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PSICOPATOLOGÍA SOCIAL
TEMAS:
1. Normas sociales y el inadecuado reflejo psicológico de
sus realidades objetivas
2. Tipologías de las dificultades del comportamiento
social.
3. El proceso de socialización y las dificultades del
comportamiento social.
INTEGRANTES:
BÁEZ JOHANA
JÁCOME LENIN
MORA JORGE
MORENO ALEXANDRA
PERRAZO ANGÉLICA
VACA ABIGAIL
VALENZUELA CARLOS
ZURITA JORGE
LAS NORMAS SOCIALES Y EL INADECUADO REFLEJO PSICOLÓGICO DE
SUS REALIDADES OBJETIVAS
El individuo vive en un contexto social que lo pone en contacto desde su nacimiento con
otros seres humanos de los cuales depende para conservar su vida, formar su carácter y
aprender el modo de ganarse el sustento. La psicología individual explica cómo el
individuo se apropia las pautas de conducta de sus compañeros y se conforma
eventualmente con las preferencias de aquéllos; pero el psicólogo social prefiere un
enfoque más general acerca de los fenómenos del influjo social.
Vimos cómo el grupo afecta la conducta del individuo. Luego consideramos algunas
funciones de la sociedad que representan áreas por cuyo medio aquéllas influyen en el
individuo, porque la sociedad funciona como entidad organizada, y se acerca al hombre en
formas distintas. Le enseña normas. Define los límites a los cuales debe apegarse su
conducta. Realiza todo esto mediante mecanismos de acuerdo con los principios de la
motivación, la percepción y el aprendizaje. En nivel más general (el nivel social) influye en
la conducta de los miembros, definiendo y reforzando las normas y los papeles (roles)
sociales.
Si una persona interactúa con uno o más individuos, está ya en un grupo. Esto implica que
los miembros de un grupo son conscientes uno del otro, que se toman en cuenta
mutuamente, que su relación tiene cierta continuidad y que tienen un pasado común y un
futuro predecible. Si por ejemplo, una persona viera de repente a un individuo a punto de
saltar al vacío desde lo alto de una torre y junto a algún otro caminante se detuviera a
observar la escena y determinaran tratar de impedir el salto del suicida, desde ese momento
formarían parte de un grupo. Pertenecemos a muchos grupos diferentes, la familia, las
agrupaciones infantiles, las clases de la preparatoria y unas cuantas asociaciones basadas en
intereses comunes de los miembros.
El grupo, en su afán de sobrevivir, define y da a conocer las normas de conducta: las
normas sociales. Señalamos ya como influyen en la conducta del individuo y cómo éste las
internaliza de suerte que lleguen a formar parte de su conciencia social, haciéndolo más
sociabilizado como miembro del grupo.
La norma también sirve para que el psicólogo social describa y de cuenta de la influencia
social sobre el individuo. En realidad, la norma es abstracción del psicólogo social para
tratar la conducta social y para entender las relaciones entre el individuo y la sociedad. Se
necesita otra abstracción, el papel social, o sea, la pauta organizada de conducta que se
espera del individuo, cuando ocupa cierta posición en el grupo social.
Definición y fin de los papeles sociales. Todas las sociedades grandes y pequeñas, simples
o complejas definen ciertas pautas de conducta necesarias para el funcionamiento de la
sociedad, y las prescriben a los individuos. Las pautas prescritas de conducta son los
papeles sociales. Toda sociedad desarrolla su propio conjunto de papeles para lograr sus
fines y mantener la propia forma adecuada de organización y orden. A cada individuo se le
asigna, a veces por sus propios esfuerzos, un papel o una pauta de papeles con los cuales
contribuye al grupo y se granjea la recompensa de la sociedad Por ejemplo, existe un
conjunto de normas que definen el papel del gerente de una gran empresa. Se espera de él
que las cumpla exactamente y que por su propia iniciativa e ingeniosidad la empresa
progrese. Aunque el gerente de la empresa sea esposo, padre de familia, miembro de un
club, etc., estos atributos desaparecen dentro de la empresa. Su papel lo monopoliza. En
todos los subordinados existe una serie de expectaciones respecto del gerente. Esto mismo
sucede respeto de la jerarquía de la empresa. Cada uno de sus miembros posee un papel
asignado; ejecutivo, agente de ventas, informador, etc., y todos se engranan en una pauta
funcional sumamente compleja. Cada uno tiene sus responsabilidades, habilidades y
privilegios claramente definidos, y, cuando un individuo se sale de su papel, se le sujeta a
presión social. El agente de ventas que autoriza un pedido sin el visto bueno del jefe del
departamento, recibirá una sanción.
El individuo que pertenece a una estructura social debe saber lo que se espera de ésta y,
también, lo que se espera de él mismo, como otros saben lo que se espera de él. Un papel
social está engranado en una pauta de expectaciones sociales negativas y positivas. La vida
social de cada uno de nosotros exige que desempeñemos diversos papeles. Cada ser
humano desde su niñez debe empezar a aprender su papel social, es decir, cómo actuar, en
cuanto niño o niña, luego en cuanto adolescente y finalmente, aunque a menudo sin
ninguna oportunidad para practicarlo, en cuanto adulto. El muchacho aprende el papel de
hermano mayor o menor; de jefe del grupo, de encargado de deportes en la escuela.
Aprende también el papel de hijo, de abogado, o de médico, etc., y continúa explorando las
expectaciones del mundo social, encontrando que algunas veces se acomodan a sus gustos
y, otras los contrarían. Aprende el papel de esposo, de padre, de proveedor, de ingeniero,
etc. Aprende a actuar y a vivir y a vestirse de acuerdo con las características de los papeles
que ha asumido. La mujer desempeña asimismo una serie de papeles. Las observaciones
realizadas en grupos pequeños demuestran claramente que aun cuando éstos se componen
de personas extrañas entre sí, pronto se desarrolla una variedad de papeles especializados.
Una persona, por ejemplo, se convierte en la animadora del grupo, y dirige sus esfuerzos a
conservar alta la moral. Sus compañeros la buscan en las dificultades, o las expectaciones
de aquellos la obligan a acomodarse a su papel. El aprendizaje de los papeles comienza
pronto en la vida. Lo realizan la instrucción intencional y también el aprendizaje incidental.
Algunas personas se muestran muy reacias a seguir las pautas exigidas por este tipo de
normas o incluso, demuestran su hostilidad a la sociedad infringiéndolas deliberadamente,
dentro de una actitud global de rebeldía. Otros, por el contrario, están excesivamente
pendientes de no incurrir en ningún tipo de falta respecto de las mismas, exagerando su
importancia y trascendencia. Por último, podría ser considerado un tercer grupo que se
caracterizaría por adaptarse a la gran mayoría de las normas sociales, sobre todo en algunos
momentos, por simple respeto a los demás, pero sin que esto tuviese mayor importancia o
trascendencia.
Estos modelos de comportamiento en relación con las normas establecidas dentro de cada
modelo social, suelen estar directamente relacionados con la presencia o ausencia de ciertos
rasgos de personalidad. Las personas que desprecian las normas sociales son, a veces,
progresistas en sus planteamientos, firmes partidarios de los cambios sociales rápidos,
despreocupados por la imagen que ofrecen a los demás, o a veces despreocupados de las
personas que los rodean. En otras ocasiones se trata de un modo de rebelarse contra la
sociedad, entendida ésta como algo global, o contra personas partidarias de guardar este
tipo de convencionalismos. Este tipo de situaciones son especialmente frecuentes durante la
adolescencia, época durante la cual muchos jóvenes intentan expresar su deseo de cambio
social luchando y dejando de adoptar convencionalismos y normas sociales, situación que
se repite continuamente a lo largo de la historia, y que constituye un símbolo del idealismo
progresista de jóvenes y adolescentes.
En otros casos sucede lo contrario. Algunas personas están demasiado influidas por estas
normas y tienen un exagerado temor a no saber actuar de acuerdo con ellas. Muchas
personas se sienten inseguras en ciertas reuniones sociales por no conocer algunas normas
de cortesía comúnmente aceptadas que los demás aprendieron como un componente más de
la educación recibida (forma de comer, de saludar, etc.) y temen hacer el ridículo. En otras
ocasiones, la inseguridad es un rasgo de personalidad y entonces se teme continuamente la
posibilidad de llamar la atención de los demás, en una actitud de perpetua timidez y
vergüenza, con lo que se teme incumplir estos convencionalismos sociales porque de este
modo se podrían ver expuestos a juicios y comentarios de los que, creen, saldrían mal
librados. Algunas de estas personas inseguras bajo las que subyace un complejo de
inferioridad pueden mostrarse aparentemente indiferentes a los comentarios de los otros y
hacer alarde de su desprecio por las normas sociales establecidas, incumpliéndolas
deliberadamente en un desmesurado afán por demostrar su independencia de las opiniones
de los demás y con rasgos externos de superioridad; pero siempre se puede descubrir la
inferioridad que se esconde bajo estos comportamientos, ya que están realmente pendientes
de los efectos que producirá su forma de comportarse en los demás, porque en el fondo esta
opinión les resulta de gran importancia dados los sentimientos de inferioridad que ocultan.
En un tercer grupo entrarían las personas más equilibradas, que adoptan sin rigideces
normas sociales por simple respeto a los demás, a pesar de que consideren que sería
preferible modificarlas, o porque les parecen convenientes y adecuadas a esa situación. De
hecho, algunos convencionalismos responden a un afán puramente estético o a un deseo de
mantener tradiciones heredadas y perpetuadas durante siglos. Muchos hombres que
demuestran un profundo respeto por estas tradiciones son amantes de la historia, de los
autores clásicos, del progreso constructivo y moderado, es decir, de avanzar realmente
aprovechando, por ejemplo, los avances de la técnica, pero sin destruir una serie de
cuestiones verdaderamente valiosas que se han ido transmitiendo culturalmente a lo largo
de la historia. El progreso no tiene por qué suponer una destrucción global de la cultura,
sino que deben ser mutuamente compatibles, ya que no tiene sentido pensar que, hasta el
momento actual el hombre no ha sido capaz de elaborar y construir valores relevantes en
cualquier ámbito de la cultura.
Por último habría que considerar el caso de aquellos que se resisten a admitir que las
normas y convencionalismos sociales estén sujetos a diversas modificaciones, lo que es un
hecho sobradamente demostrado a lo largo de la historia. Esta exagerada tendencia a
aferrarse al pasado, suele traducir posturas excesivamente rígidas a nivel de personalidad, y
una cierta dificultad o temor hacia lo que pueden deparar los cambios sociales. Se teme el
progreso y todo cambio en general porque se tiene la idea preconcebida de que será
perjudicial o peligroso. Esto sucede con especial frecuencia en personas con poca confianza
en sí mismas, pesimistas y demasiado adaptadas a su medio ambiente, ya que mantienen
con él una relación de excesiva dependencia.
CLASIFICACIÓN CONDUCTA
MANIFIESTA
Agresividad
Reacciones afectivo-
emocional
descontroladas
b) Trastorno disocial (TD)
Pasividad, inhibición
Huida, evitación
Rituales inespecíficos
c) Trastorno negativista desafiante (TND)
Otros…
COMPORTAMIENTO PROBLEMÁTICO DERIVADO DE…
3. Estados emocionales internos
(ansiedad…)
a) Mutismo selectivo
d) Fobias
e) Trastorno obsesivo-compulsivo
a) Trastorno bipolar
b) Esquizofrenia
d) Daño cerebral
e) Trastornos de tics
Relación y definición de las conductas manifiestas más frecuentes
Las conductas que a continuación se relacionan son algunas de las que, con más frecuencia,
constituyen el núcleo del comportamiento problemático. Estas conductas varían en
intensidad y persistencia y pueden presentarse aisladas o agrupadas en “constelaciones”.
Las formas más graves, permanentes y “floridas” constituyen trastornos específicos, las
menos graves, más transitorias y situacionales conforman cuadros comportamentales
simples.
Agresividad Estado emocional de odio, deseo de dañar a otra persona, animal u objeto o a
uno mismo, y su consecuente manifestación conductual desproporcionada. La agresión es
cualquier forma de conducta que pretende herir física y/o psicológicamente. Su
manifestación comportamental puede ser: verbal (insultos, amenazas, gritos…) y/o física
(empujones, golpes, patadas…). La conducta agresiva puede estar dirigida contra sus
iguales, contra las figuras de autoridad, contra sí mismo y contra el entorno físico. Las
finalidades de estas conductas pueden ser múltiples (descargar tensiones, apaciguar la ira,
superar la frustración, conseguir beneficios…)
Oposicionismo
Rechazo activo de las figuras de autoridad y de la exigencia que imponen. Negación y
rechazo del control. Provocaciones y desafíos hacia los padres, los profesores y otros
adultos de relevancia. Su manifestación comportamental incluye: enfrentamientos groseros,
desobediencias activas, negarse reiteradamente a trabajar, hacerse el desentendido ante las
instrucciones, realizar actividades distintas a las propuestas, hacer cómo que no entiende lo
que se le pide, molestar a los demás (especialmente a los adultos en el desempeño de sus
funciones)… La conducta está asociada a la presencia de uno o varios factores de riesgo
como: baja autoestima, poca tolerancia a la frustración, dificultades en las relaciones
sociales, experiencias traumáticas, fracaso escolar y también a la presencia de un trastorno
específico del comportamiento. Incumplimiento y trasgresión de normas Incumplimiento
pasivo o trasgresión activa y sistemática de las normas básicas de convivencia (orden,
horarios, respeto, silencio, vestimenta, tareas…). Los comportamientos más evidentes del
incumplimiento de normas son: actitudes de desatención, pasividad y desinterés ante
consignas y órdenes, olvidos frecuentes, realización de acciones distintas a las propuestas…
Con frecuencia va asociado a descontrol cognitivo (desatención y/o impulsividad) o a la
influencia de factores psicosociales (habilidades de crianza y educativas). La trasgresión
consiste en acciones deliberadas y contrarias a la norma con desprecio manifiesto de los
límites y exigencias; muy frecuentemente va asociada a comportamientos de tipo
oposicionista.
Conductas cognitivas, motrices o verbales descontroladas
Son comportamientos que manifiestan una incapacidad o dificultad evidente para
autocontrolar determinadas funciones cognitivas básicas (atención, concentración…),
inhibir las conductas motrices o verbales (impulsividad, hiperactividad…) y ajustarlas a las
condiciones de la interacción.
Los comportamientos de descontrol suelen ser: desatención, falta de concentración, olvidos,
inestabilidad en la ejecución de tareas, manipulación descontextualizada de objetos,
movimiento excesivo y desorganizado, reacciones impremeditadas e irreflexivas, excesos e
intromisiones verbales… En la base de este tipo de comportamientos problemáticos suelen
estar determinadas condiciones psicosociales (familiares, escolares…) y, en los casos más
persistentes, la presencia de un trastorno del comportamiento perturbador (TDA-H…).
Pasividad, inhibición.
Huida, evitación. Conductas que tienen como objetivo no contactar con un estímulo o
situación/contexto aversivo para el sujeto. Cumplen un papel protector para éste, pero
provocan otros problemas, como privarle de experiencias cognitivas, sociales y afectivas
necesarias.
Estas conductas de evitación pueden incluir acciones (cruzarse de acera para evitar un
perro) u omisiones (no salir a la calle porque puede haber perros). Los comportamientos
que se pueden observar en el centro escolar son: agachar la cabeza, mirar a otro lado, no
sacar el material, no llevar el material, no ir o retrasar la entrada en clase, no acercarse al
alumnado que pega.
Rituales inespecíficos
Muchos niños y niñas con mutismo selectivo suelen presentar además algunos rasgos de
personalidad característicos como timidez, retraimiento social, dependencia,
perfeccionismo… Generalmente se manifiesta, de forma evidente, cuando el niño se
incorpora a la escuela infantil o se escolariza en los centros educativos; conlleva altos
niveles de sufrimiento personal y tiene como consecuencia importantes problemas de
adaptación al entorno (mediatiza el desarrollo afectivo-emocional, social y académico del
niño).
Esta inhibición del habla raramente remite de forma espontánea y puede prolongarse
durante muchos años si no se interviene.
Los comportamientos más habituales entre el alumnado con esta problemática son:
Conductas de evitación y escape.
Inhibición social.
Rigidez corporal. Inexpresividad facial.
Reacciones de ansiedad.
Ansiedad excesiva, (superior a la esperada en sujetos del mismo nivel de desarrollo), ante el
alejamiento del hogar o de aquellas personas a quienes el sujeto está vinculado. Los
comportamientos más habituales entre el alumnado son:
Sienten malestar excesivo cuando ocurre o se anticipa una separación.
Se preocupan excesivamente, cuando se produce una separación, por un daño hipotético a
las personas vinculadas o a que éstas no regresen con él.
Se resisten a ir a la escuela, a estar en casa solos, a ir a dormir sin una persona vinculada, a
dormir fuera de casa.
Tienen pesadillas con temática de separación.
Son frecuentes las quejas somáticas.
Cuando están muy alterados por la anticipación de una separación pueden mostrarse
coléricos y ocasionalmente agresivos (rabietas).
Fobias
Miedo intenso, persistente, excesivo e irracional ante objetos o situaciones concretas (o
bien cuando anticipa su aparición) que provoca una respuesta inmediata de ansiedad. La
respuesta ansiosa suele variar en función de la proximidad al estímulo fóbico y al grado en
que la huída se ve limitada. Los comportamientos más habituales asociados al trastorno
son:
Conductas de evitación y escape.
Respuestas psico-fisiológicas desmedidas: aceleración del ritmo cardíaco,
sudoración, vómitos, dolores…
Crispación, llanto.
Los temores a objetos o situaciones concretas son muy frecuentes en la infancia. Para
establecer el diagnóstico (fobia) será preciso que dichos temores:
Limiten las actividades cotidianas del niño.
Le provoquen un malestar excesivo.
Trastornos obsesivos compulsivos (TOC)
Obsesiones o compulsiones de carácter recurrente lo suficientemente graves como para
provocar pérdidas de tiempo significativas (al menos una hora diaria) o un acusado
deterioro de la actividad general o un malestar significativo. Una obsesión es una idea,
pensamiento, impulso o imagen de carácter persistente que el individuo considera intrusa e
inapropiada y que provoca ansiedad. Una compulsión es un comportamiento (lavado de
manos, ordenar objetos, comprobaciones) o acto mental (rezar, contar o repetir palabras en
silencio) de carácter recurrente cuyo propósito es prevenir o aliviar la ansiedad pero no
proporcionar placer. Normalmente se realiza para aliviar el malestar que lleva consigo una
obsesión. Los comportamientos más habituales asociados al trastorno son:
Rituales de comprobación, limpieza y orden.
Respuestas psico-fisiológicas desmedidas: aceleración del ritmo cardíaco, sudoración,
vómitos, dolores…
Los rituales en los niños suelen ser similares a los de los adultos, aunque aquéllos no suelen
reconocer su irracionalidad. Por ello no piden ayuda. Suelen ser más frecuentes en casa.
La diversa gama de alumnado que incluye esta tipología puede compartir, en mayor o
menor grado, los comportamientos antes mencionados. A su vez, las variaciones dependen
de factores como la tipología y gravedad del trastorno, la edad de aparición, el grado de
retraso mental asociado, el sexo, el apoyo de los núcleos familiar y social, la disposición o
no de metodologías y técnicas de intervención adecuadas... Daño Cerebral Adquirido
(DCA) Lesión que se produce, de forma sobrevenida, en las estructuras cerebrales como
consecuencia de un traumatismo o una enfermedad. Aunque hay muchas causas que pueden
provocar Daño Cerebral Adquirido, las principales son:
Accidentes cerebro-vasculares (infartos, hemorragias, etc.).
Traumatismos cráneo-encefálicos.
Tumores cerebrales.
Algunas enfermedades como por ejemplo las encefalitis víricas y los infartos de miocardio.
Comportamiento Comportamiento
adecuado inadecuado
Finalidad lícita Conductas ajustadas al Conductas
contexto. descontextualizadas.
Conductas proporcionales. Conductas
Conductas propias del desproporcionadas.
momento evolutivo. Conductas molestas.
---------- Conductas inmaduras.
Habilidades sociales ----------
asentadas. Escasas habilidades
Biografías compensadas. sociales.
Estabilidad afectivo- Biografías inconsistentes.
emocional. Fragilidad afectivo-
emocional
Finalidad ilícita Conductas sibilinas. Conductas
Conductas hipócritas. perturbadoras.
Conductas maduras en Conductas disruptivas.
exceso. Conductas antisociales.
----------- ----------
Altas habilidades sociales.
Habilidades sociales
Biografías distorsionadas.
desajustadas.
Dureza afectivo- Biografías patológicas.
emocional. Disfunción afectivo-
emocional
Diferencias entre problemas de comportamiento y trastornos del comportamiento
Es la manera con que los miembros de una colectividad aprenden los modelos culturales de
su sociedad, los asimilan y los convierten en sus propias reglas personales de vida.
Según DURKHEIM:
Hecho social: modo de actuar, pensar y sentir, exteriores al individuo, y que poseen
un poder de coerción en virtud del cual se lo imponen.
Según WEBER:
El punto de partida de los hechos sociales son las acciones de los individuos.
Acción social: toda acción orientada en un sentido, el cual esta referido a las
acciones de los otros.
Las realidades sociales varían a través del tiempo y el espacio, pero es necesario dualizar un
hecho común de todas las realidades.
Realidad: todo fenómeno que es independiente de la voluntad del individuo.
Las instituciones surgen a partir de que el individuo necesita cumplir con una
externalización de un modo de ser, sentir y pensar.
Internalización: el proceso por el cual el individuo aprende de una porción del mundo
objetivo se denomina socialización. Es internalización de los aspectos significativos de la
realidad objetiva que los rodea. Solo a partir de la internalización el individuo se convierte
en miembro de una sociedad.
Agentes de Socialización
Se puede decir que la sociedad total es el agente de socialización y que cada persona con
quien se entre en contacto es en cierto modo un agente de socialización. Entre la gran
sociedad y la persona individual existen numerosos grupos pequeños, que son los
principales agentes de socialización de la persona. El comienzo natural del proceso para
cada niño recién nacido es su inmediato grupo familiar, pero éste pronto se amplia con
otros varios grupos.
Las influencias preescolares inciden sobre el niño desde diversos puntos. Los pequeños
círculos de relaciones en que participa con sus padres, parientes, amigos, niñeras y otros,
tienen su importancia para mostrarle como ha de ser un buen niño.