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El estudio del comportamiento humano en conducción es fundamental para comprender el

fenómeno vial, pues son las personas quienes toman las decisiones sobre el itinerario, la clase
de vehículo, las revisiones de dicho vehículo, las infraestructuras, la generación de normas que
regulen la conducción, etc. Y, lo más importante, son las personas las que ejercen acciones
sobre los mandos de un vehículo en cada momento de la conducción.

En los Centros de Reconocimiento de Conductores se pone especial énfasis en la revisión de


los aspectos físicos y psíquicos, de los cuales depende que la conducción se ejecute de un
modo seguro y eficaz, con el objetivo de minimizar riesgos.

El factor humano es un concepto múltiple, que engloba diversos aspectos de la psique


humana:

Aspectos psicofísicos, como la atención y la percepción.


Aspectos motivacionales. La motivación es un estado interno que activa, dirige y
mantiene la conducta.
Aspectos emocionales. Las emociones son estados afectivos que implican una reacción
subjetiva al ambiente, que viene acompañada de cambios orgánicos de origen innato, influidos
por la experiencia.
Las diferencias individuales, que son el conjunto de rasgos que diferencian a una
persona de las demás.
Finalmente, las cuestiones del comportamiento social de los individuos. La conducción
no es un acto aislado, sino que resulta un sistema de enorme interacción social.

Existen numerosas investigaciones que demuestran la influencia de los estados emocionales


alterados, derivados de la problemática personal, en la práctica de la conducción. Así pues, los
estados eufóricos llevan a distorsiones en la percepción de las situaciones viales, de las
capacidades propias y en la valoración de los comportamientos del resto de conductores.

Igualmente, cabe resaltar que las afecciones o situaciones depresivas provocan efectos
inhibidores sobre el sistema atencional, como desactivación de los sistemas básicos de
percepción, atención y toma de decisiones, así como efectos sobre el sistema psicomotor.

También se ha comprobado el impacto de hechos significativos y de momentos de gran


agitación emocional (victorias deportivas, noticias angustiantes, despidos laborales, crisis
sentimentales…) en la calidad de la conducción. Los procesos atencionales y perceptivos, en un
gran porcentaje de los conductores, resultan perturbados por cualquier alteración del estado
emocional.

A modo de conclusión, cabe resaltar el hecho de que la influencia de las alteraciones


emocionales en la conducción es muy variada, pudiendo ir desde en importantes
desconexiones de los sistemas atencionales, perceptivos y de la toma de decisiones, hasta el
surgimiento de actitudes claramente agresivas, e incluso rayanas en lo suicida.
El problema de la conducción y la agresividad
Tal y como publican algunas estadísticas, más del 90% de los chilenos ha
protagonizado algún altercado con un automovilista y más del 20% de las personas
sale a la calle con disposición para enfrentarse con otro conductor.

Además, 4 de cada 10 personas que


circulan por las autopistas urbanas lo hacen a exceso de velocidad. Los expertos
en seguridad vial de CEA Chile analizan y responden sobre el perfil de este tipo de
conductor y las medidas que pueden paliar el problema.
Pero…. ¿Qué es realmente la conducción agresiva? Y ¿Cuáles son los factores clave que
tienden a potenciar este comportamiento? La amplia investigación respecto a este
asunto ha permitido dar respuesta a muchas cuestiones claves sobre el problema de
la conducción y la agresividad.
Se puede considerar una conducción agresiva cuando un conductor pone en riesgo
física o psicológicamente a otros conductores.
Un estudio europeo, demuestra que los tipos de comportamiento agresivo, así como la
frecuencia con que se practican éstos, varían conforme a los usos y costumbres de
cada país.

Características y perfil del conductor


agresivo
No existe unanimidad a la hora de describir un perfil prototipo del conductor agresivo,
en cambio sí se ha establecido un perfil preciso del conductor peligroso, entre cuyas
tendencias estaría la agresión en la conducción.
El conductor peligroso es aquel individuo que manifiesta tendencias antisociales y
violentas, desajustado e incontrolado en sus comportamientos, con un escaso nivel de
eficacia y de control personal, y que en consecuencia, es incapaz de reaccionar
adecuadamente frente al estrés emocional intenso.
Todo ello lleva a aumentar su nivel habitual de agresividad, dando lugar a estilos de
conducción violenta, competitiva, arriesgada, temeraria, que busca sensaciones
nuevas e intensas y que por tanto les convierte en individuos de alto riesgo.
Los conductores jóvenes tienen un estilo de conducción más arriesgado que los
conductores de mayor edad. Conducen más rápido, mantienen menores distancias de
seguridad con los vehículos que les preceden y es más probable que ignoren
los semáforos.

Determinantes asociados a la agresión


A la hora de explicar el origen de las
conductas agresivas generales y las que se manifiestan en la conducción, los científicos
han distinguido entre las causas endógenas (propias de la persona) y las causas
exógenas (procedentes del ambiente, la situación y la sociedad).
La percepción subjetiva de las situaciones, el estilo de vida y las actitudes que se han
ido conformando en nuestra personalidad a lo largo de nuestra vida puede dar lugar a
una mayor o menor proclividad a la violencia cuando conducimos.
Los expertos apuntan que las conductas agresivas son desencadenadas por variedad
de estímulos. Algunas son provocadas por las acciones de otros conductores y otras,
por ejemplo, por la propia congestión y situación del tráfico. Pero, la mayoría
de conductas agresivas en la conducción son generadas por el propio humor y
reacciones del conductor cuando se encuentra manejando un vehículo.
Desde una perspectiva emocional se establecen tres categorías de perturbación en las
emociones que llevarían a diferentes tipos de infracciones: La impaciencia y la falta de
atención, la lucha por el poder y el riesgo.
La impaciencia y la falta de atención
Saltarse los semáforos en rojo
Acelerar con el semáforo en amarillo
Saltarse la señal de pare
Cruzarse en los giros o pisar el paso de cebra
Bloquear las intersecciones
No ceder el paso
Cambios inapropiados de carril o zigzagueos
Conducir de 10 a 20 km/h por encima del límite de velocidad
No mantener la distancia de seguridad
No señalizar cuando es necesario
Frenar o acelerar de forma errática
Tomarse demasiado tiempo
La lucha por el poder
Bloquear el cambio de carril, negándose a moverse
Cerrar un hueco para impedir la entrada
Amenazar o insultar gritando, haciendo gestos, tocando la bocina de modo repetido.
“Pisar Los talones” para castigar o coaccionar
Cercar para tomar represalias
Frenar repentinamente para tomar represalias
El riesgo
Perseguir competitivamente a otro conductor
Conducir bajo la influencia del alcohol
Apuntar o disparar con un arma
Asaltar con el auto o golpear un objeto
Conducir a velocidades muy elevadas

Medidas para reducir la agresividad en la


conducción
Las medidas más eficaces para reducir la agresividad en la conducción son las
educativas en la etapa escolar, los programas de re-educación para los conductores
agresivos, las mejoras en vías y la buena gestión para aumentar la fluidez del tráfico,
así como incrementar la información y las campañas.
También funciona la restricción en la circulación, la retirada selectiva de
permisos, licencias de conduciry la mayor actuación policial.
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