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Profesora:
ANA ZAHER
No es fácil iniciar un ensayo sobre una obra tan estudiada como lo es “CIEN
AÑOS DE SOLEDAD” de Gabriel García Márquez, pero intentare hacerlo desde el
punto de vista del manejo de las relaciones de las mujeres consigo mismas y con
los otros personajes, ya sean estos hombres o mujeres.
1. Idea principal. Intento definir en una o dos frases lo que me gustaría contar
con esa historia. Esto puede cambiar más adelante, pero me ayuda como
punto de partida.
2. Resumen breve de la idea.
3. Resumen de las características. Por ejemplo, la época en la que ocurre, el
tono, el lugar donde se desarrolla, etc. En este momento empiezo a darme
cuenta de cuánto necesitaré investigar para la obra.
4. Resumen más largo de la trama principal. Esto puede llevarme al menos un
par de semanas, pero me dedico a ir desarrollando la trama principal en lo que
acaban siendo una o dos hojas. Elaboro una lista con todos los pasos que
tendrán que ir sucediendo para llegar desde el principio hasta los posibles
finales (tener varios finales alternativos, además de mantenernos intrigados
mientras la escribimos, nos ayuda a que el final no resulte previsible para el
lector) y luego voy creando el resumen.
5. Personajes y subtramas. A partir del punto cuatro, creo las fichas de
personaje, me documento si es necesario, creo las subtramas y sus
resúmenes, etc.
6. Documentación. Una vez que está construida la historia grosso modo,
empieza la fase fuerte de la documentación o investigación (aunque puede que
ya haya tenido que recurrir a ella en alguno de los puntos anteriores).
Gabriel García Márquez para escribir “Cien Años de Soledad” las siguió una a una,
a tal punto que según cuenta el mismo en su libro “Vivir para Contarlo” en su casa
en un overol como si fuese un obrero bajaba todas las mañanas a escribir desde
las 8:00 AM hasta las 3:00 PM, acompañado de su máquina de escribir, una
resma de papel, cigarrillos y una jarra de café negro que era todo lo que
necesitaba para poder escribir. En ese momento ya había aprendido la técnica de
cómo hacerlo y lo hacía en una forma diferente a como al principio, según el
mismo lo cuenta en García Márquez habla de García Márquez y anotado en la
edición Contracara de Editorial Norma que en la parte de Cruz en la página 30
dice al texto:
Se dijo inicialmente que el ensayo trataría acerca de las relaciones de las mujeres
consigo mismas y con los otros, para eso empezare con la protagonista y
personaje principal de la obra “Cien Años de Soledad”:
Esto nos habla de algo que va a pasar de generación en generación hasta llegar a
Úrsula Iguaran, hasta que llegado el momento de casarse en la página 28:
“Así que se casaron con una fiesta de banda y cohetes que duro tres días.
Hubieran sido felices desde entonces si la madre de Úrsula no la hubiera
aterrorizado con toda clase de siniestros pronósticos sobre su
descendencia, hasta el extremo de conseguir que rehusara consumar el
matrimonio”,
“Eran primos entre sí. Habían crecido juntos en la antigua ranchería que los
antepasados de ambos transformaron con su trabajo y sus buenas
costumbres en uno de los mejores de la provincia. Aunque su matrimonio
era previsible desde que vinieron al mundo, cuando ellos expresaron su
decisión de casarse sus propios parientes trataron de impedirlo. Tenían el
temor de que aquellos saludables cabos de las dos razas secularmente
entrecruzadas pasaran por la vergüenza de engendrar iguanas… Ya existía
un precedente tremendo. Una tía de Úrsula, casada con un tío de José
Arcadio Buendía, tuvo un hijo que paso toda la vida con unos pantalones
englobados y flojos, y que murió desangrado después de haber vivido
cuarenta y dos años en el más puro estado de virginidad, porque nació y
creció con una cola cartilaginosa en forma de tirabuzón y con una escobilla
de pelos en la punta. Una cola de cerdo que no se dejó ver nunca de
ninguna mujer, y que le costó la vida cuando un carnicero amigo le hizo el
favor de cortársela con un hacha de destazar”.
Esa era la razón principal para no querer consumar el matrimonio, hasta que en un
momento de locura y de rabia, José Arcadio Buendía mato a un hombre que se
burló de el por no haber consumado el matrimonio, tal y como lo dice la página 29:
“.. la situación siguió igual por otros seis meses, hasta el domingo trágico en
que José Arcadio Buendía le gano una pelea de gallos a Prudencio Aguilar.
Furioso, exaltado por la sangre de su animal, el perdedor se apartó de José
Arcadio Buendía para que toda la gallera pudiera oír lo que iba a decirle.
-Te felicito –grito-. A ver si por fin ese gallo le hace el favor a tu mujer…
Esa noche, mientras se velaba el cadáver en la gallera, José Arcadio
Buendía entro en el dormitorio cuando su mujer se estaba poniendo el
pantalón de castidad. Blandiendo la lanza frente a ella, le ordeno: “quítate
eso”. Úrsula no puso en duda la decisión de su marido. “Tu serás
responsable de lo que pase”, murmuro. José Arcadio Buendía clavo la
lanza en el piso de tierra.
-Si has de parir iguanas, criaremos iguanas - dijo -. Pero no habrá más
muertos en este pueblo por culpa tuya”.
Así casi como una violación fue consumado el matrimonio entre Úrsula Iguaran y
José Arcadio Buendía, pareja joven que las enseñanzas recibidas por la madre y
la abuela de ella la dejaron como una mujer que no podía satisfacer sus
necesidades sexuales y por ello se convierte en una persona obsesiva con el
trabajo, la laboriosidad, la ocupación y la limpieza.
“son todo tipo de relaciones de tipo sexual que se tienen con personas que
pueden ser del mismo grado de consanguinidad o hasta el tercero y el
segundo de afinidad”
“Úrsula se dio cuenta de pronto que la casa se había llenado de gente, que
sus hijos estaban a punto de casarse, y que se verían obligados a
dispersarse por falta de espacio. Entonces saco el dinero acumulado en
largos años de dura labor, adquirió compromiso con sus clientes, y
emprendió la ampliación de la casa”.
Vemos además una especie de complacencia ante el abuso sexual y el deseo de
posesión sexual, rayando en incesto que Úrsula empieza a sentir por su hijo tal y
como lo dice la página 33:
Úrsula que fue víctima por su propio esposo de una violación al momento de
consumar el matrimonio, prepara el camino para que su propio hijo sea víctima de
abuso sexual por parte de Pilar Ternera – la mujer alegre, deslenguada y
provocativa que ayudaba en los oficios domésticos-, Úrsula la sabe totalmente
opuesta a ella en todos los sentidos, especialmente en el sexual y social y la forma
de integrarse con las personas, sean o no de su familia.
Esto es básicamente lo que Úrsula hace con su hijo José Arcadio, al permitirle a
Pilar Ternera que mantenga relaciones sexuales, lo mismo sucede con su nieto y
su hija Amaranta cuando en la página 152 dice:
“no tienes de que quejarte”, le decía a su marido. “Los hijos heredan las
locuras de los padres”. Y mientras se lamentaba de su mala suerte,
convencida de que las extravagancias de sus hijos eran algo tan espantoso
como una cola de cerdo”.
“Al principio se crían bien, son obedientes y formales y parecen incapaz de
matar una mosca, y apenas les sale barba, se tiran a la perdición”.
Al referirse a los hijos las palabras no vienen a ser las mejores, ni las más
elegantes, sino aquellas que corresponden a patrones de violencia psicológica en
forma de crítica e humillación:
Estas y muchas otras más son evidencias del abuso terminal, radical y diario a
aquel eran sometidos todas las personas que ayudaron y estuvieron cerca de
Úrsula como ser humano, siguiendo la línea de abuso impuesta por su familia y
que trae como consecuencia la formación de personas altamente abusadoras en
todo nivel y además permisoras o ayudadoras de cualquier tipo de maltrato, ya
sea físico, moral, social o étnico y cultural que se repite de una generación a otra,
ya que siempre va a darse una persona que continúe las conductas pasadas o
que a su vez sea la propagadora de dicha conducta.
Las cuentas con los servicios públicos siempre están al día, siempre hay comida
para los que viven y además para convidar a mis invitados y a los que se
consideran como tales.
Esos son básicamente algunos de los detalles que se ven en el personaje Úrsula
Iguaran y en algunas mujeres y hombres a su alrededor, sobre los cuales ejerció
una gran influencia, algunas veces por lo que hizo o dijo y otras por lo que callo o
no denuncio ante los demás o permitió que ocurriesen.
“Aunque aparentaron ignorar lo que ambos sabían, y lo que cada uno sabía
que el otro sabia, desde aquella noche quedaron mancornados por una
complicidad inviolable. Aureliano José no podía conciliar el sueño mientras
no escuchaba el vals de las doce campanadas del reloj de la sala, y la
madura doncella cuya piel empezaba a entristecer no tenía un instante de
sosiego mientras no sentía deslizarse en el mosquitero a aquel sonámbulo
que ella había criado, sin pensar que sería una paliativo para su soledad.
Entonces no solo durmieron juntos, desnudos, intercambiando caricias
agotadoras, sino que se perseguían por los rincones de la casa y se
encerraban en los dormitorios a cualquier hora, en un permanente estado
de exaltación sin alivio.”
Luego de ser vistos por Úrsula, madre y abuela respectivamente, Amaranta tomo
conciencia de la relación y la corto de una vez, tal como se menciona en la página
153:
“Aquel episodio saco a amaranta del delirio. Se dio cuenta de que había
llegado demasiado lejos, de que ya no estaba jugando a los besitos con un
niño, sino chapaleando en una pasión otoñal, peligrosa y sin porvenir, y la
corto de un tajo.”
Las historias en las familias tienden a repetirse y aquí no fue la excepción, ya que
Amaranta, tal y como lo hizo su tatarabuela, la bisabuela de la mama, se quemó la
mano para recordarse a sí misma que el amor no era para ella, en un momento de
abandono en compañía, el más tremendo, abandono en compañía, porque
aunque estaba rodeada de personas con quien le unían lazos afectivos, la razón
principal de su afecto la había abandonado –Pietro Crespi – tal y como lo dice la
pagina :
“Amaranta... entro a la cocina y puso las manos en las brasas del fogón
hasta que le dolió tanto que no sintió más dolor”.
Además de eso Amaranta siempre trata de jugar con la misma muerte, hasta el
punto en que ella misma borda la mortaja en la cual su cuerpo va a ser envuelto
justo antes de ser sepultado, lo teje de la mejor manera posible aplicando para ello
toda su sabiduría de bordadora y de tejedora experta como una forma de hacerle
una burla o un guiño hasta la misma muerte, todo esto empezó a gestarse desde
el momento en que Úrsula, siendo Amaranta muy pequeña la deja abandonada
por ir a buscar a su hijo adolescente José Arcadio Buendía, quien se había ido con
un grupo de gitanos. Amaranta siendo muy niña queda a cargo de su padre, quien
la baña, la cambia y la lleva a donde la puedan amamantar.
“Durante varias semanas, José Arcadio Buendía se dejó vencer por la
consternación. Se ocupaba como una madre de la pequeña Amaranta. La
bañaba y cambiaba de ropa, la llevaba a ser amamantada cuatro veces al
día”
Otro personaje acerca del cual me gustaría hablar es el de Rebeca Ulloa Montiel o
Rebeca Buendía, la niña que llega a la casa de los Buendía a los 11 años de edad
con un saco con los huesos de sus padres, adonde sus padrinos para que la
terminen de criar, pero al entrar en ese grupo familiar conlleva tener todas las
abominaciones y aberraciones de tipo sexual que hasta la presente hemos venido
anotando y Rebeca no es ajena a esa realidad que enmarca la crianza en la casa
de los Buendía, sobre todo teniendo a Úrsula como madre cabeza de hogar y jefa
de familia.
“El domingo, en efecto, llego Rebeca. No tenía más de once años. Había
hecho el penoso viaje desde Manaure con unos traficantes de pieles que
recibieron el encargo de entregársela junto con una carta en la carta de
José Arcadio Buendía, pero que no pudieron explicar con precisión quien
era la persona que les había pedido el favor. Todo su equipaje estaba
compuesto por el baulito de la ropa, un pequeño mecedor de madera con
florecitas pintadas a mano y un talego de lona que hacia un ruido
permanente de cloc cloc cloc, donde llevaba los huesos de sus padres”.
Vemos las condiciones en que llega a la casa Buendía, a los pocos días empieza
a recibir el trato que Úrsula Iguaran le daba a todos los niños, debido al trastorno
alimentario que presentaba en la página :
Como todos los huérfanos adoptados por una familia distinta a la propia,
Rebeca se asume parte integral de la nueva familia y demuestra en todo
tiempo y lugar por qué debe ser miembro de esa nueva familia, así ella misma
tenga que demostrárselo diariamente. Poco a poco va asumiendo los roles que
la nueva familia le permite asumir, dejando atrás los antiguos que traía de su
primera familia, creándose nuevos espacios en el mundo. Rebeca asume como
hermanos a Amaranta y a Arcadio, llama tío a Aureliano, mama a Úrsula
Iguaran y abuelito a José Arcadio Buendía, porque esos son los roles
asumidos por los integrantes de la nueva familia y ella hace parte integral de
esa familia, los Buendía y pierde sus apellidos – Ulloa Montiel – para asumir
con dignidad los nuevos Buendía Iguaran.
Desde el punto de vista afectivo, como todos los huérfanos Rebeca presenta
carencias afectivas que con el tiempo algunas son llenadas y otras no. Entre
las que son llenadas están: sentido de pertenencia a un grupo familiar,
estabilidad y arraigo familiar, entendiéndose como la defensa a ultranza de la
nueva familia y del nuevo apellido.
Las que no son llenadas son su parte afectiva amorosa, pues Pietro Crespi no
se enamora de ella aunque la considera más hermosa que Amaranta, su
hermanastra con quien nace una relación amor-odio que llegaría hasta el final
de los días de Rebeca porque sabe que Rebeca esta igualmente enamorada
del mismo hombre que ella, esto hace que Rebeca vuelva a refugiarse en la
ingesta de tierra y cal que tenía cuando llego inicialmente a la casa de los
Buendía.
Rebeca Buendía a fin de dar por terminado esa relación con su hermanastra
decide no aceptar los amores de Pietro Crespi y se va entonces con José
Arcadio Buendía, el hijo que Úrsula Iguaran salió a buscar porque se había ido
con los gitanos, que había regresado y estaba hecho un vago, pero Rebeca lo
saca de esa vida y hace de un hombre trabajador como el que más, tal como lo
dice la página:
http://www.literautas.com/es/blog/post-7853/como-escribir-una-novela-paso-
a-paso/
García Márquez, Gabriel. “Vivir para Contarlo”. Bogotá. Norma, 2001.
García Márquez habla de García Márquez y anotado en la edición
Contracara de Editorial Norma que en la parte de Cruz. Página 30.
“Cien Años de Soledad, Bogotá, Norma, 1997, pagina 29:
Álvarez Bermúdez et al. Manual de Prevención de Violencia Intrafamiliar.
México. Trillas, pagina 29:
Diccionario Larousse Ilustrado. Madrid, Larousse, 2012.
Universidad Javeriana. Psicología, Tomo XXII, Pagina 52.