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“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con
toda tu mente y con todas tus fuerzas.”
Marcos 12:30
Esta cita bíblica describe la verdadera adoración. ¿Adora usted a
su Creador?
Necesitamos saber qué es la adoración, lo que no es, y por qué es
tan importante para nuestro Dios y para nuestras almas.
¿Qué es Adorar a Dios?
Dios define la adoración como “amor”: “Ama al Señor tu Dios”.
Amar es un verbo, una palabra que denota acción. Requiere hacer
algo, no tan solo asistir a la iglesia, escuchar un sermón, cantar
himnos, o dar dinero. Usted verdaderamente ha adorado a Dios
cuando ha amado, adorado y honrado a Dios. Es amar a Dios de
todas las formas posibles en que un ser humano puede amar.
Con todo nuestro corazón: nuestras emociones y sentidos.
Con toda nuestra alma: la fuente misma de la vida, aquello que da
vida a nuestros cuerpos, nuestra esencia. La adoración implica un
amor apasionado por Dios.
Con toda nuestra mente: Nosotros no debemos tener en nuestra
mente pensamientos, canciones, películas o programas de
televisión, que sean impuros. (lea Salmo 101:3) Debemos pensar
sobre nuestra fe, estudiar la palabra de Dios, participar
intelectualmente en la adoración de Dios.
Con todas nuestras fuerzas: Amamos a Dios con nuestras
acciones, no tan solo los domingos. Dios está buscando que
seamos cristianos, adoradores, discípulos, todos los días.
¿Cómo Adorar a Dios?
Usted puede amar a Dios de la misma manera que ama a
cualquier persona. Usted puede pasar todo un día con Él;
hablándole y pensando en Él. Pídale lo que usted necesite y
agradézcale por lo que Él le da. Pase un día con Jesús. Ámele.
Adórele. Este es el primer mandamiento del día.
La adoración no es una actuación, no es un espectáculo, no es
terapia, o siquiera evangelismo.
La adoración no se trata ni se enfoca en nosotros; es amar a Dios,
cada momento de cada día.
Fuimos creados para adorar a Dios. El nos dio libre albedrío para
que escojamos adorarle. Nada más nos satisface.
La adoración nos provee el poder para servir a Dios. Si usted
quiere el poder de Dios para su vida, usted debe adorarle
diariamente.
¿Por Qué Adoramos a Dios?
Porque Dios merece nuestra adoración. “Nosotros amamos a
Dios porque él nos amó primero.” (1 Juan 4:19) Él nos creó y
nos redimió, y preparó un lugar para nosotros en Su cielo perfecto
para vivir allí eternamente. Él vió a su Hijo morir en la cruz, para
redimir nuestras almas y comprar nuestra salvación. Él dio todo
por nosotros. Él merece nuestra adoración.
¿Cuándo fue la última vez que Dios recibió su adoración?
Información adicional
La oración es una manera de adorar a nuestro Padre Celestial. Alma
enseñó a su hijo Helamán: “Implora a Dios todo tu sostén; sí, sean
todos tus hechos en el Señor, y dondequiera que fueres, sea en el
Señor; deja que todos tus pensamientos se dirijan al Señor; sí, deja que
los afectos de tu corazón se funden en el Señor para siempre” (Alma
37:36).
Otra manera de adorar al Padre Celestial es unirse en hermandad a
otras personas que lo adoran. El Libro de Mormón revela que “se mandó
a los hijos de Dios que se congregaran frecuentemente, y se unieran en
ayuno y ferviente oración por el bien de las almas de aquellos que no
conocían a Dios” (Alma 6:6). En una revelación más reciente, el Señor
mandó: “Y para que más íntegramente te conserves sin mancha del
mundo, irás a la casa de oración y ofrecerás tus sacramentos en mi día
santo; porque, en verdad, éste es un día que se te ha señalado para
descansar de tus obras y rendir tus devociones al Altísimo” ( D. y C.
59:9–10).
La participación en las ordenanzas del Sacerdocio también forma parte
de la adoración. Al participar reverentemente de la Santa Cena y al
asistir al templo, recordamos y adoramos a nuestro Padre Celestial, y le
expresamos gratitud por Su Hijo Jesucristo.