de nombre es arbitraria por
completo y no se hace suposición alguna acerca de la realidad del objeto definido, la
definición de cosa “no depende de nosotros sino de lo que está comprendido en la
verdadera idea de una cosa” (Arnauld y Nicole, citado por Ramirez,p.145).
El Juicio tiene, pues, también un principio a priori para la posibilidad de la naturaleza,
pero sólo en relación subjetiva, en sí, por medio del cual prescribe una ley, no a la
naturaleza (como autonomía), sino a sí mismo (como heautonomía) para la reflexión
sobre aquélla, y puede llamársele ley de la especificación de la naturaleza en
consideración de sus leyes empíricas, y esta ley no la conoce ella a priori en la
naturaleza, sino que la admite para una ordenación de la misma, cognoscible para
nuestro entendimiento, en la división que ella hace de sus leyes generales, queriendo
subordinar a estas una diversidad de lo particular
Capítulo II
Sin embargo, no es esto lo que decimos; estamos siempre dispuestos a corregir los
conocimientos empíricos, como, por ejemplo, hubo que corregir la afirmación “todos
los cisnes son blancos” el día en que se encontró cisnes que no lo eran; pero tal
corrección no cabe en nuestro ejemplo, porque aquí se trata de una afirmación universal
y necesaria, es decir, que vale para todos los casos, y que forzosamente tiene que ser así
y no puede ser de otra manera. Y por ello so sólo podemos decir que “dos más dos es
igual a cuatro”, sino también que “dos sillas más dos sillas son cuatro sillas”, o que se
tratase de un sabe empírico”dos marcianos más dos marcianos son cuatro marcianos”,
aunque no hayamos visto jamás marcianos ni sepamos si existen o no; pero nuestra
afirmación, precisamente por ser a priori, por ser necesaria, exige que la experiencia se
amolde a ella. Si se tratase de un saber empírico, yo no podría saber con seguridad si
“dos sillas mas dos sillas…”; tendría que esperar a confirmarlo empíricamente; pero
sabemos bien que tal espera sería ridícula: no hace falta más que pensar nuestra
proposición para saber que la experiencia tendrá que sujetarse a ella forzosamente. El
conocimiento a priori no se refiere a los hechos, no es un conocimiento de hecho (de
facto), contingente, sino de derecho (de jure), necesario.
En todo caso, Mises se justificaba al describir esos principios como a priori, porque son
lógicamente anteriores a cualquier estudio empírico de los fenómenos económicos. Sin
ellos es imposible siquiera reconocer que hay una clase distinguible de acontecimientos
dispuestos para su explicación económica. Solo presuponiendo que conceptos como
intención, propósito, medios, fines, satisfacción e insatisfacción son característicos de
un cierto tipo de acontecimientos en el mundo, podemos concebir una materia que
puede investigar la economía. Estos conceptos son prerrequisitos lógicos para distinguir
un ámbito de acontecimientos económicos de todos los aspectos no económicos de
nuestra experiencia, como el tiempo, el curso de un plantea en el cielo nocturno, el
crecimiento de las plantas, las olas rompiendo en la orilla, la digestión animal, volcanes,
terremotos, etc.
De aquí que Kant concluya con estas palabras: "El problema propuesto en esta sección
está pues resuelto. La matemática pura, como conocimiento sintético A PRIORI, sólo es
posible en cuanto se aplique a los objetos sensibles en que la intuición empírica se basa
sobre una intuición pura (del espacio y del tiempo) y A PRIORI, lo cual se puede hacer
porque esta intuición pura no es otra cosa que la simple forma de la sensibilidad, que
precede a la aparición real de los objetos, y volviéndola posible de hecho. Sin embargo,
esta facultad de intuición A PRIORI no concierne a la materia del fenómeno, es decir, lo
que constituye la sensación en él, sino solamente a su FORMA, el espacio y el tiempo"
(Prolegómenos citado por Ramirez 2009, p. 46). Y más adelante añade: "Así, la
matemática tiene realmente por fundamento puras intuiciones A PRIORI que hacen
posibles sus proposiciones de valor sintético y apodíctico, por tanto nuestra deducción
trascendental de los* conceptos del espacio y del tiempo explica.
Capítulo III
Pero, hay un fondo religioso: su absolutismo moral, con un sello de absoluto, casi como
valor divino: valor santo del tú debes (de la obligación). Sin referencias objetivas de
normatividad (ni bien ni felicidad, ni interés (del bueno). Con una idea de intención
pura, desinteresada, como equivalente al amor puro de la mística cristiana. Aquí en este
punto radica su originalidad ética. Y un intento por purificar la ética.
Pero exagera cuando, en su intento por evitar una ética desinteresada, haya tenido que
eliminar toda ética de fines, quitando a la moralidad su motivación principal: la
finalidad del bien. Así se castra la moral. Se torna desinteresada por esencia, abstracta,
anti-humana. Precisamente, con la finalidad tras un bien se lograría el mayor desinterés
o egoísmo. Por ejemplo, el bien como fin en sí mismo. Para los demás y para sí mismo
(Ramírez, 2009).
Referencias bibliográficas