Вы находитесь на странице: 1из 13

Encrucijadas actuales de la crítica de

la literatura infantil
(Por María Cecilia Silva-Díaz - Banco del Libro)

Dedicada a los evaluadores del Banco que cargaron con el


“aparato crítico” durante meses; a nuestro aprendizaje en la
angustia y el juego

Una experiencia crítica con la crítica


En 1996 los evaluadores del Banco del Libro tuvimos una experiencia
“critica” con la crítica. Cuando digo los evaluadores, me refiero a un grupo
de adultos, en su mayoría mujeres (como suele pasar en casi todos los
encuentros que convoca la literatura infantil), variopinto en edades y unidos
por un interés común: nos encantan los libros para niños. Nos fascina
conversar y hasta pelearnos por ellos, investigar acerca de sus autores y
editoriales, seguirlos en su rumbo en busca de lectores. Somos un grupo de
esos que llaman multidisciplinario con interés en construir un conocimiento
(de ese que llaman interdisciplinario): Tenemos gustos, ideas y habilidades
diferentes: algunos tienen un “ojo clínico” sagaz para detectar la originalidad
de una ilustración; otros poseen una visión esclarecedora sobre los aciertos
textuales que pueden explicar que una obra sea extraordinaria; otros tienen
una envidiable habilidad para cuestionar y cuestionarse; y algunos, a raíz de
muchos años de estar en contacto con los libros, poseen la capacidad para
detectar ipso facto lugares comunes, torpezas y eso que entre nosotros
hemos llamado “tics”, fórmulas frecuentes que se repiten en los malos libros
para niños.
La experiencia doblemente crítica a la que me refiero comenzó cuando nos
dimos cita con la intención de digerir un fardo de lecturas encuadernadas en
un grueso espiral, plagado de palabras y expresiones como homología,
paratexto y relaciones intratextuales, al que llamamos “el aparato critico”.
Durante seis meses nos reunimos durante extensas sesiones a dilucidar los
textos, más allá de una jerga a menudo pretenciosa, y a tratar de dibujar un
panorama menos borroso, inspirados por la pregunta: ¿para qué sirve la
MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 1
crítica de la literatura infantil?
Pocos de “los expertos”, a pesar de ser lectores de critica literaria y
egresados de Escuelas de Literatura, habíamos explorado sistemáticamente
la crítica de la literatura infantil, De allí que nuestras experiencias previas no
fueran suficientes para convencer al grupo más inexperto en estas lides de
penetrar en la crítica, percibida por la perpleja mayoría como una presencia
lejana y prescindible, un territorio vedado a los no-iniciados. El “aparato
crítico” fue manoseado y garabateado, combatido y abrazado, hasta que
muchas de sus páginas fueron familiares y el miedo regresivo a la asignatura
más difícil se desvaneció. Entonces comenzamos a divertimos mucho
leyendo reveladoras (y también disparatadas) aproximaciones a los libros
para niños y más aún al intentar poner en práctica algunas modalidades de
análisis textual a obras que nos eran muy familiares: Por ejemplo, el ya clásico
álbum Donde viven los monstruos de Maurice Sendak dio lugar a arriesgadas
lecturas desde la perspectiva de algunas comentes críticas como el
feminismo, el psicoanálisis, la sociología de la literatura y la crítica arquetipal.
La teoría ofreció posibilidades para hacer bizarras piruetas para ejercitar el
análisis textual, pero también sirvió como una platabanda desde donde
profundizar e indagar en los textos.

¿La crítica de la literatura infantil?


Como objeto de estudio la literatura infantil es “ una criatura amorfa y
ambigua” (Hunt, 1); es un “campo” que presenta particularidades en cuanto
a la relación con la audiencia (un grupo inestable que, sin embargo la define),
a sus condiciones de emisión y recepción, así como en cuanto a la variedad
de disciplinas que confluyen en el interés hacia ella: psicología, pedagogia,
bibliotecologia, literatura. Para hacer más compleja la situación, en muchos
libros para niños interviene la ilustración como un código discursivo que
requiere una aproximación interpretativa diferente a la del código escrito.
Igualmente problemática resulta la relación con “la otra literatura”, al lado de
la cual es vista a menudo coma un género menor y marginal y, en
consecuencia, recientemente utilizada como una bandera para penetrar los
ambientes académicos, últimamente interesados en lo excluido.
Los que buscan darle reconocimiento a este joven cuerpo de obras que se
reúne bajo el signo de literatura infantil, han intentado demostrar las razones

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 2


que la hacen equiparable a la literatura, definiéndola más por sus semejanzas
y encuentros con la cultura literaria escrita que con sus orígenes orales. Esta
actitud es la que se desprende de la academia. En pos del mismo
reconocimiento, desde una actitud combativa y apologética, o otros han
probado suerte intentado combatir las actitudes dominantes y proclamando
que la literatura infantil existe y que merece existir:Algunos simplemente se
han puesto a esperar la llegada de este reconocimiento y acercándose a
otras disciplinas más hospitalarias mientras los estudios de literatura infantil
encuentran sus propias leyes y maneras de percibirse, reflejando con ello una
postura pragmática.
Esta complejidad se extiende y se evidencia en las relaciones de la literatura
infantil con la crítica, la cual fundamentalmente es un medio-marco- vía para
aproximarse a la literatura.
La relación entre la crítica y la literatura infantil es particular y llega a ser tan
provocadora que resulta posible cuestionar la existencia de una y de otra
desde esta relación. Basta con remitirnos a la experiencia de los evaluadores:
Los evaluadores de libros para niños sabemos que los intentos de aplicar los
métodos o modelos interpretativos de la crítica a la literatura infantil no
suelen tener mucho éxito a la hora de revelarnos qué hace valiosa una obra
para niños. La crítica rara vez puede demostrarnos en qué consiste el
“encanto” que percibimos en una obra. Esto podría llevarnos a pensar que
las herramientas que ofrece la crítica no funcionan y que, por tanto, la
literatura infantil requiere de sus propios métodos. Quizás también nos
llevaría más allá, hasta el cuestionamiento a la critica misma, tal como
propane Peter Hunt:“la ficción infantil es de manera menos significativa una
forma especial de ficción y de manera más significativa un serio reto a las
ideas que convencionalmente se tienen sobre la interpretación y la
especificidad, porque los medios tradicionales de interpretación son siempre
ineficientes; los puntos esenciales que los críticos descubren en novelas
complejas para adultos, tampoco explican lo que es valioso y especial en
estas novelas” (Hunt, 4)
Históricamente, sabemos que cuando se comienza a reconocer la existencia
de la literatura infantil, ya existía una crítica para la literatura general
(Rossell). La literatura infantil (lega tarde al encuentro con la critica y en sus
inicios se distrae en preocupaciones normativas o utilitarias y en

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 3


responderse a la pregunta; ¿existe una literatura infantil? Estos esfuerzos
definitorios desconocieron otras vías para aproximarse a la teoría literaria.
En 1989 Joell Franz Rossell denunciaba que este retraso histórico es la causa
de que la crítica de libros para niños haya perpetuado un sistema tradicional,
complaciente con los facilismos y autoritario, que se interesa más por las
circunstancias históricas que por el análisis de la obra:
Ahora bien ¿cuál y de qué naturaleza es la relación de actual de la literatura
infantil con la crítica literaria?
A continuación intentaré dilucidar la manera en que literatura infantil y la
crítica literaria se han vinculado en las formas más frecuentes que adopta el
ejercicio de la crítica; la reseña periodística; la historia literaria; la crítica
textual; y la teoría literaria. Atisbaré en la manera en la que actualmente el
ejercicio crítico de la literatura infantil se ha visto influido por el estado
actual de la teoría literaria general y también por su propio devenir. El
ejercicio crítico se presenta así como un punto de encuentro y encrucijada
en el que se plantean y replantean nuevos rumbos para la crítica de la
literatura infantil.

Primera encrucijada: El pragmatismo de la reseña se encuentra


con el reconocimiento del lector
A mitad de camino, entre lo académico y lo periodístico, -hasta el punto que
hay quienes no las incluyen dentro del universo de la crítica literaria
(Horning)- las reseñas conforman una tradición que se inició
tempranamente cuando comienza la producción moderna de libros para
niños; y desde estos inicios hasta la actualidad continúan ocupando la mayor
parte del espacio de reflexión sobre los libros para niños.
Su orientación pragmática las convierten en lectura de bibliotecarios,
maestros y profesionales que buscan orientación para seleccionar libros
infantiles. El pragmatismo ha sido uno de los puntos revolucionarios de la
crítica de la literatura infantil con respecto a la tradición crítica dominante y
ha devenido en un elemento propicio para nuevas conjunciones entre la
literatura infantil y la crítica literaria.
En su intención valorativa, informativa y orientadora, la reseña es una pieza
crítica con usos concretos y necesariamente subjetiva de modo tal que
como dice Fernando Savater, más que una crítica lo que una reseña refleja es

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 4


“un estado de ánimo” (Savater, 111) que la lectura suscita en el que reseña.
Es por esto por lo cual para escribir buenas reseñas hace falta ser un buen
lector, tener conocimiento sobre los libros, honestidad con los lectores pues
“caben en las reseñas como en todo, la agudeza, el cretinismo, el buen gusto
e incluso, cierto vago espectro de lo que podríamos llamar decencia
intelectual” (Savater, 111).
Esta relación patente y conflictiva entre una respuesta individual, expresada
en la reseña, y las múltiples respuestas posibles, fue causa de que desde muy
temprano en la literatura infantil los lectores fueran vistos como
componente indisociable de los libros que leen (Colomer).
La literatura infantil, (no olvidemos que se define en términos de su
audiencia, generalmente ha rechazado la “crítica pura” que no considera al
lector,Tal como lo expresa Aldan Chambers,“Cualquier crítica verdadera de
la literatura infantil debe incorporar una exploración crítica a la pregunta
que surge con el problema de ayudar a los niños a hacerse lectores (citado
por Colomer, 85)
La tradición pragmática de la reseña se encauza con la teoría literaria cuando
dentro de la teoría se postula la Teoría de las Respuestas Lectoras, (también
conocida como Estética o Poética de la Recepción), en la que se descubre al
lector como instancia constitutiva del texto literario. Como parte del texto,
la función del lector es descubrir la parte no formulada del texto (Iser, 233);
esos espacias vacíos que el texto deja al descubierto, o que el lector busca,
pues es el lector el que le da sentido al texto.
Las aproximaciones que envuelven al lector, tan cercanas a los inicios de la
literatura infantil que resultaron tan subversivas y anárquicas para la crítica
literaria tradicional que aspiraba a la objetividad, están siendo ahora
legitimadas en las comentes contemporáneas tales como los Respuestas
lectoras, el Post-estructuralismo y la Teoría Semiótica de Umberto Eco.

Segunda Encrucijada: Donde la Historia Literaria se confronta


con el Nuevo Historicismo
Si dejamos a un lado la reseña, podemos afirmar que en el campo de la
literatura infantil la mayoría de los trabajos críticos pertenecen a la historia
literaria. Así como la reseña tiene un valor actual que es informar acerca de
las novedades editoriales en la mayoría de los casos, los panoramas e historia

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 5


de la literatura infantil tienen el valor de reconstruir, a partir de obras que
se consideran hitos, la sucesión de estas obras en orden de aparición.
Los panoramas e historias de la literatura infantil suelen ser enumerativos y
con poco contenido crítico, pues en ellos generalmente escasea el análisis
textual y no abunda la información acerca del contexto en el cual surge
determinada obra. En la mayoría de ellos se plantea una evolución de la
literatura infantil, desde sus inicios muy cercanos a la tradición oral hasta el
surgimiento de destacados autores nacionales y regionales. Esta óptica
evolutiva implica una idea lineal de la historia vista como desarrollo: La obra
literaria se sitúa frente a un débil escenario que representa el contexto
histórico y escasamente se relaciona con él.
Con un cuestionamiento a esta manera tradicional de relacionar los textos
con la historia, surge dentro de la teoría literaria una corriente de
pensamiento posterior al estructuralismo literario (y muy relacionada con la
Sociología de la Literatura) conocida como Nuevo Historicismo. Esta
corriente de la crítica plantea recuperar la historicidad de los textos y la
textualidad de la historia. Para ello propone una revisión de la historia a
partir de esos otros textos que han sido marginados de “la Historia con
mayúscula “ (testimonios, diarios y otros) Además postula una aproximación
diferente a los textos que tradicionalmente valoramos, que anteponga la
conciencia de que la apreciación de los textos literarios está históricamente
determinada por nuestra posición en el mapa histórico, social e institucional
en el que nos situamos.
Mitzi Myers explica las aplicaciones de esta teoría crítica a la literatura
infantil:
“Un nuevo historicismo de la literatura infantil integraría el texto y el
contexto socio-histórico demostrando por un lado cómo las categorías
culturales, que son extraliterarias, le dan forma al discurso literario, y por el
otro lado cómo las prácticas literarias son acciones que hacen que las cosas
ocurran, al darle forma a la conciencia moral psíquica de los jóvenes
lectores. (...) Le interesaría explicar cómo y por qué un poema dice lo que
dice, cuáles eran las circunstancias ambientales (incluyendo los usos que una
forma particular de literatura infantil tenía para el autor, para los lectores
niños y adultos y para la cultura), y a qué tipo de argumentos y
cuestionamientos culturales le estaba dando respuesta la obra. Le prestaría

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 6


especial atención a las marcas textuales que denotan el tiempo de un texto,
su lugar, su género y sus mecanismos ideológicos sujetos a una clase social
específica, teniendo muy presente que las formas que parecen menos
artísticas y ortodoxas podrían esconder un contexto contestatario,
Examinaría también la producción material del libro, la historia de su
publicación, su público y sus prácticas lectoras, la recepción inicial y su
historia crítica, incluyendo como se inscribió o fue borrado del canon.
(Myers, 42)
Para la literatura infantil el Nuevo Historicismo ha tenido implicaciones
interesantes porque en él se reconoce que la recepción de los textos
literarios está determinada por variables históricas. Esto podría explicar por
ejemplo, la difícil permanencia de tos clásicos infantiles, pues se trata de
audiencias modificadas por su condición histérica y que además poseen
menor experiencia para redeterminar históricamente los significados, por lo
que se producen mayores brechas en la recepción de una generación a otra.

Tercera Encrucijada. En la que se nos muestran muchos caminos:


la crítica textual
A juzgar por los trabajos que aparecen en las revistas literarias dedicadas al
análisis de la literatura infantil (como por ejemplo Children’s Literature
Association Quaterly o en nuestro idioma Peonza o la Revista
Latinoamericana de Literatura Infantil y Juvenil) el análisis de los textos de la
literatura infantil se ha realizado desde diferentes teorías literarias que
funcionan como ópticas, puntos de vista, desde los cuales podemos mirar un
texto literario.
Las teorías literarias no son modelos cerrados, ni pretenden - casi ninguna
de ellas- abarcar con sus métodos todas las posibilidades de abordaje de una
obra: Muchas teorías no aspiran a producir un método, por ello los críticos
seguidores se aproximan a las obras desprovistos de un método.
Las teorías literarias son bastante promiscuas, tienen alta capacidad de
acoplamiento y de evolución. De allí que se concluya que la crítica de
literatura infantil es ecléctica, como suele serlo también la crítica general.
A pesar de esta tendencia a la hibridación, creo que es posible detectar, sin
pretender caer en esquematismos, cuáles son los puntos de énfasis que cada
teoría postula al aproximarse al texto literario infantil. Lo que viene a

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 7


continuación no pretende ser sino un paseo rasante por lo que, en mi
experiencia como lectora de teoría crítica y de crítica de literatura infantil,
son las lentes a través de las cuales los críticos de la literatura infantil se
aproximan a ellas.
El análisis estructuralista por ejemplo, entiende el texto como un sistema
cerrado fuera del cual no hay nada que analizar y reconoce que bajo el
término génerico de relato (que es independiente del código discursivo:
gráfico, escritural y cinematográfico) se encuentra el texto narrativo infantil
(incluyendo el texto iconográfico). Con un método que pretende ser
objetivo, el critico se propone “desmontar” la estructura y encontrar las
marcas textuales (o gráficas) que demuestren cómo los distintos discursos
interactúan dentro de la estructura, para generar significados que dependen
del sistema completo.
Para los estructuralistas, el lector debe ser buscado en el texto y no fuera
de él, a partir de las marcas implícitas que remiten a él. Fue también una
preocupación de los críticos estructuralistas en el terreno de la literatura
infantil identificar marcas textuales correspondientes al discurso literario no
referencial con una función estética. De acuerdo a la teoría estructuralista,
el fenómeno de la literariedad se producirla cuando ocurre un desvío de la
norma de uso. Paradójicamente la simplicidad del texto literario infantil, tan
alejado del uso metaforice, complicó las intentos de utilizar las herramientas
de análisis del estructuralismo para identificar la naturaleza literaria de la
literatura infantil.
Durante los años 70 abundaron las aproximaciones a los libros para niños
desde el estructuralismo, En América Latina creo que es posible reconocer
que fue la primera teoría crítica en trasladarse al análisis de los libros para
niños, con trabajos de análisis textual de autores en su mayoría argentinos y
brasileños.
Desde el análisis de la crítica arquetípica los significados de un texto están
relacionados con su codificación cultural simbólica (arquetipos) que han
estado presentes en el inconsciente colectivo de la humanidad desde los
orígenes y que han evolucionado de acuerdo a las distintas significaciones
que la cultura les va imprimiendo. El crítico que aborde la literatura infantil
desde una perspectiva arquetípica pondría su atención en la manera cómo
el texto literario reusa y recrea estos arquetipos y cómo éste actualiza el

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 8


patrón narrativo (esquema de la iniciación) que es también una herencia
cultural.
El feminismo, el marxismo y el psicoanálisis produjeron también sus teorías
literarias que propusieron acercarse a las obras desde los postulados de
estas corrientes de pensamiento. Es importante señalar que no existe una
sola crítica feminista o psicoanalítica, sino que desde estas macro-teoría han
surgido distintas teorías literarias y distintas maneras de abordar la
literatura. Por ejemplo, el análisis psicoanalítico puede ocuparse de
psicoanalizar a los personajes y las situaciones de la ficción, o puede
centrarse en la relación del autor con su obra desde la idea de sublimación
intentando demostrar de qué manera los mecanismos inconscientes afloran
o se reprimen. Como el psicoanálisis no es uno, sino que de se desprenden
varias comentes (Freud, Klein, Lacan) con sus características, estos y otros
puntos de énfasis pueden cambiar dependiendo de bajo que postulados se
aproxime el crítico a la obra:
En el campo de la Crítica Marxista, conocida también como Sociología de la
Literatura los puntos de énfasis están en las relaciones de poder entre las
fuerzas sociales, determinados por el control de los medios de producción.
Esta aproximación suele vincular a la obra literaria con las relaciones de su
producción y busca demostrar cómo estas condiciones externas se hacen
evidentes en las relaciones internas de la obra. El tema de la ideología es otro
punto de énfasis de la teoría marxista y la valoración de las obras depende
en muchos casos de su capacidad para crear conciencia en los lectores de
su época.Tal como señala Ariel Dorfmann: “: la literatura infantil es quizás el
foco donde mejor se puede estudiar los disfraces y verdades del hombre”
(Dorfmann y Mattelart, 25) .
Igualmente cuestionadoras han sido las aproximaciones a la literatura infantil
desde la critica feminista. En sus inicios, el análisis feminista se limitó a
denunciar la manera en que los textos infantiles representaban a la mujer.
En los años 60 y 70 aparece este tipo de estudios e incluso gran cantidad de
obras que se proponen cambiar el patrón de representación de los
personajes femeninos. Una aproximación renovada ha permitido que la
crítica feminista se acerque a los textos escritos por mujeres para detector
qué significados se sugieren desde los metaforas y los silencios que remiten
a la situación de opresión de la mujer. Esta aproximación se ha permeado al

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 9


análisis de la literatura infantil, porque tal como afirma Lissa Paul: “Hay
buenos motivos para incorporar la teoría feminista a la literatura infantil.
Tanto la literatura femenina como la literatura infantil están devaluadas y han
sido vistas como algo marginal o periférico por parte de las comunidades
literarias y académicas(...) las formas físicas de ‘entrampar que las feministas
criticas han descubierto en la literatura femenina se asemejan a las imágenes
de captura contenidas en la literatura infantil” (Paul,12 )
A diferencia de la crítica logocentrista que busca revelar el significado último
de los textos desde una perspectiva autoritaria, la critica feminista se
propone revelar el juego de significado que no es fijo, sino que no se deja
aprehender.

Cuarta encrucijada el abismo de la teoría literaria y el


cuestionamiento y rescate de la crítica
En el siglo XIX la crítica literaria ocupó un papel protagónico y poderoso
para determinar la significación de los textos que circulaban en la trama
social. La crítica era una manera de entender el mundo tal como lo expresó
Matthew Arnold se trataba:“ de una empresa desinteresada para aprender y
propagar lo mejor acerca del conocimiento y el pensamiento en el mundo”
(citado por Pickering, 13). El descentramiento de la literatura implica
también el descentramiento de la crítica en la cultura.
La reciente producción de la teoría literaria postestructuralista y
deconstructivista que se centró en la textualidlad es, a los ojos del lector
común, un discurso para iniciados. Tal y como lo señala Edward Said: “Tal
como hoy se la practica, la crítica es un objeto académico alejado de las
preguntas que el lector común se plantea” (Said, 64) al punto que podría
hablarse de “la irrelevancia del crítico, salvo como ornamento del poder de
la sociedad industrial moderna” (Said, 64):
Frente a la incapacidad de las teorías textuales para observar cómo los
significados y la producción de éstos están condicionados y a su vez
condicionan la trama social aparecen los Estudios Culturales, tal vez, la
prueba de que el descentramiento ha ocurrido. Los Estudios Culturales
reconocen la diversidad de los discursos cuyos significados se construyen
socialmente y dentro de los cuales la literatura sería una parte más del
sistema cultural.

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 10


En este sentido dentro de esta teoría critica interesa ver cómo se “negocian”
los significados en un texto de acuerdo a relaciones de poder y a la ideología
dominante y de qué manera los grupos dominantes hacen ver como
naturales (filiación) los significados que responden a sus intereses (afiliación).
Sin dudas que esta teoria ofrece interesantes posibilidades de análisis de la
literatura infantil, como se ha puesto de manifiesto en las aproximaciones
que se han hecho a la literatura infantil colonial anglosajona desde una visión
post-colonialista.
Sin embargo, es inminente plantearnos si merece la pena postular la
importancia de la critica literaria de la literatura infantil en un momento en
que la crítica textual está en crisis, por falta de lectores y porque se están
produciendo otros planteamientos teóricos como los Estudios Culturales,
que proponen absorber a la teoría literaria como un objeto de estudio
dentro de una teoría discursiva de la sociedad entera.
Entonces, ¿requiere la literatura infantil estar en sintonía con la teoria crítica
en general? (Ya sabemos que otras veces hemos llegado tarde). ¿Tiene
sentido continuar reclamando que las instituciones proporcionen más
espacios para la crítica? En definitiva, ¿tiene sentido una crítica de la
literatura infantil y juvenil? Y si lo tuviera ¿de qué tipo? y ¿para quién?
Creo que la crítica literaria tiene una función esclarecedora y generadora en
la literatura infantil.
Esclarecedora porque las buenas críticas son ejercicios creativos que nos
revelan aspectos nuevos de un texto que de otra manera no hubiéramos
tomado en cuenta y que nos abren caminos gracias a ciertas pistas para
buscar nuestras formas de leer. Generadora porque la producción literaria
para niños se ve influida definitivamente por la crítica y mejora a partir de
ésta. .
En la medida en que existan más aproximaciones a los textos que clarifiquen
y permitan discernir qué los hace significativos, los que trabajamos con libros
para niños podremos intentar dilucidar qué rasgos podrían estar detrás de
aquello que nos parece encantador, qué significados entran en juego en un
texto; y también se ocultan detrás de algunas pistas. En la medida en que el
cuerpo crítico de la literatura infantil se expanda con interpretaciones
esclarecedoras, no importa desde qué óptica teórica, será cada vez más
posible trazar el camino de un texto y entenderlo en su dinamismo histórico

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 11


y de recepción individual: La crítica de la literatura infantil ofrece ciertas
garantías porque ubica al libro infantil, no tan sólo como objeto de consumo
cultural arrojado a los vaivenes del mercado, sino también como creación
cultural donde se producen significados sobre los que merece la pena pensar
críticamente.
Creo que además la crítica de libros para niños tiene un sentido formativo
para los que trabajamos con niños y libros en la medida en que la lectura y
la escritura de la crítica nos acerca los textos que conocemos. A su vez
vigoriza el diálogo de los que queremos continuar hablando de libros para
niños porque nos encanta y porque para nosotros la literatura infantil tiene
uno ubicación más central; entre otros razones porque en este momento en
que circulan numerosos discursos para los niños, la literatura infantil ofrece
la posibilidad de la alfabetización crítica, por lo que se relaciona con el
proceso de ayudar a los niños a hacerse lectores.
Tal vez por su relación con la formación de lectores es que la literatura’
infantil, a diferencia de la literatura, merece cada vez más atención.
Por último, a lo mejor el interés por la critica en un mundo en el que la
crítica ha perdido significado puede ser puramente personal. La esperanzo
de la crítica está en esa interacción entre un buen lector con un texto. Tal
vez un poco más al margen de las circunstancias históricas y sociales, el
camino de la crítica literaria pueda ser rescatar el momento en que el lector
se encuentra con el texto literario o consigo mismo. Como dice Harold
Bloom: “La crítica estética nos devuelve a la autonomía de la literatura de
imaginación y a las soberanías del alma solitaria, al lector no como ser social
sino como el yo profundo: nuestra más recóndita interioridad”. (Bloom, 20).
Sólo que para ello hay que ser cada día mejor.

Notas y Bibliografía:
• Bloom, Harold. El canon occidental, Barcelona, Anagrama, 1996.
• Crago, Hugo.“Categorías culturales y la crítica de la literatura infantil”. En:
Parapara: Revista de literatura infantil (n°4, Nov. 1981).
• Colomer,Teresa: La formación del lector literario, Madrid, Fundación Germán
Sánchez Ruipérez, 1998.
• Dorfman, Ariel y Armand Mattelart: Para leer al pato Donald, La habana,
Ciencias Sociales, 1974.

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 12


• Horning, Kathleen T. From Cover to Cover: Evaluating and Reviewing
Children’s Books: Nueva York, Harper Trophy, 1997:
• Hunt, Peter. Introducción a Literature for Children Contemporary Criticism,
Londres, Routledge, 1994.
• Iser,Wolgang. El acto de leer, Madrid:Taurus, 1987
• Mercier, Cathryn M.“Insights and Discoveries: Illuminating Textual Criticism
En; Evaluating Children’s Books: A Critical Look (Betsy Hearne y Roger
Sutton Edit.), Champaign, University of Illinois at Urbana, 1992.
• Myers, Mitzi. “Missed opportunities and critical malpractice: New
Historicism and Children’s Literature. En: Children’s Literature Association
Quaterly, N° 13.
• Paul, Lissa:”Variaciones sobre un enigma: lo que conoce la teoría feminista
acerca de la literatura infantil” en; Colección Clave sabre Historia, crítica y teoría
de la Literatura Infantil: Documentos traducidos por el CIDLIL, Caracas,
Banco del Libro, 1997.
• Pickering, Samuel. ‘The Function of Criticism in Children’s Literature” En:
Children’s Literature in Education, (Vol. 13, No 1 1-44)
• Rossell, Joei Franz.‘La crítica de la literatura infantil: Un oficio de centauros
y sirenas” En: Hojas de lectura, Bogotá, N°49, (Dic. 1997).
Said, Edward. “Crítica secular” En: Punto de vista, año X, No 31, (Nov. - Dic.
1987).
• Sánchez del Corral, Luis: Literatura infantil y lenguaje literario, Barcelona,
Paidós, 1995:
• Savater, Fernando. Misterios gozosos (Héctor Subirats Edit.) Madrid, Espasa
Calpe, 1995.
• Watkins, Tony. “Cultural Studies, New Historicism and Children’s
Literature” En: Literature for Children Contemporary Criticism, (Peter Hunt,
Comp.) Londres, Routledge, 1994,
• Zipes, Jack.‘Taking Political Stock: New Theoretical and Critical Approaches
to Anglo-American Children’s Literature in 1980s” En: The Lion and the
Unicorn (Vol. 14, NI 1, Jun. 1990)

MÁSTER EN LIBROS Y LITERATURA PARA NIÑOS Y JÓVENES 13

Вам также может понравиться