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Uno de los ritos más intensos cuando alcanzas la mayoría de edad, la encontramos en las selva de
América del sur, exactamente en la selva tropical de la amazonia brasileña. En este lugar se
desenvuelve la Tribu Sateré-Mawe, que a continuación presentare en una de sus facetas de iniciación
adulta. Lo que un niño o joven tiene que realizar para convertirse en un hombre en esta comunidad
tribal es muy doloroso, dejando relucir –a través de esta acción-, el grado de soporte y control de sí
mismo; pues tiene que soportar ser picado por varias decenas de hormigas bala, llamadas en Brasil
como las tucandeira, tucandira o tocanguira. Y reciben el nombre común de hormigas bala, porque al
ser picado produce dolores tan fuertes como si fueran las de una bala. Se agrega que dentro de las
picaduras producidas por himenópteros, alcanza el primer nivel en cuanto a dolor producido. No
siendo soportado por muchos, es en esta tribu amazónica que se pone a prueba la capacidad de
“inhibir” el dolor producido por su picadura.
Esta tribu amazónica se ubica en el curso medio del río Amazonas, en Brasil, se circunscriben a los
territorios del estado de Pará.
Paraponera (del griego ponerina, "dolor") es un género de hormigas compuesto por una sola
especie, Paraponera clavata de potente y dolorosa picadura.
Su tamaño promedio varía entre 2 a 3 cm de largo.
Habita en las selvas Sudamérica y parte de las selvas centroamericanas.
Recibe nombres diferentes en los diferentes países donde habitan.
Esta especie de hormigas es utilizada por la tribu Sateré-Mawe en sus ritos de iniciación
adulta.
La tucandeira o Paponera clavata
(Fuente de imagen: Wikipedia)
"Hormiga bala"
En preparación para el rito de iniciación, los ancianos de la tribu recogen las hormigas de la selva,
alrededor de unas 200 son capturadas para el ritual. Estas hormigas son drogadas con iaji un
poderoso alucinógeno y se coloca a las hormigas con su aguijón en guantes especiales tejidos de hojas.
Las hormigas son puestas con los aguijones hacia dentro del guante. A medida que la droga
desaparece, las hormigas se van agitando cada vez más y están con muchas ganas de picar. Cuando
el niño o joven se coloca los guantes conteniendo las hormigas en su interior y permite que las
hormigas balan actúen, inmediatamente, durante 10 minutos completos, durante este tiempo la
familia baila y canta , se informa que es como tener los manos colocados directo al fuego.
Numerosas hormigas dispuestas en su lugar, pronto serán parte de este intenso rito.
No obstante, el verdadero suplicio para el iniciado comienza una vez que se retiran los guantes, pues
después de unos minutos de ser picado, el veneno comienza a causar los efectos propios de la picazón
de estas hormigas. A medida que el dolor sigue aumentando, las manos se paralizan y salen los
tocones. Pero por si sólo un intento no suele ser suficiente para convertir a un niño en un hombre de
mirada fija. Él debe volver a pasar este ritual las veces que sea necesario y no llorar durante el proceso.
El día que no se derramó una sola lágrima, es cuando se convierte en un hombre de verdad.
Guante preparado para ser utilizado por los iniciados
Los intentos se detienen una vez que la familia decida que ya tiene el carácter de un hombre. Es en
ese momento que habrá dejado la edad de niño.
La tribu Satere-Mawe
que habita las profundidades del Amazonas cuenta con uno de los rituales más
doloroso del mundo. Construyen una especie de guante lleno de hormigas
paraponeras. Los niños tienen que ponerse esos guantes durante 10 minutos sin
gritar. La picadura de estas hormigas es sumamente dolorosa, es alrededor de 30
veces más intensa que la picadura de una avispa o una abeja. Algunas personas que
han sido picadas dicen que el dolor es parecido a recibir una bala, por eso a veces es
conocida como “hormiga bala”.
In preparation for the rite of initiation, the elders of the tribe collect the ants from the
jungle, about 200 of them are captured for the ritual. These ants are drugged with iaji a
powerful hallucinogen and the ants are placed with their sting in special woven gloves
of leaves. The ants are put with the stingers in the glove. As the drug disappears, the
ants are shaking more and more and are eager to sting. When the child or young
person puts on the gloves containing the ants inside and allows the balan ants to act,
immediately, for 10 full minutes, during this time the family dances and sings, it is
reported that it is like having the hands placed directly on the fire.
However, the real torment for the initiate begins once the gloves are removed, because
after a few minutes of being bitten, the poison begins to cause the effects of the itching
of these ants. As the pain continues to increase, the hands become paralyzed and the
stumps come out. But if only one attempt is not usually enough to turn a child into a
man with a fixed gaze. He must go back to this ritual as many times as necessary and
not cry during the process. The day he did not shed a single tear, is when he becomes
a real man.