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LIDERAZGO POSITIVO

Es un modelo de dirección y desarrollo de personas que está compuesto por el líder inspirador y movilizador, imprescindible para marcar dirección, dar
empuje e inyectar ilusión y el manager que planifica, que organiza en la proximidad, que gestiona, resuelve y asesora. Este no solamente se preocupa por
las cosas, sino que se ocupa de ellas. Trabaja en el terreno, en proximidad, codo con codo con sus propios colaboradores.
El Liderazgo Positivo tiene un fuerte componente motivacional, entendiendo la motivación como la base del bienestar del ser humano, orientada
permanentemente a la movilización de las personas, identificando qué es lo que les pone en marcha y ayudándolas a ello. Está basado en la mejora
continua, tanto profesional como personal.
Un líder positivo está convencido de que cuanto más ayude a crecer a sus colaboradores, más vas a crecer él como persona.
El Liderazgo Positivo no es solamente un modelo de liderazgo meramente teórico, que pretende convencer de las excelencias de ser mejor persona y mejor
jefe. Se trata de un modelo de liderazgo basado en la experiencia adquirida y en las expectativas mantenidas.
El liderazgo positivo es una forma de trabajar, relacionarse con los demás y comunicarse en la que las acciones prevalecen sobre las decisiones, las
oportunidades son la realidad detrás de los problemas, los desafíos se entienden como una forma de aprender y el día a día es la mejor ocasión para
avanzar hacia la excelencia a través de la mejor continua.
Los líderes positivos siempre buscarán predicar con el ejemplo y tratará de permanecer cercano a la gente y a sus necesidades. Siempre bajo el respeto de
los valores y de la integridad humana.

LIDERAZGO NEGATIVO
Un líder negativo buscará aprovecharse de las personas y las manipulará para que lleven a cabo acciones por él. Esta persona tratará en la medida de evitar
el trabajo y casi siempre toma decisiones autoritarias sin tomar en cuenta a los miembros de su grupo. El líder negativo actúa aislando a sus integrantes y
desde la perspectiva del miedo.
Al líder negativo le cuesta aceptar otros puntos de vista, tampoco escucha mucho y si lo hace, internamente ya está juzgando al que opina y la mayoría de
las veces descalificándolo en vez de indagar más a fondo las razones de esa opinión.
A veces este tipo de líderes se sienten inseguros por lo que necesitan reforzar su “territorio” o su poder. No son propensos a demostrar sus debilidades o
áreas de oportunidad, lo que puede llevarlos a sentirse superiores y demostrar mucha soberbia. Este tipo de personas difícilmente serán capaces de generar
entusiasmo o confianza. Suelen tener un humor cambiante, por lo que su gente estará alerta de sus expresiones facial-corporales antes de acercarse y si
detectan un mal día tratarán de mantenerse alejados.
Hay otro tipo de líder negativo, es aquel que estando descontento en la organización por cualquier tema, en vez de buscar retirarse a otra empresa, se
convierte en el “pasillo” de críticas y suele azuzar a los demás contra la organización y contra sus jefes, genera rumores permanentes en vez de hablar de
forma directa y demostrar el origen de su descontento para analizar posibles soluciones. Busca el bullying, en esas situaciones, de otros para sentirse
apoyado.

CARACTERÍSTICAS DE LÍDER POSITIVO


Intrínsecamente relacionado con la salud mental, el liderazgo positivo recoge una serie de características que, de implementarse correctamente, lograrán
que los equipos de trabajo desarrollen sus tareas mejor, de manera más eficiente y con mucha más implicación personal. Estas son algunas de las más
importantes.
1. Saber dar las gracias
Los jefes que dan las gracias logran que sus empleados se sientan valorados. Estas siete letras parecen ser ‘mágicas’ y, utilizadas con criterio, son grandes
aliadas de los líderes positivos.
2. La importancia de ser positivo
Después de la tormenta siempre llega la calma. Si la empresa está pasando por un momento de crisis, lo mejor es poner al equipo a trabajar en ideas que
ayuden a solucionar el problema. Para ello, nada mejor que hacer notar a los empleados la importancia de sus ideas y fomentar la creatividad para dar con
la clave del éxito. Y para ello, la escucha activa se postula como uno de los elementos ineludibles. Según Lacera, “la principal característica de un buen líder
es escuchar. Aunque parece sencillo, a veces es la acción más complicada porque requiere tiempo, atención, consideración y una respuesta. Si todos
fuéramos capaces de escuchar más, tendríamos que hablar menos porque nos entenderíamos antes”.
3. Aprender del error en lugar de castigarlo
Los jefes que trabajan bajo los criterios del liderazgo positivo saben que tanto sus empleados como ellos mismos pueden fallar. Los errores no deben
interpretarse como razones para el castigo, sino que han de estimarse como oportunidades para no errar en el futuro. Los líderes positivos saben perdonar.
4. La idea de ‘salario emocional’
Tal y como se ha explicado en líneas anteriores, los trabajadores valoran muy positivamente los gestos que ponen en valor su trabajo. Bien sea una mención
en público a la última tarea realizada, bien sea un ambiente tranquilo donde todo el equipo se lleve bien, el ‘salario emocional’ es un concepto con el que los
líderes positivos han de estar familiarizados y deben fomentarlo.
El liderazgo positivo implica compartir las creencias, el optimismo, la visión, el propósito y el plan de la organización. Esta transparencia forma parte de un
proceso que logra inspirar y fomentar el entusiasmo en quienes reciben el mensaje. A través de palabras y actitudes las personas se ven capacitadas para
creer, actuar y ejecutar. Se desarrollan como individuos, crecen y hacen crecer a la organización y su proyecto, logrando resultados significativos y
marcando la diferencia.
5. Habilidades comunicacionales
El saber comunicarse parece una cualidad obvia en cualquier líder, pero el hacerlo bien no es tan sencillo. Un líder positivo posee habilidades
comunicaciones que no solo sirven para hablarle al grupo sino que también para escuchar lo que el resto tiene que decir.
Reuniones grupales, vías de contacto abiertas, dinámicas para conocerse y unir al equipo, espacio para recreación, etc. Todo eso aporta a que la
comunicación fluya y que un líder positivo debe ser capaz de generar.
6. Capacidad de delegar
Un buen líder debe poder confiar en el grupo que dirige y no creerse un superhéroe que está a cargo de cada tarea, por más pequeña que sea. Por eso el
tener la capacidad de delegar en el resto es una característica clave.
Para poder delegar con confianza hay que conocer bien las aptitudes del equipo de trabajo, saber bien a quién asignarle una labor y demostrarles que cree
en sus capacidades demostrando que todos son importantes para lograr ese objetivo común.
Si bien debe existir una jerarquía, el delegar no tiene porque ser un triangulo en el que unos están claramente por encima del otro, sino que un círculo en
que los aportes de todo el equipo son importantes para conseguir con éxito esa misión, cada cual ayudando con lo que mejor sabe hacer.

¿CÓMO SABER SI SOY UN LIDER POSITIVO O NEGATIVO?

No hace falta ser un genio para darse cuenta de que en todos y cada uno de nosotros hay un líder potencial. Aquí hay algunas preguntas que hacerse para
identificar qué tipo de lider es uno:
1. ¿Soy accesible?
2. ¿Tengo la mente abierta?
3. ¿Trato a todos como iguales?
4. ¿Pido ayuda cuando la necesito?
5. ¿Ayudo a los demás sin esperar nada a cambio?
6. ¿Me preocupo por los sentimientos de los otros?

Los grandes líderes saben que lo que tienen enfrente son personas antes que empleados o subordinados. Y como tales tienen sentimientos, altibajos, y la
necesidad de tener a alguien que les escuche.
Si mientras leía esto he pensado “yo lo hago” con varios de estos puntos es que probablemente soy un líder positivo. En cambio si las respuestas fueron
con un No, hay que recapacitar y aceptar hay que cambiar, pues me comporto entonces como un líder negativo.
IMPORTANCIA DE LOS LIDERAZGOS POSITIVOS EN EL TRANSCURSO DE NUESTRA VIDA ESTUDIANTIL

Los estilos que enfoca el liderazgo educativo, nos demuestran que puede ser una medida muy efectiva y especial para formar a personas que hagan
grandes avances en muchos ámbitos. Dentro de las ventajas que esto puede ofrecer, tanto dentro como fuera de las aulas, se encuentran las siguientes:
 Concientiza acerca de propósitos que son justos. Un líder bien educado sabrá mantenerse en pie y que es lo que tiene que hacer para lograr que el
ambiente que lo rodea sea más justo. Puede lograrlo enfocándose en problemas sociales que necesiten ser cambiados, o bien, mejoras que busquen
beneficiar a los demás.
 Busca como involucrar a padres y tutores en la educación de sus hijos. Hoy en día, se ha repetido que la educación no es algo que se límite a las
escuelas, sino que se debe dar en conjunto con lo que se aprende en el hogar. Un padre que se preocupa porque sus hijos sean bien educados, sabe
que esa responsabilidad no se queda tan solo en los salones de clase.
 Aprueba las innovaciones en el sistema educativo. Está a favor de que los métodos tradicionales, no son siempre los más efectivos para educar a las
personas, sobretodo cuando se sabe que no todas aprenden de la misma manera y que tampoco tienen los mismos intereses. Es por eso que no se
detiene en los esquemas de toda la vida, buscando siempre métodos innovadores.
 No deja de lado los valores que son importantes. Tales como la responsabilidad, la solidaridad y el respeto. En el mundo puede haber líderes que no
tienen en claro lo que es la buena moral, ni tienen presentes los valores más básicos. Esto es algo que tarde o temprano, lleva al desorden por parte de
quienes están descontentos. Es por eso que cualquiera que aspire a ser un líder, debería tener presente todo esto.
 Enseña sobre la importancia que tiene el trabajo en equipo. Aprender a colaborar con los demás, sobretodo si se trata de alcanzar un mismo objetivo, es
algo que todos necesitamos entender y poner en práctica, dejando de lado intereses propios. Esto es de gran utilidad sobretodo, para transformar
comunidades enteras o lograr emprendimientos relevantes, tales como fundar una empresa, por ejemplo.
 Ayuda a afrontar mejor los cambios. La naturaleza del mundo es cambiante pero no siempre somos capaces de entenderlo. Es por eso que el liderazgo
educativo, también propone preparar a quienes están en escuelas e instituciones, para que sea capaces de adaptarse mejor a ella. Quien no está
consciente de ello tiene muy pocas probabilidades de tener éxito en el futuro.

Como ves, el liderazgo educativo puede ser muy oportuno y sobretodo cuando es enseñado desde temprana edad. Hoy en día, muchos centros educativos
se han preocupado por incorporar todos los puntos anteriores y adaptar formas de liderazgo que le permitan a sus alumnos transformarse en mejores
personas, con más posibilidades de lograr sus metas y sobretodo, que puedan alcanzar objetivos de provecho el día de mañana, que cambien la vida de las
personas.

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