“La primera nación industrial” del mundo lideraba la producción global,
generando casi una cuarta parte del mismo. La supremacía creada a raíz de la Revolución Industrial se mantuvo durante casi todo el siglo XIX; controlaba entre una tercera y cuarta parte del comercio internacional, la producción de carbón, hierro y los tejidos fueron los pilares de su economía y los colocaban en las primeras posiciones de exportación como de explotación interna de los mismos. Pero la rápida industrialización de los países vecinos y EE. UU. hacia mediados del siglo, fueron destituyendo la posición privilegiada de Gran Bretaña: EE. UU. y Alemania lograron sobrepasarlos en cifras a finales del siglo y principios del XX, tanto en el comercio internacional como en la producción de hierro colado, siendo el carbón la única industria que mantuvo su liderazgo (llegando a ser el 10% del valor total de todas las exportaciones de las naciones más industrializadas). Mientras que la industria tecnológica fue líder por los avances y novedades en su desarrollo: la aparición de la máquina de vapor y el ferrocarril (siendo G.B. pioneros en el desarrollo del mismo, tanto dentro como fuera de Europa demandaban de expertos, equipos y capital tecnológico para instaurar la novedosa maquina), la evolución de la industria naval (partiendo de los barcos veleros y de vapor construidos en madera, la cual fue sustituida por hierro y luego por acero, siendo gran parte de esta producción naval para la exportación). Pero pese a estos datos la tasa de crecimiento del PIB de esta nación entre 1856-1873 era de un 2,5%, mucho menor que la media de crecimiento del resto del siglo, y mucho menor que el de EE. UU. Y Alemania (censo realizado en 1851 demuestra que la mano de obra aún se concentraba en los gremios que en la industria). Dejando en evidencia la realidad de muchos de estos datos. A esta probabilidad se suma las limitaciones que poseía Inglaterra como isla, los recursos naturales eran mucho más escasos que otras naciones de vasto territorio como EE. UU. Y Rusia. Y si bien es conocido que Inglaterra lideraba la producción de algodón a pesar de tener que importarlo, también florece otro factor que atento contra el aumento de los niveles de desarrollo, el letargo en mantener su ritmo innovador y de aplicación en la industria de otras técnicas ya creadas. Muchas de las grandes empresas con renombre internacional se quedaron paralizadas con las técnicas que ya poseían y sus dueños o fundadores pasaron de innovar a replantearse una vida más acomodada, dejando el mando de las mismas para administradores asalariados. Otro factor social como lo fue la atrasada educación también jugo en contra del desarrollo de la nación. Pero a pesar de las negativas, la sociedad inglesa aumento su renta per cápita, siendo más distribuida e igualitaria, disminuyo la pobreza y la media social aumento su nivel de vida.