Introducción La ética es una de las tantas ramas de la filosofía. Es la ciencia que estudia las cosas por sus causas, de lo universal y necesario, que se dedica al estudio de los actos humanos. Actos que se realizan por la voluntad y libertad absoluta de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de su voluntad y en el que esté ausente de libertad, no ingresa en el estudio o campo de la ética porque no es un ejercicio consciente del ser humano. Como explica J. L Mackie en el prefacio de su libro: Una proposición ética puede afirmar que una acción particular es buena o mala, o que lo son las acciones de cierto tipo. Puede establecer una distinción entre un carácter o una disposición buenos o malos, o puede sugerir algún principio general al partir del cual puedan inferirse muchos otros juicios específicos similares; por ejemplo, que debemos buscar siempre la mayor felicidad general, o tratar de minimizar el sufrimiento en conjunto de todos los seres sensibles, o entregarnos totalmente al servicio de Dios, o que es bueno y adecuado que cada cual cuide de sí mismo. Todas estas proposiciones expresan, en diversos grados de generalidad, juicios éticos de primer orden. Conclusiones Tanto la ética como la moral hablan de normas de conducta, del ser y del deber ser. Se preocupan de cómo deberían ser las cosas, pero con respecto al comportamiento humano, es decir, se interesan por las acciones de las personas. El ser es la forma de actuar de una persona, los logros que consigue y cómo los consigue, dentro de la sociedad, en su interacción con los otros individuos de la sociedad. Al final del día todas las personas tenemos juicios y una ética y moral diferente, para aprender a vivir en una sociedad funcional deberíamos tener en claro cuales conductas son buenas y cuáles no.