Año 2019. 17 de abril // Literatura Alemana.

Cátedra Vedda // Comisión Jueves 15-17hs //

Alumno Borja Villanueva // Informe sobre la obra dramática “La muerte de Danton”

Dantons Tod es la historia del fracaso de una revolución, que, en su dialéctica histórica de
luchas entre facciones de radicales, fanáticos, moderados y escépticos, expresa su devenir
trágico, a partir de huellas manifiestas, que anticipan el desencadenamiento adverso de aquella
épica colectiva. Así, la obra puede ser entendida a partir de una serie de antinomias que
configuran el panorama político parisino de entonces, imbricado y tenso, a cinco años de la
toma de la bastilla. Po un lado, la búsqueda por la profundización de la revolución. Por el otro,
el intento de (re)establecimiento del derecho. Por un lado, el puritanismo de Robespierre, por
el otro, el epicureísmo de Danton. Por un lado, la propuesta del terror o, y por otro, la de la
pacificación. Como sostiene Lukacs, a partir de las limitaciones inherentes del proyecto de la
burguesía de establecerse como clase universal, este drama da cuenta de las contradicciones
insalvables entre la pequeña y la gran burguesía, es decir, entre los jacobinos y los girondinos
(Lukács, 1937:__).

Por otra parte, como sostiene otro autor, el incipiente fracaso es causa de no haber podido
solucionar la cuestión material. Un nuevo gobierno -ahora hegemonizado por los jacobinos-
“que no puede dar pan a los pobres, pero sin pan tampoco sabe calmar su furia, nacida de la
envidia y del delirio famélico, ni retener a los ricos en la orgía del placer” (Mayer, 1946:__).
En ese contexto, al comienzo del primer acto, en un mitin girondino, queda planteado tanto el
imperativo moral partidario como la explicitación de su rol político particular, cuando uno de
los correligionarios menta la necesidad de instaurar un periodo de reorganización, de abandono
de la etapa del terror guillotinezco, y donde el derecho reemplace al deber y el bienestar a la
virtud, aludiendo así a los rasgos del Estado liberal moderno. Finaliza su alocución política
sentenciando que “todos somos locos, y nadie tiene el derecho de imponer a otro su locura
particular”. Esto implica un astuto doble giro por parte de la retórica girondina, en tanto que
asume una postura igualitarista, al recurrir a una citadina primera persona plural, pero a
condición del establecimiento de una autoridad imparcial, que impida la imposición de algunos
ciudadanos, o más bien partidos, por sobre otros. Es decir, un llamado a la concordia y al statu
quo.
Frente a esto, toma peso propio entonces la razón de la moral ascética personificada en el líder
de los jacobinos, quien se constituye, en tanto principal oponente del antiguo orden estamental,
como encarnación del Pueblo, ya no del abstracto referido por el girondino, sino uno muy
concreto. En su retórica, alude a las clases más bajas de aquella sociedad estamental,
atribuyéndose en su propia persona el mandato soberano popular. En su ética asimila como
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Alumno Borja Villanueva // Informe sobre la obra dramática “La muerte de Danton”

conducta rasgos que corporeizan el padecimiento histórico de aquel mismo Pueblo. Esto
implica una moral negativa, que se constituye como polo opuesto a la opulencia de “la buena
sociedad”, ironía axiológica que usa en dialogo privado con Danto (Buchner, 18__: p__). Por
tanto, su rectitud moral será la negación dialéctica de esta clase aristocrática decadente opresora
y de sus hábitos. Es decir, de los festines lujosos, de las grandes comidas, de la prostitución, del
alcohol y de los sobornos, los cuales Robespierre rechaza no por simple cristiana renuncia al
hedonismo mundano, sino como muestra de un carácter estoico y de una reafirmación de la
moralidad como fortaleza frente al Antique Regime que no termina de sucumbir, ni fáctica ni
culturalmente.
Es este último punto sobre todo por el cual es impugnado nuestro héroe trágico, quien, en su
búsqueda epicúrea de equilibro de las pasiones, no termina de definirse ni por el pasado, del
que no termina de renegar, ni por el futuro incierto, del cual se muestra escéptico y ya no se
siente parte.