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INTRODUCCION AL DERECHO PRIVADO

CAPÍTULO 1: DERECHO

EL DERECHO
Hay diversas aceptaciones de la palabra “Derecho”, pero son dos las que nos interesan estudiar:
En sentido objetivo el derecho es el conjunto de principios, preceptos y reglas a que están sometidas las
relaciones humanas en toda sociedad civil, y a cuya observancia pueden ser compelidos los individuos por
la fuerza.
Podemos asimilar al derecho en sentido objetivo, con la idea de norma. Ej.: “el derecho obliga a los padres
al cuidado personal de sus hijos”.
En cambio derecho en sentido subjetivo, alude a la facultad de hacer o exigir algo que la ley reconoce o
establece a nuestro favor. La facultad de exigir a otro una determinada conducta (Borda). Ej.: “que todo
propietario tiene derecho de usar y gozar la cosa”.
Ambas ideas de derecho en sentido objetivo y subjetivo no son antagónicas, sino que se complementan
entre sí, trabajan juntas.

DERECHO POSITIVO: distinción entre derecho público y privado.


Se llama derecho positivo al conjunto de normas vigentes de un país. Puede clasificarse en dos grandes
ramas o categorías, derecho público y derecho privado.

DERECHO PUBLICO
Si interviene el Estado como poder público, estamos en presencia de una norma de derecho público. En el
derecho público una de las partes tiene relación de superioridad respecto de la otra, por participar el
Estado con su imperium.
Las ramas más importantes del derecho público son las siguientes:
 Derecho Constitucional: es el que organiza el Estado, determina las relaciones y facultades de los
distintos poderes y establecen normas fundamentales de convivencia social.
 Derecho Administrativo: es el que organiza el funcionamiento de la Administración Pública, ya sea
nacional, provincial o municipal, y las relaciones entre ella y los administradores.
 Derecho Penal: es el que regula la potestad punitiva del Estado.

DERECHO PRIVADO
Es aquel en que sólo intervienen los particulares, o el Estado en su carácter de simple persona jurídica. En el
derecho privado las relaciones jurídicas quedan siempre establecidas en base a la igualdad de los sujetos.
Las ramas más importantes del derecho privado son:
 Derecho Civil: está destinado a regular las personas y las múltiples relaciones que ellas establecen
en el entramado de sus vínculos personales, familiares o de consumo. Resguardando siempre a
quienes se encuentran en situación de vulnerabilidad o de desigualdad estructural, excluyendo
toda conducta discriminatoria.
 Derecho Comercial: el derecho comercial es el derecho de la empresa, es decir, el derecho del
empresario, que debe incluir la normativa del empresario, de sus bienes materiales como
inmateriales y de su actividad de producción e intercambio de bienes y servicios orientados al
mercado (Araya).
 Derecho del trabajo: es el derecho que regula las relaciones jurídicas nacidas en el trabajo. Es el
conjunto de principios y normas jurídicas que regula las relaciones – pacíficas y conflictivas – que
surgen del hecho social del trabajo dependiente, y las emanadas de las asociaciones profesionales –
sindicatos y cámaras empresariales – entre sí y con el Estado.

FUENTES DEL DERECHO

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La palabra fuente refiere al lugar de donde surgen los derechos. Entonces, podemos decir, que las fuentes
son normas de manifestación del derecho que dan respuesta a los interrogantes que plantea la vida
jurídica.
Las fuentes históricamente han sido: la ley, la costumbre, la jurisprudencia y la doctrina.
Algunas de ellas son obligatorias (fuente de derecho formales) como la ley y la costumbre, y otras carecen
de dicha obligatoriedad (fuente de derecho materiales) como lo es la jurisprudencia y la doctrina.

La Ley
Los casos que se presenten a los jueces deben ser resueltos conforme a las fuentes, destacando en primer
lugar a la ley, que resulta la más importante, pero no la única.

Constitución Nacional
En nuestro derecho hacemos referencia a la Constitución y al “bloque de constitucionalidad”, que incluye
también los tratados de derechos humanos. Éste bloque es fuente de derecho en dos sentidos:
- Directa: a través de normas que se aplican en las distintas normas jurídicas.
- Indirecta: porque modifica e espíritu informador de derecho, cambiando los principios generales.
Esta norma de reconocimiento fundamenta el resto del sistema y por eso se dice que hay un principio de
“supremacía constitucional”.

Jurisprudencia
La jurisprudencia, como fuente, es el producto de la labor de los jueces en el dictado de sentencias, donde
sientan doctrina al decidir casos concretos que se les presentan. La jurisprudencia adquiere mayor
relevancia cuando los fallos se van reiterando de manera uniforme, suele decirse “van sentando
jurisprudencia”. En general un solo fallo no sienta jurisprudencia, la reiteración la fortalece.
Sentencia: es la resolución dictada por un juez en un caso concreto y por la cual concluye el proceso judicial
correspondiente.

Costumbre
La ley y la costumbre, siendo ambas fuentes de derecho, poseen marcadas diferencias. La ley se ubica en el
área gubernamental y es de formación rápida. En cambio, la costumbre está situada en el área de la
sociedad y de gestación lenta.
Consiste en la observancia constante y uniforme de un cierto comportamiento de una sociedad con la
convicción de que responde a una necesidad jurídica. Para que exista costumbre, son necesarios dos
elementos:
 E. material: para que se de éste elemento debe reunir los siguientes caracteres:
a) Ser uniforme, que el hecho tenga siempre las mismas características.
b) Ser constante, que se lleve a cabo sin interrupciones.
c) largo uso,
d) generalidad, el hecho debe ser practicado por toda la comunidad o la mayoría de ella. porque
hay usos de formación reciente.
e) publicidad: que el hecho sea conocido por todos.

 E. subjetivo o psicológico: consiste en la convicción de que esa práctica responde a una necesidad
jurídica, es decir que el uso es jurídicamente obligatorio.

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Doctrina
La doctrina es la opinión de los distintos autores, expresada tanto en sus obras (textos, notas a fallos, etc.)
como en Congresos y Jornadas. Sirve de pauta orientadora en la interpretación y aplicación de las romas
como así también es tenida en cuenta para la elaboración de las mismas.

LA LEY
La ley es un precepto general obligatorio y justo, dictado por una autoridad legítima y competente para
regular conductas sociales.
Entre los caracteres de la ley encontramos:
 Justicia: va encaminada al bien público.
 Autenticidad: dictada por autoridad legítima y competente.
 generalidad: se establece en beneficio de todos y para observancia de toda la sociedad.
 obligatoriedad: de cumplimiento obligatorio por todos.
La ignorancia de leyes no sirve de excusa para su cumplimiento, ya que el derecho se presume conocido por
todos.

Clasificación
La ley en sentido amplio o material
Es toda regla social obligatoria emanada de autoridad competente con carácter de generalidad. En esta
categoría quedan incluidas las constituciones, los tratados internacionales, las leyes de los órganos
legislativos, ordenanzas municipales, etc.
La ley en sentido estricto o formal
Son leyes solo las normas emanadas de los órganos legislativos, Congreso nacional o legislaturas
provinciales, con los procedimientos fijados por las Constituciones, tanto nacional como provinciales.
Leyes imperativas
Son aquellas normas legales que prevalecen sobre la voluntad de los particulares, ellos no pueden alejarse
de sus previsiones. Dentro del derecho privado las encontramos en materia de familia, sucesiones y
derechos reales.
Leyes supletorias
Las normas son supletorias cuando los particulares en sus propias regulaciones de derechos pueden
apartarse de sus prescripciones. Se denominan supletorias porque suplen la voluntad de los particulares en
caso de silencio; es decir que las partes nada han previsto en relación a algún tema, ellas se vuelven
obligatorias para ese supuesto jurídico. En materia de derecho privado se encuentran por ejemplo en
obligaciones y también en la regulación de los contratos.

Interpretación de la Ley
Podemos decir que interpretar es buscar el sentido y valor de la norma para medir su extensión precisa y
apreciar su eficacia en cuanto al gobierno de las relaciones jurídicas, aparentemente comprendidas en el
ámbito de su vigencia.
La misión de la interpretación es eliminar los puntos oscuros y las contradicciones de la ley.
La jurisprudencia y la doctrina se reparten la tarea de la interpretación.

En el Art. 2 del Código Civil y de Comercio se establecen las reglas de interpretación de la ley dirigida hacia
los jueces quienes serán los encargados de aplicar el Derecho: “Interpretación. La ley debe ser interpretada
teniendo en cuenta sus palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen de los
tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos, de modo coherente con todo el
ordenamiento.”

Aplicación de la ley en el tiempo

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Artículo 7°, Eficacia temporal: “A partir de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de
las relaciones y situaciones jurídicas existente. Las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden
público, excepto disposición en contrario”.
De éste articulo podemos concluir la ley en el tiempo se aplica en base a 4 reglas:
 efecto inmediato
 principio de irretroactividad
 límites de retroactividad
 supervivencia de la ley antigua

El ejercicio de los derechos


Buena fe
Vinculado estrechamente con la ética y la lealtad.
Gran parte de la doctrina distinguen por una parte la buena fe objetiva y por otra la subjetiva, ambas ideas
incluidas en el precepto del art. 9.
Buena fe, lealtad u objetiva: esta acepción de buena fe nos remite a la idea de una conducta noble y recta
de comportamiento dentro de los actos jurídicos. Refiere a comportarnos con el otro como nosotros
quisiéramos que lo hagan con uno mismo.
Esta acepción tiene especial aplicación en materia contractual y también dentro de los negocios jurídicos
personalísimos.
Buena fe, creencia o subjetiva: es la protección que nos brinda el ordenamiento jurídico cuando existe
creencia razonable de haber obrado diligentemente y conforme al derecho, pudiendo presentarse en dos
hipótesis: cuando se confía en la titularidad de un derecho propio y al confiar en la titularidad de un
derecho ajeno (Nicolau).
La alusión a la buena fe en el código original de Vélez, refiere a esta acepción.

Abuso del derecho (Art. 10)


Para poder reconocer si estamos frente al abuso de un derecho subjetivo, debemos tener presente como
pauta de base, que el sujeto al ejercerlo, debe tener en sus manos un derecho. Y luego por alguna
circunstancia, se desvía y cae en la ilicitud ocasionando un daño a un tercero. Si de arranque la conducta no
está amparada por el ordenamiento normativo, nunca estaremos frente a un ejercicio abusivo, sólo
estaremos frente a una conducta ilegítima.
Ej.: si una norma del BCRA establece un límite máximo que se puede cobrar de intereses en préstamos
bancarios y un banco decide cobrar uno mayor, no existe abuso, porque el banco nunca tuvo derecho a
hacerlo.
Los criterios para juzgar el abuso de derecho son los siguientes:
 El criterio de los fines: cada institución jurídica, tiene una finalidad económica, social o ambienta; si el
sujeto utiliza ese instituto con otra finalidad y ocasiona daño, estamos en presencia del abuso del
derecho.
 El criterio de la buena fe: creemos que debe ser interpretado como que todo derecho debe ser
ejercido en pos de un propósito funcional a su titular y no con el solo efecto de perjudicar a terceros.
 El criterio de la moral y las buenas costumbres: las buenas costumbres son como “cristalizaciones de
la moral media en una sociedad determinada” y en un tiempo determinado.

Los efectos de la conducta abusiva por ser ilegítima, es decir contraria al derecho, son:
a) El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo (tutela preventiva).
b) Si correspondiere, procurar la reposición al estado de hecho anterior y fijar una indemnización por todos
los daños sufridos, procurando alcanzar una reparación integral (tutela resarcitoria).

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DERECHOS Y BIENES
Conceptos generales de Bienes
Los bienes entendidos en “sentido amplio” abarcan las cosas (objetos materiales) y los derechos (objetos
inmateriales) con valor económico. No obstante, la nueva legislación expande el concepto de tal forma que,
actualmente, los bienes en sentido “amplio” comprenden también:
1) los derechos individuales que la persona posee sobre el cuerpo humano o sus partes;
2) los derechos de las comunidades indígenas sobre bienes comunitarios;
3) por último, los derechos de incidencia colectiva.

Una de las innovaciones del nuevo código, es la incorporación de una nueva categoría de objeto de
derechos, que no tiene valor económico, sino afectivo, terapéutico, científico, humanitario o social (que son
los derechos sobre el cuerpo humano o sus partes antes mencionados).

Derecho sobre las comunidades indígenas


Art. 18 del CC y C: Las comunidades indígenas reconocidas tienen derecho a la posesión y propiedad
comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y de aquellas aptas y suficientes para el desarrollo
humano según lo establezca la ley.

Clasificación de las cosas (Desde el art. 225 al 234)


Las cosas son bienes materiales que tienen contenido económico. Existiendo distintas clasificaciones:

Cosas inmuebles y muebles


Las cosas inmuebles se subdividen en inmuebles por su naturaleza y por accesión.
Son inmuebles por su naturaleza el suelo, las cosas incorporadas a él de una manera orgánica y las que se
encuentran bajo el suelo sin hecho del hombre.
Son inmuebles por accesión las cosas muebles que se encuentran inmovilizadas por adhesión física al suelo,
con carácter perdurable. En este caso, los muebles forman un todo con el inmueble y no pueden ser objeto
de un derecho separado sin la voluntad del propietario. No se consideran inmuebles por accesión las cosas
afectadas a la explotación del inmueble o a la actividad del propietario.
Son cosas muebles las que pueden desplazarse por sí mismas o por una fuerza externa.

Cosas divisibles e indivisibles


Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin ser destruidas.
Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y
aprovechamiento.

Cosas principales y accesorias


Son cosas principales las que pueden existir por sí mismas.
Son cosas accesorias cuya existencia y naturaleza son determinadas por otra cosa de la cual dependen o a
la cual están adheridas.

Cosas consumibles y fungibles


Son cosas consumibles aquellas cuya existencia termina con el primer uso.
Son cosas no consumibles las que no dejan de existir por el primer uso que de ellas se hace, aunque
susceptibles de consumirse o deteriorarse después de algún tiempo.
Son cosas fungibles aquellas en que todo individuo de la especie equivale a otro individuo de la misma
especie, y pueden sustituirse por otras de la misma calidad y en igual cantidad.

Frutos y productos

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Los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere o disminuya su sustancia se
denominan frutos. Y los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o disminuyen su
sustancia se llaman productos.

Bienes inenajenables
Están fuera del comercio los bienes cuya transmisión está expresamente prohibida por la ley o por los actos
jurídicos, en cuanto a este Código permite tales prohibiciones.

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CAPÍTULO 2: PERSONA

PERSONA HUMANA
El actual Código Civil y Comercial de la Nación refleja en forma clara la noción de que es persona por el solo
hecho de ser humano. Desde una perspectiva moderna, supone abandonar el concepto de persona
tradicional como “el ente susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones” para enfocarse en la
“personalidad”, comprensiva del complejo de derechos que el ordenamiento jurídico le reconoce al
hombre por el solo hecho de serlo.

PERSONAS JURÍDICAS (art. 141 del C.C y C)


Son personas jurídicas todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para
adquirir derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación. La
persona jurídica tiene una responsabilidad distinta de la de sus miembros y estos últimos no responden por
las obligaciones de la persona jurídica.
Cada entidad es un sujeto de derecho independiente y por eso, es titular exclusivo de las relaciones
jurídicas en que interviene. Por aplicación de la regla de la distinta personalidad, dado un conflicto que
requiere intervención judicial, corresponde demandar a la persona jurídica como tal y no a los miembros
que la componen, ni a los individuos que integran sus organismos directivos, aun cuando la notificación de
la demanda deba hacerse en la persona de quien ejerce la representación de la entidad.
El principio de separación de la personalidad no es absoluto. Cuando la persona jurídica es usada para
obtener finalidades distintas de aquellas para la cual ha sido creada, y por ello provoca perjuicio a un
tercero, resulta lícito indagar qué hay detrás del ente creado e imputar la responsabilidad directamente a
sus integrantes.

Clasificación
Las personas jurídicas son públicas o privadas. Para ubicarlas en uno u otro sector, la doctrina ha tenido en
consideración diversos elementos: el origen estatal; la finalidad pública o el interés público; el control del
Estado; la afectación de rentas públicas para el logro de su actividad; y por último, la atribución de potestad
de imperio.

Son personas jurídicas públicas


· El estado nacional, las Provincias, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los municipios, etc.
· Los Estados extranjeros.
· La iglesia Católica.

Son personas jurídicas privadas


· Las sociedades
· Las asociaciones civiles
· Las simples asociaciones
· Las fundaciones
· Las iglesias o entidades religiosas
· Las mutuales
· Las cooperativas
· El consorcio de propiedad horizontal,
· Otras

COMIENZO DE LA EXISTENCIA DE LAS PERSONAS HUMANA


¿Qué es la concepción?
Para algunos autores la concepción comienza con la fecundación (unión del espermatozoide con el óvulo).

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Para otros, por ej. la Corte IDH (Interamericana de Derechos Humanos), la existencia de la persona humana
comienza con la implantación del óvulo fecundado en el útero materno (anidación), lo cual ocurre a los 14
días de la fecundación. Por ende, el embrión no implantado (ej. fecundación in vitro) no es persona
humana.
Personas por nacer
El Código Civil y de Comercio establece en su art. 19 que la existencia de la persona humana comienza con
la concepción. Define el momento desde el cual se considera que es persona humana como centro de
imputación de efectos, derechos y deberes, jurídicos en el ámbito civil.
Son personas que aún no han nacido, pero que ya están concebidas.

Concepción
El artículo 20 del C.C y C establece: “Época de la concepción es el lapso entre el máximo y el mínimo fijado
para la duración del embarazo. Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo tiempo del
embarazo es de trescientos días y el mínimo ciento ochenta, excluyendo el día del nacimiento.”
Para computar estos plazos se toma el día de nacimiento, desde ese punto de partida, sin computarlo, se
cuenta para atrás ciento ochenta días y trescientos días, tomándose los ciento veinte días que quedan en el
medio como época de la concepción. Desde ese momento se concibe la existencia de la persona y, por lo
tanto, se considera que ésta puede adquirir derechos.

Condiciones jurídicas de las personas por nacer


El artículo 21 del C.C y C establece: “Los derechos y obligaciones del concebido o implantado en la mujer
quedan irrevocablemente adquiridos si nace con vida. Si no nace con vida, se considera que la persona
nunca existió. El nacimiento con vida se presume.”
La personalidad reconocida al sujeto concebido es condicional. Es decir, la persona por nacer puede
adquirir derechos desde la concepción, pero los mismos se resuelven en el caso de que no se produzca el
nacimiento con vida. Nacer es salir del vientre de la madre y para que los efectos jurídicos se produzcan
debe existir vida independiente y autónoma aunque sea solo por un instante después de estar
completamente separado de su madre. Producido el nacimiento, se consolidan definitivamente los
derechos adquiridos en el período anterior y se opera su transmisión.

Nacimiento con vida


Consiste en que al ser separado el niño de la madre, éste comience a vivir por sí mismo. Es decir, que para
que los efectos jurídicos se produzcan, debe estar separado de la madre (no es necesario el corte del
cordón umbilical) existir vida independiente y autónoma aunque sea solo por unos instantes.

A continuación, algunos supuestos jurídicos sobre adquisición de derechos:


a) Bienes adquiridos por donación o herencia: la persona por nacer tiene capacidad de derecho para recibir
bienes tanto por donación como “por herencia”.
b) Alimentos: la persona por nacer puede demandar alimentos de personas obligadas a prestarlos.
c) Seguros: la persona por nacer puede ser beneficiaria de un contrato de seguro de vida, así como de
cualquier otro derecho que emane de estipulaciones hechas por terceros.
d) Acciones de años y perjuicios: si se comete un hecho ilícito contra una persona obligada a prestar
alimentos a la persona por nacer, ésta adquiere legitimación para accionar a fin de obtener el resarcimiento
correspondiente.

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e) Derechos emergentes de las leyes laborales y de la seguridad social: en los casos que corresponda a los
derechohabientes de un trabajador una indemnización o pensión, la persona concebida al tiempo del
fallecimiento debe ser incluido entre los beneficiarios.
Menores de edad
Son menores de edad todas las personas que no han cumplido 18 años.
Según nuestro actual código, el menor será niño desde su nacimiento hasta la edad de 13 años, y
adolescente desde dicha edad hasta la mayoría, a los 18 años.

Dentro de la nueva figura que el código denomina como adolescente, se pueden distinguir dos categorías
etarias: una, entre los 13 y los 16 años; la otra, después de esta última edad.
El nuevo código posibilita una real participación del adolescente en las decisiones del mismo en el ámbito
de su salud.
En el art. 26 refiere:”La persona menor de edad ejerce sus derechos a través de sus representantes legales.
No obstante, la que cuenta con edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que le
son permitidos por el ordenamiento jurídico…”
...”Se presume que si el adolescente entre 13 y 16 años de edad, tiene aptitud para decidir por sí respecto
de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni comprometen su estado de salud o provocan un
riesgo grave en su vida o integridad física. Por lo contrario, si se trata de tratamientos invasivos que
comprometan su estado de salud, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia de sus
progenitores. En caso de conflicto entre ellos, se deberá resolver, con intervención judicial, teniendo en
cuenta su interés superior del adolescente, sobre la base de la opinión médica respecto a las consecuencias
de realización o no del acto en cuestión. Pero, a partir de los 16 años esta regla se modifica. Este
adolescente es considerado como un adulto para las decisiones que atañen al cuidado de su propio cuerpo”.
Pero a partir de los 16 años esta regla se modifica. Este adolescente es considerado un adulto para las
decisiones que atañen al cuidado de su propio cuerpo.
El nuevo Código coloca en cabeza de los adolescentes el ejercicio de los derechos y obligaciones derivados
de la responsabilidad parental de sus hijos. Ello los habilita para decidir y realizar por sí mismos, a ambos
progenitores de manera conjunta, las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud;
independientemente del estado civil que posean.

Mayoría de edad
Cumplidos los 18 años de edad, la persona humana puede ejercer por sí mismo todos los derechos, es un
sujeto plenamente capaz de ejercicio.
Existen casos donde el juez puede restringir dicha capacidad para determinados actos de una persona si
esta padece una adicción o una alteración mental, siempre que estime que el ejercicio de su plena
capacidad puede resultar un daño a su persona o a sus bienes.

Fin de la existencia de la persona humana


El fin de la existencia se da a través de un hecho biológico al igual que su comienzo, en este caso, la muerte.
Se extinguen los derechos personalísimos, el matrimonio y derechos derivados del estado de familia. Se
trasmiten, en general, los derechos patrimoniales hacia los sucesores.
La muerte es un proceso y no un momento específico y determinado. Para su determinación y
comprobación se remite a la ley de trasplante de órganos, establece en su artículo 23 las condiciones o
requisitos mínimos que deben computarse para tener acreditado el fallecimiento de una persona física.
“El fallecimiento de una persona se considerará tal cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes
signos, que deberán persistir ininterrumpidamente seis (6) horas después de su constatación conjunta:
a) Ausencia irreversible de respuesta cerebral, con pérdida absoluta de conciencia.
b) Ausencia de respiración espontánea.
c) Ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas fijas no reactivas.

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d) Inactividad encefálica corroborada por medios técnicos y/o instrumentales adecuados a las diversas
situaciones clínicas, cuya nómina será periódicamente actualizada por el Ministerio de Salud y Acción Social
con el asesoramiento del INCUCAI.
La verificación de los signos referidos en el inciso “d” no será necesaria en caso de paro cardiorespiratorio
total e irreversible.

CAPACIDAD
Capacidad es la aptitud de los sujetos para adquirir derechos y contraer obligaciones (art. 22).
Hay dos tipos de capacidad: capacidad de derecho y capacidad de hecho o ejercicio.

Capacidad de derecho
Aptitud para ser titular de un derecho o de una obligación. También se la denomina capacidad de “goce”.
Todas las personas son capaces de derecho, y solo dejan de serlo cuando la ley se lo prohíbe, de manera
que: la capacidad es la regla; la incapacidad la excepción.
No existe la incapacidad de derecho absoluta, siempre es relativa. Esto es así porque no podrían existir
sujetos a quienes se les limite por completo esta capacidad, porque se perdería la calidad de persona, ya
que llevaría al individuo a la muerte civil; situación suprimida en todas las legislaciones modernas.

Art. 22 en la segunda parte reza: “La ley puede privar o limitar esta capacidad respecto de hechos, simples
actos, o actos jurídicos determinados”. El fundamento de dichas limitaciones obedece a la protección del
interés general. Ejemplo de incapacidades de derecho encontramos en el art. 1.002, entre otros tanto, “no
pueden contratar en interés propio:
- Los funcionarios públicos, respecto a bienes de cuya administración o enajenación están o han
estado encargados;
- Los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia de bienes relacionados con procesos en los que
intervienen o han intervenido;
- Los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido;
- Los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.

Las incapacidades de derecho son excepcionales, tienen como finalidad preservar el orden público, por lo
tanto si son burladas, dichos actos padecen de nulidad absoluta y dichas incapacidades no pueden salvarse
a través de la representación en forma válida.

Capacidad de hecho o de ejercicio


Aptitud para ejercer por sí mismos los derechos y obligaciones de las que se es titular. También se
denomina capacidad de “obrar”.
La finalidad de las incapacidades de hecho o restricciones a la misma, es la protección del individuo, no al
resto de la comunidad, es decir, se han establecido en interés de aquel, contrariamente a lo que sucede con
las incapacidades de derecho. Al incapaz no se le permite ejercer por sí mismo sus derechos y solo le
permite actuar por medio de un representante legal (padres, tutor, curador, etc.).
El nuevo código regula las limitaciones a la capacidad de hecho o de ejercicio en tres variantes según la
causa que la origina:
1. Personas incapaces de ejercicio (art. 24) :
- Personas por nacer.
- Personas que no cuentan con la edad y grado de madurez suficiente dispuesto en el código.
(menores de edad que no han alcanzado los 18 años y adolescentes que son los que han cumplido
13 años);
- Personas declaradas incapaces por sentencia judicial.
2. Restricciones a la capacidad (art. 31):

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- personas mayores de 13 años que padecen una adicción o una alteración mental permanente o
prolongada, de suficiente gravedad, siempre que se estime que del ejercicio de su plena capacidad
pueda resultar un daño a su persona o a sus bienes (art 32 1° párrafo).
3. Inhabilitación (art. 48): procede en el caso de prodigalidad únicamente.

Menores de edad
Remitirse a la página 9.

Emancipación
La emancipación es una institución jurídica que coloca a los menores en un régimen de capacidad civil
adelantada aunque no plena como los mayores, sino con restricciones; siendo la única causal de
emancipación, el matrimonio.
Los artículos 27 complementados con el artículo 404 rezan lo siguiente: “… el menor de edad que no haya
cumplido la edad de 16 años puede contraer matrimonio previa dispensa judicial (autorización judicial). El
menor que haya cumplido la edad de 16 años puede contraer matrimonio con autorización de sus
representantes legales. A falta de esta, puede hacerlo previa dispensa judicial…”.

Actos prohibidos: los menores emancipados no pueden ni aun con autorización judicial:
- Aprobar privadamente cuentas documentadas de los tutores ni darles finiquito.
- No puede hacer donaciones de cualesquiera bienes (o su valor) que hubiere recibido a título
gratuito. Los bienes (o su valor) adquiridos con su trabajo son susceptibles de ser donados
libremente.
- No puede formar parte de sociedades que impongan a los socios responsabilidad ilimitada y
solidaria por las deudas que aquella contraiga ni constituir derechos reales de garantía sobre
obligaciones ajenas.

Restricciones a la capacidad por afecciones psíquicas o adicciones


El nuevo Código (art. 31) establece una serie de reglas generales que deberán observarse cada vez que se
someta a una persona a juicio con la finalidad de restringirle la capacidad o excepcionalmente
incapacitarlo. Porque sin juicio previo no hay restricción a la capacidad de ningún tipo.
Alguna de ellas son:
- La capacidad general de ejercicio de la persona humana se presume, aun cuando se encuentre
internada en un establecimiento asistencial.
- Las limitaciones a la capacidad son de carácter excepcional y se imponen siempre en beneficio de la
persona.
- La intervención estatal tiene carácter interdisciplinario.
- La persona tiene derecho a recibir información a través de medios y tecnologías adecuadas para su
comprensión.

La consecuencia jurídica es la restricción de la capacidad en la medida que el juez lo establezca. El art. 32


establece: “ … el juez puede restringir la capacidad para determinados actos de una persona mayor de 13
años que padece una adicción o una alteración mental permanente o prolongada, de suficiente gravedad,
siempre que estime que del ejercicio de su plena capacidad puede resultar un daño a su persona o a sus
bienes.”

Legitimación activa e intervención del interesado en el proceso:

Están legitimados para solicitar la declaración de incapacidad y de capacidad restringida conforme el


artículo 33 del C.C y C:

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a) el propio interesado;
b) el cónyuge no separado de hecho y el conviviente mientras la convivencia no haya cesado;
c) los parientes dentro del cuarto grado; si fueran por afinidad, dentro del segundo grado;
d) el Ministerio Público.
La persona cuyo interés se lleva adelante el proceso es parte y puede aportar todas las pruebas que hacen a
su defensa. Si la persona en cuyo interés se lleva adelante el proceso ha comparecido sin abogado, se le
debe nombrar uno para que lo represente y le preste asistencia letrada en el juicio. El juez deberá
garantizar la inmediatez con el interesado durante el proceso y entrevistarlo personalmente antes de dictar
resolución alguna, asegurando la accesibilidad y los ajustes razonables del procedimiento de acuerdo a la
situación de aquél.
Sentencia y su revisión (art. 37, 38 y 40 CCyC)
La sentencia se debe pronunciar sobre los siguientes aspectos vinculados a la persona en cuyo interés se
sigue el proceso:
a) diagnóstico y pronóstico;
b) época en que la situación se manifestó;
c) recursos personales, familiares y sociales existentes;
d) régimen para la protección, asistencia y promoción de la mayor autonomía posible.
Por otra parte, para el dictado de la sentencia, es imprescindible el dictamen de un equipo
interdisciplinario.
Dicha sentencia debe determinar la extensión y alcance de la restricción y especificar las funciones y actos
que se limitan, procurando que la afectación de la autonomía personal sea la menor posible.
Asimismo, se debe designar una o más personas e apoyo o curadores de acuerdo a si, se restringe la
capacidad o es necesaria la incapacidad como medida de protección.
Esta sentencia puede ser revisada en cualquier momento, a instancia del interesado. Y debe ser
obligatoriamente revisada por el juez en un plazo no superior a tres años.

Representación. Asistencia. Sistema de apoyo


Representación
Existe representación cuando una persona (representante) recibe o trasmite una declaración de voluntad
en nombre de otra (representado) que es quien soporta sus consecuencias.
El art. 100 reza: “Regla General. Las personas incapaces ejercen por medio de los representantes los
derechos que no pueden ejercer por sí”.
El binomio representante-representado ya no implica una relación de poder del primero sobre el segundo,
sino que el actuar del representante debe ser exclusivamente “para” los intereses y la persona del
representado.
A mayor autonomía del sujeto, menor será la representación. Ejemplos de representantes son: de las
personas por nacer o menores de edad no emancipadas, sus padres.
Según cada supuesto jurídico sus representantes son:
a) de las personas por nacer, sus padres;
b) de las personas menores de edad no emancipadas de sus padres. Si faltan ambos padres, o ambos
son incapaces, o están privados de la responsabilidad parental, o suspendidos en su ejercicio, el
tutor que se les designe;
c) de las personas con capacidad restringida, el o los apoyos designados cuando, conforme a la
sentencia, éstos tengan representación para determinados actos; de las personas incapaces en los
términos del último párrafo del art. 32, el curador que se les nombre.

Asistencia

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El sistema de asistencia, a diferencia del de representación, consiste en que la persona que tiene
restringida la capacidad de obrar, se le designe un asistente, quien como su nombre indica, asistirá al sujeto
en el otorgamiento de aquellos actos que el juez o la ley no les permite realizar por sí solo.
Este régimen se puede presentar en los menores emancipados, en los inhabilitados y también en los apoyos
hacia personas restringidas en su capacidad.

Apoyos
En el artículo 43 se definen los apoyos como “cualquier medida de carácter judicial o extrajudicial que
facilite a la persona que lo necesite la toma de decisiones para dirigir su persona, administrar sus bienes y
celebrar actos jurídicos en general”. El o los apoyos tienen como función promover la autonomía y facilitar
la comunicación, la comprensión y la manifestación de voluntad de la persona para el ejercicio de sus
derechos.
NOMBRE Y DOMICILIO
Nombre
El nombre es uno de los atributos esenciales de las personas y por el cual se permite identificar a la misma
en relación a las demás. Está compuesto por un prenombre y un apellido, técnicamente el nombre es la
unión de ambos.
La regla para la elección del prenombre es la libertad. El art. 63 CCyC estable las limitaciones para su
elección, siendo estas escasas: no pueden inscribirse más de tres nombres, primeros prenombres idénticos
a primeros prenombres de hermanos vivos y tampoco pueden inscribirse prenombres extravagantes.

En cuanto al apellido podemos destacar dos ramas: hijos matrimoniales y extramatrimoniales.


En el caso del hijo matrimonial lleva el apellido de alguno de los cónyuges. En caso de no haber acuerdo, se
determina por sorteo realizado en el Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. A pedido de los
padres, o del interesado con edad y madurez suficiente, se puede agregar el apellido del otro. Todos los
hijos de un mismo matrimonio deben llevar el apellido y la integración compuesta que se haya decidido
para el primero de los hijos.
El hijo extramatrimonial con un solo vínculo filial lleva el apellido de ese progenitor. Si la filiación de ambos
padres se determina simultáneamente, se aplica como un hijo matrimonial. Si la segunda filiación se
determina después, los padres acuerdan el orden; a falta de acuerdo, el juez dispone el orden de los
apellidos, según el interés superior del niño.
En caso de hijo adoptivo por adopción plena, por lo general se aplican las reglas generales relativas al
apellido de los hijos matrimoniales antes desarrolladas. El adoptado puede pedir agregar o anteponer el
apellido de origen al del adoptante.
Si el hijo adoptivo se encuentra en adopción simple, el adoptado que cuenta con la edad y grado de
madurez suficiente o los adoptantes, puede solicitar se mantenga el apellido de origen, sea adicionándole o
anteponiéndole el apellido del adoptante o uno de ellos; si no existiera esta petición expresamente, la
adopción simple se rige por las mismas reglas de la adopción plena.

Domicilio
El domicilio es “la sede legal de la persona”. Es establecido por la ley, para la producción de los efectos
jurídicos que surgen de sus relaciones jurídicas, y el mismo será, según el caso, fijado por la ley tomando
diversos elementos de hecho como la residencia, el cargo público que desempeña, etc.

Clasificación
Se divide en dos clases de domicilio, el domicilio general u ordinario, para la generalidad de las relaciones
jurídicas de una persona; y el domicilio especial, que por el contrario rige para ciertas relaciones jurídicas.

Domicilio general u ordinario

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a) Domicilio real (art. 73): la persona humana tiene domicilio real en el lugar de residencia habitual. Si
ejerce actividad profesional o económica lo tiene en el lugar donde la desempeña para el cumplimiento de
las obligaciones emergentes de dicha actividad. Caracterizando a este tipo de domicilio el ser voluntario y
de libre elección.
b) Domicilio legal (art. 74): el domicilio legal es el lugar donde la ley presume, sin admitir prueba en contra,
que una persona reside de manera permanente para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus
obligaciones. Sólo la ley puede establecerlo, y sin perjuicio de lo dispuesto en normas especiales como por
ejemplo: los funcionarios públicos tienen su domicilio en el lugar en que deben cumplir sus funciones; o los
militares en servicio activo tienen su domicilio en el lugar donde lo están prestando.
Las personas humanas no tienen domicilio legal, sino real.
Las personas jurídicas no tienen domicilio real, sino legal.
Por excepción, algunas personas humanas ademas de tener su domicilio real, tienen domicilio legal en
consideración a su función: los funcionarios públicos, tienen domicilio legal donde cumplen sus funciones,
los militares en el regimiento donde están asignados, los sacerdotes en la parroquia donde están asignados.
Las personas jurídicas de derecho privado tienen su domicilio legal en el lugar donde tienen su sede social,
ésta se reconoce porque allí están los administradores y la administración de la sociedad y la
documentación y libros de comercio.
El problema de las sucursales: La sucursal funciona como domicilio de la persona jurídica (no siendo su cede
social) para todos los empresarios que contraten con la sucursal, y para todos sus trabajadores, por lo tanto
en caso de ser necesario pueden demandar a esa sucursal.

Domicilio especial
a) Domicilio convencional o de elección: es el domicilio que eligen las personas libremente cuando celebran
un contrato o en general un negocio jurídico, a fines de hacer posible el cumplimiento de sus obligaciones.
b) Domicilio procesal o “ad-litem”: al momento de iniciar una acción judicial ante Tribunales, los Códigos
Procesales establecen una carga al litigante, cual es, la de constituir un domicilio procesal o
“ad-litem”. Los efectos de este domicilio es que se constituye en un juicio, es que en este preciso domicilio,
serán válidas todas las notificaciones judiciales referidas a ese juicio puntal y determinado.

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CAPÍTULO 3: HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS

Hechos jurídicos
El código define al hecho jurídico en su artículo 257 y dice que, es el acontecimiento que, conforme al
ordenamiento jurídico, produce el nacimiento, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
El hecho debe ser recogido por la norma para que se genere o modifique una consecuencia jurídica. La
fuente productora de efectos tiene por único fundamento el “ordenamiento jurídico” que abarca no sólo la
ley, sino a las otras fuentes del derecho objetivo (costumbre, jurisprudencia, la autonomía de voluntad. Es
el ordenamiento el que establece cuáles son los hechos que le van a interesar y cuáles no.
Los hechos jurídicos pueden provenir de la naturaleza (el granizo que destruye la cosecha) o pueden
consistir en hechos humanos. También los estados psíquicos pueden constituirse en hechos jurídicos, en
tanto se exterioricen o puedan ser exteriorizados.
El nuevo código no clasifica a los hechos jurídicos, deja las clasificaciones a la doctrina, solo enuncia los
conceptos de dos hechos humanos. En primer lugar se ocupa delos simples actos lícitos y luego
conceptualiza el acto jurídico:
Simples actos lícitos
Son tratados en el art. 258 enunciando que; es la acción voluntaria no prohibida por la ley, de la que resulta
alguna adquisición, modificación o extinción de relaciones o situaciones jurídicas. Un ejemplo de esta es
quien escribe una canción por placer no piensa que el ordenamiento legal protege su creación intelectual.
Acto jurídico
El otro hecho humano es el acto jurídico, también llamado por la doctrina negocio jurídico, definido por el
art. 259 como el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o extinción de
relaciones o situaciones jurídicas.

En las tres definiciones normativas correspondientes a hecho jurídico, simple acto licito y acto jurídico, el
código nos habla de “adquisición, modificación o extinción de las relaciones o situaciones jurídicas”.
Entonces intentaremos dar una breve noción acerca de estas relaciones y situaciones jurídicas, para que se
pueda hacer una distinción entre ellas.

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Una situación jurídica “es un modo o una determinada manera de estar las personas en la vida social,
regulado por el Derecho”. Las situaciones jurídicas pueden ser unisubjetivas, refiriéndose a las personas en
sí mismas o con relación a los bienes; o también pueden ser plurisubjetivas, actúan más de una persona y a
éstas se las denomina relaciones jurídicas. Ej.: El derecho de propiedad sobre una cosa es una situación
jurídica, como también lo es la capacidad o incapacidad de ejercicio de una persona y vinculado a ello el ser
representante de alguien también es una situación jurídica. Mientras que el vínculo entre esposos, o como
el existente entre el acreedor y deudor son relaciones jurídicas.
La gran familia de los hechos jurídicos es la fuente (elemento externo) de todas las relaciones jurídicas.

Teoría general del acto voluntario


El nuevo código en el art. 260 dice que el acto voluntario, es el ejecutado con discernimiento, intención y
libertad, que se manifiesta por un hecho exterior.

Los elementos internos y externos de la voluntad


Elementos internos:

El discernimiento es la facultad de comprender y conocer. Se trata de estados de conciencia que permiten


al sujeto apreciar las consecuencias de sus acciones. Es la aptitud de la inteligencia que permite distinguir lo
verdadero de lo falso, lo justo de lo injusto, lo conveniente de lo inconveniente de las acciones humanas.
Son “causas obstativas” del discernimiento la inmadurez de la persona en razón de su edad o por la
alteración de las facultades mentales. Así en el art. 261, reputa involuntario el acto licito realizado por
personas menores de trece años, los actos ilícitos ejecutados por quienes no alcanzaron la edad de diez
años y los actos llevados a cabo por quien, al momento de realizarlos, se encontraba privado de la razón. En
consecuencia el discernimiento se presume y quien invoca lo contrario debe acreditarlo a través de estas
causales.

La intención supone la aptitud para entender el acto concreto que se realiza. La intención sólo puede
estudiarse en cada caso concreto, la falta de discernimiento excluye la intención, pero no a la inversa.
Suprimen la intención tanto el error como el dolo. Los actos humanos se presumen realizados con
intención, y por ende quien alegue que se ejecutaron por error o dolo, deberá probarlo.
La libertad es la facultad de elegir distintas alternativas espontáneamente, esto es, sin coacciones. Por
tanto, suprimen la libertad, la fuerza, el temor o intimidación. Los actos humanos se presumen libres, de
manera que las situaciones de excepción que obstan a la celebración de un acto libre y sin vicios deben
demostrarse.
Elemento externo:
La voluntad necesita de una manifestación, que es el elemento externo. Éste es el modo de hacer conocer
a los demás la existencia y el contenido de nuestra voluntad. Aquí encontramos a la “forma” en su sentido
amplio del término, como el modo de exteriorizar la voluntad.
Diversas formas de manifestación de voluntad:
La doctrina ha distinguido en las diversas formas de manifestar la voluntad entre las manifestaciones
“expresas” y “tácitas”.
- Expresa: el art. 262 reza lo siguiente: “los actos pueden exteriorizarse oralmente, por escrito, por signos
inequívocos o por la ejecución de un hecho material”.
- Tácita: el art. 264, contiene la regulación de la manifestación tácita de la voluntad: “es aquella que resulta
de los actos por los cuales se la puede conocer con certidumbre. Carece de eficacia cuando la ley o la
convención exigen una manifestación expresa”.
Por ultimo queda analizar qué valor le da el derecho al silencio:
- Derecho al silencio: el art. 263 establece: “el silencio opuesto a actos o a una interrogación no es
considerado como una manifestación de voluntad conforme al acto o la interrogación, excepto en los casos

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que haya un debe de expedirse que puede resultar de la ley, de la voluntad de las partes, de los usos y
prácticas, o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes”.

Vicios de la voluntad
Como se dijo anteriormente, es condición necesaria para que exista un acto voluntario la concurrencia de
los 3 elementos internos señalados en el art 260. La ausencia de uno de los elementos internos, antes
señalados, torna involuntario el acto. Vale aclarar que la falta de discernimiento no trae aparejada las
mismas consecuencias que si se encuentran afectas la intención o la libertad. Cuando falta discernimiento,
no existe en absoluto un acto voluntario. En cambio, cuando se encuentran afectadas la libertad o la
intención, la voluntad interna, aunque viciada existe.
Podemos encontrar tres vicios de voluntad diferentes: error, dolo y violencia.
- Error: el error de hecho debe ser “esencial” y en algunos casos deberá ser “reconocible” para alcanzar la
ineficacia del negocio jurídico. En derecho el error se produce frente a una inexacta representación de la
realidad. El art 265 reza. “El error de hecho esencial vicia la voluntad y causa la nulidad del acto. Si el acto es
bilateral o unilateral recepticio, el error debe, además ser reconocible por el destinatario para causar la
nulidad”. El error esencial existe cuando es móvil determinante de la voluntad, es decir que, si esa
equivocación no hubiera estado presente en el sujeto, esa falsa representación, no hubiera estado presente
en el sujeto, no habría celebrado ese negocio.
Art. 266: “El error es reconocible cuando el destinatario de la declaración lo pudo conocer según la
naturaleza del acto, las circunstancias de la persona, tiempo y lugar”.
Si el destinatario pudo reconocer el error en que estaba incurriendo el declarante y no se lo advierte para
que este pueda rectificarse, se podría estar frente a una conducta de mala fe, rozando allí la figura del dolo
omisivo.
- Dolo: consiste fundamentalmente en realizar una maniobra engañosa o incurrir en una omisión o
reticencia que produzca el mismo efecto.
La característica del dolo como vicio de la voluntad radica en el engaño que se emplea para lograr que otro
celebre un acto jurídico. La omisión dolosa tiene los mismos efectos que la acción.
Requisitos para la nulidad del acto, El dolo debe ser:
- Esencial, es decir, debe ser “determinante” de la voluntad, sin ese engaño el acto no se hubiera
realizado.
- Grave, idóneos de provocar daño, la idoneidad del engaño, debe ser apreciada según las
características y condiciones de la víctima. Ej.: inducir a un analfabeto a celebrar un negocio
engañándolo, pero puede no ser suficientes para una persona con más estudios y experiencia en
materia comercial.
- Daño importante, la víctima tiene que haber experimentado un perjuicio en cierta magnitud. En
caso de que el dolo no hubiese provocado un daño significativo, la victima podrá reclamar la
reparación de los daños y perjuicios sin necesidad de invalidar el acto jurídico.
- Por último, la norma establece un requisito negativo, que es que no haya dolo de ambas partes, si
las partes se han engañado mutuamente, el ordenamiento normativo se desinteresa de ellas.

- Violencia: el código denomina a este vicio, comprendiendo dentro de ella a la fuerza física e irresistible y
también a las amenazas (intimidación) como causas que atentan contra la libertad, entendida como el
elemento interno del acto voluntario.
Para que la fuerza física constituya causal de nulidad del acto es preciso que sea su causa determinante, es
decir, que el negocio no se hubiera realizado de no haber existido dicha acción.
En cuanto a las amenazas, el supuesto jurídico es completamente diferente. Aquí sí hay una voluntad pero
la misma se encuentra viciada. Su libertad no ha sido suprimida pero sí gravemente condicionada.

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La amenaza debe importar “el temor de sufrir un mal inminente y grave”, si la amenaza no infunde temor
no se encuentra afectada la voluntad.
Las amenazas pueden recaer tanto sobre la persona de la parte contratante o sobre sus bienes, también
causan nulidad del acto aquellas que recaen sobre la persona o bienes de terceros.
Además de sanción de nulidad (que tiene como finalidad la restitución de las cosas al estado anterior) se
puede accionar por los daños y perjuicios sufridos.

ACTO JURÍDICO
El acto jurídico es el acto voluntario lícito que tiene por fin inmediato la adquisición, modificación o
extinción de relaciones o situaciones jurídicas.
La principal característica del acto jurídico es la deliberada voluntad de producir efectos jurídicos y esa es la
principal diferencia con el simple acto lícito.
El acto jurídico es la base de la autonomía privada. El derecho reconoce a las personas la posibilidad de
regular por sí mismas sus propios intereses pudiendo además crear reglas de conducta en las relaciones
con otros, y enlaza esos efectos conforme a la función económica y social que caracteriza su tipo.

Caracteres:
1. Acto voluntario (manifestación de voluntad): el acto o negocio jurídico pertenece al género de los actos
voluntarios, donde se exige que se haya ejecutado con discernimiento, intención y libertad, que debe ser
exteriorizada para que produzca efectos jurídicos.
2. Licitud: el campo de lo lícito comprende a los actos permitidos por el ordenamiento jurídico. Existe
ilicitud cuando el ordenamiento jurídico prohíbe el acto en forma expresa o implícita, imponiendo una
sanción.
3. Fin inmediato de producir efectos jurídicos: no cualquier manifestación de voluntad lícita constituye un
negocio jurídico, debe existir en las partes el “propósito de autorregulación de intereses”, este carácter es
el específico de los actos jurídicos y el que permite distinguirlo frente a los simples actos lícitos.

Clasificación:
a) Actos unilaterales y bilaterales
Son unilaterales cuando basta para formarlos la voluntad de una sola parte (emisión de un testamento).
Son bilaterales cuando necesita de la voluntad de dos partes (contratos).
b) Actos entre vivos y de última voluntad
Se tiene en cuenta el momento en que los actos producen efectos principales.
Son actos entre vivos aquellos cuya eficacia no depende del fallecimiento de aquellos de cuya voluntad
emanan (contratos). Por lo contrario, cuando no deben producir efectos sino después del fallecimiento de
aquellos cuya voluntad emana, se denominan, actos de última voluntad (los testamentos, disposición de
órganos).
c) Actos de disposición, de administración y de conservación
Son actos de disposición los susceptibles de comprometer seriamente el patrimonio del sujeto en razón de
que disminuyen o modifican sustancialmente la estructura del mismo o comprometen su porvenir por largo
tiempo, como por ejemplo la donación de un inmueble o una hipoteca. Los actos de administración son los
que tienen por fin de hacer producir beneficios a los bienes que componen el patrimonio, respetando su
naturaleza y destino y que por lo tanto, no afectan seriamente la estructura de los bienes de capital de
patrimonio. Finalmente, los actos conservatorios son, en puridad, actos de administración que tienen por
finalidad concreta conservar un bien de importancia, en peligro de perderse.

ELEMENTOS

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Se consideran elementos esenciales de los actos jurídicos aquellos componentes que resultan
imprescindibles para la existencia como tal. Ellos son: sujeto, objeto, causa fin y forma.

Sujeto del acto jurídico


El sujeto de un acto jurídico es la persona, ya sea física o jurídica, interesada en el acto. Este sujeto
conforma una parte o también denominada como centro de interés.
Las partes son los sujetos interesados en el acto, es decir, quienes ejercen una prerrogativa jurídica propia y
a quienes se imputan las situaciones y las relaciones jurídicas que el acto tiene por finalidad establecer.
Para la información y validez de un acto jurídico no sólo se hace necesario que emane de una persona o
sujeto de derecho, sino además que ella sea capaz de cambiar el estado de su derecho. Capaz tanto de
derecho como de ejercicio, es decir, capacidad entendida como la legitimación tanto para realizarlo
(capacidad de derecho) como para celebrarlo por sí mismo (capacidad de ejercicio).
Es las personas físicas la regla es la capacidad y sólo excepcionalmente y cuando la ley lo establece se las
reputará incapaces. En las personas jurídicas su capacidad no sólo surge de la ley sino también y
estrictamente de sus estatutos o contratos sociales.
Si el o los sujetos no cumplen con los recaudos mencionados, la sanción es la nulidad.

Objeto del acto jurídico


El objeto del acto jurídico es la materia (bienes, cosas o hechos) sobre la que recae el acto jurídico y a la
que tiende la voluntad del sujeto o de los sujetos intervinientes. En esta materia rige el principio de
libertad.
Por lo tanto la norma, con carácter de excepción, se ocupa de lo que no puede ser objeto de los actos
jurídicos.
Las restricciones que pone el código se dividen por hechos y por bienes.
En los hechos (lo que estos no deben ser) se encuentran: hechos imposibles, prohibidos por la ley,
contrarios a la moral y buenas costumbres, hechos lesivos de los derechos ajenos.
En cuanto a los bienes y las cosas, no deben ser: bienes prohibidos por algún motivo especial.

Causa fin del acto jurídico


La palabra causa en el derecho tiene dos acepciones; causa fuente, como hecho generador de las relaciones
jurídicas o también las obligaciones y causa fin, como elemento esencial del acto jurídico. Ésta última
acepción es la que nos interesa ahora.
El CCyC en el art. 281 conceptualiza la causa fin, diciendo que; es el fin inmediato autorizado por el
ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la voluntad. También integran la causa los motivos
exteriorizados cuando sean lícitos y hayan sido incorporados al acto en forma expresa, o tácitamente si son
esenciales para ambas partes.

Forma de los actos jurídicos


El art 284 del CCyC establece: “Si la ley no designa una forma determinada para la exteriorización de la
voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen conveniente…”.
Los actos se pueden clasificar:
· Actos no formales (de forma libre): aquellos que no requieren ninguna forma especial y quedan librados al
principio general de libertad de formas, como por ejemplo contratos de transporte o de depósito,
mandato, mutuo.
· Actos formales (de forma impuesta):
¬ Formales no solemnes (actos con formalidad relativa): en estos cuando falla la norma impuesta, el acto
no puede producir sus efectos propios, pero vale como acto por el cual las partes se obligan a otorgar el
instrumento indicado, es decir, se pueden convertir a la forma debida. Ej: cesión de derechos hereditarios,
fianza, boleto de compraventa.

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¬ Formales solemnes (actos con formalidad absoluta): en esta clase de actos, el incumplimiento de las
formas da lugar a la sanción de nulidad porque este requisito es inexcusable. Ej.: el matrimonio,
testamentos, donación de inmuebles, transacción sobre derechos litigiosos.

INSTRUMENTOS
Es donde queda plasmada la voluntad al celebrarse un negocio jurídico.
Instrumentos públicos
Es todo instrumento redactado (documento escrito) con las formalidades legales por un tercero imparcial, a
quien la ley le confiere facultades para autorizarlo.
El código hace una enunciación amplia de los mismo y dice: “son instrumentos públicos:
a) las escrituras públicas y sus copias o testimonios;
b) instrumentos que extienden los escribanos o funcionarios públicos;
c) los títulos emitidos por el Estado nacional, provincial o la C.A.B.A, conforme a las leyes que autorizan su
emisión”.
Los elementos constitutivos o requisitos de estos instrumentos públicos se podrían agrupar así:
a) Legitimación del oficial público derivada de su nombramiento. Es presupuesto para su validez de los
instrumentos que el oficial se encuentre efectivamente en funciones.
b) Competencia tanto material como territorial. La actuación del oficial público en los límites de sus
atribuciones tanto por la naturaleza del acto como del territorio designado. Ej: un escribano no puede
celebrar un matrimonio.
c) Cumplimiento de las formalidades legales establecidas para cada especie de instrumento, en particular
la firma del oficial público, de las partes intervinientes, y en su caso, de sus representantes.

Instrumentos particulares no firmados


Una aclaración que hay que realizar es que los instrumentos particulares se dividen en “firmados”,
llamados instrumentos privados y en “no firmados”, que adoptan ese mismo nombre.
Los instrumentos particulares no firmados son aquellos que carecen de firma de las partes pero son
representativos de un acto de voluntad y por lo tanto idóneos para acreditar la existencia de un hecho o
acto. Los impresos, los registros visuales o auditivos de la cosas, las grabaciones, son ejemplos de estos
instrumento, de esta forma abarca una importantísima gama de documentos que hacen a la vida cotidiana
y cuya regulación es difusa. Otros ej.: comprobantes de cajero automáticos y todas las transacciones
comerciales que se realizan diariamente sin que se encuentren firmadas (tique de supermercado).

Instrumentos privados (Instrumentos particulares firmados)


Se denominan instrumentos privados a aquellos documentos escritos en soporte papel otorgados por los
interesados sin intervención de un funcionario público y que llevan la firma de las partes.
El requisito esencial de este tipo de instrumentos es la firma de las partes. “La firma prueba la autoría de la
declaración expresada en el texto al cual corresponde. La firma debe consistir en el nombre del firmante o
un signo”..., nos dice el art. 288 del CCyC.
La firma debe colocarse al pie del documento, pues con ella el otorgante manifiesta su conformidad con el
texto que antecede.
A diferencia de los instrumentos públicos, que gozan de autenticidad, debido a la intervención de un oficial
público, los instrumentos privados no la tienen. Por lo tanto, carecen de todo valor probatorio, mientras
que la firma de quienes lo suscriben no haya sido reconocida o declarada por el juez.
Una vez reconocida la firma, adquiere frente a las partes, el mismo valor probatorio que el instrumento
público.

VICIOS DE LOS ACTOS JURÍDICOS


Simulación

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El artículo 333 dice: “La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la
apariencia de otro, o cuando el acto contiene cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son verdades, o
cuando por él se constituyen o trasmiten derechos a personas interpuestas, que no son aquellas para
quienes en realidad se constituyen o trasmiten”.
Elementos constitutivos:
a) Declaración disconforme con la realidad: se puede observar en el negocio, una voluntad visible que las
partes quieren mostrar y otra oculta.
b) Acuerdo de partes: ambas partes concurren a la celebración de un acto simulado.
c) Fin de engañar a terceros ajenos al acto: la finalidad del negocio o acto celebrado es producir engaño, es
decir que ese acto simulado aparezca como válido ante los demás.
d) “Causa simulandi”: la simulación del negocio jurídico obedece siempre a un motivo.

Fraude
Concepto:
Los acreedores tienen ligada la suerte de sus créditos al estado de la fortuna del deudor; de allí que se les
concede la posibilidad de deducir una acción revocatoria de aquellos actos de sus deudores realizados en
perjuicios o en fraude a sus derechos (art. 338 CCyC). Se trata de actos de deudores que tienen a producir
insolvencia de su patrimonio, logrando, como resultado, perjudicar la seguridad de cobro del crédito de su
acreedor, que frente a esta nueva situación dispone, una vez cumplidos los requisitos necesarios, de la
mencionada acción revocatoria.

Requisitos:
a) Que el crédito sea de causa anterior al acto impugnado, excepto que el deudor haya actuado con el
propósito de defraudar a futuros acreedores.
b) Que el acto haya causado o agravado la insolvencia del deudor. Si dicha insolvencia se produce con
posterioridad al acto, no dará acción para solicitar declaración de inoponibilidad.
c) Que quien contrató con el deudor a título oneroso haya conocido o debido conocer que el acto
provocaba o agravaba la insolvencia. El acto fraudulento supone que se verifique la intención del deudor y
adquiriente de defraudar.

Lesión
Elementos de la lesión:
El negocio afectado por el vicio de lesión se realiza con discernimiento, intención y libertad. Para que ésta
exista, la lesión exige la concurrencia de tres elementos: dos de naturaleza subjetiva y uno objetivo.

Elementos subjetivos:
1. Estado deficitario del lesionado, por encontrarse en una situación de necesidad, debilidad psíquica o
inexperiencia.
2. Explotación de alguna de estas situaciones deficitarias, por el lesionante.

Elemento objetivo:
1. Desproporción en las prestaciones, no justificada. Obtención de una ventaja patrimonial evidentemente
desproporcionada y sin justificación.
Acciones disponibles: la víctima puede elegir entre la acción de nulidad y la de reajuste. El demandado, en
tanto, solamente tiene a su disposición la acción de reajuste de las prestaciones. Esta última implica que la
parte que sacó ventaja ofrece un plus para expurgar la inequidad producida por la explotación del estado
de inferioridad del actor y equilibrar las prestaciones.

INEFICACIA
Introducción:

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Imposibilidad o privación que tiene el acto o negocio jurídico de producir los efectos propios y normales del
tipo y de satisfacer los intereses buscados por las partes otorgantes. El nuevo código incorpora la “Teoría
General de la Ineficacia”, entiendo a la ineficacia como género y la nulidad como una categoría de ésta,
quizás la más importante. Así en su art. 382 establece: “Categorías de ineficacia: los actos jurídicos pueden
ser ineficaces en razón de su nulidad o de su inoponibilidad respecto de determinadas personas”.

Nulidad de los actos jurídicos

Nulidad es la sanción legal que priva de sus efectos normales a un acto jurídico, en virtud de una causa
originaria, es decir, existente en el momento de la celebración.
Tres características de la nulidad:
1) Está establecida en la ley;
2) Importa priva de sus efectos normales al acto;
3) La causa de la sanción es contemporánea con la celebración, es decir, es originaria.

Inoponibilidad de los actos jurídicos

La inoponibilidad es un supuesto de ineficacia establecido por la ley que priva a un acto jurídico, válido y
eficaz entre las partes, de sus efectos respecto de determinados terceros a quienes la ley dirige su
protección permitiéndoles ignorar la existencia del negocio e impidiendo a las partes ejercitar pretensiones
jurídicas dirigidas contra esos terceros protegidos. Nos encontramos frente a un acto que es válido entre las
partes pero es ineficaz respecto a ciertas personas, que la ley intenta proteger, como por ejemplo: la
hipoteca no registrada es eficaz entre las partes, pero no puede ser opuesta a terceros, salvo el escribano y
testigos intervinientes.

Diferencias de nulidad con la rescisión y la resolución


La rescisión importa dejar sin efecto para el futuro un acto jurídico, por mutuo consentimiento de las
partes. Las partes del mismo modo que decidieron contratar, deciden ahora dejar sin efecto para el futuro
lo convenido.
En la rescisión no hay ningún defecto del acto, como en la nulidad,. Simplemente que, después de
celebrado el acto, ambas partes o solamente una de ellas, deciden libremente poner fin al acto jurídico.
La resolución es la extinción de un acto jurídico en virtud de una cláusula expresa o implícitamente
contenida en él. La causa de la ineficacia está prevista en el acto mismo, pero depende de un
acontecimiento posterior. Ej.: la condición resolutoria, el pacto comisorio tanto expreso como licito, el
pacto de retroventa.
La rescisión y la resolución se asimilan en que ninguna de las dos existe vicio originario. Allí la principal
diferencia con la nulidad. Pero las primeras se diferencian entre sí con respecto a los efectos.

Clasificación de nulidades
a) Nulidad absoluta y relativa
En cuanto al criterio de distinción podemos destacar que son de nulidad absoluta los actos que
contravienen el orden público, la moral o las buenas costumbres, y son de nulidad relativa los actos a los
cuales la ley impone esta sanción sólo en protección del interés de ciertas personas.
Una aclaración que cabe destacar es que podrá invocar la nulidad no sólo la parte cuyo beneficio se
establece, sino también la otra, cuando es de buena fe y hubiera experimentado un perjuicio importante.

b) Nulidad total y parcial


Existe nulidad total cuando el vicio o defecto congénito afecta e impregna a todo el negocio. En cambio, la
nulidad parcial, se da si alcanza a una o varias cláusulas que son perfectamente separables del resto.
El código recepta el principio de integración de las cláusulas por parte del tribunal, sólo en los casos en que
ello es necesario, siendo esta una manifestación del principio de conservación.

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Dicha integración, debe efectuarse teniendo en cuenta: a) el análisis de la intención práctica; b) las
circunstancias del caso; c) la naturaleza del negocio; d) las reglas de la buena fe.

CAPÍTULO 4: OBLIGACIONES

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LOS DERECHOS PERSONALES U OBLIGACIONES
La obligación como toda relación jurídica, es un vínculo que se establece entre dos o más personas a raíz de
un acontecimiento (hecho jurídico) al cual una norma le asigna determinadas consecuencias. El CCyC en el
artículo 724 la define así: “Obligación es una relación jurídica en virtud de la cual el acreedor tiene derecho
a exigir del deudor una prestación destinada a satisfacer un interés lícito y, ante el incumplimiento, a
obtener forzadamente la satisfacción de dicho interés”.
El aspecto activo de la obligación se llama crédito y el aspecto pasivo se llama deuda. Los elementos
esenciales de la obligación deben estar presentes en el vínculo obligacional al tiempo de su formación:

1. El sujeto: facultad y poder que tiene una persona frente a otra que se encuentra obligada. Se puede
distinguir entre un sujeto activo, titular de la facultad concedida por la norma y un sujeto pasivo, que es el
obligado a cumplir determinada conducta (deber jurídico de contenido patrimonial: prestación).

2. El objeto de la obligación es la prestación que debe cumplir el deudor a favor del acreedor y consiste en
un DAR, un HACER o un NO HACER.
Art. 725, Requisitos: “la prestación que constituye el objeto de la obligación debe ser material y
jurídicamente posible, licita, determinada o determinable, susceptible de valoración económica y debe
corresponder a un interés patrimonial o extrapatrimonial del acreedor”.

3. La causa fuente: son los hechos jurídicos generadores de las relaciones jurídicas. Pueden ser:
a) hechos de la naturaleza (muerte natural de una persona, transmite sus bienes a sus herederos,
entre esos bienes se encuentran también sus obligaciones),
b) simples actos voluntarios lícitos (el que por error siembra parte del campo ajeno),
c) actos jurídicos (los contratos),
d) actos ilícitos (delitos y cuasidelitos, de los cuales nace la obligación de reparar los daños y
perjuicios),
e) la ley propiamente dicha (la obligación de alimentos y en el derecho público, la obligación
tributaria).
Art. 726, Causa: “no hay obligación sin causa, es decir, sin que derive de algún hecho idóneo para producirla,
de conformidad con el ordenamiento jurídico".

4. El vínculo jurídico es un ligamen ideal que enlaza al sujeto activo y su derecho a conseguir el crédito con
el sujeto pasivo, que tiene el deber de realizar la prestación (pagar la deuda).
- En el juicio que le inicia el acreedor al deudor por su incumplimiento debe probar la existencia de la
obligación, ya que esta no se presume. Lo que no debe probar el acreedor es la causa de la misma,
porque esta última se presume que existe y es legítima.
- El acreedor y el deudor tiene el deber legal de comportarse de acuerdo a las reglas de la buena fe,
obrando con cuidado y previsión.
- Los efectos de las obligaciones pueden verse en relación al acreedor o al deudor.

Efectos con relación al acreedor


La obligación da derecho al acreedor a:
a) emplear los medios legales para que el deudor le procure aquello a que se ha obligado;
b) hacérselo procurar por otro a costa del deudor;
c) obtener del deudor las indemnizaciones correspondientes.

Efectos con relación al deudor


El cumplimiento exacto de la obligación confiere al deudor el derecho a obtener la liberación y el de
rechazar las acciones del acreedor.

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Obligaciones de dar
Tiene como prestación para el deudor el deber jurídico de entregar al acreedor una o más cosas muebles o
inmuebles.

Obligaciones de hacer
Son aquellas que tienen por objeto una prestación que consiste, principalmente en una actividad personal
del deudor, por ejemplo pintar una casa. Tratándose de laborales que exigen determinadas técnicas de
oficio o profesión a que pertenecen, el modo de realizarlas se juzgará por sus usos y costumbres que
regulan dicha actividad. En caso de realización de la tarea en forma irregular o defectuosa, se tendrá por no
hecha y, en su caso, no generará una obligación recíproca para el acreedor y de haber satisfecho la
prestación a su cargo, tendrá derecho a repetir lo pagado más los daños y perjuicios ocasionados por el
incumplimiento. Asimismo, el acreedor puede demandar judicialmente que se ordene destruir lo que
hubiese sido hecho en forma defectuosa y demandar el resarcimiento de los daños causados. En caso de
negativa del deudor a cumplir el hecho debido, el acreedor tiene ante sí diferentes alternativas a seguir:
A) Puede exigirle la ejecución forzada del hecho, salvo que para su realización debiera utilizar violencia
física contra su persona.
B) Puede solicitar autorización judicial para realizar por sí mismo el hecho o que sea realizado por un
tercero a costa del deudor.
C) Finalmente, el acreedor puede solicitar la indemnización de los daños y prejuicios emergentes del
mismo.

Obligaciones de no hacer
Son aquellas cuya prestación consiste en un hecho negativo, una abstención del deudor, como por ejemplo:
la obligación que contrae un locatario de no efectuar reformas en el inmueble que alquila. En caso de
incumplimiento del deudor (que consiste precisamente en la realización del hecho prohibido), al acreedor
se le abren distintas alternativas:
a) Puede solicitar la ejecución forzada siempre que no sea necesario emplear violencia sobre la
persona del deudor.
b) Puede solicitar se destruya lo realizado en contravención a la abstención prometida.
c) Si no fuese posible exigir la ejecución forzada ni destruir lo realizado, y si hay culpa del deudor,
puede demandar la reparación de los daños y perjuicios.

OBLIGACIONES PURAS Y SIMPLES. OBLIGACIONES MODALES. NOCIÓN DE CONDICIÓN, PLAZO Y CARGO.


Se denominan elementos accidentales de los actos jurídicos a la condición, plazo y cargo. Son componentes
no necesarios para la existencia del acto jurídico, pero pueden estar incluidos en un contrato por las partes
y que tienen como consecuencia jurídica la modificación de los efectos normales del acto jurídico.
Condición: Es un hecho futuro e incierto y que puede no ocurrir nunca. Ej.: “Te venderé mi campo siempre
y cuando la próxima cosecha no supere las 100 toneladas de trigo”.
Plazo: es el intervalo de tiempo al que se subordina el nacimiento de un derecho o la exigibilidad de una
obligación (plazo suspensivo) o la extinción de un derecho (plazo resolutorio). El plazo puede ser
cierto/determinado (pagaré a fecha fija, obligaciones tributarias, obligaciones bancarias)) o puede ser
incierto (el pagaré a la vista, cuyo vencimiento opera cuando el acreedor lo presenta al deudor para su
pago).
Cargo o modo: es una obligación accesoria que le impone un donante o un testador al beneficiario de la
liberalidad, en un contrato de donación o testamento. Ej.: “Le dono el campo pero con la obligación de que
pague los estudios universitarios de mi ahijada hasta que se reciba de médica”.
La condición, el plazo y el modo pueden alcanzar no solo a las obligaciones sino a todos los derechos en
general.

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OBLIGACIONES DE DAR COSAS CIERTAS, OBLIGACIONES DE GÉNERO (obligaciones de dar cosas inciertas
no fungibles) Y OBLIGACIONES DE CANTIDAD (obligaciones de dar cantidades de cosas muebles).

OBLIGACIONES DAR COSAS CIERTAS


Son aquellas cosas que no tienen equivalente, por ejemplo los inmuebles. En estas obligaciones la/s cosas
están perfectamente determinadas en el contrato. El deudor de una cosa cierta está obligado a conservarla
en el mismo estado en que se encontraba cuando contrajo la obligación, y entregarla con sus accesorios,
aunque hayan sido momentáneamente separados de ella.
En este tipo de obligaciones encontramos diferentes finalidades:

a) Obligación de dar cosas ciertas para trasmitir el derecho real de dominio: es la obligación que nace de
los contratos de compraventa, permuta y donación. El deudor (dueño y vendedor o permutante o donante)
entrega al acreedor (comprador, permutante o donatario) la cosa cierta con la finalidad de trasmitir el
derecho real de dominio. La entrega de la/s cosas al acreedor se llama tradición y es un requisito para
adquirir el dominio de las cosas muebles no registradas y en los inmuebles.
La tradición es el único requisito por la ley para transmitir el dominio en las cosas muebles no registrables.
Para los inmuebles, además de la tradición se necesita la escritura pública, realizada por un escribano
público, y la inscripción de dicha escritura en el Registro General de Propiedad.
En los automotores no se exige este requisito, solo se necesita la inscripción en el Registro Nacional de la
Propiedad del Automotor.

b) Obligación de dar cosas ciertas para transferir el uso o la tenencia: nace de los contratos de locación de
cosa (alquiler de un departamento), Comodato (préstamo de uso gratuito) y Depósito (el depositario tiene
la obligación de cuidar la cosa pero tiene prohibido su uso).

c) Obligación de restituir la cosa a su dueño: Al finalizar el plazo en los contratos de locación de cosa,
comodato y depósito, el deudor, en el poder de la cosa ajena debe restituirla al acreedor, su dueño.
En caso de mora del deudor, responde éste por el valor de la cosa perdida o deteriorada frente al
acreedor..
Pago en obligaciones es el cumplimiento del deudor de la prestación debida en el lugar, tiempo y modo
convenidos o que por ley corresponda. Por lo tanto cuando el deudor entrega la cosa cierta al acreedor está
pagando su deuda y extinguiendo la obligación.
En las obligaciones de dar cosas ciertas, el deudor tiene los siguientes deberes antes del pago:
- Conservar la cosa cierta en el estado en que se encontraba al constituirse la obligación y hasta el
momento del pago (entrega).
- La entrega en el lugar, tiempo y forma convenida.
- La entrega de todos los accesorios de la cosa, aunque en el contrato no se mencione o aunque
momentáneamente estén separados de ella. Para que dichos accesorios no estén comprendidos en la cosa,
debe pactarse expresamente en el contrato que no integra la cosa.
- Se aplica el principio: “res perit dominio” (las cosas se pierden para su dueño). La mora del deudor crea
una excepción a este principio, que se invierte y queda: las cosas ciertas ajenas, se pierden para el deudor
en caso de mora de éste, es decir, debe pagar indemnización por daños y perjuicios, conforme el valor
actual de la cosa.
- Si la cosa hubiere mejorado o aumentado, aunque no fuere por gastos que en ella hubiere hecho el
deudor, éste podrá exigir al acreedor un mayor valor y si el acreedor no está de acuerdo, la obligación
quedará disuelta, sin responsabilidad para ambos.

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- Todos los frutos percibidos, naturales o civiles, antes de la entrega de la cosa, pertenecen al deudor, pero
los frutos pendientes al día de la entrega pertenecen al acreedor, entendiendo por pendientes aquellos
frutos o rentas que no son exigibles aún al momento de la entrega.

OBLIGACIONES DE GÉNERO
“La obligación de dar es de género si recae sobre cosas determinadas sólo por su especie y cantidad” (art.
762).
“Las cosas debidas en una obligación de género deben ser individualizadas. La elección corresponde al
deudor, excepto que lo contrario resulte de la convención de las partes. La elección debe recaer sobre cosa
de calidad media, y puede ser hecha mediante manifestación de voluntad expresa o tácita” (art 762).
En estas obligaciones el deudor nunca podrá liberarse del caso fortuito, es decir, el pago nunca se juzgará
imposible. Ej.: si una banda de ladrones fuertemente armados me roban todos los caballos de mi corral,
deberé comprar los caballos para entregar al acreedor y cumplir mi deuda.
Se aplica también a las obligaciones de dar cantidades de cosas y a las obligaciones de dar sumas de dinero
(el deudor no se libera de su deuda si le roban todos sus ahorros).

OBLIGACIONES DE CANTIDAD
Se llaman obligaciones de cantidad aquellas cuyo objeto es dar cantidades cosas muebles, se llaman así en
obligaciones a las cosas muebles fungibles. En el derecho comercial y en la técnica contable se las conoce
como mercaderías.
Se aplica el principio ya visto de que el pago nunca se juzgará imposible, o sea que el deudor no se liberará
por caso fortuito.
El acreedor tiene la facultad ante la mora del deudor de reclamar judicialmente la entrega de una cantidad
igual a la incumplida o aceptar el cumplimiento por un tercero o reclamar al deudor una indemnización por
daños y perjuicios.

OBLIGACIONES ALTERNATIVAS Y FACULTATIVAS. OBLIGACIONES SIMPLEMENTE MANCOMUNADAS Y


SOLIDARIAS.
Obligación alternativa
Es aquella que tiene por objeto una de entre muchas prestaciones independientes y distintas las unas de las
otras en el contrato, pero el deudor se libera cumpliendo sólo una de ellas. Son obligaciones de igualdad
entre sí y sujetas a una elección posterior, dicha elección la puede realizar el deudor, el acreedor o un
tercero y, ésta debe realizarse en el plazo convenido. Si nada se conviene la elección le corresponde al
deudor. Una vez efectuada la elección, se concentra el vínculo obligacional en dicha prestación como si
fuera de objeto singular.

Obligación facultativa
Es aquella obligación que, teniendo una sola prestación, le otorga al deudor la facultad de sustituir esa
prestación por otra en el momento del pago. Ej.: de acuerdo al contrato estoy obligado a entregar un
caballo, pero tengo la facultad de cambiar dicha prestación, dando una suma de dinero.
En caso de mora del deudor, no puede reclamar judicialmente la prestación facultativa, debiendo el
acreedor reclamar la indemnización de daños y perjuicios.

Obligaciones mancomunadas simples


Son obligaciones de sujeto plural, en alguna de sus tres variantes:
a) Dos o más acreedores y un deudor.
b) Dos o más acreedores y dos o más deudores.

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c) Un acreedor y dos o más deudores.
Estas obligaciones tienen su causa fuente en el contrato o en el hecho jurídico de la muerte del único
deudor, cuando deja más de un heredero. El objeto de la obligación debe ser divisible: habitualmente
obligaciones de dar sumas de dineros u obligaciones de dar cantidades de cosas.
La característica principal es que el crédito y la deuda se dividen entre los acreedores y los deudores. Si en
el contrato no se pactaron partes desiguales, entonces como norma supletoria, se dividen por partes
iguales.
Otra consecuencia importante de estas obligaciones es la independencia de diversos efectos de las
obligaciones:
a) Constitución de mora: la constitución en mora de un deudor, cuando es por interpelación, no constituye
en mora a los demás. Cuando es mora automática, todos quedan constituidos en mora porque el
vencimiento es el mismo para todos.
b) Interrupción del plazo de la prescripción liberatoria: la demanda judicial del acreedor contra uno solo de
los deudores, interrumpe el plazo de la prescripción liberatoria solamente para el deudor demandando.
c) La mora de un codeudor sólo hace responsable por los daños moratorios al deudor moroso, no
extendiéndose dicha responsabilidad a los deudores no morosos.
d) El codeudor que por error paga la totalidad de la deuda tiene derecho a reclamarle al acreedor lo pagado
en exceso a su parte o puede optar por reclamarle a los otros codeudores la parte de cada uno de ellos por
haberlos beneficiado frente al acreedor.

Obligaciones mancomunadas solidarias


En el derecho comercial y bancario es muy importante porque el acreedor refuerza su garantía o dicho de
otro modo, disminuye el riesgo de incobrabilidad cuando tiene varios deudores solidarios. Ej.: la tarjeta de
crédito y su extensión (el usuario de una extensión de la tarjeta de crédito y el titular de la misma
responden por la totalidad de la deuda que generen ambos).
La solidaridad nace:
a) del contrato.
b) de los actos ilícitos. Todos los responsables de un delito civil y de un cuasidelito civil son obligados
solidarios frente al acreedor.
c) de la ley: en las obligaciones tributarias, la ley de procedimiento tributario tiene diferentes supuestos de
solidaridad.
En estas obligaciones el acreedor tiene dos deudores, que responden por la totalidad de la deuda, cada uno
de ellos, en la que todos son obligados por propia deuda frente al acreedor. En las obligaciones solidarias
cuando paga un deudor, la obligación se extingue, quedando un problema de contribución interna entre los
deudores, de igual modo el deudor que pagó la deuda tiene derecho a reclamar a los otros codeudores.
La solidaridad puede ser activa o pasiva. Se llama activa cuando hay dos o más acreedores y pasiva cuando
hay dos o más deudores, pudiendo ser la solidaridad pasiva y activa a la vez.
En la solidaridad activa cada acreedor puede reclamar la totalidad del crédito, pero cuando un acreedor
cobró la totalidad del crédito, la obligación se extinguió y queda pendiente el tema de distribución interna
entre el acreedor que cobró y los coacreedores.
En la solidaridad activa el deudor puede efectuar el pago a cualquiera de los acreedores. Pierde la elección
si fue demandado y notificada la iniciación del juicio por uno de los acreedores, en este caso debe pagarle
al que inició el juicio.
En la solidaridad pasiva el acreedor puede reclamar la totalidad del crédito a cada uno o a todos los
deudores, pero tiene derecho a cobrar solo una vez.
Una aclaración importante del vínculo solidario es que no se trasmite por herencia.

Obligaciones disyuntas
Es una obligación alternativa en el sujeto, en cambio la obligación alternativa lo es respecto al objeto. La
disyunta se expresa así: Pagaré $1000,- a Juan o a María. Tenemos un deudor y dos acreedores, quienes

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pueden reclamar cada uno de ellos la totalidad del crédito. Son parecidas a las obligaciones solidarias antes
mencionadas.

Obligaciones divisibles
La divisibilidad es una referencia al objeto de la obligación, más precisamente a la obligación de dar “cosas
muebles divisibles”. Divisible por excelencia es el dinero, pero una obligación de dar una suma de dinero no
es igual a una obligación divisible, salvo el caso de que en el contrato se hayan pactado pagos parciales. El
ejemplo típico son los contratos de pago en cuotas. Para que el pago sea válido el deudor debe cumplir con
el principio de integridad que se expresa así: el acreedor no está obligado a aceptar pagos parciales del
deudor.
Todas las obligaciones mancomunadas simples son divisibles.

Obligaciones indivisibles
Las obligaciones indivisibles lo son por la naturaleza de su objeto que no es susceptible a dividirse. Por
ejemplo: un inmueble, un auto, un caballo, etc.
No hay que confundir las obligaciones solidarias con las indivisibles. Se parecen en que el deudor de la
obligación indivisible debe cumplir la prestación por entero.
En caso de muerte de un codeudor, sus herederos deberán cumplir la prestación por entero, en éste
aspecto es más fuerte que la solidaria, debido a que el objeto no admite división.

Obligaciones de hacer
Surgen de los contratos de locación de servicios, locación de obra, contrato de trabajo (ley 20.744).
Son muy importantes desde el punto de vista económico, en economía se relacionan con uno de los
factores de producción: el trabajo.
En estas obligaciones el deudor debe cumplir una tarea o servicio a favor del acreedor. Pueden ser
divisibles o indivisibles.
Obligaciones divisibles:
a) el trabajo en relación de dependencia, no interesando que la remuneración se pague por mes, por
semana, por día o por hora.
b) El servicio profesional independiente cuando está convenido en forma mensual. Ej.: asesoramiento
profesional por mes, profesores particulares, la construcción de una obra cuando se pacta por
metros, etc.
Obligaciones indivisibles: cuando se pacta el pago por la realización de un servicio. Ej.: tintorería, pintar
una habitación, hacer el balance, liquidar este impuesto, etc.

CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN (ESPONTÁNEO Y FORZADO)


Los efectos de las obligaciones deben ser analizados desde dos perspectivas:
a) Respecto al acreedor.
b) Respecto al deudor.
Respecto al acreedor se dividen en efectos principales (directos) y efectos secundarios (indirectos). Siendo
los primeros aquellos que procuran la satisfacción directa de los derechos del acreedor y acciones a favor
del acreedor de resguardar la garantía de su crédito.

El acreedor puede exigir del deudor:


1) El cumplimiento voluntario: se trata del deber y de la facultad que tiene todo deudor de cumplir
exacta y espontáneamente la obligación.
2) El cumplimiento forzado: el acreedor le asiste el “derecho para emplear los medios legales a fin de
que el deudor le procure aquello que se ha obligado”.

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3) El cumplimiento por otro: el cumplimiento de la obligación por un tercero puede ser demandada por
el acreedor si así lo optare siempre y cuando la índole de la prestación lo permita.
Si no fuera posible obtener la ejecución específica o si el acreedor hubiera perdido interés en la ejecución
tardía de la misma se puede solicitar la ejecución indirecta o subsidiaria de la obligación por vía de la
indemnización de los daños y perjuicios derivados del incumplimiento en especie.

Efectos de la obligación respecto del deudor:


- El cumplimiento exacto de la obligación confiere, en primer término, el derecho de obtener la
liberación, el de repeler las acciones del acreedor, si la obligación se hallase extinguida.
Se denominan medios de compulsión aquellos recursos que establece la ley para modificar o vencer la
actitud remisa o maliciosa del deudor en el puntual cumplimiento de la obligación. Entre esto medios de
compulsión están:
 Astreintes: son condenaciones conminatorias que los jueces imponen a quienes no cumplen
empecinadamente o tozudamente un deber jurídico impuesto en una resolución judicial. Su monto se
gradúa de acuerdo al patrimonial del incumplidor. Los Astreintes suelen usarse para el cumplimiento
forzado de las obligaciones de hacer (un padre que no cumple con el régimen de visitas a sus hijos).
 Intereses por inconducta procesal maliciosa (intereses sancionatorios): cuando el deudor, dentro del
juicio que le inicia el acreedor, prolonga maliciosamente la duración del juicio (por ej. ofreciendo
causas inútiles), entonces el acreedor puede pedirle al juez que en la sentencia a dictarse en contra del
deudor se lo condene con pagar intereses por conducta procesal maliciosa. Estas condenas judiciales
apuntan a prevenir la mala fe.
 Cláusula penal: la cláusula penal es aquella que se pacta en un contrato a favor del acreedor con la
finalidad de constreñir al deudor al cumplimiento tempestivo de la obligación. La cláusula penal no es
una multa, es una indemnización por daños y perjuicios al acreedor, convenida en forma anticipada en
el contrato entre el acreedor y el deudor, de lo que se deduce que cumple una función resarcitoria.
Puede ser compensatoria (incumplimiento definitivo de la obligación), moratoria (por el daño
moratorio) o ambas.
La cláusula penal tiene como característica legal la de la inmutabilidad: el deudor no se libera de la
cláusula probando que el daño sufrido por el acreedor es de menor monto que el pactado en la
cláusula; a su vez, el acreedor no puede reclamar un mayor monto que el pactado en la cláusula para
el caso que éste haya sufrido un daño realmente mayor.

Juicios de conocimiento y juicios de ejecución


En los juicios de conocimiento el acreedor pretende una sentencia judicial que le reconozca su derecho
contra el deudor, porque no tiene su derecho reconocido judicialmente o porque su crédito no está
instrumentado en los títulos ejecutivos. Los juicios de conocimiento son: ordinario, sumario y sumarísimo,
de acuerdo al mayor o mejor monto de la demanda. En estos juicios el acreedor no logra la satisfacción de
la prestación incumplida, pero son el camino necesario y previo para iniciar posteriormente un juicio de
ejecución muy breve llamado juicio de apremio.
Los juicios de ejecución son: el juicio ejecutivo, el juicio de apremio, el juicio hipotecario y el juicio
prendario. Estos juicios son de breve duración, en ellos la defensa del deudor se halla bastante restringida a
supuestos legales específicos. En estos juicios se subastan bienes embargados del deudor y el acreedor se
cobrará del liquidado obtenido en la subasta. En el juicio hipotecario se remata el inmueble hipotecado y en
el prendario la cosa mueble prendada.

Medidas cautelares

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Tenemos como accesorio a los juicios anteriores las medidas cautelares, que tienen como finalidad el
cumplimiento de la futura sentencia favorable al acreedor. Las medidas cautelares son: el embargo sobre los
bienes embargables del deudor, el secuestro de una o más cosas del deudor, etc.

Quiebra y concurso preventivo


Los llamados juicios universales son la sucesión por causa muerte, la quiebra del deudor y el concurso
preventivo del deudor. Se llaman universales porque pueden participar todos los acreedores del deudor y
además porque se halla comprometido la totalidad de los bienes embargables del deudor.
En el juicio en quiebra, por sentencia de quiebra, el juez ordena la subasta judicial de todos los bienes
embargables del deudor. El síndico controlará la liquidación de los bienes y participará en el procedimiento
de verificación de los créditos y privilegios de los acreedores que se presenten. Los acreedores cobrarán del
producido de los bienes de acuerdo a la prelación de sus privilegios especiales o generales, deducidos los
gastos de la justicia.
El concurso preventivo es un procedimiento judicial controlado por el síndico y en el cual el deudor
concursado intenta evitar la declaración de quiebra, negociando con los acreedores verificados, intentan
obtener sus conformidades a la o las propuestas de pago que les presente el deudor; si éste logra
conformidad puede obtener una sentencia de homologación del concurso preventivo, que evitará la
quiebra siempre y cuando el deudor cumpla con la propuesta de pago hecha a los acreedores y aprobada
por el juez.

Mora del deudor


Mora del deudor es el incumplimiento de la obligación jurídicamente relevante. Para que haya mora del
deudor tienen que darse presupuestos de la responsabilidad civil (supuestos jurídicos que deben verificarse
para que proceda la acción de daños y prejuicios a favor del acreedor):
a) Incumplimiento del deudor.
b) Imputabilidad del incumplimiento al deudor por su dolo o culpa.
c) Daño sufrido por el acreedor.
d) Relación de causalidad entre la conducta del deudor y el daño causado al acreedor. Basta que alguno de
dichos elementos falte para que el deudor quede liberado de su responsabilidad.

El segundo elemento de la mora del deudor es el cumplimiento de los requisitos legales para la constitución
en mora del deudor: el primer requisito se refiere a las obligaciones con plazo cierto o determinado, la
mora del deudor se produce por el simple vencimiento del plazo sin que se haya producido el cumplimiento
del deudor. Esta regla (la del vencimiento del plazo) contiene algunas excepciones:
- En los contratos bilaterales una parte no puede exigir el cumplimiento de la obligación de la otra sino
cumple la suya.
- El deudor no cae en mora si el acreedor no le presta colaboración para recibir la prestación adeudada.
- Cuando se pactó en el contrato que el vencimiento del plazo no constituye en mora al deudor,
exigiéndose para ello que el acreedor interpele por un medio fehaciente al deudor.
- Cuando la ley exige interpelación: intimación de pago clara del acreedor, haciéndole saber al deudor que
si no cumple la prestación debida dentro del plazo que le otorga el acreedor, se interpondrá la demanda
judicial en su contra, embargándole sus bienes.
El tercer elemento de la mora del deudor es el incumplimiento de la obligación sea imputable al deudor por
su culpa o dolo. El incumplimiento no es imputable al deudor cuando el deudor no pudo cumplir por caso
fortuito o fuerza mayor. Para que haya daño moratorio resarcible se necesitan que se cumplan dos
elementos más de la responsabilidad civil: que la mora del deudor haya causado daño al acreedor, hecho
que deberá solicitar al juez el acreedor y además probarlo; y que haya una relación de causalidad adecuada
entre el incumplimiento del deudor y el daño sufrido por el acreedor.

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CAPÍTULO 5: OBLIGACIONES

OBLIGACIONES DE DAR SUMA DE DINERO


Régimen legal del dinero
El dinero es la unidad ideal de valor creada por el Estado que se concibe en función del valor, el cambio y el
pago; es un medio para medir el valor de las cosas (tasar bienes), es un medio de cambio (al pagar cosas o
servicios) que facilita y acelera su desplazamiento y es un medio de pago que extingue las obligaciones
(curso forzoso).
Bajo este enfoque el dinero es una cosa mueble, fungible, consumible, por carácter representativo (su uso
consiste en el gasto mínimo) y divisible.
Art. 765 de CCyC; dice: La obligación es de dar dinero si el deudor debe cierta cantidad de moneda,
determinada o determinable, al momento de la constitución de la obligación. Si por el acto por el que se ha
constituido la obligación, se estipuló dar moneda que no sea de curso legal de la República, la obligación
debe considerarse como de dar cantidades de cosas y el deudor puede liberarse dando el equivalente en
moneda de curso legal. Referido a las obligaciones en moneda extranjera, el deudor puede liberarse
entregando moneda argentina de curso legan en cantidad equivalente a la cotización de moneda
extranjera.

El principio nominalista. Las llamadas cláusulas de estabilización


El deudor de una suma de dinero cumple entregando la misma cantidad nominal (numéricamente) a que se
había obligado con total abstracción del mayor o menor poder adquisitivo que otorgue. Lo que cancela la
obligación es la igualdad de cantidades, aunque sean diferentes, la anterior y la actual, en su valor
adquisitivo. En las deudas dinerarias el monto es determinado desde su constitución con abstracción de su
valor intrínseco. El objeto de la deuda es la moneda misma y la cantidad en una suma determinada.
El principio opuesto al nominalismo es el valorismo (cláusula de estabilización). El nuevo código no derogó
la ley 23.928 en su art. 7mo, que prohíbe todo tipo de actualización, indexación o ajuste por pérdida de
valor adquisitivo de la moneda, es decir, están prohibidas las cláusulas de estabilización.
Cláusula de estabilización (valorismo contractual) significaba pactar en un contrato que la deuda se pagaría
actualizando, indexando según el aumento de valor de una moneda extranjera (por lo general el dólar
estadounidense) o el de un metal precioso (cláusula oro) o el de algún producto (como puede ser la nafta).
Sin embargo, una cosa es que no se acepte la indexación de las obligaciones de dar sumas de dinero, y otra
es lo que se denomina obligaciones de valor. En éstas no se aprecia la moneda como objeto de la deuda
sino como medio para restaurar, en el patrimonio del acreedor, el valor al cual está obligado el deudor.
La prohibición terminante de tales indexaciones de origen contractual recién tuvo lugar en 1991: “… en
ningún caso se admitirá la actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o
repotenciación de deudas, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor…”.

Los intereses. Clases de intereses: compensatorios y moratorios


Los intereses son los aumentos que devengan las sumas de dinero en forma periódica y que debe satisfacer
el deudor por el empleo, en beneficio propio, de dicha suma o como indemnización por el retardo en el
deber de restituirlo. Los primeros se llaman intereses compensatorios y los segundos intereses moratorios.
Los intereses moratorios representan el daño atribuible a la mora en las de deudas de dinero, basta el mero
incumplimiento en término para que se devenguen los intereses que correspondan a dicha obligación. Los
intereses se liquidan en función de una tasa o rédito aplicable que puede ser:
- Activa: es la que cobran los bancos por sus operaciones de préstamos de dinero.
- Pasiva: es la que pagan los bancos a sus inversores por depósitos o colocaciones de dinero.

La tasa de interés activa que se aplica debe atender a los siguientes componentes:
1. La tasa de depreciación de la moneda comprometida.

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2. La tasa de riesgo, que cubre el riesgo crediticio, morosidad y riesgo cambiario.
3. La tasa de interés puro que atiende: el costo financiero, los gastos administrativos, la carga impositiva
que se aplica a los mimos y la ganancia del prestamista.
Los intereses se pueden clasificar en legales, voluntarios o convencionales y judiciales según el origen, en
virtud del cual son impuestos:
- Los intereses legales son los que provienen de la propia ley, a su vez, pueden ser retributivos, es decir,
aquellos que se originan por el empleo de fondos propios. Ej.: intereses moratorios.
- Los intereses convencionales o voluntarios, son los acordados de común acuerdo entre acreedor y deudor.
Ej.: intereses compensatorios, es decir, establecidos en un contrato por el plazo concedido para pagar una
suma de dinero.
- Los intereses judiciales son aquellos aplicados por los jueces.
El nuevo Código dice en el art. 767: Intereses compensatorios. La obligación puede llevar intereses y son
válidos los que se han convenido entre el deudor y el acreedor, como también la tasa fijada para su
liquidación. Si no fue acordada por las partes, ni por las leyes, ni resulta de los usos, la tasa de intereses
compensatorios puede ser fijada por los jueces.
El artículo 1527 dice que aun habiéndose pactado la gratuidad del mutuo, si el deudor pagó intereses, no
puede repetir el pago. Considero que esta norma es inconstitucional porque se trata de un pago sin causa,
que provoca un enriquecimiento ilícito del acreedor y vulnera el derecho de propiedad del deudor
garantizando por la Constitución Nacional en su art. 17.
Establece el nuevo Código:
Artículo 768. Intereses moratorios. A partir de su mora el deudor debe los intereses correspondientes.
La tasa se determina:
a) Por lo que acuerden las partes;
b) Por lo que dispongan las leyes especiales;
c) En subsidio, por las tasas que fijen según las reglamentaciones del Banco Central.
La única posibilidad legal para que el deudor no deba intereses compensatorios y moratorios al acreedor es
que en contrato de mutuo se haya pactado que no se devengarían dichos intereses.
Artículo 769. Intereses punitorios. Los intereses punitorios convencionales se rigen por las normas que
regulan la cláusula penal.
Los intereses punitorios son los intereses moratorios cuando están pactados en la cláusula penal.

EL ANATOCISMO
El anatocismo consiste en el interés compuesto. Es decir, en pactar la capitalización de intereses que,
agregados al capital, vuelven a producir a su vez nuevos intereses. El nuevo Código admite pacto de
intereses compuesto cuando:
- Una cláusula compuesta expresa autorice la acumulación de los intereses al capital con una periodicidad
no inferior a seis meses.
- La obligación se demande judicialmente; en este caso, la acumulación opera desde la fecha de la
notificación de la demanda.
- La obligación se liquide judicialmente.
- Otras disposiciones legales prevean la acumulación.
Si hay o no usura, se verá en cada caso concreto según los criterios que expondremos a continuación.

EL INTERÉS Y LA USURA
El interés, como todo lo jurídico, para ser tal debe ser justo. Si el acreedor abusa de los intereses, estamos
en presencia de lo que se llama usura.
En principio, son válidos los pactos sobre intereses, tanto compensatorios, moratorios, y también el pacto
interés compuesto o anatocismo.

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En principio, rige la tasa en la que acreedor y deudor se han puesto de acuerdo. Sin embargo, la posible
situación de desigualdad entre ellos puede prestarse a situaciones de abuso o explotación, vulnerando así
los límites de la moral y la buena fe que deben regir las convenciones particulares.
En el examen de la tasa deberá tenerse en cuenta que la misma debe absorber tanto la depreciación
monetaria como el interés puro, el factor de riesgo y demás componentes analizados, no obstante, no
puede llegar a configurar una abusiva explotación (usura) de la situación del deudor. De ser así, procedería
la nulidad parcial de la cláusula que los establece en cuanto exceda el límite que se juzgue legítimo y ético.
Art 771. Facultades judiciales Los jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa fijada o el resultado que
provoque la capitalización de intereses excede, sin justificación y desproporcionadamente, el costo medio
del dinero para deudores y operaciones similares en el lugar donde se contrajo la obligación. Los intereses
pagados en exceso se imputan al capital.

OBLIGACIONES EN MONEDA EXTRANJERA


El deudor de una deuda en moneda extranjera puede elegir en dar al acreedor la cantidad en moneda
extranjera pactada o dar una cantidad de moneda argentina suficiente para que el acreedor adquiera la
cantidad de moneda extranjera convenida.

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CAPÍTULO 6: OBLIGACIONES

INCUMPLIMIENTO DEL DEUDOR. NOCIÓN DE INDEMNIZACIÓN


Si el deudor no cumple, el acreedor puede procurar el cumplimiento forzado. Pero a veces es
objetivamente imposible el cumplimiento, y entra en lugar del objeto, la indemnización. El deudor pagará al
acreedor una suma de dinero que ocupe el lugar de lo que debió entregarse. Son sinónimos de
indemnización: reparación, resarcimiento.

RESPONSABILIDAD CIVIL Y RESPONSABILIDAD PENAL. RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL Y


EXTRACONTRACTUAL

La responsabilidad penal se caracteriza porque supone:


1. Un daño social.
2. Provocado por un acto propio y culpable de una persona individual.
3. Típicamente previsto por la ley.
4. La sanción es aflictiva, generalmente privativa de libertad.
En cambio la responsabilidad civil se caracteriza porque tiene que haber:
1. Un daño privado.
2. Causado no necesariamente por un acto propio y culpable de personal individual.
3. Sin requerimiento de tipicidad.
4. La sanción es resarcitoria, generalmente una suma de dinero a título de indemnización.

Se requiere un daño social para la responsabilidad penal. La acción humana ofende al orden y a la moral
pública. Muchas veces, hay también daño privado (homicidios, robos, secuestros, etc.) pero lo decisivo en
la responsabilidad penal es el daño a la sociedad, el peligro que significa la conducta del delincuente.
Imaginemos una tentativa de homicidio. Aunque felizmente no se causó el daño privado querido (la víctima
no falleció), la acción es peligrosa en grado sumo y merece un reproche público y por ende una condigna
pena de prisión.
En el derecho civil el daño privado es lo único que interesa, a fin de ser indemnizado. Por ello, si en la
tentativa de homicidio no se produjo lesión alguna, no habrá ningún dinero que pagar por el que intentó
matar, porque no hay daño privado.
En derecho penal no hay responsable si no hay culpable, es decir, quien realizo una conducta
subjetivamente reprochable, sea por mala intención (dolo), sea por la culpa en sentido estricto (negligencia,
impericia o imprudencia). En el derecho civil no es raro ver responder a personas que no tienen culpa
alguna, como en el caso de que alguien responda civilmente por el solo hecho de ser propietario del
automóvil con el que se causaron los daños.
El delito del derecho penal requiere: para existir, una previsión típica del legislador anterior al hecho. No se
puede sancionar a una persona porque cometió genéricamente un hecho socialmente peligroso y
aberrante. Ni se puede imponerle una pena mayor a la prevista en la figura legal. Es el principio conocido
como “ningún crimen, ninguna pena sin ley”. Pero para el derecho civil no hay tipicidad. Somos civilmente
responsable de toda acción injusta dañosa: todo aquel que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a
otro está obligado a la reparación del perjuicio.
Las sanciones son totalmente diferentes: simplificando diremos que responder penalmente significa ir
preso, y responder civilmente quiere decir tener que pagar. No vaya a pensarse que las responsabilidades
civil y penal son excluyentes. De ninguna manera, muchas veces concurren en el mismo hecho.

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Responsabilidad contractual
La responsabilidad contractual surge cuando había un contrato previo entre el que causó el daño y quien lo
sufrió. Uno de los dos violó su deber contractual, y por eso dañó, y consecuentemente tiene que
indemnizar.

Responsabilidad extracontractual (también llamada Aquiliana)


Víctima y victimario no tenían relación previa alguna, no habían firmado ningún contrato. Como por
ejemplo el peatón que es atropellado mientras cruza.

En cuanto a los plazos de prescripción liberatoria, en la responsabilidad contractual como regla el plazo es
de 5 años y a la extracontractual el de 3 años.
El CCyC sigue el criterio recomendado por la doctrina, aplicando el principio de reparación integral del
daño: Artículo 1740. Reparación plena. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de
la situación del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
Respecto a la extensión del daño resarcible, en ambas responsabilidades se indemnizan las consecuencias
inmediatas y mediatas previsibles.

Presupuestos de la responsabilidad civil. Antijuricidad. Daño.


Presupuestos quiere decir el conjunto de requisitos que deben reunirse para que se configure la
responsabilidad civil (tanto contractual como extracontractual). Faltando uno solo de éstos, no la habrá y
por tanto no existirá la consecuencia natural resarcitoria, la obligación de indemnizar. Respecto a la
Antijuricidad dice el CCyC:
Artículo 1717. Antijuricidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño a otro es antijurídica si no está
justificada.
Las causas de justificación son:
- La legítima defensa.
- El estado de necesidad.
- El ejercicio de un derecho (significa que no sea un ejercicio abusivo).
Daño es toda ofensa, lesión, menoscabo o disminución ocasionados por una persona, ya sea en sí misma,
ya en sus sentimientos o en sus bienes materiales.
El daño, para ser indemnizado, tiene que ser cierto. Cierto quiere decir necesariamente presente. Puede ser
futuro, si hay certeza de que se producirá.

Resumen de los artículos 1737, 1738, 1739, 1740, 1742 y 1744:


Art. 1737. Concepto de daño. Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el
ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el patrimonio o un derecho de incidencia colectiva.
Art. 1738. Indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el lucro cesante
en beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención y pérdida de
chances. Art. 1739. Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o indirecto,
actual o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance es indemnizable en la medida en que su
contingencia sea razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho generador.
Art. 1740. La reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situación del damnificado
al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie.
Art. 1741. Indemnización de las consecuencias no patrimoniales. Puede reclamar el damnificado directo, o si
del hecho resulta su muerte también tienen legitimación a título personal, los ascendientes, descendientes,
cónyuge y quienes convivían con aquel recibiendo trato familiar.
Art. 1742. Atenuación de la responsabilidad. El juez, al fijar la indemnización, puede atenuarla si es
equitativo en función del patrimonio del deudor, la situación personal de la víctima y las circunstancias del
hecho. Esta facultad no es aplicable en el caso de dolo responsable.

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Art. 1744. El daño debe ser acreditado por quien lo invoca, excepto que la ley lo impute o presuma, o que
surja notorio de los propios hechos.
Hay daño material y moral. El daño material se refiere al patrimonio, a las destrucciones de las cosas, a las
pérdidas dinerarias. El daño moral es el sentimiento del dolor, de vergüenza, el sinsabor, la angustia.
El daño material, a su vez, se manifiesta de dos formas típicas:
 el daño emergente es la pérdida o disminución de valores económicos preexistentes. Implica un
empobrecimiento;
 el lucro cesante es la utilidad dejada de percibir, la frustración de ventajas económicas esperadas.
Implica una carencia del enriquecimiento previsto.

LA RELACIÓN CAUSAL
La relación de causalidad es ineludible. Sería ilógico e injusto obligar a reparar daños que no se han
causado.
El Código Civil y Comercial Nacional ha optado por una teoría llamada de la causalidad adecuada.
Art.1739. Requisitos. Para la procedencia de la indemnización debe existir un perjuicio directo o indirecto,
actual o futuro, cierto y subsistente. La pérdida de chance es indemnizable en la medida en que su
contingencia sea razonable y guarde una adecuada relación de causalidad con el hecho generador.
Un ejemplo sería: Un gestor avisa por teléfono a su cliente que el trámite terminó y está por empezar a
cobrar la jubilación. El anciano se llena de alegría, con la emoción tiene un paro cardíaco y muere. No causó
el gesto la muerte, porque normalmente nadie se muere porque le den una buena noticia. Este tipo de
hechos imprevistos interrumpen el nexo causal ordinario.

FACTOR ATRIBUCIÓN
El factor atribución tradicional y genérico es la culpabilidad. El estudio acerca de si hay o no culpabilidad,
supone otro previo, el de la imputabilidad del agente (la capacidad para ser culpable). Son inimputables las
personas por nacer, los menores de 10 años y los dementes.
Hay dos versiones de la culpabilidad:
 Culpabilidad en sentido amplio, el dolo. El dolo es la intención de dañar a la persona o los derechos
del otro.
 Culpabilidad en sentido estricto. La culpa, en sentido estricto, se da cuando no hay dolo, sino
simplemente negligencia, imprudencia, impericia.
- Negligencia alude a quien ha hecho menos de lo que debía hacer;
- Imprudencia es la actitud de quien hace más de lo que debe hacer; y por último,
- Impericia es el que osa hacer aquello para lo que no está capacitado.

Artículo 1724. Factores subjetivos. Son factores subjetivos de atribución la culpa y el dolo. La culpa consiste
en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de las
personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia, la negligencia y la impericia en el arte o
profesión. El dolo se configura por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta
indiferencia por los intereses ajenos.
Es importante señalar que los jueces para apreciar el grado de culpabilidad de la persona que causó el
daño, tendrán en cuenta el grado de conocimiento que tiene de las cosas o de la situación. Ej: es más grave
si el consejo jurídico lo dio un abogado que un estudiante de derecho.
Artículo 1725. Valoración de la conducta. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las
consecuencias.

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Hay veces donde se obliga indemnizar a personas que no han incurrido en culpa alguna. Son los factores
objetivos de atribución, también denominada responsabilidad objetiva.
El más aplicado en factor objetivo es el riesgo.

CULPA Y RIESGO
La clásica responsabilidad por culpa se ha completado con la moderna y practica responsabilidad objetiva,
donde se responde sin culpa ni dolo, por factores objetivos de atribución de responsabilidad.
Art. 1757. Hecho de las cosas y actividades riesgosas. Toda persona responde por el daño causado por el
riesgo o vicio de las cosas, o de las actividades que sean riesgosas o peligrosas por su naturaleza, por los
medios empleados o por las circunstancias de su realización. La responsabilidad es objetiva. No son
eximentes la autorización administrativa para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el
cumplimiento de las técnicas de prevención.
Art. 1758. Sujetos responsables. El dueño y el guardián son responsables concurrentes del daño causado por
las cosas. Se considera guardián a quien ejerce, por sí o por terceros, el uso, la dirección y el control de la
cosa, o a quien obtiene un provecho de ella. El dueño y el guardián no responden si prueban que la cosa fue
usada en contra de su voluntad expresa o presunta. En caso de actividad riesgosa o peligrosa responde
quien la realiza, se sirve u obtiene provecho de ella, por sí o por terceros, excepto lo dispuesto por la
legislación especial.
La responsabilidad es objetiva cuando el daño es causado por cosas riesgosas o peligrosas (ej.: los
automotores) o por el vicio de estas cosas (rotura del tren delantero de un vehículo nuevo). No se exime de
responsabilidad el dueño y también el conductor probando que realizo los service correspondientes en los
lugares de atención oficiales. Si la cosa, en un momento determinado, sea por su propio dinamismo o por la
acción de fuerzas externas, escapa al control material del guardián y deja de comportarse como un
instrumento pasivo y obediente entre sus manos, el dueño o guardián responderá aunque probase que de
su parte no hubo culpa. Solamente cabe eximirlo de responsabilidad, si prueba que no hubo relación causal
de culpa de la víctima o culpa de tercero, o si la cosa fue usada en contra de su voluntad expresa o
presunta, como sería el caso del ladrón que sustrae el automóvil y con éste causa daños a terceros

EJERCICIO ABUSIVO DE LOS DERECHOS


El CCy C dice en el Art. 10. Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de
una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto. La ley no ampara el ejercicio abusivo de
los derechos. Se considera tal el que contraría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites
impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
Daño injusto es el daño causado por una conducta antijurídica. No se trata de los daños que legítimamente
nos inferimos permanentemente unos a otros, en el ejercicio normal de nuestros respectivos derechos
subjetivos.
Este principio general resistente al abuso del derecho, tiene jerarquía constitucional, puesto que la
Declaración Universal de Derechos Humanos así lo refiere en el art. 29 inc. 3ro.

RESPONSABILIDADES REFLEJAS E INDIRECTAS

En Derecho Civil no se responde solamente por el hecho propio, como en Derecho Penal, sino también por
el hecho ajeno. Son las llamadas responsabilidades “reflejas”. Un ejemplo es la responsabilidad del
empleador por el hecho ilícito del dependiente.
Art. 1753. Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente. El principal responde objetivamente
por los daños que causen los que están bajo su dependencia, o las personas de las cuales se sirve para el
cumplimiento de sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o con ocasión de las
funciones encomendadas. La falta de discernimiento del dependiente no excusa al principal. La
responsabilidad del principal es concurrente con la del dependiente. Ésta última frase nos indica que la
obligación es concurrente, no es una obligación solidaria.

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Luego tenemos la responsabilidad de los padres por el hecho dañoso de sus hijos menores de edad:
Artículo 1754. Hecho de los hijos. Los padres son solidariamente responsables por los daños causados por
los hijos que se encuentran bajo su responsabilidad parental y que habitan con ellos, sin perjuicio de la
responsabilidad personal y concurrente que pueda caber a los hijos.
También tenemos la responsabilidad de los tutores y curadores.
Art. 1755. Cesación de la responsabilidad paterna. La responsabilidad de los padres es objetiva, y cesa si el
hijo menor de edad es puesto bajo la vigilancia de otra persona, transitoria o permanentemente. No cesa en
el supuesto previsto en el artículo 643. Los padres no se liberan, aunque el hijo menor de edad no conviva
con ellos, si esta circunstancia deriva de una causa que les es atribuible. Los padres no responden por los
daños causados por sus hijos en tareas inherentes al ejercicio de su profesión o de funciones subordinadas
encomendadas por terceros. Tampoco responden por el incumplimiento de obligaciones contractuales
válidamente contraídas por sus hijos.
Artículo 1756. Otras personas encargadas. Los delegados en el ejercicio de la responsabilidad parental, los
tutores y los curadores son responsables como los padres por el daño causado por quienes están a su cargo.
Sin embargo, se liberan si acreditan que les ha sido imposible evitar el daño; tal imposibilidad no resulta de
la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su presencia.
El establecimiento que tiene a su cargo personas internadas responde por la negligencia en el cuidado de
quienes, transitorio o permanentemente, han sido puestas bajo su vigilancia y control.

RESPONSABILIDAD DEL ESTADO Y DE LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS


Dice el Código Civil y Comercial Nacional:
Supuestos especiales de responsabilidad (Desde el artículo 1763 al 1766 inclusive).
La persona jurídica responde por los daños que causen quienes las dirigen o administran en ejercicio o con
ocasión de sus funciones. En cuanto a la responsabilidad del Estado, se rige por las normas y principios del
derecho administrativo nacional o local según corresponda. Y por último pero no menos importante, el
CCyC en el artículo 1766 dice que: los hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de
sus funciones por no cumplir sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas
se rigen por las normas y principios del derecho administrativo nacional o local, según corresponda.

RESPONSABILIDAD DE LOS CONTADORES PÚBLICOS


Un dato muy importante que hay que destacar es que la posesión de un diploma no garantiza que la
gestión profesional vaya a ser siempre correcta. El artículo más importante para describir este apartado es
el 1725 del Código:
Valoración de la conducta. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno conocimiento de las
cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoración de la previsibilidad de las consecuencias.
Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del acto y las condiciones
particulares de las partes.
Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condición especial, o la facultad intelectual de una
persona determinada, a no ser en los contratos que suponen confianza especial entre las partes. En estos
casos, se estima el grado de responsabilidad, por la condición especial del agente.

La antijuricidad del obrar del contador puede consistir en la violación de:


 Una norma jurídica especial: como la ley nacional 20.488, o la ley 19.550 (responsabilidades de
síndicos societarios), o la ley 24.522 (responsabilidades de los síndicos concursales);
 Reglas profesionales como los “principios de contabilidad comúnmente aceptados”;
 Regla general, según la cual nadie debe dañar injustamente a los demás.

El daño puede ser causado tanto al mismo cliente (responsabilidad contractual) como a terceros
(responsabilidad extracontractual).

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La relación de causalidad deberá acreditarse. No basta con el error o falta del contador, bien podría ser que
no haya tenido ninguna incidencia en el resultado dañoso.
El factor de atribución será siempre subjetivo, su culpa o dolo. La culpa, en las responsabilidades
profesionales, suele tomar la forma de impericia, es decir, de un desconocimiento de las reglas de trabajo
inherentes a la profesión.

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CAPÍTULO 7: OBLIGACIONES

Extinción de las obligaciones. El pago


Pago es el cumplimiento de la prestación que constituye el objeto de la obligación. Son elementos
esenciales del pago aquellos componentes indispensables para que el pago resulte válido y eficaz:
· El sujeto activo (solvens) es que hace el pago.
· El sujeto pasivo (accipiens) es el que recibe el pago.
· Causa-fuente del pago, que es la deuda preexistente que motiva.
· La causa-fin es el propósito o la intención de cumplir la prestación que hace al objeto de la obligación.
¿Quién puede pagar?
- El deudor: ya se trate de una obligación de sujeto singular o plural, siempre el deudor o codeudor es el
que está facultado para realizar el pago. En la responsabilidad indirecta tiene derecho a pagar los terceros
responsables civiles, y luego les asiste el derecho a repetir contra el deudor por deuda propia. En caso de
muerte del deudor, sus herederos continuando la persona del difunto están facultados para realizar pagos
con el mismo alcance que el causante.
Por el contrario, no pueden realizar pagos aquellas personas que pese a ser deudores no poseen capacidad
de hecho plena.
- Terceros interesados: son aquellos sujetos que siendo ajenos al vínculo obligacional tienen interés en el
cumplimiento de la obligación por el eventual perjuicio que puede resultarles del incumplimiento. Este
tercero puede encontrarse con la oposición del deudor o acreedor, dándose estos supuestos:
· Si es el deudor quien se opone, dicha oposición debe encuadrarse dentro del ejercicio regular del derecho de
pagar su propia deuda y siempre que de ello no resulte un perjuicio para el tercero.
· El acreedor frente al tercero no puede oponerse a recibir el pago porque el tercero goza del derecho a pagar,
salvo que se trate de una obligación de hacer y hubiere interés en el acreedor, en que la prestación sea
ejecutada por el mismo deudor por sus cualidades personales, como por ej un médico cirujano. Si la oposición
del acreedor es injustificada el tercero podría iniciarle y ganar el juicio de pago de consignación judicial.
- Terceros no interesados: estos terceros no tienen comprometido ningún interés jurídicamente relevante
en el cumplimiento de la obligación. Carecen de derecho a pagar y por lo tanto sólo pueden efectuar el
pago con la conformidad del acreedor. Realizado el pago, se extingue el crédito pero el deudor prosigue
obligado frente al tercero que pagó la deuda.
· Si el pago del tercero se efectúa con el conocimiento del deudor, en este caso las consecuencias del pago
se juzgan a la luz del contrato del mandato, subrogándose en los derechos del acreedor satisfecho.
· Si el pago del tercero se hace ante la ignorancia del deudor, en este supuesto se aplican las normas que
rigen la gestión de negocios, subrogándose también en los derechos del acreedor.
· Si el pago del tercero se efectúa a pesar de la oposición del deudor, en este caso el tercero sólo tendrá
derecho a cobrar del deudor aquello en que le hubiere sido útil el pago.
¿Quién puede cobrar?
- El acreedor: por ser la persona cuyo favor se encuentra constituida la obligación, siempre que resulte
capaz para recibir el pago. La regla es que el pago realizado al acreedor incapaz de administrar sus bienes es
nulo, no extingue la obligación y sólo se verá válido en cuanto se hubiera convertido en su utilidad. No
obstante, si ha habido buena fe del que efectúa el pago y la incapacidad es sobreviviente, el pago se tendrá
por válido. Si hubiera pluralidad de acreedores, cada uno puede recibir su parte; en cambio, si la obligación
fuera indivisible o solidaria el pago total puede efectuarse a cualquiera de ellos, salvo que el deudor
estuviera demandando por alguna en particular cuyo aso el pago debe efectuarse a éste. Si el acreedor o
coacreedor hubiera fallecido, el pago debe hacerse a sus herederos según la cuota que les correspondiera
en el haber hereditario, salvo que la obligación fuese indivisible.
Los terceros representantes del acreedor: sean estos voluntarios (apoderados, dependientes) o legales, se
encuentran autorizados para recibir pagos.
Los terceros habilitados para recibir el pago son: aquellas personas indicadas por el acreedor para recibir el
pago no en carácter de representantes sino en virtud de un derecho propio y abstracto que nace de una

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específica relación interna con el acreedor. Cuando se paga a terceros no autorizados, dicho pago es
inoponible al acreedor (“quien paga mal paga dos veces”), salvo que se hubiese convertido en utilidad para
éste o lo ratificase con posterioridad.
El pago debe cumplir los siguientes requisitos:
· El pago debe hacerse sin fraude a los acreedores.
· El crédito debe encontrarse expedito. El pago de un crédito embargado o prendado es inoponible al
acreedor prendario o embargante.
· El objeto de pago debe reunir los requisitos de identidad, integridad, puntualidad y localización.
¿Qué se debe pagar? El objeto del pago consiste en la cosa, el hecho o la abstención debida por el deudor.
A continuación desarrollamos los principios de identidad, integridad, puntualidad y localización.
- Principio de identidad: el acreedor no está obligado a recibir y el deudor no tiene derecho a cumplir una
prestación distinta a la debida, cualquiera sea su valor. El deudor debe satisfacer la misma e idéntica
prestación a la cual se obligó. Por supuesto que el acreedor puede aceptar el ofrecimiento del deudor de
recibir una prestación distinta a la prometida. Este acuerdo se llama dación de pago.
- Principio de integridad: el acreedor no está obligado a recibir pagos parciales, excepto disposición legal o
convencional en contrario. Si la obligación es en parte líquida y en parte ilíquida, el deudor puede pagar la parte
líquida. Si la obligación es de dar una suma de dinero con intereses, el pago sólo es íntegro si incluye el capital
más los intereses.
Hay algunas excepciones al principio de integridad. Una es lo que se llama pago con beneficio de
competencia. El deudor invocando el beneficio de competencia, puede exigir al acreedor que le reciba la
parte que él buenamente puede pagar, y con cargo de pagar el resto cuando mejore su fortuna (se utiliza
normalmente en los negocios de familia).
- Principio de puntualidad: el artículo 871. Tiempo del pago. El pago debe hacerse: a) Si la obligación es de
exigibilidad inmediata, en el momento de su nacimiento. b) Si hay un plazo determinado, cierto o incierto, el día
de su vencimiento.
c) Si el plazo es tácito, en el tiempo en que, según su naturaleza y circunstancias de la obligación, debe
cumplirse.
d) Si el plazo es indeterminado, en el tiempo que fije el juez, a solicitud de cualquiera de las partes, mediante
el procedimiento más breve que prevea la ley local.
Artículo 872. Pago anticipado. El pago anterior al vencimiento del plazo no da derecho a exigir descuentos.
- Principio de localización: Artículo 873. Lugar de pago designado. El lugar de pago puede ser establecido
por acuerdo de las partes, de manera expresa o tácita.
Artículo 874. Lugar de pago no designado. Si nada se ha indicado, el lugar de pago es el domicilio del deudor
al tiempo del nacimiento de la obligación. Si el deudor se muda, el acreedor tiene derecho a exigir el pago
en el domicilio actual o en el anterior. Igual opción corresponde al deudor, cuando el lugar de pago sea el
domicilio del acreedor.
Esta regla no se aplica a las obligaciones:
· De dar cosa cierta; en este caso, el lugar de pago es donde la cosa se encuentra habitualmente. · De
obligaciones bilaterales de cumplimiento simultáneo; en este supuesto, el lugar de pago es donde debe
cumplirse la prestación principal.

Prueba de pago (Resumen desde el artículo 894 al 899)


La carga de la prueba incumbe:
a) En las obligaciones de dar y de hacer, sobre quien invoca el pago.
b) En las obligaciones de no hacer, sobre el acreedor que invoca el incumplimiento.
El recibo es el instrumento público o privado en el que el acreedor reconoce haber recibido la prestación
debida. El cumplimiento de la obligación confiere al deudor el derecho de obtener la constancia de la
liberación correspondiente. El acreedor también puede exigir un recibo que pruebe la recepción.
En cuanto a la inclusión de reservas, el deudor puede incluir reservas de derechos en el recibo y el acreedor
está obligado a consignarlas.

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Pago por consignación (Resumen desde el artículo 904 al 909)
El pago por consignación procede cuando:
a) el acreedor fue constituido en mora
b) existe incertidumbre sobre la persona del acreedor
c) el deudor no puede realizar un pago seguro y válido por causa que no le es imputable.
El pago por consignación está sujeto a los mismos requisitos del pago, y rige por las siguientes reglas
- si la prestación consiste en una suma de dinero, se requiere depósito a la orden del juez interviniente, en
el banco que dispongan las normas procesales
- si se debe una cosa indeterminada a elección del acreedor y éste es moroso en practicar la elección, una
vez vencido el término del emplazamiento judicial hecho al acreedor, el juez autoriza al deudor a realizarla.
- Si las cosas debidas no pueden ser conservadas o su custodia origina gastos excesivos, el juez puede
autorizar la venta en subasta, y ordenar el depósito del precio que se obtenga.
El deudor moroso puede consignar la prestación debida con los accesorios devengados hasta el día de la
consignación. El deudor tiene derecho a desistir de la consignación antes de que la acepte el acreedor o de
que haya sido declarada válida. Con posterioridad sólo puede desistir con la conformidad expresa del
acreedor.
Cuando con el propósito de cumplir la obligación, el deudor debe afrontar obstáculos impeditivos o
circunstancias que crean un grado de incertidumbre sobre la situación jurídica que rodea la cancelación de la
deuda, tiene derecho de obtener la liberación efectuando el pago por consignación. Consiste en un juicio en
Tribunales, adonde, curiosamente es el deudor el demandante, que demanda al acreedor para que le cobre (al
revés de lo que sucede normalmente).

Pago por subrogación (Resumen desde el artículo 914 al 920)


El pago por subrogación transmite al tercero que paga todos los derechos y acciones del acreedor. El pago
por subrogación trasmite al tercero todos los derechos y acciones del acreedor, y los accesorios del crédito.
El terco subrogante mantiene las acciones contra los coobligados, fiadores, garantes personales, etc. Existe
la subrogación parcial que se da cuando el pago es parcial, el tercero y el acreedor concurren frente al
deudor de manera proporcional.
En resumen, el pago con subrogación tiene lugar cuando lo hace un tercero, a quien se le trasmiten todos
los derechos, acciones y garantías del acreedor hasta el límite de lo desembolsado. La subrogación puede
ser legal o convencional:
- Subrogación legal: es la que se opera por imperio de la ley, en forma automática, en determinados casos
sin que dependa de la cesión expresa del acreedor. Por ejemplo: el tercero interesado o no que paga una
deuda se subroga en los derechos del acreedor.
- Subrogación convencional: tiene su origen en un acuerdo de voluntades entre:
a) el tercero y el acreedor, que al recibir el pago le trasmite todos sus derechos sobre el crédito.
b) entre el tercero y el deudor que paga con fondos suministrados por aquel y a quien subroga en todos los
derechos y acciones del acreedor primitivo.
Dación en pago
La obligación que se extingue cuando el acreedor voluntariamente acepta en pago una prestación diversa a
la adecuada. La dación en pago se rige por las disposiciones aplicables al contrato con el que tenga mayor
afinidad. El deudor responde la evicción y los vicios redhibitorios de lo entregado; los efectos no hacen
renacer la obligación primitiva, excepto pacto expreso y sin perjuicio de terceros.
Un ejemplo de dación en pago es: el acreedor concurre a cobrar al negocio del deudor, éste le manifiesta
que no posee dinero en efectivo, pero en cambio tiene mercadería para ofrecerle. El acreedor, antes de
quedarse sin nada, acepta, y eso es una dación en pago.

Pago indebido
Hay pago indebido en los siguientes supuestos:

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1. Si el solvens no es deudor, salvo que actúe como tercero pagador.
2. Si el accipiens no es acreedor.
3. Si se paga algo distinto de lo debido y no hay acuerdo en la sustitución.
4. Si carece de causa-fuente.
5. Si carece de causa-fin.
Como principio general, el pago indebido deja expedita la acción para reclamar la repetición de lo pagado
contra quien recibió el pago (solvens), teniendo en cuenta la buena o mala fe (el desconocimiento o no del
verdadero estado de las cosas) de éste para graduar las consecuencias. Jurídicamente “repetir” lo pagado
significa pedir devolución, reclamar reintegro de lo pagado indebidamente, o sea no se aplica el significado
de “repetir” que uno utiliza cotidianamente.
Conceptos de novación (Resumen desde el artículo 933 al 941)
La novación es la extinción de una obligación por la creación de otra nueva, destinada a reemplazarla. La
voluntad de novar es un requisito esencial de la novación. En caso de duda, se presume que la nueva
obligación contraída para cumplir la anterior no causa su extinción. Existen dos tipos de novación: por
cambio de deudor o por cambio de acreedor. En cuanto a la novación por cambio de deudor requiere el
consentimiento del acreedor, y viceversa cuando es por cambio de acreedor.
La novación extingue la obligación originaria con sus accesorios. El acreedor puede impedir la extinción de
las garantías personales o reales del antiguo crédito mediante reserva; en tal caso, las garantías pasan a la
nueva obligación sólo si quien las constituyó participó en el acuerdo novatorio. Distinguimos ahora las dos
clases de novación:
- Novación objetiva: cuando la nueva obligación ha cambiado el objeto debido (prestación) o la fuente de la
obligación.
- Novación subjetiva: cuando en la nueva obligación se ha operado un cambio de acreedor, de deudor o de
ambos.

Compensación (Resumen desde el artículo 921 al 930)


La compensación tiene lugar cuando dos personas, que por derecho propio reúnen la calidad de acreedor y
deudor recíprocamente, cualesquiera que sean las causas de una y otra deuda, son extinguidas ambas
obligaciones, total o parcialmente, con fuerza de pago.
La compensación puede resultar de la propia ley (llamada Compensación Legal) que supone la existencia de
dos deudas (reciprocidad) de diferente origen en que el acreedor de una es deudor de la otra y viceversa.
En este caso, supondría un desgaste inútil cumplir con la prestación completa por parte de cada uno de
ellos cuando se puede simplificar satisfaciendo la diferencia a favor de la mayor si no fueran iguales. En la
compensación se extinguen dos obligaciones hasta el monto de la menor, subsistiendo la mayor por la
diferencia. Junto a la compensación legal podemos incorporar otras clases o distintas especie s de
compensación que existen, a saber:
· Compensación facultativa: de quien admite unilateralmente la compensación pese a no contar con todos
los requisitos (a su favor) de la legal.
· Compensación convencional: que se origina de un acuerdo de voluntades entre los interesados y lo único
que exige es reciprocidad.
· Compensación judicial: que es la que proviene de una sentencia que así lo dispone.
La confusión es un hecho jurídico extintivo de la obligación, la cual se extingue por reunirse en una misma
persona la calidad de acreedor y deudor. En cuanto a su extensión, la confusión puede comprender toda la
deuda o sólo una parte de ella.

Transacción (Resumen desde el artículo 1641 al 1648)


La transacción es un modo de extinguir obligaciones que consiste en un acto jurídico bilateral entre el
acreedor y el deudor, mediante el cual éstos, haciéndose concesiones recíprocas, dan por terminadas las
obligaciones litigiosas o dudosas. Ejemplo: hay una duda o litigio sobre la cantidad debida. El acreedor
sostiene que se le debe $10.-, mientras que el deudor insiste en que solamente debe $8.-. Pues bien, para

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terminar el conflicto, ambas partes se hacen concesiones (cada uno afloja un poco) y deciden que el deudor
se libere pagando $9.-.
La transacción debe hacerse por escrito. Es eficaz a partir de la presentación del instrumento firmado por
los interesados ante el juez en que tramita la causa. Mientras el instrumento no sea presentado, las partes
pueden desistir de ella.
Los principales caracteres que presenta la transacción son los siguientes:
1. Las diferentes cláusulas son indivisibles y cualquiera de ellas que fuese nula, o que se anulase, deja sin
efecto todo el acto de la transacción.
2. Las transacciones deben interpretarse estrictamente. Reglan sólo las diferencias respecto de las cuales
los contratantes han tenido en realidad intención de transigir.
3. Es meramente declarativa de derechos: por la transacción no se trasmiten, sino que se declaran o
reconocen derechos que hacen el objeto de las diferencias sobre que ella interviene.
4. Es extintiva de obligaciones sean dudosas o litigiosas.
Por último, la transacción es judicial cuando tiene lugar durante la tramitación de un juicio y se refiere a
obligaciones litigiosas, por el contrario, es extrajudicial. A los requisitos antes mencionados, la transacción
se sustenta sobre el principio de bilateralidad, diferenciándose así de las otras figuras afines (renuncia,
confirmación y ratificación).

Renuncia y Remisión (Resumen desde el artículo 944 al 954)


La renuncia es un modo de extinción de los derechos en general, consiste en un acto jurídico por el cual se
hace abandono o abdicación de un derecho propio a favor del otro. La renuncia puede efectuarse a título
oneroso, cuando se hace por un precio o por una prestación cualquiera; o, a título gratuito (sin
contraprestación). Si se efectúa en una disposición de última voluntad se rige por las reglas de los legados.
Conceptos básicos a tener en cuenta para este apartado son:
· Aceptación de la renuncia por el beneficiario causa la extinción del derecho.
· Retractación: la renuncia puede ser retractada mientras no haya sido aceptada, quedando a salvo los
derechos adquiridos por terceros.
· Prueba: la voluntad de renunciar no se presume y la interpretación de los actos que permiten inducirla es
restrictiva.
La renuncia, como cualquier acto jurídico, debe reunir determinados elementos para ser eficaz como tal:
1. La capacidad que se requiere para renunciar depende: - Si se efectúa a título gratuito, es la capacidad
para donar.
- Si se efectúa a título oneroso, es la capacidad para contratar.
2. El objeto de la renuncia puede consistir en cualquiera de aquellos derechos otorgados en interés particular del
renunciante pero no de aquellos conferidos en miras al ordenamiento público.
3. La renuncia no está sujeta a ninguna otra forma exterior; pero puede tener lugar en forma expresa o
tácita.

Remisión
La remisión es un acto jurídico que se rige por las mismas condiciones y caracteres que la renuncia, con una
salvedad: sólo se concibe la remisión a título gratuito. La remisión puede resultar de una declaración
expresa del acreedor no sujeta a formalidad, o bien, de un comportamiento del acreedor del cual pueda
conocerse con certidumbre su voluntad de remitir, por ej: cuando el acreedor entregue voluntariamente el
documento original en el que se conste la deuda.

Imposibilidad de pago
Se admite imposibilidad de pago cuando la prestación que forma la materia de la obligación, viene a ser
física o legalmente imposible sin culpa del deudor.
1. La prestación debe ser de ejecución imposible, sea material (el pianista contratado para un concierto,
que en un accidente pierde un brazo) o legalmente (la expropiación de un inmueble prometido en venta).

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2. Debe tratarse de una imposibilidad sobreviviente a la constitución de la obligación pues si fuera anterior
o simultánea no habría nacido la obligación por falta de objeto. Habría una falla originaria, y estaríamos
ante un problema de nulidad.
3. La imposibilidad de pago debe haberse originado en el dolo o culpa del deudor.
Prescripción liberatoria. Noción. Plazo normal y algunos plazos especiales (Resumen desde el artículo
2532 al 2564)
La ley define la prescripción liberatoria como el medio de liberarse de una obligación por el transcurso del
tiempo y la inacción del acreedor. Se distingue de la prescripción adquisitiva o usucapión, pues está
consiste en la adquisición de un derecho real, por la continuación de la posesión durante el tiempo fijado
por la ley (más la inacción del propietario). Por ejemplo, quien ha poseído un inmueble durante 20 años,
aunque sea de mala fe, adquiere el derecho de dominio. La prescripción liberatoria reúne los siguientes
caracteres:
A) Tiene su origen en la ley, que es la que regula las condiciones para que se produzca sus efectos,
iniciación del curso y extensión de los plazos.
B) El interesado puede renunciar a los beneficios de la prescripción ya ganada pero no puede renunciar
anticipadamente a invocarla
C) La prescripción no puede declararse de oficio por los jueces. Debe oponerse por el interesado al contestar la
demanda o en la primera presentación en un juicio que haga quien intente oponerla.
D) La obligación prescripta aún subsiste como obligación natural en los alcances que ya hemos visto. En
cuanto a la duración de los plazos de prescripción la ley establece un principio general que también
funciona como regla subsidiaria: toda acción personal por deuda exigible se prescribe por cinco años, salvo
disposición especial que fije un plazo menor. La regla básica es que el plazo comienza a correr desde que la
acción ha nacido, o sea, desde el momento en que el acreedor puede exigir (iniciar demanda judicial). Pues,
solamente, puede hablarse de inacción del acreedor cuando éste puede presentar la demanda judicial y no
lo hace.
El pazo de prescripción comienza a correr. ¿Qué puede ocurrir con ese transcurso del plazo? Hay que
distinguir suspensión e interrupción de tal plazo de prescripción:
La suspensión de la prescripción consiste en la paralización del curso de la misma en virtud de causas
existentes o sobrevivientes al momento de la constitución de la obligación. La suspensión impide que siga
corriendo el curso de la prescripción, a través del tiempo, mientras subsista la causa que dio lugar a ella; en
caso de que se reanude el curso de la prescripción se computará y sumará como válido el plazo que hubiera
transcurrido hasta la suspensión. Las causas de suspensión de la prescripción son las siguientes:
· El matrimonio entre acreedor y deudor mientras subsista vínculo conyugal. La norma comprende aun las
acciones que hubiesen de recaer solo sobre uno de ellos.
· La aceptación de herencia con beneficio de inventario suspende la prescripción de los créditos del
heredero contra la sucesión y viceversa mientras subsista el beneficio.
· La querella criminal deducida en sede penal suspende la prescripción de la acción por responsabilidad civil
hasta la terminación del proceso penal. Entre otras causas.
Cuando hay interrupción de la prescripción, el plazo que está corriendo se detiene, y cesado el hecho
interruptivo, vuelve a arrancar el plazo desde cero. Es como un “borrón y cuenta nueva”. No se tiene más
en cuenta el tiempo que había comenzado a correr. Las causas de interrupción de la prescripción son las
siguientes:
· Demanda judicial contra el deudor, aunque sea interrumpida ante juez incompetente o fuere defectuosa y
aunque el demandante no haya tenido capacidad legal para presentarse en juicio. La interrupción de la
prescripción se tendrá por no sucedida en los siguientes casos:
a) si el demandante desiste de ella
b) si se opera la caducidad de la instancia c) si se rechaza la demanda.
· Compromiso arbitral, entre acreedor y deudor, que es un convenio posterior al nacimiento de la
obligación y por el cual deudor y acreedor convienen en someter a un árbitro, que ellos eligen, para
resolver diferencias, evitando el juez natural.
· El reconocimiento expreso o tácito de la deuda por parte del deudor.

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Capítulo 8: Contratos – Parte General
Introducción y conceptos básicos
Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes manifiestan su consentimiento para crear,
regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurídicas patrimoniales. En el articulado siguiente, el
Código Civil y Comercial fija algunas pautas importantes, entre ellas el hecho de consagrar una gran libertad
de contratación, y siguiendo el viejo principio de que “los contratos obligan a las partes como la ley misma”,
agregando en el artículo 961 la obligación de los contratantes de actuar de buena fe.
Clasificación de contratos:
· Unilaterales y bilaterales: los contratos son unilaterales cuando una de las partes se obliga hacia la otra
sin que ésta quede obligada. Son bilaterales cuando las partes se obligan recíprocamente la una hacia la
otra. Las normas de los contratos bilaterales se aplican supletoriamente a los contratos plurilaterales.
Ejemplos de unilaterales son los testamentos; y de actos jurídicos bilaterales los contratos.
También existen los contratos plurilaterales, cuando se considera que el contrato ha sido elaborado para
explicar distintas formas asociativas, las sociedades, los contratos de colaboración, etc. La regla general es
que en el caso de ser varias las partes que intervengan en la celebración de un contrato se requiere
aceptación de todos quienes participen, salvo las excepciones previstas para los casos en que la ley o la
misma convención autoricen a considerar concluido el contrato sólo con quienes hayan aceptado la oferta.
· Onerosos y gratuitos: los contratos onerosos son aquellos en los que las partes procuran obtener ventajas
recíprocas, y esas ventajas son concedidas porque quien las hace a su vez recibe otra de la contraparte. La
prestación de una tiene su razón de ser en la contraprestación de la otra, existe reciprocidad y mutua
correspondencia, mientras que en los gratuitos una sola de las partes brinda ventajas a la otra sin recibir
ninguna a cambio. Existe una relación entre los contratos bilaterales y unilaterales, pudiendo decirse que
todo contrato bilateral es oneroso y que los unilaterales pueden ser gratuitos u onerosos.
· Conmutativos y aleatorios: se consideran una subespecie de los contratos onerosos. En los conmutativos
las ventajas dadas y recibidas son ciertas y apreciables desde el momento de la celebración, mientras que
en los aleatorios las ventajas o pérdidas dependen de un acontecimiento incierto, que puede llegar a
ocurrir o no. El contrato puede ser aleatorio para una de las partes y conmutativo para la otra (contrato de
seguro) o aleatorio para ambas parte (juegos de apuestas).
· Contratos formales: el código se aparte de la clasificación clásica de formales e informales y establece
directamente los efectos que produce el incumplimiento de las formas establecidas por la ley,
instaurándose tres reglas en un mismo artículo:
1. Solemnidad absoluta: la forma se requiere como un requisito para su validez. Se establece sanción de
nulidad para el caso de incumplimiento de la forma exigida.
2. Solemnidad relativa: determina que el contrato para el cual la forma no es requisito de validez, valdrá
como un contrato en el que las partes se obligan a cumplir con las formalidades de rigor.
3. Fuerzas probatorias: cuando la ley o las partes no imponen una forma determinada, ella tiene una mera
finalidad probatoria, es decir, que al momento de surgir algún conflicto de intereses entre las partes, serán
éstas quienes deberán procurar los medios de prueba en defensa de sus respectivos derechos, pudiendo
hacerse incluso a través de testigos.
· Nominados e innominados: el código establece que los contratos nominados son los que está regidos por una
norma que los regula específicamente, como en el caso de la compraventa, la locación, etc. Los contratos
innominados son los que no están regulados en forma expresa, y se rigen en primer lugar por lo acordado por
las partes, luego por las normas generales sobre contratos y obligaciones, por los usos y prácticas del lugar
de celebración y por las disposiciones correspondientes a contratos afines y que se adecuen a su finalidad

Consentimiento. Oferta y aceptación.


La formación del consentimiento de los contratos, deriva del entrecruzamiento de oferta y aceptación,
estableciéndose en principio y como regla general que el contrato se perfecciona por la recepción de la
aceptación de una oferta.

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La oferta es la manifestación de la voluntad de una de las partes orientada a la celebración de un contrato
específico, expresada de tal manera que el perfeccionamiento del contrato en cuestión solo depende de la
aceptación del destinatario. Requisitos: que sea dirigida a persona determinada o determinable; con
intención de obligarse; por último, que contenga las precisiones necesarias sobre los efectos que debe
producir en el caso de ser aceptada por la contraparte. Con respecto al tiempo de realización de la oferta
pueden darse 3 casos: inmediata; con un plazo que comienza cuando el destinatario recibe la oferta; y la
tercera opción, si no cumple con las dos anteriores la oferta se mantiene en vigencia durante un tiempo
razonable.
Retractación de la oferta: el oferente puede retractarse de la oferta sin plazo, si la comunicación de su
retiro es recibida por el destinatario antes o al mismo tiempo que la oferta. En cuanto a la oferta con plazo
establecido, se ha llegado a interpretar irrevocable porque obliga por todo el término prefijado.
Aceptación: es la manifestación de voluntad del destinatario de la oferta que concluye el contrato. La
oferta debe ser por sí misma lo suficientemente precisa como para que la aceptación pueda perfeccionarse
con un sencillo “si, acepto”, que exprese la plena conformidad. Una aceptación con modificaciones no debe
considerarse aceptación sino una nueva oferta, que a su vez deberá ser aceptada por el oferente original
para que pueda perfeccionarse el contrato. La aceptación puede ser expresa o tácita, y para ello puede
bastar la expresión verbal o escrita (expresa), o darse por signos inequívocos (tácita), ejemplos de
aceptación tácita pueden ser: tomar un producto de un comercio y abonar su precio, o subir al colectivo y
pagar el pasaje.
Retractación de la aceptación: el artículo 981 autoriza la retractación de la aceptación, que será eficaz si
llega a conocimiento del oferente antes o al mismo tiempo que la aceptación. No se contempla el derecho a
reclamar ninguna indemnización por daños.

Contratos por adhesión


Se trata de una categoría de frecuente utilización, caracterizándose porque las cláusulas no son discutidas
libre y abiertamente por las partes que intervienen, sino que en forma previa ya han sido estipuladas por
una de ellas, a quien la ley llama “predisponente” y la otra u otras partes lo único que puede hacer es
aceptarlas o no. Es un contrato en el cual la oferta es emitida con un contenido inamovible, es el caso de un
supermercado en el cual el comprador simplemente tiene la posibilidad de tomar o dejar el producto.
Cláusulas generales y cláusulas particulares:
Cláusula general predispuesta: es aquella cláusula que tiene un alcance general y se incluye para ser
utilizada en todos los contratos particulares de la misma especie y se considera que es predispuesta por
haber sido determinada previa y unilateralmente por una de las partes y la otra sólo tiene la posibilidad de
aceptarla y celebrar el contrato, o desecharla y no celebrarlo.
Las cláusulas generales predispuestas deben ser comprensibles y autosuficientes. La redacción debe ser
clara, completa y fácilmente legible.
Cláusulas particulares: son aquellas que, negociadas individualmente, amplían, limitan, suprimen o
interpretan una cláusula general. En caso de incompatibilidad entre cláusulas generales y particulares,
prevalecen estas últimas. Se trata de la parte flexible de estos contratos que permite al adherente una
instancia de negociación para incluir, modificar o desechar alguna de las cláusulas generales, ya sea en
forma total o parcial. En el momento de plantearse algún conflicto deberá ser un árbitro o un juez quien
determine si existe tal incompatibilidad.

Contratos preliminares
Los contratos preliminares son aquellos que obligan a celebrar un contrato definitivo, y que generan una
obligación de hacer. Para que sea eficaz tiene que poseer los elementos del contrato definitivo. El plazo de
vigencia de las promesas previstas es de un año, o uno menor si así lo convienen las partes, quienes pueden
renovarlo a su vencimiento.

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El pacto de preferencia puede considerarse un contrato preparatorio, ya que el definitivo se celebrará si el
dador de la preferencia decide hacerlo y si el beneficiario también acepta, y genera una obligación de hacer
a cargo de una de las partes, autorizándose la opción recíproca en algunos casos especiales.
Contrato sujeto a conformidad
Se trata de un negocio, con la condición de ser aprobado por otra persona, ya que la declaración de
voluntad de uno o ambos contratantes requiere ser integrada con la declaración de voluntad de un tercero
ajeno a dicho negocio, tercero que tiene que dar su aprobación para que dicho negocio quede
perfeccionado, y durante el tiempo que transcurra hasta dicha aprobación – que puede darse o no – el
contrato estará en incertidumbre. Como ejemplos citamos el caso de un tutor que necesita autorización
judicial para vender bienes del menor a su cargo.

Incapacidad e inhabilidad para contratar


Serán nulos los actos ejecutados por persona incapaz o con capacidad restringida que fueran realizados en
contra de lo ordenado por una sentencia debidamente inscripta en el Registro del Estado Civil y Capacidad
de las Personas. Los actos anteriores a dicha sentencia podrán ser declarados nulos si perjudican a la
persona incapaz o con capacidad restringida, si se cumplen tres requisitos previstos en el mismo artículo:
1. La enfermedad mental era ostensible a la época de celebración del acto.
2. Quien contrató con él era de mala fe.
3. El acto es a título gratuito.
Restricciones a la capacidad:
Personas declaradas incapaces son aquellas mayores de trece años que poseen una absoluta falta de
aptitud para dirigir su persona o administrar sus bienes. Se excluyen de las incapacidades las limitaciones
físicas, y se reserva la condición de incapacidad únicamente para aquellos que manifiesten problemas
psíquicos con la suficiente envergadura como para impedirles dirigir su persona y/o sus bienes.
Personas con capacidad restringida: son aquellas personas mayores de trece años que pudieran parecer
adicción o alteración mental permanente o prolongada, a quienes el juez puede limitar su capacidad.
Inhabilidad: quienes se encuentran impedidos para contratar de acuerdo a dichas disposiciones especiales,
no podrán hacerlo ni en su uso propio ni en interés ajeno, o por medio de interpósita persona, con lo que
se busca evitar la realización de negocios simulados. Situaciones reguladas:
- Los casos contemplados en el art.1002, que alude a las inhabilidades especiales: no pueden contratar en
interés propio:
a) funcionarios públicos, respecto de bienes de cuya administración o enajenación están o han estado
encargados.
b) los jueces, funcionarios y auxiliares de la justicia, los árbitros y mediadores, y sus auxiliares, respecto de
bienes relacionados con procesos en los que intervienen o han intervenido.
c) los abogados y procuradores, respecto de bienes litigiosos en procesos en los que intervienen o han
intervenido.
d) los cónyuges, bajo el régimen de comunidad, entre sí.
- La prohibición que impide al consignatario, vender para sí las cosas que se comprenden en la
consignación.
- La prohibición para el corredor de comprar para sí o por interpósita persona, efectos cuya negociación le
ha sido encargada. Entre otros.

Elementos de los contratos


Los recaudos que debe satisfacer el objeto, es necesario el estudio de tres artículos. Analizando el art. 279,
1003 y 1004 del Código Civil y Comercial, el objeto del contrato deberá ser:
· Posible.
· Lícito.
· Determinado o determinable.
· Susceptible de valoración económica.
· Corresponder a un interés de las partes.

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· No contrario a la moral y las buenas costumbres, no afectar la dignidad de las personas y no lesionar
derechos ajenos.
· Si se trata de bienes, no debe estar prohibido que sean objeto de contratos. Si se trata de hechos, no
deben estar prohibidos por las leyes.

Causa
La causa es el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha sido determinante de la
voluntad. No obstante la ley no ha establecido correctamente la obligatoriedad de la causa, el art. 1013
determina que ella “debe existir en la formación del contrato y durante su celebración y subsistir durante
su ejecución”. Concluyendo en la necesidad de su existencia en todos los contratos. Falta de causa:
dispuesto en el mismo artículo 1013, la falta de causa dará lugar, según los casos, a la nulidad, adecuación o
extinción del contrato.
Presunción de causa: aunque la causa no esté expresada en el acto se presume que existe mientras no se
pruebe lo contrario. El acto es válido aunque la causa expresada sea falsa si se funda en otra causa
verdadera.
Falsa causa: la falsa causa está presente cuando las partes hagan figurar en los negocios que realizan,
causas que no son las verdaderas. El acto será igualmente válido aunque la causa sea falsa, siempre que se
fundamente en otra que sea real y verdadera. Se produce una situación que se conoce como inversión de la
carga probatoria e implica concretamente que en estos casos quien pretenda mantener la validez del acto
deberá demostrar no solamente que existe una causa verdadera, sino que además es una causa lícita.
Causa ilícita: la causa es ilícita si es contraria a la moral, el orden público o las buenas costumbres. En la
actual regulación se marca una diferencia según una sola de las partes o ambas hayan realizado el negocio
por un motivo ilícito. Cuando ambas partes participaron de la ilicitud, el contrato será totalmente nulo.
Pero si la conducta ilícita es claramente atribuible a una sola de las partes, ésta no podrá hacer valer el acto
frente a la otra, en cambio quien ha obrado de buena fe y sin conducta ilícita tiene el derecho de reclamar
la devolución de lo que hubiere entregado, sin la carga de cumplir con aquello a que se hubiere obligado.
Forma: el principio general que establece el Código Civil y Comercial en el artículo 1015 es el de la libertad de
formas, y excepcionalmente serán formales si alguna norma así lo establece. Esto implica que a la hora de
celebrar cualquier contrato (salvo los excepcionalmente formales) las partes tienen una gran libertad a su
disposición en cuanto a la elección de las formas. Es muy recomendable celebrarlos como mínimo por escrito,
con detalle de las condiciones acordadas y con tantos ejemplares como partes intervengan, además
obviamente de no incluir cláusulas ilícitas o contrarias a la moral, el orden público y las buenas costumbres.
En cuanto a las modificaciones del contrato, para el nuevo contrato existe la obligación de celebrarlo con
las mismas formalidades que el anterior, así, si el contrato originario se había celebrado por escrito, las
modificaciones deberán seguir idéntica modalidad.
Como una excepción al principio general de libertad en las formas, la ley prevé que ciertos contratos deben
celebrarse por escritura pública: los relacionados a inmuebles y todos los actos que sean accesorios de
otros contratos otorgados en escritura pública.

Prueba
Todo medio eficiente será válido para probar el contrato de que se trate, estableciéndose como únicas
excepciones que cuando se hubiere previsto un medio de prueba específico la norma no será aplicada, y
que si el contrato de que se trata es de uso frecuente realizar mediante algún instrumento no podrá ser
probado solamente con testigos.

Obligación de saneamiento
La doctrina ha definido al saneamiento como una forma de amparar al comprador a título oneroso, de los
defectos ocultos que tenga la cosa adquirida (vicios redhibitorios) y(o de la turbación sufrida en el ejercicio
de sus derechos por parte de terceros. Son consideradas cláusulas naturales en todos los contratos
onerosos, ya que existirán aunque no se los estipule expresamente. En cuanto a los contratos de título

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gratuito, el adquiriente podrá ejercer en su provecho las acciones de responsabilidad que correspondan a
su antecesor en el derecho.
Vicios redhibitorios: es una garantía de los contratos onerosos que permite al adquiriente de un bien,
devolverlo al vendedor si presenta vicios que lo hacen impropio para su fin, o exigir una disminución
proporcional al precio. Deben ser materiales y ocultos, por lo que si eran visibles no podrán luego
reclamarse.
Quienes están obligados: Están obligados al saneamiento:
a) el transmitente de bienes a título oneroso;
b) quien ha dividido bienes con otros;
c) sus respectivos antecesores, si han efectuado la correspondiente transferencia a título oneroso.

Subcontrato
El artículo 1069 lo define como un nuevo contrato mediante el cual el subcontratante crea a favor del
subcontratado una nueva posición contractual derivada de la que el primero tiene en el contrato principal. Debe
reunir todos los requisitos generales y especiales de aquel del que depende.
Es una conexión unilateral, porque es el nexo de una parte, por ejemplo en el caso del locatario que se
convierte en sublocador, subalquilando a un tercero el mismo inmueble del cual él es inquilino, siempre por
supuesto que esta sublocación no esté prohibida en el contrato original.
Contratos conexos
Se trata de un grupo de contratos, cada uno con su propia tipicidad, causa y objeto, pero existe una
operación económica superior a ellos que los conecta y les brinda un sentido único. Son contratos
autónomos que interactúan y funcionan entre ellos, y el fracaso de uno puede determinar el fracaso del
grupo o sistema. Estos contratos tienen que tener autonomía, estar vinculados entre sí, poseer una
finalidad económica en común y que haya dos o más contratos.
La conexidad debe estar previamente establecida, por convenio de las partes, por la ley o por los hechos.
Un ejemplo común es la compra de bienes a través de tarjetas de crédito.

Extinción de los contratos


Rescindir un contrato significar dejarlo sin efecto, también llamado “distracto” y es aplicable a todo tipo de
contratos, unilaterales o bilaterales, sin que importe en consecuencia si las obligaciones están a cargo de
una o de todas las partes.
En los contratos unilaterales para realizar la rescisión, la comunicación debe ser dirigida por todos los
sujetos que integran una parte contra todos los sujetos que integran la otra. Puede declararse
extrajudicialmente o puede demandarse ante un juez.
Revocación: Es un acto jurídico unilateral e incausado, ya que no existe la obligación de demostrar que se
basa en ninguna causa, que a partir de una ley o una disposición contractual que lo autoriza ocasiona la
extinción de los actos jurídicos unilaterales o bilaterales gratuitos.
Adecuación de los contratos: En algunos imprevistos, si la prestación a cargo de alguna de las partes se
tornara excesivamente onerosa por alguna alteración extraordinaria de las circunstancias que existían al
momento de la celebración y por causas ajenas a las partes, quien resulta afectado tiene derecho a
reclamar la resolución total o parcial o la adecuación del contrato. La misma regla se aplicará al tercero a
quien le han sido conferidos derechos, o asignadas obligaciones, resultantes del contrato.

Capítulo 9: Contratos Particulares

Compraventa y cosa vendida


El artículo 1123 del Código Civil y Comercial define a la compraventa: “hay compraventa si una de las partes
se obliga a transferir la propiedad de una cosa y la otra a pagar un precio en dinero”. De éste contrato nace
la obligación de una parte de transferir la propiedad de una cosa.
Cosa vendida: como bien expresa el Código se pueden vender las cosas que pueden ser objeto de contrato.
La cosa debe ser cierta, pero la normativa contempla la posibilidad de que la cosa cierta haya dejado de

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existir. Si la cosa ha dejado de existir al momento del perfeccionamiento del contrato éste no produce
efecto alguno. Si la cosa ha dejado de existir solo en forma parcial, el comprador puede demandar la parte
existente con reducción del precio.
La cosa futura puede ser objeto de contrato, estos contratos están sujetos a condición suspensiva, de que la
cosa puede existir, para ello el vendedor debe realizar las tareas y los esfuerzos que resulten de las
circunstancias, del contrato para que en realidad la cosa llegue a existir en los tiempos y las condiciones
pactadas, por ej: la cosecha por venir.
Cosa ajena: los bienes ajenos pueden ser objeto de contratos y si el que promete trasmitirlo no garantiza el éxito
de la promesa, solo está obligado a emplear los medios necesarios para que la prestación se realice, y si por su
culpa el bien no se trasmite debe reparar los daños causados.
También debe indemnizar cuando ha garantizado la promesa y ésta no se cumple. Precio
El precio es determinado cuando las partes fijan una suma que el comprador debe pagar. El precio puede
ser determinado por un tercero designado en el contrato o después de la celebración, o establecerlo con
referencia a otra cosa cierta. Se entiende que hay precio válido si las partes previeron el procedimiento
para determinarlo. Cuando las partes no lleguen a un acuerdo, lo hará el juez mediante el proceso más
breve.

Obligaciones del vendedor


El vendedor debe:
1. Transferir al comprador la propiedad de la cosa vendida.
2. Poner a disposición los instrumentos para su uso y sus particularidades.
3. Prestar la cooperación que le sea exigible para que la transferencia dominical se concrete.
4. Correr con los gastos de la entrega de la cosa vendida salvo pactado lo contrario.
5. Entregar el inmueble inmediatamente de la escrituración salvo convención en contrario.
6. Entregar la cosa con los accesorios y libre de toda relación de poder y oposición de tercero.

Obligaciones del comprador


El comprador debe:
1. Pagar el precio en el lugar y tiempo acordado.
2. Recibir la cosa y los documentos vinculados al contrato.
3. Pagar los gastos de recibo, incluidos los de testimonios de la escritura pública y los demás posteriores.

Boleto de compraventa
El boleto de compraventa es la forma de adquisición de inmuebles por instrumento privado. En el caso de
compraventa de inmuebles el comprador de buena fe tiene prioridad sobre los terceros que hayan trabado
cautelares sobre el inmueble vendido cuando: a) el comprador contrató directamente con el titular
registral; b) pagó por lo menos 25% del precio antes de la traba de la cautelar; c) el boleto tiene fecha
cierta; d) y que tenga publicidad suficiente ya sea registral o posesoria. Permuta
Hay permuta si las partes se obligan recíprocamente a transferirse el dominio de cosas que no son dinero. Los
gastos, salvo pacto en contrario son soportados por los contratantes en partes iguales.

Locación
Hay contrato de locación si una pate se obliga a otorgar a otra el uso y goce temporario de una cosa, a
cambio del pago de un precio en dinero. Toda persona de 18 años puede celebrar un contrato de locación
con las limitaciones establecidas en el código para la persona incapaz o con capacidad restringida. La forma
es por escrito y hay trasmisión por causa de muerte, excepto pacto en contrario.
El artículo 1190 establece el continuador de la locación diciendo: si la cosa locada es inmueble o parte
material de un inmueble, destinado a habitación, en caso de abandono o de fallecimiento del locatario, la
locación puede ser continuada en las condiciones pactadas y hasta el vencimiento del plazo contractual, por
quienes lo habiten y acredite haber recibido del locatario ostensible trato familiar durante el año previo al

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abandono o fallecimiento. El derecho del “continuado” en la locación prevalece sobre el del heredero del
locador. Objeto y destino
Toda cosa presente o futura cuya tenencia este en el comercio puede ser objeto de contrato de locación.
Debe ser determinable aunque sea solo en especie. El destino de la cosa locada debe establecerse en el
contrato, si no se conviene puede darse el destino que tenía antes del contrato según el lugar y su
naturaleza. En este caso se aplican las normas de la locación habitacional. Si el destino es habitacional no se
puede requerir al locatario el pago de alquileres anticipados por período mayor de un mes, depósitos de
garantías por más de un mes por cada año, etc. Tiempo de locación
El Código Civil y Comercial establece un plazo máximo de 20 años para destino habitacional y de 50 años
para otro destino, el plazo mínimo cualquiera sea su destino es de 2 años. Este plazo mínimo legal para
locación de inmuebles tiene excepciones en caso de:
· Sede de embajada, consulado u organismo internacional.
· Habitación con muebles que se arrienden con fines turísticos, descanso, similares.
· Guarda de cosas.
· Exposición u ofertas de cosas o servicios en un predio ferial.
Obligaciones de las partes
- Del locador:
a) Entregar la cosa conforme a lo pactado, en estado apropiado y la excepción está dada si el locatario
conoce sus defectos.
b) Conservar la cosa con aptitud para el uso convenido, efectuar a su cargo las reparaciones que exija el
deterioro en su calidad por su propia culpa, la de sus dependientes, hecho por terceros o caso fortuito. Si
la reparación produce o interrumpe su uso y goce como fue convenido, el locatario tiene derecho a una
reducción de precio.
- Del locatario
a) Prohibición de variar destino contratado, no lo puede hacer ni aunque no cause perjuicio al locador.
b) Debe conservar la cosa en buen estado, responde por los daños que ocasionen los visitantes, o sus
dependientes, responde por destrucción por incendio no originado por caso fortuito.
c) Pagar el canon locativo asumido convencionalmente y toda prestación también convenida.
d) Pago de cargas y contribuciones de la actividad.
e) Restituir la cosa en el estado en que la recibió salvo deterioros propios del transcurso del tiempo y uso
regular de la cosa.
Régimen de mejoras
El artículo 1211 del CCyC establece como regla que el locatario puede realizar mejoras en la cosa locada,
excepto que esté prohibido en el contrato, alteren su forma o haya sido interpelado a restituirla. El
locatario no tiene derecho a reclamar el pago de las mejoras útiles y de mero lujo pero sí las mejores
necesarias que hubiere hecho.
Cesión y sublocación
Cesión: cualquiera de las partes puede trasmitir a un tercero su posición contractual, si las demás partes lo
consienten antes, simultáneamente o después de la cesión. La cesión que no reúna estos requisitos viola la
prohibición de variar el destino de la cosa locada. Si se prohíbe ceder se prohíbe sub-locar y viceversa.
Sublocación: el locador puede dar en sublocación parte de la cosa locada sino hay pacto en contrario.
Comunicar en forma fehaciente al locador su intención de sublocar, el nombre, domicilio de la persona que
propone contratar y el destino que se le dará, el locador se puede oponer comunicando de forma
fehaciente dentro del plazo de 10 días desde que fue notificado. El silencio del locador importa su
conformidad. La sublocación contratada en oposición del locador o con apartamiento de los términos que
le comunicaron viola la prohibición de variar el destino de la cosa locada.
El locador tiene acción directa contra el sublocatario para cobrar el alquiler adecuado por el locatario, en la
medida de la deuda del sublocatario. También puede exigir de éste el cumplimiento de las obligaciones que

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la sublocación impone. Recíprocamente, el sublocatario tiene acción directa contra el locador para obtener
a su favor el cumplimiento de las obligaciones asumidas en el contrato de locación.

Obra y servicios
El servicio es un hacer específico, brinda una función intangible ya que es una actividad que involucra una
obligación de hacer. La obra es el resultado producible de una actividad y su entrega. La obra se pretende
un resultado.
Hay contrato de obra o de servicios cuando una persona, según el caso el contratista o el prestador de
servicios, actuando independientemente, se obliga a favor de otra, llamada comitente a realizar una obra
material o intelectual o a proveer un servicio mediante una retribución.
Referido a los Medios utilizados: a falta de ajuste sobre el modo de hacer la obra, el contratista o prestador
de los servicios elige libremente los medios de ejecución del contrato y también pueden solicitar
cooperación de terceros cuando no haya sido elegido por sus cualidades para realizarlos personalmente
todo o en parte.
El contrato de obra puede ser ajuste alzado o retribución global, por unidad de medida, por coste y costas o por
otro sistema convenido por las partes, con o sin provisión de materiales, en terreno del comitente, de un
tercero y la forma de retribución si la obra se contrata a coste y a costas se determina el valor de los
materiales, de la mano de obra o indirectos.
La parte de los contratos de servicios se remite a las obligaciones de hacer distinguiéndose los casos de
mera actividad, de los otros en los que se promete eficacia. Esto se debe a la diversidad de las actividades
profesionales lo que hace difícil cuadrarlas en un solo tipo especial.
Diferencias con el contrato de trabajo: la definición de contrato de obra comienza señalando que se actúa
independientemente, primera división porque el contrato de trabajo es dependiente, se trabaja en relación
de dependencia. Además el prestador autónomo tiene discrecionalidad técnica para elegir los medios que
le permiten ejecutar el contrato, el trabajador recibe directrices, órdenes para ejecutar su trabajo.
Otros tipos de contratos: Contrato de consignación, donación, de renta vitalicia, de juego y de apuesta,
de derechos-cesión de deudas y contrato de arbitraje.
Contrato de consignación: hay contrato de consignación cuando el mandato es sin representación para la
venta de cosas muebles. La consignación es indivisible, dura mientras el negocio no esté completamente
concluido. El consignatario queda directamente obligado hacia las personas con las que contrata sin que
éstas tengan acción contra el consignante, ni éste contra aquellos. La retribución del consignatario es la
comisión. También se puede pactar la comisión de garantía, corren por cuenta del consignatario los riesgos
de la cobranza y directamente obligado a pagar al consignante el precio y en los plazos convenidos.
Donación: hay donación cuando una parte se obliga a transferir gratuitamente una cosa a otra y ésta lo
acepta. La aceptación puede ser expresa o tácita, debe producirse en vida del donante y del donatario.
Pueden donar las personas que tienen plena capacidad para disponer de sus bienes y las personas menores
de edad emancipadas pueden hacer pero no puede ni con autorización judicial los bienes que hubiese
recibido a título gratuito.
La donación debe ser hecha por escritura pública, bajo pena de nulidad cuando se trate de inmuebles,
muebles registrados y prestaciones periódicas o vitalicias, si se donan muebles no registrables y títulos al
portador debe hacerse por tradición.
Las donaciones pueden ser con o sin cargo y se puede revocar en caso de ingratitud en caso de que el
donatario atente contra la vida del donante o la persona del donante.
Contrato oneroso de renta vitalicia: el contrato oneroso de renta vitalicia es aquel por el cual alguien, a
cambio de un capital o de otra prestación mensurable en dinero, se obliga a pagar una renta en forma
periódica a otro, durante la vida de una o más personas humanas ya existentes designadas en el contrato.
El contrato debe celebrarse por escritura pública, la renta debe pagarse en dinero y debe establecerse la
periodicidad con la que se debe pagar la renta, el valor de la cuota, entre otras.
Contrato de juego y de apuesta: hay contrato de juego si dos o más partes compiten en una actividad de
destreza física o intelectual, aunque sea sólo parcialmente obligándose a pagar un bien mensurable en
dinero a la que gane.

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Cesión de derechos y cesión de deudas
Hay contrato de cesión cuando una parte transfiere a la otra derechos. Se aplican las reglas de la
compraventa, de la permuta o de la donación. Todos los derechos pueden ser cedidos salvo los inherentes
a la persona humana. Deben hacerse por escritura pública, y si no involucra derechos reales sobre
inmuebles puede hacerse por acta judicial.
En cuanto a la cesión de deudas, si el acreedor, el deudor y un tercero acuerdan que éste debe pagar la
deuda, sin que haya novación, si el acreedor no presta conformidad para liberar al deudor el tercero queda
como codeudor subsidiario. Hay promesa de liberación sí el tercero se obliga frente al deudor a cumplir con
la deuda en su lugar.

Contrato de arbitraje
Hay contrato de arbitraje cuando las partes deciden someter a decisión de uno o más árbitros las
controversias que hayan surgido o puedan surgir de una determinada relación jurídica contractual o no
contractual. Debe ser por escrito, quedando excluidas las controversias referidas a: estado civil o las
personas, cuestiones de familia, vinculadas a los derechos de usuarios y consumidores, etc.
El contrato de arbitraje es independiente del contrato con el que se lo relaciona. El convenio arbitral obliga
a las partes a cumplir lo estipulado y excluye la competencia de los tribunales judiciales sobre las
controversias sometidas a arbitraje.
El tribunal arbitral debe estar compuesto por uno o más árbitros en un número impar. Puede actuar como
árbitro cualquier persona con capacidad civil. El árbitro debe garantizar la dependencia, imparcialidad y
debe respetar la confidencialidad del procesamiento.
Capítulo 10: Cuestiones de familia

Familias
La familia llamada tradicional, es una familia matrimonializada, paternalizada y patrimonializada,
sacrializada y bioligizada, viene sufriendo cambios. Esos cambios son producto de: la desaparición de la
economía agraria como forma de la subsistencia y el traslado de grandes masas de población del campo a
las ciudades; la revolución industrial, el acceso a la mujer a las fuentes de trabajo, su emancipación, la
creciente intervención del Estado para atender a la educación de los niños, etc.
En la segunda mitad del siglo XX se pasó de un modelo cerrado de familia, centrado en la figura del pater
familia a otro abierto, con diversos protagonistas, portadores de nuevas necesidades y nuevos derechos. En
consecuencia el vocablo familia, dejó de aludir a un grupo homogéneo en su configuración, fundado con
exclusividad en el matrimonio heterosexual o en la filiación para dar una cierta heterogeneidad.
Matrimonio
Para la existencia del matrimonio es indispensable el consentimiento de ambos cónyuges expresado
personalmente y conjuntamente ante la autoridad competente para celebrarlo. Tanto el Código Civil de
Vélez Sarsfield, como las leyes 2393 y 23515 consideraban que el matrimonio se celebraba entre hombre y
mujer. A partir de la ley 26.618 se incorpora el contraído por personas del mismo sexo, como consecuencia
de que las personas que pertenecían a una misma orientación sexual, empezaron a reivindicar sus
derechos.
Los esposos que se comprometen a desarrollar un proyecto de vida en común basado en la cooperación, la
convivencia y el deber moral de la fidelidad. Deben prestarse asistencia mutua. El matrimonio se disuelve
por: la muerte, sentencia firme de ausencia con presunción del fallecimiento y el divorcio declarado
judicialmente.
Parentesco
Es el vínculo que existe entre personas en razón de la naturaleza, el uso de las técnicas de reproducción
humana asistida, la adopción y la afinidad. El parentesco por naturaleza es el que vincula a las personas que
descienden unas de otras o de un antepasado común. En el parentesco por adopción debemos distinguir:

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· La adopción simple el adoptado es integrado como un hijo biológico de aquél o aquellos, pero no crea
vínculo de parentesco con el resto de la familia de los adoptantes.
· La adopción pena constituye una filiación que se sustituye a la de origen, por la cual el adoptado queda
emplazado con los mismos derechos que un hijo biológico, con vinculación con toda la familia de los
adoptantes.
El parentesco por técnicas de reproducción humana asistida se da cuando el niño/niña crea vínculo de
parentesco asimilable a la filiación por naturaleza.

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Filiación
La filiación tiene su origen en tres fuentes:
- Por naturaleza: se origina en el acto sexual y, por ende, en el elemento biológico; se generan vínculos
entre el hijo engendrado, con su padre y madre, existe una identificación cromosómica entre padres e
hijos.
- Por técnicas de reproducción humana asistida: se funda en el acto médico y, como consecuencia de ello,
con independencia del dato biológico o genético. Lo que hace nacer la filiación es la voluntad procreacional
conjuntamente con el consentimiento informado.
- Por adopción: A diferencia de las TRHA donde la voluntad debe ser manifestada con anterioridad a la
gestación, en la adopción la voluntad se expresa respecto a una persona ya nacida, o sea, el vínculo surge
con posterioridad al nacimiento.

Régimen patrimonial del matrimonio


El código reforma el sistema patrimonial del matrimonio en dos sentidos: por un lado concede un mayor
grado de autonomía de la voluntad a los futuros cónyuges, al incorporar un régimen opcional de separación
de bienes, sea antes de la celebración del matrimonio o después. Por otro, introduce modificaciones al
régimen de sociedad conyugal, que con mayor propiedad denomina “régimen de comunidad”.
Resumiendo, se opta por dos regímenes típicos: el de comunidad y el de separación, y un conjunto de
reglas comunes a ambos regímenes.
El régimen se asienta en tres principios, igualdad jurídica de los cónyuges, autonomía restringida y
mutualidad del régimen patrimonial matrimonial.
Antes de la celebración del matrimonio los futuros cónyuges pueden hacer convenciones que tengan
únicamente los objetos siguientes:
a) La designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al matrimonio: el inventario constituye un modo de
pre constituir prueba del carácter propio de las cosas muebles no registrables.
b) La enunciación de las deudas; resulta útil para completar la determinación de la situación patrimonial de
los contrayentes.
c) Las donaciones que se hagan entre ellos
d) La opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales previstos en este Código.

Disposiciones comunes
Bajo la denominación “disposiciones comunes” el Código recepta un régimen que en doctrina se llama
“estatuto patrimonial de base”, “régimen patrimonial primario”, entre otros, que está conformado por un
grupo de normas, referidas a la cuestión económica del matrimonio, que se aplican en forma imperativa en
todo el régimen.
El objetivo de estas disposiciones es asegurar un sistema solidario y asociativo que obligue a ambos
cónyuges a satisfacer las necesidades del hogar y asegure a los acreedores que esas deudas serán
solventadas con el patrimonio de los dos esposos, por un lado, pero también para proteger la vivienda
familiar y los bienes que la componen. Los caracteres de estas disposiciones son: imperativas, inderogables,
permanentes y de orden público.
El régimen patrimonial primario contiene normas que se refieren a:
- Determinar cómo deben contribuir los cónyuges a solventar las necesidades del hogar: los cónyuges
deben contribuir a su propio sostenimiento, el del hogar y el de los hijos comunes, y de los menores de
edad con capacidad restringida, o con discapacidad, de uno de los cónyuges, que convivan con ellos y en
proporción a sus recursos. Esto se realiza a través del sostenimiento recíproco de los cónyuges, el de los
gastos del hogar y el de la crianza y educación de los hijos comunes convivan o no y los hijos incapaces de
uno de los cónyuges que convivan con ellos.
- Establecer la responsabilidad de los cónyuges frente a los acreedores: el acreedor podrá atacar todos los bienes
de cualquiera de los cónyuges, siempre y cuando se trate de deudas para solventar las necesidades ordinaras
del hogar o el sostenimiento o la educación de los hijos comunes. Se denomina contribución solidaria.
- Fijar normas para proteger la vivienda familiar y los bienes que la componen: la vivienda familiar tiene
protección constitucional y de tratados internaciones con jerarquía constitucional.

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- Disponer el asentimiento para los actos de disposición de vivienda común y los bienes que la componen:
los actos que requieren asentimiento son todos aquellos que impiden o restringen el uso de la vivienda por
los cónyuges. El artículo exige a cada uno de los cónyuges obtener asentimiento del otro para disponer de
los derechos sobra la vivienda familiar, así como para disponer y transportar los muebles indispensables de
ésta.
- Prever la forma en que se suplirá el asentimiento en caso de ausencia, negativa injustificada o
impedimento voluntario o involuntario de uno de los cónyuges o con el objeto de proteger los intereses
familiares, dicha autorización debe ser judicial, siendo oponible al cónyuge sin cuyo asentimiento se le
otorgó, sin derivar ninguna obligación a su cargo. El fin de la autorización es superar un conflicto entre
cónyuges, que ha de resolverse, conforme al interés familiar.
- Establecer la ineficacia de los actos realizados sin asentimiento: el acto otorgado con autorización judicial
es oponible al otro cónyuge sin que ello le imponga obligación personal alguna a su cargo.
- Otorgar medidas precautorias para impedir que se defraude el régimen.
- Mandato entre cónyuges: rige la libertad de contratación entre marido y mujer, autorizándose el contrato
del mandato de uno de los cónyuges a favor del otro para ejercer los poderes que al mandate
corresponden.

Régimen de comunidad
El Código Civil y de Comercio opta por un régimen de comunidad de ganancias de carácter supletorio cuya
característica es la formación de una masa de bienes que a la disolución debe dividirse entre los esposos o
entre estos y sus herederos, por partes iguales. El régimen supletorio de la comunidad es el que mejor
protege al cónyuge que no trabaja fuera del hogar o que tiene menores recursos, porque permite quien no
genera ingresos adquirir la mitad del patrimonio ganancial a la disolución del matrimonio.
Bienes conyugales
En el régimen de comunidad de bienes se clasifican en bienes propios y bienes gananciales, constituyendo
el capital del régimen.
Los bienes propios son: los bienes aportados al matrimonio; bienes adquiridos a título gratuito; los
adquiridos por subrogación real con otros bienes propios; los adquiridos por título o causa anterior al
matrimonio; los adquiridos por accesión; los bienes propios por su naturaleza y los de la propiedad
intelectual.
Los bienes gananciales: son los adquiridos a título oneroso durante el matrimonio; los adquiridos por
hechos de azar, lotería, juego y apuestas; los frutos naturales, civiles, industriales de los bienes comunes y
de los propios de cada cónyuge; los frutos civiles de la profesión, trabajo, comercio o industria de cada uno
u otro cónyuge; lo devengado durante la comunidad como consecuencia del derecho de usufructo de
carácter propio, entre otros.
Responsabilidad – Deudas de los cónyuges
Los cónyuges responden solidariamente por las obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las
necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos. Cada uno de los cónyuges
responde frente a sus acreedores con todos sus bienes propios y los gananciales por él adquiridos. El principio se
refiere a que cada cónyuge responde por las obligaciones que contrae en forma personal, con la totalidad de sus
bienes que están bajo su titularidad. No responde por las obligaciones contraídas por el otro. Existen dos
excepciones: a) las deudas contraídas por cualquiera de los cónyuges para satisfacer las necesidades ordinarias
del hogar; b) el sostenimiento y la educación de los hijos comunes que convivan con ellos y sean menores de
edad, con capacidad restringida, o con discapacidad.
Las deudas de una persona casada bajo el régimen de ganancialidad se clasifican en personales, solidarias y
concurrentes:
· Son personales: todas aquellas contraídas por los cónyuges durante el matrimonio. Podemos sostener que
son personales: todas las deudas de origen contractual, las derivadas de honorarios en el juicio de divorcio,
las que surjan de la conservación de los bienes propios del cónyuge, etc.
· Son solidarias: las de la contribución a las cargas del hogar y a la educación y mantenimiento de los hijos.
· Son concurrentes: las contraídas para la conservación y reparación de los bienes gananciales. Recompensa

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El artículo 468 establece que cuando una deuda personal de un cónyuge es solventada con fondos
gananciales, se debe recompensar a la comunidad; y si se solvento con fondos propios una deuda de la
comunidad, se debe recompensar al cónyuge que la solventó con propias deudas de la comunidad. El
fundamento de las recompensas es mantener la integridad del patrimonio de los esposos para lograr que la
partición de la comunidad sea justa y conforme a su finalidad.
Los que deben pagarla son los cónyuges o sus herederos. El pago de las recompensas debe encararse como
la satisfacción de una relación crédito-deuda entre el cónyuge acreedor y el cónyuge deudor, o entre uno
de ellos y los herederos del otro.
Gestión
El Código Civil y Comercial sostiene que cada cónyuge, tiene la libre administración y disposición de todos
los bienes que son de su titularidad, excepto si se trata de la vivienda familiar y los muebles que la integran,
donde se requiere asentamiento para disponer de ellas y los límites al poder dispositivo trazados en el
régimen de comunidad.
En cuanto a los bienes gananciales la administración y disposición de los mismos corresponde al cónyuge
que los ha adquirido. El principio general es la libre administración y disposición de los bienes gananciales
por parte del cónyuge titular conforme a la libertad contractual que rige en materia patrimonial. Hay
excepciones, que tienen lugar por finalidad evitar que la libre administración se convierta en un
instrumente de fraude en detrimento del otro, privándolo de la mitad que le pudiera corresponder al
momento de la disolución de la comunidad. Alguna de ellas son:
· Bienes registrables.
· Las acciones normativas no endosables y no cautelares.
· La participación en sociedades no exceptuadas, se requerirá contar con la conformidad del consorte para
disponer de las participaciones gananciales en las sociedades de un solo socio, en las de capital e industria,
en las colectivas, en las comanditas por acciones, como así también en las sociedades irregulares o en
formación.
· Los establecimientos comerciales, industriales o agropecuarios.
En cuanto a los bienes adquiridos conjuntamente “la administración y disposición de esos bienes,
corresponde en conjunto a ambos, cualquiera sea la parte correspondiente a cada uno de ellos. En caso de
disenso entre ellos, el que toma la iniciativa del acto puede requerir que se los autorice judicialmente.
Extinción de la comunidad
La disolución del régimen de gananciales se produce en el momento en el que concluye la comunidad
dinámica de bienes y se transforma en una comunidad estática pendiente de liquidación y partición.
Son causales de extinción:
- La muerte comprobada o presunta de uno de los cónyuges.
- La anulación del matrimonio putativo (matrimonio anulado contraído de buena fe por ambos y cuando fue
contraído por buena fe de uno y mala fe del otro).
- La sentencia de divorcio produce la extinción de la comunidad de pleno derecho.
- La separación judicial de bienes.
- Por último, la modificación del régimen matrimonial convenido.
Los ejemplos de extinción extrajudicial es la muerte y la modificación del régimen, y judiciales son el
divorcio, la nulidad, la separación judicial de bienes.
Indivisión poscomunitaria
Es la situación en que se halla la masa de bienes gananciales desde la disolución de la sociedad conyugal
hasta la partición. Los cónyuges pueden acordar las reglas de administración y disposición de los bienes
indivisos, previéndose expresamente el deber de informar un cónyuge al otro su intención de otorgar actos
que excedan la administración ordinara con una antelación razonable, pudiendo el otro oponerse
judicialmente. Ambos cónyuges tienen derecho a continuar usando y gozando de los bienes gananciales,
pudiendo reclamar una indemnización si alguno los utiliza de forma distinta a la acordada.
El activo de la indivisión está formado por:
· Los bienes gananciales existentes en el momento de la disolución de la comunidad.

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· Los adquiridos después por título o causa anterior a la disolución.
· Los que los sustituyeron por subrogación real.
· Los frutos, rentas y productos de los bienes gananciales.
El esposo que usa esos bienes debe rendir cuenta al otro por sus actos de administración posteriores a la
disolución de la comunidad.
Liquidación – Partición
La liquidación es la etapa que sigue a la extinción. Dentro de esa etapa se producen las recompensas que
resuelve que cada cónyuge responde con sus bienes propios y la porción de gananciales que se hayan
adjudicado, por las deudas contraídas después de la extinción y antes de la liquidación. Las recompensas serán
debidas entres los cónyuges cuando se den los siguientes supuestos:
· La comunidad haya acrecido o se haya beneficiado con valores en su origen propio de cualquiera de los
cónyuges.
· El patrimonio de uno de los cónyuges haya acrecido o se haya beneficiado con valores gananciales. La
última etapa de la liquidación de la sociedad conyugal es la partición, período en el que se convierte el
derecho en expectativa a la mitad indivisa que cada cónyuge tenía en una suma de valores concretos de su
absoluta propiedad.
No habrá partición cuando:
· No haya bienes
· Cuando la disolución es por muerte y el cónyuge supérstite es el único heredero.
· Cuando existía un supuesto de indivisión forzosa, establecido por el testador o por los terceros.
El saldo partible queda determinado por la suma de todos los bienes gananciales, más los créditos y valor
de las mejoras, restándole las deudas y cargas que correspondieren. La masa común es la que en definitiva
se dividirá en partes iguales y los cónyuges podrán dividirse y adjudicarse los bienes de la forma y modo
que crean pertinente, ya que durante este período rige entre las partes el principio de libertad contractual.

Régimen de separación de bienes


El régimen de separación de bienes se caracteriza por que los patrimonios de los cónyuges se conservan
independientes entre sí, tanto activa como pasivamente, conviviendo en una relativa situación de autonomía e
independencia con ciertos puntos de conexión entre ellos. Existen ciertas restricciones como puede ser el
inmueble sede del hogar conyugal o los gastos de mantenimiento de la familia y las necesidades del hogar, la
educación e instrucción de los hijos.
Cada uno de ellos conserva la libre administración y disposición de sus bienes personales, necesitando el
asentimiento del otro en caso de disponerse de la vivienda familiar o de los muebles no registrables que
integran la casa, respondiendo cada uno por las deudas por él contraídas. Cada cónyuge debe probar que
los bienes le pertenecen en forma exclusiva. Caso contrario se consideraran que pertenecen a ambos.
Cesa el régimen de separación de bienes por:
· Disolución del matrimonio.
· Por la modificación del régimen convenido entre los cónyuges. Unión convivencial
La unión convivencial es la unión basada en relaciones afectivas de dos personas que comparten un
proyecto de vida común. Es singular, pública, notoria, estable y permanente. Para formar una unión de
hecho las personas deben:
- Ser mayores de edad.
- No poseer vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados, colateral hasta segundo grado y por
afinidad en línea recta.
- No tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra convivencia de manera simultánea. - Mantener
la convivencia por un período no inferior a dos años.
El objetivo de la registración es la protección de las relaciones emergentes de un proyecto de vida en
común o autorreferencial, y también la seguridad jurídica y la eventual protección de los derechos de los
terceros que pudieren vincularse con los convivientes. La registración debe ser solicitada por ambos
integrantes de la pareja.
El marco regulatorio permite diferenciar dos tipos de uniones convivenciales:

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· Las uniones convivenciales registradas con derivación, a los solos efectos probatorios. Que se
subclasifican en: registradas con pacto de convivencia registrado; registradas con pacto de convivencia no
registrado pero registrable; registradas con un pacto de convivencia registrado y otro no registrado.
· Las uniones convencionales no registradas que pueden ser acreditadas por medios de prueba:
· Uniones no registradas sin pacto de convivencia.
· Uniones no registradas con pacto de convivencia.
Efectos
Los pactos de convivencia son convenciones o contratos destinados a normar las relaciones futuras entre
los convivientes, cuyo contenido puede ser patrimonial y extrapatrimonial, y que deben concretarse por
escrito que rige durante la unión de la convivencial. Dentro de la posibilidad de celebrar estos pactos, hay
restricciones:
· No podrán ser contrarios al orden público.
· No podrán ser contrarias al principio de igualdad de convivientes.
· No podrán afectar los derechos fundamentales de sus integrantes.
· No podrán dejar sin efecto algunas disposiciones, que formal el “piso mínimo obligatorio”: los pactos que
celebren los convivientes no pueden dejar sin efecto lo dispuesto en relación a la asistencia recíproca que
se deben; la contribución a los gastos del hogar, la responsabilidad por deudas frente a terceros y la
protección de la vivienda familiar.
Pueden ser modificados de común acuerdo sea en forma total o parcial y, sumado a esto, pueden ser
rescindidos por ambos miembros de la unión.

Unidad 11: Sucesiones

Ubicación del derecho sucesorio


El Código Civil y Comercial en su artículo 2277 establece que la muerte de una persona causa la apertura de
una sucesión y la trasmisión de la herencia. Las características del derecho sucesorio son las siguientes:
a) Es un derecho dependiente. El derecho de sucesiones es un derecho dependiente del derecho de familia
y del derecho patrimonial.
- Dependencia con el derecho de familia: la dependencia con el derecho de familia avanzó a medida que la
historia fue trascurriendo y, transformando éste concepto. En el siglo pasado la mujer era considerada
incapaz y heredaba en pocos casos o prácticamente nunca. Luego el concepto fue cambiando y se pasó a
que la familia estaba basada en la convivencia. En los últimos años las reformas más importantes surgieron
con el matrimonio igualitario donde se aceptan familias de igual género.
- Dependencia con el derecho patrimonial: el derecho patrimonial engloba el derecho de bienes y el
derecho de las obligaciones. Hoy el derecho de bienes no se desentiende del destino de las cosas. Ello se
advierte en el derecho de sucesiones con las atribuciones preferenciales al momento de la partición, en
normas que busca evitar el parcelamiento de los inmuebles y la división de las empresas.
b) Derecho de equilibrio entre el derecho de la autonomía y el derecho imperativo: el derecho de
sucesiones por ser un derecho interdependiente del derecho de familia y del derecho patrimonial tiene que
mantener un equilibrio entre las reglas imperativas y las reglas de autonomía, así no puede existir absoluta
voluntad de testar, ni tampoco un sistema de legítimas total. El derecho de familia deja hoy en día un
espacio de libertad para la voluntad privada para elegir su estatuto patrimonial matrimonial pero ello no se
traduce por un relajamiento de los deberes familiares, muy por el contrario estos se ven fortalecidos en el
régimen matrimonial primario. En el ámbito del derecho sucesorio el equilibrio se logra mediante una
disminución de las legítimas y un fortalecimiento de institutos que permitan una mayor solidaridad familiar
con el más débil.
Existe una mayor libertad personal que va acompañada con una mayor responsabilidad.

Apertura de la sucesión

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El artículo 2277 establece que la muerte de una persona causa la apertura de la sucesión y la trasmisión de
la herencia. En cuanto a la apertura establece tres principios generales para la interpretación y la aplicación
de la sucesión:
1. La muerte, real o presunta determina la apertura de la sucesión.
2. El fallecimiento produce la trasmisión inmediata de los bienes de la persona fallecida a sus sucesores.
3. Se trasmite la totalidad del patrimonio, excepto los derechos en consideración de la persona. La muerte,
la apertura de la sucesión y la trasmisión de la herencia se producen en el mismo momento, aun cuando los
herederos o legatarios no supiesen de la muerte del causante.
La trasmisión de la herencia de las personas llamadas a suceder puede tener su origen en el testamento o
en las disposiciones de la ley, ésta última llamada sucesión intestada.

Heredero y legatario
El artículo 2278 menciona y define las formas de ser llamado a la sucesión. Se distingue:
- En relación al contenido de la trasmisión: al heredero, heredero de cuota y al legatario.
- Por la forma de ser llamado puede ser: heredero o legatario.
Heredero o sucesor universal es aquel a quien se le trasmite la universalidad o una parte indivisa del
patrimonio del causante. Bajo esta concepción el “heredero de cuota” es también considerado un
heredero universal. El heredero instituido en un testamento puede ser llamado a la universalidad de la
herencia, o, a una parte de cuota de ella (heredero de cuota). Ocupa la posición jurídica del causante como
consecuencia, en principio, adquiere los bienes del causante, asume sus deudas y adquiere la posesión de
las cosas.
La diferencia entre el heredero universal con el heredero de cuota, es que el primero tiene derecho de
acrecer.
Legatario es aquel que recibe un bien particular o conjunto de ellos. No sucede la posición jurídica del
causante, sino que efectúa esencial y directamente una adquisición. Diferencia entre heredero y legatario:
El heredero responde por las deudas del causante y queda investido como heredero, sin intervención
judicial, desde la muerte del causante. Mientras que el legatario no responde por las deudas, a no ser que
se lo designe como: legatario universal; se le impongan las cargas del legado; se trate de un legado de cosas
gravadas; y por último, debe solicitar la entrega del legado al: heredero, al albacea o al administrador.
Personas que pueden suceder
A) Personas humanas existentes – con vida – en el momento de la muerte del causante.
B) La persona concebida es capaz de suceder. El estando concebido naciere muerto, no puede suceder.
C) Las personas nacidas después de la muerte del causante, mediante técnicas humanas de reproducción
asistida.
En las técnicas de reproducción asistida, quien prestó el consentimiento con las formalidades exigidas por
la ley, se le atribuye la paternidad/maternidad y el hijo nacido lo hereda si ha sido concebido antes de su
muerte.
D) Pueden heredar las personas jurídicas, o sea, los entes que pueden adquirir derechos y contraer
obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su creación. También pueden heredar las
fundaciones creadas por actos de última voluntad.

Aceptación de herencia. Renuncia de Herencia


El titular de la vocación hereditaria – a partir de la muerte del causante – puede consolidar o resolver la
vocación mediante la aceptación o la renuncia. Solamente pueden aceptarse las herencias ya abiertas, pero
no las futuras. El heredero puede aceptar la herencia o renunciarla, con la excepción de la aceptación
forzada, que tiene lugar cuando el heredero oculta o sustrae bienes de la herencia, lo que trae como
consecuencia que es aceptante de responsabilidad ilimitada, pierde el derecho a renunciar, y no tiene parte
alguna en lo que ha sido objeto del ocultamiento o sustracción y si no puede restituir la cosa, debe restituir
su valor estimado al tiempo de la restitución. La aceptación y la renuncia deben ser:
- Lisas y llanas: no pueden hacerse a término, ni bajo condiciones.
- Indivisibles: deben serlo por el todo.

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El derecho a aceptar la herencia caduca a los 10 años de la apertura de la sucesión o sea la muerte del
causante. El heredero que no aceptó la herencia en ese plazo es tenido por renunciante. Cualquier
interesado puede solicitar judicialmente que el heredero sea intimado a aceptar o a renunciar la herencia,
pueden realizar la intimación:
· Los acreedores del causante.
· Los legatarios.
· Los acreedores personales del heredero.
La aceptación de la herencia puede ser:
- Expresa: cuando el heredero toma la calidad de tal en forma escrita en instrumento público o privado.
- Tácita: es aquella en que el heredero realiza los actos necesarios que implican necesariamente la
intención de aceptar.
No aplican aceptación de la herencia:
- El pago de los gastos funerarios y de última enfermedad, los impuestos adeudados por el difunto, los
alquileres y otras deudas cuyo pago es urgente.
- El reparto de ropas, documentos personales, condecoraciones y diplomas del difunto
Entre otras, la lista es extensa pero los casos mencionados son los más típicos.

Renuncia
La renuncia manifiesta su voluntad de no ser heredero. Los caracteres de renuncia son:
· Debe ser expresa: no se presume.
· Es unilateral: depende únicamente de la voluntad del renunciante.
· Es formal: pues debe ser expresada en escritura pública o en acta judicial incorporada al expediente
judicial, siempre que el sistema informático asegure la inalterabilidad del instrumento.
La renuncia es retractable siempre que no haya caducado su derecho de oposición, es decir: - Cuando no
pasaron los diez años de la apertura de la sucesión.
- Si la herencia no ha sido aceptada por los otros herederos. - Si se ha puesto al Estado en posesión de los bienes.
Producida la renuncia opera el derecho de representación.

Responsabilidad de los herederos y legatarios


El Código Civil y Comercial otorga el derecho preferente a los acreedores y a los legatarios del causante
cobrarse sus créditos y legados sobre los bienes de la herencia, con preferencia sobre los acreedores de los
herederos. Incluye en la norma a aquellos que tienen preferencia:
e) Los acreedores por las deudas del causante.
f) Los acreedores por cargas de la sucesión. Legatarios.
El derecho de preferencia se ejerce contra todos los bienes de la herencia. Si el legatario o heredero pagó
una porción de la deuda o de los legados, superior a su parte, es titular de la acción de reembolso contra los
coherederos o colegatarios a quienes hubiera correspondido afrontar las deudas.

Sucesiones intestadas
Teniendo en cuenta el origen del llamamiento a la sucesión, esta puede ser: testamentaria o intestada (ab
intestato). La primera se produce cuando existe un testamento, mientras que la intestada es la deferida por
ministerio de la ley, a falta, ineficacia o insuficiencia de las disposiciones testamentarias.
La legislación convoca, en primer término, a los descendientes, no habiéndolos, llama a los ascendientes,
ambos órdenes de descendientes y ascendentes, concurren con el cónyuge supérstite, quien a su vez,
hereda como único sucesor universal ab intestato cuando no sobrevivan al causante descendientes, ni
ascendientes, excluyendo los colaterales, estos últimos son solamente llamados en ausencia de
descendientes, ascendientes y cónyuge.
Sucesión de los descendientes
Los hijos del causante lo heredan por derecho propio y por partes iguales. En cuanto a la porción
hereditaria debemos tener en cuenta: si van solos o si concurren con el cónyuge sobreviviente. En el

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primer caso heredan al padre o a la madre por partes iguales. Si concurren con el supérstite, debemos
considerar si éste al contraer optó por el régimen de bienes de comunidad o el de separación.
Si el régimen elegido fue el de comunidad, el supérstite no tiene parte alguna en división de los gananciales
que corresponden al cónyuge prefallecido.
Si el régimen matrimonial fue el de separación de bienes, a la muerte cada hijo recibe una parte igual a la
del cónyuge sobre los bienes del causante.
Representación y efectos
El derecho de representación es el que inviste el descendiente para ocupar el lugar de su o sus
ascendientes en la sucesión del causante, recibiendo lo que él o los representados hubieran recibido de
concurrir personalmente a la sucesión de que se trate. El representante ocupa el mismo lugar que hubiere
ocupado el representado en la sucesión del difunto, tiene los mismos derechos y obligaciones del mismo y
concurre a la sucesión con las personas con los cuales hubiere concurrido el representado.
La representación ocurre cuando:
2. Los descendientes del heredero han renunciado a la herencia.
3. Se declararon indignos a los herederos.
4. Por la muerte del heredero legítimo.
La concurrencia de descendientes por representación requiere la partición por estirpe. Se denomina estirpe
al conjunto formado por la descendencia de un sujeto a quien ella representa y cuyo lugar ocupa.

Sucesiones ascendientes
Los ascendientes heredan a falta de descendientes. Los ascendientes concurren con el cónyuge
sobreviviente y excluye a los colaterales. Si los ascendientes concurren solos a la sucesión del causante
parten la herencia por cabeza o la recibe el único ascendiente sobreviviente más próximo. Si concurren con
el cónyuge comparte con este el haber hereditario por mitades, una parte para el supérstite y la otra para
los ascendientes, cualquiera sea su número.
En el régimen separación de bienes: la herencia se encuentra constituida por todos los bienes del difunto,
sin distinción alguna.
En el régimen comunidad de bienes: todos los bienes gananciales que le hayan sido adjudicados en la
división del régimen patrimonial, se dividen por mitades.
Sucesión del cónyuge
Si heredan con los descendientes, el cónyuge tiene en el acervo hereditario la misma parte de un hijo. En
todos los casos en que el viudo/viuda es llamado a concurrencia con descendientes, en vigencia del
régimen de comunidad de gananciales, el cónyuge supérstite no tiene parte alguna en la división de los
bienes gananciales que corresponden al cónyuge prefallecido.
Si concurre con ascendientes hay que distinguir los dos regímenes patrimoniales posibles vigentes a la
muerte del causante:
4. Régimen de gananciales: al cónyuge supérstite le corresponde la mitad de los bienes propios y la
mitad de los gananciales del causante.
5. Régimen de separación de bienes: al cónyuge le corresponde la mitad de los bienes de propiedad
del causante.
Cuando el causante no deja ni descendientes ni ascendientes que actualicen su vocación sucesoria, el
cónyuge hereda la totalidad de los bienes.

Sucesión de los colaterales


A falta de descendientes, ascendientes y cónyuge heredan los colaterales hasta cuarto grado inclusive. No
tienen legítima alguna. Entre los parientes colaterales, en el orden mismo, el más próximo en grado excluye
al de grado más remoto. “Los hermanos y descendientes de hermanos desplazan a los demás colaterales”.
En la línea colateral, la representación tiene lugar en favor de los descendientes de hermanos, pero no de
los demás colaterales.

Declaración de vacancia

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A pedido de cualquier interesado o del Ministerio Público, se debe declarar vacante la herencia si no hay
herederos aceptantes ni el causante ha distribuido la totalidad de los bienes mediante legados. La herencia
se encuentra vacante cuando se ha producido el fallecimiento del causante sin que haya acreditado su
vocación hereditaria ningún sucesor legítimo o testamentario, o cuando las disposiciones testamentarias no
cubren toda la herencia y no existen herederos legítimos. En esos casos los bienes se le atribuyen al Estado.
Porción legítima
Tiene una porción legítima de la que no pueden ser privados por testamentos ni por actos de disposición
entre vivos a título gratuito, los descendientes, los ascendientes y el cónyuge. La legítima es una institución
del derecho sucesorio, cuyas normas imperativas imponen un límite legal y relativo a la libertad de disponer
por testamento o donación, reconociendo a los herederos legitimarios el derecho a determinada porción
de la herencia, o de los bienes de la cual no pueden ser privados por el causante.
El incumplimiento de este deber impuesto por la ley otorga a los legitimarios la facultad de utilizar las vías
legales protectoras a fin de asegurar sus derechos.
La porción legítima de los descendientes es de dos tercios, la de los ascendientes de un medio y la del
cónyuge de un medio. Dichas porciones se calculan sobre la suma del valor líquido de la herencia al tiempo
de la muerte del causante más el delos bienes donados computables para cada legitimario, a la época de la
partición según el estado del bien a la época de la donación. Respecto a la época de valuación de los bienes:
el artículo instala un doble parámetro:
A) el valor líquido de la herencia se valúa al tiempo de la muerte del causante.
B) los bienes donados computables para cada legitimario se valúan a la época de la partición según el
estado del bien a la época de la donación.

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