En el proceso penal, el paso de la investigación al juicio no es de manera
inmediata. Existe de por medio una etapa intermedia, cuya finalidad consiste en determinar si concurren o no los presupuestos de la apertura del juicio oral, esta etapa se funda en la idea de que los juicios deben ser preparados convenientemente y se debe llegar a ellos luego de una actividad responsable. Asimismo, puede finalizar con sus actuaciones judiciales sin necesidad de una resolución que tenga la forma de sentencia, es decir, en la que no se condena o absuelve a un proceso o procesados. En caso el fiscal no reúna los elementos necesarios para dar paso al juicio oral decretará el sobreseimiento. En tal sentido, la función primordial de esta fase es dilucionar si concurren o no los presupuestos del juicio oral; esto es, si se ha acreditado suficientemente, a lo largo de la investigación, la existencia de un hecho punible y se ha determinado su presunto autor. De no ser el caso, ya sea porque el hecho no reúne la tipicidad necesaria, faltan determinados presupuestos o concurren determinadas causas de extinción de la responsabilidad penal, procederá el sobreseimiento o archivo de las actuaciones, cumpliendo así una función negativa tendente a depurar la “noticia criminis” y a evitar que determinadas personas, cuya inocencia esté evidenciada en esta fase, cuando ineludiblemente el Tribunal habrá de pronunciar una sentencia absolutoria. Si bien es cierto que la etapa intermedia tiene como función la preparación del juicio, no es cierto que esta sea su única y principal función. Pues al concluir la investigación preparatoria el Fiscal debe emitir un requerimiento, ya sea solicitando el sobreseimiento o sustentando una acusación, este pedido debe ser resuelto por el órgano jurisdiccional competente (Juez de Investigación Preparatoria) quien debe realizar un control de las solicitudes en un doble sentido, formal y sustancialmente, el primero en razón a que el requerimiento debe cumplir con ciertas formalidades, garantizando la precisión de la decisión judicial y el segundo, verificará si la solicitud se encuentra fundada racionalmente. Así pues, la etapa intermedia cumple principalmente una función de control53, que tiene por objeto revisar y valorar los resultados de la investigación examinando la fundamentación de la acusación formulada y resolviendo sobre el reconocimiento de la acción penal, con el fin de decidir si procede o no abrir el juicio. Dentro de la metodología de efecto embudo, detallada en el Capítulo I del libro 2, la etapa intermedia, es el tercer escenario donde el Sistema de Justicia Penal, filtra qué causas deben continuar.