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SEMANA 3

3. LA COMUNICACIÓN: HACIA UNA DEFINICIÓN

Cualquiera que pretenda estudiar cómo utilizamos el lenguaje para comunicarnos debe
abordar primero ciertas cuestiones básicas: qué es exactamente comunicar, qué
comunicamos y de qué modo lo hacemos.

La comunicación es intrínseca al ser humano. Cada día transmitimos mensajes a un


receptor con una intención comunicativa diferente, a través de un medio. Para la
transmisión de estos mensajes utilizamos un lenguaje verbal (o código) con unas
características determinadas. En el mundo animal o vegetal no encontramos estas
características que definen al lenguaje humano pero sí que es verdad que podemos
encontrar actos comunicativos. Van Hoven realizó un estudio en 1990 en el que se dio
cuenta de que las acacias se comunicaban entre ellas para defenderse de ciertos
herbívoros; de manera tal, que cuando se encontraban ante un peligro, segregaban taninos
que hacían que los animales que comieran sus hojas se envenenaran y esta señal se
expandía para que el resto de plantas hiciera lo mismo. Ejemplos como estos podemos
encontrarlos en la naturaleza en gran cantidad; sin embargo, hay que tener en cuenta que
la comunicación verbal (ya sea oral o escrita) es exclusiva del ser humano y la capacidad
de hablar define nuestra especie. Al igual que en el mundo animal, el ser humano también
transmite mensajes de forma no verbal (gestos, distancia al hablar, actitudes,...) y todos
ellos configuran un sistema de códigos que nos ayudan a matizar o reforzar el mensaje
que estamos transmitiendo. Esta capacidad del ser humano viene marcada en gran medida
por las distintas lenguas que utilicemos y por el contexto en el que las utilicemos y al final
constituye un código que vamos aprendiendo poco a poco.
Aun así, lo cierto es que a primera vista no parece complejo definir qué es la
comunicación y qué procesos participan de ella; sin embargo, un análisis más detallado
revela pronto la complejidad del proceso.
A continuación se recogen algunos de los tópicos más extendidos en torno a la
comunicación:

- El funcionamiento de las sociedades humanas es posible gracias a la


comunicación.
- La interacción comunicativa permite enriquecer perspectivas individuales y
actúa como agente del desarrollo cultural.
- Por el hecho de vivir en una sociedad, los individuos requieren el intercambio
constante de información.
- Para llevar a cabo la comunicación, las personas disponen del sistema más
perfecto: el lenguaje verbal.

Aunque estas afirmaciones son ciertas, no todo es tan sencillo como parece. Comencemos
por encontrar una definición para comunicar. Según el DRAE:

(Del lat. communicāre).


1. tr. Hacer a otro partícipe de lo que uno tiene.
2. tr. Descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo.
3. tr. Conversar, tratar con alguien de palabra o por escrito.
4. tr. Transmitir señales mediante un código común al emisor y al receptor.

De la información ofrecida en esta acepción inferimos que:


- ¿Qué es comunicar?: Transmitir, manifestar
- ¿Qué comunicamos?: Señales, algo, información.
- ¿Cómo? :A través de un código común

Por lo tanto, comunicar sería transmitir información por medio del lenguaje (o por medio
de otro código) y comunicarse es ponerse en contacto con otros.
Esta conceptualización teórica heredera de la teoría de la comunicación de Shannon Y
Weaver (1949), con algunas modificaciones introducidas por Jakobson (1960) no es del
todo adecuada para explicar el proceso de comunicación.

3. 1. ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN: EL MODELO TRADICIONAL

Desde el punto de vista lingüístico, la comunicación se ha entendido tradicionalmente


como un proceso mediante el cual un emisor, en un unas circunstancias concretas,
transmite a un receptor a través de un canal un mensaje construido de acuerdo con las
unidades y reglas de un código.
A continuación, enumeraremos los elementos que participan de la comunicación:
•Emisor: Emite y codifica el mensaje.
•Receptor: Recibe la información y descodifica el mensaje.
•Código: Inventario de signos y reglas que permiten construir señales más o menos
complejas. El código debe ser compartido por emisor y receptor para que exista
comunicación.
•Canal: El medio a través del cual el mensaje se traslada desde el emisor hasta el receptor:
un papel, la radio, la computadora, el celular,...
•Mensaje: Es la información, el conjunto de señales que conforman el contenido
informativo.
•Contexto: Se entiende como las circunstancias que rodean la situación comunicativa y
que influyen en la transmisión del mensaje.

Dentro de este modelo establecieron una serie de funciones del lenguaje de acuerdo a
cada factor comunicativo que se dé en el proceso. Evidentemente, cada acto de habla está
marcado por varias de estas funciones pero se entiende que en cada enunciado hay una
que es la que predomina. Las funciones que establecieron fueron:

- Emotiva o expresiva: centrada en el emisor. Transmite su estado de ánimo, sus


sentimientos o la opinión del mensaje. Suele caracterizarse por el uso de la primera
persona (yo), de exclamativas, de oraciones dubitativas (duda) o desiderativas
(deseo, solicitud o súplica) y por el uso de interjecciones o adjetivos valorativos.
Ejemplo: ¡Me duele la cabeza!
- Apelativa o conativa: Se centra en el receptor. El emisor tiene la intención de
obtener algún tipo de respuesta de él. Se caracteriza por el uso de la segunda
persona (tú), de oraciones interrogativas, o imperativas y por el uso de vocativos
(sustantivo que sirve para llamar alguien) o llamadas de atención. Ejemplo: Señorita
Ana, no toque usted eso, por favor.
- Metalingüística: Se da cuando hablamos del propio código. Se caracteriza por el
uso de la tercera persona, de las oraciones enunciativas y por ser denotativa
(significado). Ejemplo: La palabra “gato” es masculina-singular.
- Fática: Se centra en el canal. El mensaje tiene como finalidad verificar que la
comunicación está llegando correctamente o simplemente establecer contacto
entre emisor y receptor. Se caracteriza por el empleo de repeticiones, por la
interrogación retórica y por elementos vacíos de significado que solo pretenden
comprobar que el canal funciona. Ejemplo: ¿Aló?, ¿si?, ¿me escucha?
- Poética: Su foco es el mensaje en sí, no es tanto aquello que se dice sino cómo
se construye, la forma. Es la función predominante en la literatura. Se caracteriza por
el empleo de recursos literarios (metáfora, aliteración, hipérbole,...), por el uso
(opcional) de la rima y porque usa elementos connotativos (el significado no es
obvio). Ejemplo: ¿Qué es poesía? Dices mientras clavas/ tu pupila en mi pupila azul.
- Referencial: Se centra en el contexto. Es una función inherente a la
comunicación, en la que la importancia está fuera de ésta en la que se representa
objetivamente una realidad. Se caracteriza por el uso de la tercera persona y por el
tono enunciativo. Ejemplo: Hace frío

3.2. INADECUACIONES DEL MODELO TRADICIONAL

A pesar de esto, el sistema clásico, como se ha dicho anteriormente, tiene algunas


inadecuaciones.
Desde el punto de vista general, es inadecuado porque se concibió como modelo de
intercambio de información entre dispositivos mecánicos; por eso, aplicado a la
comunicación humana, resulta rígido y simplista ya que reduce a la comunicación a un
simple intercambio de señales y mensajes.

Por otra parte, hace predicciones incorrectas sobre el papel de cada elemento.

Dentro de este último punto se destaca:

- El papel del código es excesivo: No es suficiente conocer el código para que


exista comunicación. Muchas veces podemos hablar un idioma extranjero pero no
entender ciertas bromas porque son de carácter cultural. Igualmente, muchas veces
no es necesario tener un código común para que se produzca un acto comunicativo
exitoso; por ejemplo, si yo me estoy divorciando de alguien, le entrego un papel y
un esfero para que firme se está dando por sentado que le estoy pidiendo a alguien
que firme y no estoy emitiendo ninguna palabra ni estoy haciendo alusión a ningún
código lingüístico. De esta manera, lo que podemos deducir es que el código no
resulta ni necesario ni suficiente.
- La comunicación no se produce simplemente codificando y descodificando
mensajes, para una correcta interpretación es necesario tener en cuenta factores
extralingüísticos.
Por ejemplo, imagínense que yo le pregunto a alguien: “¿tiene hora?”. Como
emisor cuando planteo esta cuestión lo que pretendo es que el receptor me dé la
hora, no interesarme si esa persona tiene un reloj o no. Ahora, si la comunicación
fuera un simple acto de codificar y descodificar mensajes, el receptor simplemente
me respondería “sí, tengo hora” porque no está entendiendo la verdadera intención de
mi acto comunicativo.
Otro caso sería si alguien nos dice: “Le espero en el banco”. Para desambiguar y
saber de qué banco está hablando esa persona necesito información que está fuera del
código.
A la hora de comunicar y de interpretar lo que nos comunican tomamos decisiones
acerca de cuáles son las entidades a las que se refiere el mensaje, resolvemos casos
de ambigüedad, enriquecemos algunas formulaciones incompletas, avanzamos
hipótesis sobre las intenciones comunicativas del interlocutor y también sobre sus
actitudes ante el mensaje transmitido. Y a la hora de producir sucede lo mismo. Entonces
es al menos inadecuado reducir la comunicación a un proceso de codificación y
descodificación basado en el conocimiento de un código.

- El emisor y el receptor no son entes mecánicos que codifican y


descodifican mensajes automáticamente, sino personas con las que mantenemos
diferentes relaciones y que poseen un disímil nivel de conocimiento. Por ejemplo,
¿Hablarías igual a un niño de 3 años que a tu profesor de Derecho Internacional?
¿Hablarías igual a un amigo que a tu jefe o que a tu profesor?

- El lugar del contexto es muy secundario en el esquema básico y lo


equipara al resto de elementos. En todo acto comunicativo es importantísimo tener en
cuenta la situación, es decir, todas las circunstancias espaciales, temporales,
ambientales, ideológicas que rodean el proceso.

- No se tiene en cuenta la intención comunicativa. Solo hay comunicación


cuando hay intención comunicativa. Si yo digo “¿Puede pasarme la sal?” mi
auténtica intención es conseguir algo del receptor, que en este caso es que esa
persona me pase la sal.

- No solo transmitimos información, sino deseos, estados de ánimo,


órdenes, etc. Por eso en lugar de hablar de referente, es conveniente hablar
de representaciones o símbolos.

Vistas las inadecuaciones del sistema clásico parece necesaria una nueva definición de
comunicación. Aquí proponemos una:

- Comunicarse es tomar parte en una forma de comportamiento determinado por pautas


estables, por el que uno (o varios) individuos tratan de originar determinadas
representaciones en la mente del otro/-s, con la finalidad muchas veces de influir o de
conseguir algo de él/ellos.

- Comunicarse implica que la información no solo se transmite de Emisor a Receptor,


sino que ambos se relacionan, se establecen inferencias, etc. En definitiva, que cualquier
acto comunicativo o mensaje que emite un emisor está realizado de acuerdo a un
feedback que se espera por parte del receptor.

Como se ve en estas nuevas aportaciones al mundo de la comunicación dos de los factores


que tienen más importancia son el contexto, por un lado y la intencionalidad del emisor,
por otro. Hablaremos un poco de las clasificaciones de ambos.
3.2.1. CONTEXTO

Como se ha dicho anteriormente el contexto se entiende como las circunstancias que


rodean la situación comunicativa y que influyen en la transmisión del mensaje. Las
oraciones en sí mismas comportan un contenido semántico pero su significado e
interpretación adecuados no dependen sólo de ese contenido para ser interpretadas. Una
misma oración puede tener intenciones o interpretaciones diferentes en diferentes
contextos. De hecho, podemos hacer una diferenciación entre enunciado (acto locutivo)
y oración (forma gramatical que toma el acto locutivo). La referencia es un acto realizado
por un comunicante que envía un mensaje (ya sea hablado, escrito o mediante otros
códigos lingüísticos) para identificar algo. Para este fin utiliza determinadas expresiones.
Para cada palabra o para cada oración existe un “rango de referencia”; una misma palabra
puede referirse a numerosas entidades reales. Incluso podemos referirnos a cosas que no
sabemos cómo denominar e inventar un nombre o expresión para ellas. Sin embargo, la
inferencia es un acto que realiza el receptor del mensaje (oyente o lector) para interpretar
correctamente la referencia. Las palabras en sí no refieren si no que el que refiere es quien
las emplea, si las conoce o aprende. El éxito de cualquier acto de comunicación depende,
en gran medida, de la habilidad del oyente/lector de inferir lo que el hablante quiere decir.
Dentro del contexto tenemos que contar con varios tipos:

- Contexto lingüístico: son todas aquellas palabras que hemos emitido antes de
ejecutar un enunciado. Nos dan la clave acerca de lo que se ha estado hablando
antes y nos ayudan a decodificar el mensaje. Por ejemplo: “Pásamelo” no nos dice
nada per se, no sabemos a qué se refiere, pero el contexto lingüístico nos
proporciona la información de lo que se ha dicho anteriormente.

- Contexto sociocultural: Es el conjunto de datos procedentes de los


condicionamientos sociales y culturales que rodean el acto comunicativo; es
decir, el conjunto de conocimientos previos, ideas, creencias y valores que
comparten el emisor y el receptor de un mensaje. Los principales factores del contexto
sociocultural que ayudan a interpretar correctamente el enunciado son: la relación entre
los interlocutores, la existencia de conocimientos y creencias compartidos por los
interlocutores (no es igual hablar con un niño pequeño que con un adulto), la
relación entre los interlocutores de acuerdo a sus propiedades (físicas -edad, sexo-,
sociales -poder relativo, autoridad-, jerarquía y familiaridad).

- Contexto situacional o situación comunicativa: Tiene relación con las


circunstancias que influyen en la realidad o situacional en la que nos encontremos.
El hecho de estar enfermos o de que haya mucho ruido puede influir en el
entendimiento o desarrollo de un mensaje.

3.2.2. ACTOS DE HABLA

El efectuar un acto de habla, expresando una oración correcta gramaticalmente y con


sentido implica un compromiso con el entorno. El acto de habla consta de tres factores
elementales:

- Acto locutivo: es la idea o el concepto de la frase; es decir, aquello que se dice.


- Acto ilocutivo: es la intención o finalidad concreta del acto de habla.
- Acto perlocutivo: es el (o los) efecto(s) que el enunciado produce en el receptor
de una determinada circunstancia.

Una vez que entendemos que el acto comunicativo no solamente implica un proceso de
codificacion-descodificación si no que es algo más complejo, cobra importancia hablar
de cuáles son los actos de habla.

Como clasificación general los actos de habla pueden ser de dos tipos:
- Actos directos: son aquellos enunciados en los que el aspecto locutivo e ilocutivo
coinciden; es decir, se expresa directamente la intención. Ejemplo: invítame a
cenar.
- Actos indirectos: son aquellas frases en las que el aspecto locutivo e ilocutivo no
coinciden, por lo tanto la finalidad de la oración es distinta a lo que expresa
directamente. Ejemplo: ¿Tienes hora?

Además de esta primera clasificación, también podemos definir los actos de habla
realizativos, que son aquellos en que el emisor hace lo que está enunciando; es decir, el
mensaje es una acción en sí mismo.

Mire estos dos enunciados:

a) Puede que lo compre.


b) Te perdono.

En el primero se expresa una posibilidad, puede que ocurra o no; en cambio en b), tenemos
una oración en que el emisor realiza la acción de perdonar al pronunciar la oración. Este
tipo de acto de habla tiene ciertas características:

- Suele tratarse de oraciones en primera persona del singular


- Es habitual el uso del presente de indicativo (Te juro que no fui yo) aunque en algunos
casos podemos encontrar verbos en pasiva (Se declara culpable), impersonal con se (Se
requiere la presencia de sus padres); u oraciones con estar o quedar (Queda inaugurado
este hospital).
- Por último, el emisor, el receptor y el contexto han de ser los adecuados. Por ejemplo,
solo un juez o un tribunal pueden declarar culpable o inocente a alguien.

Según la clasificación de J.R. Searle los actos comunicativos se clasifican en:

- Expresivos: El emisor expresa un sentimiento, pensamiento o emoción. Son


actos como perdonar, disculparse, compadecerse, etc.
- Directivos: El emisor requiere que el receptor realice alguna acción concreta.
Son actos como ordenar, instar, rogar, pedir, etc.
- Compromisorios: El emisor se compromete a hacer algo. Son actos como
prometer, comprometerse, acordar, etc.
- Declarativos: Son los realizados por las instituciones y autoridades (como el
Juez, la Administración, etc.). Son actos como declarar, casar, certificar, absolver,
etc.
- Afirmativos: El emisor afirma algo con seguridad. Son actos como afirmar, jurar,
insistir, asegurar, etc.

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