Вы находитесь на странице: 1из 2

Intolerancia a la frustración: 6 claves para enseñarle a

perder
Todos nos hemos frustrado alguna vez cuando algo no sale como queremos. De nuestra
posterior reacción, se deduce como somos capaces de afrontar dicha frustración. Los
padres, en estas situaciones, tenemos una labor importante de enseñar al niño cómo se
deben afrontar estas situaciones para llevarlo de la mejor forma posible.

Desde pequeños los juegos, no solo tienen una función lúdica o de entretenimiento,
también nos ayudan a aprender y a madurar, a socializarnos, a desarrollar valores, a
pensar, pero también a aprender a reaccionar ante aquellas situaciones que no van como
quisiéramos que fueran.

Los niños siempre quieren ganar en todos los juegos, es algo normal, pero en ocasiones,
cuando no ganan, responden con comportamientos inadecuados como la agresividad,
las pataletas, el enfado, etc. ¿Qué podemos hacer los padres en estas situaciones?

6 claves para enseñarle a perder


1. La primera y más importante es que no debemos dejarle ganar siempre, solo por
el mero hecho de que no se enfade, ¡esto es un gran error! Si le dejamos ganar
siempre, acabará pensando que las cosas deben para siempre como él las piensa.
Pero tampoco nos debemos pasar al otro extremo, hay que dejarle ganar en
alguna ocasión, ya que favorece que coja confianza y que aumente su
autoestima, que también son importantes.
2. Cuando reaccione con mucho enfado o agresividad, lo mejor es ignorarlo por
completo cortar el juego y dejarle solo. Hay que explicarle las consecuencias de
sus malas reacciones y que el resto de sus iguales no va a querer compartir los
juegos con él. Luego se le deja solo hasta que la reacción se extinga.
3. Es bueno reforzarle el proceso de las cosas (del juego) y no solo los resultados
que obtenga. Hay que ir recalcando las cosas que va haciendo bien y
recordárselas una vez que finalizó el juego aunque el resultado del mismo fuera
negativo para él.
4. Debemos de permitir que exprese su frustración cuando lo esté haciendo de
forma adecuada. No debemos inhibir sus sentimientos y su expresividad. Hay
que hablar con él y preguntarle cómo se ha sentido, que le hubiera gustado, etc.,
y animarle a que siga intentándolo.
5. No solo hablamos del juego, hablamos de todas sus actividades a diario. No
conviene dejarle que siempre haga lo que quiera o que siempre se salga con la
suya. Tampoco conviene un control estricto y férreo, hay que hallar el equilibrio,
un punto intermedio.
6. El aprendizaje por observación es muy útil y eficaz, cuando podáis, observar el
juego en otros, bien en la calle, en la televisión, etc., remárcale las cosas
positivas del juego, lo bien que se lo pasan, la cooperación, la amistad… y no
tanto el resultado de dicho juego.

Ayuda de los padres


Hay que saber distinguir también lo que es una intolerancia a la frustración de una
reacción normal de un niño por haber perdido en un juego. Si su reacción no es
desmesurada, si solo expresa su malestar, si se desanima y no quiere seguir jugando, es
completamente normal. Lo que no es normal es la agresividad, los gritos, insultos, el
enfado, el no querer jugar a algo porque saben que perderán, dejar el juego a la mitad.

Estas reacciones se producen por sentimientos de ira intensos que no saben cómo deben
gestionar. Es ahí donde las claves anteriores se deben poner en práctica para poder
enseñar y ayudar a tu hijo.

Algunas de las causas que pueden llevar a tu hijo a tener una baja tolerancia a la
frustración son: baja autoestima, envidia hacia el ganador, no saber aceptar sus errores,
estar excesivamente mimado y consentido, la sobreprotección…

La enseñanza de que por “perder no pasa nada” debe empezar desde muy pequeño. Hay
que enseñarles que no siempre pueden obtener lo que quieren. Y como siempre
recomiendo, lo mejor es cundir con el ejemplo. No podemos enfadarnos ni reaccionar
inadecuadamente por perder en un juego o porque nuestro equipo no haya ganado, ya
que esa es la enseñanza que le estaremos dando.

Tolerar la frustración y enseñarles a continuar, es una de las cosas más valiosas que en
el mundo de hoy en día les podemos legar.

Вам также может понравиться