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Tanto la neurosis obsesiva, como la histeria y una forma de paranoia son aberraciones
patológicas de estados afectivos psíquicos normales : del conflicto (histeria); del reproche
(neurosis obsesiva); de la mortificación (paranoia), del duelo (amentia alucinatoria aguda).
Existe una tendencia defensiva normal que se entrama con la ley de constancia. Solo
cuenta contra recuerdo y representaciones de pensar. Es inocua (que no hace daño físico
o moral) toda vez que se trate de representaciones que en su tiempo estuvieron
enlazadas con displacer, pero son incapaces de cobrar un displacer actual y en este caso,
por otra parte, puede ser superada por un interés psíquico.
Neurosis Obsesiva
La vivencia primaria estuvo dotada de placer, esta vivencia recordada después da ocasión
al desprendimiento de displacer; al comienzo se genera un reproche que es consciente.
Y aun parece que en ese momento el complejo psíquico íntegro –recuerdo y reproche-
fuera consciente. Luego ambos son reprimidos y a cambio se forma en la conciencia un
síntoma contrario, algún matiz de escrupulosidad. En todos su casos de neurosis
obsesiva se descubrió a una edad muy temprana, años antes de la vivencia de placer,
una vivencia puramente pasiva; y es difícil que ello sea casual. Uno puede pensar que la
posterior conjugación de esa vivencia pasiva con la vivencia placentera es lo que
agrega el displacer al recuerdo de placer y posibilita la represión. Entonces sería
condición clínica de la neurosis obsesiva que la vivencia pasiva cayera en época tan
temprana que fuera incapaz de estorbar la génesis espontanea de vivencia de placer.
El reproche retorna inalterado, durante cierto lapso aparece como una conciencia de
culpa pura carente de contenido. La mayoría de las veces entra en conexión con un
contenido que esta doblemente desfigurado, en el orden del tiempo y en el del contenido.
Lo primero por no referirse a una acción presente o futura, lo segundo por no significar un
suceso real y efectivo, sino una sustitución.
El afecto reproche puede mudarse en otros afectos ej: angustia (ante las consecuencias
de la acción reproche), hipocondría (miedo a sus consecuencias corporales), delirio de
persecución (miedo a sus consecuencias sociales), vergüenza (miedo al saber de los
otros sobre la acción reproche).
Sus experiencias apuntan a que las representaciones reprimidas retornan con ayuda de
una fuerza psíquica actual. Parece que son estados de libido actual insatisfecha los que
aplican su fuerza de displacer para despertar el reproche reprimido.. Los neuróticos
obsesivos son personas que están en peligro de que toda la tensión sexual
cotidianamente producida se les mude en reproche o en los síntomas que son sus
consecuencias, aunque en el presente no presten un nuevo reconocimiento a aquel
reproche primario. La curación de la neurosis obsesiva se obtiene deshaciendo las
sustituciones y las mudanzas de afecto halladas, hasta que el reproche ´primario y
su vivencia queden despejados y puedan serle presentados al yo al fin de que los
aprecie de nuevo.
El reproche queda para los síntomas de compromiso. El yo no los considera algo ajeno
sino que es incitado por ellos a unos intentos de explicación que es lícito definir como
delirio de asimilación
El proceso halla su cierre en una melancolía, o bien de manera más seria y frecuente en
una formación delirante protectora, hasta que el yo es remodelado por completo
Histeria
Exteriorización de descarga.
Se puede definir este primer estadio de la histeria como histeria de terror, su síntoma
primario es la exteriorización del terror con lagunas psíquicas. La represión y
formación de síntomas defensivos sobreviene solo con posterioridad, en torno de
recuerdo, y desde entonces en una histeria se pueden mezclar entre si al azar defensa y
avasallamiento, o sea, formación del síntoma y estallidos de ataques. Toda vez que un
suceso traumático se desahoga en una exteriorización motora esta misma pasa a ser el
primer símbolo de lo reprimido