La ilustración consistió en un movimiento intelectual, científico y cultural europeo, a
partir de ella cambiaron muchas cosas en las sociedades europeas, occidentales y
mundiales, hubo confrontaciones sobre todo con los poderes instituidos por la iglesia, del estado, la aristocracia y otros estamentos. La libertad, los derechos humanos, la democracia, la igualdad, el capitalismo, el liberalismo, la importancia de la ciencia, la atención a la tecnología, el papel de la economía y la producción e intercambio de bienes y servicios como forma de vida, llevaron a que se estableciera y se consolidara la ilustración; la ilustración planteaba que la razón debía prevalecer sobre el conocimiento por autoridad, el dogmatismo y la escolástica propias de la cosmovisión religiosa, cuestionó las monarquías y abogó por una mayor libertad.
Los máximos exponentes de la ilustración encontramos a John Locke (1632-1704),
padre del empirismo y el liberalismo; Adam Smith (1723-1790), padre de la economía, Jeremías Bentham (1748-1832), padre del utilitarismo y John Stuart Mill (1806-1873), economista clásico, liberal y teórico del utilitarismo, la ideas de la ilustración en el siglo XVIII dieron como resultado la revolución francesa en 1789, tuvieron como principales autores a Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), Voltaire (1694-1778) y Montesquieu (1689-1755). La ilustración tuvo influencia principalmente en la política, y por supuesto en la educación, que a fin de cuentas está ligada a esta.
Fue la burguesía, la pujante clase comerciante, la que impulsó el pensamiento
ilustrado, con el fin de romper con el poder conjunto de la monarquía y el clero. La Ilustración tuvo influencia en España, sobre todo con la llegada al poder de los Borbones. En América, los criollos que deseaban tener más poder y libertad de comercio, ante la dominación de la corona española, toman las ideas de la ilustración para promover la independencia de las colonias, Encontramos así a dos grandes próceres: Simón Rodríguez (1771-1854), maestro del libertador Simón Bolívar (1783-1830), y Andrés Bello (1781-1865), uno de los más grandes intelectuales de Latinoamérica. Las ideas de ambos en torno a la educación dieron forma a los sistemas educativos de las nacientes repúblicas, dejando una herencia que todavía perdura.