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Tanto el calcio como el nitrato tienen una carga eléctrica. El calcio tiene una carga
positiva, que se llama catión, y el nitrato tiene una carga negativa, que se llama
anión. La Figura 1 muestra todos los elementos de la planta y sus cargas. En el
caso de los fertilizantes orgánicos, aplican las mismas reglas; los microbios
descomponen las moléculas complejas en los mismos elementos fertilizantes
individuales que se ven en la Figura 1.
Carga negativa
Las partículas de la tierra o del sustrato (turba, vermiculita, corteza, coco en trozos,
arcilla calcinada, etc.) tienen cargas eléctricas en sus superficies. Si hay una carga
negativa en la superficie de una partícula del sustrato, entonces contribuye a la
capacidad de intercambio catiónico.
Carga positiva
Los elementos cargados positivamente (cationes) se unen a estos puntos negativos
en las partículas del sustrato y, posteriormente, se pueden intercambiar por otro
elemento, entonces, la planta lo puede usar. Mientras más puntos cargados
negativamente se encuentren en estas partículas, mayor será la capacidad de
intercambio catiónico del sustrato. La capacidad de intercambio catiónico se mide
como miliequivalentes por 100 gramos de sustrato (meq/100g); sin embargo,
también se puede medir como meq/100 cm3.
De otro modo, la presencia elevada de calcio en los suelos básicos hace que el
80% del fósforo que contiene un suelo reaccione con él, formando fosfatos cálcicos
[generalmente Ca3(PO4)2] insolubles, y, por lo tanto, no aprovechables por las
plantas.
Gran parte de los micronutrientes son vagamente absorbidos en este tipo de pH,
incidiendo en el erróneo funcionamiento de la ley del mínimo, en la que la ausencia
de uno de ellos merma el correcto funcionamiento del resto de elementos
aportados, incidiendo negativamente en las funciones y los procesos de crecimiento
de los cultivos.
En función de los valores del pH, se han desarrollado diferentes técnicas para
neutralizar las condiciones del suelo:
Sobre los suelos ácidos, no muy recurrentes en la zona del Valle del Ebro ni en el
resto del territorio peninsular (mayormente comunes en suelos del Ecuador, donde
se producen lavados naturales muy frecuentemente por presencia de lluvias
torrenciales), la aplicación de enmiendas de calcio (cales o carbonatos cálcicos), y
de calcio y magnesio (dolomitas), son los métodos más usuales para neutralizar el
pH. Se trata de productos cuya concentración (proporcionalmente) y granulometría
(inversamente) ayudan a establecer un ambiente propicio en la raíz para el
desarrollo normal de los cultivos (Prasad & Power, 1997; Havlin et al., 2005; Benton,
2003).
Interpretación del pH en el suelo
Hay plantas que prefieren suelos ácidos y otras los prefieren alcalinos, pero el 90%
los prefieren neutros o ligeramente alcalinos. En realidad, podemos decir que los
suelos con ph de 6.8 a 7.2 son los suelos preferidos por todas las hortalizas.
Hay dos resultados de la reacción del suelo. Cuando estos son ácidos, trae como
consecuencia la proliferación de hongos, que aunque hay algunos que benefician
a la agricultura, la mayoría son motivo de enfermedades en casi todos los cultivos,
ya que se alimentan de los mismos elementos de los que se nutren las hortalizas y
demás plantas.
Hay plantas que prosperan fácilmente en suelos ácidos como el arroz, la papa y
todas las coles o repollos. Pero a la papa y a los repollos les atacan enfermedades
favorecidas por el ph ácido de 5.5 a 6.0.
Por otro lado, en los suelos alcalinos proliferan rápidamente las bacterias. Estas
son importantes para la agricultura, y especialmente las bacterias productoras de
nitrógeno, o mejor dicho fijadoras de nitrógeno y también las bacterias de la
nitrificación. Ambas requieren condiciones neutras o ligeramente alcalinas.
La disponibilidad de los distintos nutrientes para distintos valores del ph del Suelo (a
mayor grosor de las bandas, más asimilables son). En cualquier caso, cabe señalar
que tales gráficos son orientativos y generalmente basados en el comportamiento
de las plantas de mayor interés agropecuario. En cualquier caso, el diagrama la
susodicha disponibilidad se encuentra condicionada por múltiples factores y
propiedades de los suelos, tales como su mineralogía, la cual nos dicta la
solubilidad de los de los distintos minerales. También depende del grado de
saturación del complejo de cambio o absorbente de sus agregados (formados por
la unión de las arcillas y la materia orgánica) de los que ya hablamos en otros post),
etc. Estos últimos factores son criterios de diagnóstico en numerosas
clasificaciones del suelo, por lo que sus cartografías nos proporcionan una primera
aproximación al problema que estamos tratando.
En un suelo con pH ácido, los iones H+ reemplazan a los de Ca2+, Mg2+ y K+, los cuales son posteriormente
lavados del suelo, disminuyendo la riqueza de nutrientes disponibles. En un suelo de pH neutro o básico los
iones de Ca, Na y K reemplazan a los de H
PH y Capacidad de amortiguamiento de los suelos:
Como ya comentamos al hablar del pH, la acidez del suelo debe tener en cuenta
tanto la acidez actual de la solución del suelo, como la potencial que expresa la
suma de iones H+ que alberga el complejo de cambio.
Finalmente cabe mentar que las variaciones estacionales afectan tanto al pH como
al grado de saturación del complejo de cambio. En los medios no cultivados, el pH
y el grado de saturación oscilan pues periódicamente. Por ejemplo, en los
horizontes órgano-minerales de tipo mull, la intensa nitrificación primaveral rebaja
el pH, mientras que en el periodo frío la dilución de los iones H+ de la solución del
suelo tienden a elevarlo. Las desecaciones estacionales de los climas continentales
y/o mediterráneos provocan una restauración en calcio y como corolario un
ascenso del pH debido al ascenso por capilaridad de soluciones nutritivas ricas en
este catión, que fue lavado a mayor profundidad en las estaciones más ricas en
lluvias.
¿Qué es un fertilizante?
Cualquier material natural o industrializado, que contenga al menos cinco por ciento
de uno o más de los tres nutrientes primarios (N, P2 O5 , K2 O), puede ser llamado
fertilizante. Fertilizantes fabricados industrialmente (Figura 7) son llamados
fertilizantes minerales. La presentación de los fertilizantes minerales es muy
variada. Dependiendo del proceso de fabricación, las partículas de los fertilizantes
minerales pueden ser de muy diferentes tamaños y formas: gránulos, píldoras,
«perlados», cristales, polvo de grano grueso / compactado o fino. La mayoría de
los fertilizantes es provista en forma sólida. Los fertilizantes líquidos y de
suspensión son importantes principalmente en América del Norte.
Estos son preparados que contienen células vivas o latentes de cepas microbianas
eficientes fijadoras de nitrógeno, solubilizadoras de fósforo o potenciadoras de
diversos nutrientes, que se utilizan para aplicar a las semillas o al suelo, con el
objetivo de incrementar el número de estos microorganismos en el medio y acelerar
los procesos microbianos, de tal forma que se aumenten las cantidades de
nutrientes que pueden ser asimilados por las plantas o se hagan más rápidos los
procesos fisiológicos que influyen sobre el desarrollo y el rendimiento de los
cultivos.
Bioestimuladores
Fosforina: son bacterias del género bacillus que tienen la cualidad de producir
ácidos orgánicos, enzimas y otras sustancias capaces de solubilizar el fósforo del
suelo y ponerlo a disposición de la planta.
Principales mecanismos de acción de los biofertilizantes y bioestimuladores
Fijación biológica del dinitrógeno
Ejemplo de estos
microorganismos: Azotobacter, Azomonas, Azospirillum, Beijerinckia, Clostridium,
Enterobacter yBacillus. A través de esta actividad estos microorganismos aportan
entre el 25-50% de las necesidades de nitrógeno en los cultivos (Peoples y
Craswell, 1992; Elmerich, 1992; Kannalyan, 1997; Lahda, 1997).
Este es un proceso de extrema importancia para los suelos cultivables, ya que los
mismos contienen cada día mayor cantidad de fósforo no soluble, acumulado a
través de los años por la aplicación excesiva de fertilizantes fosfóricos de origen
químico y que sólo es posible recuperar mediante la acción de microorganismos
solubilizadores. La solubilización se desarrolla sobre el fósforo inorgánico y
orgánico presente en el suelo. En el caso de la solubilización del fósforo inorgánico,
el principal mecanismo microbiológico por el cual los compuestos insolubles son
movilizados en la producción de ácidos orgánicos, convierte, por ejemplo el
Ca3(PO4)2 a fosfatos di y monobásicos, resultando en un aumento en la
disponibilidad del elemento para las plantas. La cantidad solubilizada varía con el
consumo de carbohidratos por los microorganismos y generalmente la
transformación sólo se lleva a cabo si el sustrato carbonado es convertido a ácidos
orgánicos.
Solubilización del fósforo orgánico