La negociación colectiva es el proceso voluntario que se lleva adelante entre
asociaciones de trabajadores y asociaciones de empleadores. Las asociaciones pueden formarse a nivel de empresa, de sector, de región y/o nacional (generalmente, aunque no siempre, reunidos a través de un sindicato o grupo de sindicatos) y asociaciones de empleadores. (Recomendación 163 de la OIT, sobre la negociación colectiva, 1981) Se refiere a las negociaciones entre un empleador y un grupo de empleados para establecer condiciones de empleo. El resultado de este procedimiento es un convenio colectivo. En general, los sindicatos u otras organizaciones laborales representan a los empleados en la negociación. Es un procedimiento través del cual uno o más empleadores se relacionan con una o más organizaciones sindicales o con trabajadores que se unen para negociar colectivamente, con el objeto de establecer condiciones comunes de trabajo y remuneraciones por un tiempo determinado de acuerdo con las normas contenidas en el código del trabajo. En ocasiones, como medida de presión para la negociación y para hacer cumplir los acuerdos cuando consideran que no han sido cumplidos, los trabajadores pueden acudir a la huelga. La negociación colectiva es una manifestación particular del diálogo social, y está considerado como un derecho fundamental básico integrante de la libertad sindical. A nivel internacional se encuentra garantizado en el Convenio 98 y 154 de la OIT.
1.1. Importancia de la negociación colectiva
De acuerdo a lo presentado en Cahuc et al. (2014)1, se mide a través de la densidad
sindical (que se define como el porcentaje de empleados que está afiliado a un sindicato) y la cobertura de la negociación colectiva (porcentaje de empleados cubiertos por al acuerdo). En general, la primera es menor a la segunda. La diferencia entre las dos tasas se explica en la mayoría de los casos por diferencias en el marco legal e institucional. En efecto, en algunos países los acuerdos alcanzados en la negociación colectiva se aplican a todos los trabajadores por igual (independientemente si están sindicalizados o no), en esos casos se suelen ver tasas de densidad sindical menores (como por ejemplo en Francia y España). En tanto, en países como Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos los acuerdos se aplican sólo a los trabajadores sindicalizados, lo cual genera que la densidad sindical sea más elevada. (Dossier, 2008)
1.2. Formas de organización de la negociación colectiva
Es importante tener en cuenta el nivel de coordinación en la negociación, ya que el grado de centralización efectiva dependerá de este. Por lo tanto, para caracterizar un sistema de negociación colectiva se deben tener en cuenta tanto la centralización como la coordinación. La coordinación puede ser explícita o implícita. El primer caso se refiere a la situación en que la negociación colectiva efectivamente se realiza a nivel nacional. En tanto, la coordinación implícita implica que o bien existe una central sindical que controla lo acordado por cada uno de los sindicatos miembros o que se toman como ejemplo para la negociación los acuerdos alcanzados en determinadas industrias. La clasificación de los países en las distintas categorías no es directa ya que muchas veces la negociación se da a varios niveles en un mismo país. Además, el formato de la negociación colectiva dentro de un país no se mantiene estable, sino que varía en el tiempo. En algunos países asiáticos la negociación ha pasado a ser más centralizada, mientras que en América Latina se observa una tendencia hacia mayor descentralización.
1.3. Modelo de negociación colectiva
En presente modelo supone que entre empresa y sindicato se negocian tanto
salarios como empleo. El resultado que se alcanza es que, en el caso que los trabajadores sean adversos al riesgo, el empleo y los salarios crecerán con el poder de negociación del sindicato. Este modelo sí es eficiente en el sentido de Pareto, pero lleva a una situación que se denomina de ineficiencia productiva. En efecto, la principal crítica que se realiza a este modelo es que la mayoría de las veces el nivel de empleo alcanzado será mayor al que se alcanzaría en una situación competitiva (en la que la productividad marginal del trabajo se iguala al salario de reserva del trabajador), generando la ineficiencia productiva. En este marco, surge el modelo fuertemente eficiente, su nombre se deriva del hecho que es eficiente tanto en el sentido de Pareto como en términos productivos. En este modelo se supone que empresa y sindicato no sólo negocian empleo y salarios sino también el monto del seguro de desempleo. En este caso el nivel de empleo será el del caso competitivo y los trabajadores podrán apropiarse de una parte de los beneficios de la empresa, que será mayor conforme lo sea su poder de negociación.