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Id Cendoj: 43148370032005100080
Órgano: Audiencia Provincial
Sede: Tarragona
Sección: 3
Nº de Recurso: 179/2004
Nº de Resolución: 170/2005
Procedimiento: Recurso de apelación
Ponente: SERGIO NASARRE AZNAR
Tipo de Resolución: Sentencia

AUDIENCIA PROVINCIAL

DE TARRAGONA

SECCION TERCERA

ROLLO DE APELACIÓN Nº 179/2004

IMPUGNACIÓN DE ACUERDOS SOCIALES 493/2002

JUZGADO DE 1ª INSTANCIA NÚM. SEIS DE TARRAGONA (ANTIGUO CI-9)

SENTENCIA Nº

ILTMOS. SRES.:

PRESIDENTE

D. AGUSTIN VIGO MORANCHO

MAGISTRADOS

Dª. Mª ANGELES GARCÍA MEDINA

D. SERGIO NASARRE AZNAR

En Tarragona, a diecisiete de febrero de dos mil cinco.

Visto ante esta Sección 3ª de la Audiencia Provincial el recurso de apelación interpuesto por DÑA.
María Rosario representada en la instancia por el Procurador DÑA. MARÍA JOSEFA MARTÍNEZ BASTIDA
contra la sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia número 6 de Tarragona, en fecha de
2-2-2004, en autos de juicio ORDINARIO número 493/2002 en los que figura como demandante DÑA. María
Rosario y como demandado CEBAFER SL.

ANTECEDENTES DE HECHO

ACEPTANDO y dando por reproducidos los de la Sentencia recurrida y,

PRIMERO.- Que la sentencia recurrida contiene la siguiente parte dispositiva:

"Que desestimando, como desestimo, la demanda formulada por la Procuradora Dª. María Josepa
Martínez Bastida, en nombre y representación de Dª. María Rosario contra la entidad mercantil CEBAFER
S.L., debo declarar y declaro válidos los acuerdos adoptados en la Junta de 8 de marzo de 2002, y en su
consecuencia se dejan sin efecto las medidas acordadas en las medidas cautelares, alzándose las mismas
y se condena a la actora al pago de las costas procesales."

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SEGUNDO.- Que contra la mencionada sentencia se solicitó la preparación de la apelación y,


evacuado ese trámite, se interpuso recurso de apelación por la parte ACTORA sobre la base de las
alegaciones que son de ver en el escrito de alegaciones presentado.

TERCERO.- Dado traslado a las demás partes personadas del recurso presentado para que formulen
oposición al recurso o impugnación de la sentencia apelada, por la parte DEMANDADA se interesa la
desestimación del recurso de apelación.

VISTO y siendo ponente el Iltmo. Sr. Magistrado D. SERGIO NASARRE AZNAR

FUNDAMENTOS JURIDICOS

PRIMERO.- La parte recurrente alega como motivos del recurso los siguientes. 1)Error en la
valoración de la prueba de una grabaciones telefónicas, que fueron admitidas como pruebas pero luego
descartada su valoración en la Sentencia recurrida; 2) vulneración del principio de igualdad ante la Ley del
art. 14 CE debido a un cambio de criterio en el juez que, en un principio (Auto de medidas cautelares),
considera relevantes los motivos intrínsecos para la adopción de los acuerdos sociales (la ruptura de la
pareja de hecho) y en la Sentencia considera que no lo son; 3) infracción de los arts. 43, 49 y 53 LSRL ,
considerando que el socio fiduciario no tiene derecho a voto puesto que en la adquisición de sus
participaciones no existe causa, de manera que los acuerdos no fueron adoptados con la mayoría de votos
requerida por ley; ello queda acreditado en la conversación telefónica aportada, que el dinero provenía de
una cuenta exclusiva de la hoy recurrente; 4) infracción del art. 51 LSRL por falta de información al tiempo
de convocar y celebrar la Junta en cuestión, que se concreta en el criterio de la recurrente en la
innecesariedad de las resoluciones tomadas contra su voluntad, como la ampliación de capital -que
considera innecesaria-, el período de suscripción de las nuevas participaciones, la compra de un inmueble y
la rehabilitación; 5) inaplicación del art. 6.4 CC respecto a la ampliación de capital que realmente no
pretende la ampliación de las actividades sociales, sino un ánimo fraudulento respecto al patrimonio de la
recurrente; 6) infracción del art. 29 LSRL y 205 LSA sobre el nombramiento innecesario de auditor. Por todo
ello solicita que se revoque completamente la sentencia apelada y se admita íntegramente la demanda.

Por su parte, la parte recurrida se opone a los argumentos de la recurrente en los siguientes términos:
1) la no toma en consideración de la prueba documental auditiva se considera conforme al art. 18 CE ; 2)
que el contenido del Auto de medidas cautelares no puede prejuzgar el fondo del asunto, conforme al art.
726 LEC ; 3) que la Sra. Almudena había participado en actos sociales y es socia fundadora de CEBAFER
S.L; 4) que se respetó el derecho de información de los socios; 5) que el fraude de ley alegado por la
recurrente en art. 6.4 CC es un motivo nuevo, y por ello debe ser desestimado; 6) correcto nombramiento de
auditor.

SEGUNDO.- El único argumento de carácter procesal que esgrime la recurrente, respecto a la


incongruencia entre el Auto de Medidas cautelares y la argumentación y resolución de la Sentencia debe
desestimarse, en tanto que ni dicho auto puede pretenderse que sea un anticipo a la Sentencia (AAP
Málaga 3-10-2002 ) ni tampoco puede suponer que prejuzgue la sentencia que en definitiva se dicte ( art.
726 LEC ). Además, la argumentación en ambas resoluciones no necesariamente deben ser iguales ni ir en
el mismo sentido ni, por lo tanto, desembocar en una resolución igual.

TERCERO.- Ya en apelación, y en base al art. 271.2 LEC , se dejó para esta Sentencia la admisión y
el alcance tanto de la Sentencia del juzgado de 1ª Instancia núm. 2 de Tarragona de 25-2-2004 por Auto
11-6-2004 como la Sentencia del Juzgado de 1ª Instancia núm. 2 de Reus de 20-4-2004 por Providencia de
30-11-2004. Dado que no se considera probado (pues no lo hace quien las aporta, es decir, la recurrente,
en base al art. 217 LEC ) que dichas Sentencias sean firmes (de hecho, la recurrida CEBAFER señala que
han sido recurridos en sus escritos), en ningún caso vinculan a este Tribunal. Ello no puede predicarse del
Auto de 5-7-2004 de esta Sección Tercera , el cual confirma las medidas cautelares, en base a la posible
vulneración del derecho de información de la demandante/recurrente por, esencialmente, los motivos que
ésta alegaba en su demanda y que reitera en apelación, aunque bien hay que tener en cuenta que dicho
Auto confirmaba la medidas cautelares acordadas en primera instancia, lo que significa que éstas y sus
razonamientos no tienen por qué prejuzgar el presente asunto, según el art. 726 LEC .

CUARTO.- Entrando ya en el fondo del asunto, la cuestión central de este pleito está en la validez o
nulidad de los acuerdos sociales adoptados por la Junta General Ordinaria de CEBAFER S.L. de 8- 3-2002
(aunque hubieron otras alegaciones que se derivan de ésta que se dan por reproducidas en el recurso) por
infracción de los arts. 43, 49 y 53 LSRL , es decir, ver si los acuerdos tomados (entre ellos la ampliación de
capital) al juntar los votos de dos de los socios (Doña. Almudena y su hermana) que conformaban el 51%

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del capital de la sociedad son válidos. Efectivamente, atendiendo al acta notarial de constitución de
CEBAFER (folios 151 y ss), la nota simple informativa del Registro Mercantil (folios 45 y ss) y demás
documentación obrante en autos, el capital de la sociedad en el momento de la Junta se distribuía en 49%
para la recurrente (Sra. Alejandra ), 49% para Doña. Almudena y 2% para su hermana (folio 69 que
corresponde al Acta Notarial de Junta General de Socios de 1-3- 2002). Lo que discute la recurrente es que
la hermana Doña. Almudena , María Teresa , sea una auténtica partícipe de la sociedad limitada (folio 25
Tomo II), puesta que la considera de carácter fiduciario, de manera que no se habrían conseguido en
consecuencia las mayorías y, por lo tanto, deberían declararse nulas las resoluciones. Para ello argumenta
que Doña. María Teresa tiene simplemente una titularidad formal sobre las participaciones, las cuales
fueron adquiridas sin causa. Desconoce este Tribunal de dónde concluye la recurrente que Doña. María
Teresa adquirió sin causa dichas participaciones. Antes al contrario, la causa del negocio jurídico que es
relevante en derecho es la causa objetiva de cada negocio, que es la misma en cada tipo de negocio (en
este sentido, la SAP Barcelona 19-5-2004 ). Según el documento 12 de la demanda (folio 80), junto al Acta
Notarial de constitución de la sociedad (folio 158) se evidencia que Doña. María Teresa desembolsó la
cantidad de 500.000 ptas (3.005,06 euros) a la cuenta de CEBAFER con el fin de adquirir parte de sus
participaciones. La motivación interna que pudiese tener Doña. María Teresa para participar en la creación
de la sociedad (causa subjetiva) es irrelevante siempre que la objetiva esté meridianamente clara ( art. 1274
CC ), es decir, que el hecho de que, atendiendo al documento 13 de la demanda, el dinero para adquirir
dichas participaciones por parte de Doña. María Teresa saliese de una cuenta exclusiva de Doña. Alejandra
, presume que Doña. Alejandra efectuó una donación a favor de Doña. María Teresa , puesto que le facilitó
los medios para adquirir dichas participaciones; y no constando revocada dicha donación o contradicha,
debe mantenerse. La causa de la donación, como explicita nuestro Código Civil, es la gratuita o la mera
liberalidad ( arts. 618 y 1274 CC ), de manera que Doña. María Teresa , independientemente de los motivos
por los cuales formó parte de la sociedad y su comportamiento en ella (mayor o menor participación en sus
reuniones y actividades), ostenta la condición de partícipe plena en CEBAFER. La causa en los negocios se
presume existente y lícita ( art. 1277 CC ), y no existió en este caso ningún tipo de negocio fiduciario, dado
que fue la propia demandada hoy recurrente la que realizó la donación de las participaciones a Doña. María
Teresa dándole la cuantía dineraria que necesitaba para adquirir dichas participaciones ( art. 618 CC ).
Existía un auténtico "animus donandi" a la hora de hacer intervenir a Doña. María Teresa en la sociedad
(esto era querido, aunque el motivo para ello no coincidiese con el contrato de sociedad; no estamos, pues
ante el supuesto que, por ejemplo, trata la STS 10-2-2003 : "No cabe considerar como donación el hecho de
la puesta a nombre del demandado de las acciones que le fueron adjudicadas en «Las Perrailas», dado que
no ha habido aquí «animus donandi», sino una clara intención fiduciaria, pues, en definitiva, nos
encontramos ante un negocio simulado, en que la causa aparente no es verdadera, y el negocio disimulado
se configura como un acto fiduciario, ya que las partes pretendieron crear una fiducia «cum amico» sin
finalidad perceptible, pero que podía responder a razones indeterminadas, bien fiscales o bien
instrumentales, en todo caso irrelevantes, lo que produce la nulidad absoluta de las adjudicaciones
efectuadas a don Carlos ., quién sólo tenía la titularidad formal sobre las mismas y, además, le correspondía
la carga de la prueba del objeto de la fiducia, y trae, como consecuencia, la nulidad de los pactos relativos a
la liquidación de la sociedad de gananciales y de los contratos celebrados por efecto de ésta").

El negocio fiduciario en España, de confusa configuración y tratamiento jurídico, es, por un lado
denostado por la jurisprudencia, incluso como de carácter defraudatorio, pero luego es utilizado por el
legislador, aunque ocultándolo bajo otros ropajes del derecho civil, para conseguir finalidades deseables,
como el ahorro colectivo (con los Fondos de Inversión Colectiva de carácter financiero, arts. 29 a 31 Ley
35/2003 ), la promoción de la propiedad en alquiler (con los Fondos de inversión inmobiliaria, arts. 35 a 38
Ley 35/2003 ) o la refinanciación hipotecaria (fondos de titulización hipotecaria, art. 5 Ley 19/1992 ) o la
financiación de proyectos (como los bonos de titulización de activos, RD 926/98 ). El legislador catalán, por
su parte, parece mostrar su interés por una regulación global de la fiducia, según consta en los Trabajos
Preparatorios del Libro 5º del Código Civil de Cataluña, arts. 514-1 a 514-13 . En cualquier caso, todos
estos fondos, entre otros existentes en nuestro derecho, no son más que fiducias inspiradas en el trust
anglosajón, pero adaptadas a nuestro derecho civil, deficientemente en la mayoría de ocasiones. En
cualquier caso, el Tribunal Supremo entiende el negocio fiduciario como aquél que consiste en la atribución
patrimonial que uno de los contratantes, llamado fiduciante, realiza a favor del otro, llamado fiduciario, para
que éste utilice la cosa o el derecho adquirido mediante la referida asignación, para la finalidad que ambos
pactaron ( Sentencia del Tribunal Supremo de 2 de diciembre del 1996 ) y que un contrato fiduciario
aparece definido jurisprudencialmente como aquel convenio anómalo en el que concurren dos contratos
independientes, uno, real, de transmisión plena del dominio, eficaz erga omnes y otro, obligacional, válido
inter partes, destinado a compeler al adquirente a actuar de forma que no impida el rescate de los bienes
cuando se dé el supuesto obligacional pactado" ( Sentencia del Tribunal Supremo de 19 de junio de 1997 ).
Habiendo explicitado el Alto Tribunal, en lo atinente a la validez y eficacia del negocio fiduciario, que su
validez y eficacia está reconocida y proclamada por reiterada Jurisprudencia ( sentencia de 6 de abril de
1987 ), cuando no envuelve fraude de ley, ( sentencia ya citada de 2 de diciembre de 1996 ). Atendiendo a

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este concepto que del negocio fiduciario da, hoy por hoy, el Tribunal Supremo, es aún más evidente que
Doña. María Teresa no es fiduciaria de las participaciones, puesto que en ningún caso se desprende que
existió en el caso que nos ocupa "pacto de fiducia" alguno entre Doña. Alejandra y Doña. María Teresa ;
Doña. María Teresa es auténtica titular de las participaciones por donación de Doña. Alejandra , con todos
los derechos que la LSRL le otorga como partícipe. En ningún caso, además, puede entrarse a valorar la
prueba de audio aportada, puesto que a pesar de no vulnerar el derecho fundamental del secreto de las
comunicaciones ( art. 18.3 CE ) puesto que es una de las interlocutoras la que ha grabado y presenta ahora
la prueba (no ha interceptado la grabación), al declarar Doña. María Teresa que ella no se reconoce como la
otra interlocutora en dicha conversación y no quedando lo contrario acreditado suficientemente por Doña.
Alejandra ( art. 217 LEC ) no puede entrarse a valorar el contenido por cuestionarse su auntenticidad, lo
cual corre en contra de quien la aportó. Tampoco se trata de ningún tipo de simulación (ni absoluta ni
relativa, del art. 1276 CC ) puesto que dicha donación no se hizo con la intención de realizar otro negocio (
SSTS 26-5-1986, 22-12-1987 ) sino que precisamente se quería que Doña. María Teresa interviniese en el
contrato de sociedad, para lo cual se le "regalaron" las participaciones.

QUINTO.- Sobre la infracción del art. 51 LSRS por la falta de información, dicho precepto establece
que "Los socios podrán solicitar por escrito, con anterioridad a la reunión de la Junta General o verbalmente
durante la misma, los informes o aclaraciones que estimen precisos acerca de los asuntos comprendidos en
el orden del día. El órgano de administración estará obligado a proporcionárselos, en forma oral o escrita de
acuerdo con el momento y la naturaleza de la información solicitada, salvo en los casos en que, a juicio del
propio órgano, la publicidad de ésta perjudique los intereses sociales. Esta excepción no procederá cuando
la solicitud esté apoyada por socios que representen, al menos, el veinticinco por ciento del capital social".
Tal y como establece la SAP Orense 9-2-2002 por Sentencia del "Tribunal Supremo de fecha 9 diciembre
de 1996 , se reconoce como una facultad que el socio tiene atribuida por Ley para obtener un correcto y
debido conocimiento, lo más exacto posible, de la situación económica, patrimonial y financiera de la
sociedad, así como de los datos necesarios para calibrar y calificar la gestión social, tratándose de un
derecho esencial, no sólo inderogable sino, asimismo, irrenunciable y, desde luego, su desconocimiento
acarrea ineludiblemente la nulidad de los acuerdos de la Junta en la que se haya denegado a cualquier
socio la información solicitada. Lo anterior no significa que ese derecho esencial sea ilimitado y absoluto,
sino que la propia doctrina jurisprudencial ha venido estableciendo limitaciones al mismo, limitaciones que
por no estar fijadas en la Ley, es necesario examinar en cada caso en concreto para poder determinar si
una petición de información franquea los límites inmanentes a todo derecho. En este sentido, la
jurisprudencia viene señalando:

a) Que la petición ha de referirse al orden del día y respecto del ejercicio social a que las cuentas se
refieran para que tal información pueda ser utilizada por el socio en el momento de emitir el voto ( sentencia
del Tribunal Supremo 22.03.2000 ).

b) Corresponde al socio especificar qué aclaraciones deben suministrársele para que dicha
información pueda resultarle útil a la hora de ejercer su derecho de voto, y además, debe decidir, no de
forma caprichosa sino fundada. Qué escritos tienen una relación directa con los asuntos comprendidos en la
convocatoria para que los administradores de la sociedad se los suministren ( sentencia del Tribunal
supremo 15 diciembre 1998 ).

c) Puntualiza la jurisprudencia que, el socio no tiene un derecho al examen exhaustivo de la


contabilidad ni a ejercer el derecho con mala fe o abuso ( sentencias del Tribunal supremo 29 de marzo de
1960 y 7 octubre de 1985 ), ya que este derecho no puede servir como medio para obstruir o paralizar la
actividad social, sobreponiendo a los intereses sociales el particular del accionista que solicita información (
sentencia del Tribunal Supremo 26.12.1969 )".

No pensamos que en el presente supuesto, Doña. Alejandra se haya excedido en su derecho en


exigir la suficiente información sobre la sociedad. Además, traemos a la presente resolución el Auto firme de
esta Sección de 5-7-2004 sobre medidas cautelares de este caso, el cual se solicitó fuese admitido, que se
pronuncia en el sentido de que "se desprende que el hecho de información de la demandante, titular de un
49% de las participaciones sociales, pudo verse ciertamente vulnerado, en la medida en que Doña.
Almudena , administrador único y titular de otro 49% del capital, no dio ninguna respuesta satisfactoria
acerca de la necesidad de aumento del capital de la sociedad, y así, no proporcionó los datos sobre el
rendimiento de la explotación de los inmuebles de la misma, reconoció que no había solicitado presupuesto
de rehabilitación del edificio sito en la c/ DIRECCION000 , número NUM000 , de Salou (rehabilitación que se
había presentado como una de las causas principales del aumento del capital), ni concretó en modo alguno
la posibilidad de compra del piso de la planta tercera del mismo edificio (operación que junto a la anterior
era supuestamente la razón del repetido aumento)". Parece desprenderse de todo ello y de la escasa
actividad económica de la sociedad (que se limitaba a tener el patrimonio inmobiliario de la ex-pareja Doña.

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Alejandra Doña. Almudena , DVD 4:33; 5:40; 23:00; 29:00, aunque Doña. Alejandra asistiese a todas las
juntas) que la ampliación de capital no se debía a una necesidad real de la sociedad CEBAFER para dicho
aumento, sino que más bien se trata de una operación para dejar a Doña. Alejandra en minoría y poder
tomar Doña. Almudena las decisiones que le convengan (por imposibilidad económica de Doña. Alejandra
de adquirir dichas participaciones, en base a DVD 28:00). La cuestión es comprobar si Doña. Alejandra fue
lo suficientemente informada por el administrador único de CEBAFER de la necesidad y de la finalidad de
aumentar el capital de la sociedad; según el documento 4 de la demanda, dicho administrador procedió a
contestar lo que se le requería por parte de Doña. Alejandra (acta notarial de 25-2-2002), pero no de una
manera plenamente satisfactoria, puesto que realizó una valoración grosso modo del capital que la
sociedad necesitaría para proceder a dicha rehabilitación y dicha compra (causas que aparecen en el folio
63 de autos), al tiempo que no señala qué rendimientos le ofrecía el inmueble, ni aporta prueba sobre la
posibilidad real de dicha compra ni del estado actual de la sociedad, de manera que no aporta ningún dato
objetivo para solicitar dicho aumento, dejando a Doña. Alejandra en desconocimiento del estado actual del
negocio y de la real necesidad de la ampliación de capital (más cuando Doña. Alejandra declara que ella se
dedicaba más a su negocio que a CEBAFER, según DVD 21:45). Así, la SAP Pontevedra 8-5-2003 entiende
que debe atenderse al interés de la sociedad para ver si es necesaria la ampliación de capital, en
concordancia con el art. 115 LSA . En definitiva, la falta de información a un partícipe comporta, según
doctrina del TS ( SSTS 23-6-1995 y 13-11-1998 ), la nulidad radical y de pleno derecho de los acuerdos, lo
que entendemos sucede en el presente caso. Así, el TS consideró en la STS 9-12-1996 que "el derecho del
accionista a ser informado -"derecho de información social"- es la facultad que, el mismo, tiene atribuida por
Ley, para obtener un correcto y debido conocimiento, lo más exacto posible, de la situación económica,
patrimonial y financiera de la sociedad, así como los datos necesarios para calibrar y calificar la gestión
social, y es este un derecho esencial no solo inderogable, sino, asimismo, irrenunciable, y, que desde luego,
su desconocimiento acarrea ineludiblemente la nulidad de los acuerdos de la Junta, en que previo a su
desarrollo, se ha denegado a cualquier socio la información solicitada, y que desde luego, en ese caso,
puede solicitar el correspondiente amparo judicial, aunque dichos acuerdos hayan tenido el apoyo del voto
mayoritario"; las respuestas genéricas y poco precisas del administrador único de CEBAFER conculcan esta
doctrina del Alto Tribunal, siendo la "claridad y transparencia [...] [las] bases ineludibles del aval de la Junta
a la gestión de los Administradores de la Sociedad ( sentencia de 2 de Noviembre de 1.993 "a contrario
sensu" y sentencias de 29 de Marzo de 1.960 , relativo a que las auditorías, -entonces los censores de
cuentas-, no eximen del deber de proporcionar todos los datos por parte de los administradores; la de 2 de
Junio de 1.976; la de 29 de Enero de 1.962 según la que ha de ponderarse la información suministrada y
sus circunstancias, como son las relevantísimas del caso de autos; la de 10 de Octubre de 1.962 en la que
se establece que se cumple el derecho de información cuando se contestan las preguntas; la de 2 de Julio
de 1.953, en que se declara que su omisión es causa de nulidad radical y de pleno derecho cuando no se
pliega la Administración al deber informativo; y la de 8 de Octubre de 1.975, según la que solo son nulos los
acuerdos cuya adopción tendría que basarse en los datos omitidos por falta de información ó que
contribuyan en alguna medida a la suficiente formación de juicio para poder emitir un voto con conocimiento
de causa en el extremo del Orden del Día a que se refiera el dato ó datos cuya información se solicita y es
denegada)". Por todo ello, cabe apreciar la nulidad de los acuerdos tomados por la Junta de 8-3-2002 sobre
los que se requirió información ya que todos ellos se deberían haber basado en una clara, precisa y no
engañosa información sobre los motivos para la ampliación de capital, y demás datos que se requerían.

SEXTO.- A su vez, no cabe admitir el recurso respecto a la infracción del art. 29 LSRL y del 205 LSA
sobre el nombramiento de auditor, puesto que según el propio art. 205 LSA y 44 LSRL es competencia del a
Junta General nombrar auditor, pudiéndose impugnar solamente los acuerdos de Junta que sean contrarios
a la ley, que se opongan a los estatutos o se lesionen los intereses de la sociedad en beneficio de
accionistas o terceros, pero no que sean lesivos a alguno de los socios (partícipes en nuestro caso), tal y
como el juzgador de instancia bien estableció citando jurisprudencia del Tribunal Supremo. No encuentra
este Tribunal ninguna causa para aceptar la nulidad del acuerdo de nombramiento de auditor en la Junta de
8-3-2002 de CEBAFER ni satisfactoria la argumentación en este sentido de la apelante.

SÉPTIMO.- Respecto a las costas de primera instancia, a tenor del fallo de esta Sentencia y al art.
394.2 LEC , cada parte abonará las costas a su instancia y las comunes por mitad.

OCTAVO.- Respecto a las costas del recurso de apelación, y atendiendo al fallo estimando
parcialmente la pretensión de la actora, y al art. 398.2 LEC , no procede a la condena en costas a ninguno
de los litigantes.

Vistos los artículos citados, concordantes, demás normas de general y pertinente aplicación

FALLAMOS

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Que debemos declarar y declaramos ESTIMAR PARCIALMENTE el recurso de apelación interpuesto


por DÑA. María Rosario contra la Sentencia Juzgado de Primera Instancia número 6 de Tarragona, en fecha
de 2-2-2004 , cuya resolución revocamos en el siguiente sentido:

- Se sanciona de nulidad el acuerdo 1º de la Junta General de la SRL CEBAFER celebrada el 8-3-


2002.

- Respecto a las costas de primera instancia, cada parte abonará las costas a su instancia y las
comunes por mitad.

- Además, no procede condenar a las costas de la apelación a ninguno de los litigantes.

Devuelvánse los autos a dicho Juzgado, con certificación de la presente, a los oportunos efectos,
interesándole acuse de recibo.

Así por nuestra sentencia, lo acordamos, mandamos y firmamos.

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