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1. Ubicación en Argentina
Se instalo en las provincias del noroeste de Argentina,
principalmente Jujuy, Salta y Catamarca. Debido a la emigración se encuentran kollas
viviendo en todas las provincias de Argentina y en la región de Atacama en Chile. El
proceso de particularización identitaria dio lugar al restablecimiento de la identidad
diferenciada de varios pueblos indígenas dentro del conjunto cultural kolla, inicialmente la
separación de los diaguitas y atacamas, y más recientemente la diferenciación de
los omaguacas, ocloyas, tastiles, tilianes, chichas, toaras y fiscaras, así como de grupos
de habla quechua que usan este etnónimo.
A finales del siglo XIX (principiando a fines de la década de 1870), en tiempos de la guerra
del Pacífico, se produjo una migración de collas hacia algunos valles cordilleranos
chilenos que provenían de la provincia de Catamarca en Argentina (valles
de Tinogasta y Fiambalá) y de áreas de la Puna de Atacama boliviana que en 1899 se
incorporaron a Argentina. Luego de la guerra del Pacífico los indígenas collas fueron en
Chile en general discriminados, invisibilizados e identificados con lo boliviano y su
existencia no fue reconocida por el Estado.
Ubicación en Salta
Las comunidades kollas en Salta habitan en un área de gran diversidad ecológica.
Yungas, abras, puna y prepuna se escalonan en una franja angosta que se extiende de
norte a sur por los departamentos de Orán, Iruya y Santa Victoria.
La zona de puna supera en algunos lugares los 5.000 metros de altura, siendo
extremadamente seca y de gran amplitud térmica. La parte baja de las yungas se
compone de una selva subtropical ubicada entre los 400 y los 3.000 metros de altitud.
Durante el verano llueve mucho y hay temperaturas muy altas mientras que el invierno es
muy seco.
2. Economía:
La economía colla tradicional se basa en la ganadería y en menor medida en la
agricultura. Antiguamente, los collas tenían una economía más diversificada que incluía la
explotación de leña para la producción de carbón y los intercambios económicos
transcordilleranos. La ganadería que se practica, principalmente caprina, y en menor
medida mular, caballar y de llamas, requiere de un desplazamiento trashumante en busca
de pastos y aguas para los animales, entre las invernadas y las veranadas de la
precordillera. Hoy en día, algunos collas de Potrerillos y Quebrada de Paipote practican la
ganadería y sólo en río Jorquera la agricultura de la alfalfa junto al pastoreo de caprinos
continúan teniendo cierta importancia en la economía local.
La mayoría de los collas viven en zonas urbanas abocados al trabajo asalariado o como
dueñas de casa. La artesanía textil y la talabartería fueron importantes en décadas
pasadas, manufacturándose prendas de vestir como grandes ponchos, mantas y gorros
tejidos (llamados “coipas”), implementos para la arriería como alforjas de lana y aperos de
cuero para caballares y mulares. Actualmente, son muy pocas las personas collas que
mantienen estas artesanías tradicionales.
Medio de subsistencia:
La base económica de la población se asienta en la forma productiva tradicional post
hispánica. Casi todas las familias tienen vacas, ovejas, caballos, burros, cabras y
animales de granja. El ganado es considerado un bien económico por excelencia, para
autoconsumo o como reserva para venderlo cuando se necesita dinero. La principal
actividad ganadera consiste en el cuidado y traslado de los vacunos entre diferentes pisos
altitudinales. Las actividades agrícolas las realizan en distintos tipos de parcelas, algunas
con uso de alternancia (barbecho) breve y otras con prolongados descansos. Siembran,
según la altitud: maíz, papa, oca, quínoa, trigo, alfalfa, cebada, zapallo, cayote, frutales y
cítricos, entre otros cultivos.
La organización doméstica impone una división del trabajo por sexo y edad. Las familias
conforman redes sociales de parentesco, compadrazgo y vecindad que refuerzan su
sistema de relaciones. La minga, que proviene de una tradición comunitaria muy
arraigada en el mundo andino, es una forma de trabajo cooperativo y voluntario que reúne
a varias familias o vecinos y se basa, justamente, en el sistema de redes. Si el trabajo se
realiza para una familia, ésta queda obligada a retribuir el trabajo con tareas similares a
quienes colaboraron en ella.
Patrimonio material:
Entre los artefactos que producen los Colla, buena parte son aperos que sirven para la
actividad ganadera. Se trata de distintos tipos de lazos cuyos nombres varían por el tipo
de material y por el uso de cada uno, que depende de su extensión. Los materiales
básicos son cueros de distintos animales, principalmente vacuno y porcino, o crin de
caballo. Los más usados son:
Cabuya: Lazo largo elaborado en cuero, principalmente de vacuno, pero también porcino.
Guatana o Taoca: Lazo de mediana extensión que sirve de freno para los caballos.
Manea: Cuerda corta elaborada en krin de caballo que sirve para inmovilizar las patas
delanteras del animal.
Lie: Es el nombre que se les da a las boleadoras. Antiguamente las usaban para cazar
guanacos. En la actualidad se usan para lacear caballos.
Talabartería: El trabajo con cueros constituye otra de las artesanías que desarrollan los
Colla. Del trabajo con los cueros producen todo tipo de utensilios, desde alforjas hasta
sandalias. El trabajo de la Talabartería ha sido importante en el mundo Colla ya que
provee de artículos de utilidad en el trabajo con los animales, en especial los de uso
propio de quien va a la cordillera con los animales.
Textilería: La confección de textiles constituye una de las prácticas más habituales del
pueblo Colla. Se trata de una práctica principalmente femenina que se elabora en un tipo
de telar particular. El material son distintos tipos de lanas, principalmente camélidas y
ovinas, esta última la más usada en la actualidad. Los tejidos más comunes son ponchos,
frazadas, alforjas, coipas (especie de gorro pasamontaña), y un tipo de apero, el pelero,
pieza tejida en lana gruesa que se pone bajo la montura para proteger el lomo del caballo.
El tipo de textilería desarrollada por los Collas es común a la de otros pueblos del Norte
Grande (Consejo Cultura y las Artes, 2008) y recibe influencias del Noroeste argentino.
La textilería es vista por el pueblo colla como algo que se hace para beneficio propio, “es
lo que hay que hacer” ya que son los productos necesarios para una vida adecuada en la
alta cordillera, en especial ponchos, mantas, frazadas. A menudo la textileria Colla
contiene diseño con rayas o franjas ya que representan el color de los cerros.
Tradicionalmente existieron entre 4 y 5 tipos distintos de puntos en el trabajo textil.
Alfarería: La alfarería Colla fue desapareciendo como práctica habitual según los propios
habitantes Colla. Los principales productos eran jarros, vasos, platos. Hoy la producción
en alfarería es reducida a pequeños productos de uso particular en algunas comunidades
como la de Rio Jorquera.
Minería tradicional Colla:
La llegada a Chile le significó a muchos Collas pasar de la trashumancia a un trabajo en la
Minería. Dicho proceso fue forzado debido a la instalación de la gran minería en la zona
de tránsito habitual de los Collas con los animales, lo que se vio trastocado con las
contaminaciones de agua y aire de las faenas mineras. Otro grupo desarrolló una minería
de subsistencia con la cual lograron recursos que permitían el acceso a bienes básicos en
las ciudades (Cassigoli, 2004). En la actualidad existen sindicatos de mineros Colla en la
zona de Copiapó, los cuales explotan pequeños minerales.
Hoy en día la minería tradicional Colla se enfrenta a la gran minería en busca de su
subsistencia. A juicio de algunos de los dirigentes mineros de las comunidades collas la
gran minería “los hará desaparecer”44. En dicha dinámica de presión la minería colla ve
como factores de problema su relación con las instituciones estatales que se desempeñan
en el sector minero como Codelco y Enami los cuales a su juicio imponen normas de
difícil cumplimiento. Algunas de las minas que son explotadas por las comunidades Collas
eran minas que habían usado tradicionalmente y que luego pasaron a manos de
empresas privadas y en algunos casos de capitales extranjeros. Antiguamente en la
cordillera las comunidades collas explotaron algunos minerales en la zona de Atacama,
pero siempre lo practicaron a baja escala.
3. Organización Social
Su organización social era de tipo horizontal, es decir no estratificada por lo que no
estaban sometidos a otros por lo tanto concedían un valor fundamental a la libertad, y
practicaban la no acumulación de bienes y pertenencias.
El núcleo central de su sociedad gira en torno a la familia, la cual es extendida. La mujer
tiene un rol de importancia, ya que ella asume las tareas y autoridad de su marido cuando
este se ausenta. Los niños desarrollan funciones de apoyo doméstico. Desde esta
perspectiva se puede apreciar que no existe una estructura netamente patriarcal.
El modelo de organización social se basa en los ayllus, los que corresponden a
asentamientos de organizaciones familiares. En la actualidad, estos han perdido vigencia
en su etnia, debido al proceso de aculturación que ha vivido con la sociedad mayor.
El ayllu comprende tanto la organización social como la económica. Se entiende como
ayllu a un conjunto de familias o unidades domésticas que estaban unidas biológicamente
por lazos de consanguinidad y espiritualmente por la creencia de tener un mítico
antepasado común. Además tenían la propiedad y ejercía el dominio sobre una extensión
de tierras determinadas que constituían el fundamento de su economía.
La dirección del señoría colla radicaba en el curaca (kuraca), autoridad que al parecer
antiguamente era designada por un consejo dentro del ayllu, pero que en los tiempos
prehispánicos se transmitía por sucesión hereditaria, aunque sujeto el cargo a la
confirmación del Inca desde la dominación del Tawantinsuyo.
El conjunto de ayllus constituían el huamani y dentro de este existían diferenciaciones de
categorías en el poder superior estaban los mallku, a este se supeditaban los que tenían
el señorío de las etnias locales.
También existía un sistema dual o de división en dos parcialidades la de arriba Hanansaya
y la de abajo Urinsaya. Esta división dual estaba presente en todas las agrupaciones
desde la máxima provincial que correspondía a la totalidad del conjunto étnico hasta la
etnia local.
Si bien la sociedad colla tenía una casi absoluta horizontalidad, hoy es la figura del
anciano la que se respeta profundamente en la comunidad, ya que estos conservan de
alguna manera la información cultural. Incluso a veces es la mujer más anciana la
matriarca de la comunidad colla.
Los niños eran integrados a corta edad a la vida social de la comunidad, ya a los 5 ó 6
años debían cooperar en el cuidado del ganado, acarreando leña, en quehaceres de la
casa etc. También comenzaban a aprender la labor de artesanía, aprendiendo de la
abuela el hilado y del padre la talabartería u orfebrería y de su madre el telar. De esta
manera desde temprana edad adquirían responsabilidad en las labores que desarrollarían
en su vida adulta. Además del respeto que se les inculcaba hacia los mayores.
La organización familiar colla es y ha sido de tipo patriarcal, pero hace algunos años por
las migraciones de la población masculina hacia los centros urbanos o industriales, en
busca de fuentes de trabajo y en un mejoramiento de la calidad de vida o por atracción de
la ciudad se dio un matriarcado.
En general se puede decir que es una comunidad cerrada, en donde los matrimonios aún
se dan entre collas, a pesar de que la gran mayoría de ellos viven en las ciudades de
Diego de Almagro, El Salvador y Potrerillos. Esto nos permite afirmar que existe una
cohesión de grupo y que a pesar de la aculturación que existe, se percibe una
inmutabilidad sociocultural en algunos aspectos, que hacen que el colla este inserto en su
medio y cultura.
Matrimonio
Una vez que el joven colla elige a su compañera y obtiene la aceptación de esta, el joven
pone en conocimiento a sus padres. De acuerdo a la tradición, el padre se presenta ante
los padres de la novia de su hijo, y acompañado por este. Mientras se conocen, los
compadres llegan a un acuerdo para aconsejar lo mejor posible a la pareja. El padre y el
futuro suegro manifiestan sus inquietudes ante su futuro compadre y suegro
respectivamente.
Una vez tomadas las conclusiones, sobre la nueva pareja, el joven se "hace cargo" de la
niña y se van a convivir un año para conocerse mejor. Si al cabo de este tiempo no hay
afinidad, la pareja decide de común acuerdo separarse, sin que ello sea una mala acción
ni mucho menos que tengan el repudio de la comunidad.
De resultar a fin la convivencia la pareja se una para siempre. Bendicen su unión en la
celebración de una misa por el sacerdote; y también deciden ir al Registro Civil. Todo esto
es para no ofender a la divinidad como dios (el sol) y a la Pachamama (madre tierra).
Vivienda
Su vivienda era localizada de acuerdo a las condiciones climáticas. En el verano se
ubicaban en la alta cordillera y recibían el nombre de majada, en cambio en invierno se
les llamaba ruca y se ubicaban en las zonas más bajas.
Tanto las majadas como las rucas eran construidas con pircas, madera de espinos y
latones en el techo. La vivienda tenía una pieza grande en el centro de esta había un
fogón que era utilizado como cocina, y junto a la vivienda pegada a esta estaba el
granero.
En el presente el colla de la precordillera, construye su casa la que está compuesta por
dormitorio y cocina a leña con una sección de horno para el pan. Las construcciones son
de latón, el cual ha sido dado de baja por la compañía o de adobe con piedra cruzada. El
techo es generalmente de calaminas o fonolitas, se ha perdido el tradicional techo de paja
y barro. Adjunto a la vivienda hay un patio pequeño el cual está cercado en una malla
metálica o de latón, donde cultivan hortalizas de temporada o flores.
Cerca de las viviendas se ubican los corrales del ganado. Estos están construidos con
latones o con piedras en sistema pircado. En el caso de los animales pequeños como
patos, gallinas, perros y cabritos pequeños se hacen en la falda del cerro, pequeños
aleros o cuevas para cobijarlos en las noches o en los períodos de frío intenso.
En la cordillera, en zona de veranada, el colla construye su vivienda temporal un poco
más reducida con piedras cruzadas (pircas) por lo general compuesta por un dormitorio y
cocina al aire libre. La cama la confeccionan en base a cueros tirados en el piso natural13
Aquellas familias que han emigrado a la ciudad (Potrerillos y El Salvador) han construido
sus habitaciones con material de desecho (madera, cartones y latas), llevando una vida
con altos índices de pobreza y hacinamiento.
En la actualidad las viviendas han cambiado de acuerdo al efecto que la sociedad chilena
y el progreso han tenido en esta etnia. Es así como los collas que habitan cerca de los
centros mineros, construyen sus viviendas con deshechos industriales principalmente de
las minas de cobre de Codelco. A pesar de esta situación en las afueras marginales de la
ciudad, ellos conservan el patrón de las viviendas rurales.
El actual sistema de vivienda, es bastante diferente al de antaño, y con características
particulares para el área urbana y para el área rural.
En el área urbana predomina la casa, la que está construida de tabique forrado, con techo
de zinc y con piso entablado. Un gran porcentaje tiene alumbrado eléctrico. La casa tiene
entre 3 y 5 piezas, de las cuales la mitad corresponden a dormitorios. Viven en ellas un
promedio de 4 a 6 personas.
En el sector urbano se dispone de agua potable de la Red Pública, y en gran porcentaje
se tiene acceso al agua por medio de cañerías al interior de la vivienda. En relación al
sistema de excretas sólo la mitad está conectado al alcantarillado, las otras formas son
con pozo séptico u otro sistema. Por último más de la mitad tiene ducha o tina, pero sólo
una quinta parte tiene agua caliente.
En el sector rural la vivienda predominante es el rancho, el que está construido con
madera, barro empajado (quincha o brea) o desechos, como lata y cartones, con techo de
zinc, y en el piso tierra pisada . Por lo general no se dispone de alumbrado eléctrico.
El rancho dispone de 2 ó 3 piezas, en el habitan en promedio cinco personas. En el sector
rural el agua proviene preferentemente de ríos, vertientes o esteros, de este modo un
gran porcentaje no tiene agua de cañería. En cuanto al sistema de excretas aquí más de
la mitad no tiene servicio higiénico, predominando el pozo negro.
En relación al tipo de familia, tanto en el sector urbano como en el rural es nuclear, un
poco menos de la mitad de los hogares son incompletos, es decir tienen como jefe o jefa
de hogar a una persona sola sin pareja.
En el sector urbano hay un alto porcentaje de casados y convivientes, mientras que en el
sector rural el porcentaje de solteros es muy elevado. Quizás esto tenga que ver con
alguna característica cultural, que las relaciones de convivencia en pareja sean más bien
pasajeras, lo que explicaría el alto porcentaje de hogares incompletos.
Vestuario
El vestido masculino era una especie de túnica corta, hasta las rodillas, y sin mangas,
llamada ucu; tenía unas franjas que la decoraban en el pecho y en la cintura. Como
prenda íntima , llevaban una especie de taparrabos.15
Las mujeres usaban una vestimenta que envolvía su cuerpo desde las axilas hasta el
tobillo, con una tela rectangular que sujetaban encima de los hombros y la que se ceñían
a la cintura mediante una faja adornada, llamada chumbi. De calzado usaban las ojotas.
Actualmente producto del proceso de inserción en la sociedad chilena, como así en el
trabajo de las minas, los hombres han adoptado la vestimenta occidental. Así mismo las
mujeres también visten de acuerdo a la vestimenta chilena.
Nombres de las prendas
Para empezar, se debe señalar la presencia del poncho, tanto en hombres como en
mujeres. Estas prendas, a diferencia de las que utilizaban los gauchos de la pampa
argentina, son de corta longitud, mayormente de colores tierra y rojizos y se encuentran
confeccionadas, en su mayoría, con lana de llama.
Los hombres, por su parte, visten un pañuelo blanco que les cubre la espalda y llevan
pantalones hechos de una tela llamada barragán, que se emplea también en la confección
de trajes. Las mujeres, en cambio, portan faldas largas y se cubren el pecho con una
mantilla ajustada con un prendedor.
Particularmente, los hombres acompañan su atuendo con un sombrero almidonado,
hecho con lana de oveja. Tanto ellos como las mujeres utilizan un chulo, nombre que se
les da a los gorros de lana de oveja empleados para cubrir la cabeza y las orejas.
4. Cultura:
Desparramados en cientos de poblados y caseríos de la Puna, la quebrada de
Humahuaca y parte de los Valles Calchaquíes, a principios del siglo XX se desarrolla una
nueva etnia: los Collas, síntesis de Diaguitas, Omaguacas, Apatamas, grupos de origen
Quechua y Aimara procedentes de Bolivia, cuantitativamente más numerosos y parte de
la masa mestiza no integrada en los centros urbanos.
Perdieron su organización comunitaria original y su núcleo, la familia extensa; tecnología
sustantivas como la cerámica fueron expulsadas de la memoria colectiva; su religión fue
penetrada por el catolicismo; ya no visten como antes, salvo en poncho y ojotas y
tampoco cazan.
Sin embargo, los collas son los auténticos portadores de la tradicional forma de vida
andina, a través del mantenimiento de muchos patrones culturales como la economía
pastoril de altura, y agrícola de papa y maíz; la recolección de algarroba y sal; la
construcción de viviendas; la medicina tradicional y las técnicas de adivinación; los
instrumentos musicales erques, quenas, pinkullo, sikus y cajas; el culto a la Pachamama e
innumerables creencias, rituales y prácticas sociales.
La penetración de los Incas hacia fines del siglo XV, comenzó la aculturación de los
pueblos nativos del noroeste argentino. Instalaron sus tradicionales estructuras de
asentamientos: tambos y pucarás, e introdujeron la lengua quechua que estaba tan
generalizada en tiempos de la colonia que la Declaración de la Independencia argentina
fue también redactada y publicada en quechua.
A mediados del siglo XVI, llegan los españoles que completaron el proceso con la
implementación de la encomienda y el destierro.
La cultura colla resultante no es estrictamente indígena sino mestiza, lo cual de todas
maneras nos permite ubicarla en el campo aborigen, no sólo por su historia cultural sino
por su inserción en el contexto regional y nacional.
En la actualidad ocupan territorios en las provincias de Jujuy y Salta. No tienen tierra
propia. Algunos ocupan tierras fiscales sin títulos o como arrendatarios y cuidadores de
ganado ajeno. Otros viven en las villas periféricas de las ciudades.
Colores del Pueblo de Colla : El pueblo colla expresa su identidad a través de los
siguientes cuatro colores: amarillo, negro, blanco y rojo.
El color amarillo representa a Tata Inti, Tata Sol. El color negro representa a la medicina,
la cultura, las ceremonias, los rituales. El color blanco corresponde a la pureza, la
montaña, la nieve, la cordillera. Y el color rojo representa la fuerza, el hombre, la sangre,
el poder.
Idioma: El idioma del pueblo colla se fue perdiendo paulatinamente, existiendo hoy entre
nuestro pueblo el conocimiento de algunas palabras:
- Caspicache: flauta tradicional, de 8 hoyos, usada en la ceremonia de los
matrimonios.
- Cachila: comida tradicional.
- Aillu: familia.
- Chulengo: guanaco chico.
- Güellar: formar camino.
- Inti: Sol.
- Pachamama: Madre Tierra.
- Yastai: guanaco grande blanco.
Medicina: La medicina colla estaba muy asociada a la religión original formando parte de
la cultura de nuestro pueblo. A continuación se citan algunas prácticas que aún persisten:
- Sahumerio: se basaba en el uso de hierbas y se practicaba para la protección de
personas y animales.
- Cataplasma: se usaban barros termales para curar el reumatismo, aires.
- Secretos de la naturaleza: masajes, escobillado, manteado.
Dentro de la cultura médica del Río Jorquera, en particular, han existido curanderos
famosos como el Cholo del Caballo Negro quien era monaguillo del Padre Negro, y se
dice que era colombiano. Este hombre recolectaba las plantas medicinales, y en todo su
recorrido por el valle iba atendiendo a la gente. También subía a los centros mineros.
La partera o partero, es una persona con ciertos dones especiales entregados por la
Pachamama y son los encargados de recibir en este mundo a los nacientes: hombres y
animales.
Otra persona que cumple funciones médicas es el compositor, arreglador de huesos
quebrados y zafados. También hace soba de ventosas con un vaso, unas monedas de
cobre y una vela. Arregla nervios y aberturas de carne. También cura la hora o torceduras
de mandíbula.
También hay curanderas mujeres que conservan de sus abuelas y madres algunos
secretos de curaciones para enfermedades tales como el empacho, el mal de ojo, el
susto, el hipo y ataques de risa. Extirpan verrugas y quistes.
Música: El canto tradicional colla es la “vidala”, que es un canto de alegría y de pena, una
oración cuyo contenido no es posible distinguir, que se canta en todos los momentos
significativos de la vida colla. Es cantado por hombre o mujer, acompañado de tambor
vidalero y caja chayera y los participantes realizan desplazamientos circulares. En la
“baguala” (Consiste en un canto con un ritmo muy marcado y muy uniforme, y es
acompañado de un instrumento de percusión llamado caja), a diferencia de la vidala, es
posible distinguir el contenido del canto.
Modo de Vida: El pueblo colla conserva en su memoria buena parte de su cultura, aun
cuando algunas instituciones, prácticas y creencias están en la actualidad en desuso.
Vestimenta: La vestimenta colla es confeccionada con telas de lana de oveja, guanaco,
llama, vicuña y además con cueros curtidos. En la actualidad está ropa se usa sólo en las
ceremonias. Este atuendo, es reflejo de tradición y motivo de orgullo para quienes la
llevan. Casi todos coinciden en que seguramente es caluroso, pues a simple viste lo
parece y además se compone de varias prendas. Pero, a ciencia cierta, en ¿qué consiste.
Frente a la idea de que es un conjunto abrigado, esto es cierto. Pareciera que no resulta
útil, pues nadie comprende por qué lo usan durante el día, cuando el sol es responsable
de altas temperaturas. Sin embargo, no hay que olvidar que en la geografía norteña,
durante la noche, el frío es tan intenso que cala hasta los huesos. En ese caso, un coya
siempre está bien preparado. Es por eso, que nunca le falta su poncho. Ahora, muchos
dirían que poncho también tienen los habitantes de Salta, pero hay que tener en cuenta
que los de los gauchos y los de los coyas no son los mismos. En este último caso, el
material con que son elaborados debe ser de lana de llama. Aunque también admite
variaciones como por ejemplo de vicuña o de oveja.
Asimismo, los colores en general son tierra, como el paisaje que los rodea, rojizos, ocre
y crema. Respecto de las dimensiones, son cortos. Los coyas varones se colocan también
un pañuelo blanco, hacia la espalda. El pantalón se elabora con Barragán. Este tejido no
es fácil de encontrar ya que es caro y se utiliza también para la elaboración de trajes. El
atuendo también se compone de un sombrero. Algo bastante razonable si consideramos
que el sol es casi un elemento permanente en el norte y en la Puna. Es almidonado y su
material es lana de oveja. En las épocas de baja temperatura, también es típico el chulo,
que cubre las orejas. La camisa también forma parte de este conjunto y algo que es muy
propio del coya, es prenderse el último botón. Sus colores también son claros. En cuanto
al calzado, los coyas hacen propias las alpargatas u ojotas. Cuando hace frío, el mejor
remedio son las medias de llama. En cuanto a las variaciones en las mujeres, las mismas
utilizan una mantilla, que la enganchan con un prendedor. También acompañan esto, unas
franjas decorativas. Para llevar algún objeto personal, llevan una bolsa o chuspa, que se
la cuelgan de la cintura o como bandolera. Los hombres también llevan chuspa, pero
colgada de la cintura. Por último, hay quienes dicen que las mujeres coyas siempre
llevan el pelo recogido en dos trenzas o una sola, que las adornan con bolitas de colores.
Comidas: La comida colla se basa en el uso de carne de oveja, vacuno y aves; en los
granos, tales como el maíz, trigo, porotos, lentejas y garbanzos, además de la leche a
través de su consumo directo o de la fabricación de queso y la papa. Por otro lado, el uso
de animales, vegetales y aves silvestres nunca puso en peligro las poblaciones naturales,
ya que precisamente se obtenía sólo lo necesario para la alimentación y que es lo que la
Pachamama nos brinda.
Del telar salen colchas, ponchos para los hombres y rebozos (prenda que cubre pecho,
hombros y espalda) para las mujeres, quienes luego se encargan de iluminarlas con
bordados. También tejen costales para el maíz y alforjas que se agregan al apero del
caballo.
Para los fríos implacables, tejen a dos agujas chalecos macizos, medias compactas,
pulóveres vistosos y gorros con orejera. Llaman la atención aun cuando la lana mantenga
sus colores crudos (blanco, marrón, negro o entrecano, si se mezclan los vellones) o
cuando haya sido teñida sólo con tinturas naturales, obtenidas hirviendo en agua trozos
de corteza de nogal o cebil.
Talabartería y Ramalería: El trabajo en cuero comprende el proceso de curtiembre,
teñido y la fabricación de objetos diversos destacándose en particular los de ramalería:
lazos, riendas, jáquimas, anchas y maneas. Las herramientas utilizadas para la
fabricación de objetos de cuero son cuchillos, luna, punzones, agujas, alicates o pinzas,
horcón sobador y cabras.
Nuestra cultura asume la celebración de santos, sin embargo, los santos tienen un
significado diferente, especial. Ellos son considerados como espíritus guías protectores.
El animal es esencial para la mayoría de nuestros rituales porque los consideramos el
obsequio divino de la Pachamama.
La Apacheta (montículo de piedras colocada de forma cónica una sobre la otras) es un
lugar estratégico, elegido por la comunidad, donde se pica una apacheta para realizar
todas las ceremonias del pueblo colla. En el caso particular de la Comunidad de Río
Jorquera y sus afluentes, en el sector del Chorro de la Mona, se produjo la muerte trágica
de varias personas, los conocidos “finaos”. Esto ocurrió alrededor de 1880 cuando Antonio
Díaz mató a su hermano Bruno y un hijo de este último, Charo Díaz, mató a su vez a su
tío Antonio instalándose luego en el fundo Escorial de Nantoco huyendo del peso de su
conciencia y la tragedia familiar, pero no resistió tanta muerte y se quitó la vida en ese
lugar. Estas muertes trágicas pasaron a ser espíritus guías, y el lugar donde se
encuentran enterrados sus cuerpos es visitado por los collas como un lugar sagrado de
oratoria.
También se creía en otro tipo de espíritus, como el “Kukamula”, que es un espíritu
maligno, que se manifiesta por un gran grito de animal. El Yastai es un espíritu bueno; es
hijo de la Pachamama y por encargo de ella debe cuidar los animales silvestres. Se lo
representa como un hombre viejito de barba larga y cuernos como los de un carnero. Los
que desean cazar deben dejarle ofrendas, de esta manera aparecerán las aves y la
actividad será propicia. El Peuchén es un animal que chupa la sangre a los animales; el
hueso de la cabeza de la cabra en los corrales se usa para ahuyentarlo al igual que los
espejos.
Las fiestas y rituales kollas se realizan al interior de la cultura y los matrimonios
sólo se producen entre ellos.