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apelación contra la resolución que ordena el remate del bien dado en garantía
hipotecaria, sin precisar el error que genera el agravio. Todo lo contrario, se atribuye
como error el no haber sido notificado con el mandato de ejecución, impidiendo de esta
manera ejercer su defensa. Si esto fuera así, el mecanismo de las nulidades procesales
serían los medios adecuados para corregir los vicios de procedimiento que denuncia.
Por otro lado, hay quienes pretenden aprovechar este momento para cuestionar la
liquidación de saldo deudor, sin tener en cuenta que la contradicción es la etapa
procesal fijada para dicho ejercicio.
SALDO DEUDOR
1. El texto anterior de este artículo señalaba que "si después del remate del bien dado en
garantía, hubiera saldo deudor, este será exigible mediante proceso ejecutivo"; la nueva
versión ha puesto énfasis en proseguir la ejecución del saldo deudor, ya no en un proceso
distinto, sino dentro del mismo proceso, bajo las reglas para las obligaciones de dar suma
de dinero.
Tanto la anterior redacción de este artículo, como la actual, encierran un riesgo para el
acreedor ejecutante: este tendría que esperar que se ejecute la garantía para luego de
practicada la liquidación ver lo que puede ser exigible bajo las reglas de las obligaciones
de dar suma de dinero. Este diseño permitiría la posibilidad de que el afectado o presunto
deudor pueda sustraer u ocultar sus bienes para evitar que se pueda afectar el saldo con
futuras medidas cautelares.
2. Consideramos que dicho criterio no contraviene las reglas del proceso civil, pues el
artículo 692 del CPC permite que el ejecutante pueda pedir alguna medida cautelar sobre
otros bienes del deudor. Con una sana interpretación de los artículos 692y 724 del CPC
podremos apreciar que se trata de dos vías que se pueden utilizar a la vez para ejecutar la
acreencia y no esperar que concluya el proceso de ejecución de garantías para luego de
liquidado el saldo proseguir con el cobro de este, conforme a las reglas de las obligaciones
de dar suma de dinero.
Las vías procedimentales son diferentes, pues en una opera la ejecución del crédito
personal y en la otra, la ejecución de garantías. Las partes en ambos procesos son
diferentes, pues en el primero se integra por el ejecutado y posibles fiadores; en la
ejecución de garantía, solo se dirige al deudor hipotecario; y, por último, el monto también
es diferente, pues en el caso de ejecución de garantías solo responde hasta la suma
otorgada en la hipoteca; en cambio, el proceso ejecutivo puede cubrir todo el patrimonio
del deudor no afectado con garantías reales. Esto también va a generar que se dilucide la
prevalencia de derechos (el crédito personal y el crédito real)
Por otro lado, el juez está investido de potestad para hacer lo que puede hacer el ejecutado,
pero no puede extender más allá su actividad. Consiguientemente si el ejecutado solo
puede realizar actos de disposición sobre su patrimonio (no sobre patrimonios ajenos,
tampoco podrá hacerlo el juez, siendo en caso contrario) dichos actos nulos o anulables
Por otro lado, hay circunstancias que el bien embargado no puede jurídicamente ser
enajenado, como es el caso del embargo sobre los derechos y acciones que pudiera
corresponder al cónyuge deudor en la sociedad conyugal, aún no disuelta. Solo, al final
de la misma, se puede determinar la porción que corresponde a cada cónyuge, por tanto,
mal podría disponerse la ejecución de un bien social cuando no se ha acreditado que la
sociedad conyugal se hubiere disuelto o fenecido, a efectos de determinar el porcentaje
que pertenece a cada cónyuge.
En otros la enajenación puede operar cuando se trata de bienes que tienen cotización en
el mercado de valores o equivalente. En este último caso, el juez nombrará a un agente
de bolsa o corredor de valores para que los venda. Nótese que aquí no opera la
adjudicación sino la enajenación directa.
En el caso de la ejecución de garantías, hay que tener en cuenta que la constitución de
hipoteca otorga al acreedor hipotecario los derechos de persecución, preferencia y venta
judicial del bien hipotecado, en virtud de lo cual, aquel cuenta con la posibilidad de
hacerse cobro de lo adeudado mediante el remate judicial del inmueble gravado, sea quien
fuere el propietario del mismo, es decir, aun cuando el inmueble haya sido transferido, se
puede recurrir al órgano jurisdiccional competente a efectos de solicitar se ordene el
remate del bien, vencido el plazo para que el deudor cumpla con la obligación debida.
Lo desarrollado líneas arriba nos permite concluir que la ejecución forzada se da con el
remate o con la adjudicación de los bienes. Dicha ejecución se inicia con la convocatoria
del acto de remate y concluye cuando se hace pago íntegro al ejecutante con el producto
del remate o la adjudicación del bien, o si antes el ejecutado paga íntegramente la
obligación e intereses puesto a cobro, si fuere el caso.
JURISPRUDENCIA:
Los bienes integrantes del patrimonio social pueden embargarse mas no rematarse, pues
dicho acto daría lugar a liquidar un bien social en forma no autorizada por ley.
preceptuado en el artículo 318 del código civil, no puede et peticionante pretender que,
sin dicho requisito, se acceda al remate del bien (Exp. N" 907-20A2, quinta Sata Civil de
Lima. Ledesma Narváez, Marianella. Jurisprudencia Actual, Tomo 6. Gaceta Jurídica, p.
128).
cuando se trata de una copropiedad cuya partición física no ha sido posible -por acuerdo
de parles- antes del proceso ni durante el desarrollo de! mismo, las partes deben expresar
en audiencia especial si están o no de acuerdo con la adjudicación en común o en la venta
contractual, como lo determina el artículo 988 del Código Civil. Solo en la posibilidad de
descartar de modo formal y expreso estas alternativas procederá la venta en pública
subasta. En esta audiencia especial el juez debe invocar la conciliación proponiendo
fórmulas que su prudente arbitrio le aconseje .
Artículo 726
3. Además debe apreciarse que la norma le fija una condición para su intervención, como
es, intervenir en el proceso antes de su ejecución forzada. Si su intervención es posterior
solo tiene derecho al remanente, si los hubiere. La ejecución forzada se inicia con el
mandato que hace efectivo el apercibimiento, luego del requerimiento para el
cumplimiento de la obligación. El apercibimiento en la ejecución de garantía consiste en
dar inicio al remate.
Termina con el pago íntegro al ejecutante, sea con el producto del remate o con la
adjudicación o si antes el ejecutado paga íntegramente la obligación e intereses exigidos
y los gastos procesales (ver el artículo 727 del CPC).
Los terceros acreedores deben acreditar su crédito y el derecho sobre el bien materia de
ejecución. El juez resolverá sobre las obligaciones demandadas (del ejecutante y terceros)
y ordenará la venta del bien, materia de la ejecución, si fuera el caso; estableciendo el
orden de preferencia de cada crédito y la liquidación de cada uno de ellos.
Para obtener liquidez para el pago, el acreedor ejecutante ha tenido que asumir una serie
de gastos procesales, los mismos que serán cargados posteriormente a la suma obtenida
para su reembolso; sin embargo, dicha situación no le es extensiva para el acreedor no
ejecutante, quien le bastará con concurrir al proceso e invocar su derecho preferente para
lograr su consecuente pago, dejando el saldo, si hubiere, para el acreedor ejecutante, del
que se tendrá que liquidar el reembolso de los gastos procesales con detrimento al valor
de su crédito por satisfacer, si es que el saldo no fuera lo suficiente para cubrir dichas
condenas.
El caso se torna preocupante cuando no hay saldo a favor del acreedor ejecutante, pues
la concurrencia del acreedor preferente desplazó el crédito del ejecutante para un posterior
Plano.
El artículo 748 del CPC toma como solución el pago a prorrata, pero no dice nada en
cuanto al reembolso de los gastos, para el acreedor que asumió las costas y costos de la
ejecución materia de prorrata. En tales casos, la liquidación debe partir previamente por
asumir el reembolso y, luego del saldo, proceder al reparto en la forma que lo señala el
artículo 748 del CPC
CONCLUSION DE LA EJECUCION FORZADA
Puede concurrir la situación que sin concluir la ejecución forzada se suspende el remate.
Véase el caso del mandato de ejecución que ordena el pago de US $10,000 como capital,
sin embargo, el precio base del inmueble a rematar se fija en US $50,000. Bajo ese
contexto, con solo depositar US $10,000, que es el monto capital, se suspende el remate.
La ejecución de los intereses y gastos procesales se liquidarán en el mismo proceso,
pudiendo continuar con el remate en caso de no pago de estos últimos.
REMATE
TASACIÓN
Como ya se ha hecho referencia, se deben tasar por separado los bienes materia de
remate; por citar, en el caso de un departamento que además tiene cochera y depósito, el
peritaje debe asignar un valor independiente, a cada uno de ellos, de tal manera que se
pueda ofertar en la convocatoria del remate por separado. Ello no impide que se aplique
la regla del inciso 2 del artículo 736 del CPC que dice: "cuando el remate comprenda
más de un bien, se debe preferir a quien ofrezca adquirirlos conjuntamente, siempre que
el precio no Sea inferior a la suma de las ofertas individuales".
Los peritos designados emiten dictamen único si hay acuerdo y por separado si hay
discordia. En este último caso, el juez procederá a nombrar un tercer perito, el perito
dirimente es quien resolverá la discordia.
TASACIÓN CONVENCIONAL
1. para la ejecución forzada es importante no solo determinar los bienes que serán
materia de remate, sino que es vital asignarles un valor. Ese valor puede ser
pactado con antelación, caso en el que nos encontramos en la valoración
convencional extrajudicial. En este Supuesto, señala la norma que no requiere
tasación, sin embargo, ello no es categórico porque deja a la discrecionalidad del
juez, para que de oficio o a petición de parte, se practique la tasación siempre y
cuando el valor convenido esté desactualizado. El problema Se plantea en
establecer parámetros para determinar cuando el valor de un bien está
desactualizado.
e la Casación Ns 286- 99-Lima que señala: "el avalúo de un inmueble hace referencia
a la cualidad que tiene de poder cambiarse por una cantidad estimada de dinero y
constituye el rnonto referencial para una eventual ejecución y remate público, por lo
que el concepto de tasación actual o no actual no dependen de la cercanía o lejanía
respecto de la fecha en que las partes convinieron la valoración del bien, sino de si el
bien tasado mantiene su valor de referencia económico que las partes acordaron ante
la posible ejecución del bien".
OBSERVACIÓN U APORTACIÓN
Nótese que no son las partes las únicas que podrían tener acceso a cuestionar la
tasación sino como señala el artículo, los interesados, como sería el caso de los
acreedores no ejecutantes que hubieren ingresado al proceso. Ello se explica por el
interés que se tiene en el remanente que se pudiera obtener luego del remate o que su
acreencia no pudiera ser satisfecha a cabalidad por el reducido valor del bien que
influirá sobre el precio base del remate.
La norma asigna un plazo para formular las observaciones, vencido este precluye la
posibilidad del cuestionamiento, dando paso a la aceptación tácita de los interesados
y por ende la expresa aprobación del juez
Otro supuesto de cuestionamiento podía darse en las pericias que no se realizan con
vista al interior del predio, todo lo contrario, las apreciaciones son construidas
tomando en cuenta los exteriores del bien o la sola documentación del registro
inmobiliario. Por otro lado, la pericia de valoración dista de la realidad cuando
registralmente se describe un inmueble de dos pisos, sin embargo, aparece una
ampliación posterior que lleva a la existencia de un tercer nivel no declarado
registralmente. El perito tiene que valorar el bien que aprecia directamente y no el que
describe el registro. Proceder en sentido contrario conllevaría a que el informe pericial
concluya en una valorización que no corresponde a la realidad del inmueble tasado.
Hay justificaciones que esgrimen algunos peritos para no haber realizado la pericia
con visita interna al inmueble a tasar, como la actitud renuente de los ocupantes del
bien a permitir el ingreso de estos órganos de auxilio En esos casos, los peritos deben
comunicar de esta limitación al juzgado para que se disponga el auxilio de la fuerza
pública para realizar la diligencia de tasación.
PUBLICIDAD (733)
2.4La modalidad del anuncio, conlleva a recurrir a la figura de los edictos para
publicitar el remate. Ahora bien, los edictos no solo se pueden realizar a través de
publicaciones periodísticas. Puede darse el caso que en el lugar no existiere algún
diario encargado de los avisos judiciales, situación que permite se publicite la
convocatoria al remate a través de cualquier otro medio de notificación edictal, por
igual tiempo.
El régimen jurídico adoptado por el Código Civil en la subasta se ubica en el artículo
"1389 que dice: "en la subasta, la convocatoria es una invitación a ofrecer y las
posturas son las ofertas. La obligatoriedad de cada postura cesa desde que se formula
otra mejor. El contrato se celebra cuando el subastador adjudica la buena pro al postor
que hasta ese momento ha formulado la mejor postura válida".
El presente artículo regula los requisitos que debe contener dicho aviso. Uno de ellos
hace referencia a las partes en el proceso, esto es, al ejecutado y ejecutante, así como
a los terceros legitimados que hubiere sido admitida su intervención. No cabe referirse
a la totalidad de los sujetos bajo la denominación de "otros" sino que hay que designar
uno por uno.
El otro requisito a tener en cuenta es la descripción del bien a rematar. Aquí se debe
señalar si fuere bien registrado, toda la información necesaria que detalle su
identificación en el registro correspondiente. Las afectaciones del bien también se
anuncian, para que el posible postor las tenga en cuenta al momento de adjudicarse,
así como el privilegio de estas afectaciones frente a la medida que motiva su
ejecución.
Como el inciso 3 hace referencia a las afectaciones del bien, se estila en la práctica
solicitar el "certificado de gravamen", Sin embargo, ello no es el documento idóneo
para tal fin, pues solo se refiere a los gravámenes, pero no a las cargas, ni tampoco
indica la historia del bien, para lo cual se debe recurrir a la "copia literal". Las
afectaciones comprenden las cargas y los gravámenes. La diferencia entre ellas radica
en que los gravámenes dependen de una obligación accesoria, la que de incumplirse
puede conllevar a la venta del bien afectado, como sería el caso del embargo o la
hipoteca; en cambio con las cargas no hay obligación garantizada. Las cargas no
tienen por objeto la venta del bien, como sería el caso de las servidumbres, que se
constituye como limitación a la propiedad predial.
Para participar como postor, uno de los requisitos que debe asumir es acompañar el
porcentaje respectivo sobre el valor de tasación del bien, tal como señala el artículo
735 del CPC, a lo que hay que agregar que además debe aportar la tasa judicial
respectiva por dicha actividad. En tal sentido, si la tasación comercial de un inmueble
ha sido aprobada en 90,000 dólares, el precio base para la convocatoria se fijará en
60,000 dólares, que equivale a las dos terceras partes de la tasación aprobada. En el
caso del postor, tendría que intervenir entregando el '10% del valor de tasación, esto
es, 900 dólares como oblaje (véase el artículo 735 del CPC). Es importante que el
aviso precise el precio base de la convocatoria, con la liquidación respectiva y no se
limite a señalar las pautas para su liquidación, esto es, no solo se debe señalar que el
precio será el correspondiente a las 2/3 partes de la tasación sino que se debe señalar
expresamente, a cuánto asciende el monto de dicha operación aritmética. Por último,
debe mediar tres días entre el pegado del cartel y la fecha de la convocatoria fijada.
Como señala la norma, el postor puede participar del remate presentando su oblaje en
efectivo o cheque de gerencia girado a su nombre; sin embargo, en caso de adjudicarse
el bien, el depósito de este oblaje debe consignarse en el acto en el Banco de la Nación
por el martillero, empero, debe advertirse que al momento del empoce, el cheque de
gerencia tiene que ser modificado para ser girado a nombre del Banco de la Nación,
motivando que sea otro cheque diferente al consignado en el acta de remate el que
aparezca como tal. Esta incongruencia, que solo opera en cuanto al oblaje en cheque
de gerencia, no puede ser sostenida para justificar la nulidad del acto de remate.
Otro aspecto de apreciar es que "el funcionario adjudicará el bien al que haya hecho
la postura más alta, sin que sea hecha una mejo/'. Ello se explica porque en el remate,
el consentimiento no solo está conformado por dos declaraciones de voluntad, la
oferta y la aceptación; sino que en este tipo de contrataciones, se requiere la
intervención de una tercera declaración de voluntad, la que otorga la adjudicación.
Como señala la última parte delartículo 1389 delCC "elcontrato se celebra cuando el
subastador adjudica la buena pro al postor que hasta ese momento ha formulado la
mejor postura válida". Esto ímplica que en este tipo de contrataciones, concurren en
orden sucesivo los siguientes actos: convocatoria, posturas y adjudicación.
Por otro lado, a pesar de que no señale el Código se exige que para recabar los partes
se acompañe la tasa equivalente al '1% del valor de la adjudicación para ser acreedores
de los partes de adjudicación.
El principio de legalidad rige la nulidad, de tal manera que esta se sanciona solo por
causa establecida en la ley, sin embargo, puede declararse la nulidad cuando el acto
procesal careciera de los requisitos indispensables para la obtención de su finalidad,
señala el artículo '171 del CPC.