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EL REINO DE DIOS. Las Leyes del Reino.

LUCAS 13:20

Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios?

El mensaje de Cristo, siempre estuvo acompañado de señales y prodigios propios del Reino de
Dios, algo que no se presenta en el reino del Mundo, porque sencillamente ambos reinos son
diferentes.

Por eso también, las enseñanzas de Jesús acerca del Reino de Dios, estaba repleta de
parábolas, porque no podía comparar en forma directa al Reino de Dios con nada establecido
por el Hombre, como forma de gobierno, tradición y costumbres, estructuras y sistemas
conocidos religiosos o lo referente a la economía y finanzas de los pueblos.

Más bien, Cristo siempre tuvo una palabra de advertencia para diferenciar el comportamiento
del Mundo, al Reino de Dios.

El Reino de Dios no tiene nada que ver con la manera de vestir, con la comida o la bebida, ni
con las apariencias externas.

Por supuesto y en esto hacemos énfasis, el Reino de Dios no cuenta con otro mesías, además
de Cristo, ni Él tiene un emisario personal en la Tierra.

Si así fuese, de seguro que Cristo nos hubiera prevenido y el Evangelio de Cristo hubiera sido
aceptado por todos, puesto que ya sería algo conocido.

Pero no es así, y quienes se empeñan en practicar un evangelio terrenal, no solo están lejos del
Reino de Dios, sino que se han convertido en enemigos de Dios por ser tropiezo para aquellos
que han escuchado el llamado y se han desviado, seducidos por la Religión.

DIOS ES AUTORIDAD, Y LA RELIGIÓN USURPA ESA AUTORIDAD

LUCAS 13:21

Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta
que todo hubo fermentado.

LUCAS 13:19
Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se
hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.

LUCAS 11:20

Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha
llegado a vosotros.

Todo el mensaje de Cristo fue declarado con coherencia, y todas las demostraciones del poder
sobrenatural del Reino de Dios estaban acorde con sus enseñanzas.

Así que si Jesús afirmó que si el Reino de Dios llegó a nosotros, es en nosotros donde primero
demos hallar el Reino de Dios, para entonces poder ver su manifestación fuera de nosotros, y
no es copiando y asimilando los modelos del Mundo que veremos alguna vez el Reino de Dios.

Las contradicciones que se creen ver en el Evangelio, siempre se producen por comparar el
mensaje de Cristo y de sus Apóstoles con la ley antigua o con la moral hebrea, asumiendo que
es el mismo Evangelio.

Afirmar que el Reino de Dios es como un grano de mostaza que luego crece, o como la
levadura que fermenta, seguramente no le decía mucho a quienes escuchaban esa
comparación, porque aún estaban inmersos en las cosas del Mundo, pero con la llegada a
nosotros del Espíritu Santo y las enseñanzas de los Apóstoles del verdadero Evangelio de
Cristo, podemos ver y entender lo que es el Reino de Dios.

Ese crecimiento a que se refiere Cristo del Reino de Dios es nuestra capacidad de asimilarlo, de
entenderlo y manifestarlo, puesto que el Reino como tal es ilimitado y no requiere de tiempo
para crecer porque ya es completo.

Lo que es verdaderamente importante resaltar, es que la comparación en ambas parábolas se


refiere a nosotros, tanto a hombres como a mujeres por igual. Lo que significa que el Reino de
Dios, se produce primero en nosotros.

Compara nuestra vida a un huerto al que hay que sembrar con la Palabra de Dios, para que se
establezca el Reino de Dios en nosotros y también compara nuestra vida a tres medida de
harina, haciendo mención a nuestro cuerpo, alma y espíritu, que forman el ser humano
completo, los cuales deben estar fermentados por igual medida con la Verdad de Dios.
El Reino de Dios es tanto un lugar donde algún día llegaremos, cuando nuestro llamado sea
cumplido acá en la Tierra, como también un estado de conciencia personal, santificado, alerta
y dispuesto a cumplir con el Plan de Dios.

Donde está Cristo o su Santo Espíritu, está el Reino de Dios, donde está Cristo está su mensaje
salvador presente.

Quien hace del mensaje de Cristo su propósito de vida, puede afirmar que el Reino de Dios
está entre nosotros, y crea un núcleo de vida propio y distintivo, donde todo gira alrededor de
Cristo y se va extendiendo hacia afuera en una espiral creciente y ascendente, extendiendo el
Reino de Dios en la Tierra.

Nuestro cuerpo físico fue formado del polvo de la Tierra, y es parte importante de nosotros,
pero no es el todo de nosotros, es el vehículo físico que usamos mediante los sentidos físicos
para movernos y relacionarnos con el Mundo.

Los sentidos físicos siempre van a inclinarse hacia las cosas del Mundo, y forman el punto focal
de la disciplina del Evangelio, para depurar y santificar los deseos de los cuales están llenos
nuestros sentidos físicos que nos atan al Mundo.

Nuestro cuerpo espiritual en cambio, fue creado a imagen y semejanza de Dios, es quien
siempre hace la Voluntad de Dios, y es completo en sí mismo, y es la morada permanente del
Espíritu Santo, siempre y cuando sea el cuerpo espiritual el que controla nuestra vida,
controlando y santificando nuestros deseos físicos también.

El cuerpo físico habita en el mundo físico, el cuerpo espiritual habita en el Reino espiritual de
Dios, pero totalmente desconectado de la persona.

Por la autoridad investida en nosotros por Jesucristo, el Espíritu Santo puede en nosotros
establecer el Reino de Dios.

Cada vez que la Palabra de Dios se hace carne en nosotros, el espíritu que somos creados por
Dios, toma control de nuestra vida, dando cabida al Espíritu Santo, quien dice al Señor, venga a
nosotros tu Reino.

ROMANOS 8:29-30

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a
la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a
los que justificó, a éstos también glorificó.

EFESIOS 1:5
en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad,

EFESIOS 1:11

En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que
hace todas las cosas según el designio de su voluntad,

Aquí presentamos algunos de los pasajes preferidos de todos los jerarcas religiosos, los que
esgrimen presuntuosamente para asegurarse un sitio privilegiado entre el pueblo de Dios.

Mediante estos y algunos pasajes más, siempre sacados fuera de contexto, pueden auto
justificarse como casta privilegiada, como los predestinados para salvación, para así poder
mantener toda una hegemonía de poder y autoridad sobre una manada de corderitos sumisos
y llenos de doctrina interpretada por ellos mismos para su conveniencia.

En ninguna parte del Evangelio dice o se asegura que algún creyente está predestinado para
Salvación pero así es interpretado y enseñado.

En ninguna parte del Evangelio dice que los predestinados y los escogidos son sinónimos, pero
así es interpretado y enseñado para legitimar la sumisión incondicional de la congregación
hacia sus líderes religiosos quienes mantienen la tradición de su doctrina como verdad.

La verdad, es que fuimos predestinados desde antes de la fundación del Mundo para la
OBEDIENCIA del mensaje que Dios tenía estipulado por medio de Cristo para Salvación de
TODO AQUEL que se apega a este Plan de Salvación.

Y si estudiamos el contexto general donde se encuentran todos los pasajes que afirman la
predestinación, podemos sacar la conclusión sin lugar a dudas que Dios no es caprichoso, que
Cristo es coherente en todo su mensaje, de que estamos predestinados a obedecer y
dependiendo de esa Obediencia, alcanzamos la Salvación.

Podemos afirmar con toda seguridad que lo único que Jesús mandó a sus seguidores a
obedecer, sin que Él lo tuviese que cumplir primero, fue el arrepentimiento, pues él no tuvo la
necesidad ya que no pecó en nada, y si fuese necesario, Él sería el primero en arrepentirse.

Pero en todo lo demás, y especialmente en lo referente a la predestinación, como hombre que


fue, también Él fue predestinado por Dios a la obediencia hasta la muerte, y por la OBEDIENCIA
perfecta de Cristo a la Voluntad de Dios y solo por esa Obediencia, es que fue posible para
nosotros alcanzar la reconciliación con Dios, en Jesucristo.
HEBREOS 5:8-9

Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;

y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le
obedecen;

La Salvación es para los que obedecen, punto, no hay excepción a la regla, ni siquiera Jesús fue
excepción, y menos unos cuantos intérpretes del Evangelio.

1 PEDRO 1:2

elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser
rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

Este pasaje muestra con claridad para que fuimos elegidos, fuimos elegidos por Dios para
obedecer su Voluntad, siendo purificados por la Sangre de Cristo, es decir, para reconocer que
el sacrificio de Cristo fue para justificar nuestra vida previa de desobediencia y rebelión contra
Dios.

Los que obedecen, los que guardan la Palabra, son los que aman a Dios, los que permanecen
fieles en todo momento de su vida al Evangelio.

Esos son, los que son elegidos por Dios para cumplir una misión especial dentro del Plan
general de Dios, no al contrario.

Por Dios, Adán fue predestinado para vivir en el paraíso, Moisés fue predestinado para vivir en
la Tierra prometida, Salomón fue predestinado para mantener un reino unido, todo el pueblo
de Israel fue predestinado para cumplir el Plan de Salvación de Dios, Judas fue predestinado
para reinar con Jesús y muchos otros que también fueron predestinados por Dios desde antes
de la fundación del Mundo para cumplir un gran destino, pero fallaron en obedecer y no solo
no fueron escogidos, sino que fueros desechados.

Tú y yo fuimos predestinados por Dios para ser de los escogidos, y solo la desobediencia nos
separa de ese destino.
Aquellos que creen que son los escogidos, solo porque están predestinados por Dios y no
obedecen, y no le dan importancia a las advertencias de Cristo, y creen tener patente para
pecar, porque creen que de igual manera son salvos, por estar creyendo en doctrinas de
hombres, porque creen que las advertencias solo sirven para los que no están predestinados a
la Salvación de acuerdo a su doctrina, podemos asegurar que están corriendo más peligro que
aquellos pecadores que no conocen el Evangelio, pero a los que solo hace falta hablarles de
Cristo para que crean.

Cada vez que el Evangelio habla de los predestinados, habla seguidamente de un “para que”,
de un propósito que cumplir, de una condición que llenar, y todo esto se traduce en la
obediencia del creyente, en el sacrificio y la entrega del que ama a Dios.

Los que son escogidos por Dios, son vapuleados, probados, zarandeados, exprimidos hasta la
última gota de rebelión y luego de esto, vueltos a probar, y la idea superficial y vana de una
predestinación solo porque a Dios le dio la gana, no solo que es contradictoria con el mensaje
íntegro de Cristo, sino ofensivo al buen criterio de sus seguidores.

Si así fuese, unos estarían predestinados a la Salvación de antemano, entonces para que
esforzarse, otros estarían predestinados a la perdición de antemano, entonces para que
esforzarse, solo quedaría como premio de consolación seguir a los jerarcas religiosos de todas
las denominaciones para ver que bendición se consigue.

Esta particular doctrina de predestinación es tan peligrosa y engañosa como las doctrinas de la
prosperidad.

Cualquier otra justificación de esta falsa doctrina de la predestinación, también es falsa.

Si tuviésemos la necesidad de proclamar una doctrina de la predestinación, estos serían los


postulados;

1.- Estamos predestinados a la obediencia de la Voluntad de Dios.

2.- Muchos son los predestinados, pocos son los escogidos.

3.- Los escogidos son los que creen y obedecen hasta el final.

4.- los escogidos están predestinados a la Salvación, por su Obediencia.

5.- Los que no creen están predestinados a la condenación.

6.- Los que creen pero no obedecen están predestinados a la condenación.

7.- No hace falta ninguna doctrina especial de predestinación, pues todo está bien establecido
y especificado en el Evangelio del Reino de Dios.

El Reino de Dios es el gobierno de Dios en los Cielos con sus leyes.

El Evangelio es el mensaje de Cristo de cómo aplicar esas leyes en la Tierra, para que se
manifieste el Reino de Dios primero en nosotros, y luego en nuestro entorno y después en
todo el Mundo.
Debemos entender que para aplicar acertadamente las leyes del Reino, primero debemos
aceptar a Cristo como Rey de ese Reino y aceptarlo como Señor y Rey de nuestra vida.

Las leyes del Reino Dios son principios espirituales universales, que si los aplicamos
correctamente, podríamos no solo ver el Reino de Dios, sino establecerlo en nuestro Mundo,
logrando en primer lugar ser adoptados como Hijos de Dios, es decir, que aunque terrenales o
con tendencias carnales, aun así cumpliendo con la Voluntad de Dios, de esa manera recibimos
la cobertura de Dios, y la protección contra el Reino del pecado.

Cuando este Hijo adoptado de Dios cumple con los requisitos que exige Dios, obedeciendo las
leyes de Reino, se produce en él, el Nuevo Nacimiento y así llega a ser Hijo de Dios legítimo,
nacido de Dios, investido por el Espíritu Santo como Rey y Sacerdote.

Por eso Jesucristo es llamado Rey de Reyes, porque sus súbditos y seguidores en la Tierra son
Reyes, y es reconocido como Sumo Sacerdote, porque sus súbditos y seguidores son
sacerdotes de su Reino.

Esta potestad investida por Jesucristo al creyente, de rey y sacerdote le permite ejercer la
autoridad del Reino, para dar testimonio de Cristo, para sanar y liberar y echar fuera demonios
que atormentan y representan los verdaderos enemigos del Hombre.

El Evangelio es el estudio de las leyes del Reino, son leyes espirituales, no naturales, por eso el
Hombre no las puede reproducir en laboratorios, ni se producen los resultados en el tiempo
estipulado por el Hombre, sino en el Tiempo estipulado por Dios.

Pero son leyes exactas, con sus principios, resultados, y consecuencias, más allá de la
comprensión humana, de la ilusión o sugestión mental.

El Hijo de Dios, toma control mediante estas leyes, de su propia vida, para no depender más
del Mundo, del azar, de las circunstancias, de nada, ni de nadie.

La primera ley espiritual que estudiamos, y aplicamos es,

La ley de siembra y cosecha.

GÁLATAS 6:7-9

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso
también segará.

Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para
el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

SEMBRAR EN LA CARNE es, todo pensamiento, todo sentimiento y toda acción realizada con la
intención de satisfacer o gratificar al individuo o al grupo, independientemente de la Voluntad
de Dios.

SEMBRAR EN EL ESPÍRITU es, todo pensamiento, todo sentimiento y toda acción guiado por y
para el Espíritu, con la intención de hacer la Voluntad de Dios y glorificar el nombre de
Jesucristo.

SEMBRAR EN EL ESPÍRITU es, forjar en nuestra vida el carácter que Jesús ejemplificó con su
vida y sus enseñanzas. Dios busca en sus Hijos, no tanto capacidades y talentos, sino la actitud
apropiada de humildad y obediencia para servir a los propósitos del Reino, ya que los dones y
los talentos los proporciona Dios.

Por lo tanto sembrar en el Espíritu es despojarse de toda altivez y de toda conducta que
entorpezca la labor del Espíritu para cultivar el carácter que produzca el Fruto del Espíritu que
se describe en el Evangelio.

SEMBRAR EN EL ESPÍRITU es, sembrar la Palabra enseñando los mismos principios espirituales
del Evangelio puro y sin mezclas.

Dar testimonio de lo que Dios ha hecho en nuestra vida.

Meditar en la Palabra de Dios, observando la transformación que ella opera en nosotros y


reflejar coherentemente con nuestro ejemplo, esa transformación.

Es predicar el Evangelio y proclamar con entusiasmo nuestra Fe.

SEMBRAR EN EL ESPÍRITU es, sembrar en el Reino y para expandir el Reino, con el fruto de
nuestro esfuerzo.

Es dar para la Iglesia de Dios, con gratitud y alegría los recursos monetarios y materiales de
acuerdo con lo que Dios nos haya prosperado.

SEMBRAR EN EL ESPÍRITU es, sembrar en la unidad, realizando lo que esté a nuestro alcance y
de acuerdo a nuestras capacidades para unificar el Cuerpo de Cristo, superando las diferencias
y haciendo énfasis en lo que nos une, y nos identifica.

SEMBRAR EN EL ESPÍRITU es, sembrar en la Libertad del Evangelio, promoviendo en donde


Dios nos lo permita, la fe en Cristo, derribando todos los argumentos en contra del Evangelio.

Es fomentar todo lo que edifica, lo que fortalece, lo que clarifica y simplifica el Mensaje de
Cristo.
La segunda Ley espiritual que estudiamos y practicamos es,

La Ley de Prosperidad

3 JUAN 2

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como
prospera tu alma.

Todo el Evangelio es una enseñanza de prosperidad, aplicar correctamente los principios


espirituales por los que se rigen en el Reino de Dios, conducen necesariamente a resultados de
abundancia de todo bien.

Establecer el Reino de Dios en la Tierra es medrar en todos los niveles.

Todos los resultados de aplicar las leyes espirituales por Cristo, condujeron a manifestar la
abundancia, exageradas de acuerdo a los cánones del Mundo, pero que para el Reino de Dios,
mucho es normal.

En un Evangelio materialista y distorsionado, lo primero que resalta es lo material, lo primero


que se enseña es lo material y en muchos casos, es lo único que se enseña y lo único que
realmente importa, y es lo esencial para poder mantener la atención en lo material y poder
enseñar que la prosperidad material, y el dinero es lo que cuenta como bendición de Dios.

Siempre está de primero lo material, de segundo la salud, y de tercero, así como algo opcional
está el prosperar el alma del creyente.

Pero el Evangelio de Dios no se equivoca, y pone muchas veces en evidencia el peligro de Amar
al Dinero, que los mentirosos niegan descaradamente diciendo que es Amor a Dios y que Dios
los bendice con mucho dinero, manipulando la Palabra en forma grotesca para el lucro
indecente de unos cuantos jerarcas de la prosperidad. La Prosperidad en todas las cosas, y la
salud física, emocional y mental, proviene y es consecuencia directa y proporcional de la
Prosperidad del Alma.

Este versículo que se toma como principio de Prosperidad, tiene una condición que es la que
nunca enseñan los teólogos de la Prosperidad, la cual establece que la medida de Prosperidad
viene sustentada en la Prosperidad espiritual, porque así se garantiza que toda Prosperidad
será de bendición para toda vida, y no solamente para el deleite egoísta y que la sanidad que
resulta, será para garantizar una labor de utilidad para el Reino de Dios.
“así como” determina que nada se escapa del control de Dios, y que es la medida por el que, el
Espíritu Santo determina hasta donde puede llenar de bendiciones y hasta donde ese hombre
o esa mujer bendecida pueda administrar eficazmente sin desperdiciar y sin corromper lo que
proviene de Dios.

PROVERBIOS 10:22

La bendición de Jehová es la que enriquece,

Y no añade tristeza con ella.

La tercera ley que estudiamos y practicamos es la ley que está por encima de todas,

La Ley de la Misericordia

MATEO 5: 44-45

Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los
que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y
buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

La ley superior de Dios en la Tierra, es la ley espiritual del Amor, de donde se desprende la ley
espiritual de la Misericordia.

Solo por la Misericordia de Dios, es posible la restauración del Hombre como Hijo de Dios.

Solo por la Misericordia de Dios, es posible la restauración de la Tierra a su condición original


de Paraíso.

Los Hijos de Dios deben ejercer la Misericordia al igual que el Padre.

Misericordia es ver el diseño original de Dios, a través de las apariencias.

Es mirar Sanidad, donde hay enfermedad.

Es mirar Abundancia donde hay escasez.


Es mirar Amor donde hay odio, miedo, y duda.

Es mirar a Cristo, en todo momento y en todo lugar.

Es perdonar y devolver con el bien, el mal recibido.

Sin llenar nuestro corazón del Amor que viene de Dios, es imposible practicar la Misericordia,
es imposible practicar la Justicia, liberar al cautivo, sanar y en general es imposible cumplir con
la Voluntad de Dios.

La Libertad que gozamos de Cristo, solo es posible por la Misericordia de Dios, y sin esa
Libertad es imposible dar Libertad al cautivo del mal.

Practicando la Misericordia, obtenemos más Misericordia de Dios.

Dios no espera por la perfección de sus Hijos, Él actúa por Misericordia a través de nuestras
fallas, debilidades y errores, para restaurar la Tierra y constituir su Reino, y es mediante la
Misericordia de Dios que sus Hijos pueden superar sus fallas y lograr la Victoria definitiva en el
cumplimiento del Propósito de Dios.

EFESIOS 2:4-5

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos),

1 JUAN 4:7-8

Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido
de Dios, y conoce a Dios.

El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

MATEO 5:7

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.


El Evangelio, el Mensaje de Salvación que trajo Cristo para recuperar para Dios lo que se había
perdido por la rebelión de Hombre, es el estudio de leyes espirituales universales que sirven al
Hombre poder ver cómo ve Dios, poder pensar y actuar como Dios piensa y actúa.

Esa es la manera como el Hombre sale del fango, va escalando niveles santos de conciencia y
va produciendo resultados de acuerdo al nivel alcanzado.

De estas leyes se desprenden todos los principios espirituales que estudiamos y practicamos
para producir la Santidad que exige nuestro Padre a todos sus Hijos.

Estos principios están expuestos en toda la Biblia, pero es en el Evangelio de Cristo donde se
ven con más claridad.

Estos principios espirituales que ponen en movimiento las leyes del Reino, las cuales actúan
para nuestro bien, no pueden ser entorpecidos por nada ni nadie, y van a producir no siempre
lo que nos gusta, pero siempre producirán lo que nos conviene.

Debemos tener presente que en la Biblia se estudia la Ley de Dios, la cual muchos tratan de
aplicar sin lograr el resultado de Santidad que se espera, por cuanto algunos no han entendido
los Tiempos de Dios, de donde el Tiempo de Gracia, en el cual estamos, su Ley antigua ha
evolucionado a un nivel de Santidad superior, ahora ejercido por Cristo como único Rey.

La Ley es Cristo y su Mensaje es Ley para nosotros.

Ni la cultura Hebrea, ni el judaísmo es Ley para nosotros.

Estudiamos la historia bíblica para sacar y practicar de ahí, los principios espirituales que son
eternos, pero no su cultura, su moral, ni sus leyes humanas, que no producen la Santidad que
Dios espera de nosotros.

Toda la Ley de Cristo está diseñada para acabar definitivamente con el egoísmo del Hombre,
que es en definitiva la causa de su caída y el motivo de su perdición, y es el distintivo
inequívoco de toda doctrina falsa.

Por eso cuando practicamos las leyes del Reino, la disciplina se centra en uno mismo, y el
beneficio en los demás.

Esa es la actitud correcta.

GÁLATAS 6:2

Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
EL REINO DE DIOS. Los principios del Reino.

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Sábado

Mar 2016

Posted by josepineda13 in Sin categoría ≈ Deja un comentario

SALMOS 127:1

Si Jehová no edificare la casa,

En vano trabajan los que la edifican;

Si Jehová no guardare la ciudad,

En vano vela la guardia.

Basados en los fundamentos del Evangelio establecidos por Cristo y los Apóstoles, podemos
identificar Siete principios básicos, de los que se desprenden los demás principios espirituales
que conforman el Evangelio de Cristo.

Estos principios conforman el esqueleto del Cuerpo de Cristo, y son los baluartes para edificar
y proteger la casa que Dios desea ver edificada en nosotros.

Son Fundamentos universales de cualquier cristiano, independientemente de la denominación


a la que pertenezca, por los cuales todo creyente que ha hecho un voto serio de compromiso
con nuestro Señor Jesucristo, ha determinado seguir fielmente, enseñar y establecer como un
modelo de vida permanente.

La Iglesia de Cristo, más que una denominación doctrinal, debe identificarse a un sentido
práctico en nuestro diario vivir, como consecuencia de aplicar la Verdad expresada en el
Evangelio, midiendo resultados, realizando los ajustes y cambios necesarios y experimentando
la transformación como seres creados por Dios, en los Testigos vivenciales del Poder de Dios
en nuestra vida y mundo.

1. AUTORIDAD

2. COMUNIÓN

3. SANTIDAD

4. GRACIA
5. DISCIPLINA

6. DEVOCIONAL

7. EVANGELIZACIÓN

1. PRINCIPIO DE AUTORIDAD. La única autoridad reconocida es Dios.

JUAN 18: 10-11

Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte,
y que tengo autoridad para soltarte?

Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por
tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

Cristo es claro y tajante en sus declaraciones, no solo la autoridad en el pueblo de Dios es


delegada por Dios, sino que toda autoridad que alguien ejerce, aun aquella que es usurpada es
permitida y está bajo el control de Dios para sus propósitos y nada escapa de su ley.

HECHOS 5:29

Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los
hombres.

De igual manera los Apóstoles estaban bien claro en este principio, los cuales se sometían de
buen gusto ante la autoridad terrenal, siempre y cuando esto no quebrante los principios
espirituales que mantienen la comunión de Dios con sus Hijos.

Los Apóstoles no negaron la autoridad terrenal, pero si enfatizaron sus prioridades y entre un
mandamiento de Dios y uno diferente del Hombre, por mucha jerarquía que este ostente,
siempre la obediencia recaerá en Dios.

EFESIOS 1:17
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y
de revelación en el conocimiento de él,

Toda comunidad cristiana genuina testifica que Dios es la única autoridad práctica y de fe para
la Iglesia, por medio de la Palabra expresada en la Biblia, y de Jesucristo a través de la
revelación en el conocimiento de Él, por medio del Espíritu Santo.

2. PRINCIPIO DE COMUNIÓN. El Evangelio es comunión con Dios y con los hombres.

1 JUAN 1: 3

lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión
con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.

1 JUAN 1: 7

pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de
Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

EL Evangelio es el vínculo entre el Hombre y Dios, pero no se puede estar en comunión con
Dios estando separado y mientras estemos en el Mundo, del Hombre.

De la manera como nos relacionamos entre los Hombres, es lo que revela como estamos
relacionados con Dios.

La relación a través del mensaje del Evangelio es comunión, y esa comunión se manifiesta solo
en la Luz.

La luz de Cristo significa que no existe nada oculto entre los cristianos, que confesamos
nuestros pecados para limpiarnos mediante la Sangre de Cristo, mediante nuestro
reconocimiento de que fue su sacrificio lo que hizo posible nuestra redención.

La comunión significa que estamos unidos en una causa común que trasciende nuestra causa
personal, la cual es establecer el Reino de Dios en la Tierra, aplicando sus leyes y principios.

1 JUAN 2:9
El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.

El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.

3. PRINCIPIO DE SANTIDAD. Proceso para alcanzar la perfección.

MATEO 5:48

Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

1 PEDRO 1:14-16

como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra
ignorancia;

sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera
de vivir;

porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.

Cumplir con el principio de perfección y santidad que Dios demanda en cada Hijo, no tiene que
ver con la infalibilidad o lo extraordinario y extravagante de la santurrería de la cual están
llenos los mitos religiosos.

Tener un corazón conforme al corazón de Dios, practicar la Santidad y la Justicia, en cambio, si


está lleno de la sencillez, de la simpleza en el diario vivir, en la claridad de propósito, en la
humildad y en la determinación inequívoca de hacer la Voluntad de Dios.

La Autoridad plena de Dios, está delegada completamente en Cristo, el cual nos dejó un
Consolador igual que Él, quien nos conduce, quien nos revela la Voluntad de Dios.

Es el Espíritu Santo, y todo lo que hace, todo lo que habla, todo lo que revela es santo, y todo
aquel que es conducido por el Espíritu Santo, también es santo, sin importar que por sus
limitaciones pueda fallar en cumplir cabalmente.

Lo que define la Santidad de Dios es la intencionalidad, es la pureza de corazón, o sea, el de


buscar con todas sus fuerzas, su mente y su corazón cumplir la Voluntad de Dios, y el alcance,
la belleza y la utilidad del esfuerzo crecerá en la medida que se mantenga aquel hacedor
diligente de la Palabra, con fidelidad dentro de la Santidad de Dios.

La intención define la Santidad, la Perfección la define el servicio.

Dios nos manda ayudarnos en todo lo bueno.

Podemos brindar ayuda de múltiples formas, especialmente en la divulgación y conocimiento


bíblico, mediante enseñar a leer y a escribir, mediante la protección de las personas, mediante
el trabajo, estudio y desarrollo de la ciencia, la pedagogía, el comercio, la industria, el deporte
o cualquier área de utilidad y recreación.

Lo importante es que cualquier actividad sea de forma desinteresada, para ayudar a los demás,
y sobre todo para glorificar al Señor Jesucristo.

Esto no implica necesariamente trabajo gratuito, esto sería absurdo, pero para aquellos que se
les brinda ayuda como regalo, deben pensar en regalar también algo a cambio.

Santidad es desprenderse y renunciar a todo lo que en nosotros estorba para cumplir con la
Voluntad de Dios.

Todo hábito, todo argumento contrario, toda inmundicia que contamina nuestro corazón, toda
duda y todo miedo, debe necesariamente salir de nuestra vida, sin peros, sin excusas, sin
condición.

Todo aquel que piensa que así nació, que así lo hizo Dios, para esconderse en sus fallas, que
puede hacer con su vida como le plazca porque tiene libre albedrío, o simplemente porque
cree que no puede cambiar, está fuera de la Santidad de Dios y así hable en lenguas, dicte
versículos y tenga una biblia bajo el brazo, está fuera de la Santidad de Dios y por tanto del
Reino de Dios.

4. PRINCIPIO DE GRACIA. LA Salvación es por la Gracia de Dios.

La Salvación es la Liberación espiritual y eterna, de la Ira de Dios, concedida por Dios a todos
aquellos que aceptan y cumplen sus condiciones de Arrepentimiento, Santidad y Fe en Cristo,
por quien únicamente la podemos alcanzar.

Esta Salvación solo es posible por la Gracia de Dios.

Podemos ver la Gracia de Dios como un Tiempo especial, y como la mejor oportunidad en la
cual podemos alcanzar esa Promesa de Dios de Salvación.

La Gracia de Dios hace posible que su Misericordia toque el corazón del Hombre para
arrepentimiento de sus maldades, y que todo aquel que se acerque a Dios, Dios se acercará a
él.
ROMANOS 3:23-24

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

La Gracia de Dios es una flexibilización de su Ley.

La Ley de Dios, es que estábamos todos destituidos de su Gloria.

Pero Dios tenía estipulado este Tiempo mediante el cual envió a su Hijo Jesús a cancelar la
deuda del Hombre y pasar por alto su transgresión, dando la oportunidad de alcanzar la
Santidad mediante Cristo y su Santo Espíritu.

Este Tiempo de Gracia no es eterno, la Palabra advierte que busquemos de Dios mientras
pueda ser hallado, es decir, mientras dure este Tiempo de Gracia.

Su período de duración solo lo conoce Dios, pero sabemos que terminará cuando el Señor
Jesucristo regrese a buscar su Iglesia, y solo quedará el Tiempo de tribulación, el Tiempo de
retribución, donde no se le permitirá al impío arrepentirse, sino que dice la Palabra que
continúe siendo impío.

Es de hacer notar que estamos viviendo el comienzo de dolores, la tribulación de la humanidad


producto de la limpieza terrenal que realiza Dios en el final de tiempos, pero aún podemos
alcanzar Misericordia y el Hombre puede alcanzar la Gracia de Dios, mediante una actitud
sincera de arrepentimiento y convertimiento de sus maldades y seguir a Cristo.

La Gracia de Dios, permitió el mensaje de Salvación.

La Gracia de Dios, es el período de aceptación, estudio y práctica de ese mensaje.

Cuando acabe ese período, solo quedará presentarse ante el Maestro para que evalúe su
aprendizaje a través del ejemplo de vida.

5. PRINCIPIO DE DISCIPLINA. Obediencia y educación.

HEBREOS 12:11

Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero
después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Cuando el pecador cansado por la carga que debe soportar a causa de transgredir
continuamente la Ley de Dios, reconoce su incapacidad para zafarse de las consecuencias
dolorosas del pecado, admite su debilidad, limitación e ignorancia en hallar el descanso que su
alma anhela y reclama.

Así llega el arrepentimiento y la conversión de sus maldades en la aceptación de Jesucristo


como Señor de su vida y convierte así la carga y yugo del pecado en la carga y yugo de su Señor
Jesucristo.

Este pecador ahora convertido en creyente, comienza una total transformación en todos los
aspectos de su vida, para buscar, entender y poner en práctica más y más de la Sabiduría de
Dios.

Esta transformación solo es posible disciplinando su vida.

MATEO 28:19

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y
del Hijo, y del Espíritu Santo;

El mandato de Cristo es hacer discípulos, no adoctrinar creyentes en una denominación


particular y sectaria de aplicar el Evangelio.

Un discípulo de Cristo es un creyente disciplinado en el uso y práctica de los principios del


Evangelio, tal como lo transmitió Jesucristo.

El primer paso en la disciplina es la Obediencia, es por eso que lo primero que hace un
seguidor de Cristo es bautizarse en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y toda
interpretación doctrinal que quiera desviar este concepto solo es un tropiezo para aquel que
desea hacer la Voluntad de Dios.

Un discipulado no es un curso teológico, puesto que la disciplina del creyente no culmina, eso
solo es adoctrinamiento, y es contrario a lo que mandó Jesucristo.

HEBREOS 12:2

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de
él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Cuando el creyente compara la insatisfacción de su vida en contraposición a una vida plena en
Cristo, se da cuenta que necesita disciplinar una mente caótica y un corazón disperso para
focalizar su atención en Cristo.

Es a través de la auto disciplina que el creyente se transforma en discípulo de Cristo, y es


siempre recomendable la supervisión de discípulos probos.

Sin Disciplina no hay compromiso, y el Espíritu Santo no puede guiar un creyente


indisciplinado.

Cuando la Disciplina se incorpora correctamente, deja de ser considerada un castigo, o una


carga y pasa a ser una fuerza activa muy apreciada y confiable para alcanzar las bendiciones
del Cielo y para llegar a otras vidas, ensanchando el Reino de Dios en la Tierra.

6. PRINCIPIO DE DEVOCIÓN. El tiempo consagrado a Dios.

SALMOS 29:2

Dad a Jehová la gloria debida a su nombre;

Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad.

El tiempo es de Dios. Vivimos en y a través de Dios las 24 horas del día.

Pero ahora, el discípulo aparta un Tiempo consagrado a Dios.

Tiempo de calidad, tiempo para conocerle, en su nuevo estilo de vida.

El discípulo da énfasis y vital importancia al tiempo que dedica exclusivamente a alabar y a


glorificar a Dios.

La oración personal y privada con Dios, la meditación de su Palabra, del Reino en el Cielo, de su
Obra en la Tierra, de su Bondad y de su Justicia, le permite hacer comunión con Dios.

MATEO 6:6

Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en
secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
A solas con el Padre Celestial, sin interrupciones, fuera de cualquier otra ocupación.

Es el encuentro con el Creador.

Es sentir sus caricias.

Es discernir con el entendimiento y con el corazón, la belleza, la bondad, y la dulzura de su


Santidad, Grandeza y Majestad.

Es nutrir cada célula de nuestro Ser, con la realidad viviente de su Luz envolviéndonos en su
cálido Amor.

La claridad de pensamientos, la determinación intuitiva sin esfuerzo, sin carga, la disipación de


las dudas y temores, confirman que toda esta energía no es ilusión, no es algo subjetivo, que la
comunión con Dios mediante la consagración de nuestro tiempo para recibir de Él, las
directrices del día a día, es algo maravillosamente práctico y efectivo para nuestro
desenvolvimiento y cumplimiento de nuestro deber.

La disipación del entusiasmo por las cosas de Dios, es producto de no invertir el suficiente
tiempo para apartarnos del Mundo y sumergirnos en el Río de su Amor, Misericordia y Perdón.

2 CORINTIOS 6:2

Porque dice:

En tiempo aceptable te he oído,

Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día
de salvación.

7. PRINCIPIO DE EVANGELIZACIÓN. Reflejar a Dios a través de nuestra vida.

La Evangelización es una combinación de Disciplina y actividad que brota de un corazón


evangelizador, de quien ama llevar el mensaje de Salvación de Cristo.

De quien se goza en la presencia del Señor.

De alguien que con su entusiasmo, arrastra a otros hacia dentro del Evangelio, y con su
entrega transforma su mundo por ofrecer voluntariamente a Jesucristo su vida, su mente y su
corazón.

El discípulo recibe el bautizo del Espíritu Santo, quien lo capacita para llevar a cabo, todo
aquello para lo cual ha sido llamado.
El Espíritu Santo nos da Poder para ser lo que debemos ser.

Para hacer lo que debemos hacer.

Para sufrir lo que debemos sufrir.

Para ser vencedores.

Pero sobre todo, nos da poder para dar testimonio acerca de Jesucristo.

Tenemos una invitación personal de parte de Cristo a testificar de una vida plena en el Espíritu
Santo.

HECHOS 1:8

pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Testificamos de Cristo, primeramente en JERUSALEN, que es nuestro hogar.

Nuestra vida debe reflejar, primero a nuestros padres, hijos, y hermanos, a nuestra familia
sanguínea lo que es la vida de Cristo a través de nosotros.

Posteriormente testificamos en TODA JUDEA, en la cual está incluido el resto de nuestra


parentela, seres queridos, amigos y conocidos y todas aquellas personas que se identifican con
nosotros.

Seguimos testificando de Cristo en SAMARIA, que incluye todas aquellas personas que nos
adversan, de opiniones contrarias, doctrinas diferentes, criterios opuestos, enemigos.

Igualmente debemos seguir fieles a nuestro testimonio en Cristo a los que están en LO ÚLTIMO
DE LA TIERRA, lo cual se refiere, no necesariamente a lejanía física o geográfica, sino más bien
a lejanía espiritual, y tales personas pueden estar cerca de nosotros o conviviendo con
nosotros, pero que por ignorancia pueden estar envueltas en hechicería, ocultismo, o
depravaciones que desprecian todo lo sagrado o lo referente a Cristo, o aquellas, víctimas del
mal testimonio religioso que ya no quieren saber nada del Evangelio.

La evangelización es fundamental para la Iglesia de Cristo.

Es auspiciar una presencia cristiana en el núcleo familiar y desde allí contagiar al Mundo.

También vemos nuestra comunidad como una familia en la cual sembrar la Palabra de Dios,
pero sin saturar al nuevo creyente con doctrinas, sino más bien impulsar la oración, poniendo
en práctica los principios cristianos, testificando lo que Dios hace y ha hecho en nuestras vidas,
afinando así la sensibilidad a los impulsos del Espíritu Santo.
HECHOS 2:47

alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los
que habían de ser salvos.

Estudio Biblico: “12 Principios de la Ley del Reino de Dios” Por Pastora Liliana Spetrilli

POSTED ON 12/09/2014 ACTUALIZADO ENN 12/09/2014

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ESTUDIO SOBRE LOS DOCE PRINCIPIOS DE LA LEY DEL REINO DE DIOS

1 – LEY DE RECONOCIMIENTO. Lo que no somos capaces de reconocer lo perdemos. (2 Reyes


13:18-19) “Y le volvió a decir: Toma las saetas y luego que el rey de Israel las hubo tomado
dijo: Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces y se detuvo. 19. Entonces el varón e Dios,
enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar
ninguno; pero ahora solo tres veces derrotarás a Siria”. Reconoce por fe que lo que dice la
Palabra de Dios que debas hacer y no lo hagas lo perderás.

2 – LEY DE RESTITUCION. Devolución de lo que se había perdido. (2 Reyes 8:6) “Y preguntando


el rey a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual dijo: Hazle
devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó
el país hasta ahora.” Dios premió a la Sunamita por su fe y fidelidad. Creyó contra esperanza
de que la promesa de Eliseo que era un tipo de Cristo de aquella época, no podía fallar, si le
había prometido un hijo, este no podía haber muerto y así fue que Eliseo lo resucitó. (2 Reyes
4:35-38) (Joel 2:25) Promesa de restitución.

3 – LEY DE LA SIEMBRA Y LA COSECHA (Génesis 26:12) “Y sembró Isaac su semilla en aquella


tierra y cosechó a ciento por uno”.( Gálatas 6:8 )“ Porque el que siembra para su carne de la
carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará para vida
eterna.” ¿De qué manera estás sembrando, para multiplicación en buena tierra, o para
vanidad y soberbia? El versículo 7 dice: •No os engañéis; Dios no puede ser burlado; pues todo
lo que el hombre siembra eso cosechará.”

4 – LEY DE LA DECLARACION (2 Corintios 4:13) “Pero teniendo el mismo espíritu de fe,


conforme a lo que está escrito; Por lo cual hablé nosotros también creemos, por lo cual
también hablamos.” Tu palabra tiene poder, por lo que declaras eso se manifiesta. La legalidad
de declarar es una ley divina. Hablar no es para contar solo lo que dice la Biblia, sino para
ponerla por obra. Lo que dices recibes es una ley celestial, es parte del gobierno de Dios y su
Reino. Existe la dimensión natural y la sobrenatural. Lo que vemos y afirmamos en este mundo
natural se queda registrado en el mundo espiritual en las regiones celestes, allí conde dice el
apóstol Pablo, que no luchamos contra sangre ni carne, sino contra las huestes espirituales de
maldad (Efesios 6:12). La ley sobrenatural de la fe en Dios, de lo que confesamos, queda
registrada en el mundo Espiritual del Reino de Dios.

5 – LEY DE PATERNIDAD (1 Corintios 4:15) “Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo no
tenéis muchos padres, pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio” Aquí el
apóstol Pablo ejerce su paternidad espiritual para los corintios y para todos los que hemos
aprendido que Jesucristo es nuestro Padre Eterno, nuestro Dios fuerte, nuestro Admirable,
nuestro Consejero, nuestro Príncipe de Paz.

6 – LEY DE LA REDENCION (1 Corintios 1:30) “Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual
no ha hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención.” Redimir es cancelar,
pagar, perdonar. Jesús cuando dijo “consumado es” pagó la deuda mayor que puede existir al
dar su vida por nosotros en la cruz. Por ese tremendo sacrificio tenemos el perdón de nuestros
pecados al habernos arrepentido. También si nosotros no perdonamos a los demás y a
nosotros mismos estamos en pecado e invalidamos ese tremendo sacrificio. Clamo al Señor
para que la sabiduría que Dios ha hecho en ti se vuelva en justificación, santificación y
redención.

7 – LEY DE LA FE (Hebreos 11:6) “Es pues la fe la certeza de lo que se espera y la convicción de


lo que no se ve.” (Santiago 1:6) “Pero pida con fe no dudando nada; porque el que duda es
semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.” Si
no vivimos por fe no vivimos en la legalidad de Dios. Si nuestra fe no es como la de Hebreos
estamos negando la Palara de Dios.

8-LEY DE LA VISUALIZACION (2 Corintios 5:7) “(Pero por fe andamos y no por vista)” Es


necesario visualizar nuestra fe viendo en el espíritu todo lo que deseamos confiando en el
Señor Jesucristo. Conforme a tu fe así será hecho. Luc. 1:37 “Porque no hay nada imposible
para Dios.”

9 – LEY DE LAS RIQUEZAS (Deuteronomio 8:18) “Si no acuérdate de Jehová tu Dios porque él te
da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en
este día.” Este capítulo se llama L A BUENA TIERRA QUE HAS DE POSEER. Dios nos dio no solo
el poder para solucionar problemas pequeños sino grandes. Eliseo le dio a la viuda de 2 Reyes
4:1-7 la unción profética y la fe para sobrenatural para juntar una cantidad enorme de vasijas
vacías para que se llenaran de aceite con solo un poquito del mismo y se convirtiera en una
mujer prospera y salvara a sus hijos de ser vendidos como esclavos. Salgamos de la queja y de
confesar miseria todo el tiempo, porque la Palabra de Dios así lo dice.

10 – LEY DEL ORDEN (Génesis 1:1 y 2) “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra
estaba desordenada y vacía…” Dios es orden, y para que podamos tener su bendición debemos
mantenernos en las leyes que él ha establecido para nosotros. De esta forma ya nuestra vida
no estará más desordenada y vacía, sino que estaremos completos en él.
11 – LEY DE SERVICIO (Mateo 20:26 y 28) “Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido
sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” “Mas entre vosotros no será así sino
que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor” Jesús fue el primero en
enseñar con su ejemplo. En el mundo hay un dicho que expresa que el que no nació para servir
no sirve para vivir. Debemos tomar estas palabras en cuenta.

12 – LEY DE LAS COSAS NUEVAS (2 Corintios 5:17) “De modo que si alguno está en Cristo nueva
criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” Dios hace todas las
cosas nuevas y lo manifiesta en varios pasajes de los evangelios, como poner el vino nuevo en
odres nuevos y remiendo nuevo en vestido nuevo. Esto quiere decir que si no cambiamos de
fondo todo lo que recibamos del Señor al escuchar y leer su palabra de nada nos servirá.
Muchas personas no se sanan ni prosperan en su alma y en todas las cosas porque se aferran
al pasado y a sus viejas costumbres, sin nacer de nuevo a una vida plena como quiere darles
nuestro amado Señor Jesucristo. EL vino nuevo del Espíritu Santo quiere renovarte en cuerpo,
alma y espíritu. Determínate a ser sorprendido con la bendición de la renovación y así podrás
alcanzar las leyes del Reino de Dios.

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