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Licenciatura en Psicología
perfección se hace latente en el hombre, orillándolo a idealizar un mundo feliz con hombres
sujeto para que éste, no le tema ni a su propia muerte, basándose en el condicionamiento, que se
conducta, el hombre suprime totalmente los constructos de Dios y familia ( porque se cree que
dependencia del otro). A lo largo del escrito, además de que se hace énfasis en las consecuencias
del mal uso de las tecnologías, se darán respuestas a las siguientes preguntas: ¿Entre más sean
los avances científicos de la era, menor será la capacidad de raciocinio del hombre para hacer un
buen uso de ella?, ¿El erradicar el constructo de Dios y de familia en una sociedad, causaría la
libertad y felicidad en los habitantes? Y finalmente ¿Entre más condicionados estén los hombres
proceso natural? Que serán respondidas en base al libro de Aldous Huxley (2000): “Un mundo
feliz” y complementado con otros materiales bibliográficos, con el fin de darle sustento teórico al
presente trabajo.
Lo que implica el anhelo de la perfección.
Desde tiempos remotos, el hombre ha tenido la necesidad o el anhelo de crear un mundo ideal,
ya sea porque en él manifiesta los sueños o inquietudes que no pueden ver en la realidad, o bien,
mundo en el que vive. Sea cual fuere la razón, lo cierto es que existe un anhelo feroz de
perfección, tanto para la individualidad del hombre como para la sociedad en que se desarrolla.
Lo anterior, sirve de inspiración a muchos para idealizar un “buen lugar” regido por justicia y
paz, como en la idea de la República de Platón, o bien, en la creación de una utopía, como lo
pacífica de sus habitantes, el bienestar físico, moral y el disfrute igualitario de sus bienes y
servicios. Sin embargo, toda esta perfección, a la larga, puede llevar a consecuencias negativas;
como a la intolerancia al cambio, a una rebelión de habitantes por la inconformidad del sistema
que los rige, en fin a la muerte misma. De esta manera, el ideal de una sociedad modélica puede
convertirse en una situación indeseable, transcendiendo de una utopía a una distopía. Tomando
los aspectos que llevan al fracaso a la creación de un sociedad y un mundo perfecto, puedo hacer
las siguientes interrogantes: ¿Entre más sean los avances científicos de la era, menor será la
capacidad de raciocinio del hombre para hacer un buen uso de ella?, ¿El erradicar el constructo
finalmente ¿Entre más condicionados estén los hombres y más se supriman de su emocionalidad,
mayor será su capacidad de concebir la muerte como un proceso natural? A partir del libro “Un
mundo feliz” de Aldous Huxley (2000), daré respuestas a las hipótesis anteriores para entender
conducen a la virtud y a la felicidad, es por eso que la ciencia es muy sutil y minuciosa a la hora
creación de un mundo ideal, es común ver que las pesquisas de poder, conducen al hombre a los
excesos y se aproveche de la ayuda que estos descubrimientos científicos nos puedan ofrecer;
obteniendo así el control social. De acuerdo a lo anterior, se puede suponer que el poder que la
ciencia le ofrece al hombre, conlleva a formular estrategias de todo tipo para manipular a la masa
y tener ventaja sobre los demás. Un ejemplo de ello se manifiesta en el ideal de “mundos
perfectos”, que lejos de concebir una sociedad movida por la paz y la justicia (como lo hicieran
las utopías), conciben una sociedad condicionada que siga órdenes, una sociedad mecanicista
que, con la idea de clasificar a sus integrantes por aptitudes y habilidades, pretender sacar a flote
la sociedad modélica anhelada y si eso no le basta, ignora la individualidad del hombre y trata de
crear vida artificial como lo expresa Huxley (2000): “… los óvulos que contenía eran
fecundados volvían a las incubadoras, donde los Alfas y los Betas permanecían hasta que eran
definitivamente embotellados, en tanto que los Gammas, Deltas y Epsilones eran retirados al
cabo de sólo treinta y seis horas, para ser sometidos al método de Bokanowsky… Controlamos el
benignos para la humanidad pero, si son usados con fines negativos, efectivamente conllevan al
sujeto a perder la razón al intentar desafiar a la naturaleza haciendo un mal uso de los avances
1
Huxley, A. (2000). Un mundo feliz. Barcelona; Plaza y Janés Debolsillo.
científicos. Además, cabe mencionar que la capacidad de raciocinio se limita cuando hay poder
de por medio y pueden cumplir cualquier cometido, como lo afirma Skinner (1968): “[el
una sociedad y altera ligeramente dicha sociedad en provecho propio…” (p.100).2 De acuerdo
con Skinner, el conflicto comienza a partir de anteponer intereses propios al de los demás,
siendo así el cometido más desfavorable que enfrentan los que quieren crear la sociedad de
ensueño, pues al tratar de manipular e influir en las decisiones de la sociedad, tienen que disolver
ideales, creando así códigos de conductas que les exija erradicar constructos antes introyectados.
de los individuos de acuerdo con patrones de «buena conducta»…Vimos que precisamente eso lo
podíamos hacer... Habíamos ya elaborado un código de conducta… El código ayudaría así a que
todo funcionara sin roces, con tal de que cada uno lo viviera en la práctica. Nuestra labor
consistió en hacer que todo el mundo lo cumpliera” (p.100).3 Este código que regiría el
comportamiento de los hombres en una sociedad utópica, debe siempre prescindir de dos
constructos principales: el de Dios y el de la Familia, con tal de causar en sus habitantes “libertad
manera siguiente: “Nuestro Freud fue el primero en revelar los terribles peligros de la vida
familiar. El mundo estaba lleno de padres, y, por consiguiente, estaba lleno de miseria; lleno de
madres, y, por consiguiente, de todas las formas de perversión, desde el sadismo hasta la
castidad; lleno de hermanos, hermanas, tíos, tías, y, por ende, lleno de locura y de suicidios.”(p.
35).4 Como podemos notar, para los creadores de ideales de perfección, la familia limita el
2
Skinner, B. F. (1968). Walden Dos. Madrid, España; HYSPAMERICA.
3
Loc. cit.
4
Huxley, Op. Cit., p. 35.
desarrollo y desenvolvimiento de un sujeto en la sociedad, además de traumar al individuo si ésta
no está bien cimentada y preparada para ofrecer una buena educación a los hijos.
Por el lado de la religión o bien de la idea de Dios, Huxley (2000) dice lo siguiente: “Dios
elegir. Nuestra civilización ha elegido el maquinismo, la medicina y la felicidad. Por esto tengo
que guardar estos libros [que hablan de Dios] encerrados en el arca de seguridad. Resultan
indecentes. La gente quedaría asqueada.” (p. 135).5 Entonces, a partir de querer eliminar los
constructos sociales: Dios y familia, porque “limitan” el desarrollo del hombre al tener grados
altos de sentimentalismos, traumas, miedos y demás conflictos emocionales, se cree que se podrá
alcanzar una libertad individual y por lo tanto ser felices; idea, que es necesario refutar ya que, es
precisamente lo que implica que las utopías sean inexistentes e irrealizables, porque lejos de
conllevar a la felicidad y a la libertad se está guiado a la sociedad a una distopía, que pretende
tener sujetos sin un sentido crítico, es decir, mecanicistas, como lo afirma George Orwell (1957):
“Su cerebro debía lanzar una mancha que tapara cualquier pensamiento peligroso al menor
intento de asomarse a la conciencia. Este proceso había de ser automático, instintivo... no sólo
debía pensar rectamente, sino sentir y hasta soñar con rectitud…” (P.p.160-161).6
Resulta indiscutible que la idea del mundo perfecto se dé en estos tiempos, porque el hecho
de que esta idea se desarrollara en una sociedad provocaría, en primera instancia, la supresión de
la emocionalidad (al no gozar el afecto de la familia, amigos, o incluso tener prohibido enamorarse,
5
Ibíd., p. 135
6
Orwell, G. (1957). 1984. Barcelona; Ediciones Destino.
y en última instancia, el de ser indiferentes al dolor que significa perder a un ser querido, es decir,
que el sistema sería de inhumanos, algo paradójico, si se supone que es precisamente nuestra
emocionalidad lo que nos dirige a discernir y tomar decisiones como sujetos emocionales que
somos. Actuaríamos indiferentes ante lo afectivo, como lo manifiesta Huxley (2000): “—No vaya
a pensar —dijo— que sostuviera ninguna relación indecorosa con aquella muchacha. Nada
emocional, nada excesivamente prolongado. Todo fue perfectamente sano y normal” (p.72).7 Es
así, que la causa principal de esta indiferencia, es el terrible condicionamiento, que los sujetos de
mayor rango y con el poder de manipular las situaciones implementan como estrategia para tener
“todo” bajo control, así es expresado por Huxley (2000): “Los Alfas [la clase social más alta] son
emocional. Razón de más para que realicen un esfuerzo especial para adaptarse.” (p.73).8 De
acuerdo con lo anterior, el condicionamiento hace posible que la conducta del hombre sea
propia muerte. Claro que este proceso se ha de llevar a cabo desde la infancia, para que se dé una
buena introyección, Huxley (2000) lo expone de esta manera: “El condicionamiento ante la muerte
empieza a los dieciocho meses. Todo crío pasa dos mañanas cada semana en un Hospital de
Moribundos. En estos hospitales encuentran los mejores juguetes, y se les obsequia con helado de
chocolate los días que hay defunción. Así aprenden a aceptar la muerte como algo completamente
corriente” (p.111).9 De esta manera, se tendría sujetos indiferentes al dolor, al amor, a la vida
misma; seres humanos sin Dios, sin familia, sin pensamiento crítico y además de eso, predecibles,
7
Huxley, Op. Cit. P.72
8
Id., p. 73
9
Id., p. 111
influenciables y moldeables en cuanto a su conducta. Entonces es considerable la afirmación de
que al estar condicionados y sin emociones, el hombre es capaz de concebir la muerte de una
manera natural, sin sentimentalismos ni emoción. Sin embargo, ¿Qué sería el hombre sin
emociones? Es claro que tendría una vida sin sentido, sin metas y sin propósitos, obligados siempre
a “ser” y a “hacer” lo que la clase alta disponga para la “estabilidad social”. Lo positivo de esta
situación, es que se queda en una utopía que no existirá, puesto que de nada sirve lo cómodo y
estable que pueda ser un lugar, sino hay cambios y libertad de pensamientos, de manera similar lo
describe Skinner (1968): “En el fondo, no es más que un sistema de molestias y frustraciones,
más feliz, porque “un mundo feliz”, implica dejar de ser humanos para ser robots; sin personalidad,
sin individualidad, sin un yo, sin un nosotros. Ser perfectos sería sinónimo de hacer todo lo que
innumerables ventajas para el hombre, sin embargo, hay que tomar en cuenta que las consecuencias
son siempre negativas si el fin de los nuevos descubrimientos se orienta a buscar una sociedad
10
Skinner, Op. Cit., p. 106.