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PODER JUDICIAL
200° Y 151°
Este Tribunal en esa misma fecha, realizó el computo solicitado de los días
transcurridos para el lapso de contestación a la demanda, admitió la reconvención
interpuesta por la parte demandada reconviniente y ordenó emplazar para el quinto
(5to) día de despacho siguiente al auto en cuestión, a la parte actora reconvenida.
(Folios 89 y 90).
En fecha 7 de mayo de 2008, se agregó a los autos oficio No. 320-600-346 de fecha
25 de marzo de 2008, proveniente del Instituto de Previsión Social de la Fuerza
Armada. (Folios 104 y 105).
II
Que el matrimonio se llevó a cabo por ante el Jefe Civil de la Parroquia Joaquín
Crespo del Municipio Autónomo Girardot del Estado Aragua.
Que en fecha 25 de abril de 2006 introdujo por ante la el Juzgado de Protección del
Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Aragua, la Solicitud
de Divorcio de conformidad con el articulo 185- A del Código de Civil, y en dicha
solicitud fue ordenada la ejecución en fecha 28 de junio de 2006, de la Sentencia que
quedó definitivamente firme.
En cuanto a las prestaciones sociales, rechazó, negó y contradijo que la cuota parte
que le corresponde a la demandante por concepto de prestaciones Sociales, deban
incluirse fidecomisos, bonos y cualquier otro porcentaje que pueda corresponderle.
Que dichas prestaciones deben ser calculadas desde la fecha en que contrajeron
matrimonio (19 de noviembre de 1993) hasta la fecha en que se disolvió el mismo (28
de junio de 2006), fecha del ejecútese, en consecuencia estaríamos hablando de doce
(12) años y siete (7) meses de matrimonio, todo de conformidad con los artículos 151,
152 y 158 del Código Civil.
Que dichas prestaciones deben ser calculadas por el tiempo que duró el vínculo
conyugal.
Que por todo lo expuesto, reconviene a la parte actora al pago del cincuenta por
ciento (50%) de sus prestaciones sociales y demás derechos laborales a favor de su
representado, por haberlas adquiridos durante el matrimonio, de conformidad con los
ordinales 2 y 3 del articulo 156, en concordancia con los artículos 173, 174, 760 y
siguientes del Código Civil y 777 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.
Contestación a la reconvención:
III
DE LAS PRUEBAS
Ahora bien, con respecto a la inspección en cuestión, dicho Tribunal dejó constancia
que el ciudadano E.A.S.B., se dio por notificado de dicha inspección y de los
particulares señalados por la solicitante en los siguientes términos: particular
PRIMERO
quienes habitan el inmueble, el notificado expresó que el inmueble lo ocupa su madre
y su hermana que se encuentra actualmente en San Antonio, Estado Tachira;
particular SEGUNDO: que se dejara constancia de cualquier documento, el notificado
expresó que tiene una copia de documentación de FONDUR; particular TERCERO:
que se dejara constancia sobre los bienes muebles que existen en dicho bien objeto de
la inspección, el Tribunal manifestó que existen bienes muebles; particular
CUARTO: que se dejara constancia del carácter que tiene el ocupante que se
encuentre en el bien objeto de la inspección, y que se exhibiera documentación sobre
ello, el notificado expresó que posee una copia de documentación de FONDUR del
año 2001; particular QUINTO: el uso para el cual esta siendo destinado el inmueble,
el notificado manifestó que para uso familiar; particular SEXTO: no se hizo uso de la
reserva. Este Tribunal observa que la presente inspección no ha sido objeto de tacha o
impugnación, y en consecuencia a ello, le otorga plena eficacia probatoria de
conformidad con lo establecido en los artículos 472 y siguientes del Código de
Procedimiento Civil. Así se expresamente se declara y decide.
IV
DEMANDA Y RECONVENCIÓN
.
De la redacción del artículo citado se evidencia que en el juicio de partición, pueden
presentarse dos situaciones diferentes a saber: 1. Que en el acto de la contestación de
la demanda no se haga oposición a los términos en que se planteó la partición en el
correspondiente libelo. En tal supuesto, no existe controversia y el juez declarará
procedente la partición y ordenará a las partes nombrar un partidor y 2. Que los
interesados realicen oposición a la partición, la cual puede ser total o parcial, en tal
supuesto el proceso se tramitará por el procedimiento ordinario, hasta que se dicte la
decisión declarando con lugar o no la partición. Ese ha sido el criterio imperante del
Tribunal Supremo de Justicia y así lo ha dejado sentado en su reiterada
jurisprudencia, entre otras, sentencia de fecha 2 de junio de 1999, en el juicio seguido
por A.C., en la cual estableció:
...El juicio de partición está conformado por dos fases o etapas: una, que se tramita
por el procedimiento del juicio ordinario y, la otra, que es la partición propiamente
dicha.
Aun cuando este proceso debe promoverse por los trámites del juicio ordinario, sin
embargo, esta vía sólo se abre si hubiere oposición a la partición o se discutiere el
carácter o la cuota de los interesados. En el caso de que se contradiga la demanda, el
proceso continuará su curso hasta dictarse sentencia definitiva y en el supuesto de que
ello no ocurriera comenzarán a practicarse las actuaciones necesarias para el
nombramiento del partidor, fase esta en la que se ejecutarán las diligencias de
determinación, valoración y distribución de los bienes.
Aunado a ello, tenemos que en el contenido del artículo 780 del Código Civil, se
expresa:
En este sentido, se observa que la representación judicial de la parte actora alegó que
la reconvención propuesta por el demandado, debía dejarse sin efecto, por cuanto la
misma nada tenía que ver con el fondo de la presente litis.
Ahora bien, a los fines de resolver la oposición planteada se hace necesario hacer
unas breves consideraciones al respecto:
Dicho artículo tiene su origen en el Código Civil Italiano, y fue incorporado por
primera vez a nuestro Código Civil de 1862, conservándose también, en las reformas
realizadas al citado Código en los años: 1867; 1873; 1880; 1896; 1904; 1916; 1922 y
1942. Asumiendo pues, el legislador en este sentido, que el patrimonio de cada
cónyuge está formado por la totalidad de los bienes de que es dueño al tiempo de
celebrar el matrimonio. Pero, sino consta a los autos, la anterior procedencia de los
bienes al matrimonio o su adquisición durante éste por donación, herencia o legado,
éstos pertenecen de por mitad a los esposos en el concepto de bienes de la comunidad
de gananciales.
Para E., es la ‘sociedad que por disposición expresa de la Ley, existe entre marido y
mujer desde el momento de la celebración del matrimonio hasta su disolución, en
virtud del cual se hacen comunes de ambos los bienes gananciales, de modo que
después se partan por mitad entre ellos o sus herederos, aunque el uno hubiese traído
más capital que el otro’.
Esta definición ha sido criticada porque viene a equiparar la sociedad conyugal con la
sociedad de gananciales, y si bien es cierto que están íntimamente relacionadas al
punto que de no existir sociedad conyugal no existiría sociedad de gananciales, se
diferencian lógicamente en que la sociedad de gananciales sólo regula el aspecto
económico o patrimonial de la sociedad conyugal, mientras que esta comprende
también las relaciones personales.
Régimen de Gananciales. Indicamos que entre los ‘efectos del matrimonio’ está
también su régimen patrimonial, o sea el conjunto de normas referentes al patrimonio
de cada cónyuge, anterior a la celebración del matrimonio; el destino de los bienes
adquiridos durante el matrimonio o los adquiridos en ese mismo periodo por uno solo
de los esposos; con cuales bienes se han de solventar las cargas del matrimonio y el
destino de dichos bienes, una vez disuelta la sociedad conyugal.
Los esposos no pueden convenir un régimen distinto al fijado por la ley, por ser éste
de orden público…
Se hacen propios del respectivo cónyuge los bienes adquiridos durante el matrimonio:
2º. Por derecho de retracto ejercido sobre los bienes propios por el respectivo
cónyuge y con dinero de su patrimonio.
3º. Por dación en pago hecha al respectivo cónyuge por obligaciones provenientes de
bienes propios.
4º. Los que adquiera durante el matrimonio o a título oneroso, cuando la causa de
adquisición ha precedido al casamiento.
6º. Por compra hecha con dinero proveniente de la enajenación de otros bienes
propios del cónyuge adquirente.
7º. Por compra hecha con dinero propio del cónyuge adquirente, siempre que haga
constar la procedencia del dinero y que la adquisición la hace para sí.
En caso de fraude, quedan a salvo las acciones de los perjudicados para hacer declarar
Judicialmente a quién corresponde la propiedad adquirida.
“Se consideran comunes en principio y por regla general, todos los bienes que los
esposos adquieren conjunta o separadamente durante el matrimonio, por actos a titulo
oneroso…Existe como consecuencia del Matrimonio una comunidad de gananciales y
en virtud de esta, una presunción de existencia de ella sobre los bienes adquiridos por
los cónyuges a título oneroso, ya sea de forma conjunta o separadamente, al respecto
observamos que la citada obra precisa que (p.355):
A falta de toda convención rige la comunidad legal; los bienes adquiridos durante el
matrimonio se presumen que pertenecen a la sociedad conyugal y ésta es una
presunción legal de copropiedad. De modo, que si no consta la anterior procedencia
de los bienes al matrimonio o su adquisición durante éste, pro donación, herencia o
legado, éstos pertenecen de por mitad a los esposos en el concepto de bienes comunes
o gananciales (L.H., Tratado de Derecho de Familia, páginas 355 y 465)
Resulta forzoso concluir entonces, que si no se demuestra que los bienes adquiridos
durante el matrimonio son propios del respectivo cónyuge, por algunos de los
supuestos consagrados en el artículo 152 del Código Civil, debe prevalecer la
presunción contenida en el artículo 164 eiusdem y en consecuencia se deben
considerar como bienes de la comunidad conyugal.
En el caso que nos ocupa, en cuanto a las prestaciones sociales demandadas por la
actora, y reconocidas de manera parcial por el demandado, en virtud de que considera
que la cuota parte que le corresponde a la actora por concepto de prestaciones
sociales originadas del desempeño de su función como militar activo, durante el
tiempo que duró el vinculo conyugal, no deben incluírsele los beneficios como lo son
los fidecomisos, bonos y cualquier otros porcentajes; ahora bien, respecto a ello, esta
J. considera necesario aclarar, que el Código Civil vigente, no exceptúa que a la
comunidad conyugal de gananciales, no se deban incluir ningún tipo de beneficios
originados por el desempeño de una profesión u oficio, por cuanto, tanto las
prestaciones sociales como los beneficios originados, son parte de una sola masa
patrimonial, que pertenece de manera conjunta a la comunidad conyugal de
gananciales, y en razón de ello, las prestaciones sociales por concepto de los servicios
que prestó como militar activo el ciudadano E.A.S.B., le corresponde en cincuenta
por ciento (50%), es decir, por mitad, a la ciudadana E.G.M.G.. Así expresamente se
decide
Con respecto a la reconvención, cabe destacar que es una nueva demanda que debe
plantearse como si se tratara de una demanda autónoma que debe cumplir con todos
los requisitos del libelo que señala el artículo 340 del Código de procedimiento Civil,
pues la naturaleza de la reconvención es ajena a la noción de defensa o excepción con
el juicio principal, pero ésta debe proponerse en la oportunidad de dar contestación a
la demanda de conformidad con lo dispuesto en el artículo 361 del mismo Código, el
cual expresamente prevé: “…Si el demandado quisiere proponer la reconvención o
mutua petición o llamar a un tercero a la causa, deberá hacerlo en la misma
contestación”.
En este sentido, por ser una nueva demanda autónoma a la principal, que llena los
requisitos exigidos por la ley, la cual fue propuesta por el demandado reconviniente,
la misma debe ser resuelta y no desechada tal y como lo considera la actora
reconvenido. Así se decide.
En este mismo orden de ideas, en cuanto a las prestaciones sociales interpuesta por el
demandado reconviniente, con respecto al Servicio que prestó la ciudadana
E.G.M.G., en el Ministerio de la Defensa, Comandancia General de la Aviación, del
Servicio de Intendencia F.A.V., desempeñando el cargo de Asistente de Oficina por
el tiempo que duró el vinculo conyugal, se evidencia de autos, específicamente de la
comunicación emanada del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada
Nacional de fecha 25 de marzo de 2008, que la ciudadana en cuestión no aparecía
registrada como funcionaria adscrita a dicha institución, y por cuanto el demandado
reconviniente, no insistió en probar de forma idónea su pretensión, es por lo que
resulta forzoso para esta S. declarar sin lugar la reconvención propuesta por la parte
demandada reconviniente ciudadano E.A.S.B.. Así expresamente se decide.
El matrimonio hace surgir entre los cónyuges dos distintos regímenes de bienes: 1.-
Los bienes propios de cada cónyuge, constituido por aquellos haberes que hayan
adquirido antes de celebrarse el matrimonio, los que adquieran posteriormente a título
gratuito, por donación (salvo que ella se haya realizado con ocasión del matrimonio),
herencia, legado y los que adquieran a título oneroso con dinero propio de cada uno
de ellos. ( en este caso es menester que tal situación se haga constar); 2.- Bienes de la
comunidad conyugal, que van a estar representados por todos los que se adquieran
durante la existencia del vínculo matrimonial, salvo pacto en contrario.
En consecuencia todos los bienes que se obtengan estando casadas dos personas se
presume, salvo pacto en contrario que pasan a formar parte del caudal común…
Aun más, el ordinal 1º del artículo 165 del Código Civil, dispone: “Son de cargo de la
comunidad: 1°. Todas las deudas y obligaciones contraídas por cualquiera de los
cónyuges en los casos en que pueda obligar a la comunidad.”
Por su parte el artículo 168 del Código Civil, señala: “Cada uno de los cónyuges
podrá administrar por sí solo los bienes de la comunidad que hubiere adquirido con su
trabajo personal o por cualquier otro título legítimo; la legitimación en juicio, para los
actos relativos a la misma corresponderá al que los haya realizado. Se requerirá del
consentimiento de ambos para enajenar a título gratuito u oneroso o para gravar los
bienes gananciales, cuando se trata de inmuebles, derechos o bienes muebles
sometidos a régimen de publicidad, acciones, obligaciones y cuotas de compañías ,
fondos de comercio, así como aportes de dichos bienes a sociedades…”
Entonces, todo bien que adquiera uno de los cónyuges durante la vigencia de la
comunidad de gananciales, es un bien de la comunidad y si bien lo correcto era que la
parte demandada lo adquiriera conjuntamente con su esposa, pues no le era dable
señalar que fue un contrato privado suscrito entre su persona y el Fondo Nacional de
Desarrollo Urbano (FONDUR), que no tiene efectos contra terceros, considerando
esta Sentenciadora que la tercera en que hace mención es la parte actora, si bien es
cierto que en principio, es un contrato privado, de pre-venta, tal y como se desprende
de las actas, el cual no le transmite la propiedad directa al demandado, si no que le
otorga la adjudicación del inmueble y la posibilidad de disponer de él, es decir,
modificarlo, enajenarlo, entre otras cosas, después de pasado un tiempo prudencial de
cinco (5) años, tal y como lo establece el contrato de pre-venta suscrito en fecha 8 de
junio de 2001, sin embargo, la accionante no entra como tercero, por cuanto era un
bien adquirido dentro del matrimonio, y en virtud de ello, el adquiriente se encontraba
regido bajo el régimen de la comunidad conyugal, siendo esta figura una especie de
vinculo que no prevé la adquisición de bienes de manera separada por cada cónyuge,
es decir, el bien desde este punto de vista también fue adquirido por la actora del
presente juicio, y no como lo alegó el demandado, que es una tercera que ante el bien
en cuestión no le causa ningún efecto jurídico.
Asimismo, como se evidencia del documento traslativo de propiedad, la adquisición
de un bien incluso inmueble que acrecienta la comunidad es perfectamente válido,
aun más cuando se evidencia de contrato de pre-venta suscrito entre el ciudadano
E.S.B., y el Fondo Nacional de Desarrollo Urbano (FONDUR), suscrito en fecha 8 de
junio de 2001, que existe una confesión espontánea por parte del demandado, a razón
de que, de dicha prueba promovida por el mismo, se desprende un precio pactado
para la adquisición del inmueble objeto de la presente litis, el cual asciende a la
cantidad de DIECISIETE MILLONES DE BOLÍVARES (Bs. 17.000.000,00).
En este orden de ideas, se evidencia de autos que dicho contrato de pre-venta fue
perfeccionado, según con la cancelación de la cuota inicial pactada para la
adquisición del inmueble por parte del demandado, tal y como se evidencia de recibos
expedidos en fecha 8 de junio de 2001, por el Fondo Nacional de Desarrollo Urbano
(FONDUR), a favor del ciudadano E.A.S.B., el cual no fue desvirtuado por el mismo,
de igual forma, con la entrega material del bien inmueble, evidenciándose tal hecho,
con documento denominado como “acto de entrega” expedido por el Fondo Nacional
de Desarrollo Urbano, a favor del ciudadano E.A.S.B., en fecha 29 de enero de 2004,
haciendo claro tales hechos, que estamos en presencia de una venta en el sentido
estricto de la palabra, y que a su vez, no fue desvirtuado por el demandado de autos,
que el bien adquirido fue con peculio de la unión conyugal, o que era para su propio
beneficio, lo que conllevó a esta S. a sostener que no se trata de una donación,
herencia o legado, que en contrario al caso que nos ocupa son de carácter gratuito al
momento de su adquisición.
En este sentido, debe esta J. establecer que es incongruente lo afirmado por la parte
demandada, pues a pesar que es un bien, adjudicado por un ente del Estado, para ser
propio, requiere de una liberalidad de un tercero a favor de uno de los cónyuges
(donación o legado) o que le pertenezca por la compra del bien con dinero propio del
cónyuge adquirente, condición que no se cumple pues no prevé la ley la posibilidad
de hacer una mixtura entre estos dos supuestos, excluyentes uno del otro, aun más
cuando a través de un medio probatorio promovido por la parte demandada se
desprende, que la adquisición se hizo por un precio determinado, mediante el cual
esta confesando que la adquisición del bien de marras no fue de forma gratuita, y
como bien se evidencia fue dentro de la comunidad conyugal.
Como quiera que existen elementos de juicio que demuestran que el inmueble fue
adquirido por el ciudadano E.A.S.B., titular de la cedula de identidad No. V-
1.585.881, estando casado, y no se hizo constar en el documento de compraventa la
procedencia del dinero y que la adquisición la hizo para sí, lo que hace procedente la
presunción de que el bien inmueble pertenece a la comunidad conyugal; lo que hace
deducir que las obligaciones derivadas de tal acto son a cargo de la comunidad
conyugal, conforme lo dispone el ordinal 1º del artículo 165 del Código Civil,
resultando forzoso para esta S. declarar que el bien inmueble ubicado en la
Urbanización “MONTAÑA FRESCA”, Avenida Los Laureles, No. 265 de la
Jurisdicción del Municipio Girardot del Estado Aragua, pertenece en un cincuenta por
ciento (50%) a la ciudadana E.G.M.G., titular de la cedula de identidad No. V-
7.207.764, dado que el bien inmueble sí pertenece a la comunidad conyugal existente
entre la ciudadana supra mencionada y el ciudadano E.A.S.B., antes identificado, y
así se decide.
Por todos los argumentos explanados este Tribunal debe forzosamente declarar con
lugar la demanda que por partición de la comunidad conyugal intenta la ciudadana
E.G.M.G., titular de la cedula de identidad No. V-7.207.764, contra el ciudadano
E.A.S.B., titular de la cedula de identidad No. V-1.585.881, y sin lugar la
reconvención propuesta por el ciudadano E.A.S.B., antes identificado, contra la
ciudadana E.G.M.G., también identificada. Así expresamente se declara y decide.
DECISIÓN
SEGUNDO
SIN LUGAR la reconvención propuesta por el ciudadano E.A.S.B., antes
identificado, contra la ciudadana E.G.M.G., también identificada.
TERCERO
Se emplaza a las partes para el nombramiento del Partidor para el Décimo (10°) día
siguiente, conforme a lo establecido en el Artículo 778 del Código de Procedimiento
Civil.
CUARTO
De conformidad con lo establecido en el artículo 274 del Código de Procedimiento
Civil se condena en costas a la parte demandada, por resultar totalmente vencida.
LA JUEZ PROVISORIA
LA SECRETARIA,
D.L.C.D.M.
LA SECRETARIA,
D.M.