Alejandro Tapia Cultura y proyecto:
Haciendo un poco de
historia el diseñador es un
intérprete de mensajes,
esto se debía a que las
escuelas construían
materias de expresión, técnicas y teoría,
pero estas tres siempre fueron divergentes.
La profesión del diseño es entendida como
la habilidad instrumental, ubicada en el
sector de servicios primarios.
Sin embargo en los años 90’s la
Digitalización; democratiza el uso de las
herramientas del diseño; no era muy
diferente de lo que un usuario pudiera hacer
en la computadora usando el sentido común
aplicado a todo tipo de proyectos;
advirtiendo así un desfase de la disciplina
con respecto a su definición.
El nuevo escenario exige entender al
proyecto de una manera sofisticada, ya no
basta saber solo de técnica, forma, etc. Sino
más a fondo.
El modo más importante para afrontar éste
escenario es que el alumno tenga
articulación entre teoría y práctica; tendrá
mejor recurso aquel que pueda manejar
distintos lenguajes en el caso del diseño no
solo un lenguaje espacial o de la forma. Se
requiere un sujeto crítico, capaz de incidir
intelectualmente en las acciones de los
usuarios, de tecnología y cultura.
Otro aspecto también sería el de la
profesionalización real.
La retórica, forma parte de aquellos
conocimientos en el cual debemos saber
dónde está el proyecto, explorarlos, saber
cómo intervendremos en él, orientado al
convencimiento y persuasión. Sus
operaciones son: intellectio, inventio,
dispositio y elocutio; es decir es la habilidad
de llevar conceptos teóricos a la práctica.
La retórica fue creada por los sofistas, tales
como Protágoras y Gorgias, quienes
afirmaron que “el hombre es la medida de
todas las cosas” y “la verdad es relativa”
respectivamente, por lo tanto lo propio del
mundo es la ambigüedad, luego es necesario
crear estructuras que se acuerdan
socialmente y otras que se impongan.
La retórica crea tres niveles de
procesamiento cerebral: reflexivo,
conductual y visceral.
Las escuelas para poder entrar a este nuevo
ámbito de diseñador, tendrán que hacer
nuevos perfiles y apuestas didácticas, nuevas
curriculas de los nuevos profesionistas, así
como actividades de movilidad para formar
una profesión calificada. La invención
retórica nos obliga a tener un punto de vista
diferente. Es necesario que se lleven a cabo
congresos, seminarios, editoriales, revistas,
exposiciones, encuentros, posgrados,
bienales y demás.
También hay una categorización que es
necesaria para que la gente entienda nuestro
trabajo: flujo (mover personas urbana y
digitalmente); generar identidad como un
motor de la economía, la política, los
ámbitos rurales, el medio ambiente y
educación.
En la segunda parte de su intervención
¿Qué hace
Alejandro nos comenta
relevante a un proyecto?
Primero que sea pertinente, que comprenda
a su público, que sea viable, que favorezca a
la economía, que enriquezca a la comunidad,
que sea técnicamente sólido, que funcione y
eduque, que resuelve o reordena un
problema, que sea rico intelectualmente y
que emocione.
Para lograr ser un diseñador valorizado,
debemos tener un enfoque, marcar
diferenciación y tener autenticidad. Lo difícil
para nosotros es sincronizar todos estos
aspectos.
Según Nigel Whitley han existido varios
modelos de diseñador:
El diseñador formalizado
El diseñador teorizado
El diseñador politizado
El diseñador consumidor
El diseñador tecnológico
El diseñador valorizado
Este último sería aquel que vincula la teoría
con la práctica, que incluye distintas
disciplinas. De ésta manera el ponente nos
recomienda:
No pienses en una pieza de diseño, sino en
crear una experiencia completa.
Ofrece un servicio integral, coordinando
todas las dimensiones involucradas en el
proyecto.
Profundiza en el concepto del proyecto,
valorando todos sus planos y matices.
Cada proyecto tiene que ser estructurado, y
desplegarse en su complejidad.
El diseño atiende 4
aspectos: noticiabilidad (¿Qué creen?),
significación (esto es esto), focalización (el
punto es…) y relevancia.
Un proyecto exige tiempo: para investigar,
madurar, desplegar, discutir, corregir, afinar
y editar.
Se debe pensar en términos de Branding,
cada proyecto tiene una personalidad, es
parte de la cultura y puede despegar una
identidad propia.
Habrá que trabaja ene quipo, de forma
interdisciplinaria
Se requiere genera y depurar la metodología
y explicarla a los clientes como algo flexible
Se debe mantener atención a lo que sucede
en el mundo y trabajar con calidad en todas
las partes del proyecto
Se necesita pensar el proyecto no sólo en
términos gráficos, sino arquitectónicos,
espaciales y ambientales y en la relevancia y
honestidad del proyecto
Por último debemos asegurarnos que el
proyecto enriquecerá al usuario, utiliza
metáforas y producirá nuevas ideas en él