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En la segunda mitad del siglo XIX, Inglaterra, Alemania y Estados Unidos vivieron una segunda
etapa de innovación (Segunda Revolución Industrial) que había iniciado en el siglo XVIII.
Las potencias capitalistas comenzaron a tener rivalidades y conflictos entre ellas por el
dominio o el control de Asia, África y América Latina. Estas potencias se apoderaron de estos
territorios convirtiéndolos en colonias o imperios informales como en el caso de América
Latina. A este tipo de dominación se la llamó Imperialismo.
En América Latina el orden neocolonial fue llevado adelante gracias a una minoría
denominada oligarquía (grupo minoritario que gobierna en beneficio de sus propios intereses).
Por lo tanto, los estados llevaron modelos económicos agroexportadores. Esto significa que la
economía gira entorno a la exportación de materias primas obtenidas con mano de obra
barata, que luego se exportaba a Inglaterra y se volvía a comprar pero ya como manufactura,
es decir, como producto terminado.
Los grupos dirigentes que consolidaron los Estados Nacionales construyeron sistemas
económicos dependientes de las potencias extranjeras acompañados de sus sistemas políticos
denominados liberales conservadores (porque excluyen de la participación política a amplios
sectores de la población).
En América Latina durante los primeros años del siglo XIX diferentes grupos sociales lucharon
por la descolonización declarando la independencia con España, este largo proceso de
formación de los Estados-Nación se consolida en 1880, influenciado por el capitalismo
europeo. En el caso de Argentina, el Estado va a participar de la economía mundial creando un
lazo de dependencia con Inglaterra denominado orden colonial.
Las ideas de este periodo se denominaron positivistas. Derivaban del liberalismo Europeo y
consideraban que la ciencia y el orden permitían avanzar a las sociedades hacia grados de
civilización que les permitían la superioridad sobre aquellos lugares donde existían sociedades
primitivas salvajes o incivilizadas. El trasfondo de esta mentalidad era un profundo racismo. La
superioridad de la raza blanca europea sirvió para justificar el avance de las potencias
mundiales sobre zonas ricas en materias primas (imperialismo). Este tipo de acciones
generaron conflictos por el control de mercados y territorios que produjeron en las primeras
décadas del siglo XX las guerras mundiales.
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SOCIALISMO – MOVIMIENTO OBRERO
Durante la segunda mitad del siglo XIX, como consecuencia de la Segunda Revolución
Industrial, las diferentes sociedades de Europa enfrentaban conflictos provocados por el
aumento de la riqueza de unos pocos (burguesía) y el empobrecimiento de otros (obreros).
Es así que en el siglo XIX la burguesía es la clase dominante y explotadora de los obreros. El
objetivo principal de la burguesía es establecer el sistema económico capitalista acompañado
de sistemas políticos liberales (no intervención del estado en la economía).
Las primeras reacciones de los obreros frente a las difíciles condiciones de vida en las ciudades
industriales tuvieron como consecuencia la formación de organizaciones que se oponían al
avance del capitalismo. Así, la acción de estos grupos fue llevando progresivamente a la
constitución de un movimiento obrero, de partidos políticos obreros y de la difusión de ideas
socialistas.
Los conflictos políticos internos en muchos de los países europeos y la necesidad de las
potencias industrializadas de obtener nuevos mercados para una producción cada vez mayor,
provocaron tensiones entre las potencias imperialistas. Estas contradicciones fueron unos de
los factores que provocaron el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Otro de los motivos además de las causas económicas, políticas e ideológicas fue el
nacionalismo extremo (sentimiento de orgullo por la propia nación) como recurso para unir a
la población contra el enemigo.
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REVOLUCIÓN RUSA
Fue la transformación política, económica y social más significativa del siglo XX.
Antes de la Revolución el Imperio Ruso era una sociedad de tipo feudal: tenía una
economía agraria, con población campesina. Su gobierno era autoritario, en manos
del Zar (emperador de Rusia).
Sociedad rusa formada por: una gran mayoría de campesinos pobres, que no eran
propietarios de la tierra que trabajaban, limitado número de obreros industriales, y
una minoría privilegiada de nobles propietarios de la tierra. En este contexto social se
produce la Revolución Rusa).
Estos soviets crearon las condiciones favorables para que estallara a revolución social.
En febrero de 1917 hacen renunciar al Zar. El poder político queda en manos del
pueblo.
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Tener en cuenta:
Importancia de la expansión del capitalismo por fuera de Europa y
la ambición de las potencias o países industrializados de Europa y
de Estados Unidos.