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INTRODUCCION

Los títulos de crédito son una especie dentro del género de documentos, por lo que puede decirse que
todo título de crédito es un documento, pero no todo documento es título de crédito. En los títulos de
crédito, el documento es condición necesaria y suficiente para atribuir el derecho. La doctrina conoce con
el nombre de incorporación, la relación existente en los títulos de crédito entre el derecho y el documento.
El derecho consignado en el título es autónomo, lo que quiere decir que cada uno de los tenedores del
documento tiene un derecho propio, independiente de los anteriores tenedores. Los títulos de crédito
están destinados a circular, por lo que este debe, ser un elemento de suma importancia.

Las operaciones de crédito que esta ley reglamenta son actos de comercio.

Son cosas mercantiles los títulos de crédito. Su emisión, expedición, endoso, aval o aceptación y las demás
operaciones que en ellos se consignen, son actos de comercio. Los derechos y obligaciones derivados de
los actos o contratos que hayan dado lugar a la emisión o trasmisión de títulos de crédito, o se hayan
practicado con estos, se rigen por las normas enumeradas en el artículo 2o., Cuando no se puedan
ejercitar o cumplir separadamente del título, y por la ley que corresponda a la naturaleza civil o mercantil
de tales actos o contratos, en los demás casos.

Los actos y las operaciones a que se refiere el artículo anterior, se rigen:

I.- Por lo dispuesto en el Código de Comercio, y en las demás leyes especiales, relativas; en su defecto.

II.- Por la legislación mercantil general, en su defecto.

III.- Por los usos bancarios y mercantiles y, en defecto de estos.

IV.- Por el derecho común, declarándose aplicable en toda la república, para los fines de esta ley, el código
civil del distrito federal.
TEMA VII

1. Quiebra

Se denomina quiebra al estado de insolvencia en que se halla un deudor comerciante, persona física o
jurídica, al no poder hacer frente a sus obligaciones, por no contar con activo suficiente. Se conoce
también esta situación como bancarrota.

La quiebra es la organización de los medios legales de liquidación del patrimonio encaminada a hacer
efectiva coactivamente la responsabilidad personal del deudor insolvente, por la que sus acreedores
participan de un modo igual. (Salvo los legítimos derechos de prelación). En la distribución del importe de
la enajenación de sus bienes, viniendo necesariamente constituir entre si una comunidad de pérdidas.

Así, el artículo 1º. de la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos. indica:

Podrá ser declarado en estado de quiebra el comerciante que cese en el pago de sus obligaciones.

2. Elementos o presupuestos de la quiebra

la quiebra es un estado jurídico (como hemos visto) que supone la previa declaración judicial (del juez), y
en tal virtud, son dos los presupuestos para la declaración del estado de quiebra:

1º.- la calidad de comerciante, y

2º.- la cesación de pagos.

Solo podrá ser declaradas en estado de quiebra, las personas físicas o morales que tengan el carácter de
comerciantes.

además, y conforme a la ley, dentro de los dos años siguientes a la muerte o al retiro de un comerciante
puede declararse su quiebra, cuando se pruebe que había cesado en el pago de sus obligaciones en fecha
anterior a la muerte o al retiro, o en el año siguiente a los mismos. también podrá ser declarada en quiebra
la cesación del comerciante, cuando continúe en marcha la empresa de la que era titular.

La quiebra de una sociedad mercantil determinara que los socios ilimitadamente responsables, sean
considerados para todos los efectos como quebrados.

Las sociedades mercantiles en liquidación y las irregulares, podrán ser declaradas en estado de quiebra ...
(artículos 3º. y 4º. respectivamente, de la L.Q.S.P.).

3. Naturaleza Jurídica de la Sentencia que declara la Quiebra

La sentencia que declara la quiebra es uno de los presupuestos para que el deudor se constituya en estado
de quiebra (junto con el sujeto activo, el sujeto pasivo y la causal determinada por la ley). Es dictada por
un juez de letras de primera instancia. Dicho estado de quiebra nace con la sentencia declaratoria de
quiebra. El artículo 52 del libro IV del Código de Comercio, señala que la sentencia que declara la quiebra
es definitiva3. Sin embargo, quedarse con la determinación que le da la ley a esta sentencia para
determinar su naturaleza jurídica, no es suficiente. Para llegar a establecer su naturaleza jurídica, es
necesario ver qué es una sentencia definitiva.

De acuerdo al Código de Procedimiento Civil, que regula en su artículo 158 las resoluciones judiciales,
define una sentencia definitiva como: “La que pone fin a la instancia, resolviendo la cuestión o asunto que
ha sido objeto del juicio.” De esta definición, se desprenden dos elementos que son necesarios en una
resolución judicial, para poder clasificarla como sentencia definitiva;

a. Que resuelva la cuestión o asunto de que ha sido objeto el juicio.


b. Que ponga fin a la instancia.

a. Que resuelva la cuestión o asunto de que ha sido objeto del juicio: El artículo 45 del libro IV del Código
de Comercio señala que: “El juzgado se pronunciará sobre la solicitud de quiebra a la brevedad posible…”
De lo anterior, se infiere que el objeto de la declaratoria de quiebra es respecto a una solicitud, hecha por
uno o más acreedores. No señalan derechos para las partes, sino que, al pronunciarse sobre la solicitud,
el tribunal debe examinar que se cumplan los requisitos establecidos previamente por la ley para declarar
a una persona en quiebra. Como se ve, el “objeto del juicio” es declarar en quiebra al deudor, en virtud
de una de las causales del artículo 43. Cuando el tribunal falla al respecto, se puede decir que resuelve la
cuestión de que ha sido objeto el juicio.

b. Que ponga fin a la instancia: La sentencia que declara la quiebra, da inicio al procedimiento concursal.
De ésta, se siguen con posterioridad una serie de actuaciones procesales destinadas a la realización de los
bienes del fallido y al pago de los acreedores. Por lo anterior, se discute si es que la sentencia que
declara la quiebra pone fin a la instancia, siendo que su declaración da inicio al proceso de quiebra. La
sentencia que declara (o rechaza) la quiebra, resuelve sobre los extremos de hecho y de derecho
principales del proceso, por ser todo lo que se sigue de ésta accesoria a la sentencia, es una consecuencia
de la misma. Se puede entender que se da fin a la instancia, por fallar el tribunal sobre el objeto principal
del juicio, cual es declara o no en quiebra al deudor que se solicita. Por lo anterior, se puede concluir que
la naturaleza jurídica de la sentencia que se pronuncia sobre la declaración de quiebra es una sentencia
definitiva, tanto por su definición legal, como por el hecho de encajar en la definición de sentencia
definitiva genérica que nos da el Código de Procedimiento Civil.

4. Requisitos que determinan el estado de quiebra

 Cualidad de comerciante del deudor: del Art. 914 Código de Comercio (C.Co.) se deduce que la
institución de la quiebra solamente se aplica al comerciante y para el deudor civil sólo existe la
sesión de bienes. Ahora bien, todos "los que teniendo capacidad para contratar hacen del
comercio su profesión habitual y las sociedades mercantiles según éste artículo pueden ser
declaradas en quiebra las personas físicas y jurídicas”. Según el Art. 10 del C.Co., toda persona
física mayor de edad que haya hecho del comercio su profesión habitual puede ser declarada en
quiebra. El corredor en materia mercantil (Art. 2 ordinal 15 y Art. 66 del C.Co.) y el comisionista
(Art. 2 ordinal 4 y Art. 375 del C.Co.) pueden ser igualmente declarados en quiebra. El comerciante
retirado del comercio puede ser declarado en quiebra; pero sólo dentro de los 5 años posteriores
al retiro, con tal que la cesación de pagos haya tenido lugar durante el tiempo que ejerció el
comercio. De la misma manera procede la quiebra de un comerciante fallecido; siempre que
hubiere muerto en un estado de cesación de pagos, pero no puede ser solicitada ni pronunciada
de oficio sino dentro de los 3 meses siguientes a su muerte. El Código de Comercio equipara la
quiebra de las Sociedades Mercantiles (comerciante social) a los comerciantes individuales. Sólo
en determinadas ocasiones establece normas particulares para éstas quiebras.
 Que no haya estado de atraso: significa que no haya obtenido el beneficio de atraso y claro, la
liquidación amigable.
 Que haya cesación de pagos: consiste en dejar de pagar las deudas de naturaleza comercial
vencidas y exigibles. Entre nosotros se requiere hacer una distinción con la suspensión de pagos
o sea el retardo o aplazamiento en los pagos de que habla el código de comercio, al definir el
estado de atraso; en cambio la cesación de pagos se debe a un estado de impotencia patrimonial
en que se encuentra el deudor comerciante para hacer frente a los compromisos adquiridos. Para
evitar las confusiones recordamos que la suspensión o el retardo de los pagos es un malestar
económico momentáneo o accidental. Cuando un comerciante se encuentra en éste estado, le es
aplicable el procedimiento de atraso; pero cuando la cesación de los pagos se debe a insolvencia,
la situación patrimonial deficitaria y por consiguiente el desbalance da lugar a la cesación de pagos
permanente o definitiva.

5. Clases de quiebra

La ley distingue tres clases de quiebra, que son: fortuita, culpable y fraudulenta.

La quiebra fortuita es originada por una insolvencia que proviene de infortunios casuales e inevitables en
la orden regular y prudente de una buena administración, que reducen al capital a una cantidad tal que
tenga que cesar sus pagos.

La quiebra culpable proviene de la insolvencia que surge por imprudencia o negligencia del administrador,
pero sin que se haya tenido el ánimo de defraudar a los acreedores. La ley señala como circunstancias que
califican de culpable la quiebra, las siguientes:

a) Si los gastos domésticos o personales del comerciante hubieren sido excesivos y desproporcionados en
relación con sus posibilidades personales;

b) Si hubiere perdido sumas con desproporción a sus posibilidades.

c) Si hubiere experimentado pérdidas como consecuencia de compras, de ventas o de otras operaciones


realizadas para dilatar la quiebra;

d) Si dentro del periodo de retroacción de la quiebra hubiere enajenado con pérdida o por lo menos del
precio corriente, efectos comprados a crédito y que todavía estuvieren debiendo;

e) Si los gastos de su empresa son mayores de lo debido, atendiendo su capital, movimiento y demás
circunstancias análogas.

También se considerará quiebra culpable, salvo prueba en contrario, la del comerciante que:
a) No hubiere llevado su contabilidad con los requisitos exigidos por el código o que llevándolos haya
incurrido en ella una falta que hubiese causado perjuicio a terceros;

b) No hubiere hecho su manifestación de quiebra en los tres días siguientes al señalado como el de su
cesación de pagos;

c) Omitiere la presentación de los documentos que la Ley de Quiebras o Suspensión de Pagos dispone en
la forma, casos y plazos señalados.

La quiebra fraudulenta es producida por la insolvencia originada por actos u operaciones dolosas,
señalando la ley que se le reputará como tal al comerciante que:

a) Se alce con todo o parte de sus bienes, o fraudulentamente realice, antes de la declaración, con
posterioridad a la fecha de retroacción o durante la quiebra, actos u operaciones que aumenten su pasivo
o disminuyan su activo;

b) No llevaren todos los libros de contabilidad, o los alterare, falsificare o destruyere en términos de hacer
imposible deducir la verdadera situación;

c) Con posterioridad a la fecha de retroacción favoreciere a algún acreedor haciéndole pagos o


concediéndole garantías o preferencias que éste no tuviera derecho a obtener.

TEMA VIII

1. Título de crédito

Un título de crédito es un documento que expresa en su contenido, un derecho literal y autónomo, y que
con solo poseer ese soporte material (el documento) puede ejecutarse, sin probar los hechos que
determinaron su emisión. Son ejemplos de títulos de crédito, las acciones de sociedades anónimas, los
pagarés y los cheques.

2. Características

Las principales características de los títulos de crédito son la incorporación, la legitimación, la literalidad,
la autonomía, la abstracción y la sustantividad.

Incorporación: La incorporación viene de la inclusión del derecho en el documento; es decir, el que tiene
el título tiene el derecho porque éste se concede en el documento. Si no se posee físicamente no se tiene
el derecho.

Legitimación: La legitimación consiste en la propiedad que tiene el título de crédito de facultar a quien lo
posee, según la ley de su circulación, para exigir del suscriptor el pago de la prestación consignada en el
mismo y solventar válidamente la obligación del suscriptor a favor del poseedor.
No le interesa a la ley, ni la doctrina en materia de títulos de crédito ni quién es el propietario real, lo que
importa es el poseedor formal.

Para efectos de la ley de circulación de los títulos de crédito, éstos se clasifican en tres tipos:

a) Al portador: los expedidos sin determinación de persona, ni señalamiento específico.

b) A la orden: el que se emite a favor de determinada persona o de la persona a quien transmite sus
derechos.

c) Nominativos: aquellos en que el título se crea, se expiden a favor de determinada persona, pero,
además, debe llevarse un registro efectuado por el creador del título de crédito, y en éste se deben anotar
las transmisiones de propiedad del mismo por endoso.

Literalidad: Cuando se crea el documento que emerge a la superficie del negocio causal o negocio
subyacente se redacta en términos que ya no pueden ser modificados o cambiados ni haber nadie que
pueda hacerlos cambiar. Entonces surge el criterio del concepto de literalidad, que quiere decir simple y
sencillamente que lo que está literalmente escrito en el texto del documento constituye el derecho. Esta
es la pauta y la medida del derecho.

Autonomía: El título de crédito nace en el momento en que se ha redactado y su suscriptor original lo


pone en movimiento y lo entrega a su beneficiario. Entonces hay una relación personal entre el creador
del título y su primer adquiriente, situación jurídica que se va a repetir cada vez que pasa de una mano a
otra el título, es como si se repitiera el acto creativo del título. Hay una relación personal, es como si el
negocio causal volviera a repetirse y el instrumento de pago es el título de crédito, nada más que el título
valor seguirá siendo abstracto, autónomo e independiente de la causa que le dio origen el primer día y
solamente lo que va a subsistir son las relaciones personales; por eso lo que va a proceder son las
excepciones personales y no las excepciones causales; por lo tanto, el título de crédito tendrá plena
validez y será efectivo contra cualquiera de los obligados con las excepciones personales que puedan
oponerse. Esto es lo que se llama principio de abstracción, que está íntimamente ligado con el de
autonomía.

Abstracción: El principio de abstracción consiste precisamente en que las excepciones causales no


son oponibles a los títulos de crédito. Lo único que puede oponerse son las excepciones derivadas del
propio título llamadas cambiarias y las excepciones personales.

Sustantividad o independencia: Es un principio derivado también del principio de autonomía y consiste


en que cada acto del título de crédito, cada acto integrado en el mismo, es independiente de otro, se
refiere al acto que dio origen solamente al negocio causal original, sino a la causa que da origen a cada
traspaso. La sustantividad es independencia de uno frente a todos los demás actos celebrados o
integrados en el título de crédito; por ejemplo, el avalista, presta su garantía por aval, esto es un
acto independiente de la obligación asumida por la persona avalada.
3. Clasificación

Podemos hacer varias clasificaciones de los títulos de crédito:

Por su consagración legal: Algunos están contemplados por la ley, que les ha dado un nombre y una
regulación jurídica, por eso se llaman típicos o nominados, como la letra de cambio, el cheque o el
pagaré. Los innominados son los que los usos mercantiles consagraron como válidos y vigentes.

Por su objeto: Pueden ser: 1. Personales o corporativos, cuando no confieren un derecho de crédito, sino
la calidad de miembro societario; 2. Obligacionales: Que confieren un título de crédito y 3. Reales: Que
hacen constar un derecho real sobre mercaderías, siendo representativos de ellas.

Por su materia: Pueden ser civiles o comerciales.

Por el carácter de su creador: Pueden ser públicos, otorgados por el estado, o particulares.

Por su manera de creación: Pueden ser singulares, como la letra de cambio, el cheque o el pagaré, que
se realizan en casos particulares y específicos, y seriales, creados en masa, como las acciones.

Por su naturaleza: Pueden ser principales, con existencia propia, y accesorios, que son los dependientes
de un título de crédito principal.

Por su modo de circulación: Pueden ser: 1. nominativos o directos: Creados en serie, donde aparece una
persona como titular, y que para poder ser transmitido necesita que esa persona lo endose y que el
obligado en el título lo consienta, y lleve un registro de todos los títulos emitidos; 2. A la orden: Donde se
designa un titular específico que para transmitirlo, debe necesariamente endosarlo, y 3. Al portador, que
otorga la calidad de titular por la simple tenencia del documento, ya que no hay un titular específico
designado.

Por su eficacia procesal: Pueden clasificarse en: 1. Plenos, que dan derecho a la acción por sí mismos,
como el cheque; o 2. limitados: cuando deben probarse ciertos hechos extracartulares, como por ejemplo
cuando se tiene un cupón con el que se pretende cobrar los dividendos de una sociedad anónima. Además
del cupón, debe acompañarse copia del Acta de Asamblea que reconoció ese pago.

Por el lugar de su creación: Nacionales y extranjeros.

Los papeles de comercio son una especie dentro de los títulos de crédito, que además de compartir las
características enunciadas, deben ser formales, completos y abstractos. Por ejemplo, los cheques, el
pagaré y la letra de cambio.

4. Letra de cambio

La letra de cambio es un título de crédito que contiene la orden incondicional que una persona llamada
girador da a otra llamada girado, de pagar una suma de dinero a un tercero que se llama beneficiario, en
época y lugar determinados.
Una letra de cambio girada a uno o varios meses fecha o vista, vence el día correspondiente al de su
otorgamiento o presentación del mes en que debe efectuarse el pago, si este no tuviere día
correspondiente al del otorgamiento o presentación, la letra vencerá el último mes.

La letra de cambio no puede ser girada a la orden del mismo girador.

El girador puede señalar para el pago el domicilio o la residencia de un tercero en el mismo lugar del
domicilio girado, o en otro lugar. Si la letra no contiene indicación de que el pago será hecho por el girado
mismo en el domicilio o en la residencia del tercero designado en ella, se entenderá que el pago será
hecho por este último, quien en ese caso tendrá carácter de simple domiciliario.

Requisitos.

El Artículo 76 de la Ley Gral. De Títulos y operaciones de Crédito dice que debe contener:

I.- La mención de ser letra de cambio, inserta en el texto de documento;

II.- La expresión del lugar y del día, mes y año, e n que se suscribe;

III.- La orden incondicional al girado de pagar una suma determinada de dinero;

IV.- El nombre del girado;

V.- El lugar y la época del pago.

VI.- El nombre de la persona a quién ha de hacerse el pago; y

VIII.- La firma del girador o de la persona que suscriba a su ruego o en su nombre.

Aceptación

Se puede decir que la aceptación es aquel acto cambiario por el cual el librado acepta el mandato de pago
o delegación de deuda. El librado manifiesta la voluntad firmando expresamente por la cual se
compromete a pagar la deuda a su vencimiento en las condiciones que se plasman en el documento.
Aunque no es un requisito imprescindible para pagar la letra, sí podemos decir que resulta más seguro
para el tenedor que quien debe pagar la letra declare que así lo hará.

De la aceptación se desprenden las siguientes características:

- Según el Art. 29, ley cambiaria y del cheque, ha de figurar en la letra misma o en su suplemento.

- Llega con la formulación expresa de la palabra “acepto”, o cualquiera otra equivalente, suscrita con la
firma autógrafa de quien la formula o su apoderado.

- Tiene que ser una declaración pura o incondicionada como dice el Art. 30, ley cambiaria y del cheque,
aunque puede limitarse cuantitativamente. Si el librado altera los términos suscritos por el librador se
entiende que no hay aceptación, quedando el aceptante comprometido en los términos en que se obligue.
Se pueden distinguir varios tipos de aceptación en función de su obligatoriedad: la aceptación es un acto
cambiario voluntario, por tanto, depende del deseo del tenedor el que la letra se presente a aceptación o
no. Sin embargo, en las letras giradas a un plazo desde la vista la aceptación es requisito necesario porque
es la única forma de poder conocer el vencimiento expreso del efecto así librado. Hay supuestos en los
que la aceptación es imposible, como en las letras giradas a la vista o las letras en las que el librador las
ha prohibido, Art. 26, ley cambiaria y del cheque.

Para conocer el momento en que una letra debe ser presentada a su aceptación hay que distinguir varios
supuestos. En las letras de cambio giradas a la vista vencen en el momento de su presentación al librado
y por tanto si se llegaran a aceptar, se confundirían los de la aceptación y del pago. Otro supuesto de
aceptación imposible, se da cuando el librador prohíbe presentar la letra de cambio a la aceptación, lo
que puede llegar a hacer con la excepción de que el cambial se encuentre domiciliada en el lugar de un
tercero o en una localidad distinta de la del domicilio del librado.

Si a pesar de estar prohibido, el tenedor presenta el documento a la aceptación, y el librado no se niega,


el acto cambiario sería válido, lógicamente ante la negativa de este último el tenedor no tendría potestad
para levantar protesto. Para las letras de cambio de aceptación voluntaria, por lo general se presenta la
letra para su aceptación en el lugar del domicilio del librado y hasta el día de la fecha de su
vencimiento, Art. 25, ley cambiaria y del cheque. El Art. 26, ley cambiaria y del cheque permite al librador
fijar un plazo para presentar la letra de cambio al librado cuando se trata de una letra de aceptación
voluntaria. Cuando hablamos de letras de cambio de aceptación necesaria, el plazo para pedirla es de un
año contado desde la fecha del libramiento. Si la estipulación del plazo está contenida en un endoso, sólo
beneficia al endosante que la plasmó y a los de fecha posterior.

En cuanto a los efectos de la aceptación, el hecho de aceptar una letra de cambio convierte al librado en
obligado principal de la letra o deudor cambial, y éste no podrá alegar más que las excepciones que hagan
nulo el título por la inexistencia de algún requisito formal especial o los que afecten a su obligación extra
cambiaria, si el que le presenta la letra al cobro es el librador. Cuando no se acepta una letra de cambio,
asume el librador según el Art. 11, ley cambiaria y del cheque la garantía que se desprende del cambial,
por lo que el tenedor puede ejercitar la acción de regreso, también la puede ejercitar cuando la letra haya
sido aceptada por menor cantidad.

La aceptación ha de ser un acto puro y simple, no pudiéndose poner condición al mismo, si el librado
pusiese condición equivaldría a una negativa según lo establecido en el Art. 30, ley cambiaria y del cheque,
en consecuencia, a esto el tenedor puede iniciar su acción de regreso. Si la condición es suspensiva no nos
puede llevar a pensar que existe aceptación hasta que no se cumpla, por lo que el tenedor aquí también
podría iniciar su acción de regreso por falta de aceptación, y si fuese resolutoria, nunca podría saber el
tenedor cuando puede iniciar su acción, a no ser que se le comunicara del cumplimiento de la condición.

Endoso

El endoso se puede definir como una cláusula accesoria e inseparable de la letra de cambio por virtud de
la cual el acreedor cambiario pone a otro acreedor en su lugar, dentro de la letra de cambio, sea con
carácter limitado o ilimitado. Es una declaración, pura y simple, puesta en la letra por la cual su tenedor
legitima a otra persona en el ejercicio de los derechos incorporados al título, es la forma más común de
transmisión de la letra, que permite al titular movilizar el crédito que se refleja en el documento.

El endoso consiste en la entrega de la letra de cambio al endosatario, por tanto, no cabe que sea parcial,
según el Art. 15, ley cambiaria y del cheque, sanciona con nulidad este hecho. Ha de ser un mandato
puro y simple, es decir, no siendo así comporta la ineficacia de la condición y no del endoso ya que se
tiene por no puesta. La forma que debe revestir es de “páguese a la orden de…” seguido del nombre del
endosatario junto con la fecha y firma del endosante debiendo figurar en la letra o su suplemento. Si no
se nombra al endosatario nos encontramos ante un endoso en blanco. Este hecho deriva en convertir la
letra al portador y el receptor quedará en la misma posición que su transmitente.

Desde el Art. 17, ley cambiaria y del cheque hasta el artículo 20 se contemplan los efectos del endoso: el
primero hace referencia a la transmisión al endosatario de la propiedad de la letra y principalmente de
los derechos a ella incorporados. El efecto legitimatorio consiste en facultar al endosatario para el
ejercicio de los derechos incorporados al documento, aunque es necesaria la posesión física de la letra y
adquirida de buena fe. El efecto de garantía hace del endosante el responsable del éxito de la letra con
igual alcance que lo es el librador con la emisión de la misma. Hasta aquí expuestos los efectos del
endoso pleno o normal, pero existen endosos de carácter limitado teniendo en común con el normal el
efecto legitimatorio.

Existe el llamado “endoso sin mi responsabilidad” del 18.1, ley cambiaria y del cheque y consiste en que
el endosante elude el efecto de garantía. El endoso de apoderamiento del Art. 21, ley cambiaria y del
cheque se caracteriza por legitimar al endosatario solamente para el cobro de la letra como apoderado
del endosante. El endoso de garantía lo regula el Art. 22, ley cambiaria y del cheque hace que el titular
de la letra pignore en garantía de un crédito contra él, se expresa mediante la dicción de “valor en
prenda” o “valor en garantía”. Por último, el endoso singular que es el endoso a persona ya vinculada
por la obligación contenida en la letra: aceptante, librador o endosantes anteriores.

Participantes del endoso

El endosante: Es el tenedor/tomador de la letra, es decir, el beneficiario al que se le debe una cantidad


determinada de dinero en un plazo establecido. Es muy probable que esta persona no pueda esperar a la
fecha de vencimiento para recibir el importe adeudado, por ello la letra de cambio, le ofrece la opción de
endosarla/transmitirla a un tercero, con todos sus derechos y obligaciones.

El endosatario: Es la persona que recibe la letra por parte del endosante convirtiéndose en el nuevo
beneficiario/tomador de la misma. Este a su vez podrá volver a endosarla a un tercero si tuviese la
necesidad, continuando así la cadena sin límite.

La única excepción que existe para no poder endosar una letra de cambio es si en el documento aparece
explícito el texto “No endosable”. Cuando se realiza una operación de endoso, se hace por la totalidad de
la cantidad adeudada, ya que no existe el endoso parcial.

Derechos y obligaciones de endosantes y endosatarios


Los endosantes…

Por lo general es de suma importancia que la letra de cambio sea aceptada por el librado cuando el
librador la emite. De esta forma se está asumiendo la obligación de pago y todas las consecuencias
derivadas del impago. Cuando entran en juego los endosantes, garantizan con su firma en el documento
la aceptación y el pago de la deuda ante todos los beneficiarios (endosatarios), que la vayan adquiriendo
a lo largo de la cadena de endosos.

También existe la posibilidad de que figure en la letra la cláusula “sin garantía”, en este caso los
endosantes no estarían aceptando el pago de la deuda a su vencimiento.

Los endosatarios…

Los endosatarios se convierten entonces en los nuevos tenedores/tomadores de la letra, a los que se
abonará la cantidad indicada en el plazo fijado. Se convierten en los titulares del crédito adquiriendo
exactamente los mismos derechos que el primer beneficiario.

Tanto los endosantes como los endosatarios pueden ser personas físicas o jurídicas.

Es importante que todas las anotaciones realizadas en el documento se hagan de forma clara y sin lugar
a dudas, ya que los endosos tachados se considerarán como no escritos.

Tipos de endoso

Existe un tipo de endoso conocido por “endoso en blanco”, que se da en aquellos casos en que no se
especifican los datos del endosatario, se considera entonces que la letra de cambio circula como un título
al portador.

El “endoso en garantía” es aquel que se da cuando en el texto se incluyen los términos “Valor en prenda
o garantía”, en el que el tenedor podrá ejercer todos los derechos derivados de la letra, pero si volviese a
realizar él un endoso, sólo valdría como comisión de cobranza. De esta forma el tenedor adquiere la letra
en prenda y no su titularidad plena.

También existe el “endoso de retorno” que es aquel hecho a la orden de cualquier persona que ya había
estado obligada con anterioridad en la propia letra.

Aval

El aval es una garantía cambiaria para pagar la letra de cambio que se hace a favor de un obligado directo
(aceptante) o en vía de regreso. Por tanto, se trata de un acto escrito en la letra de cambio por el que un
tercero se obliga al pago de ella, en todo o en parte, bien cuando la letra no se paga o cuando no paga un
concreto obligado cambiario. La letra se puede garantizar mediante un contrato de fianza o mediante aval
cambiario, el primero es un documento independiente de la propia letra y el aval tiene que ir plasmado
en el documento de la letra para que efectivamente sea un aval cambiario.
Se deduce también la existencia del aval cuando una persona, que no sean ni librador ni librado, estampa
su firma en el anverso del documento. Es imprescindible expresar la persona del avalado, aunque si este
dato se omite se entiende avalado al aceptante, y si no hay aceptación al librador. El aval puede prestarse
en cualquier momento incluso vencida la letra y negado su pago. También se puede firmar antes de que
exista la obligación cambiaria, si bien queda subordinada su validez a la firma del librador o del obligado
cambiario.

En cuanto a sus efectos, el aval garantiza que la letra de cambio se va a pagar, el tenedor de la letra de
cambio cuando cualquiera de las personas obligadas no satisface el crédito, puede dirigirse
inmediatamente contra el avalista. Sin embargo, el avalista no podrá oponerse a la acción cambiaria más
excepciones derivadas de sus circunstancias personalísimas o de defectos formales tanto del aval como
de la letra de cambio garantizada. Si el avalista expresó que avala a una persona determinada, una vez
pagada la letra podrá dirigirse contra el avalado y contra todos los responsables frente a él, Art. 37, ley
cambiaria y del cheque.

Vencimiento

El vencimiento corresponde al día en que la letra debe ser pagada. El vencimiento debe ser una fecha
posible y real. Existen 4 tipos de vencimientos:

a) A la vista

b) A cierto tiempo vista

c) A cierto tiempo fecha

d) A día fijo

Vencimiento a la vista: indica que la letra debe ser pagada en el momento de su presentación al cobro.
El artículo 128 de la LTOC exige que la letra a la vista sea presentada al cobro para su pago dentro de los
seis meses que sigan a su fecha. Cualquiera de los obligados podrá reducir ese plazo, consignándolo así
en la letra. En igual forma, el girador podrá, además, ampliar el plazo mencionado, así como prohibir la
presentación de la letra antes de determinada época (art. 128 de LTOC)

Vencimientos a cierto tiempo vista y a cierto tiempo fecha: indican que la letra debe ser pagada
determinado tiempo después de su presentación o de la fecha indicada en la misma, a este respecto, el
artículo 80 de la LTOC establece las reglas siguientes:

a) Cuando se gire una letra a uno o varios meses fecha o vista, vence el día correspondiente al de su
otorgamiento o presentación del mes en que debe efectuarse el pago. Si éste no tuviere día
correspondiente al del otorgamiento o presentación, la letra vencerá el último de mes.
b) Cuando se señale el vencimiento para “principios”, “mediados” o “fines” de mes, se entenderá
por estos términos los días primero, quince y último del mes que corresponda,
c) Las expresiones “ocho días” o “una semana”, “quince días” o “dos semanas”, “una quincena” o
“medio mes”, se entenderá no como una o dos semanas, sino como plazos de ocho o de quince
días efectivos, respectivamente.

Vencimiento a día fijo: significa que la letra de cambio debe ser pagada precisamente el día señalado
expresamente para ese efecto en su texto. Cuando una letra de cambio contenga otra clase de
vencimiento, distinto señalados, o tenga vencimientos sucesivos (como, por ejemplo, cuando en una letra
de cambio por un mil pesos, se establece que se pagará en dos abonos de quinientos pesos cada
uno, los días 15 y 30 de determinado mes y año), se entenderá siempre pagadera a la vista de la letra de
cambio cuyo vencimiento no se indique en su texto.

Pago

Es la entrega de dinero que hace el girado al tenedor legítimo contra la entrega de la letra.

También puede hacerse por los endosantes en caso que el principal obligado (girado) por una u otra razón
no lo realiza, ya que estos también utilizaron el título.

Puede ser forma extrajudicial o voluntaria y judicial forzosa.

Del pago por intervención

Si la letra no es pagada por el girado, pueden pagarla por intervención, en el orden siguiente:

I.- el aceptante por intervención.

II.- el recomendatorio.

III.- un tercero.

El girado que no acepto como girado, puede intervenir como tercero, con preferencia a cualquier otro
que intervenga como tercero.

El pago por intervención debe hacerse en el acto del protesto o dentro del día hábil siguiente, y para que
surta los efectos previstos en esta sección, el notario, el corredor o la autoridad política que levanten el
protesto lo harán constar en el acta relativa a este, o a continuación de la misma.

El que paga por intervención deberá indicar la persona por quien lo hace. En defecto de tal indicación, se
entenderá que interviene en favor del aceptante y, si no lo hubiere, en favor del girador.

El tenedor está obligado a entregar al interventor la letra con la constancia del pago, y dicho interventor
tendrá acción cambiaria contra la persona por quien pago, y contra los obligados anteriores a esta.
CONCLUSION

Para concluir con el presente tema, es muy importante agregar que los títulos de crédito tienen la
característica de que pueden ser transmitidos de persona a persona, facilitando tanto su circulación,
rapidez y ejecutividad en la celebración de diversos actos jurídicos, así como el cumplimiento de las
obligaciones contraídas sin necesidad de manejar en efectivo las sumas de dinero acordadas por los
interesados, lo que representa una importante medida de seguridad para los que intervienen en dicho
acto.

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